Ope Pasquet (PC) propone feriado para "reestablecer armonía" con Argentina
El senador por Vamos Uruguay Ope Pasquet volvió al Parlamento tras dedicarse exclusivamente a la actividad privada durante 20 años. En su primer día de trabajo ya presentó un proyecto de ley por el cual se declara feriado el 25 de mayo próximo, bicentenario de la creación de la Junta de Buenos Aires, uno de los primeros hitos en la independencia Hispanoamericana. "Es momento de recordar estas grandes coincidencias históricas cuando tenemos los problemas que tenemos", indicó a En Perspectiva el legislador. El dirigente también afirmó que el Partido Colorado debe "recomponer su relación con la sociedad" y tender puentes "que se rompieron hace mucho tiempo". Asimismo, explicó en qué consiste el anteproyecto de reforma del Código del Proceso Penal, que significará "una revolución copernicana" que mejorará el funcionamiento del sistema penal y brindará una "mayor garantía para los derechos de las personas".
(emitido a las 8.57 hs.)
EMILIANO COTELO:
Veinte años después de haber dejado su banca en la Cámara de Diputados, el doctor Ope Pasquet volvió este lunes al Parlamento.
Esta vez lo hizo como senador, ya que en octubre fue el tercer titular en la lista de Vamos Uruguay (VU) para la Cámara Alta.
Para muchos, Pasquet es una de las caras nuevas que llegan en esta legislatura. Otros sin embargo recuerdan que fue uno de los jóvenes dirigentes que acompañaron al fallecido Enrique Tarigo a la salida de la dictadura, con su lista 85, del sector Libertad y Cambio del Partido Colorado (PC).
Desde 1990, cuando culminó aquella primera legislatura, el doctor Pasquet no ocupaba cargos de gobierno. Estaba dedicado a la abogacía en el sector privado, aunque al mismo tiempo seguía activo en la interna colorada, en distintos movimientos que trabajaban por la renovación.
Ahora, a los 54 años, retoma la tarea legislativa. Y todo indica que lo hace con bastante entusiasmo, porque en el primer día de trabajo como senador ya presentó un proyecto de ley.
Para hablar de estos temas y de esta nueva etapa, recibimos al doctor Ope Pasquet.
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EC - ¿Cómo es esto de regresar al Parlamento después de una pausa de 20 años?
OPE PASQUET:
Como pausa ya está bien, es hora de volver a trabajar en lo que a uno más le gusta. Vuelvo con una enorme alegría, se podrá imaginar, es una gran satisfacción, por supuesto también una gran responsabilidad, y así lo asumo. Estoy contentísimo, desde el miércoles estoy yendo al Palacio de mañana y de tarde porque me apasiona.
EC - A pesar de que estuvo en la primera legislatura posdictadura, hoy en el Senado es de los más jóvenes y es una cara nueva para mucha gente. ¿Cómo ve esa paradoja?
OP - Es raro, realmente, uno a veces se siente descolocado, porque por un lado es nuevo en el escenario, pero por otro lado recuerda cosas que otros no recuerdan porque estuvo hace 20 años, hace 25 años, cuando empezaba el Parlamento democrático.
EC - Asumió como diputado cuando se instaló el primer Parlamento democrático.
OP - Exacto, es muy curioso todo, pero lo sobrellevo con mucho gusto, ni que hablar.
EC - Entonces tenía 29 años y hoy tiene 54.
OP - Sí.
EC - En aquel primer período de gobierno democrático fue diputado integrando la bancada de Libertad y Cambio, pero además durante dos años se desempeñó como subsecretario de Relaciones Exteriores, cuando el ministro era el doctor Luis Barrios Tassano. Entonces, ¿qué le dejó aquella época, aquel período, cómo lo ve ahora con esta distancia?
OP - Sin duda una experiencia que sigue siendo importante; no ha cambiado tanto el funcionamiento parlamentario, en algunas cosas sí cambió pero no me impiden sentirme cómodo, sentirme en un ámbito en el que conozco. Y además me quedó una inclinación por los temas que tienen que ver con la política internacional, que seguiré cultivando porque hemos distribuido la tarea en la bancada colorada, y yo voy a ser el representante del partido en la Comisión de Asuntos Internacionales, además de en la Comisión de Constitución y Legislación. De modo que voy a seguir trabajando estos años en ese rubro, y con eso tiene que ver el primer proyecto de ley que Pedro Bordaberry y yo presentamos el miércoles.
