Entrevistas

Luis Rosadilla: "No podemos tener a las Fuerzas Armadas como parias"

Luis Rosadilla: "No podemos tener a las Fuerzas Armadas como parias"

Es bien sabido que la relación entre las Fuerzas Armadas uruguayas y el resto de la sociedad aún puede mejorarse. Y ese es uno de los objetivos del gobierno de José Mujica. El ministro de Defensa Nacional, Luis Rosadilla, manifestó a En Perspectiva que todavía existe cierto "prejuicio" con respecto a los militares pero instó a valorizarlos por su "capacidad y profesionalismo". El jerarca lamentó que el país no haya realizado un debate a fondo sobre el papel de la defensa y en particular de sus Fuerzas Armadas pero afirmó que, mientras las mismas "sean parte del funcionamiento del Estado", no se puede "tenerlas como parias". "De no haber transformaciones fuertes, no precisa que venga ningún Arias a decirnos que hay que disolver las Fuerzas Armadas; se disuelven solas", enfatizó.


(emitido a las 8.50 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El 16 de marzo, dos semanas después de su asunción como presidente de la República, José Mujica pronunció un discurso en el que dejó en claro que durante su gobierno buscará una nueva relación entre las Fuerzas Armadas y la sociedad uruguaya.

(Audio José Mujica.)

"Estas Fuerzas Armadas de hoy no deben cargar con ninguna mochila del pasado ante su pueblo. Pero esto no es cosa de decirlo, hay que cultivarlo, hay que hacerlo evidente a los sentimientos de la gente. Es esto lo más difícil, soldados".

(Fin.)

EC - Para que la gente no respete a sus militares solo "por distancia, por ajenidad, hasta por temor", como él entiende que ocurre hoy; para que esa relación dé lugar al afecto; para que no se vea a las Fuerzas Armadas "como una carga", Mujica no encuentra otro camino que el de buscar "causas comunes como nación que nos identifiquen en construcciones colectivas". Y sugiere, concretamente, que esa unidad nacional, que es una de sus obsesiones, se edifique en torno al objetivo de abatir la pobreza y la miseria.

¿De qué manera participarían los soldados en un proceso como ese? ¿Por dónde pasan las prioridades del Poder Ejecutivo en el manejo de las Fuerzas Armadas?

Sobre estos temas, vamos a conversar con el ministro de Defensa Nacional, Luis Rosadilla.

***

EC - Usted pertenece a la Corriente de Acción y Pensamiento - Libertad (CAP-L), pero viene del Movimiento de Participación Popular (MPP) y antes del Movimientos de Liberación Nacional (MLN)-Tupamaros. Ingresó al MLN en setiembre de 1973, poco después del golpe, fue arrestado dos meses más tarde, en noviembre, y estuvo preso nueve años, hasta 1982.

Con esos antecedentes, con esa historia a cuestas, ¿qué sintió cuando se sentó por primera vez en su despacho de ministro de Defensa Nacional?

LUIS ROSADILLA:
Es que la historia que usted hace, que es cierta, no salta de 1982 a 2010. En 1982 nosotros, ya liberados, contribuimos a la reconstrucción democrática del país en los ambientes y los ámbitos en que esto podía hacerse, gremiales, estudiantiles, barriales y también político, trabajando en la construcción del Movimiento 26 de Marzo en Uruguay; luego en el 85 contribuimos también a la reconstrucción del MLN una vez liberados nuestros dirigentes históricos. Y así sucesivamente. Como usted dice, el 2 de marzo yo me senté como ministro con toda la historia, con la que va desde el 82, pero también con la que comenzó en el 82 y continúa, y soy ministro del país.

EC - En su discurso del 2 de marzo mismo usted definió la actitud con la que asumía el cargo, con la que va a ejercer como ministro de Defensa Nacional. En síntesis, ¿cuál es?

