Entrevistas

Topolansky: "Tanto gobierno como oposición aprendimos de los dos lados del mostrador"

Topolansky: "Tanto gobierno como oposición aprendimos de los dos lados del mostrador"

El lunes pasado, Lucía Topolansky, ex guerrillera tupamara, asumió como presidenta del Senado y la Asamblea General. Como parte de sus nuevas funciones, pasó revista al Batallón Florida, cuerpo militar que la arrestara hace más de tres décadas. Según confió a En Perspectiva, vivió la ceremonia "con emoción" pero no con resentimiento. "Uruguay tiene que reconstruir su sociedad. Los resquemores que las Fuerzas Armadas o las fuerzas policiales le dejaron a la ciudadanía se liman en la convivencia", reflexionó. La senadora por el Movimiento de Participación Popular y esposa del presidente electo, José Mujica, manifestó que su principal intención durante la actual legislatura será "lograr de una buena vez" políticas de Estado, objetivo para el que se mostró optimista debido a la experiencia acumulada por los partidos mayoritarios al haber estado en el gobierno y en la oposición. "No tengo ninguna prueba, es un olfato político nada más, pero tengo la intuición de que aprendimos", expresó.


(emitido a las 9.05 hs.)

EMILIANO COTELO:
Desde el lunes muy temprano Lucía Topolansky viene acaparando la atención de medios nacionales y extranjeros, porque ese día en la tarde se convirtió en presidenta del Senado y de la Asamblea General.

La imagen de la senadora Topolansky, acompañada de la presidenta de la Cámara de Diputados, Ivonne Passada, pasando revista al Batallón Florida ha sido algo muy comentado.

(Audio.)

Al hombro!

Van a desfilar para rendir honores a la señora presidente de la Asamblea General y a la señora presidente de la Cámara de Representantes.

¡Giro a la derecha! ¡Atención, a la derecha! ¡Paso redoblado!"

(Fin.)

EC - Es que no ocurre todos los días que un batallón de soldados les rinda honores a dos jerarcas mujeres. Pero además las dos están vinculadas al Movimiento de Liberación Nacional (MLN) - Tupamaros. Y, por si todo eso fuera poco, una de ellas es la esposa de José Mujica, el próximo presidente de la República.

Pero las especulaciones en torno a Lucía Topolansky no se agotaron esta semana. Falta el 1º de marzo, cuando será la encargada de tomarle el juramento a su marido en el comienzo de sus cinco años de gobierno, algo también inédito en la historia uruguaya.

En medio de esta situación tan especial, la senadora Topolansky ha dicho que quiere ponerse a trabajar cuanto antes, y fijó como prioridad el déficit de viviendas y por eso anunció que impulsará una ley de emergencia en ese asunto.

¿Cómo son estos 15 días tan especiales? ¿Cómo se prepara para el 1º de marzo?

Vamos a charlarlo con ella.

***

EC - Todo el país ha hablado mucho sobre lo singular que fue este lunes la instalación del nuevo Parlamento. ¿Para usted también fue especial?

LUCÍA TOPOLANSKY:
Sí, ni que hablar. 25 años atrás estaba presa, 25 años después estoy presidiendo la ceremonia. Es un poco fuerte.

EC - ¿Qué le dejó ese día?

LT - Son sentimientos contradictorios, porque uno visualiza la responsabilidad. Para mí el problema mayor es no fallar en el quinquenio, al menos es mi desvelo, no fallarle a la gente. Eso no quiere decir que uno haga las cosas perfectas, la perfección no existe. Pero sí la contracción al trabajo y sí ver si de una buena vez –y ese fue el sentido de mis escuetas palabras en la Asamblea General– podemos lograr alguna política de Estado.

EC - Por ejemplo, en el tema de género, ¿qué trascendencia le da a eso de que dos mujeres hayan accedido simultáneamente a la presidencia de la Cámara y a la presidencia del Senado? Es uno de los temas que se han comentado más en estos días, y casualmente son dos mujeres del Movimiento de Participación Popular (MPP), un sector que no impulsó la cuota política.

LT - Esa es otra paradoja más. Es muy importante, gráficamente o simbólicamente, porque muestra que se puede, que la vida social uruguaya en todos sus estamentos está cambiando.

EC - Que no es necesaria la cuota.