EC - ¿Como analiza este ingreso suyo al Senado en el contexto de lo que fue su militancia de los últimos 20 años? Yo decía en la introducción que en estos 20 años usted no ocupó cargos públicos, pero por distintos caminos y con más de un fracaso siguió trabajando dentro del PC, y había una palabra, un término que se repetía en aquellos intentos: reclamaba renovación del PC, un paso al costado de líderes como Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle. ¿Entonces?
OP - Vista desde esa perspectiva la cosa tiene una gran coherencia. Ya la 85 era un grupo renovador que pretendía modificar ciertas cosas dentro del PC. Y antes del 85 algunos habíamos arrancado en la CBI, que también ponía el énfasis en la necesidad de una renovación profunda del PC. Esos impulsos no cuajaron, por distintas razones que sería muy largo examinar aquí, y el partido siguió bajo la hegemonía en definitiva de la vieja lista 15, con sus dos ramales, la 15 de Jorge y la 15 de Julio. Eso había surgido antes del golpe de Estado, ya estaba instalado cuando la muerte de Luis Batlle, la sucesión se planteó así, y después del fugaz interregno pachequista, que tuvo su hora dentro del PC, la hegemonía fue siempre de la lista 15. Frente a esa situación política algunos grupos y personas veníamos reclamando con distintos acentos, desde distintos ángulos, la renovación del partido. Ese reclamo tuvo sus peripecias, horas felices como las del 84, con el triunfo de la lista 85 repito, eso no cuajó por varias razones, y después el partido siguió en esa situación, y algunos seguimos reclamando renovación y señalando que si no se producía esa renovación las consecuencias podían ser muy serias.
EC - ¿Era una renovación solo de hombres?
OP - No era de hombres, era fundamentalmente de funcionamiento, de forma de relacionarse con la sociedad, de contenido. Era mucho más que eso. Y ha quedado por escrito, hay un documento que suscribimos con un grupo de amigos en el año 2001 que se llamaba "Apuntes para un análisis largamente postergado" en el que decíamos "estamos en el gobierno, ganamos tres elecciones de cuatro, parece que todo está muy bien, pero pensamos que no es tan así", y hacíamos una larga crítica, "hay que cambiar rápido". Después vino el desastre electoral de 2004, y después vino la recuperación, surgió la figura de Pedro Bordaberry, que se catapultó con la elección municipal de 2005, que capitalizó políticamente el prestigio que había ganado como ministro de Turismo y al frente de otros ministerios en la administración anterior. Y el resto es la historia reciente, Pedro articula la renovación, le da fuerza, le da impulso, y finalmente se produce el triunfo en la interna de junio del año pasado.
EC - Vale la pena recordar que su último movimiento político fue el Batllismo Abierto (BA), así se llamó.
OP - Agrupación que subsiste y con la cual concurrimos a la elección interna; nuestra lista fue la más votada del PC.
EC - Ese BA terminó incorporándose a VU.
OP - Exactamente.
EC - ¿Eso, VU y Pedro Bordaberry, es la renovación que usted estaba reclamando?
OP - Sin duda; no es un calco de lo que uno quería, porque es la confluencia de mucha gente de muchos sectores, VU es mucho más amplio, más rico y más importante que BA, entonces tiene otros aportes, otros énfasis, otra riqueza política que lo nuestro no tenía.
EC - ¿Qué es lo saludable para usted de VU?
OP - Expresa ese anhelo renovador que significa entre otras cosas la democratización del partido.
EC - ¿En qué sentido, en términos prácticos?
OP - Se amplió el círculo de la deliberación y de la votación, las decisiones se toman entre mucha más gente, pasan por los órganos del partido, y hemos salido de esa situación que nos cansamos de denunciar, en la cual vivíamos en el régimen decíamos del verticalismo y el silencio, con una cúpula que en la elección de 2004 eligió al candidato entre dos personas. Llegamos a ese punto.
