Entrevistas

Sociólogo José Arocena: "La Ley de Descentralización moviliza democráticamente al interior"

Sociólogo José Arocena: "La Ley de Descentralización moviliza democráticamente al interior"

El mapa político uruguayo cuenta ahora con 89 municipios o alcaldías, una novedad que ya ha generado varios análisis y más de una discusión. El doctor en Sociología José Arocena señaló a En Perspectiva que la Ley de Descentralización y Participación Ciudadana es positiva para el interior del país ya que otorga "legitimidad" a las autoridades locales y "moviliza democráticamente las ciudades". Sin embargo, manifestó que la creación de ocho municipios en Montevideo fue innecesaria ya que la capital cuenta con su propio proceso de descentralización. Además, esbozó posibles escenarios de relacionamiento entre intendentes y alcaldes, y desarrolló el concepto de "unidad pertinente" por el cual a la hora de planear y ejecutar un proyecto debe tomarse en cuenta la escala de la unidad política que lo llevará a cabo.


(emitido a las 09.00 Hs)

EMILIANO COTELO:
Este domingo, los uruguayos elegimos por primera vez un tercer nivel de gobierno. Me refiero a los municipios y sus jefes, los alcaldes.

Se trata de 89 municipios distribuidos por todo el país que dibujan un nuevo mapa político del Uruguay, con características distintas del que podíamos observar hasta ahora, cuando solo existían los resultados globales de los 19 departamentos.

Teniendo en cuenta esta nueva situación, ¿qué conclusiones pueden sacarse? ¿Cómo será la relación entre los intendentes y los municipios? ¿Qué pasará en los departamentos donde los intendentes sean de un partido y los alcaldes de otro? ¿Qué análisis puede hacerse del caso particular de Montevideo?, ¿en qué medida se diferencia de los otros departamentos?

Les proponemos un primer enfoque de este tipo, para lo cual vamos a conversar con el doctor José Arocena, doctor en Sociología por la Universidad de París, director del Instituto de Estudios del Desarrollo Regional y Local de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica del Uruguay.

***

EC - Ya hemos realizado en estos días varios análisis a propósito de los cambios que dejó la elección del domingo en la distribución de las intendencias. Pero desde este año hay que incorporar también otra lectura, la irrupción de las alcaldías y la forma como estas quedaron repartidas. ¿Cuánto cambia el mapa político si incorporamos al análisis este otro capítulo, el tejido de alcaldías?

JOSÉ AROCENA:
Cambia mucho, tal vez mucho más de lo que hoy pensamos. Recién mencionaba una razón en la introducción, que hay nuevas negociaciones que no existían antes, entre el intendente y el alcalde. Hay un nuevo mapa político más preciso, porque si bien antes veíamos solamente el departamento, desde siempre fue posible analizar las circunscripciones electorales, y uno podía tener determinados mapas políticos dentro del departamento. Ahora cambia también eso, porque más que circunscripciones electorales, que son un objeto de análisis para el especialista pero que para la gente en general no tienen demasiada relevancia, ahora hay verdaderas unidades políticas, cada ciudad es una unidad política.

EC - Esa identidad de tipo político de una determinada circunscripción electoral que hasta ahora no tenía consecuencias prácticas ahora pasa a tenerlas.

JA - Exactamente, pasa a tenerlas, y sobre todo legitimada por el voto, por el sufragio universal. Esto de la relación intendente-alcalde es un tema interesante porque obviamente no tenemos experiencia, estamos empezando un proceso en el cual Uruguay no tiene experiencia.

Antes de entrar en eso yo querría decir algo con respecto a Montevideo y el interior.

EC - A eso iba. ¿Cuál es la aclaración?

JA - En primer lugar, cosa que no se suele decir mucho, esta Ley de Descentralización y Participación Ciudadana se pensó para el interior del país.

EC - Es lo que todos sospechamos.