LT - Nosotros no somos partidarios de la cuota, lo hemos explicado hasta el cansancio, porque pensamos que es un problema de voluntad política. Esta lista al Senado fue encabezada por mí por voluntad política del sector en el que estoy, y la lista a Diputados de Montevideo fue encabezada por Ivonne Passada por la misma razón. No hubo obligación de cuota, no fue una formalidad lo que nos obligó, en la 609 se les da oportunidad a las mujeres. Fuimos a buscar a Constanza Moreira, que no es de nuestro grupo sino que es una persona allegada, porque pensamos que le daba calidad al Parlamento, que le iba a sumar un plus. Y además es mujer, por eso mismo la habíamos querido para presidenta del Frente en su momento. Hay una deliberada voluntad política de hacerlo, cuando se tiene esa voluntad se llega. Esto se va a dilucidar en 2014, la ley está votada y vamos a ver cómo juega. Yo de todos modos soy pesimista, porque el sistema electoral uruguayo es tan complejo, las sumas, las restas, los sublemas...

EC - Usted tiene la impresión de que la ley de cuota femenina no va a tener el impacto que se espera.

LT - Creo que no, porque por ejemplo pueden salir titulares primero y segundo de dos o tres listas y que la mujer esté en el tercer lugar, y ya visualmente está. Por eso digo, si no hay voluntad política de poner mujeres es muy difícil, capaz que ayuda a que dentro de los partidos... Pero no es sencillo, mi discrepancia es más honda, nosotros tenemos una cantidad de compañeras que ni locas agarran para un cargo de legisladora.

EC - ¿También se da eso?

LT - Sí, algunas tienen hijos chicos y lo dicen con franqueza: "Priorizo la crianza de mis hijos, por lo menos hasta que estén encaminados". Y uno tiene que respetar eso, ¿qué les voy a decir? ¿"No, dejá, hacé esta opción"? Es impensable meterse en ese punto. Y hay gente que no es vocacional de la cuestión legislativa, porque la cuestión legislativa precisa un marco de vocación para estar en la cotidiana.

EC - Sí, hay que acostumbrarse a los tiempos, que son largos, y a la negociación permanente.

LT - Claro. El Parlamento es caja de resonancia y paragolpes de un montón de cosas, la sociedad se expresa en el Parlamento, he pasado tardes enteras recibiendo gente que lo único que quería era una oreja que la escuchara, entonces se precisa una cantidad de condiciones, no todo el mundo está dispuesto, o es más ejecutivo. Pero acá se dio y el símbolo es importante para la mujer uruguaya.

EC - En particular, ¿cómo se sintió cuando usted junto con Ivonne Passada pasó revista al Batallón Florida?

LT - Yo vivo esas ceremonias en positivo porque pienso que Uruguay tiene que reconstruir su sociedad, su integración social en todos los planos. Los resquemores que las Fuerzas Armadas o las fuerzas policiales le dejaron a la ciudadanía se liman en la convivencia.

EC - Pero el MLN y usted en particular estuvieron enfrentados directamente al Batallón Florida en su momento, en la época de la guerrilla.

LT - Entre otras cosas, a mí me detuvo el Batallón Florida, pero eran otros tiempos y otros personajes de ese cuerpo.

EC - ¿Cómo vivió entonces un momento como el del lunes?

LT - Traté de vivirlo así: estamos en el siglo XXI, estamos iniciando un período, y corresponde que se vea que lo puedo hacer sin problemas. Porque me han preguntado mucho esto, o me han preguntado qué sentí cuando le tomé el juramento a Bordaberry; nada, para mí Bordaberry es un legislador igual que los míos, porque representa a gente. No hago esas asociaciones, y me parece que está mal hacerlas.

EC - Y ese momento que recién escuchábamos, cuando el oficial a cargo del Batallón Florida da la orden del comienzo del desfile, y lo hace con la modalidad que es tradicional, a los gritos: "¡Vamos a rendir honores a la presidente de la Asamblea General!", ¿cómo cayó en sus orejas?

