Entrevistas

Larrañaga exhortó a "simplificar el sistema electoral" para aprovechar el tiempo de gobierno

Larrañaga exhortó a "simplificar el sistema electoral" para aprovechar el tiempo de gobierno

"No se puede estar de elecciones durante 20 meses en un período de 60", opinó el senador por Alianza Nacional Jorge Larrañaga, entrevistado por En Perspectiva. El legislador estimó necesario realizar una simplificación del sistema electoral uruguayo, "sin ocupar demasiado tiempo ni hacer una gran reforma", para evitar la "saturación" del electorado y la demora en la implementación de soluciones para los problemas urgentes. Por otra parte, el legislador consideró "vital" que el cargo reservado para la oposición en el Codicen sea ocupado por el Partido Nacional, ya que se trata de la "segunda mayoría" en apoyo popular. "Si no tenemos la educación prefiero no tener nada", manifestó. El dirigente también se refirió al presente de su fuerza política y a su relación con el presidente José Mujica.


(emitido a las 8.55 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"Es necesario reconocer que nos equivocamos, y hay que tener valor para aceptarlo".

La frase pertenece al senador Jorge Larrañaga y tiene que ver con su posición actual sobre la reforma constitucional de 1996, que el Partido Nacional (PN) se encargó de promover.

Hoy, el líder de Alianza Nacional (AN) entiende que esa reforma debe ser "repensada", porque la extensión que termina teniendo el proceso electoral genera "hastío y saturación en la ciudadanía", según escribió él mismo el domingo en una columna publicada en el diario El País.

Para hablar de ese tema y otros, por ejemplo cómo se está manejando la relación entre el gobierno y la oposición cuando la presidencia de José Mujica está llegando a los dos meses, recibimos en los estudios de El Espectador al doctor Jorge Larrañaga.

***

EC - ¿Qué lo llevó a escribir una columna como la del domingo en El País?

JORGE LARRAÑAGA:
Después de tres aplicaciones de la reforma constitucional del 96, en el 99, en el 2004 y en el 2009, la conclusión es inequívoca: no se puede estar de elecciones durante 20 meses en un período de 60, es utilizar un porcentaje altísimo del tiempo de gobierno en la campaña proselitista electoral.

EC - Usted cuenta el período que va desde los preparativos para las elecciones internas hasta que concluye la campaña electoral municipal con sus evaluaciones, etcétera.

JL - Cuento desde el segundo semestre del 2008 hasta después del 9 de mayo, después de las cuales seguramente vendrán las derivaciones y las conclusiones de todo este proceso electoral. Habrá ganadores, perdedores. Todo eso va retrasando las respuestas, la inmediatez imprescindible en construir soluciones para las prioridades. Todo ese proceso engorroso fue para separar en el tiempo las municipales de las nacionales, lo que en realidad no es tal, porque pretendimos descontaminar la elección municipal de la nacional pero queda al comienzo de un gobierno nacional que siempre tiene un efecto muy fuerte en las elecciones municipales.

EC - Sí, y además las primeras medidas que adopta un gobierno que recién se instala acaparan buena parte de la atención pública. En ese contexto cuesta meter los debates de asuntos municipales.

JL - Absolutamente, esta es la realidad. Yo sigo recorriendo el país, he estado en muchos departamentos, y le puedo asegurar que no hay motivación en la gente, cuesta convocarla a un acto político por la elección municipal. Es muy difícil, es muy complejo. Hay una suerte de saturación, y esto conspira contra los propios candidatos que quieren explicitar sus propuestas, quieren llevar adelante de la mejor forma un proceso de selección nada menos que de quien va a ser el intendente municipal de un departamento durante cinco años, lo cual es muy importante, muy trascendente.

EC - ¿El planteo se hace porque la ciudadanía está saturada, o porque este proceso electoral tan largo agota a los dirigentes, a los partidos políticos y a las arcas de los partidos políticos?

