Larrañaga y el FMI: cumplir pero negociar los plazos
Ex ministro Sergio Abreu: "Uruguay respeta sus obligaciones internacionales pero también debe hacer reformas importantes en lo económico y comercial". "Es muy difícil pagar al contado cifras tan importantes en el próximo año. El próximo gobierno tiene preocupaciones y prioridades en materia comercial, pero sobre todo en materia económica para incentivar la inversión, para aumentar la competitividad del país".
(Emitido a las 07.40)
EMILIANO COTELO:
La misión del Fondo Monetario Internacional que visita Uruguay finalizó ayer una primera ronda de aproximación a los partidos uruguayos en pugna electoral, reuniéndose con los principales asesores económicos de cada candidato.
El equipo liderado por Andrew Wolf y el representante permanente del FMI en nuestro país, Andreas Bauer, se habían reunido el jueves con los técnicos del precandidato blanco Luis Alberto Lacalle, el viernes con economistas del Encuentro Progresista, y ayer con los equipos del precandidato colorado Guillermo Stirling y del nacionalista Jorge Larrañaga.
Para saber por dónde fueron esas conversaciones, estamos ahora en comunicación con el ministro Sergio Abreu, hoy uno de los principales asesores de Larrañaga. Usted participó ayer en la reunión.
SERGIO ABREU:
Sí, estuvimos junto a un grupo de técnicos que respaldan la candidatura del doctor Larrañaga. Fue una reunión muy cordial, no era para rendir examen ni para preguntar ni para responder...
EC - Justamente: ¿para qué era?
SA - Era un acercamiento de carácter institucional, por decirlo así, del representante del FMI y de quien hoy está en este momento en Uruguay para ver cuál es la visión que tenemos los partidos políticos sobre la situación financiera del país, su visión sobre la política fiscal, la proyección del mediano plazo... Un acercamiento de carácter institucional que permita después ir profundizando a medida que se van decidiendo las instancias de carácter electoral.
EC - Las reuniones fueron pedidas por el propio FMI.
SA - Exactamente; fueron pedidas por ellos. Hacen una exposición o manifiestan cuál es la situación que nosotros también conocíamos, sobre todo los vencimientos que Uruguay tiene pendientes para el año 2004 y 2005, distinguiendo claramente el canje de deuda con los acreedores privados y las deudas del país con los organismos multilaterales de crédito, sabiendo además que el desembolso de fondos que se produce en función de los préstamos que realicen los organismos multilaterales y en particular el FMI están directamente atados al frente fiscal. Esa fue la primera aproximación, en la que nosotros les adjuntamos el documento que se presentara en marzo en el Directorio del partido, "Consenso Uruguay", donde ya antes de cualquier cambio de ideas se estableció la necesidad de asegurar un manejo responsable de las finanzas públicas, con un superávit fiscal primario del sector público no inferior al 3% del Producto Bruto. A esto se ha comprometido el país con el FMI para este año, una meta que parece que se va a cumplir en función de las últimas novedades del frente fiscal. Y, por otro lado, el cumplimiento de los compromisos financieros internacionales.
EC - Porque ¿ese era uno de los puntos que interesaba conocer a la delegación del FMI: qué grado de compromiso con los acuerdos ya firmados por el país presenta cada uno de los precandidatos?
SA - Usted sabe que esas no son preguntas explícitas, pero sí están en el ambiente, en la aproximación no de una negociación sino de un conocimiento más profundo: cuál es la primera visión que se tiene respecto a las obligaciones asumidas.
EC - En el caso de los compromisos con los tenedores de bonos, la parte de la deuda que fue reprogramada el año pasado por el equipo económico del gobierno, ¿qué posición tiene su sector político?
SA - Ese tema no está en discusión, porque el FMI no representa directamente esos intereses. Lo importante aquí es la deuda con los organismos multilaterales...
EC - Una deuda que implica pagos fuertes en los próximos años.