LR - En síntesis, que cuando uno asume la responsabilidad por un ministerio, lo hace designado por el presidente de la República, que pertenece a la fuerza política que ganó, pero en todos los aspectos uno tiene que tener la cabeza de uruguayo, se pone la celeste, y la referencia política sigue existiendo, es la referencia de las tareas nacionales que están pendientes y que hay que llevar adelante. Es por eso que apenas firmé, cuando volví al despacho –ya los había hecho aprontar previamente– los dos primeros documentos que firmé fueron el envío al Parlamento de mi disposición a concurrir a expresar los planes del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) para los cinco próximos años, y una convocatoria a todos los partidos políticos con representación parlamentaria a que nos reuniésemos en el ministerio a los efectos de tener directamente (con los partidos, más allá del Parlamento) un canal absolutamente transparente, rápido, ágil para encontrarnos, criticar, preguntar, opinar, proponer, discutir. Creo que ese es el camino que hay que recorrer. Todo otro camino puede ser administrativamente más sencillo, políticamente viable incluso, pero desde el punto de vista de las tareas históricas que están planteadas creo que es un camino que rápidamente va a encontrar obstáculos y va a sufrir retrocesos.

EC - Usted ha tenido buen eco en la oposición. Incluso en su acto de asunción como ministro había más representantes de la oposición que del propio Frente Amplio (FA).

LR - Yo agradezco y agradecí en el acto la presencia del ex presidente Sanguinetti, de varios legisladores del Partido Nacional, entre ellos Luis Lacalle Pou, Abdala, Javier García; no recuerdo ahora exactamente a todos, también Amorín Batlle, Pablo Mieres. Durante todos estos años en que estuve en el Parlamento he cultivado –y lo he hecho expresamente– las mejores relaciones posibles con la oposición. Y desde la responsabilidad que ahora tengo duplicaré los esfuerzos para que esa relación sea lo más clara, ágil, sincera y productiva posible. No se va a construir este país contra la otra mitad del país y sin su participación.

EC - En estos dos primeros meses de gobierno, el presidente Mujica ha sido muy insistente en su prédica a favor de un nuevo relacionamiento entre la sociedad uruguaya y sus Fuerzas Armadas. Está claro que usted comparte esa línea, pero ¿en qué se traduce en términos prácticos? ¿Dónde se ve ese objetivo en su gestión como ministro de Defensa Nacional?

LR - Lo primero, todos tenemos que pensar en términos del MDN y en particular en sus Fuerzas Armadas de manera bastante diferente de como lo hacemos actualmente y diría de como históricamente hemos pensado. Es un fenómeno afectado, sin duda, por todo el período de la dictadura, y especialmente por la enorme herencia en materia de violación de Derechos Humanos que esta nos dejó, pero viene de antes. Durante muchísimos años las Fuerzas Armadas fueron, y aún en buena medida lo son –por eso digo que viene de antes–, un elemento que se discutía casi fuera del sistema político. Lo he dicho muchas veces: busquen en los debates parlamentarios algún debate a fondo sobre los problemas de defensa, busquen episodios en que el Parlamento, más allá de votar o no la salida de un contingente, haya discutido a fondo el papel de la defensa en el país, y en particular de sus Fuerzas Armadas.

Todos tenemos la idea general de que las Fuerzas Armadas son una especie de reserva para todo, y no es una conciencia errónea, las Fuerzas Armadas son una especie de reserva para todo. Distinto es tratar de usarlas para un barrido y para un fregado, sin consideración alguna por su papel profesional, sin entender su misión esencial, sin sostener en un debate claro las ideas diferentes que se puedan tener –que admito que se puedan tener– en torno al papel de la defensa y al papel particular de las Fuerzas Armadas en el ámbito de esa política de defensa que no solo son las Fuerzas Armadas. De eso el país tiene mucho para avanzar y mucho para aprender, todos tenemos para hacerlo.

EC - Yo le preguntaba cómo se traduce en los hechos, en medidas, en disposiciones, en el funcionamiento de las Fuerzas Armadas, en las resoluciones que se toman desde su ministerio, esa filosofía que impulsa el presidente Mujica.

LR - Lo primero que hemos establecido como modelo de gestión en la relación con las Fuerzas Armadas –aunque el MDN es mucho más que las Fuerzas Armadas– es tener, además de las relaciones habituales entre el ministro y los comandantes, que son prácticamente diarias, semanales siempre, instancias en las que la dirección política del ministerio, los tres directores más el director general de Secretaría, más su adjunto, más el subsecretario y el ministro, nos reunimos con los tres comandantes con una agenda abierta, todos proponemos temas y cerramos las puertas. A partir de que las puertas se cierran hay libertad de opinión y hay yo diría orden –ya que estamos en el MDN– de opinar, y sobre todo de discrepar, de marcarnos las cosas que creemos no están funcionando bien o que pueden funcionar mejor y las discrepancias que podamos tener con cualquier resolución tomada por cualquiera. Yo sé que al principio fue difícil de asumir para los militares una práctica abierta, horizontal.

EC - No es el funcionamiento habitual, no sé cuántos antecedentes hay en el MDN de ese tipo de encuentros.

LR - Creo que no los hay, pero han sido espectacularmente positivos. Lo voy a decir en términos bien claros: no he encontrado obstáculos. Si dijera otra cosa mentiría y sería deshonesto conmigo mismo en principio, pero después con la audiencia y con quienes son mis compañeros de trabajo, porque así lo asumo, para mí esto es un trabajo y quienes trabajan en el MDN, desde el último soldado ingresado hasta el comandante más antiguo, son mis compañeros de trabajo, pasando por todos los funcionarios civiles de todas las categorías y de todos los ámbitos, más de 30.000 personas trabajan en el MDN. No he encontrado otra cosa que respaldo, y es respaldo en el trabajo.

EC - Estoy seguro que en la audiencia puede haber reacciones de sorpresa...

LR - ...Ojalá las haya...

EC - ...y hasta de rechazo. Puede haber oyentes que digan: "Pero ¿cómo es esto? Las Fuerzas Armadas son un instrumento del Estado uruguayo, y por lo tanto usted es la autoridad, el ministro de Defensa Nacional es la autoridad sobre las Fuerzas Armadas. ¿Cómo es eso de sentarse a deliberar y discutir?".

LR - No terminé. Nos sentamos, deliberamos, discutimos, asumimos errores y asumimos ideas mejores que las que portamos, y llevamos adelante otras. Pero cuando termina eso y se abren las puertas todo el mundo tiene muy claro quién da las órdenes en el ministerio y cuál es el camino por el cual van y vienen las órdenes. Es más, teníamos –y todavía en algún aspecto puede ser que persista– un cierto desorden de comunicaciones, y el orden que hoy existe en las comunicaciones entre el ministro, los comandantes y el conjunto es realmente admirable por su profesionalidad. Cuando me suena uno de los teléfonos y el que llama es un comandante sé que me llama por una urgencia, porque todos los demás caminos están abiertos en términos normales, no hay necesidad de que llamen por cualquier tema, porque están funcionando muy bien los mecanismos habituales y cada tema se canaliza por su lugar, los de recursos humanos por su lugar, los contables por su lugar, los de políticas sociales por su lugar, lo que tiene que ver con la Dirección General de Secretaría por el suyo. Eso le deja al ministro el tiempo que necesita para hacer lo que tiene que hacer, que es conducir políticamente la defensa.

EC - El presidente Mujica, y usted también, ha hablado más de una vez de la necesidad de aumentar los sueldos del personal militar. ¿Por qué? De nuevo, muchos, sobre todo en la izquierda, ven a las Fuerzas Armadas como algo innecesario, una especie de seguro de paro para determinados sectores de la sociedad, pero que se lleva una montaña de plata de Rentas Generales. ¿Cómo responde a ese tipo de inquietudes?