JL - Hay un componente de cada cosa, no se lo puedo negar. Lo primero es la gente, primero tiene que estar la gente; si la gente, si la ciudadanía no está primero en la vida política de un país, entonces los políticos utilizamos la política para nuestro servicio personal. La primera lectura es que yo entiendo, percibo que hay un hartazgo en la gente. Y mucha gente, dirigentes de todos los partidos han coincidido, están de acuerdo, creo que no pueden no estar de acuerdo; incluso ustedes los periodistas, más allá de no emitir opiniones, también han levantado voces en ese sentido.

EC - Eso es clarísimo.

JL - Pero también hay un desgaste muy importante de la dirigencia política. Y no hay que olvidar los costos de campaña, las movilizaciones. Los candidatos a las intendencias quedaron con una subvención del Estado muy baja, casi la tercera parte de lo que se le daba a un candidato a la diputación, después de haber contribuido a la interna, a la nacional, de haber ayudado en la segunda vuelta. Todo esto se junta. Yo estoy plenamente conteste en que hay que atender las prioridades, la salud, la educación, la vivienda, la urgencia carcelaria, de la cual hemos venido hablando con el gobierno, con el presidente Mujica, con el ministro del Interior, pero todos sabemos que este año, sin ocupar demasiado tiempo, sin hacer una gran reforma, deberíamos procurar simplificar el sistema electoral uruguayo, porque si no, después cuando uno se va acercando a la próxima elección empieza a mirar esa reforma en función de que haya ganadores y perdedores.

EC - En estos días, cuando trascendió su inquietud, incluso cuando la discutimos en la Tertulia, desde la audiencia aparecía otra interpretación:

"Aquella reforma de 1996 se hizo para frenar al Frente Amplio (FA) en su acceso al gobierno; en definitiva solo se logró que el triunfo se postergara cinco años. Ahora que el FA lleva dos elecciones ganadas aquella reforma ya no tiene sentido".

¿Qué responde usted?

JL - Yo no lo hago con ese mezquino interés especulativo, yo no voté la reforma del 96 para frenar el triunfo del FA, vamos a entendernos.

EC - Era uno de los objetivos de algunos que la impulsaron.

JL - El proceso de polarización se habría dado de otra forma, se habría polarizado igual, la gente igual polariza; cuando tiene que darse y tiene que frenar un proceso electoral lo frena, no lo frena una reforma constitucional. Lo hicimos muchos convencidos de un proceso descentralizador en el país que después no se concretó de manera profunda, no lo hicimos con ese mezquino interés. El hecho de que el FA haya ganado dos elecciones tampoco es un elemento como para decir "vamos a cambiar". Yo no propongo la eliminación del balotaje.

EC - Usted no propone la eliminación del balotaje.

JL - No, yo propongo la eliminación del balotaje, de la segunda vuelta, en tanto y en cuanto un partido, el FA, el PN, cualquiera, alcanzara mayoría parlamentaria en primera vuelta.

EC - Usted propone que en una situación como la que se dio el año pasado, cuando el FA obtuvo en primera vuelta la mayoría parlamentaria, no sea necesario pasar por la segunda vuelta.

JL - Con toda franqueza, ¿para qué vamos a ir a una segunda vuelta si un partido político ya tiene mayoría parlamentaria? En ese caso, ganó la elección. Yo no estoy haciendo una especulación en beneficio de mi partido, pero ¿ve?, esos comentarios de la audiencia abonan la necesidad de que cuanto antes nos aboquemos a un proceso de simplificación de la elección. El voto cruzado de un candidato a la Presidencia de un lema con un candidato a la Intendencia de otro lema puede eliminar la elección municipal y simplificar el proceso electoral. Si no, tendríamos que separarlas mucho más en el tiempo, hacerlas a mitad de período.

EC - Son dos grandes caminos, uno es poner las elecciones municipales el mismo día de las elecciones nacionales pero permitiendo el voto cruzado.

JL - En el otro camino está la tesis que dice que a mitad de camino las elecciones municipales se transforman en un plebiscito del gobierno de turno.

EC - Es difícil encontrar la solución ideal.