JA - Se pensó para el interior del país. Yo acompañé desde los inicios seminarios, viajes por el interior por distintos departamentos, y en ese momento nadie pensaba que la descentralización iba a ser aplicada en Montevideo. Fue bastante tardío el agregado de Montevideo a la ley. No pensábamos en eso porque Montevideo ya tiene su proceso de descentralización, malo, bueno, regular, exitoso, no exitoso, pero lo tiene, criticable en muchos aspectos. Lo que faltaba era pasar a la descentralización del resto del país.

En un momento determinado –creo que llevado por un cierto consenso crítico sobre el proceso de descentralización en Montevideo–, la Intendencia de Montevideo dijo: "Aprovechemos esta movida para meter también Montevideo adentro". Se discutió hasta fines del año pasado, bastante recientemente, por ejemplo, si serían seis municipios o alcaldías, ocho o nueve; terminaron en ocho, pero esto es muy reciente y muy tardío.

EC - Es interesante esa observación, porque si vamos a la filosofía de la ley y a ese origen que tú estabas recordando, que estaba muy vinculado con el interior, entonces se entiende el planteo que hacía ayer la senadora Lucía Topolansky: "En Montevideo nos equivocamos, quizás si en Montevideo había que crear algún municipio o alcaldía, el único que tenía sentido era uno que representara al Montevideo rural y que podía tener como base Santiago Vázquez, que en definitiva es el único pueblo del departamento de Montevideo".

JA - Exactamente, la senadora Topolansky da en el clavo cuando dice que la única unidad política más o menos autónoma en Montevideo es la parte oeste con Santiago Vázquez.

EC - Pero se decidió ir de todos modos para adelante y repartir Montevideo en ocho pedazos.

JA - Ahí está el principio de todos los males. Primero, porque hubo que respetar las credenciales, no podíamos partir la BNA en dos, tenían que ser las credenciales dentro de cada uno de los ocho circuitos. Eso hizo que los barrios que quedaron dentro de las alcaldías o municipios de Montevideo no tengan ningún tipo de identidad común, ni siquiera intereses comunes. Hay uno que es el paradigma, Carrasco norte y Carrasco sur, no tienen nada que ver, no pueden formar una unidad política.

Creo que hubo un apuro por meter el tema Montevideo en la Ley de Descentralización, fundamentalmente porque se pensó –yo he escuchado esto a representantes de la Intendencia– que sería una forma de empezar a corregir los problemas de la descentralización en Montevideo. Pero el electorado uruguayo es de una sabiduría impresionante, yo no entiendo yo no voto, yo no conozco no voto, ese 60 y pico por ciento de abstenciones para las alcaldías de Montevideo es la mejor prueba de que no se pueden hacer estas improvisaciones sin una suficiente información, y sobre todo sin una información pedagógica, porque no todo el mundo está metido en estos asuntos, no todo el mundo entiende lo que era el régimen local antes, lo que se quiere transformar, es casi un tema de especialistas.

EC - Y para complicar más las cosas, además estos ocho municipios, estas alcaldías, van a coexistir con la otra estructura, la de las juntas y los centros comunales zonales, todo va a seguir existiendo.

JA - Es un problema grave el que se presenta, es un problema serio institucionalmente hablando, porque ¿cómo van a hacer para tener un mismo municipio varias direcciones en territorios diferentes? No entiendo cómo se va a hacer.

En cambio, así como digo esto, digo que para el interior del país esta ley vino como anillo al dedo.

EC - Sobre el tema Montevideo, uno de los puntos de debate estos días posteriores al domingo es: teniendo en cuenta la altísima abstención que existió a la hora de poner la papeleta para los municipios acá en la capital, una abstención que anduvo en el orden del 60%, ¿qué legitimidad tienen estos concejos municipales?, ¿qué legitimidad tienen en especial los alcaldes?

JA - Tienen muy baja legitimidad.

EC - ¿Entonces? ¿Tiene sentido igual que funcionen en estas condiciones?

JA - Esto es un tema que políticamente tendrán que discutir los partidos políticos y el Parlamento, tendrán que enfrentar este problema y ver qué van a hacer, porque es una situación complicada. Todavía no me animo a decir que vaya a resolverse de una manera o de otra, porque esto también tiene que ver con equilibrios políticos, con discusiones, debates políticos que son bastante complejos de prever. De todas maneras hay un problema, la ciudadanía lo mostró con toda claridad, eso es lo más importante.