LR - Es un debate que se debe dar, qué defensa queremos tener, qué Fuerzas Armadas queremos tener.

EC - De algún modo ese debate lo propició desde fuera hace pocos días el presidente de Costa Rica, Óscar Arias.

LR - Lo que no podemos hacer mientras Uruguay tenga resuelto tener Fuerzas Armadas, mientras estas se encuentren incluso en la ley constitucional y sean parte de nuestro esquema de gobierno, de nuestro esquema de funcionamiento como Estado, es tenerlas como unos parias. Cuando hablamos de que hay que aumentar los sueldos es bueno que se sepa la escala de estos sueldos. Un soldado de primera recibe hoy un sueldo nominal de 7.134 pesos, y un suboficial mayor, el mayor grado en el personal subalterno, recibe 17.452 pesos, también nominal. El sueldo nominal de un capitán es de 26.000 pesos y el del comandante en jefe de cada una de las armas ronda los 45.000 pesos. Es obvio que si le pagamos 7.134 pesos nominales a una persona, a la que además le exigimos que sea full time y que esté a la orden las 24 horas, estamos condenando a esa familia a la pobreza extrema.

EC - ¿Y qué mejoras van a poder concretarse en esta materia?

LR - Como ustedes saben, el proceso de construcción presupuestal está en sus inicios, se está definiendo en primer lugar qué se estima que va a haber para gastar y luego vendrán las prioridades. Lo que puedo decir hoy es lo que todos han escuchado antes de que el presidente Mujica asumiera, y luego, que los salarios de las Fuerzas Armadas van a aumentar, y van a aumentar significativamente más para aquellos sectores del personal subalterno para los que con estos sueldos es imposible siquiera pensar en mantener no una familia, una persona.

EC - Estamos hablando de aumentos que se van a concretar con la entrada en vigencia de la Ley de Presupuesto, es decir, en enero del año próximo, no antes.

LR - Sí.

EC - En algún momento creí entenderle al presidente Mujica que se iban a buscar soluciones inmediatas.

LR - Estamos trabajando y buscando soluciones inmediatas en el marco de hacer el máximo esfuerzo posible para que los recursos que hoy tenemos tengan una aplicación más efectiva y algunas de las cosas que hoy tienen un cierto destino puedan tener un destino que beneficie en forma significativamente mayor al personal.

EC - ¿A qué se refiere, por ejemplo?

LR - Me refiero, por ejemplo, a redireccionar algunos gastos. En estos días estamos trabajando en el propio ministerio, en la sede del ministerio, en transformar un gasto que a nuestro juicio no es bien usado, como es el gasto de alimentación, en una partida que signifique unos 1.700 pesos mensuales por funcionario, que se genere como un tique de alimentación. Si estamos hablando de un sueldo nominal de 7.100 pesos, una partida de 1.700 pesos vaya si es un aumento significativo, para un sueldo de 7.100 es muchísimo.

Pero eso solo a título de ejemplo. Nos hemos propuesto trabajar –y en esto el apoyo, la iniciativa y la colaboración de las fuerzas es especialmente significativo– en manejar todos los resortes posibles para mejorar por la vía de los servicios sociales, por la vía de las complementaciones salariales, por la vía de la reubicación de algunos gastos, la calidad de vida hoy, en estos meses que tenemos. No les va a cambiar la vida sustancialmente, pero puede cambiar algo moralmente, que es lo que más se busca, ver –no entender, no sentir– que en todos los ámbitos se está haciendo el mayor esfuerzo y que hay una preocupación real por mejorar esa situación.

EC - ¿Tiene que ver con eso una línea de austeridad que usted se ha preocupado por marcar en el funcionamiento del ministerio, por ejemplo la reducción al máximo del uso de los autos oficiales? Usted, por ejemplo, ¿en qué va de su casa al ministerio?

