Entrevistas

Senador Lorier propone balance "autocrítico y crítico" para repensar el Frente Amplio

Senador Lorier propone balance "autocrítico y crítico" para repensar el Frente Amplio

"¿Estamos de acuerdo en que el Frente Amplio tiene que ser coalición y movimiento?", se preguntó el senador Eduardo Lorier al analizar los resultados del pasado ciclo electoral. Entrevistado por En Perspectiva, consideró necesario realizar un "balance colectivo", "tratando de ver líneas de larga duración" para comprender las causas del retroceso electoral de la coalición de izquierda. El secretario general del Partido Comunista del Uruguay también expresó su opinión con respecto al grado de autonomía en la relación gobierno-partido, los peligros del personalismo y la renovación de las estructuras partidarias. "Es cuestión de qué importancia le damos dentro de la fuerza política a esta especificidad que es el Frente Amplio, única en el mundo", manifestó.


(emitido a las 9.00 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
El resultado no fue bueno, el balance es negativo, fue un tirón de orejas, dejó en evidencia la necesidad de revisar el funcionamiento de la interna del Frente Amplio (FA).

Estos son algunos de los comentarios que se escuchan por estas horas de las principales figuras del oficialismo cuando hablan sobre las elecciones del pasado domingo. Por ejemplo, el FA cayó en Montevideo del 61% que obtuvo en 2005 al 46% que obtuvo este domingo, pero además perdió tres intendencias, Salto, Paysandú y Treinta y Tres, retuvo dos gobiernos departamentales, Canelones y Maldonado, a los que se suma Montevideo, y ganó Artigas, que para muchos fue una sorpresa y para otros no tanto.

En este contexto aparecen voces que plantean revisiones. Por ejemplo, el vicepresidente de la República, Danilo Astori, dijo ayer en una entrevista a Últimas Noticias:

"El resultado fue evidente y notoriamente negativo para el FA. Es quizás el retroceso electoral más importante en la historia de la fuerza política, lo que no es poco decir. En 39 años de existencia el Frente solo conoció el crecimiento, nunca un retroceso, salvo ahora. Creo que tenemos que tomarlo como lo que es; yo utilicé la expresión ‘tirón de orejas’, en el sentido de llamado importantísimo de atención ante el cual nadie se puede hacer el distraído y es absolutamente negativo ignorarlo. La señal dada fue tan importante que ahora tenemos que dedicar buen tiempo a analizar los detalles, las cifras con rigurosidad".

Entre otras cosas, se plantea el distanciamiento que hay entre el FA y los frentistas.

Estamos con el senador Eduardo Lorier, secretario general del Partido Comunista del Uruguay (PCU), sector al que pertenece la intendenta electa de Montevideo, Ana Olivera.

***

JAE - ¿Qué siente después de escuchar estos comentarios? ¿Qué balance hace? ¿Está en la misma línea? ¿Le parece demasiado crítico lo que ha surgido de algunos dirigentes?

EDUARDO LORIER:
Mi balance es individual, por lo tanto con las limitaciones que tienen los balances individuales. Lo primero que hay que hacer es un balance colectivo, un balance de muchas voces, porque indudablemente cuando es colectivo, cuando es entre muchos, se aprende y se toman elementos muy importantes y muy valiosos que nos enriquecen a todos.

JAE - ¿El PCU no analizó ya el resultado?

EL - Todavía no hemos hecho ese balance, lo vamos a hacer esta noche. Va a ser un balance primario, porque va a ser el balance de un organismo que se llama Secretariado; recién cuando estemos en presencia del Comité Central vamos a hacer el balance con todo el país presente, con todas las ricas realidades departamentales interviniendo en esta necesaria síntesis. Lo que yo hago en este momento es una presentación particular, no colectiva, con las limitaciones que eso tiene, porque, como a todo ser humano, se me escapan elementos muy ricos y valiosos al no haber tenido esa posibilidad de escuchar a los demás.

