Director de Trabajo priorizará negociación para evitar medidas que provoquen "rispidez"
El flamante director nacional de Trabajo, Luis Romero, manifestó que la negociación y el cumplimiento estricto de los acuerdos serán elementos claves para asegurar el correcto relacionamiento entre trabajadores y patrones, evitando medidas que provoquen "rispidez en la sociedad", como las huelgas y ocupaciones. Entrevistado por En Perspectiva, el ex sindicalista de Funsa afirmó que tratará de actuar "con la mayor lógica posible y responder por lo que hay que responder, para un lado o para otro". "Ya no me preocupa qué dirá la barra, porque sé que estoy haciendo las cosas que tengo que hacer", remarcó.
(emitido a las 9.01 Hs.)
EMILIANO COTELO:
"El director (de Trabajo) tiene que sudar la gota gorda. No es changa".
Entre sonrisas, Julio Baráibar pronunció esa frase el jueves pasado cuando Luis Romero, uno de esos dirigentes sindicales considerados "históricos", asumió al frente de la Dirección Nacional de Trabajo (DINATRA).
El nombre de Romero está ligado desde siempre a Funsa, donde comenzó a trabajar a fines de los años 50 y en cuyo gremio fue un referente ineludible hasta que la firma quebró. Después, desde 2003, con la recuperación de la fábrica impulsada por el personal, Romero siguió siendo protagonista pero ya en un rol empresarial, como asesor de la de la Cooperativa de Obreros y Obreras de Funsa que viene protagonizando el relanzamiento de la marca. Integra el PS, pero durante buena parte de su vida fue anarquista y perteneció al PVP, por ejemplo. Estuvo preso en la dictadura durante cinco años y estuvo otros cinco exiliado en Brasil.
Ahora, a los 71 años, Romero da un paso más y se anima a probarse en el tercer lugar de las relaciones laborales, el que le faltaba, porque asume un cargo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
Desde la semana pasada es el nuevo director nacional de Trabajo, en lugar de Julio Baráibar. Y debuta en un momento muy particular, porque comienzan los reclamos de los funcionarios públicos por el presupuesto y al mismo tiempo se negocia en una nueva ronda de los consejos de salarios.
¿Por qué aceptó esta responsabilidad? ¿Cuáles son sus prioridades?
Vamos a conversarlo con él.
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EC - Usted fue dirigente sindical durante casi toda su vida, hasta que se produjo el cierre de FUNSA en 2002. Allí hubo un impasse, y luego a partir de 2003-2005 se convirtió en empresario en la cooperativa que impulsó la recuperación de Funsa.
LUIS ROMERO - Más que en empresario, en parte de aquel grupo que intentó demostrar una cosa distinta en este país: que no siempre podíamos quedarnos quietos frente a los cierres de empresas. Y como la organización sindical tenía una historia, tenía muchos referentes que habían sido parte muy importante de este país en la fundación de la central CNT, también del PIT y luego del PIT-CNT, teníamos que demostrar algo que siempre dijimos, que esa era una empresa importante en el país, para el país, emblemática, que podía ser viable y que podía ser rentable si lográbamos recomponer algunas cosas que como organización sindical siempre pensamos. Lo peor de todo fue convencer a muchos compañeros de que podíamos hacer eso.
EC - ¿Se resiste a catalogarse a sí mismo como empresario?
LR - No, simplemente me parece que lo mejor es que estamos administrando una empresa; no ahora, ahora estoy en otro rol, pero siempre ayudando, y tratando de capacitar a todos los compañeros, que se capaciten para cumplir ese rol importante de administrador de una industria en este país. No importa si uno es empresario o no, no es una cuestión de tener miedo a los nombres, sino de lo bien que hace esa tarea y lo importante que es mantenerla como expectativa para el trabajo de la gente. Hay que actuar como empresario, hay que actuar como administrador de esos bienes, hay que hablar de mercado, hay que hablar de materia prima, hay que hablar de salario, hay que pagar las quincenas y los meses como se deben pagar, hay que cumplir con las cuestiones de seguridad laboral. Todas cosas que si uno no sabe debe aprender rápidamente.