EC - Se refiere a la elección de Guillermo Stirling realizada entre Sanguinetti y Batlle.
OP - Exactamente, nos tomaban el pelo. Recuerdo que Gargano decía "una convención de dos personas designó al candidato del PC". Esa fue la fase terminal de todo aquello que venía de mucho tiempo atrás. Y así nos fue. Ahora estamos en otro ámbito, las decisiones se discuten en grandes asambleas; algunos integrantes le reclaman a Pedro más ejecutividad, más decisión, que asuma más decisiones, y él dice: "No, porque entonces va a ser lo mismo que se les criticaba a otros".
EC - Hay una tensión planteada, desde Propuesta Batllista (PROBA) Amorín Batlle y Tabaré Viera todavía ven con recelo algunos procedimientos que sigue Pedro Bordaberry como secretario general, ven que hay una tendencia a imponer la mayoría de VU. ¿Cómo observa, desde esos reclamos suyos de renovación y de mayor democratización en la toma de decisiones, estos reclamos que ahora le vienen al grupo que usted integra, o al líder del grupo que usted integra?
OP - Todo tiene una explicación, porque estos procesos de renovación tan profunda es muy profunda la renovación colorada naturalmente son turbulentos, generan algunas molestias. Eso es lógico, es humano, y esperemos que con el esfuerzo de todos, también de nuestra parte, vayamos superando el malestar. Pero de que el funcionamiento cambió para bien no tengo dudas. ¿Cuál es el agravio hoy? ¿Qué pueden decir los compañeros que discrepen? ¿Que la mayoría se hace valer como mayoría, que vota y que gana y que entonces procura imponer su criterio de esa manera? Eso es perfectamente legítimo, yo prefiero esto, vamos a un Comité Ejecutivo Nacional (CEN), a una convención, y se vota y se hace lo que la mayoría dispone, a esa otra situación en la que uno nunca sabía dónde se tomaban las decisiones, las decisiones caían como del cielo, "es tal cosa, ya se conversó, ya está", y uno nunca sabía dónde se discutía, dónde se podía votar, quién había resuelto. Ahora no, es todo transparente y democrático. Por supuesto, genera esas asperezas que se generan cuando hay votación, cuando las cosas se discuten sinceramente, cuando al final hay que contar los votos y unos ganan y otros pierden. Eso machuca, pero me parece profundamente sano, mucho más sano que lo otro.
EC - ¿Qué más le falta a la renovación del PC? ¿Qué otros pasos espera, qué otros pasos promueve usted?
OP - Recién estamos empezando, se ha constituido el CEN, se están echando a andar las convenciones departamentales, los ejecutivos departamentales, ahora todo el mundo está abocado al trabajo electoral para mayo. Básicamente el partido tiene que recomponer su relación con la sociedad, tiene que empezar por elaborar un nuevo mapa de la sociedad uruguaya, estudiarla de nuevo.
Si me permite un paréntesis y un aviso que tiene que ver con esto: hoy a las diez y media de la mañana Germán Rama dictará una conferencia sobre la nueva estratificación sociocultural de Uruguay y su impacto en el proceso educativo. Esto va a ser en la antesala del Senado, abierto a todo el mundo. Germán Rama estuvo estudiando las encuestas de hogares de los últimos años desde la perspectiva de la educación, y vio de qué manera los condicionamientos sociales y culturales que tienen cada niño, cada joven por el hogar del que provienen después impactan fuertemente, sensiblemente sobre su logro, sobre su rendimiento en la educación.
El PC tiene que reaprender estas cosas, tiene que aprender cómo funciona, cómo actúa, cómo está hoy la sociedad uruguaya, y tratar de vincularse con ella tendiendo puentes que se rompieron hace mucho tiempo, lo cual después tiene su consecuencia político-electoral, pero lo primero es esto otro. Entonces, si habrá una tarea por hacer. Un partido que tiene que recomponer sus modos, sus canales de comunicación con la sociedad, con la gente, que no tiene un periódico que lo exprese; hoy no hay prensa colorada. Todos sabemos lo importante que es la prensa, que marca la agenda, los titulares que después las radios retoman. No hay prensa colorada.
