(emitido a las 7.41 hs.)

EMILIANO COTELO:
El titular aparece casi calcado en varias portadas de los diarios esta mañana.

"Mujica pidió a sus ministros austeridad para poder decir ‘no’". Así aparece en la tapa de Últimas Noticias. En El País: "Mujica pidió prudencia en el gasto y ministros evalúan inversiones". En el caso de El Observador, el título principal dice: "Mujica pide prudencia fiscal y mayor rendimiento del gasto".

Son enfoques a propósito de esta reunión que el presidente electo, José Mujica, y el vicepresidente electo, Danilo Astori, mantuvieron el lunes con el gabinete ministerial que asumirá el 1º de marzo.

El primero de estos encuentros tuvo lugar en el Quincho de Varela, a unos 300 metros de la chacra de Mujica, en Rincón del Cerro.

Según dice la crónica de El Observador, "la reunión comenzó a las 8.30, con una presentación del presidente electo. Mientras los anfitriones ofrecían sándwiches y jugo de naranja como desayuno, Mujica señaló que es necesario continuidad y cambio en todos los ministerios y destacó, por otro lado, la excelente transición que se está gestando.

Luego le pidió al designado ministro de Defensa, Luis Rosadilla, que realizara un informe sobre su viaje a Haití que había culminado en la noche del domingo. Tras ese informe, Mujica retomó el control de la reunión para poner orden.

‘Cada ministerio tiene claras sus prioridades así que vamos a escucharlas’, dijo Mujica al abrir paso a una ronda de todos los jerarcas que duró hasta la hora 13.00. Luego, el vicepresidente electo y el propio Mujica hicieron un redondeo donde abundaron en sus pedidos de ahorro para pasar después a lo que fue el almuerzo, que culminó sobre las 14.30".

Otras crónicas destacan que Astori ofició de hecho como una especie de ministro de Economía del futuro gobierno. Ya se sabe que va a tener un ojo puesto permanentemente en esa área, según él mismo anunció durante la campaña electoral, pero además le tocó jugar ese papel en el día de ayer porque casualmente faltaban los designados como ministro y subsecretario de Economía, ya que ambos se encuentran en el exterior y habían avisado de esta ausencia obligada.


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EC – Estamos en diálogo con el diputado Enrique Pintado, senador electo pero ya designado futuro ministro de Transporte y Obras Públicas. Fue el primer encuentro, la primera vez que se vieron las caras todos juntos, ¿verdad?

ENRIQUE PINTADO:
Sí, y a pesar de que no habíamos conversado todos juntos el encuentro se caracterizó por una sintonía general entre las partes sobre las prioridades, la manera de encararlo, la metodología. Creo que fue un buen punto de arranque.

EC – ¿Qué se puede sacar como conclusión en cuanto a cuáles van a ser las prioridades del nuevo gobierno, especialmente en los primeros meses?

EP – En primer lugar, una cuestión que dejamos bien clara es que esta era una nueva etapa de un proyecto que pretende transformar al Uruguay. Etapa que empezó con el primer gobierno del Frente Amplio (FA), encabezado por Tabaré Vázquez, y que en este tramo se inicia con el período de Mujica. El objetivo, el proyecto histórico, es concretar este proyecto nacional de desarrollo.

El objetivo es seguir elevando los niveles de desarrollo económico y social, lo que implica una serie de medidas en cada ministerio. Pero en particular, a nivel de la economía, estará implicando un crecimiento sostenido para el cual es necesario mayor inversión, fundamentalmente en infraestructura; una mayor especialización del Uruguay en aquellos rubros donde la ventaja competitiva y comparativa nos permite insertarnos en el planeta con mejor calidad y mayores ingresos.

Desde el punto de las políticas sociales, para esa exportación necesitamos un trabajo de más calidad, lo que requerirá todo un esfuerzo hacia la educación, el conocimiento, la investigación, la cultura, los programas de salud, los programas de la red de protección social, cuyo objetivo es universalizarla pero que va a continuar teniendo una aplicación gradual que comienza, como no podía ser de otra manera, por los sectores más vulnerables.

Cortando transversalmente todos estos objetivos estará la reforma del Estado, que tiene que ver con mejorar la productividad del presupuesto. Yo creo que la reforma del Estado va orientada a eso: a aprovechar mejor lo que se tiene, a sacarle la mayor productividad a los efectos de que cada peso rinda por un peso coma algo.

EC – Esa apelación a la prudencia en el gasto, a la austeridad, por lo visto estuvo muy presente porque se refleja en los comentarios que han hecho varios de los participantes del encuentro. ¿Cómo se compatibiliza esa buena intención con lo que también varios de ustedes –futuros ministros– fueron manifestando a lo largo del encuentro en cuanto a que para los planes que están manejando necesitan reforzar sus respectivos presupuestos?

EP – En primer lugar, yo creo que el énfasis puesto en la prudencia fiscal tiene que ver con que recibimos un país en una condición y una situación económica superior a la que recibieron los compañeros que les tocó encabezar el gobierno del 1º de marzo de 2005.

EC – No entiendo eso, si la situación es mejor que la de hace cinco años...

EP – ...nuestra situación es mejor, pero que siga siendo mejor no puede ser una invitación al gasto y al derroche. El énfasis está puesto ahí.

EC – En el final de este período de gobierno, el año pasado por ejemplo, la administración Vázquez recibió críticas desde la oposición y también desde el sector de los analistas privados por haber aumentado excesivamente el gasto.

EP – Sí, pero tiene que ver con lo que hablábamos con el Banco Mundial (BM), que nos planteaba mayores políticas anticíclicas: en tiempos de bonanza hay que ahorrar y en tiempos de dificultades hay que liberar recursos.