LR - Por mis medios.

EC - No usa el auto oficial para eso, lo usa una vez que llegó al ministerio y para los traslados estrictamente oficiales.

LR - Del ministerio a mi vivienda y de mi vivienda al ministerio voy por medios propios, sean cuales fueren, y son muchos, desde el ómnibus, al taxi, al auto de alguna persona amiga; ese es mi problema, como es el problema de cada uno cuando va a trabajar saber en qué va a ir. Hay excepciones, por ejemplo mañana debo viajar a la reunión de ministros en Guayaquil, y ahí mi trabajo empieza en mi casa para ir al aeropuerto o para venir de él, porque allí no tengo opciones de otro tipo. Creo que en estos dos meses las excepciones han sido dos.

EC - ¿Hay otros recortes de gastos que se puedan hacer en el ministerio?

LR - Muchísimos, sí, y se hacen. Veo una enorme atención y una enorme actividad en el sentido de procesar esos recortes y de redirigir esos gastos. Y de emplear al máximo nuestras posibilidades de generar contención de gastos que luego redunde en beneficios para el conjunto del personal.

EC - Está pendiente también, además de la mejora salarial, la inversión en equipamiento para las Fuerzas Armadas.

LR - Es verdad.

EC - Cada vez que un jerarca de gobierno visita una dependencia de la Fuerza Aérea, por ejemplo, recibe un informe a propósito del porcentaje de aviones que está parado y por lo tanto de la cantidad de efectivos de la Fuerza Aérea que tendrían que estar volando y no vuelan. Y es nada más que un ejemplo. El otro es el de la Armada Nacional, que tiene que proteger las aguas jurisdiccionales uruguayas, por ejemplo en materia de recursos pesqueros, y no cuenta con las fragatas necesarias. En esa otra materia, equipamiento, ¿qué es lo que ya se puede dar como un hecho?

LR - Quizás debería haber comenzado por decir que el proceso de trasmisión de la responsabilidad del ministerio que realizamos con el compañero Gonzalo Fernández fue la base que me ha permitido en estos meses trabajar con bastante seguridad y mucha soltura. Encontré la mayor generosidad y la mayor apertura para trasladar de los mínimos detalles a los más altos niveles de comprensión y de capacidad para darnos el plan de ruta del ministerio.

Volviendo a su pregunta, tenemos enormes carencias en materia de equipamiento. Un camión militar que no esté 100% en condiciones, salvo los aspectos de seguridad, puede usarse, pero esto no se aplica a los aviones. Es claro que el sentido de tener una fuerza aérea es tener aviones, no puede existir una fuerza aérea sin aviones, y estos para estar en orden de vuelo tienen que estar 100% en condiciones.

EC - El comandante Bonilla ha dado algunos números, dijo "hoy tenemos un 32% de operatividad de la Fuerza Aérea".

LR - Ya lo corrijo, hoy tenemos un 29%, ha variado entre ese hoy y este hoy.

EC - Estamos peor.

LR - Sí, porque esto es dinámico, mañana podemos estar en 35%, porque también se van reincorporando al orden de vuelo. Simplemente que ese hoy cambia, no es estático.

EC - Estas cifras que manejó el mes pasado el comandante Bonilla decían que "de 85 aeronaves solo 27 están en orden de vuelo, tenemos una masa de pilotos muy importante que por lo tanto no vuela. Al día de hoy tendríamos que haber volado 3.500 horas y hemos volado 2.100". Es un ejemplo numérico. Vuelvo entonces a la consulta sobre en qué dirección se está trabajando en este rubro.

LR - En este rubro se está trabajando en la dirección de ajustar el conjunto de los factores, que en el caso de la Fuerza Aérea hacen a su operativa, para que las cuentas cierren, para que el personal, su capacitación, las bases que tiene, su despliegue, tengan relación no con la Fuerza Aérea que alguna vez el Uruguay tuvo, sino con la Fuerza aérea que el Uruguay puede tener. Es obvio que si tenemos en la Fuerza Aérea unas 3.700 personas eso responde a una situación que para el caso de volar hoy no tiene respaldo en la capacidad, en la cantidad de aeronaves en condiciones de volar.

EC - Tenemos una incongruencia entre la cantidad de soldados en la Fuerza Aérea y la cantidad de aviones.

LR - Y tenemos además enormes problemas para mantener al personal con los salarios que tenemos. En el caso de la Fuerza Aérea formamos pilotos cuyo proceso de formación nos sale unos 140.000 dólares, y prácticamente a diario algún piloto se va a la aviación civil, porque obviamente cuadriplica, quintuplica, sextuplica o multiplica por más el salario que recibe.

EC - Por lo tanto hay dos alternativas: o reducimos la cantidad de soldados o mejoramos el equipamiento.

LR - Y además mejoramos la profesionalización y los sueldos. Nos pasa también con los mecánicos, es obvio que los mecánicos de aviones tienen una especialidad muy importante y son una mano de obra muy requerida. Se nos va también el personal que hace las tareas de apoyo a los vuelos en el aeropuerto, los operadores se nos van también a otros países. Es un conjunto de elementos que tenemos que hacer, tenemos que ir a un diseño que podamos efectivamente afrontar, sostener. Es una decisión que se tiene que tomar con los costos que tiene, mantener aviones volando es caro y nuestro país tiene condiciones de pobreza extrema que son su prioridad, pero tenemos que definir cuál es la base que podemos y nos comprometemos a sostener de verdad.
    
EC - Esa es una discusión que habrá que tener en el Parlamento.

LR - Ya la estamos teniendo en el gobierno.

***

EC - Luis Rosadilla nació en diciembre del año 1953, así que tiene 56 años. Fue electo diputado en el año 2004 por el Espacio 609, y durante los cinco años del período de gobierno anterior se convirtió en uno de los referentes de la izquierda en temas de defensa. Ahora ha sido nombrado ministro de Defensa Nacional, cargo que ocupa desde el 1º de marzo pasado. Pertenece a la CAP-L, que orienta el senador Eleuterio Fernández Huidobro.

LR - No, eso no es cierto.

EC - Se suele presentar de esa manera. Usted va a decir que Fernández Huidobro no es el máximo dirigente ni el orientador.

LR - No, no.

EC - Que es uno más.

LR - Sí.

EC - Pero usted supo trabajar cinco años como secretario de Fernández Huidobro en el Parlamento, antes de ser usted mismo legislador.

LR - Sin duda es el compañero de mayor referencia política para todos nosotros. Pero yo lo peleo nomás.

EC - Yo le preguntaba por aumentos de sueldos en las Fuerzas Armadas, mejora del equipamiento, sobre todo en la Fuerza Aérea y en la Marina, pero también en el Ejército, y le planteaba la objeción que muchos pueden hacerle a partir del punto de vista, que también existe, de que habría que reducir o eliminar las Fuerzas Armadas. Usted daba una primera respuesta, decía que esa es una discusión interesante y válida, pero que mientras tengamos Fuerzas Armadas no podemos tener unas Fuerzas Armadas de indigentes, sin equipamiento. Pero la discusión de fondo se dio en el período de gobierno anterior con la nueva Ley de Defensa Nacional, que se discutió durante varios años y se aprobó. ¿Qué pasos tiene previsto dar a corto plazo a partir de ese nuevo marco legal?