EC - Todos sabemos la importancia que tuvo durante décadas el diario El Día.
OP - Ni que hablar.
EC - Es el gran ausente, o un diario de ese estilo.
OP - O el diario Acción, o en su momento el semanario Opinar. Todo eso se fue perdiendo, habrá que ir recomponiendo. No digo hacer lo mismo, pero encontrar los canales adecuados para esta época, que serán digitales o de cualquier otra naturaleza pero el partido tiene que volver a hablar con la sociedad más allá del tiempo electoral. Todo eso es lo que está pendiente y lo que tenemos que hacer.
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EC - Usted acaba de asumir como senador; ¿piensa seguir paralelamente dedicándose a la actividad privada como abogado?
OP - No, tengo que terminar unas cuantas cosas que tengo pendientes empezadas antes, pero ya me fui del estudio, lo cual fue un desgarramiento afectivo también, porque hacía muchos años que estaba dedicado exclusivamente a la actividad profesional como abogado. Pero no puedo hacer todo, no se puede hacer todo, voy a tener un enorme trabajo, porque además de estar en el Parlamento yo integro el CEN del partido, y hay una gran tarea política por hacer, además de la tarea parlamentaria y legislativa, y me voy a dedicar por entero, me voy a zambullir en esto que es lo que siento como mi vocación más fuerte. El derecho me gusta, la abogacía me gusta, pero prefiero discutir y participar en la elaboración de las leyes antes que luego aplicarlas. Entonces me voy a dedicar enteramente a ello.
EC - ¿Con qué expectativas llega? ¿Qué espera de usted, de su trabajo en estos cinco años?
OP - Espero cumplir una tarea acorde con lo que va a ser el trabajo del partido. Acá no vamos a actuar como individualidades, como prima donna, sino que tenemos el acento puesto en el trabajo de equipo.
EC - Se lo preguntaba sobre todo teniendo en cuenta el contexto: usted es senador, uno de los cinco senadores del PC, cuando el FA gobierna por segunda vez y cuando el presidente de la República es José Mujica. En ese marco, ¿qué expectativas tiene?
OP - Tenemos que cumplir una tarea política que fuimos anticipando durante la campaña electoral, que es por un lado de colaboración constructiva y leal con todo aquello que entendamos que corresponde apoyar. Pusimos mucho el acento en esto, no venimos a oponernos por hacer oposición, no venimos a poner palos en la rueda, no venimos a armar escándalos con los temas. Queremos ayudar, queremos contribuir con lo que nos parezca útil, necesario y conveniente, porque vemos que durante la campaña electoral hablamos tanto de cosas que todos decíamos que queríamos hacer que tiene que haber una oportunidad de concretar esas cosas, de ponerlas en práctica. Y venimos con un fuerte impulso en ese sentido.
Pero no nos olvidamos de que somos la oposición, no somos el gobierno. Todos hablamos en esta hora de luna de miel, todos somos amigos de todos, el otro día el clima en el Parlamento era ese, abrazos, saludos, cordialidad, estamos todos sinceramente en eso, pero hay un gobierno monocolor que tiene todos los ministros, lo cual es legítimo, porque si el pueblo le dio la mayoría al Frente Amplio (FA) es legítimo que el FA gobierne con su gente, pero entonces nuestra tarea es muy clara, es hacer el contralor que corresponde a la oposición. Y desde ese punto de vista lo que me parece más importante es actuar como garantía republicana. Eso es lo que me parece central, la defensa del Estado de derecho, la defensa de las claves de la institucionalidad republicana. Ojalá no sea necesario empeñarse en combates a fondo por estas cosas.
EC - ¿Entiende que hay algún riesgo en ese sentido?
OP - Todo está por verse, pero a veces ocurren cosas que me hacen pensar que sí, que hay cosas que están en riesgo. Por ejemplo, el año pasado fue presentado a estudio del Parlamento un anteproyecto de reforma del Código del Proceso Penal, que es prácticamente un nuevo código. Ese nuevo código se caracteriza por que introduce un cambio muy fuerte, una especie de revolución copernicana en el proceso penal uruguayo.