EC – Entonces el resumen es que ahora estamos en tiempos de bonanza y por lo tanto es momento de cuidar el gasto.

EP – Exacto. Estamos en tiempos de estabilidad, el equilibrio fiscal es un objetivo que se planteó el gobierno anterior y también este, el manejo de las cuentas públicas no tiene una incidencia neutra en la sociedad. También hay que encarar algunas cuestiones que permitan ir reduciendo la carga tributaria, por ejemplo en materia del IVA, y eso supone una contracción del gasto o, mejor dicho, una no utilización del camino tradicional para encontrar recursos. Por lo tanto hay que mirar hacia dentro, hay que mejorar esa productividad y hay que establecer líneas prioritarias de trabajo que es lo que nos quedó para discutir en el próximo gabinete. Cada uno llevó sus prioridades, de acuerdo al proyecto de país cuáles son las prioridades que colectivamente acordamos...

EC – ...pero por ejemplo, yendo al caso concreto de la cartera que usted va a encabezar, la de Transporte y Obras Públicas, se ha manejado ya desde hace semanas que al presidente electo le preocupa especialmente mejorar la infraestructura, usted lo mencionó también hace minutos. Se está pensando en inversiones fuertes en vías férreas, en carreteras, puentes, incluso en proyectos portuarios muy ambiciosos como el caso del puerto de La Paloma. ¿De dónde saldrán los recursos para esas inversiones?

EP – Es obvio que aunque estuviéramos en la situación inversa con un presidente que nos dijera "gasten todo lo que quieran", aún así no podríamos sacar del presupuesto –si queremos llegar a tiempo– la cantidad de recursos necesarios para continuar haciendo las inversiones en materia de ferrocarril solamente. Un kilómetro de vía nueva sale 500.000 dólares, ese tipo de inversiones no sale del presupuesto.

Este llamado a la prudencia también tiene que ver con la creatividad, con cómo hacemos jugar a los actores privados y a los organismos internacionales. Hay que extremar la inteligencia, la capacidad de captar inversiones que tiene el Uruguay, y por ese camino obtener recursos genuinos que nos permitan cumplir los objetivos sin recargar el presupuesto nacional.

EC – ¿Puede mencionar algún ejemplo concreto en el caso de la infraestructura?

EP – En la infraestructura la concesión es un instrumento fundamental.

EC -  ¿Concesión para qué?

EP – Concesión por ejemplo para el puerto de aguas profundas. El presidente ha hablado de que haya un puerto del Mercosur, una sociedad con Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia. Ahí se pueden establecer zonas donde se concesiona, el Estado recibe un canon y la obra está hecha.

Hay emprendimientos productivos, que están potencialmente a punto de instalarse, a los que como contrapartida se les va a plantear la necesidad de realizar determinadas obras de infraestructura.

EC – ¿Qué caso concreto?

EP – Hay proyectos en minería y en celulosa a los que se les pide contribuciones en materia vial, por ejemplo. Con el de celulosa que se va a instalar en Conchillas siguen vigentes como contrapartida esos acuerdos de construcción de determinadas vías de acceso.

En la cuestión de las vías también; a través de la Corporación Ferroviaria se puede buscar los mismos instrumentos que tiene la Corporación Vial, concesionar la red y pagarla con peaje y algún subsidio.

Y están también los créditos de bajo interés que para estas cosas ofrecen algunos organismos internacionales.

También hay un capítulo –que hablábamos con el presidente electo que hay explorar– que es toda la cooperación internacional, con el problema que tiene Uruguay, que a veces hacer las cosas o estar medianamente bien calificado termina siendo un problema para recibir cooperación extranjera, porque la misma va orientada a los países de mayor dificultad. Pero podemos encontrar argumentos que permitan que ciertos niveles de cooperación se canalicen hacia Uruguay.

EC – ¿Estamos hablando de 1.800 millones de dólares en inversiones de infraestructura?

EP – Sí. Cuando hablamos de infraestructura estamos incorporando electricidad, agua, carreteras, aeropuertos, toda la inversión total de infraestructura del Uruguay. No es lo que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas necesita.

EC – ¿1.800 millones de dólares será la inversión en el período de cinco años?

EP – 1.800 es lo que se necesita. En Educación estamos gastando más o menos 1.600 millones de dólares, es un porcentaje importante del presupuesto nacional. Si tuviéramos ese dinero, completaríamos las necesidades de infraestructura en materia de electricidad, agua, red vial, red ferroviaria, puertos.

Una de las cosas que planteamos es tratar de elaborar un plan estratégico del Uruguay 2030, un plan director hacia 2030, en el que las obras sean parte de un camino cuyo destino final esté en 2030 y esté pensado 20 años antes.

EC – En el caso del diario La República el título de tapa difiere de esos otros que yo mencioné recién y se enfatiza que "para Mujica y su gabinete la prioridad pasa a ser la vivienda". ¿Efectivamente esa es la prioridad?

EP – Esa va a ser una de las prioridades pero en realidad los lineamientos estratégicos y las prioridades son parte de una discusión que viene.

Yo no quiero que la gente asocie vivienda con la cuestión de la vivienda propia. El recurso hábitat, que implica vivienda propia, contribución, relocalización, alquiler, una serie de mecanismos, es una de las prioridades del Ministerio. Obviamente en el programa del FA las soluciones habitacionales pasan a ser una prioridad, veremos en qué lugar estarán. Eso también implicará acciones coordinadas de otros ministerios para que las políticas sean convergentes y los recursos se aprovechen con mayor productividad.

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