LR - Obviamente quienes nos escuchan no ven –algunos sí, pero la mayoría no– los documentos con los que me vine para tener base documental en esta entrevista para algunos temas que me parecía lógico que estuvieran sobre la mesa. Aquí tengo el informe sobre el análisis de la Ley de Defensa que elaboró una comisión que trabajó a estos efectos y concluyó el 28 de abril. Aquí se definen las tareas que hay que hacer, las cosas que tenemos que instrumentar. De aquí salen muchísimas tareas que hay que organizar, hay que organizar el Estado Mayor de la defensa, es necesario que ese Estado Mayor tenga una cierta estructura básica que le permita cumplir con lo que la ley le encomienda. La ley es muy ambiciosa, en el buen sentido de la palabra, muy transformadora, pero venimos de una larguísima experiencia práctica que genera una inercia muy fuerte. El Ejército nacional va a cumplir 200 años dentro de poco más de un año, ahora cumple 199, imagínese la inercia de funcionamiento que eso genera, y lo complejo como desafío, pero como desafío bueno, que es transformar esa situación.

Quiero decir lo siguiente. Muchas veces se habla de la resistencia a los cambios, pero en mi experiencia quienes más interesados están en estos cambios son los profesionales de las Fuerzas Armadas, porque son los más conscientes de que en la situación actual, de no haber transformaciones fuertes, no precisa que venga ningún Arias a decirnos que hay que disolver las Fuerzas Armadas; se disuelven solas.

Ayer de tarde, entre los cientos de cosas que uno firma por día, no recuerdo bien si firmé seis o siete pases a retiro voluntario de mayores, de capitanes, de tenientes, de comandantes. Y obviamente, otros tantos de personal subalterno, o bastantes más. Hay una enorme dificultad para captar personal, tanto oficiales como personal subalterno. Esto está empujado por la bonanza económica que el país viene atravesando y la cantidad de nuevos y mejores empleos que se van produciendo por la recuperación del país, que hacen aún más grande la brecha entre los salarios de los militares y los salarios del resto de la administración pública y de las empresas privadas. La cantidad de vacantes que no se pueden llenar es enorme, pero además se retira una cantidad de oficiales con formación, con perspectiva profesional, anoche se lo comentaba al comandante del Ejército: "Hoy firmé como siete pasees a retiro". Recuerdo el caso de uno que pone como fundamento que se va a trabajar a tal fábrica.

EC - ¿Por qué menciona esa información a propósito de la implementación de la Ley de Defensa que está pendiente, que es una tarea para encarar ahora?

LR - Porque justamente, hay que valorizar a las Fuerzas Armadas que tenemos y a sus profesionales como tales, como profesionales. Tendemos a tener una mirada muy prejuiciosa, muy equivocada. Muchos de mis colegas de ministerios e instituciones públicas creen encontrar cuando van al MDN mano de obra barata, y en realidad el MDN tiene que ofrecer capacidad, muchísima gente muy capaz, tremendamente capaz de organizar y poner cosas a funcionar. Habría que valorarlo por esa capacidad, más allá de lo que dije y reitero, que sí las Fuerzas Armadas son una reserva para muchísimas cosas, allí están cuando hay un río que se desborda, cuando un vendaval se lleva una ciudad, cuando hay un accidente en el mar y hay que ir a hacer rescates, cuando hay un incendio forestal, cuando hay que pintar una escuela porque no hay medios, cuando hay que ayudar. Ahora vamos a emplear unos 700 funcionarios en el censo ganadero; vaya si va a ser una tarea importante para el Uruguay productivo tener ese censo, y, la verdad, no hay otra institución del Estado que pueda poner hoy en la cancha de todo el país, 19 departamentos, 700 personas en condiciones de hacer un censo de ese tipo. Por eso es una reserva para muchas cosas, pero vamos a tener que valorar esa reserva sobre todo por sus capacidades, más que por ese casi automatismo, muy equivocado, "como los milicos no hacen nada, pueden hacer de todo". No, hacen muchas cosas, y además tienen que prepararse para su misión esencial, que, mientras no se la cambiemos, es defender al país de agresiones externas.

***

EC - En el período de gobierno anterior, cuando Tabaré Vázquez era el presidente uruguayo y el presidente George W. Bush era el presidente de Estados Unidos, ese gobierno le negó a usted la visa de ingreso.