EC - Usted trabajó en ese anteproyecto.
OP - Sí, como representante del Colegio de Abogados. El cambio es que mientras que hasta hoy la gran figura de la instrucción penal es el juez, el viejo juez de instrucción aunque su nombre haya cambiado, en el nuevo código ese papel central en la investigación lo tiene el fiscal, el proceso pasa de ser inquisitivo a acusatorio, como es ya hoy en la mayoría de los países de América. Es más parecido a lo que se ve en las películas. Eso va a significar, por varias razones, una mejora en el funcionamiento del proceso penal y una mayor garantía para los derechos de las personas que se ven involucradas en un proceso penal. Pero una pieza fundamental de toda esa estructura, que está señalada como tal en la exposición de motivos que acompaña al anteproyecto, es la absoluta independencia del Ministerio Público. Es decir, si el eje de la investigación va a estar en los fiscales, los fiscales tienen que ser absolutamente independientes del poder político especialmente, ahí está el énfasis.
EC - ¿Y observa señales que lo preocupan en cuanto a la independencia de los fiscales en este período de gobierno por empezar?
OP - Claro, en los primeros días de enero trascendió que querían poner la Fiscalía de Corte y todas sus dependencias en la órbita del Ministerio de la Presidencia o del Gobierno que se está por crear.
EC - ¿Cuál es el problema? ¿Cuál es la diferencia con la realidad actual, en la que esa dependencia está en el Ministerio de Educación y Cultura?
OP - Desde el punto de vista jurídico y en abstracto, ninguna, porque tan ministerio es uno como el otro, pero desde el punto de vista político la diferencia es muy clara porque ese ministerio se va a crear para que sea el brazo ejecutor del presidente, y van a poner allí a un hombre como el senador Bonomi para que cumpla esa función de hombre más vinculado al presidente que va a ser sus ojos, su oído y su brazo ejecutor. Entonces cuando se crea un ministerio con ese prestigio, para ser el ministerio político de la Presidencia, y los fiscales van a ir ahí, y al mismo tiempo la instrucción penal va a depender de los fiscales, ahí se prende la luz roja, debe prenderse. Cuidado, no puede ser que alguien mañana piense que una investigación penal se inicia o no se hace porque hay algún interés político en ese sentido.
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EC - El doctor Ope Pasquet Iribarne es abogado, senador de la República desde este lunes, ingresó a la Cámara Alta en las listas de VU. Con él estábamos recordando que en 1985, hace 25 años, ingresó por primera vez al Parlamento, en ese caso como diputado de Libertad y Cambio, que por aquellos años encabezaba el doctor Enrique Tarigo. Luego, terminada aquella legislatura, se mantuvo trabajando como abogado en el sector privado y militando paralelamente en la interna de su partido.
Pero hizo algo más en aquellos años, y justamente eso estaba recordando alguien que acaba de entrar brevemente al estudio, Mauricio Rosencof.
MAURICIO ROSENCOF:
Claro, lo saludé a través de la vidriera, después entré y nos dimos un abrazo, porque la culminación de su formación política se dio precisamente en este ámbito, en La Tertulia de los jueves en ese entonces.
EC - Acá se graduó.
MR - Entonces cuando vos decís que reingresó o ingresó por primera vez al Parlamento, también tenés que decir que ingresó por primera vez a las tertulias aquí. Creo que estábamos con María Elena Laurnaga. De acá salió también Daniel Martínez; van a estar de compañeros, pueden armar una tertulia allá, podemos armar una tertulia en la Cámara con los tertulianos que defeccionaron de este ambiente.
EC - Es un peligro darle el micrófono a Mauricio, las cosas que pueden salir en 30 segundos...
MR - Nada, saludarlo, y además ratificar que La Tertulia se ha convertido en un espacio heterogéneo de opiniones, de cordura y sensatez, y creo que todos, cada cual por su lado, y sobre todo cuando nos encontramos acá, tiramos para el mismo lado. Así que bienvenido, aunque sea en tránsito, a este espacio tertuliano, y buena suerte.