EC - ¿Cómo se resuelve es otra historia?

JA - Hay varias soluciones posibles. Una es simplemente borrar y empezar de nuevo.

EC - No crear ahora los concejos municipales.

JA - Esa es una posibilidad, pero necesita un acuerdo político sólido, un acuerdo político muy fuerte, porque de todas maneras funcionaron las instituciones, hubo elecciones, hubo gente que votó, de manera que para volver atrás se necesita un nivel de legitimidad muy fuerte.

EC - ¿Qué otra alternativa habría?

JA - Probablemente una de las cosas que pueden suceder es que estos alcaldes que empiezan con una baja legitimidad y dependen mucho de ellos y de sus equipos logren, más allá de todas las dificultades con las que van a enfrentarse, generar algo de movilidad, algo de movimiento dentro de sus alcaldías, que estas ocho alcaldías se conviertan en centros de actividades para un sector de la población y que de ese modo vayan adquiriendo legitimidad por la fuerza de los hechos, ya que no la tienen por la fuerza de los votos. Esto depende mucho de los procesos, de qué procesos se hagan en cada una de las ocho alcaldías, hay algunas más difíciles que otras. Esa sería otra posibilidad. A veces los procesos van antes que las formalidades, generalmente los procesos van antes que las formalidades, entonces de repente un proceso puede indicar por dónde pueden ir los correctivos formales, por dónde pueden ir las mejoras a esta situación.

***

EC - El interior es otra cosa, allí sí esta Ley de Descentralización y la elección por voto popular de los municipios con sus alcaldes al frente son algo que se enclava en una realidad precedente, algo que le interesó a la gente y que va a tener sus consecuencias.

JA - Todo eso es cierto, hay una serie de indicadores que muestran que la gente tomó en serio la elección municipal. Nosotros recorremos mucho el interior del país en el instituto, en este período recorrimos al menos la mitad o las tres cuartas partes de los departamentos, y la primera cosa que percibimos es la movilización en torno a esta ley en las ciudades del interior que no son capitales, las ciudades que no tenían autoridades electivas.

En democracia hay una cosa que es muy importante que es que las autoridades no electas por sufragio universal carecen de legitimidad. Y las juntas locales hasta este momento, salvo las tres excepciones conocidas, Bella Unión, Río Branco y San Carlos, eran designadas por el intendente.

EC - ¿Cuántas había hasta ahora?

JA - Eran 200 y pico, que además no siempre se integraban. Había períodos enteros de gobiernos departamentales sin integrar las juntas, el que funcionaba era el secretario administrativo, hombre de confianza del intendente. De manera que no había ninguna legitimidad en las autoridades locales. Esto les da a las autoridades locales legitimidad, moviliza democráticamente las ciudades del interior, es un paso adelante muy importante.

Hay varias observaciones a hacer. Una de ellas: el otro día Ignacio Zuasnábar dijo que ellos habían percibido un cierto número, no sabían cuántos, de casos en los que el ciudadano había votado por el municipio y no por la intendencia. Y lo interpretaban de esta manera: había un vecino al que querían designar alcalde, pero no querían votar al intendente del partido de ese vecino, y como no hay voto cruzado no tenían más remedio que dejar de votar al intendente.

EC - Este es otro punto a discutir de ahora en adelante, si tiene sentido prohibir el voto cruzado.

JA - Exactamente. Es todo un tema, hubo una discusión en el Parlamento, hubo diputados que pensaron que había que ir al voto cruzado, pero creo que ahí predominó la lógica de los partidos, que en Uruguay es una lógica de control. El partido político siempre tiene una lógica de control, pero la lógica de control centralista característica de Uruguay hace que se tema el voto cruzado, se le tenga miedo. Lo mismo que otra cosa que también se discutió: ¿por qué los candidatos a alcalde debían ser propuestos por partidos políticos?, ¿por qué no podía ser un vecino que lograra una cierta adhesión de otros vecinos? Esto también se discutió y también se rechazó.