LR - Cuando yo era terrorista, dice usted. (Risas)

EC - Ahora, sin embargo, desde que es ministro ya viajó una vez a Estados Unidos y, es más, ha comenzado las conversaciones con ese país en procura de un acuerdo de cooperación en defensa. Todo un cambio, ¿no?

LR - Todo un cambio. No solo con Estados Unidos, estamos hablando con muchos países, prácticamente con todos aquellos con los que tenemos algún acuerdo en materia de defensa, estamos revisando nuestros acuerdos en defensa y tratando de mantener, ampliar o modificar los acuerdos que tenemos, y de crearlos donde no tenemos acuerdos políticos sino que tenemos de hecho cooperación. Hemos establecido una política en esta materia con Estados Unidos y con todos, no queremos más relaciones de hecho, queremos relaciones que tengan su base en identificar intereses comunes, si los hay, ver cuáles pueden ser los objetivos comunes en esta etapa, luego ver si tenemos medios de empleo para eso que sean compatibles, y a partir de eso definir la cooperación en materia de instrucción, de personal o de intercambio de materiales. Hoy por hoy eso está subvertido porque hay muchísima capacitación de personal, muchísima contribución a nivel de materiales, pero la política es muy débil, los acuerdos no están guiados desde la política, y nosotros queremos guiar los acuerdos y la cooperación desde la política. No significa parar nada, no significa trancar nada de lo que existe, sino trabajar con todos, también con Estados Unidos, porque ¿a quién se le escapa que Estados Unidos es la mayor de las contrapartes de la región?

EC - Hablando de cambios, obviamente es un cambio interesante que el nuevo gobierno de Estados Unidos ya no lo considere a usted un potencial terrorista, como por lo visto lo consideraba el anterior, pero mirado desde este lado, ¿es fácil explicar que un tupamaro como usted...? Porque usted se sigue considerando un tupamaro de alma, ¿no?

LR - Y de hecho, yo simplemente pedí licencia en el MLN y pedí la baja, pero no me la han concedido, el MLN con muy buen criterio la congeló.

EC - Entonces, ¿es fácil de explicar que un tupamaro considere necesario y conveniente un convenio de cooperación en defensa con Estados Unidos, nada menos?

LR - Es evidente, además. La realidad es que eso funciona así, y, justamente, la única manera de que funcione de acuerdo con nuestros intereses es discutir ese tema desde lo político. Por eso cuando fui a Estados Unidos discutí al más alto nivel y dije muy claramente: "No se trata de trancar todas estas contribuciones, capacitaciones que están funcionando, lo que queremos saber es para qué nos sirven y qué queremos hacer nosotros y cuáles son las que nos servirían". No se va a hacer sin opinión técnica, pero esto tiene que tener un paraguas político muy claro. Además le adelanto, estas conversaciones no van a ser bilaterales, van a ser cuadrilaterales.

EC - ¿Por qué cuadrilaterales?

LR - Porque van a involucrar a ambos ministerios de Defensa pero también a ambos ministerios de Relaciones Exteriores, porque es obvio que es la política general en materia de relaciones exteriores del país la que debe alumbrar o debe darle marco a la política específica en materia de relaciones de defensa. Sería impropio, y además podría incluso ser contradictorio, tener en materia de defensa una política independiente de la política general de relaciones con el exterior. La misma pregunta que usted me hace en materia de defensa puede hacerse en materia comercial o en materia de intercambio de educación, de salud o de lo que fuera.

Mire que yo soy de los que creen que el imperialismo existe, y creo que Estados Unidos es una nación que tiene el santo y seña del imperialismo, pero también sé lo que juega en la región y sé que las relaciones no necesariamente son con los que me gustan, son con aquellos con que tengo que relacionarme.

***

Transcripción: María Lila Ltaif