JL - No hay situación perfecta, yo no soy un constitucionalista ni un especialista ni pretendo serlo ni ir en esa condición, creo que hay que aplicar el sentido común, buscar una simplificación del sistema político electoral. Cuando me reuní en la chacra del flamante presidente electo, el senador Mujica en aquel momento, hablamos de una simplificación del sistema electoral y de que quizás el 2010 fuera el mejor año. Después cuando lo visité en la Torre Ejecutiva volvimos a conversar, no en detalle, no para acordar tal o cual cosa, pero sí a grandes rasgos de hacer los máximos esfuerzos para ir a una simplificación de un sistema electoral que puede traer descreimiento, falta de confianza –más todavía– de la gente en los referentes políticos. Es por esto que a mi juicio debemos hacer el esfuerzo sin especulación alguna.

EC - Los elementos que usted maneja para esta discusión son: por un lado, que las elecciones municipales se hagan simultáneamente con las municipales pero permitiendo el voto cruzado; por otro, flexibilizar el balotaje, que no sea necesario ir a una segunda vuelta si en la primera un partido obtiene la mayoría parlamentaria propia. ¿Qué más? ¿Usted propone, por ejemplo, eliminar las elecciones internas?

JL - Al menos discutir la eliminación de la elección interna, a ver qué pasa.

EC - ¿Cómo se haría?

JL - Quizás que cada partido comparezca con la cantidad de candidatos a la Presidencia que quiera.

EC - Volver al sistema anterior.

JL - ¿Cuál es el problema?

EC - Que los partidos puedan llevar a la elección nacional varios candidatos presidenciales.

JL - El mayoritario dentro del lema que gane va a la segunda vuelta con el mayoritario del segundo lema. Los acuerdos que se dan postelección interna necesariamente tienen que compaginarse. Exijamos un programa de gobierno común, busquemos un reforzamiento de eso, no sé. Creo también que ha habido –y no voy a incursionar mucho más en ese tema, por lo menos por ahora– una fuerte incidencia de voto extrapartidario en las elecciones internas, estoy absolutamente convencido.

EC - Ese riesgo desaparecería si se fuera por el camino que usted propone.

JL - Exactamente, porque ahí la gente elige candidato a la Presidencia y la composición del Parlamento.

EC - Obviamente usted propone una nueva reforma de la Constitución, para desarmar la del 96 hay que volver a reformar la Constitución. Y si bien es muy probable que la gente tenga ese cansancio que usted manifiesta con respecto a un proceso electoral tan largo, cuesta pensar que ahora se enganche, se entusiasme con una discusión de una reforma constitucional. Entonces, ¿cómo se compatibiliza todo esto? ¿Cómo se hace para ir adelante?

JL - Habrá que ver qué mecanismo constitucional se puede lograr por acuerdo de la mayor parte de los partidos. Es un tema bien complicado, bien difícil. Habrá que analizarlo, habrá que analizar cuál es el instrumento para que el propio instrumento de reforma no lleve a una situación de desgaste, de discusión, de alteración del cronograma imprescindible de un gobierno que está enfrentado al tema del desastre carcelario, de la educación, que es preocupante porque una tercera parte de los estudiantes de secundaria desertan del sistema educativo, tenemos una educación de primera y de segunda en función de que sea pública o privada, con problemas notables de repetición, con un rompimiento del principio de igualdad de oportunidades para los compatriotas. Hoy el concepto de la justa distribución de la riqueza tiene que ser complementado con otro concepto que creo que es más importante todavía, que es el concepto de la justa e igualitaria posibilidad de acceder a la educación. Aquí no hay equidad ni igualdad en el acceso a la educación. Me parece central que lo aceptemos.

EC - Esos son algunos de los temas que están arriba de la mesa. Se podrían agregar más: el combate a la pobreza, la seguridad pública...

JL - ...la marginalidad, la tugurización, el nuevo rostro de la pobreza significado por la cantidad de gente que va a vivir a los asentamientos marginales, que se cuelga de la luz eléctrica, sin saneamiento, sin agua potable, en condiciones realmente graves. Yo sé que esas son las prioridades.

EC - Entonces, en una agenda tan fuerte como esa, ¿cómo cuela una reforma constitucional?

