Proponen ley que otorgue incentivos económicos a estudiantes con buen desempeño
El rendimiento académico de los estudiantes uruguayos es un motivo de preocupación frecuente para la sociedad y el sistema político. Por ese motivo, el doctor Óscar López Goldaracena presentó una iniciativa mediante la cual los alumnos, tanto de instituciones públicas como privadas, que cumplan determinados parámetros de rendimiento se harían acreedores de una suma de dinero. Entrevistado por En Perspectiva, el senador frenteamplista, suplente de Eduardo Lorier, explicó que de ese modo se "estimulará el interés del estudiantado". Los fondos se recaudarían a partir de un fuerte gravamen a las bebidas alcohólicas. "Sabemos que esta propuesta es trasgresora en varios aspectos, pero creo que debemos tomar opciones muy claras en lo político", expresó.
(emitido a las 9.09 Hs.)
EMILIANO COTELO:
¿Qué se puede hacer para mejorar el desempeño académico de los estudiantes? El tema está latente y cada tanto vuelve al tapete, por ejemplo cuando se comparan los indicadores de los alumnos uruguayos con los de otros países.
¿Es posible pensar en pagarles un sueldo a los estudiantes que logran mejores notas? Tal vez a muchos les choque una alternativa de ese tipo, pero tiene antecedentes en el mundo y ahora acaba de ser propuesta en Uruguay por un legislador del oficialismo.
En concreto, el senador Óscar López Goldarecena, suplente de Eduardo Lorier, está elaborando un proyecto de ley que consiste en otorgar estímulos económicos a los estudiantes que reciban buenas calificaciones.
El tema es polémico y surgen muchas preguntas. Por ejemplo, cómo se financiaría, a quiénes se pagaría ese salario, cómo evitar que sea utilizado de forma negativa, los manejos con ese dinero.
Vamos a tratar de esclarecer esos puntos con el doctor Óscar López Goldaracena.
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EC - ¿De dónde surge esta iniciativa de premiar económicamente a los mejores alumnos?
ÓSCAR LÓPEZ GOLDARACENA:
Desde hace años estamos viendo con sentido común algunas realidades, y desde la conformación del Movimiento Independientes por los Derechos Humanos, dentro del Frente Amplio, ha sido una de las preocupaciones ver de qué manera priorizar o valorizar la cultura y el estímulo en el estudiantado.
Estamos trabajando en una propuesta que en los próximos días entregaremos al Poder Ejecutivo, a las distintas fuerzas políticas del FA y a la sociedad en general. Hoy la tenemos que tomar como un proyecto no acabado, como una idea a seguir desarrollándose, a seguir profundizándose para que pueda cristalizar.
EC - ¿Cuál es el fundamento? ¿Por qué va por ese lado?
OLG - Entendemos que independientemente de las clases sociales, cuando los jóvenes inician la enseñanza secundaria se percibe una socialización dentro de parámetros masificadores que alientan un estereotipo de la vulgaridad y no jerarquizan ni el conocimiento, ni el estudio, ni la cultura. Independientemente de la multicausalidad de este fenómeno, creemos que muchas veces se genera para los jóvenes un modelo que ha perdido el sentido y el valor del conocimiento y de la cultura. La propuesta busca estimular el interés del estudiantado y conlleva una clara definición de opción política social de priorizar el "querer aprender" y pagar un ingreso juvenil o un sueldo de estudiante a quien tome y desarrolle esa opción por el saber.
EC - ¿Con qué criterios se haría la distribución de ese dinero? Para empezar, por lo que tengo entendido, su proyecto no distingue entre alumnos de institutos públicos e institutos privados.
OLG - Exactamente, alentar esa actitud y esa vocación del joven por estudiar. Sería una percepción mensual para los estudiantes que superaran determinados indicadores mínimos objetivos, que deberían ser homologados, que podrían estar representados por promedios semestrales de escolaridad por encima de determinado índice para ciclo básico y bachillerato, notas promedio superiores a determinado índice, promoción de materias sin examen para el caso del bachillerato, aprobación de exámenes obligatorios en determinados períodos para el bachillerato. Sería algo que ingresa al joven y está destinado a la persona, por lo tanto no podemos distinguir entre enseñanza pública y enseñanza privada, es un incentivo a la persona.
EC - Tampoco distingue niveles socioeconómicos. Es un mecanismo que funcionaría en el conjunto del estudiantado.
OLG - En el conjunto del estudiantado, alcanzaría a todos los estudiantes por igual, sin perjuicio del establecimiento de becas y beneficios especiales para estudiantes provenientes de sectores de bajos ingresos.
EC - Se lo preguntaba porque algunas experiencias de este tipo que se desarrollan en el mundo se focalizan en los sectores socioeconómicos más deprimidos.
OLG - El focalizar en esos sectores se reforzaría mediante el establecimiento de becas y beneficios especiales. Nuestro viejo Código Civil, en su artículo 266 habla del peculio profesional, de los bienes que los hijos adquieren por sus servicios civiles, militares y eclesiásticos. Incluso el numeral 2 de ese artículo habla de los bienes que adquieran por su trabajo o industria. Nosotros le agregaríamos a ese peculio profesional el ingreso juvenil. Cuando se tratara de menores de edad, ese ingreso pasaría a formar parte de su peculio profesional, con la particularidad de que un porcentaje del ingreso que percibirían quedaría depositado en una cuenta bancaria del beneficiario hasta alcanzar la mayoría de edad. Ese porcentaje se establecería en forma decreciente disminuyen la retención o el depósito a medida que el joven avanzara en sus estudios, en función de que tenemos que reconocer las realidades diferentes de una persona que está en primero de liceo y de una persona que está terminando el bachillerato, cuando ya ha adquirido un mayor manejo, una mayor responsabilidad. Cuando llega a los 18 años, esa parte que está en la cuenta bancaria pasa a ser de libre disponibilidad.
EC - ¿La propuesta se concentra en educación secundaria?
OLG - Trasciende la educación secundaria. Tiene aptitud y vocación incluso para aplicarse a aquellas opciones por carreras técnicas y terciarias que hoy carecen de inserción laboral y deben ser priorizadas.
EC - ¿Por ejemplo?
OLG - Todo joven, toda persona tiene el derecho fundamental de realizarse hasta el límite máximo de sus talentos. Y si un joven se perfila con aptitud y vocación para desarrollar por ejemplo su proyecto de vida en actividades culturales imaginemos actividades que no son rentadas hoy ni priorizadas por el modelo dominante del mercado, luego tiene que tomar una opción y desplazar esa vocación por la necesidad de sobrevivir e insertarse laboralmente. Uno se imagina una sociedad en la que existieran escultores, poetas, escritores, antropólogos, filósofos, investigadores sociales, todas opciones muy limitadas en su inserción laboral. Por tanto el joven que comienza a desarrollar avidez por ese tipo de vocación luego se desplaza necesariamente hacia otras áreas que le permitan sobrevivir. Entonces quizás este proyecto tiene vocación no solo de ir a ciclo básico y bachillerato sino trascenderlo para llegar a apalancar carreras técnicas y terciarias que como sociedad, como colectivo social nos interese priorizar. En ese caso se complementaría con planes de inserción laboral para los egresados de esas carreras técnicas universitarias.
EC - ¿De qué montos estamos hablando? Yo sé que estamos hablando de un anteproyecto, un borrador.
OLG - Es una propuesta que se va a elevar para el análisis a los efectos de determinar su estructuración.
EC - Pero para tener una idea, ¿de qué cifras estamos hablando?
OLG - No puedo definir montos porque la viabilidad económico-financiera del proyecto y el monto de los ingresos sueldo juvenil mensual suponen un análisis, una proyección del número de estudiantes potenciales receptores del beneficio y de la cantidad y el precio de algo que no hemos mencionado, que es cómo se financiaría el proyecto.
EC - Esa es la pregunta cantada, de dónde sale el dinero.
OLG - Es una idea para debatir a nivel social, que trasciende lo político. Proponemos un fuerte gravamen al consumo de bebidas alcohólicas. Creemos que el alcohol es uno de los flagelos de la juventud, por tanto tenemos que buscar un elemento de transferencia, un fuerte impuesto a las bebidas alcohólicas destinado íntegramente a financiar el sueldo del estudiante que quiere estudiar. Sería una opción muy clara y sincera de nuestra sociedad. Muchas veces asimilamos vivir en una sociedad de mentira o de cierta hipocresía. Por eso si encaramos una política muy clara contra el alcohol, gravamos fuertemente el consumo de alcohol y transferimos esos recursos a los jóvenes que quieran estudiar estaríamos tomando una opción muy clara por el modelo de convivencia al que queremos apostar.
EC - Un impuesto extra especial para el alcohol que incluiría desde el whisky a la cerveza, por ejemplo, el vino, los licores, toda la variedad de bebidas alcohólicas.
OLG - Toda la variedad de bebidas alcohólicas.
EC - Esas bebidas ya están gravadas con impuestos. Juan Andrés tiene algunos datos al respecto.