OP - Muchas gracias, Mauricio. Yo nunca merecí el honor de que me invitaran a formar parte de La Tertulia de los viernes, que es la de primera división, pero en las divisiones inferiores, donde militaba, me gustaba mucho cuando me promovían y tenía la oportunidad de conversar con Mauricio y otros amigos acá en la radio.
MR - Para el retorno estás en los viernes.
OP - Gracias, Mauricio.
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EC - El primer día de trabajo de los nuevos parlamentarios, este miércoles, usted ya presentó un proyecto de ley. Es muy breve, dice:
"Artículo único. Declárase feriado laborable el 25 de Mayo de 2010, en conmemoración de los hechos históricos acaecidos en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, el 25 de Mayo de 1810".
¿Por qué? ¿Cuál es el objetivo de esta iniciativa?
OP - Esto tiene un sustrato histórico y un objetivo político. El sustrato histórico es claro, se cumple el bicentenario del 25 de mayo de 1810, cuando se produjo aquel episodio que todos conocemos, el vecindario de Buenos Aires le exigió la renuncia al virrey español Cisneros y forzó la designación de la que fue la primera Junta, que presidía Cornelio Saavedra y cuyos secretarios eran Juan José Paso y Mariano Moreno. Esa Junta marcó el comienzo del proceso emancipador en el Río de la Plata.
Recordemos que Artigas cuando decidió formar parte de esa lucha cruzó el río Uruguay, fue a Buenos Aires, se presentó ante la Junta, la Junta le otorgó el grado de teniente coronel, lo nombró Jefe de las Milicias Orientales, Artigas empezó luchando como hombre de la Junta de Buenos Aires. Después vinieron los líos que vinieron, que todos conocemos, con Buenos Aires, pero aun así es interesante señalar que Larrañaga en 1816 cuando inauguró la primera biblioteca pública hizo expresa mención al 25 de mayo y lo equiparó en la referencia con la batalla de Las Piedras, es decir que para el artiguismo el 25 de mayo era una fecha trascendente.
Después cuando se instaló la Asamblea General Constituyente y Legislativa, que fue la que redactó la primera Constitución, le votó una partida de 4.000 pesos al gobierno provisorio creo que era Rondeau en aquel momento para que festejara el 25 de mayo. Cuando vino el sitio grande, durante la Guerra Grande, fue notable porque el 25 de mayo se festejó en el Montevideo sitiado y en el campo sitiador, es decir, blancos y colorados, de un lado y del otro, festejaron el 25 de mayo.
Por otra parte, Andrés Lamas, que hizo en esos años el nomenclátor de Montevideo que en buena medida sigue vigente hasta hoy, le dio el nombre "25 de Mayo", que se llama el Día de América, a una de las arterias principales de la ciudad de entonces, que es la 25 de Mayo de hoy en la Ciudad Vieja. Y cuando en 1919 se sancionó una ley que puso en armonía el nombre de los feriados con el carácter laico del Estado, que resultó de la Constitución que entró en vigencia ese año, cuando vino eso de que Navidad es el Día de la Familia y la Semana Santa pasó a ser Semana de Turismo, el 25 de mayo se respetó y siguió siendo el Día de América, estaba hondamente arraigado. Es una fiesta nuestra también, por ese origen histórico común.
Nos parece oportuno recordar esto y traerlo a colación porque Argentina va a celebrar a toda orquesta su bicentenario, es momento de recordar estas grandes coincidencias históricas cuando tenemos los problemas que tenemos. Lo hemos visto al presidente electo poner el énfasis en la importancia de normalizar la relación con Argentina y trabajar activamente en ese sentido. Queremos contribuir a ese propósito.
EC - Va en esa dirección.
OP - Va en esa dirección, si el gobierno quiere ir para ahí, nosotros coincidimos, como creo que coincidimos todos los uruguayos en que hay que buscar esa normalización, y aportamos lo nuestro, proponemos a la bancada de gobierno, que tiene la mayoría, declarar este feriado.
EC - Para que ocurra ese día ¿qué? No es simplemente para que algunos no trabajen y otros trabajen.