Hay una cosa que quiero destacar: el Partido Nacional (PN) tiene 42 municipios y el Frente Amplio (FA) tiene también 42 municipios.

EC - Sí, así dan las cuentas, totalmente parejito, 42 para el PN, 42 para el FA y 5 para el Partido Colorado (PC), así se distribuyen los 89 municipios. Esta lectura macro ¿sirve para algo? ¿Qué dice?

JA - Creo que sirve una lectura más afinada, por ejemplo, dónde están los municipios del FA y dónde están los municipios del PN. Hice un pequeño ejercicio de análisis y resulta que de los 42 municipios del FA 35 están en Montevideo, Canelones, Maldonado y Rocha, en el sur y el sureste, lo que confirma que esa es la zona frenteamplista. Es interesante, de 42, 35 están en esta zona y 7 en el resto del país, desperdigados por el resto del país.

En el PN encontramos que tiene 14 municipios en Canelones y Maldonado –en Montevideo y Rocha no tiene– y 28 en el resto del país. De los mismos 42 que tiene el PN, 28 están en el resto del país. Y si uno mira el mapa de la distribución, es muy interesante, está todo muy centrado en la costa y algún municipio del FA, después hay una franja que atraviesa el país desde el suroeste al noreste que es claramente PN, y después está el PC que tiene algunos municipios por realidades locales, por razones locales.

EC - ¿Qué te dice ese mapeo?

JA - Ese mapeo me dice que el PN y el FA están claramente territorializados. El FA pierde Paysandú y Salto porque los colorados votaron en Paysandú por el candidato blanco y los blancos votaron en Salto por el candidato colorado. También, ciudadanía responsable, consciente, que sabe lo que hace.

EC - Un matiz allí, porque es un tema que se ha estado discutiendo: no estoy tan seguro de que se pueda decir que "los colorados" votaron por el candidato blanco o en el otro caso que "los blancos" votaron por el candidato colorado.

JA - Algunos, por lo menos.

EC - Habría que decir que quienes votaron colorado en octubre se volcaron ahora a un candidato blanco. Porque está claro que últimamente la ciudadanía uruguaya está mostrando mucha libertad, mucha flexibilidad.

JA - Es flotante.

EC - No sé si todos estos votos son votos "de colorados" o "de blancos".

JA - De acuerdo, y ese electorado flotante aumenta en cada elección, es mucho más preciso decirlo como lo decís tú. De todas maneras, es bastante claro que gente que votó colorado en octubre ahora votó al candidato del PN en Paysandú. Yo estuve con algunos de los que ganaron en Salto del PC y ellos me decían "gracias a los blancos", son totalmente conscientes. Es que si no, es inexplicable la derrota del Frente en Paysandú y Salto, porque incluso en Salto aumentó un poquito el electorado del Frente, pero a pesar de eso perdió.

EC - Tú incorporabas este dato a propósito de la distribución de alcaldías.

JA - Porque la distribución de alcaldías, con esa derrota del FA, le quita al FA dos bastiones importantes como eran Paysandú y Salto, que no están en la costa, que no están en el sur y el sureste, ahí la territorialización del FA era menos clara. Con esta victoria del PC y del PN el FA queda muy reducido al sur y al sureste.

EC - Otra puntualización. Cuando hablamos de municipios blancos, municipios frenteamplistas, municipios colorados, también estamos simplificando, deberíamos hablar de municipios mayoritariamente del PN, mayoritariamente del FA, mayoritariamente del PC. Porque los municipios son concejos de cinco miembros, y se da en algunos casos que los cinco miembros pertenecen a un partido, pero en muchos hay una mayoría de un partido y una minoría de otro.

JA - Todavía no tengo los datos precisos en todo el país, pero con el escrutinio departamental rápidamente se va a saber cuáles son los municipios compartidos, que seguramente son unos cuantos.