JL - Y la colamos de la misma forma como pudimos colar un acuerdo que creo que va a ser inédito con respecto a la renovación de los organismos de contralor, Tribunal de Cuentas y Corte Electoral, y a la integración de los partidos de la oposición a los entes autónomos y servicios descentralizados. Es un acuerdo inédito y me parece bien importante que el presidente Mujica haya tenido una actitud de amplitud que no tuvo el gobierno del doctor Vázquez, que quiero reconocer de manera pública. La participación en las tareas de contralor, que si bien es un derecho de la oposición y no una facultad discrecional al estilo dádiva del gobierno de turno, ha sido una disposición de apertura al diálogo y al entendimiento que quiero subrayar. Entonces que no se diga que no podemos enfrentar con recato, sin ocupar todo nuestro tiempo ni toda la vitrina política del país so pena de desatender las prioridades, una reforma simple de la Constitución que abrevie los plazos. Creo que se puede hacer.

EC - El problema de las reformas constitucionales es que cuando esa posibilidad se pone sobre la mesa se empiezan a agregar otras ideas y se termina con un paquete enorme.

JL - Suprimamos un poco la imaginación, que no por querer hacer todo terminemos no haciendo nada. Si no, dentro de cuatro años empieza la tómbola de vuelta, la noria empieza a dar vueltas y usted verá que en el 13 hay movimiento en camarines, se mueven los vestuarios, hay actividades políticas, se empiezan a adoptar posiciones en función de qué va a pasar en el 14, en el 14 empieza de lleno toda la gimnasia, y de vuelta la repetición de la pérdida de tiempo y de los recursos económicos que se emplean en una campaña, y el tiempo que se dilapida, que es oro, en respuestas y en calidad del sistema democrático del país.

EC - Una última precisión sobre este tema: ¿estamos hablando de un planteo suyo?, ¿de AN?, ¿del PN?

JL - Varios compañeros han hablado de este tema. Lo ha hablado el senador Gallinal, lo habló el senador Luis Alberto Heber en una reunión de agrupación parlamentaria, lo ha hablado el doctor Lacalle. No hemos hablado oficialmente dentro del partido ni tenemos una posición formal. Quizás después del 9 de mayo se pueda formalizar un encaminamiento hacia un proceso de esta naturaleza. Habrá que analizarlo, pero me parece que hay que tirarlo arriba de la mesa antes de las lecturas que se empiecen a dar. Ya tenemos presidente, tenemos Parlamento; esto no es para sacar beneficios para el PN, es para sacar beneficio para la gente, que me parece central.

***

EC - ¿Cómo está su vínculo con el presidente José Mujica?

JL - Tenemos, siempre tuvimos una muy buena relación, más allá de los chisporroteos de campaña, siempre algún codazo en las costillas hay en un proceso electoral de esas características, superado por la necesidad de mirar más alto que hay que tener en política. Tenemos muy buena relación con el presidente Mujica, ha tenido actitudes que me satisfacen, y me satisface decirlo públicamente, porque no vale decirlo en los corrillos y no aclararlo en forma pública. Que un presidente venga al Parlamento y a través del coordinador del Frente, el senador Couriel, nos diga a mí y al senador Heber "en 15 minutos viene el presidente al Parlamento, quiere hablar un tema importante con ustedes", es un gesto democrático excepcional, estupendo. Y ahí hablamos del tema carcelario, del desastre que venimos denunciando desde hace más de dos años, de que no se le dio bolilla a ese tema cuando propusimos soluciones que de haber sido aceptadas en su momento ya estarían implementadas, como la de Punta Rieles y otras. Cuando uno recibe en su casa particular al canciller de la República a las siete de la mañana mandado por el presidente para hablar del fallo de La Haya es un gesto muy fuerte. Cuando el presidente habla con todos los partidos, con sus referentes políticos, con una apertura importante, cuando tiene el valor de decir en forma pública que va a mandar una ley para que los presos de más de 70 años que violaron Derechos Humanos se puedan acoger al régimen de prisión domiciliaria y se le arma un quincho enorme en sus filas partidarias... A mí me parece un gesto de reconciliación fortísimo que deja una huella grande. Entonces quiero resaltarlo, me parece positivo.

En el tema carcelario, cuando se nos propone que corredactemos una ley para solucionar la emergencia, para darle facultades excepcionales al Poder Ejecutivo para la resolución de un tema gravísimo, porque es una vergüenza el sistema carcelario, con el hacinamiento bochornoso de seres humanos que han cometido delitos; la Constitución dice que la prisión no puede ser un sistema que cercene libertades y Derechos Humanos fundamentales. Cuando se nos compromete a ser veedores de procesos de licitación abreviados para resolver ese problema en forma rápida y ejecutiva, es muy buena cosa. Hay que apoyar ese tipo de iniciativas con generosidad y no lavarse las manos.

EC - Ahora, es curioso que mientras se da ese buen relacionamiento entre gobierno y oposición, en particular mientras el presidente y la oposición han ido armando ese buen clima muy franco y muy abierto, paralelamente dentro de la oposición se están dando algunos enfrentamientos muy fuertes, hay varios ejemplos en los últimos días de choques entre el PN y el Partido Colorado (PC), o, más precisamente, entre las dos grandes corrientes del PN y el sector Vamos Uruguay del PC. Por ejemplo, este que se ha dado en la campaña electoral departamental de Montevideo a raíz del planteo del candidato de AN, Javier de Haedo, para que colorados se sumaran a votar a los blancos para evitar un nuevo triunfo del Frente, y la repuesta durísima que recibió de Pedro Bordaberry, del diputado Fernando Amado, etcétera. ¿Qué está pasando en la relación PN-PC?

JL - Creo que fue una respuesta exagerada porque no fue otra cosa que hacer lo que hizo el PC en la elección municipal de Montevideo en el 2005. Vamos a no escandalizar. Es lo que sucede en el cruce natural de un proceso electoral diferente en el que los alineamientos pueden ser distintos. Yo creo que no es grave ni cosa por el estilo.

EC - Pero no ha sido ese el único tema de polémica fuerte entre el PC y el PN.

JL - Las reacciones han sido sobredimensionadas, no eran merecidas por el economista Javier De Haedo, porque habían sido dichas con todo respeto. Los votos no tienen marca y los referentes políticos podemos librar una amplia convocatoria a gente de todos los partidos. Yo no le asigno mayor gravedad. Usted podrá hacer referencia al cruce vinculado al Codicen.

EC - Por ejemplo. Y a algunos debates que se han dado en el Parlamento también.

JL - No creo que fuera grave. En el Senado no hubo debates duros entre parlamentarios colorados y blancos. No sé en la Cámara de Diputados. En el tema educación, simplemente enterado que fui por los representantes partidarios, dije en forma pública –avisé previamente a los representantes de todos los sectores del PC que iba a salir con esa posición en forma pública– que me parecía, con todo respeto, que más allá del derecho a formular una petición por parte del PC, que la segunda mayoría, el PN, debía estar innegociablemente presente en el Codicen, porque ahí estamos hablando de 700.000 estudiantes, de 44.000 profesores y maestros, de un presupuesto de 1.500 millones de dólares, es un tema central.

EC - El tema es que en el Codicen, que tiene cinco cargos, desde la Ley de Educación hay dos que son electos por los docentes, entonces han quedado tres para ser distribuidos políticamente, y el gobierno, el oficialismo, ha dicho que dos de esos tres son para el FA y queda uno solo para la oposición.

JL - Correcto. Entonces yo le voy a expresar algo de manera tajante: si no tenemos la educación prefiero no tener nada; así de vital considero la participación del PN en el Codicen, me parece fundamental. No he tenido oportunidad de conversar con el doctor Lacalle porque él ha estado en algunos seminarios en el exterior, y ayer me llamó cuando yo estaba volviendo de Buenos Aires, pero me dejó un mensaje en el que me decía que estaba de acuerdo con mi posición con respecto al Codicen.

EC - Desde sus propias filas, el senador Francisco Gallinal hace pocos días manifestó una posición más abierta, no descartó que pudiera ser una solución para lograr un acuerdo entre el PN y el PC: que ese cargo en el Codicen fuera para el profesor Robert Silva, que encabezó una de las listas que participaron en la elección del cuerpo docente, aunque no fue la que obtuvo el cargo.