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Están gravadas por el IMESI con máximos que en el caso de las cervezas llegan al 27%, pero otras bebidas tienen porcentajes notoriamente superiores que pueden llegar al 85% en el caso de la caña y la grapa.
EC - ¿Cuánto se recauda por ese impuesto?
JAE - Se recauda cada vez más, en el último tiempo se ha pegado un salto importante, pese a que en el conjunto, en la canasta global de recaudación de IMESI no es tan importante.
OLG - Hay un equipo de economistas y compañeros que está trabajando en determinar los escenarios posibles de este impuesto y las proyecciones y los índices con relación a los estudiantes que podrían percibir el recurso. La propuesta integra incluso la posibilidad de, una vez determinada su viabilidad económico-financiera, avanzar en etapas graduales a los efectos de visualizar el impacto en la mejora del nivel de enseñanza. Es un proyecto para discutir, para debatir, un disparador.
EC - Mencionaba el antecedente de la tributación que ya existe para preguntarle cuánto más puede cargarse a las bebidas alcohólicas, cuál es su idea.
OLG - No quiero cometer el atrevimiento de lanzar un porcentaje porque comprometería el estudio de los compañeros que están trabajando en lo técnico, pero estoy absolutamente convencido de que la producción de bebidas alcohólicas y el consumo por los jóvenes hoy en Uruguay son algo que tenemos que combatir, y una de las formas es gravarlo fuertemente. Examinemos los dos escenarios y veamos las coincidencias y transparencias del análisis que están realizando los profesionales sobre el gravamen de las bebidas alcohólicas y el universo de estudiantes beneficiarios de esa transferencia de recursos. Hoy no estoy en condiciones de comunicar montos o porcentajes definidos.
JAE - De algún modo eso implica ir a contracorriente de lo que está vigente hoy, porque en el caso de la cerveza hay un IMESI, pero para contrarrestarlo el Estado le da un subsidio a la fábrica de cerveza.
OLG - Sabemos que esta propuesta es trasgresora en varios aspectos, pero creo que debemos tomar opciones muy claras en lo político. Yo no puedo por un lado gravar las bebidas alcohólicas y por otro subsidiar a los productores. Si vamos a tomar opciones serias, tomémoslas.
JAE - Eso es lo que ocurriría.
OLG - Exactamente, no estoy pensando en ningún subsidio adicional para los productores de bebidas alcohólicas. Al contrario, tengamos en cuenta que muchísimas bebidas alcohólicas son importadas; incluso hay que ver en qué fase de la comercialización de las bebidas se va a gravar. Es un tema técnico que hay que despejar; si esta propuesta comienza a ser tomada con cariño por la sociedad, por los actores políticos, por el presidente de la República, por el Poder Ejecutivo, veremos cómo avanzamos. Está atada con otro proyecto de mayor envergadura que es la creación de un banco juvenil para nosotros es fundamental atender a ese sector de la sociedad que se fondee con esos depósitos que van a quedar retenidos y que su vez asista al joven en su instalación profesional cuando termine sus estudios o en la adquisición de su primera vivienda.
Es un disparador de una idea que estaba latente en mucha gente del Movimiento por los Derechos Humanos, que ahora al ocupar un cargo en el Senado tenemos la posibilidad de desarrollar. Es una propuesta que implica modificar artículos del Código Civil con relación a peculio profesional, es una propuesta que en muchos aspectos debería tener iniciativa del Poder Ejecutivo en materia legal; eso sería opinable, porque se está creando un impuesto, y si bien la creación de impuestos no es de iniciativa constitucional privativa del Poder Ejecutivo, en este caso se está creando un gasto público. Es un tema que debería ser tomado y discutido a nivel general. Vamos a presentar nuestras pautas, nuestro borrador, nuestra propuesta de sueldo de estudiante en los próximos días a nuestros colegas, a los demás sectores políticos, a los sectores sociales, porque esto no puede seguir avanzando sin el aporte de los estudiantes y los docentes.
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EC - Juan Andrés, ¿cuánto se recauda hoy por IMESI a las bebidas alcohólicas?
JAE - Último año, con fuerte incremento, 600 millones de pesos en una recaudación de la DGI de 134.000 millones de pesos.
EC - Veamos algunas de las muchas preguntas que plantean los oyentes luego de escuchar su exposición a propósito de esta idea de otorgar alguna forma de retribución, una especie de salario a los estudiantes de secundaria e incluso de algunas carreras terciarias que se destaquen en sus notas, en su desempeño, con criterios de evaluación que todavía falta definir.
En primer lugar, ¿el estudiante podría utilizar ese dinero como quisiera?
OLG - Sí, es parte de su peculio profesional.
EC - ¿Cómo se evita que lo use para comprar droga, por ejemplo?
OLG - La pregunta se responde por sí sola. El sentido común indica que un estudiante que tenga un promedio superior a determinados parámetros no lo va a utilizar en drogas. Son temas que requieren profundización, pero imaginemos un estudiante de primero de liceo con promedio superior a muy bueno bueno o a 8 en una escala del 1 al 10; en primero de liceo el porcentaje a retener del ingreso juvenil sería mayor que el que se le liberaría.
EC - ¿Cómo se evita que el dinero sea utilizado por los padres?
OLG - Es parte del dinero del chico. Es un tema que hay que dejar a la interacción familiar. Se podría decir que ese dinero desde el punto de vista legal es propiedad del niño pero pasa a ser de usufructo del padre, como marca el Código Civil para lo que se llama el peculio adventicio extraordinario. En este caso optamos por decir que no es administrado por el padre, corresponde al menor de edad. En los hechos descontamos que un joven con un nivel de calificaciones que se está pensando evaluar, con un grado de conciencia por el propio estudio, por la cultura, cuando llega a un determinado nivel y lo supera va a tener una colaboración con el hogar familiar. Es un tema de interacción social, pero no puedo cortarle la posibilidad a quien gana un sueldo de decir dónde lo va a aplicar.
EC - ¿Por qué opta por este sistema del ingreso o la retribución individual a los alumnos que se destaquen o que tengan determinado tipo de calificaciones? Tengo aquí una experiencia que se desarrolla en tres institutos en las afueras de París, en la que según el desempeño del grupo, las clases que tengan mejor desempeño en materia de asistencia, resultados escolares, disciplina, orientación, acumulan a fin de año una cifra del orden de los 10.000 euros que financia un proyecto común pactado de antemano entre los alumnos y los profesores, por ejemplo un viaje. ¿Por qué elige el camino de un pago individual?
OLG - No es descartable un proyecto en conjunto para un colectivo. Es más, dentro del Movimiento de Derechos Humanos se plantea como una alternativa puntual la posibilidad de financiar proyectos conjuntos. Hemos optado por el sueldo o ingreso individual porque creemos que debemos priorizar la persona del joven en sí mismo, su derecho a desarrollarse en el conocimiento, en la cultura, independientemente de la financiación de proyectos conjuntos. Son opciones que debemos ir afinando a medida que desarrollemos, habrá que tomar en cuenta todas las opiniones y en virtud de ellas ver de qué forma podemos desarrollar estímulos para generar el hábito de querer aprender, priorizar lo cultural. No es un proyecto cerrado.
EC - La última es la pregunta de fondo que aparece en más consultas de los oyentes: ¿cómo es esto de que se instale en la cabeza de los jóvenes la idea, el concepto de que hay que hacer las cosas bien siempre que a uno le paguen?
OLG - Las cosas hay que hacerlas bien y optar por estudiar, optar por querer aprender es una forma de subir escalones hacia la formación integral de la persona. Si además se recibe un estímulo, se aprende a valorar el esfuerzo que uno realiza. Esto se puede discutir, necesitaríamos mucho más tiempo para hablar de filosofía en concreto, para hablar de las realidades sociales, pero me parece muy importante que un chico que se supera, que estudia, que vence ese estereotipo de la vulgaridad, de lo banal que hoy predomina en esos procesos de socialización de la enseñanza secundaria, que lo vence estudiando, esforzándose, yendo a su casa y a la biblioteca para aprender, estudiando en conjunto con otros chicos, aprendiendo a socializarse en la cultura, si además percibe todos los meses un beneficio por eso, aunque sea un beneficio chiquito, tendrá no solamente la gran satisfacción de ver reflejado su esfuerzo en la valoración muchas veces arbitraria de lo curricular, sino también en la valoración concreta de poder disponer de un recurso, de un sueldo, de un peculio adventicio. Esto es algo que en siglo XIX, en el siglo XVIII se daba por servicios eclesiásticos, por servicios militares; hasta ahora nadie lo cuestionó y esa norma está vigente. ¿Cómo no podemos hoy sincerarnos como sociedad y darles un ingreso por estudiar? ¿Cómo podemos cuestionar y decir ¿en qué lo va a gastar?? Con ese mismo criterio yo diría: ¿en qué gastan los padres muchos de los dineros? Discutamos a fondo y sigamos. Esto es una propuesta.
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Transcripción: María Lila Ltaif