EC - Pasemos a algunas situaciones que se desprenden de ese mapa que estabas examinando. Por ejemplo, hay departamentos donde todos los municipios son del partido que ganó la Intendencia; por el lado del FA Montevideo y Rocha, y por el lado del PN Paysandú, Soriano, Flores, Durazno, Tacuarembó, Treinta y Tres y Lavalleja. ¿Qué implica esto?

JA - Las explicaciones no son iguales en Montevideo que en Rocha, por ejemplo. En Rocha la Intendencia frenteamplista hizo una muy buena gestión en estos cinco años, esto no lo digo yo, lo dicen prácticamente todos los partidos políticos en Rocha. Claramente Barrios se vio beneficiado por votos que hace un tiempo eran colorados. Allí hubo una muy buena gestión, que contrastó con las gestiones anteriores, que habían sido muy malas, los 20 años anteriores a Barrios fueron muy malos, muy malos, fueron realmente gestiones deficitarias. Ahí se explica por el éxito de la gestión, Barrios conquistó el departamento gracias al éxito de su gestión.

En Montevideo es otra cosa, Montevideo perdió votos. La unanimidad se mantiene porque Montevideo sigue siendo frenteamplista, básicamente frenteamplista, pero no hay un premio a la gestión, más bien hubo un castigo a la gestión, porque un 14% de votos en blanco y anulados es un castigo. Ese 14% no fue a los partidos tradicionales, no fue al PN o al PC, fue voto en blanco, quiere decir que ahí hay un frentismo que no quiso votar al Frente pero tampoco quiso votar al PC o al PN. Es otra la explicación, se explica más por la estructura de Montevideo, son elementos mucho más básicos, más estructurales. En el caso del Frente son distintas las explicaciones.

EC - ¿Y en el caso de las intendencias blancas donde además todos los municipios son blancos?

JA - Ahí hay un dominio del PN muy claro, esa franja que empieza en el suroeste y cruza el país hasta el noreste está claramente controlada por el PN. Además, si uno se fija en las cifras, los triunfos, salvo alguno, son muy claros, incluso en Río Negro, donde se llegó a pensar que podía ganar el FA, que la elección iba a ser competitiva; al final la diferencia a favor de Lafluf es muy grande. Ahí la realidad es que el PN todavía está muy enraizado y probablemente siga muy enraizado en esa zona del país, eso explica esta unanimidad de municipios y este control de los gobiernos departamentales.

EC - Después tenemos el caso de Canelones, que tiene una cantidad de municipios y donde el gobierno de la Intendencia es del FA, que tiene paralelamente la mayoría de los municipios, pero no todos, hay muchos municipios blancos e incluso hay municipios colorados.

JA - Ese es uno de los casos en que el intendente departamental va a tener que negociar mucho con los municipios, creo que Carámbula ya lo anunció, si no, no va a poder gobernar el departamento. Y es cierto que Canelones tiene una realidad muy heterogénea, la parte que se llama el santoral, el noreste, es una, y la Ciudad de la Costa es otra realidad. Ahí la heterogeneidad del electorado genera un compartir los gobiernos municipales.

Esto me lleva a un tema importante, que es la relación entre el intendente y el alcalde, porque por ahí se dice que el intendente va a castigar a los municipios del partido contrario, "el intendente de Salto, colorado, va a castigar a los municipios frenteamplistas".

EC - Y también se dice que el alcalde perteneciente a un partido de la oposición va a hacerle la vida imposible al intendente.

JA - Es un poquito superficial esta manera de ver el problema. En primer lugar, porque el intendente es responsable, sigue siendo responsable, de todo el departamento, no es que el departamento se haya fraccionado en pedazos. El responsable político del departamento es el intendente, y su gestión va a ser examinada a partir del éxito que obtenga en todo el departamento.

EC - Esto reabre la discusión –que fue una parte de la confusión en torno a la Ley de Descentralización–: entonces, ¿para qué están los gobiernos municipales, los municipios?