JAE - Individualmente, ¿piensa que hay que meter el bisturí, que es momento de revisar la estructura del FA?

EL - A partir de lo que dije, que esto es un análisis particular, pienso que debemos estar muy tranquilos en este momento, que hemos de darnos esa reflexión colectiva, primero en la interna de cada partido, despojándonos de la inmediatez de los resultados, tratando de ver líneas de larga duración en todos estos procesos, no aislando este proceso del proceso electoral nacional que acabamos de vivir ni de las tendencias que se venían manifestando previo a ese proceso, porque hay una continuidad. Pero ahí ya entramos en elementos más particulares.

JAE - ¿A qué se refiere? ¿Incorpora la caída a nivel nacional del FA en la elección de octubre con relación a la de 2004?

EL - Exactamente, y las dificultades que tuvimos para triunfar en esta ocasión con respecto a las elecciones anteriores.

JAE - A primera vista parece un contrasentido. Uno ve que Tabaré Vázquez se va con una gran popularidad, el gobierno tiene un gran respaldo, y sin embargo eso no se tradujo en crecimiento electoral, porque obtuvo más del 50% en octubre de 2004 y menos del 50% en octubre de 2009.

EL - Exacto, comparto eso, que también se puede dar en el caso de Brasil con Lula, y se dio con Bachelet en Chile; son ejemplos muy importantes y claros al respecto. Los análisis tienen que ser de larga duración, tanto en lo que respecta a la mirada retrospectiva como en lo que tiene que ver con la prospección, la mirada hacia delante.

En ese sentido el espacio de discusión tiene que estar abierto a todos los dolores, a todas las angustias, a todos los que se puedan haber sentido doloridos desde el punto de vista político, desde el punto de vista social. Tiene que ser un balance autocrítico y crítico, yo hago la diferencia entre autocrítico y crítico porque todos somos responsables, pero también debemos ser capaces de, respetuosamente, si así lo entendemos, decir las cosas con honestidad y de cara, como corresponde en el FA y en cualquier partido político, si encontramos elementos de crítica hacia los demás con respecto a los temas vinculados a estos problemas o procesos que hemos vivido.

Lo que considero más importante es tranquilidad, análisis, crítica, autocrítica y capacidad de tener una visión positiva en el fondo y en última instancia.

ELENA RISSO:
En el caso de su sector, ¿por dónde pasaría esa autocrítica? Porque dice que lo van a analizar hoy, pero usted como secretario general debe de tener una lectura más o menos encaminada.

EL - Nosotros podemos tener autocrítica de tipo general y de tipo particular en cada uno de los departamentos. Podemos tener defectos en cuanto a nuestra participación en la vida orgánica del FA, que podría haber sido mayor, podemos tener elementos críticos en cuanto a nuestra propia actividad partidaria o a nuestro propio accionar como coalición 1001, podemos tener elementos críticos con respecto a nuestra organización PCU en sí misma y su capacidad de organizarse para incidir. En ese plano siempre hemos sido y somos tremendamente autocríticos porque, en nuestra concepción, es la manera de superar los problemas que surgen día a día en la vida.

JAE - Por ejemplo, ¿entiende que la gestión de la Intendencia de Montevideo de Ricardo Ehrlich explica el bajo porcentaje de votación con relación a 2005?

EL - No, los análisis tienen que ser de larga duración, tenemos que comenzar con la gestión de Tabaré Vázquez y de ahí en adelante, no basta con mirar a Ehrlich ni con tomar como chivo expiatorio a un compañero que tomó una intendencia con determinadas realidades cuasiestructurales.

JAE - La senadora Lucía Topolansky dijo aquí que el conflicto de ADEOM jugó en contra del interés del FA. ¿Piensa que afectó?