OP - No, es para que la República Argentina advierta en ese gesto, en esa actitud del Uruguay entero que hay un propósito serio de restablecer la armonía entre ambos países. En un marco de respeto recíproco, de vigencia del derecho, sin apearnos de ninguna de las posiciones que hemos venido sosteniendo. Pero nos parece que un feriado declarado por ley es un gran gesto nacional hacia el país vecino y hermano, que será recibido como tal y que le va a crear el marco al gobierno para que con sus acciones diplomáticas pueda trabajar en ese sentido que a todos nos parece tan importante. Así como tenemos algunas discrepancias en materia de política exterior, tenemos esta coincidencia importante y queremos contribuir positivamente para que esto pueda hacerse.
EC - ¿Testeó antes de presentar este proyecto? ¿Le parece que sale, que es viable?
OP - Dependerá, como todo, de la mayoría parlamentaria, que es del Frente. Pero nos parece que todo esto es tan claro que no avizoramos dificultades políticas. Veremos.
EC - Por otro lado, con respecto al proyecto de reforma del Código del Proceso Penal, que mencionó, usted trabajó en la comisión que lo elaboró, y está pendiente, es una vieja asignatura pendiente, en más de una ocasión se anunció que salía pero después se trancó, ¿qué impresión tiene?, ¿qué pasará en este período de gobierno?
OP - Creo que están las condiciones dadas para que esto fructifique. Cuando yo fui diputado, hace 20 años, presenté un proyecto que creaba que se sancionó, que fue ley una comisión para la reforma del Código del Proceso Penal. Hubo varias comisiones, hubo varios anteproyectos, sucesivos naufragios de todo esto. Pero en esta comisión que fue creada por la Ley de Humanización Carcelaria, la ley Díaz, participó gente de todos los ámbitos.
EC - Estamos hablando de una comisión que tiene cinco años.
OP - Sí; no se instaló inmediatamente, tomó su tiempo.
EC - Pero se creó hace cinco años.
OP - Sí; en esta comisión trabajó gente de todos los ámbitos: de la Suprema Corte de Justicia, de la Asociación de Magistrados, de la Fiscalía de Corte, de la Asociación de Fiscales, de la Defensa Pública, del Colegio de Abogados, funcionarios judiciales, actuarios, y logró elaborar un proyecto prácticamente por consenso, estamos básicamente todos de acuerdo, sin perjuicio de algún matiz acá o allá, pero sobre la estructura, sobre los conceptos básicos del Código estamos todos de acuerdo. Entonces nos parece que hay gran camino adelantado.
EC - ¿Por qué es imprescindible? Está claro que hace 25 años usted pensaba que había que introducir este tipo de reformas, pero ahora en el año 2010 ¿por qué no se puede seguir esperando? ¿Qué ventajas va a traer esta reforma?
OP - Va a acompasar el proceso penal con el concepto de derechos humanos que hoy existe en nuestra sociedad. El Código del Proceso Penal vigente está atrasadísimo respecto de nuestra propia legislación en otras materias. Si usted tiene que ir a un juicio civil a reclamar un dinero, va a tener el juez delante y los testigos que declaren van a tener al juez que los va a escuchar y los va a interrogar; van a tener esa garantía, la presencia judicial en lo que se llama la inmediación, en audiencias públicas. La gente va a poder ir y sentarse en la audiencia, ver qué pasa y por qué se resuelve así o asá.