JA - Ahí aparece el principio de subsidiariedad, que está muy de moda actualmente entre los especialistas en estos temas. En términos muy simples quiere decir que lo que puede hacer el nivel más bajo no lo tienen que hacer el nivel intermedio o el más alto. La auténtica descentralización no es la descentralización de todo, es la descentralización de lo descentralizable. El municipio atiende la vida cotidiana de las personas, los problemas muy concretos y muy específicos de la localidad, pero no tiene por ejemplo ninguna posibilidad de encarar seriamente grandes proyectos de desarrollo, supongamos desarrollo de infraestructura. Eso no es competencia del municipio, eso es en todo caso es competencia de los niveles intermedios o incluso del nivel central. Este principio de subsidiariedad, que los uruguayos no entendemos mucho todavía porque somos muy centralistas y estamos acostumbrados a concentrar funciones en el centro, va a permitir que el municipio haga lo que le corresponda y el intendente lo que le corresponda.

Además está el tema de los recursos, que fue muy criticado en la ley, porque la ley no otorga recursos específicos, sino que dice que el intendente destinará una parte del presupuesto a los municipios, y por otro lado habrá un fondo central de apoyo a los municipios. El primero es departamental, es una ayuda departamental, y el segundo es central.

Esta parte del presupuesto dedicada a los alcaldes –y esto también por experiencia de lo que conocemos– va a generar una negociación que hasta ahora no existía, una negociación entre una autoridad electa con la legitimidad de la elección, con un intendente. Yo presencié debates entre presidentes de juntas locales y el intendente, estuve en concejos departamentales ampliados con las juntas locales, y los presidentes de las juntas locales apenas se animaban a hablar, no tenían legitimidad ninguna. Ahora son gobiernos locales con toda la legitimidad del voto, entonces en la negociación por los recursos el intendente la va a tener que tomarlos muy en serio, en primer lugar.

En segundo lugar, la aspiración al fondo central pone al municipio en relación con el gobierno central. Esta ley no modifica solamente la relación entre los departamentos y los municipios, también modifica la relación entre el gobierno central, el departamento y los municipios. Y de paso digo, muy despacito y rápido, que la ley de 1.935, que rige los gobiernos departamentales, tiene 75 años y ya no responde a la realidad de los gobiernos municipales. Se llama Ley Orgánica Municipal, deberíamos tener una ley orgánica departamental y una ley orgánica municipal que mejorara la ley actual. El camino legal tendría que ir hacia una ley orgánica departamental y una ley orgánica municipal, ahí completaríamos el edificio institucional.

EC - Si el caso de Canelones, con Intendencia del FA y municipios distribuidos, con una mayoría para el FA pero una segunda proporción para el PN y municipios colorados, es un caso en que el intendente va a tener que negociar y mucho, más todavía va darse eso en los departamentos donde hay más municipios opositores que oficialistas, como es el caso de Maldonado, que tiene ocho municipios, intendente del FA, pero cinco municipios del PN y tres del FA. Es también el caso de Artigas, donde la intendenta va a ser frenteamplista, y de tres municipios dos son del PN y uno del FA. Y es el caso de Salto, que ahora tendrá intendente colorado y seis municipios, cuatro del FA y dos del PN; en principio por los datos primarios no habría ninguno colorado.

JA - Hay una sospecha de que habría un colorado, pero no parece claro.

EC - Y podríamos mencionar también el caso de Rivera, donde también va a gobernar el PC, que tiene tres municipios, dos son del PN y uno del PC.

JA - Hay casos claros en que la oposición al intendente es mayoritaria, tiene más municipios que el partido del intendente.

EC - ¿Podrán llegar a armarse congresos de alcaldes de un departamento para ejercer presión sobre el intendente?

JA - Yo no iba a decir tanto como eso, pero hay una cosa que es objetiva y cierta: los municipios tienen intereses comunes, todo alcalde tiene un interés muy parecido al de otro alcalde.

EC - Aunque sean de partidos distintos.

