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Mujica expuso ante empresarios uruguayos y extranjeros

Informe de Elena Risso


(emitido a las 7.35 hs.)


"Apuesten al Uruguay y jueguen con el Uruguay", porque "vale la pena".

Ese fue el mensaje que transmitió el presidente electo, José Mujica, a los más de 1.000 empresarios que se reunieron para escucharlo ayer al mediodía en el Hotel Conrad de Punta del Este.

Acompañado del futuro vicepresidente, Danilo Astori, y de quienes integrarán su gabinete a partir del 1 de marzo, Mujica disertó durante unos 20 minutos sobre las ventajas de Uruguay como país no sólo para invertir sino también para vivir.

(Audio Mujica)

"Si bien nuestro pequeño país no es una panacea, no estamos tocando el cielo con la mano, es un hermoso país para vivir, no sólo para invertir. Vale la pena vivir en el Uruguay. ¿Saben por qué? Porque un presidente, un futuro presidente, un ministro, camina por las calle tranquilamente, y eso es un lujo que se da este país. Ni que decir que no lo digo gratis, no sólo vengan a invertir. Vengan a vivir. Vale la pena vivir en el Uruguay. Es una de las mejores cosas que tenemos para ofrecerle al mundo".

(Fin de audio)

Esa fue uno de los tramos del discurso de Mujica que provocó un aplauso cerrado del público que lo escuchaba en este encuentro titulado "Los empresarios en el proyecto nacional: desarrollo y reducción de la pobreza", organizado por la Cámara de Comercio Argentino Uruguaya, la Unión de Exportadores del Uruguay y la Cámara de la Construcción del Uruguay.

Desde hace varios días se venía hablando de este almuerzo, promovido por el empresario Juan Carlos López Mena.


Quiénes vieron y escucharon a Mujica

Empresarios uruguayos y extranjeros, políticos, operadores turísticos y periodistas llegaron ayer al mediodía al Hotel Conrad para escuchar al presidente electo. Pagaron un ticket de 100 dólares, que fue donado al Hospital de Maldonado.

Durante poco más de media hora, los asistentes estuvieron de pie compartiendo una copa de champagne en lo que vendría a ser la antesala del salón en el que se desarrolló el almuerzo.

En la previa, el ánimo para escuchar a Mujica era bueno: de acuerdo a consultas que estuve haciendo con empresarios uruguayos, argentinos y brasileros, se entendía que el encuentro tenía como objetivo central mostrar que había disposición a tener una buena relación con el sector empresarial.

Ese "acto de simpatía", como lo definió uno de los asistentes, se veía como una señal de acercamiento hacia un sector que, por ejemplo en Argentina, no tiene las mejores sintonías con el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.

Había muchísimos empresarios argentinos, para mencionar algunos: Eduardo Eurnekian (principal del grupo que tiene la concesión del Aeropuerto Internacional de Carrasco, del Aeropuerto de Punta del Este y de las principales terminales aéreas argentinas), Alejandro Bulgheroni, o el presidente de Fiat Argentina, Cristiano Ratazzi. Este último, por ejemplo, me decía antes de empezar que confiaba en que Mujica seguiría la línea de países como Chile, Brasil o Perú y que de esa manera Uruguay se estaría "acercando al primer mundo".

Esos son sólo tres de los nombres de "pesos pesados". Pero había muchos argentinos de distintos sectores: por ejemplo de la construcción, industria farmacéutica o agricultura.

También estaban otros personajes argentinos que, curiosamente, fueron los que más llamaron la atención a muchos periodistas uruguayos: por ejemplo el empresario periodístico Daniel Hadad o el representante de modelos, Pancho Dotto.

Además había una importante presencia de brasileros. Por ejemplo, los principales referentes de Petrobras, tanto de Argentina como de Uruguay, y otros vinculados a empresas constructoras, por ejemplo Saceem. Estos últimos, según se me informó, están interesados en aumentar su participación en Uruguay.

Por el lado uruguayo, había muchos políticos oficialistas, algunos opositores, y empresarios de distintos sectores. Por mencionar algunos: Juan Salgado, Carlos Lecueder, Daniel Ferrere, Gabriel Rozman (Tata Consulting Services), gerentes de instituciones bancarias y ejecutivos de empresas constructoras o frigoríficos.