LT - Lo esperaba, ya sabía que iba a suceder y cómo me iba a caer. A veces pienso si no le será más difícil a la otra parte. Espero que no. Hay una conmemoración del Batallón Florida antes del 1º de marzo, y en mi condición de presidenta de la Asamblea General voy a ir. Yo no he estado mucho en la parte de Fuerzas Armadas, no estoy en esas comisiones –en la vida parlamentaria hay que especializarse–, pero no tengo ningún resentimiento, no mido la vida ni con resentimiento ni con revancha, esas palabras no se me vienen a la cabeza. Sí con emoción, es emocionante vivir esos dos momentos en 25 años. Porque yo recuerdo bien ese día en que el Parlamento que acompañó al presidente Sanguinetti asumió, el Batallón Florida ya estaba instalado en el penal de Punta de Rieles, que es su sede actual, y de allí salió para la ceremonia. Nosotras vimos ese movimiento, y después por los parlantes pasaron la ceremonia; no me olvido más del momento en que el entonces diputado Uruguay Tourné gritó: "¡Amnistía, amnistía!". Estábamos esperando esa ley, no sabíamos si iba a ser total, si iba a ser parcial, si nos dejaban acá, si nos tiraban para afuera. Había un nerviosismo. Y recuerdo que los medios –creo que era Montecarlo que habían puesto por los parlantes– comentaban la reacción de la gente al vivir ese día después de todos esos años. Fueron cosas muy impactantes.

Ahora yo invité a un montón de compañeras que estuvieron conmigo, y estaban todas allí. Obviamente, todas habíamos vivido esas dos puntas.

EC - Para usted fue un día con distintos momentos de características especiales: este que estamos comentando, el hecho de que casualmente la fecha coincidiera con los 25 años del final de la dictadura, de la instalación del Parlamento democrático, pero también la parte en la que dentro del hemiciclo le tocó tomar la promesa a los nuevos senadores, a sus colegas. Ya mencionó que para usted no tuvo nada extraordinario, no le implicó ningún sentimiento complicado tomarle la promesa a Pedro Bordaberry, hijo de Juan María Bordaberry.

LT - Sí, porque las cosas no se heredan.

EC - ¿Para usted fue totalmente indiferente pasar por ese momento, o por el momento cuando le tomó la promesa a Luis Alberto Lacalle, que el año pasado fue el adversario con el cual su esposo, José Mujica, compitió por la Presidencia, y fue una lucha dura, con una polémica muy fuerte? ¿Tomarle la promesa a Lacalle no le requirió algo especial?

LT - De ninguna manera, en primer término para mí fue un honor tomar esa promesa, era una cosa que no estaba en los cálculos, algo que la vida me dio. Así que eso de por sí ya era una cosa importante, y para mí todos los legisladores, los 30 que había ahí, representan parcelas de población, y me importan tanto el votante de Bordaberry y el de Lacalle como el votante mío, les debo el mismo respeto, entonces a quienes los representan les tengo que tener ese mismo respeto. Que yo en la fórmula les haya dicho "compañeros" a los frenteamplistas, obvio, son mis compañeros de viaje y de lucha, y tiene un plus especial tomarles juramento, pero tomarles la promesa –ya no juramento, cambió la fórmula– a todos los demás... Hay gente que puso la esperanza en Lacalle, hay gente que puso la esperanza en Bordaberry, y ojalá todos aportemos. Y yo vi que también Lacalle estaba emocionado, daba la impresión de que la ceremonia le llegaba. Había un clima en la sala que era positivo para el país. No sé si otros países de América Latina tienen un escenario de este tipo, yo hace unos días terminé un grueso libro sobre un largo juicio que le han hecho a la gente del Movimiento Tupac Amarú en Perú, y me doy cuenta, por la lectura del juicio, de que Perú es un país absolutamente fracturado todavía. Entonces digo: qué privilegio Uruguay. Eso se me vino a la cabeza.

***

EC - Volviendo al lunes pasado, ¿le prestó atención especial a la elección de la ropa que iba a usar ese día?

LT - Bueno... ¿Estaba elegante o no?

EC - Estaba elegante, y ese fue uno de los comentarios que circularon lunes y martes.

LT - Uno le tiene que poner a la categoría de la ceremonia lo suyo, lo personal. Por eso me esmeré en ir a la altura de las circunstancias.

EC - Se lo pregunto porque se ha hablado mucho de cómo cambió su vestimenta su esposo, José Mujica. Fue todo un revuelo cuando encargó un traje a medida y pasó a lucir ese traje y conjuntos de saco y pantalón.