JL - Yo no voy a dar nombres ni voy a hablar de nombres, no voy a opinar tampoco sobre declaraciones de nuestro compañero Gallinal. En todo caso al senador Gallinal le preguntaron qué le parecía el nombre de la persona que usted mencionó y él dio su opinión, pero eso no significa que se pueda otorgar ese posicionamiento al PC. Bajo ningún punto de vista el PN debe hacerlo.

EC - ¿Entonces cómo se lauda ese choque? ¿Qué solución hay?

JL - La solución es clarísima: esa posición debe ser ocupada por el PN, nos corresponde por ser la segunda mayoría.

EC - ¿A cambio de esa posición el PN está dispuesto a ceder lugares por ejemplo en los bancos del Estado?

JL - No, esto no es una cuestión de trueque, no es una cuestión de toma y daca. Yo me resisto a andar cambiando figuritas; a cada uno le corresponderá el lugar que le corresponde. Eso lo hemos hablado incluso con algunos integrantes del PC, me parece que no va a generar problemas insalvables. Le puedo dar alguna línea en el sentido de que, por lo que yo he hablado con referentes del PC, se entiende nuestra posición.

EC - También el PC ha dicho que la educación es una de sus prioridades.

JL - Correcto, pero hay una realidad que es la realidad del artillero, que nuestro partido sacó el 29% y el PC sacó el 17%. Eso es con mucho respeto, no hay solución.

EC - ¿Qué mecanismos podría haber?

JL - Hay mecanismos, hay otras posiciones de índole técnica en los organismos desconcentrados. Yo creo que va a haber soluciones.

EC - Que el PC terminara teniendo posiciones en los consejos desconcentrados, Secundaria, Primaria, UTU, pero no cargos de consejeros sino técnicos.

JL - Cargo de consejero no tiene nadie en esos organismos. El único cargo es el de integrante del Codicen, no hay otros. Hay cargos vinculados a control técnico, contratos de especialización técnica en primaria, secundaria y UTU. Puede arreglarse de esa manera.

EC - Cuando discutíamos el tema en la tertulia de los viernes, una idea que aparecía venía por el lado de ampliar el Codicen, porque la reforma que se introdujo con la Ley de Educación mantuvo el consejo de cinco miembros pero quitó dos que ahora son electos por los docentes, entonces era obvio que se iba a generar este tipo de problemas con los tres cargos de designación política. ¿Por qué no ir a una ampliación a siete que permita volver a tener cinco para distribución con criterios políticos?

JL - No sé, creo que eso no lo lleva el gobierno, no había opinado sobre ese tema. Habrá que analizarlo. Yo estoy abierto a discutir fórmulas y seguramente nuestro partido también. Yo he dado mi posición personal, vamos a ver si esa posición es avalada por el PN.

EC - ¿Cuándo se resuelve eso?

JL - Seguramente en los próximos días.

EC - El directorio no se ha expedido aún.

JL - El directorio no se ha expedido aún porque no se ha reunido por distintas circunstancias. Además hemos elegido reunirnos cada 15 días. Pero repito, ayer recibí una comunicación del doctor Lacalle que expresaba que estaba en la misma línea de lo que yo he expresado en forma pública. Habrá que analizar y discutir los pros y contras de una decisión de estas características. Yo no quiero ser el que genere una situación de discordia, pero me parece que estoy reclamando algo que nos corresponde y que debe ser respetado. Está bien que los partidos tradicionales estemos pugnando por una misma posición en un tema al que le adjudicamos trascendencia superior como es el tema de la educación, lo dijo el doctor Bordaberry y yo coincido. Pero poco me importa estar en la OSE, en Ancap o en lo que sea si no estamos en la educación. Por la educación pasa el futuro nacional, por la educación pasa el futuro de los hijos de los uruguayos. Es fundamental.

***

EC - Yo le preguntaba qué se hace con ese único cargo que hay para la oposición en el Codicen, qué posición tiene el partido. Usted decía que el directorio todavía no ha tratado el tema, entre otras cosas porque ha resuelto reunirse cada 15 días. ¿Cómo está funcionando el PN desde que se instaló el nuevo gobierno?

JL - Hemos tenido una buena relación, con mucho diálogo.

EC - ¿El directorio tiene un perfil activo, o más bien cada corriente está funcionando por su lado?