En cambio si hoy a usted le imputan un delito por el que puede pasarse años en prisión, lo más probable es que le tome declaración un funcionario judicial, no el juez. Le va a tomar declaración un funcionario, y el funcionario les va a tomar declaración a los testigos y le va a llevar el memorando al juez, que le va a preguntar: "¿Y?", "Y bueno, ya está, si fulano y fulano dijeron que sí, el otro lo vio...", y ahí van a disponer el procesamiento sin que el juez lo haya interrogado a usted, sin que su abogado haya tenido la oportunidad de interrogar a los testigos antes de que se resuelva. Es gravísimo esto. La decisión se va a tomar además a puertas cerradas, la gente no va a poder entrar, no habrá control del público, salvo en algunos pocos procesos en los que esto puede ocurrir. No habrá nada que se parezca al control de una audiencia pública. El juez va a tener una doble función, porque por un lado va a ser quien decida si lo procesa o no y si usted va preso o no, y después ese mismo juez que tomó esa decisión va a dictar sentencia definitiva. Entonces, ¿cómo se espera que el juez en la sentencia definitiva lo absuelva si fue él mismo el que lo procesó? Es tanto como decir "me equivoqué cuando mandé a este individuo a prisión". Alguien una vez se tomó el trabajo de hacer un estudio estadístico en Montevideo, y entre todas las sentencias que se habían dictado en un año determinado había solamente una absolutoria, y cuando fueron a ver resultó que el titular del juzgado había cambiado. Entonces, ¿qué garantías hay si el que lo procesa y el que va a llevar adelante la investigación es el mismo que al final va a dictar sentencia? Es una barbaridad.
El proyecto rompe con todo eso porque hace que la investigación la haga el fiscal, y el juez está por encima del fiscal y de la defensa como un tercero supraordinado a las partes como se dice en la jerga procesal, y ecuánimemente asigna la razón a uno u otro según corresponda y garantiza los derechos del imputado. Entonces a la hora de dictar sentencia el juez no se siente comprometido por esa investigación que él no hizo, que hizo el fiscal, y dice: "Tiene razón la acusación al individuo, debe ir preso", o: "No tiene razón la acusación, hay que absolverlo". Se gana muchísimo en términos de garantías, y se va a poder ganar también en términos de celeridad, porque se disponen las estructuras procesales de tal manera que en breve se pueda llegar a una sentencia, entonces en la mayoría de los casos la gente que tenga que ir a prisión irá en cumplimiento de una sentencia de condena, no como hoy que van en prisión preventiva a esperar una sentencia que podrá llegar meses o años más tarde.
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OP - El tema clásico es la financiación, porque todo esto es caro, hay que crear estructuras, locales, designar funcionarios, capacitar gente. Pero según se nos ha informado en distintos ámbitos, hay cooperación internacional en abundancia para hacer todo esto, hay agencias internacionales dispuestas a ayudar si Uruguay se empeña seriamente en hacer un nuevo proceso penal que realmente funcione. Entonces me parece que esto no va a ir en contra de los propósitos de austeridad y ahorro del nuevo gobierno.
EC - ¿Qué expectativas tiene en las leyes de tipo social, un capítulo que en la legislatura que acaba de terminar tuvo fuerza a impulso sobre todo de la bancada del FA, del oficialismo? ¿Cómo va encarar el PC temas como legalización de la unión concubinaria, impulso de la despenalización del aborto que después fue vetada, anuncios de algunos sectores para promover despenalización del autocultivo de marihuana?
OP - Tendrá que discutirlos en su momento, aún no lo ha hecho. En general la base cultural y filosófica del partido es una base liberal que va a mirar con apertura todas estas cosas, en lo que sea derecho de la mujer, derecho de los concubinos, etcétera, no tenemos ni hemos tenido reparo alguno; en materia de despenalización del aborto hay opiniones divididas, usted sabe que la mía es a favor de la despenalización no a favor del aborto y hay otros compañeros que piensan de otra manera, pero vamos con actitud abierta a considerar todas estas cosas con la preocupación de que lo que se haga se haga de manera jurídicamente correcta y respetuosa del ordenamiento jurídico central del país. Vemos con preocupación que haya pocos abogados en el Parlamento.
EC - En particular, la bancada del FA no va a tener ningún abogado en el Senado.
OP - Seguramente tendrá muy buenos asesores. Pero hay que estar muy atentos a esto, porque no es solo un problema de calidad técnica de la legislación, es una cuestión de que en la forma en que se legisla se ponen en juego las garantías y los derechos fundamentales de las personas. Entonces no es un tema menor, no es un tema de leguleyos, es un tema de Estado de derecho. Ahí vamos a estar muy atentos y a dar todo el aporte que podamos para que las cosas se hagan bien.
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Transcripción: María Lila Ltaif