JA - Aunque sean de partidos diferentes, porque la gestión de la localidad no tiene enormes variantes, los intereses son comunes. Que me manden un camión, que me manden algo para arreglar la carretera tal, eso es de todos. Entonces creo que se va a armar una especie de coalición de intereses por el lado de los municipios, y el intendente va a tener que negociar con esa coalición de intereses. Con las juntas locales ya había una especie de proyecto de coalición de intereses, yo he visto juntas locales de distinto color colaborando, por eso de los intereses comunes. Esta es otra razón por la cual el intendente no va a poder hacer lo que quiera, va a tener que ver cuáles son los intereses legítimos para otorgar los recursos correspondientes a las localidades.

Y hay un último tema importante al que llamamos "unidad pertinente".

EC - Ya vamos a ese tema.

***

EC - ¿Qué es eso de la "unidad pertinente", que es otra asignatura pendiente?

JA - En términos de desarrollo tenemos que pensar que hay escalas y escalas. Hay escalas que no pueden hacer frente a grandes proyectos de desarrollo, pero sí pueden hacer frente a problemas concretos de la vida cotidiana. El municipio es una unidad pertinente para hacer frente a problemas cotidianos; el departamento debería ser una unidad pertinente si se asocia con otros departamentos. Acá aparece lo supradepartamental, que en Uruguay es muy importante porque nuestros departamentos no tienen masa crítica en general como para abordar temas importantes.

Yo he discutido mucho este tema de los departamentos y las regiones, cuántas regiones tiene que haber en Uruguay. No me gusta agregar un escalón más, si agregamos un escalón más complicamos más todavía las instituciones. Probablemente haya que hacer de a poco que los departamentos coordinen cada vez más, sobre todo en proyectos socioeconómicos, cosa que ya se está haciendo en algunos casos, pero que hay que promover. Debería haber proyectos que dijeran –por ejemplo los que vienen de la Unión Europea– "este proyecto es si hay coordinación departamental", ahí se genera una masa crítica que el departamento solo no tiene.

La unidad pertinente va por ahí, cuál es la unidad pertinente para determinados objetivos, y no todos los objetivos reclaman el mismo tipo de unidad pertinente.

EC - ¿Qué otros aspectos hay que perfeccionar, ahora que se van a instalar los municipios, en la medida que se vaya conociendo la experiencia? ¿Qué falta ajustar de la legislación, por ejemplo?

JA - Ya dije que habría que cambiar la ley del 35, de hecho al principio de la legislatura pasada se creó una comisión en Diputados de reforma de la ley del 35, y quedó por ahí, no prosperó, pero es una idea que tendría que volver a ponerse sobre la mesa. Un ejemplo rápido: la ley del 35 no contempla competencias que hoy los gobiernos departamentales ejercen.

EC - ¿Por ejemplo?

JA - Por ejemplo, políticas sociales, vivienda, salud, todo ese trabajo de los gobiernos departamentales se fue agregando en la década de los noventa.

EC - Se está actuando al margen de la ley.

JA - No al margen, porque la ley es amplia y dice "todo lo que el intendente entienda", entonces no es al margen de la ley, pero no está definido específicamente. El problema de que no esté definido específicamente es que si no tenés competencias específicas, tampoco tenés recursos específicos. Desde hace 10 o 15 años los intendentes se quejan de que les transfieren competencias sin transferirles recursos, y tienen toda la razón del mundo. Ahí tendría que haber una ley orgánica departamental que actualizara esta relación. Y, por supuesto, sería ideal que hubiera una ley orgánica municipal que mejorara los defectos de esta ley que ahora se está poniendo en aplicación.

EC - ¿Es lógico que en 16 capitales departamentales no haya alcaldías?

JA - No, no es lógico, ese es uno de los errores de la ley. Todas las capitales tendrían que tener una alcaldía, sobre todo las capitales del interior, que no son ciudades tan grandes como para no tener una alcaldía.

EC - Tienen alcaldías Montevideo, Canelones y Maldonado. Las demás capitales departamentales no tienen.

JA - Para mí ese es un error de la ley, simple. Yo les pondría alcaldías a todas las capitales, no tienen por qué no tener. Se supone que el intendente desarrolla las funciones de alcalde de la capital, pero se supone, tendría que haber una alcaldía.

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Transcripción: María Lila Ltaif


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