JL - El directorio tiene un papel importante de conducción directriz, ¿quién puede negarlo? Más allá del posicionamiento de los sectores, quizás todo lo que tiene que ver con el alineamiento detrás de las candidaturas municipales pueda relegar un poco el funcionamiento partidario, pero el directorio está funcionando.

EC - Ese directorio tiene un nuevo presidente desde las últimas elecciones, el doctor Luis Alberto Lacalle. ¿Cómo observa la conducción de Lacalle? ¿Cómo se lleva con Lacalle en ese tipo de vínculo?

JL - Bien, estamos analizando todos los temas con un diálogo fluido, el funcionamiento ha sido correcto, hemos tenido un relacionamiento importante de diálogo entre el doctor Lacalle y quien habla.

EC - ¿Está funcionando orgánicamente el partido?

JL - Creo que está funcionando orgánicamente, hay un funcionamiento importante. Quizás no esté tanto hoy en la marquesina política, pero está funcionando. Empezó a funcionar la agrupación parlamentaria, que yo presido, con una importantísima reunión. Va a funcionar la convención del partido después de la elección de mayo. Más allá de las diferencias, que las habrá, diferencias importantes de lectura electoral, de todo lo que tiene que ver con el análisis postelectoral que va a quedar de la elección nacional, de las elecciones municipales, hay un funcionamiento y tenemos que apostar a un funcionamiento que le dé institucionalidad al partido. Yo abono por un partido nuevo, yo quiero un partido nuevo.

EC - ¿Y eso cuándo se define? Por ejemplo, el tema de analizar qué pasó con las elecciones del año pasado.

JL - No hay un libro que diga damos vuelta la hoja y a partir de mañana pasamos del partido viejo al partido nuevo. Eso se construye.

EC - Por ejemplo, el debate pendiente a propósito de qué ocurrió con el resultado electoral del año pasado.

JL - Se va a dar.

EC - ¿Se va a dar después de las municipales?

JL - Seguramente se va a dar, sí, sin duda que se va a dar, y puede generar discusiones y está bien que se haga. Un partido que no tenga discusiones, que no tenga controversias es un partido que no está vivo, y nuestro partido siempre fue un partido fermental, que discute, que analiza, que controvierte. Acá no queremos posiciones únicas, no se puede confundir unidad con unanimidad ni con consenso en todos los temas, habrá diferencias, las tendremos en una cantidad de temas. ¿No las tiene el gobierno? ¿El presidente Mujica no quería enviar una ley para permitir la libertad de los que violaron los Derechos Humanos que ahí andan en una cárcel de lujo, tienen no sé cuántos años y están enfermos? Yo lo apoyo, si la manda al Parlamento la voto, así de claro, no tengo ningún inconveniente en hacerlo porque me parece que los que están presos por Derechos Humanos ya están presos en la conciencia de los uruguayos, estén en una cárcel o en Carrasco.

EC - Pero el presidente Mujica resolvió no mandar ese proyecto para preservar la unidad del FA.

JL - Es una decisión. Yo simplemente expreso que si va al Parlamento levanto la mano. Como voy a levantar la mano por una ley que viabilice que algún tipo de presos vayan a los cuarteles.

EC - Esa es una posibilidad que está manejando el Ministerio del Interior.

JL - Como estoy dispuesto a apoyar, como apoyé, que Punta Rieles se transformara en lo que se va a transformar, en una cárcel para primarios, para personas de baja peligrosidad. Estoy dispuesto a dar ayuda en esas instancias.

EC - Usted está hablando a título personal o sectorial, no en nombre del partido.

JL - Estoy hablando como dirigente político, como senador de la República y como representante de un sector. No estoy hablando como todo el partido, quizás no me respalde el resto del partido, pero tampoco se va a declarar asunto político, si tenemos que votar diferente dentro del partido lo vamos a hacer. No se trata de andar especulando ni orejeando. Yo en mi vida política nunca hice trampas, nunca anduve armando estratagemas contra nadie, siempre fui un político frontal de decir lo que piensa y lo que siente y actuar en consecuencia.

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Transcripción: María Lila Ltaif