LT - Ahora le están haciendo otro.

EC - ¿Le están haciendo otro?

LT - Sí, para el 1º.

EC - ¿Qué puede adelantar?

LT - No sé, no lo vi; sé que es oscuro, pero no lo vi todavía.

EC - ¿Y se va a poner corbata además?

LT - De eso no me ha dicho nada.

EC - Volviendo a usted, usted también ha ido dejando atrás la ropa informal, parece atender cada vez más las convenciones del protocolo.

LT - Sí, no tengo claro históricamente cómo se inventó el protocolo, pero existe, entonces uno tiene que avenirse, un poco por aquello del Quijote, "adonde fueres haz como vieres". No tengo ninguna intención de llamar la atención por una nota en ese sentido, porque eso distorsionaría la esencia de la ceremonia, que era lo que me importaba.

EC - Pero puede ocurrir que sus votantes, que quizás en el caso del MPP votaron a Mujica o a Lucía Topolansky por una cuestión de ver en ellos, hasta en la forma de vestirse y en la forma de vivir, una cierta autenticidad, una forma de encarar la vida, al verla a usted con ese tailleur color mostaza, habiendo pasado por la peluquería, maquillada, pensaran que hubo un afloje, un quiebre. ¿Qué dice?

LT - No. La prensa no los conoce, pero estaba lleno de compañeros del MPP, y les dije: "Ah, todos desenterraron los trajes", estaban todos de traje. Así que no, no pasa por ahí, es el contenido de las cosas. Yo no pretendo competir con Michelle Obama ni con la señora de Sarkozy, que son preciosas, son jóvenes y tienen un look, yo estoy en la línea de Bachelet, de Angela Merkel, estar bien con sobriedad.

EC - Hay una escuela de moda femenina según la presidenta o la jefa de Gobierno que se mire. No lo tenía claro. (Risas)

LT - Claro, Michelle Bachelet es una mujer que en los cinco años de gobierno ha tenido una presencia absolutamente correcta, pero absolutamente sobria. Y Angela Merkel aún más, porque ella tiene esa rigidez germana. Y yo recordaba en estos días, habiendo leído bastante sobre su vida, que Golda Meir era una mujer de una sencillez enorme; cuando recibía gente, siendo primera ministra de un país como Israel, se preciaba de hacer ella la comida para el agasajo de sus invitados. Hay cosas muy lindas para rescatar de la historia.

EC - Hablando de protocolo, ¿en qué ha cambiado su vida en estos días? Por ejemplo, el número de teléfono de la chacra cambió, su celular no atiende más, está siempre con la casilla llena, no sé si lo está usando.

LT - Ese no lo tengo más. Yo tuve un problema, hasta el 25 de octubre y después hasta el 29 de noviembre me colapsó el celular, me colapsó el teléfono de casa, toda la prensa uruguaya, gente, otro tipo de gente, y después la prensa argentina, que es bastante dura para llamar, llamar y llamar. Y me llamaban de Colombia, de aquí y de allá. Entonces dije "no",  una vez resuelto el 29 no podía seguir así porque era imposible, había que cambiar la lógica del asunto.

EC - Ahora hay más filtros.

LT - El teléfono de línea de mi casa va a ser el teléfono de comunicación del presidente con los ministros, así que ese para mí murió, alguna vez alguna llamada si preciso, pero nada más.  Mi teléfono celular lo tuve que cambiar porque lo tenía mucha gente, y además tengo que cuidar la vía corta, ya le expliqué mi drama de la vía corta.

EC - Sí, el hecho de que la elijan como forma de llegar a Mujica.

LT - Claro. Pero recién empezó la legislatura, hoy empiezo a trabajar normalmente en mi despacho, me tomé todo el receso completo por razones de salud, entonces tengo que instaurar formas de comunicación para mi senaturía.

EC - Entonces reconfirma, van a continuar viviendo en la chacra.

LT - Sí, sí. Ahora hemos logrado la paz, después del 29 nos pusieron la custodia policial y se acabó todo el desfiladero.

EC - Pero la vida de la chacra no va a ser la de antes, va a cambiar. Ya eso es un cambio; esa chacra era muy abierta.