EC - Cambia la cabeza del trabajador.
LR - Cambia o se abre para vivir en un mundo donde tuvimos una particularidad. Siempre dijimos "los problemas son de aquel y de aquel otro", del gobierno y del empresario, nosotros tenemos un papel de clase, de resistencia, contestatario. Pero eso no basta para tener una industria abierta, y se demostró. Entonces optamos por ese camino, y había que convencer a la gente de que era viable, y después había que convencer al gobierno del doctor Jorge Batlle y al ministro de Industria, que era José Villar, y a distintos ministros. Todos sabían que ideológicamente éramos distintos, pensábamos diferente, pero la seriedad del proyecto estaba en eso, en convencer a los demás. Para eso tuvimos dos asesores muy importantes, que después fueron importantes dentro del Poder Ejecutivo, que están en este gobierno y estuvieron en el anterior, que son Miguel Brechner, hoy presidente del LATU, y Juan Manuel Rodríguez, entre otros, que nos dieron una mano muy grande, porque también supimos que había gente que sabía tanto o más que nosotros en muchas cosas.
EC - Este no es el tema de la charla de esta mañana, pero ¿cómo está resultando la experiencia de Funsa en esta nueva etapa?
LR - Bien, con las dificultades del caso, es una industria muy grande, toda la materia prima viene del exterior, prácticamente el 95%, los precios cambian permanentemente hacia arriba y hacia abajo por el petróleo. Antes el comprador venía a Funsa, entregaba el 30% por adelantado y al salir de la planta los neumáticos pagaba el otro 70%; ahora tiene que entregar el 100%. Ahí hay un doble compromiso, cumplir con esa gente que le compra a uno, y hacerlo en tiempo real, porque la materia prima cambia permanentemente el precio, y para mantenerlo hay que adelantar ese dinero. Así está trabajando la industria del neumático en todos lados. Por eso hay dificultades, Uruguay es un país muy dependiente en ese sentido.
EC - Todavía no lograron ocupar a los 300 y algo de ex empleados de Funsa, que era el plan original.
LR - Todavía no, andamos cerca de eso, a veces nos alejamos un poco y volvemos a andar cerca. Creo que se va a resolver muy rápidamente en la medida en que vengan los nuevos equipamientos, que sigamos ampliando los mercados, como el de Brasil y el de Venezuela, que agrandemos el mercado interno mucho más, y además nos dediquemos a algunas cosas especiales como los neumáticos del Ejército y esas cosas que uno tiene que ampliar sobre bases muy seguras.
EC - Yo hablaba de su evolución de dirigente sindical a cooperativista/empresario, pero usted pasó por otra evolución, porque dentro del movimiento sindical tradicionalmente militó en las tendencias anarquistas más duras, vinculadas al Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).
LR - En la ROE.
EC - La Resistencia Obrero-Estudiantil. Sin embargo, casi al mismo tiempo que se revive a Funsa, usted se incorporó al Partido Socialista (PS). ¿Cómo se explica esa otra etapa de cambio?
LR - Hay un problema que tuvo como referencia el año 92, un conflicto muy duro que hubo en Funsa. No quise discutir con compañeros a los que aprecio, sigo hoy queriendo mucho, me siento como un integrante del PVP también, no he cambiado muchas cosas, pero preferí ir hacia otro lado donde quizás lo que uno pensaba tenía más amplio espectro de comprensión. No hubo ni líos ni problemas ni salimos resentidos. Hoy nos tratamos bien, seguimos siendo compañeros, trato de mantener aquello que fue parte de toda la vida, valores que me enseñaron mucho en la vida, y tengo como referencia a compañeros como Duarte, Gerardo Gatti, el Perro Pérez, Miguel Gromaz, DElía, Félix Díaz, compañeros de varios lugares que me enseñaron mucho. Yo no pierdo las referencias, no me gusta perder mis referencias.