EL - Objetivamente nadie lo puede desconocer, pero no avanzo en generar detrás de ese conflicto expectativas de subjetividades y objetividades que lo motiven. Es un conflicto que está ahí, que objetivamente perjudicó, pero no avanzo más en ese punto.

ER - Topolansky decía que había algo político detrás de la huelga de ADEOM de los últimos días antes de las elecciones. No identificó específicamente a los sectores de la oposición, pero dijo que había algo político. ¿Usted coincide? ¿Cree que hubo un interés político para perjudicar a la Intendencia detrás de esa huelga?

EL - Estamos en presencia de un conjunto importantísimo de factores, sería minimizar bastante todo lo que ha pasado circunscribirlo a un tema de esta naturaleza. Existió, fue real, nos perjudicó, y paro ahí. No creo que debamos evitarnos los análisis de más larga duración, no creo que tengamos que tomar a Ricardo Ehrlich como al gran chivo expiatorio, ni a Mariano Arana ni a Tabaré Vázquez, tenemos que vernos todos. Además los frenteamplistas tenemos la mala costumbre de decir "la administración de Ehrlich", cuando fue la administración del FA. A veces también decimos "la presidencia de", cuando es la presidencia del FA, y si el FA no ha sabido darle la tonalidad frenteamplista a esa presidencia y ha sido más de una personalidad, ahí comienzan las dificultades.

En ese sentido, cuando se habla del "ministerio de", yo pongo el ejemplo concreto del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), ¿qué es el MIDES para muchos de ustedes? De repente es el ministerio que le correspondió al PCU, o del PCU. Nosotros tenemos ahí una ministra, y de ocho direcciones una, por lo tanto no es el ministerio del PCU, es el ministerio del FA con todos los colores, con todos los aspectos, dirigido por una compañera que es de nuestro partido, pero nada más. La Intendencia debe ser la Intendencia del FA, con Ana Olivera a la cabeza, sí, pero es una intendencia frenteamplista con todos los colores, con todos los matices, con todos los sectores y compañeros, no puede quedar nadie fuera.

JAE - Usted dice miradas de largo plazo, y en el caso de Montevideo hay que poner arriba de la mesa por lo menos dos números, el 46% y la comparación con 2005, pero también el importantísimo, histórico, inédito porcentaje de votos en blanco y anulados, arriba del 10% en el caso de la capital. Muchos se lo han atribuido al factor Daniel Martínez, a la forma como se eligió la candidata del FA. Ustedes en esa parte tuvieron una activa participación, fueron claves, porque originalmente el PCU apoyaba a Daniel Martínez y después terminó optando por Ana Olivera cuando la fuerza política resolvió impulsar un candidato de consenso. ¿Qué peso tuvo esto para ustedes en el resultado electoral del domingo?

EL - Sobre todo en el voto en blanco tuvo un peso importante, creo que es uno de los factores, pero quizás haya otros –por eso digo que el análisis colectivo siempre enriquece–, como por ejemplo el rechazo de nuestra propia administración, de algunos frenteamplistas en cuanto a cómo se manejó. El voto en blanco puede tener distintas vertientes. Desde mi punto de vista, quizás la mayor esté vinculada a la forma de elección o al tema Daniel Martínez.

ER - ¿Fue un error no haber llevado una múltiple candidatura en Montevideo, a la luz de los resultados?

EL - No, para nosotros de ninguna manera es un error. Al contrario, creemos que vamos demostrando y se va a demostrar más a la larga que nuestra posición, que se mantiene y que hemos refrendado en todos los departamentos, de candidatura única y programa único, es un elemento esencial de la identidad frenteamplista. En ese plano, no creo que haya sido un error llevar una candidatura única, pero es un factor que puede haber impactado en ese 10%. Pero repito, en la política uruguaya, como en la política mundial lamentablemente, se personaliza mucho, a veces los niveles de discusión es si Daniel sí, Ana no, si Pepe, Danilo, Tabaré. Se miran poco los programas, se analizan poco los elementos centrales. Estamos en un momento tan espectacular de cambios en el mundo –reconozco que la radio sigue muy de cerca la crisis internacional, para mí es una fuente importante de información todos los días, todas las mañanas–, estamos en una crisis de altísimo nivel, de larga duración, y ante estas cuestiones muchas veces nosotros estamos en la chiquita, en esa de si aquel candidato, si aquel otro. Ahí hay un elemento de formación o de deformación política, hay que profundizar más, estudiar más, comprender mejor los procesos que están ocurriendo en el mundo, porque esos sí son peligrosos y nos pueden borrar del mapa en un santiamén.

ER - Pero si dejamos de lado Montevideo para no entrar en si Martínez sí, Martínez no, el FA perdió dos intendencias muy importantes, la de Salto y la de Paysandú. ¿Por qué pasó eso? ¿Qué falló en ese caso?

EL - En esos casos hubo un acuerdo tácito de los partidos tradicionales para volcarse unos a otros en los respectivos departamentos, en Salto los blancos votaron al candidato colorado y en Paysandú los colorados votaron al candidato blanco. No tiene mayor ciencia el hecho, aprendieron de nosotros, se unieron; más allá de las posturas de los líderes nacionales, concretamente de Pedro Bordaberry, que fue muy claro en cuanto a no acompañar procesos de unidad de los partidos tradicionales en esta campaña. Evidentemente por abajo y de hecho eso se produjo.

En el caso de Artigas también hay que ver explicaciones que tienen que ver con lo nacional, no solamente con la personalidad muy rica, muy hermosa en todos los sentidos de Patricia Ayala.

JAE - Ahí se han mencionado mucho el factor ALUR y la política del gobierno central con respecto a Bella Unión.

EL - Exactamente, son elementos que no existen para el análisis, yo no los he visto, recién ahora los escucho, pero no había escuchado en general el factor políticas nacionales vinculado a lo departamental: trabajo, producción, comercio, industrias que se mueven, una vida que comienza a desarrollarse de una forma muy distinta. Ustedes fueron pioneros en una campaña muy importante con respecto a Las Láminas, que fue el lugar donde la pobreza y la mortalidad infantil llegaron a los niveles más altos, allí en Bella Unión. Eso ya no existe más, ya no es una realidad, al contrario, se superó ampliamente. Todos estos elementos juegan, por eso hablo de una riqueza de elementos a analizar.

Pero quiero señalar un elemento central, para no dejar de dar una opinión al respecto. Hay un fenómeno que tiene que ver con la fuerza política y el gobierno, hay un fenómeno que tiene que ver con el relacionamiento entre la fuerza política y el gobierno nacional o departamental.

JAE - ¿Ese relacionamiento debe ser más estrecho?

EL - Ahí hay un problema que tiene que ver con esta pregunta y la respuesta que le demos. El gobierno ¿es el gobierno primero de una persona, o es el gobierno de una fuerza política? Por eso yo iba a la importancia que les damos a las personas.

JAE - ¿Es de una persona o de la fuerza política, a su juicio?

EL - Para mí es de la fuerza política que lleva a esa persona, y del programa que la fuerza política, en el congreso respectivo en el caso nuestro o en las convenciones en el caso de los partidos tradicionales o donde fuera, establece.

JAE - ¿Es una crítica implícita a Tabaré Vázquez, que ha dicho que el gobierno es independiente de la fuerza política?

EL - El gobierno debe y necesita tener, por las urgencias y las características especiales del Poder Ejecutivo, una dinámica y una autonomía o independencia relativa que nadie en su sano juicio puede negar. Igualmente le ocurre al Parlamento, que necesita sus márgenes y su independencia relativa. Pero en última instancia la dependencia es de la fuerza política, que es la que te coloca ahí y del programa que tú aceptaste representar y llevar adelante.

JAE - No me queda claro. De algún modo señala que lo hecho por Tabaré Vázquez en este aspecto no ha sido lo adecuado.

EL - Yo nunca estuve ni estoy de acuerdo con que se rompa el cordón umbilical de la fuerza política con el gobierno.

JAE - Cree que se rompió.

EL - No, no se rompió porque hubo fuerzas políticas que en todo momento bregamos para que no se rompiera, y en los elementos fundamentales y determinantes, aquellos que podían modificar la esencia misma de este país –hablo de un tratado de libre comercio con Estados Unidos–, bien que esas fuerzas políticas se hicieron sentir y lograron que primaran la fuerza política y su programa, con la frase concreta acerca del tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Repito, yo salgo de acá y me puede pasar cualquier cosa, entonces mi partido puede quedar sin su secretario general y sin su senador de un instante para el otro. Si no existiera un partido, si no existiera una organización, si no existiera un pensamiento colectivo, una elaboración colectiva, una vida rica en ese aspecto, ¿qué pasaría con mi partido?, ¿desaparecería? Lo mismo una organización como el FA, lo mismo un gobierno.

JAE - Siguiendo esa línea, ¿entonces el gobierno de Vázquez no cortó el cordón umbilical con la fuerza política, lo cortó a veces?

EL - Exacto, fue una cuestión contradictoria, a veces sí, a veces no, cuando nuestra aspiración habría sido un relacionamiento mucho más estrecho entre la fuerza política y el gobierno. A las fuerzas políticas hay que avivarlas permanentemente, las fuerzas políticas no existen por sí mismas ni por casualidad, son construcciones humanas.

JAE - ¿Cómo es este vínculo en el gobierno de José Mujica? ¿Cómo lo ven estos primeros días?

EL - Recién lo estamos construyendo, y los intentos de relacionamiento son importantes, sobre todo con el movimiento social, porque en nuestra concepción también –es otro tema discutible y a discutir– es de bloque político-social. Insisto en que la fuerza política se alimenta, la debemos alimentar, si tenemos esa concepción. Si queremos gobernar solos y ser personalidades o caudillos, bárbaro, no hay ningún problema, yo no necesito fuerza política, al contrario, la minimizo, la dejo de lado, le resto importancia. Sin embargo si yo creo en la fuerza política, creo en su elaboración, creo que de ahí vienen elementos de riqueza que me pueden ayudar sin interferencias indebidas en la acción ejecutiva que me demoren esa acción, entonces la tengo que alimentar. ¿Cómo? De muchísimas maneras, empezando por la estructura del FA dirigencial, por quienes dirigen al FA, y en segundo lugar por el mismo gobierno, con mucha información, con mucho ministro concurriendo permanentemente sin necesidad de que lo llamen a informar al FA sobre las cosas que se están haciendo para que eso baje hasta el último comité, y en el comité no discutan si la silla va allá o acá sino sobre las grandes políticas que se están llevando a cabo.

JAE - ¿Cómo debería ser la dirección del FA?

EL - En ese caso vamos a la dirección del FA. Porque muchas veces se acusa al movimiento, se acusa a los comités de base de resecamiento, de que ya no existen, de que ya no funcionan, de que no atraen a nadie. Pero, señores, ¿y la responsabilidad de quienes debemos –y ahí nos ponemos autocríticamente nosotros– alimentar esa fuerza política con nuestra información, con nuestros oídos, escuchando lo que viene de los compañeros que están en contacto directo con la gente y que por eso mismo tienen capilaridad en ese sentido? ¿No es importante, a eso no le da importancia la fuerza política? Cuando va un ministro o alguien de importancia dentro de la estructura, el presidente del Frente, el secretario de organización, a un comité de base, ¿eso no le da al comité de base, si está flaqueando, si tiene problemas, un impulso o una capacidad de revivir?

JAE - Ayer el vicepresidente Danilo Astori decía que la correlación de fuerzas que hay dentro del FA no se corresponde con la voluntad política de los votantes.

EL - El tema no está ahí, el tema está planteado en otro sentido, está planteado en cuánta importancia le damos todos. Porque si la correlación que existe en el FA es la que existe, es porque algunos –y en este plano voy a sacarme un poco de arriba la autocrítica, porque bastante la he hecho hoy– le damos mucha más importancia y hemos sostenido con mucho esfuerzo los comités de base, y otros van a los comités de base el día de las elecciones.

ER - Eso le iba a preguntar. ¿Qué tan válido es hoy el comité de base al que van personas que ya están convencidas, que son frenteamplistas hasta el último día, cuando ya las elecciones en general no se ganan solo con los militantes convencidos, sino que se le habla a toda la ciudadanía?

EL - Pero analicemos que no es la validez actual, es la validez en un proceso histórico. Nosotros le podemos dar al comité de base un impulso, una vida, si vamos con información, si los recorremos. Si hay un comité de base que tiene un problema, porque nuestra población se empobreció y vive en un barrio pobre y no puede pagar el alquiler, si el FA ayuda, ¿por qué no puede tener una computadora un comité de base? ¿Por qué ese comité de base no puede enlazarse con las redes –y ahí entramos en otro gran problema que tenemos que resolver, de compatibilizar distintos elementos y experiencias que la sociedad misma ha ido elaborando y lanzando al ruedo, nos guste o no–? ¿Por qué un comité de base no puede tener un local habitable? Si el FA está con mucho dinero, ¿por qué no lo puede tener?

ER - ¿Está con mucho dinero?

EL - Está con mucho dinero, por la lógica natural de lo que son los cargos. No vale la pena explicar, no es que nos sobre, pero puede solventar perfectamente. Eso es toda una política con respecto a los comités de base, que sean habitables, que tengan los elementos mínimos de comodidad para estar allí, que tengan lugar, porque hemos perdido comités de base. Aquí a la vuelta teníamos un excelente comité, el Comité Treinta y Tres Orientales, muy bien ubicado, pero nos subieron el alquiler, no lo pudimos pagar y hubo que irse a otro lugar un poco peor ubicado aquí cerca en esta zona.

Existen elementos de esa naturaleza, elementos materiales. Pero existe lo otro, que es mucho más importante, porque vos podés hacer una reunión ahí, en la calle o en cualquier lado cuando estás entusiasmado, y viene alguien de importancia, un ministro, un subsecretario, un intendente, lo que tú quieras desde el punto de vista de la fuerza política, su presidente, su secretario de organización, para informar, para escuchar, para estar atento al ruido, a lo que pasa y a lo que dicen los comités, entonces te puedo asegurar que si van 10 habitualmente, empiezan a ir 30, y ahí la habilidad de que después esos 30 se mantengan y sean capaces de llegar a 60, a 90, a 100, y en redes o con distintos mecanismos avanzar trabajando sobre el barrio como siempre se ha hecho.

***

JAE - ¿Cómo se resuelve este tema y hacia dónde debe dirigirse el FA? De la audiencia llegan muchísimos comentarios, aportes de votantes del FA, seguramente de votantes de otros partidos. Por ejemplo, me quedo con este mensaje de Yuya que dice que: "El señor Mujica llevó al FA las dos veces al gobierno". Y otro aporte de Javier del Buceo dice: "Qué confusión entre Estado y partido, ministros en comités no es el espíritu de la Constitución".

EL - El señor está equivocado, los ministros no tienen ningún impedimento, al contrario, para ir a rendir cuentas ante su fuerza política. Qué confusión tiene este señor con respecto a lo que es la función de los gobernantes y quienes los han elegido. Sin duda alguna, el FA en su período de gobierno gobernó para todos, incluso yo no comparto, pero existe la interpretación, sobre todo en el interior de la República, de que nuestros ministros o que algunas acciones de nuestro gobierno favorecieron a los intendentes de los departamentos donde gobernábamos porque esos intendentes se apropiaron de esas acciones y las presentaron a la población como propias. Problema de ellos, la ética va por cuenta de cada uno. Yo digo que nunca, nunca en la historia de este país –y este señor debe saberlo y comprenderlo– hubo otro gobierno que tratara a todos los departamentos por igual. Eso es muy importante y muy bueno.

Otra cosa diferente, señor, es que ese ministro, que está ahí no por su cara linda o fea, sino por su fuerza política, que se jugó, que logró los votos, vaya y hable con su gente y escuche y analice, porque la Constitución no se lo prohíbe, se lo prohíbe al presidente de la República.

JAE - Es un ministro...

ER - ...de Estado.

EL - Es un ministro de Estado, pero no hay ningún elemento constitucional. Vuelvo a lo anterior: responde a su fuerza política. Porque este señor entonces está con la teoría de que los partidos políticos no existan o que existan ¿qué?, ¿corporaciones o elementos como los que pretendía Bordaberry? Cada uno de nosotros responde a la fuerza política, aun siendo ministro. Lo que yo no comparto es que un ministro trate diferente a un intendente blanco que a un intendente del FA, eso sí no lo compartiría y ahí le aceptaría la crítica in tótum al señor cuando me dijera: "Mire que el ministro tal fue al departamento de Rivera, que es colorado, y no le dio los mismos recursos que al intendente de Paysandú, que era del FA". Si me lo dice y me lo prueba, el primer apoyo a esa crítica va a ser el mío.

ER - Con respecto a la conducción del FA, venía de un liderazgo clarísimo como el de Tabaré Vázquez, cuando Tabaré Vázquez pasó a ser presidente asumió Brovetto, y ahora está Mujica como presidente; ¿cree que si Tabaré Vázquez vuelve a asumir el liderazgo claro como presidente del FA podría cambiar ese funcionamiento?

EL - No es cuestión de liderazgos, es cuestión de concepciones, es cuestión de qué importancia le damos a la fuerza política, qué importancia le damos dentro de la fuerza política a esta especificidad que es el FA, única en el mundo, porque cuando vamos por ahí todos somos halagados. En América Latina y en Europa es común que nos digan los demás "¿cómo han hecho? 39 años unidos, tan peculiares ustedes, coalición de partidos y movimiento, comités de base, partidos políticos", y todos muy orgullosos, aun los que después acá en Uruguay somos los primeros críticos vamos ahí y salimos hinchados. La concepción es esa: ¿estamos de acuerdo en que el FA tiene que ser coalición y movimiento? Primera pregunta que debemos respondernos. En segundo lugar, en ese sentido, ¿debemos entonces dar todo de cada uno para que el movimiento exista y se refresque permanentemente con nuevas formas, si fuera necesario, conjuntándolas y viendo de qué manera vamos superando las contradicciones lógicas que puedan surgir, por ejemplo entre comités y redes, como todo en la vida?

Esa es la discusión que debemos dar, y qué papel deben tener quienes son los principales dirigentes del FA, es decir, su presidente y la estructura orgánica del Frente, con respecto a los partidos y a las coaliciones. Hay que visitar el interior, hay que recorrerlo, hay que ir a las mesas departamentales, hay que ir a los comités. Esas son preguntas que tenemos que hacernos, y después tenemos que elaborar planes concretos. Yo soy de la idea de que un presidente del FA tiene que salir permanentemente a recorrer todo el país, todas las mesas políticas para vivificarlas, tiene que recorrer los comités de base y las coordinadoras para vivificarlos, soy de la idea de que los ministros de nuestra fuerza política tienen que informar no solo de lo suyo sino del conjunto. De esa manera la discusión política es política, no sobre si la silla está allá o acá.

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Transcripción: María Lila Ltaif