LT - Fue un alivio, porque a medida que avanzaba la campaña electoral y se aproximaba el desenlace era tremendo, uno sentía que había perdido totalmente la intimidad en la casa.

EC - ¿Qué va a pasar con la casa presidencial de Punta del Este? ¿Qué va a pasar con la estancia de Anchorena?

LT - La estancia de Anchorena es una donación modal que tiene un destino específico.

EC - Lo mismo que la casa de Punta del Este.

LT - Y tiene una serie de condiciones, el presidente tiene que ir tantos días al año. Eso se seguirá haciendo así; hay un emprendimiento interesante que es un tambo, y también tiene ovejas y áreas sembradas. Pepe va a continuar todo eso, tiene intención de darle un poco más de espacio al parque público, y va a utilizar la estancia para reuniones de trabajo, es un lugar muy bueno para juntar el Consejo de Ministros, la bancada.

EC - Es un lugar maravilloso.

LT - Yo no lo conozco; conozco el río San Juan, que es espectacular, así que me imagino que Anchorena también. La casa de Punta del Este para la legislatura de Pepe es algo completamente inútil, no sé cuál es la forma jurídica de esa casa.

EC - Todavía no hay nada pensado.

LT - No.

EC - ¿Y qué va a pasar con la residencia de Suárez, ahora que por ejemplo los consejos de ministros se están haciendo en el Edificio Independencia?

LT - No está claro todavía dónde va a trabajar Pepe, si va a trabajar en Suárez chico o en la Torre Ejecutiva. Lo está afinando. Yo me tomé la libertad de sugerirle al futuro presidente que destinara la residencia de Suárez a la Agencia de Ciencia, Tecnología e Innovación; es tan importante el tema que merece un edificio que lo jerarquice, y además en el fondo tiene esa especie de invernáculo, que es un salón para conferencias, para seminarios, que son cosas que la Agencia hace, es importante. Y habría que devolverle el pedazo que en la época de Pacheco se le robó al Jardín Botánico. Me gustaría que la Agencia tuviera una presencia fuerte, porque es un organismo que es futuro para Uruguay, y ahora la gente no sabe bien dónde está, no la tiene visualizada.

EC - Esa es una posibilidad para la residencia de Suárez.

LT - No; es mi sugerencia, no sé si el presidente me dará bolilla, ese es otro tema.

EC - Usted vio cómo es el presidente.

LT - Sí.

***

EC - Desde el lunes y hasta el 1º de marzo Lucía Topolansky preside el Senado y la Asamblea General. Es la primera senadora de la lista más votada del partido más votado. Es además la esposa del presidente electo, José Mujica, y tiene 65 años.

Pese a todo el revuelo que se ha armado en torno a estos cargos que usted ocupa desde el lunes, lo cierto es que su período como presidenta del Senado y de la Asamblea General es breve, son 15 días. ¿Van a ser dos semanas productivas, o solo preparatorias? ¿Cómo las concibe?

LT - En realidad siempre son preparatorias, por lo menos esa es mi experiencia parlamentaria. Mañana nos vamos a reunir la bancada nueva, vamos a elegir al coordinador y a los compañeros que junto con Danilo Astori van a negociar con los otros partidos la integración de las empresas públicas, los servicios descentralizados y los órganos de contralor. Y después vamos a trabajar sobre qué cosas hay que desarchivar y las prioridades parlamentarias, vamos a dejar todo pronto. No sé si se va a hacer en estos 15 días la sesión para elegir los secretarios de cámara, o si se va a hacer después; no nos corre nada. Probablemente el único punto que tiene apuro es votar una ley de finanzas para las elecciones del Codicen que está haciendo la Corte Electoral, hay un proyecto que ingresó al Parlamento y la Corte precisa esos recursos, porque son el 24. Aparte de eso no va a haber nada. Entonces lo mío es medio protocolar, pero después, en el correr de la legislatura, cuando Danilo Astori esté de presidente yo ocuparé ese cargo nuevamente.

EC - En las pocas palabras que usted dirigió a la Asamblea General el lunes puso énfasis en el tema políticas de Estado, se mostró esperanzada en que puedan alcanzarse políticas de Estado. Vamos a escucharla.

(Audio Lucía Topolansky.)