EC - Pero un cambio como el que usted resolvió a nivel político no puede tener como motivo solamente diferencias en el manejo de un conflicto, hay también cuestiones ideológicas de por medio.
LR - Son ideas.
EC - ¿Se ha moderado?
LR - No; mucha gente me pregunta si me he moderado, yo voy a ser el mismo de siempre y voy a actuar como tenga que actuar de acuerdo con las circunstancias en que me encuentre. Si tengo que tener cierta flexibilidad y amplitud, las voy a tener, porque el problema para mí no es Romero ni es el PS ni es el PVP, es la gente que hay detrás de todo eso, es la gente que trabaja en una fábrica, la gente que tiene conflictos, la gente que precisa soluciones. Cuando uno se fija ese horizonte, abre la cabeza, si no, trabaja para la imagen de cada uno. Para mí es la gente. Y cuando me fallan respaldando a la gente me duele mucho.
Ex director nacional de Trabajo, Julio Baráibar, actual director, Luis Romero. |
EC - ¿De qué manera le llegó el ofrecimiento para ser director nacional de Trabajo?
LR - Tuvimos una conversación en casa con un compañero al que quiero mucho como Lalo.
EC - Lalo: Eduardo Fernández, el secretario general del PS.
LR - Con quien nos conocemos desde hace mucho, mucho tiempo.
EC - Fernández a su vez había recibido la solicitud de un nombre de parte del presidente José Mujica.
LR - Es así.
EC - Y pensó en usted.
LR - Se le dio por pensar en mí. Es un amigo bárbaro, me quiere pila, y le dio por pensar eso. Yo estaba pensando en otras cosas, pero le dije que sí.
EC - ¿Aceptó enseguida?
LR - Sí, por una cuestión muy sencilla: yo no pienso en los títulos ni en ninguna cosita que tenga un galón o algo, pienso en el trabajo. Me moriré pensando en los desafíos que no pueda cumplir, me gustan los desafíos, las difíciles, porque me parece que ahí uno puede ayudar en mucho a la sociedad en su conjunto, a los que le tienen confianza, a los trabajadores, a la sociedad toda.
EC - ¿Va a seguir vinculado a Funsa?
LR - Voy, cuando tengo un espacito. Quiero aclarar que ni cobro ni nada por el estilo en Funsa, voy porque es mi proyecto de vida.
EC - Hoy es asesor.
LR - Sí, pero Funsa es mi casa.
EC - Su hijo es uno de los principales de la cooperativa.
LR - Es el presidente de la cooperativa, pero si no estuviera mi hijo sería lo mismo, no cambio, porque estoy desde finales de los 18 años, comienzo de los 19, he vivido toda la vida en Funsa, esa fábrica tiene una historia maravillosa, y me voy a ir con ella. Entonces en todo lo que pueda voy a ayudar. No vinculo a Funsa en ninguna cosa que pueda perjudicar la función en el MTSS, absolutamente en nada, pero sé que puedo ayudar a facilitar caminos, sin tener que recurrir al MTSS, porque uno en la historia ha hecho muchos amigos, muchos conocidos, industriales, empresarios, gente vinculada a la política partidaria de otros países, y eso lo pienso usar para Funsa, sin vincular con eso al MTSS.
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EC - Las gremiales empresariales entienden que desde que asumió Tabaré Vázquez, hace cinco años, el gobierno, los gobiernos del Frente Amplio (FA) han inclinado la balanza de las relaciones laborales hacia el lado de los sindicatos. Casualmente además, el primer director nacional de Trabajo fue un ex sindicalista, Julio Baráibar, y ahora con usted se vuelve a optar por un ex sindicalista.