Según me decían personas vinculadas a actividades turísticas de Maldonado, el encuentro había generado una gran expectativa, que se vio superada, y me señalaron que había un buen ánimo de los empresarios para seguir invirtiendo en Uruguay.

Todo eso era lo que yo recogía mientras se preparaba el almuerzo.
Quedaba por saber qué pasaría luego de que los invitados escucharan al presidente electo.


Los 1.500 ubicados en mesas

Para escuchar a Mujica había que ubicarse en las mesas que se habían dispuestas en el Salón Montecarlo del Hotel Conrad, que estaba lleno de punta a punta. Algunas empresas reservaron una o más mesas y en esos casos tenían carteles identificatorio.

Luis Alberto Lacalle, Julio Sanguinetti y Pedro Bordaberry compartieron mesa con tres embajadores: David Nelson (Estados Unidos), Karl-Otto Köing (Alemania) y Alain Latulippe (Canadá).  Lo curioso de esta mesa era que llevaba el número 71, número con el que se identificaron la mayoría de las listas que responden a Lacalle en la interna del Partido Nacional.

En la mesa de la Cámara de la Construcción también estaban ubicados los dirigentes sindicales Richard Read y Milton Castellanos y representantes del Sunca.

En la mayoría de las mesas que habían sido reservadas por empresas, la organización había ubicado a alguna figura representativa del Frente Amplio, que podía ser un jerarca nacional o un intendente.

A cada uno de los asistentes se les entregó una carpeta que contenía material de difusión de las firmas que auspiciaban la actividad y, además, lo más llamativo, un papel en el que se invitaba a los empresarios a solicitar entrevistas con futuros ministros.

En esa hoja se pedían datos de la empresa, del contacto, planes de inversión y montos. También se dejaba abierta la posibilidad de formular una pregunta escrita a Mujica. A la salida ese formulario debía ser entregado a la organización que luego lo haría llegar al gobierno electo. No estaba previsto que las preguntas fueran contestadas en sala.

Mientras los asistentes iban tomando asiento y comenzaban a degustar una entrada de jamón crudo con hojas verdes y queso de cabra, llegaron Mujica, Astori y los integrantes del futuro gabinete.

Excepto el titular de Turismo, Héctor Lescano, los integrantes del nuevo gobierno estaban vestidos sin corbata. Mujica lucía pantalón beige, camisa blanca y saco a cuadros azul con gris y celeste. Astori también pantalón beige, camisa a cuadros celeste y blanca, y saco azul.


Elogios a la oposición

Antes de Mujica, los empresarios escucharon una presentación de López Mena y luego una disertación de Astori.

Igual que lo haría Mujica minutos después, Astori comenzó su intervención destacando la presencia de los líderes de la oposición en la sala, algo que provocó un aplauso cerrado del público.

Tal vez a muchos podría sorprenderles por qué ese énfasis de Mujica y Astori en destacar la presencia de la oposición, teniendo en cuenta que venimos de una campaña electoral bastante complicada. Eso es cierto, pero también es verdad que la relación entre el gobierno argentino y la oposición es mucho más compleja. Entonces, de esta manera (y en esto coincidieron dirigentes opositores consultados), se estaba dando una señal de país en su conjunto, con un proyecto nacional que trasciende las fronteras partidarias.

Incluso antes del encuentro, cuando hablé con blancos y colorados, me comentaban que más allá de ir a escuchar lo que decía Mujica, entendían que era importante dar la "señal" de un país en el que se puede convivir de manera amigable entre distintos partidos.


Lo que dijo Astori

Astori, que está bastante más acostumbrado que Mujica a exponer en este tipo de auditorios, dijo que en comparación con el primer gobierno del Frente Amplio, el que asumirá el 1º de marzo contendrá un equilibrio entre continuidad y cambio. Y luego dedicó su discurso a explicar el proyecto nacional que se está llevando adelante y destacar sus lineamientos estratégicos, entre ellos una política fiscal seria, las reglas de juego claras para la inversión e incluso la intención de perfeccionar los incentivos para la inversión ya existentes.

Pero también hizo referencia a un tema que al menos en el inicio de este gobierno generó algunos corto circuitos con determinados sectores del empresariado: las relaciones laborales.

Hay que tener en cuenta que son varios los empresarios que se han quejado de que en estos años el gobierno de Tabaré Vázquez se puso del lado de los trabajadores. A este punto aludió Astori en su disertación, cuando explicó cómo tiene que manejarse este tema de ahora en adelante.

(Audio Astori)

"Habremos de seguir fortaleciendo una estructura equilibrada desde el punto de vista de las relaciones laborales, no partiendo de hipótesis de conflicto, sino partiendo de hipótesis de justicia, de confianza, de acuerdo, de estabilidad. Esto es: nuevas relaciones equilibradas desde el punto de vista laboral con visión positiva, sabiendo que no hay estabilidad económica y social en un país si no logramos consolidar esa misma estabilidad en el plano laboral. Partamos de la confianza y la convicción en que es posible que esa confianza nos lleve a esa estabilidad que estamos buscando".

(Fin del audio)


Saludo a la "patria chica"

Luego de Astori, le llegó el turno a Mujica, que arrancó su exposición con un guiño directo a los argentinos, provocando el primer aplauso.

(Audio Mujica)

"Permítanme saludar a mis compatriotas de la patria chica, la que más duele, representados acá por el Dr. Lacalle, el Dr Sanguinetti. el Dr Larrañaga. Seguramente muchos otros que están por ahí. Y sé que hay muchos compatriotas de la patria grande. Particularmente argentinos. Nunca me siento extranjero cuando piso el Entre Ríos o cuando piso Buenos Aires, porque hay demasiados de aquí que fueron a jugar su suerte, y su vida".

(Fin del audio)

Mientras los asistentes probaban un filete de lomo al vino tinto con papa a la crema y vegetales, Mujica hizo un llamado muy directo a los hombres de negocios para que inviertan en Uruguay y les aseguró reglas de juego claras y una carga tributaria razonable.

El tono del discurso de Mujica fue muy distinto al que, por ejemplo, uno puede estar acostumbrado a escuchar en un acto o en una de sus audiciones partidarias. Un tono firme pero medido, sin explosiones o subidas de volumen demasiado llamativas. No leyó, pero mantuvo una línea de argumentación de la que no se desvío.

Además cuidó mucho su lenguaje, sin perjuicio de lo cual tuvo, como era de esperar, sus momentos pintorescos. Por ejemplo, no se privó de hacer alguna referencia a Mandrake, algo que maneja habitualmente cuando quiere decir que no se pueden lograr soluciones mágicas. Y también bromeó con que las afirmaciones que estaba realizando no eran originales ya que las dicen muchas veces los economistas. Sin embargo, agregó, en este caso eran importantes porque las decía él, que es "una especie de gato montés vegetariano".

Al término de su discurso, reiteró la idea con la que arrancó: el llamado a invertir y jugársela por Uruguay, un país que, agregó, "no es perfecto, pero es casi lo más vivible que hay en América Latina".


Saludos y deseos de suerte

Una vez finalizadas las intervenciones, Mujica contestó unas preguntas a algunos de los 130 periodistas que se habían acreditado para cubrir la conferencia.

Después tanto él como Astori se pararon para irse, pero no les resultó sencillo. En ese momento empezaron a acercarse varios asistentes a saludarlos y desearles suerte. Muchos se presentaban, otros simplemente les daban sus tarjetas personales, que tanto Mujica como Astori guardaban en los bolsillos de sus sacos.


Sensaciones

¿Qué sensación quedó en el auditorio? Los extranjeros conformes. Comentaba un empresario uruguayo vinculado al mundo de los negocios de Argentina que del otro lado del río se ve con buenos ojos el estilo frontal y directo de Mujica y que por eso había buena disposición a mostrarse afines a invertir en Uruguay.

De este lado, algunos, y sobre todo quienes están más vinculados a sectores de la oposición, se quedaron con la sensación de que dijo "lo que tenía que decir", sin entrar en temas concretos.

Un detalle para terminar. No había dirigentes de la Cámara de Comercio, de la Cámara de Industrias, de la Cámara Mercantil ni de la Asociación Rural, porque existiría un cierto malestar con la organización del evento.

¿A qué se debería ese malestar? A que se trató de una actividad empresarial que fue organizada sin la participación de esas entidades que son las más representativas de esos sectores.

La explicación del otro lado es que se trataba de una actividad que tenía como cometido central presentar a Mujica y a su nuevo gobierno fuera de fronteras y para eso se apuntó a empresarios extranjeros, que no están reunidos en estas gremiales.


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