"Señores y señoras legisladoras, bienvenidos. A todos y todas les deseo el mejor trabajo en esta legislatura que comienza. Que sea posible el diálogo franco entre los partidos, y que cuando finalice el período podamos tener el orgullo de tener en marcha algunas políticas de Estado. Por nuestra gente y por nuestro país".

(Fin.)

EC - Seguramente sorprendió a muchos que una mujer proveniente del MLN se ilusionara con un objetivo tan "políticamente correcto" y tan poco "radical". ¿Qué dice usted?

LT - Esos calificativos, los casilleros a veces no coinciden con las realidades. Quien conoce la historia del MLN, la historia real –porque se dice mucha cosa por ahí y hay muchos que escriben libritos–, quien haya conocido a Sendic, sabe que fue un hombre de diálogo permanente, aun en la clandestinidad. Tenía amigos en los partidos tradicionales a patadas, y siempre estuvo dialogando, aun en esas circunstancias. Uno debería preguntarse: ¿cómo el abogado defensor de Raúl Sendic fue Hugo Batalla, con quien mantuvo amistad, más allá de los pasos que dio Batalla, hasta su muerte? Hay una peculiaridad en el MLN fundacional, esencial; claro, como en todos lados siempre hay alguna "bala perdida".

EC - Con el correr del tiempo y en el desarrollo de la guerrilla algo de aquel MLN se desvirtuó.

LT - La lógica del transcurrir genera otros escenarios, eso es una cosa que pasa naturalmente, en la lógica del enfrentamiento.

EC - Entonces hoy su principal sueño es que haya políticas de Estado, que esta vez sí pueda haber políticas de Estado.

LT - Las leyes que votamos con el respaldo del Parlamento tienen una fuerza innegable sobre leyes que son jurídicamente válidas porque se votan con la mayoría que el reglamento prevé pero que solo están apoyadas por esa mayoría. Hay una diferencia que uno no se puede comer, es así. Además no basta con votar una ley, la ley después tiene que operar sobre la realidad, y es muy importante que la gente la haga suya, entonces es mucho mejor que tenga respaldo de la totalidad de los partidos para que ese fenómeno sea mejor.

EC - Pero en la búsqueda de ese objetivo, al oficialismo, al Frente Amplio (FA), le corresponde una responsabilidad importante, porque en principio tiene mayoría propia, puede salir adelante por sí solo.

LT - Yo no digo que vayamos a lograrlo en el 100% porque eso no existe, pero yo trabajé siempre en este quinquenio que finalizó con ese espíritu, alguna vez lo logramos y otras no. Hubo leyes importantes que aprobamos que me habría gustado que tuvieran otro respaldo. Tampoco se puede eternizar un proyecto de ley, porque hay tiempos políticos para las cosas. Pero yo tengo la sensación de que tanto nosotros que por primera vez fuimos gobierno como la oposición que tuvo por primera vez un gobierno de izquierda aprendimos, aprendimos de los dos lados del mostrador. No tengo ninguna prueba, es un olfato político nada más, pero tengo la intuición de que aprendimos. Y me parece que eso estuvo en toda la campaña electoral, más allá de los chisporroteos y demás estuvo implícita en el discurso de todos los partidos la necesidad de eso. Y creo que el funcionamiento por ahora positivo de las cuatro comisiones que se han instalado también habla de eso.

EC - También fue una señal en esa dirección la presencia de todos los líderes de la oposición, incluidos dos ex presidentes de la República, Sanguinetti y Lacalle, el miércoles pasado en el Conrad cuando Mujica habló ante los empresarios.

LT - Obvio, eso fue importantísimo.

EC - Da la impresión de que hay un ambiente proclive a los acuerdos.

LT - Como Pepe estuvo 15 años en el Parlamento, conoce los tiempos, los vericuetos parlamentarios, tiene absolutamente claro el papel que debe tener el Parlamento en la conducción y dónde se encuentra la oposición, porque ahí está expresada en plenitud. Entonces tengo la esperanza, no lo puedo demostrar pero veo en esos detalles chicos una predisposición buena de todas las partes. Ojalá nos vaya bien.

***

Transcripción: María Lila Ltaif


Finalizada la entrevista, Lucía Topolansky siguió conversando con los integrantes de la Tertulia de los Miércoles:

Vivienda será prioridad del próximo gobierno



 
 Marcelo Estefanel saluda a Lucía Topolansky