SA - U$S 2.400 millones el próximo año, y otros 1.400 millones en el año 2006.
EC - Y ¿qué dijo en ese sentido su sector político?
SA - Como principio, el cumplimiento de los compromisos financieros internacionales es lo que debe ser la primera aproximación política de un partido, sobre todo de quien aspira a ser presidente de la República. Pero también la necesidad de enfrentarnos a una negociación o a una conversación en la medida en que se van produciendo los vencimientos, que ya está dentro de los mecanismos naturales del Fondo Monetario, para ir creando las postergaciones o las renegociaciones que permitan a Uruguay manejarse dentro también de sus compromisos internos y de sus políticas económicas con la debida flexibilidad.
EC - Concretamente ¿cuál es el mecanismo en que piensan ustedes?
SA - El mecanismo que incluso utiliza el FMI es que se van haciendo determinadas postergaciones en los pagos, de forma que los desembolsos no sean tan importantes; pero la base de estas negociaciones arrancan siempre del cumplimiento por los países. No es lo mismo una negociación de Uruguay (lo decíamos ayer), un país pequeño que respeta sus obligaciones internacionales pero que también debe hacer reformas importantes desde el punto de vista económico y comercial. Sin perjuicio de cumplir con sus obligaciones y sobre todo con el frente fiscal, que es la llave con la que debemos manejar nuestra relación con el FMI. Pero no es lo mismo la situación de Uruguay que la brasileña y sobre todo la argentina, que han tenido discusiones muy profundas. Las negociaciones, entonces, parten de la base de la voluntad de cumplir y, cuando esa voluntad de cumplir supone que se viene honrando esas obligaciones, es más fácil realizar postergaciones y sobre todo establecer un plan de pagos que se postergue en el tiempo y permita al próximo gobierno ir tomando determinadas prioridades en el ámbito de la política económica.
EC - Y los representantes del FMI ¿confirmaron esa impresión de ustedes?
SA - Lo entendieron perfectamente.
EC - Pero ¿confirmaron la disposición a producir esa renovación, esas postergaciones en los pagos?
SA - Eso, obviamente, porque es la necesidad que tiene Uruguay; es muy difícil que pueda asumir un pago al contado de cifras tan importantes en el próximo año.
Pero antes de entrar a negociar en estos temas habría que establecer dos cosas: primero la voluntad política de cumplir con los compromisos financieros, y la segunda advertirles -en el buen sentido de la palabra- que el próximo gobierno tiene preocupaciones y prioridades en materia comercial, pero sobre todo en materia económica para incentivar la inversión, para aumentar la competitividad del país...
EC - Allí sí, usted detallaba prioridades, objetivos de la candidatura del doctor Larrañaga.
SA - Exactamente. Dentro de estos condicionamientos que puedan tener los aspectos financieros, porque el tema fiscal es prioritario y el superávit fiscal primario, antes del pago de intereses, debe estar en el 3%. Pero también debe saberse que a partir del próximo gobierno, sin perjuicio de estos vencimientos y de las negociaciones que tendrán lugar, se dé prioridad al tema de la producción, incentivos que manejen una nueva reactivación del país, pero que sobre todo se tome en cuenta que esta "prosperidad" que tenemos hoy es parte de una coyuntura que puede variar en forma muy importante porque la vulnerabilidad del Uruguay es muy fuerte. Hablamos del tema del petróleo para mostrarles también la relación que tenemos con las economías argentina y brasileña y con una crisis de energía cuando el dólar está a 40 dólares; sabiendo que nosotros debemos manejar estos temas con mucha seriedad, con mucha responsabilidad, pero sabiendo que, cumpliendo con los organismos internacionales, también se debe cumplir con metas y objetivos que estén vinculados a la reactivación productiva del país, que sean realistas y se manejen con responsabilidad y seriedad.
EC - Por ejemplo, en ese sentido, ¿en qué instrumentos piensan ustedes?