¿Cómo va a hacer para manejarse con esa sensación que está instalada en uno de los dos lados del mostrador?
LR - Trataré de actuar con la mayor lógica posible y responder por lo que hay que responder, para un lado o para otro. Ya hemos trabajado con muchos empresarios e industriales en este país, con las cámaras empresariales en el tema Mercosur. Para mí no es difícil, porque podré discrepar con mucha gente, pero no es una cuestión de falta de confianza. Son la metodología, los procedimientos y el cumplimiento de cosas que están escritas, eso es lo que más me preocupa. Después, con el trabajo de cada uno y con los resultados que se van teniendo se van disipando las desconfianzas, no hay otra. Yo nunca fui desconfiado, siempre acudimos al MTSS, tenemos una historia en ese ministerio, porque siempre respetamos desde el primer funcionario, el de más bajo escalafón, al último.
EC - Los sindicatos muchas veces han acusado a los ministerios de Trabajo de los gobiernos de los partidos tradicionales de estar del lado de las empresas.
LR - Sí, sin embargo en esos tiempos hubo muchas soluciones y muchos acuerdos, la venida de Fernández Faingold, de Carbone, de muchos ministros de Trabajo con los cuales se pudo trabajar muy bien y hay que decirlo. Nosotros nunca pateamos, era por los resultados de las cosas, no porque fuera un abogado, un técnico, un ingeniero.
EC - Usted lo que pide es que a usted en particular se lo juzgue por los resultados.
LR - Es que en este mundo tenemos que juzgar por las cosas que terminan siendo realidad en la práctica.
EC - En el discurso que realizó el día que asumió hizo un llamado a empresarios y trabajadores a dialogar antes de tomar decisiones que deriven en situaciones de conflicto. ¿Cómo hará para manejarse con gremios que se han mostrado muy duros últimamente, por ejemplo el de Conaprole?
LR - Hace mucho tiempo que trabajamos, desde el comienzo de este conflicto trabajamos mucho con el ministro, con los asesores y en la planificación de una estrategia que nos dé un resultado importante, no para solucionar el problema de una persona sino para la vida de Conaprole y sus trabajadores como industria en sí que beneficia a este país. Esa es la estrategia, en algún momento se van a ver los resultados de esas actuaciones.
EC - Yo no le preguntaba por la solución al problema que ya está planteado en Conaprole, le preguntaba más en general a propósito de actitudes de determinados gremios.
LR - Las vamos a enfrentar como hay que enfrentarlas.
EC - Por ejemplo, a propósito de ese sindicato, tanto Conaprole como las cámaras empresariales entienden que es un gremio que pretende cogestionar la cooperativa, y además cuestionan el tipo de medidas que han resuelto llevar a la práctica, medidas que han jaqueado exportaciones y que incluso han puesto en riesgo mercados que se habían obtenido.
LR - Lo que pasa en Conaprole es un problema de todos, de la historia propia de Conaprole, de un lado y de otro. Cuando miro Conaprole a veces me acuerdo de la historia de la Onda, de la historia de Funsa. Todo venía por historia, por tradición, "lo hacemos así porque así se hizo toda la vida", pero cuando vienen los cambios, las reestructuras, vienen los problemas, porque en cierto momento hubo industrias en este país que reinaban solas, pero hoy el mundo del mercado, el mundo de la competitividad, el mundo de la eficiencia y de las inversiones hace que aparezcan otras empresas. Ahora hay que corregir situaciones, hay que ser más eficiente, hay que producir más, con mayor productividad, hay que abaratar costos para ser competitivos. ¿Cómo hacemos eso ahora cuando nos hemos acostumbrado a trabajar "dale que va", "dale que va bien", todos, de arriba abajo, de derecha a izquierda? Hay que corregir un montón de situaciones, y uno de los que tienen que ayudar a corregir es el MTSS.
Pero no solamente el MTSS, hay muchos involucrados en esto, los pequeños productores que a veces se sienten perjudicados, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Ministerio de Industria, los trabajadores y los empresarios, los distribuidores, todos. Hay que sentarse a hablar y hablar en serio, y hacer las cosas. A alguien no le van a gustar, tengo la impresión de que no le van a gustar, pero ¿cuál es el beneficiado mayor? La sociedad de este país, el conjunto de este país, las mayorías. Alguien va a tener que resolver ese tema.
EC - Otra objeción del lado empresarial dice que desde que el FA llegó al gobierno se ha sido muy tolerante con las ocupaciones. Y se toma como punto de partida el año 2005, cuando el Poder Ejecutivo encabezado por Tabaré Vázquez emitió el decreto 145 por medio del cual se derogaron normas, decretos que permitían al Ministerio del Interior desalojar a las empresas que fueran ocupadas por los trabajadores.
¿Qué responde usted ahora que le toca asumir esta responsabilidad y este cargo?
LR - Problemas de este tipo va a haber siempre. Yo recuerdo que cuando el primer gobierno democrático, el del doctor Sanguinetti, explotaron las reivindicaciones porque los sindicatos encontraron cierta libertad que no tenían antes. También fue una preocupación del PIT-CNT que las cosas empezaran por lo mayor y no por lo menor, es decir, que empezaran con las medidas más graves al comienzo y no al final de todo un proceso que debe darse. Yo no sé si al final de todo el proceso de negociación va a haber ocupación o no, la negociación lleva a evitar todo ese tipo de medidas. Habrá que negociar fuerte y sólidamente.
EC - Acá juegan dos elementos, uno es la falta de marco legal que quedó después de esa decisión que se tomó en el gobierno anterior, y el segundo es la tendencia de muchos sindicatos a ir a la ocupación casi como primera medida.
LR - Eso es lo que digo, hay que revertir esa situación. Y revertirla para no tener que llegar a ninguna de esas medidas, ese es el objetivo: ni a la huelga, ni la ocupación, ni a la huelga de hambre. Son medidas tan graves que afectan al conjunto de la sociedad, no afectan solamente a la industria o al sindicato que las haga, afectan al conjunto de la sociedad, ponen a la sociedad en una rispidez que no es buena. Porque esos conflictos empiezan a extenderse por todos lados, entra la solidaridad de los trabajadores, la solidaridad empresarial. Eso es lo que hay que tratar de evitar, y para evitarlo tienen que jugar sólidamente el MTSS y todo aquello que tenga una responsabilidad en esos líos.
EC - Algunas cámaras empresariales se presentaron ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y obtuvieron un fallo del Comité de Libertad Sindical (CLS) que dice que "el ejercicio del derecho de huelga y la ocupación del lugar del trabajo deben respetar la libertad de trabajo de los no huelguistas así como el derecho de la dirección de la empresa de penetrar en las instalaciones de la misma".
¿Qué le dice a usted como director de Trabajo esa recomendación?
LR - Es una recomendación no vinculante. Tendremos que hablar sobre ella, pero no voy a ser el portavoz de la voz del ejecutivo, que fue el que la recibió, porque no la recibe solo el MTSS, la recibe el Poder Ejecutivo en su conjunto. Tendremos que hablarlo, yo voy a dar mi opinión en ese momento de acuerdo con lo que pienso y con lo que pensaba como trabajador para una idea de los temas, porque yo puedo estar en acuerdo o en desacuerdo con el tema de la libertad del trabajador de ir a trabajar, puedo estar en desacuerdo con que el patrón pueda estar allí cuando uno está ocupando un lugar de trabajo, dejarlo entrar a las oficinas, etcétera. Tendremos que convivir con todo eso. Pero también tenemos que ver cuando hay trabajadores que ejercen un derecho que está en la OIT y en la Constitución de este país, una huelga y demás, y salen las soluciones, ¿a quiénes alcanzan?
EC - Usted dice que después de un conflicto en el que hubo una huelga, una ocupación se obtienen determinados beneficios que comparten aquellos que no participaron en las medidas.
LR - Todos, absolutamente todos, y yo creo que eso no es correcto. Si yo fuera un trabajador no afiliado a un sindicato renunciaría a todos esos beneficios, por una cuestión de ética, si no quiero un sindicato y no estoy afiliado, no puedo usufructuar los beneficios que consigue. Sobre eso nunca se habló.
EC - Es otra parte del mismo debate. ¿Entonces? ¿Cómo se hace ahora para compatibilizar todos estos elementos?
LR - Veremos. Brasil tiene una solución para ese problema cuando se hacen convenios y hay gente que no está afiliada a las organizaciones sindicales. Tanto que copiamos mal por otros lados, copiemos algunas cosas de otros países para solucionar este tipo de problemas, porque nadie puede obligar a nadie a hacer lo que no quiere hacer, ni a hacer lo que no puede hacer. No es fácil. Yo agradezco esta invitación, y sé cómo pregunta usted, porque a veces no hablamos de estas cosas. A mí me gusta quedar bien con quien tengo que quedar bien, ejerciendo un trabajo que tiene partes muy bravas. Hay que hacerlo, pero hay que decir las verdades permanentemente, yo no voy a crear una expectativa a trabajadores por haber sido un trabajador, y tampoco se la genero a los empresarios, pero cuando acordemos va a haber que cumplir con el acuerdo, sí o sí, todas las partes. Nadie puede hacer acuerdos que cuestan mucho dinero a la sociedad, discutiendo, trabajando y poniendo técnicos al servicio de esos acuerdos, para cumplirlos cuando a cada uno se le antoje. Esa es otra parte que hay que ver. Tienen obligaciones las cámaras empresariales, el PIT-CNT y las organizaciones que firman, todos.
EC - ¿Está enumerando algunas de las diferencias, de las críticas que tiene para formularles a las cámaras empresariales en Uruguay?
LR - A todos, a las cámaras empresariales cuando actúan bien hay que decírselo, cuando el gobierno actúa bien, actúa bien. Uno no puede negar lo que está bien hecho en este país.
EC - ¿Cómo se lleva con las gremiales con las que ahora va a tener que dialogar en un lado del mostrador?
LR - Con los muchos que conozco, muy bien. Hay gente que no me conoce, no tiene por qué conocerme ni simpatizar conmigo. El respeto y la buena educación van por otro lado, y uno sabe lo que tiene atrás, los empresarios saben lo que tienen atrás y los sindicalistas también. A partir de eso que hay atrás de cada uno tenemos que tratarnos de la mejor forma posible para no romper esos diálogos que conducen a que otra gente reciba beneficios, y el propio país, y el empresario. Empresas que no son rentables, que no funcionan, trabajadores que no trabajan y están en el seguro de paro, etcétera, son un problema para todo el país, una mala señal.
EC - Y muchas veces un costo para el país.
LR - Son un costo, porque lo que paga el seguro de paro lo paga la sociedad. Muchas veces es la salvación de un empresario. Hay que usar las herramientas que tengamos de la mejor forma que podamos. Ya no me preocupa qué dirá la barra, porque sé que estoy haciendo las cosas que tengo que hacer, yo sé qué tengo que hacer. A mucha gente le preocupa el qué dirán, el subjetivismo, los anónimos. Si no nos ponemos una caparazón para trabajar por la gente frente a esas cosas que destruyen, va a ser muy difícil tener estas responsabilidades.
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EC - En su futuro como director nacional de Trabajo y en el del MTSS hay por delante la revisión de al menos dos leyes. La semana pasada la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucionales dos artículos de la ley 18.572 de abreviación de los procesos laborales; es la primera de las sentencias que se esperan, porque hay una avalancha de reclamos del mismo tipo que se han formulado y que tienen paralizada a la justicia laboral. Por otro lado, la ley de negociación colectiva también debe rediscutirse, por el informe del CLS de la OIT a pedido de cámaras empresariales uruguayas que le sugiere al gobierno que profundice el diálogo con sindicatos y empresarios a efectos de mejorar esa ley, y agrega una serie de recomendaciones que van bastante cerca de los planteos del sector patronal.
¿Cómo piensa manejarse ante esos dos escenarios de leyes que ya existen y que ahora hay que reformar?
LR - Lo que me queda por hacer es trabajar en conjunto, pero primero veamos cuál es la reacción del Poder Ejecutivo frente a esto, cuáles son las indicaciones del Poder Ejecutivo y del conjunto del Parlamento, que también tiene que ver con esto, al ministro de Trabajo. Ahí haremos un trabajo de conjunto. Hasta que ellos no se pronuncien, hasta que no se sepa cuál estrategia se va a seguir, uno tiene que esperar para después decir: "Esta es la estrategia, aquí seguiremos, estaremos firmes aquí y esto no lo sacaremos, y esto lo corregiremos". No sé qué camino se va a tomar, no tienen por qué decírmelo a mí, es un estudio del Poder Ejecutivo sobre cosas que son muy importantes para la vida del país y para la vida laboral.
La ley de negociación colectiva se va a revisar. Primero, no va a estar en el ámbito de discusión de los acuerdos colectivos con los públicos ni en los consejos de salarios.
EC - ¿Cómo es esta precisión?
LR - Va a haber un ámbito especial para discutirla, no la vamos a discutir en medio de los consejos de salarios.
EC - Los cambios a la ley de negociación colectiva van por otro lado.
LR - Se discutirán en otro ámbito, van por otro lado. Creo que en eso va a haber acuerdo en el Consejo Superior de Salarios empresarial, ya tenemos preacuerdo en algunas cosas. No es bueno mezclar los temas, más cuando en un consejo de salarios no se discute solamente el salario, sino una enorme cantidad de situaciones que viven los trabajadores o los empresarios, entonces es mejor llevar las cosas por caminos diferentes para que no se entreveren y terminen en una mezcolanza mala para todos.
EC - Yo le he planteado algunas objeciones, suspicacias que vienen del lado empresarial, pero este gobierno de José Mujica se enfrentó hace muy pocas semanas a un paro general resuelto por el PIT-CNT, cosa que no había ocurrido hace cinco años en el gobierno de Tabaré Vázquez. ¿Cómo observa las demandas que estaban detrás de una medida de ese tipo?
LR - Ante todo tengo que respetar las decisiones del Ministerio de Economía, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, que tiene una estrategia marcada. Vamos a ver, discutiendo el MTSS con todos ellos, hasta dónde se puede llegar en esta negociación.
EC - ¿Cómo le resulta el hecho de que su central sindical, aquella en la que usted se ha movido durante toda su vida, llegue a una medida como esa?
LR - Todos tenemos derecho a hacer cosas en este país. Será por de dónde vengo y hacia dónde voy que no les doy dramatismo a algunas cosas sino que trato de ubicarlas en el contexto más importante para ver por dónde vienen la central y los reclamos de los sectores sociales, no solamente de los trabajadores, también de los públicos, que también son trabajadores pero en otro ámbito. Verlo, no darle dramatismo ni agrandar esa situación. Hay que salir de lo que estamos haciendo ahora para después ver cómo seguimos. A mí no me molestó el paro, y no creo que le haya molestado mucho a mucha gente, porque sabemos que los paros y algunas cosas son válvulas de escape en todo el mundo. Y a veces descomprimir la olla está bien, está bueno. Yo no hago un drama: "Ahora estamos nosotros, no podemos hacer cosas". No, orientémoslas de la mejor posible y veamos cómo de las cosas que se hacen sacamos los mejores resultados para el conjunto de la sociedad.
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Transcripción: María Lila Ltaif