SA - En el tema de la producción, utilizar todos los estímulos a la producción nacional permitidos por los mecanismos comerciales en el ámbito internacional, y también una participación muy directa del gobierno. No de un Estado participativo o con excesiva incidencia en la economía nacional, pero sí que lidere y que vaya orientando determinadas estrategias para que determinados sectores productivos tengan resultados de una visión clara sobre a dónde se quiere ir. En esos temas, obviamente, se manejan recursos y determinadas prioridades que se reflejan en el gobierno a partir del presupuesto que comienza a elaborarse en marzo de 2005.
EC - Ante ideas como esas, ¿qué comenta el FMI; lo ve compatible con los objetivos de control fiscal que también ustedes enuncian?
SA - Ellos ven compatible todo tipo de planteos que signifique el cumplimiento de las obligaciones, y una negociación que no sea de confrontación. Nosotros le planteamos la necesidad de cumplir pero también la necesidad de rescatar para Uruguay determinadas líneas de acción que supongan que determinada brecha social que se está produciendo pueda ser absorbida y, por otro lado, el tema de la producción. Como esto es de la ley básica de la economía (necesidades ilimitadas para recursos escasos), ellos saben muy bien que muchos de sus recursos deben ir hoy orientados al pago de la deuda y al pago de las obligaciones internacionales. Pero nosotros también le advertimos que, sabiendo que honramos esta deuda, queremos orientar una política que impulse a la producción nacional, que rescate una inversión muy baja, y que incluso vaya reduciendo en el futuro una presión tributaria de mediano plazo que suponga que el país se orienta a una sustentabilidad que se sustraiga de las actuales coyunturas que puede ser favorables pero que a veces pueden fallar en forma sustancial.
EC - ¿Es correcto que usted puede ser el ministro de Economía en el caso de que resulte electo Jorge Larrañaga?
SA - Si fuera correcto, tampoco se lo diría [risas] ... pero le diría que no.
EC - Hace unas semanas, cuando entrevistamos al doctor Larrañaga, él enfatizaba en que su ministro de Economía no sería un economista sino un político. Algunos de los trascendidos lo señalan a usted.
SA - Yo soy un dirigente político y usted sabe que resigné mi candidatura para acompañar y fortalecer a un partido que está en posibilidades ciertas de poder disputar la Presidencia de la República. Tengo una formación adecuada como para poder competir en una gestión de gobierno, pero en este momento de ninguna manera me planteo la posibilidad de ser ministro de Economía, ni tampoco me planteo otras posiciones; simplemente, Uruguay necesita trabajar en estos temas, en función de las necesidades que tiene el país, que debe pensar en la próxima generación.
EC - Pero también es cierto que incluso al Encuentro Progresista se le reclama saber quién será su ministro de Economía, quiénes integrarán su equipo... A veces, los nombres permiten tener ideas más acabadas de por dónde irá una determinada gestión.
SA - Yo estoy en este grupo y trabajo todos estos temas muy de cerca con el doctor Larrañaga: la política internacional, la política exterior, el tema comercio, y sobre todo lo parte económica; no como un especialista sino como alguien que, de alguna manera -para decirlo gráficamente- es un veterano de guerra en estos temas. Por ejemplo, conozco personalmente desde hace muchos años al representante del FMI, Wolf, y ese tipo de relación nos permite ser interlocutores. Lo que no quiere decir que seamos actores políticos o personas que puedan asumir posiciones protagónicas en el ámbito económico, pero sí le diría que es parte de nuestra responsabilidad de hoy, lo hacemos con gusto, con seriedad, y además con mucha preocupación porque el país necesita un cambio importante en la visión internacional y sobre todo el manejo de su economía.
EC - Pero el sector de Larrañaga ¿va a dar a conocer más o menos pronto quiénes serán sus principales exponentes en materia económica, quiénes integrarán su equipo en caso de triunfar?
SA - No crea que quiero evadir la pregunta, pero eso queda exclusivamente en manos del doctor Larrañaga.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón