Entrevistas

Flores apuesta al deporte como factor de inclusión social

Flores apuesta al deporte como factor de inclusión social

"Decidimos buscar algo que identificara al departamento, y cuando definimos en qué íbamos a invertir los dineros de la sociedad, obviamente apuntamos a inversiones que tuvieran gran impacto social". Así explicó Armando Castaingdebat, intendente de Flores, la iniciativa por la cual se pretende convertir a ese departamento en centro de referencia nacional en lo deportivo. Entrevistado por En Perspectiva, el jefe comunal manifestó que, ante el retroceso de la educación pública como herramienta de cohesión social, el deporte puede ser un importante complemento para lograr dicho fin. "Hay una sociedad entera que actúa y se rebela, no podemos resignarnos a asumir como normal la pérdida de valores", subrayó.


(emitido a las 09.00 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"Flores es el único departamento el país donde no hay rapiñas, la deserción escolar es de las más bajas, no hay asentamientos, no hay niños pidiendo en las esquinas y no hay gente en situación de calle".

La frase pertenece al intendente, Armando Castaingdebat, que no oculta su orgullo por el momento que atraviesa su departamento, el más pequeño del interior de nuestro país. Y según el propio Castaingdebat, una de las causas principales de esta situación viene por el lado de los deportes.

Desde hace cinco años está en marcha un plan cuyo objetivo es convertir a Flores en centro de referencia nacional en lo deportivo.

En ese período se ha conseguido que la plaza de deportes de Trinidad pasara de 500 usuarios a 8.000, el 40% de la población, pero además se han organizado competencias de diferentes disciplinas tanto nacionales como internacionales. Por esos logros, Flores acaba de ser distinguido con el Premio a la Gestión Deportiva que otorgan el Ministerio de Turismo y Deportes (MTD) y la consultora AFP Group.

Pero ahora va por más: Flores quiere convertirse en la sede del proyecto para juveniles del interior que impulsa el director técnico de las selecciones nacionales, Óscar Washington Tabárez.

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EC - Sobre estos y otros temas vamos a conversar con el intendente de Flores, Armando Castaingdebat, doctor en Veterinaria, a quien hemos visto varias veces en sus pagos y hoy recibimos en los estudios de El Espectador.

¿Cómo surgió este plan para promover el deporte en Flores, y además hacer de los deportes una de las señas de identidad del departamento, que casualmente no tenía una tradición deportiva fuerte?

AC - Para esto es bueno remontarnos cinco años atrás, cuando a los intendentes nos toca asumir. Debe de haber pocos cargos en el país tan ejecutivos como el de intendente, tal vez el de presidente de la República; cuando comenzamos un período tenemos que tomar definiciones, fundamentalmente en dos líneas: hacia dónde pretendemos que vaya nuestro departamento en el contexto nacional, qué identidad le queremos dar, qué queremos de nuestro departamento hacia delante, y de qué forma vamos a gastar o invertir el dinero de los contribuyentes. Y ahí, tal vez incluso por la forma en que nosotros llegamos cinco años atrás, muy desprovistos de compromisos políticos y en una circunstancia no deseada ni esperada...

EC - ...Sí, usted no era el intendente electo, era el suplente, y ante el fallecimiento de Etcheverría terminó asumiendo, algo que no estaba en sus planes.

AC - No, ni en el más remoto de los planes. Walter falleció justo un mes antes de asumir, yo siempre digo que no tuve ni tiempo de pensar qué hacía; y si hubiera pensado no sé qué habría pasado. La forma en que llegamos nos permitió aplicar sentido común para tomar muchas decisiones y apartarnos de las reglas políticas y a veces de los razonamientos políticos. Nuestro departamento es un departamento históricamente de paso, conocido hoy solo por las patentes; recuerdo que cuando me querían hacer enojar en facultad me decían que a Flores lo conocían porque tenía los mejores baños de paso y las medialunas del Beiruti. Eso pintaba lo que era el departamento de Flores, un departamento de paso.

Ahí decidimos buscar algo que lo identificara, que lograra que fuera un departamento de destino y no de paso, y cuando definimos en qué íbamos a invertir los dineros de la sociedad, obviamente apuntamos a inversiones que tuvieran gran impacto social –creo que todos los intendentes apuntan hacia ese lado–. Tenemos que llegar a la gente que más necesita, adonde realmente hay problemas. Y ahí, para marcar una identidad de Flores acompasada con en qué queríamos invertir los dineros, nos decidimos por el deporte.

De repente usted dice qué tiene que ver deporte con impacto social. En primer lugar, consideramos que Flores no podía competir por playas, no podía competir por turismo, no podía competir con otras cosas que ya existían, que tenía que buscar un distintivo. Y decidimos apostar al deporte, porque con las inversiones en deporte podíamos lograr un gran impacto social, estoy convencido. Tuvimos grandes líos. En primer lugar, porque para llevar adelante esta política trajimos a una persona que no era del departamento, al profesor Mauricio Aguirre, que es gran parte de esto que hoy se ve de Flores, que era de Durazno.

EC - Nada menos que de Durazno, con esa rivalidad histórica entre Flores y Durazno.

AC - Era como llevar a Nacional un técnico de Peñarol. Y segundo, que todos los actores políticos, que de política sabían mucho más que nosotros, nos decían: "No, en deporte no se puede gastar un peso porque no tiene retorno en votos, no tiene retorno electoral".

EC - Usted venía de una actividad deportiva intensa.

AC - Sí, cuando me agarró esto yo estaba en la Asociación Uruguaya de Fútbol, a cargo de las selecciones juveniles de Uruguay; había jugado 11 años en Nacional Universitario, dos veces vicecampeón del mundo con la Liga Universitaria; practiqué deportes y he sido amante del deporte desde niño. Ahí dijimos: "No, los políticos no solo tienen que hacer lo que les trae votos, sino también aquello de lo que están convencidos y cosas que queden". Y decidimos apostar al deporte porque consideramos que iba a tener un gran impacto social.

¿Por qué consideramos que el deporte iba a tener un gran impacto social? Quienes andamos en la generación de los 50 años somos todos producto de la enseñanza pública, generalmente fuimos a la escuela pública, al liceo público, y los que tuvimos la suerte de recibirnos, lo hicimos en la Universidad pública, a nosotros la educación pública nos formó, nos formó en valores, en principios, en amistades. La escuela pública hacía una función de cohesión social, allí todos éramos iguales, nos diferenciaba la prolijidad de la túnica o de la corbata, que no era indicativa de mayor o menor poder adquisitivo sino de otras cosas.

Y cinco años atrás asumíamos que Uruguay lamentablemente tenía una fractura social sumamente importante, un fenómeno que se había dado en América Latina, del que pensábamos que Uruguay quedaba fuera, y fue el último pero entró. En ese Uruguay, la clase media, que históricamente había sido el gran puntal, el sostén y un factor para que Uruguay se llenara la boca con tantas cosas, prácticamente se había pulverizado, y si bien, como decía el contador Damiani, en Uruguay no hay ricos, hay riquitos, eso llevó a una separación de clases muy grande y la escuela pública ya no podía ejercer esa función, porque quien tenía posibilidad de mandar sus chicos a la enseñanza privada, los mandaba. Eso llevó a acentuar esa fractura social. Entonces consideramos que si lográbamos que los chiquilines volvieran al deporte, que entraran a una cancha de fútbol, que entraran a una piscina, a un gimnasio, eso iba cumplir una función de cohesión social, allí solamente los iba a diferenciar el champión, y en la cancha de fútbol arena ni siquiera el champión porque iban a jugar descalzos, y apostamos al deporte como un factor de inclusión social.

EC - El propósito era ese, que en el o los deportes volvieran a juntarse todos.

AC - Cuando uno apuesta al deporte hay varias cosas, generalmente lo que se ve es el Maestro Tabárez, cuarto en el Mundial y los éxitos deportivos, o los eventos internacionales que se han desarrollado en Flores, pero eso poco tiene que ver con los indicadores que hoy hay en nuestro departamento. Queríamos, en primer lugar, llevar la enseñanza física a todos los niveles de la educación, y para nuestro agrado, un año después de asumidos, el presidente Vázquez definió la enseñanza física en todos los niveles de la educación. En ese momento nosotros ya teníamos un 95% de cobertura no solo en las escuelas primarias, sino en las escuelas rurales, en secundaria, en todas las sociedades de tercera edad, de discapacitados, a las que se les ha dado una importancia bestial, en la mujer sobre todo. Había una política definida sobre cómo actuar en deportes. Inmediatamente se definió empezar a construir infraestructura, más allá de que en Flores había infraestructura, pero con un concepto muy claro: de nada serviría tener la mejor infraestructura si no la sabíamos gestionar. Le dábamos tanta importancia a la construcción de infraestructura como a la gestión posterior.

EC - ¿De qué infraestructura se trata?

AC - Flores tiene como todos los departamentos la típica plaza de deportes. Cuando nosotros llegamos era un lugar de balastro, una estructura de Dieste y Montañez, un espacio, y dentro había una piscina y poca cosa más. Hoy hemos transformado esa plaza de deportes, que todavía es gestionada por el MTD, hoy hay una piscina climatizada que nos costó muchísimo dinero pero que es orgullo de nuestro departamento porque es única en el país –a fin de mes hay un seminario para tratar de ver qué se puede copiar de esa piscina–. Al lado hay un gimnasio grande y un estadio de básquetbol de piso flotante donde se llevó adelante un campeonato sudamericano sub 20 y en noviembre tenemos un campeonato sudamericano femenino. En la parte de afuera hay dos canchas de básquetbol y una cancha oficial de fútbol 5, en la que está pronto para instalarse césped sintético –la semana pasada se licitó–. Vale aclarar que todos estos pasos los dimos en conjunto y en comunión con el ministro de Turismo y el director nacional de Deportes, en ese momento Lescano y Cáceres, y también con Irureta.

En otro lugar se comenzó a construir un centro de rehabilitación, que en su momento lo pensamos para ser una pata de Teletón en el interior y después nos dimos cuenta de que era mejor llevarlo hacia el lugar público para a partir de ahí hacer convenios. Lo tenemos pronto, no lo hemos inaugurado porque consideramos que la Intendencia no tiene que poner el personal para que funcione. El viernes estuvimos reunidos con el presidente y directores de ASSE porque creo que por ahí va el tema.

Eso es hoy la plaza de deportes. Le hemos pedido al MTD iniciar el traspaso, ya está definido el traspaso del MTD a las intendencias. Y no solo el traspaso material, sino tomar como piloto de prueba la buena experiencia de Flores y lograr el traspaso de las estructuras más la gestión, acompañado de algunos recursos.

EC - ¿Cuánto se ha invertido en la plaza de deportes con todas esas instalaciones?

AC - Solo en la piscina y en el centro de rehabilitación estamos en una cifra cercana al millón de dólares, en una intendencia que maneja un presupuesto de 15 millones de dólares. O sea que si bien ahí ha habido algunas ayudas puntuales del MTD y del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, prácticamente el 80 o 90% fue con fondos propios, es una cifra importante para un presupuesto municipal. Y es una inversión que no termina, sigue.

En cuanto a estructuras, tenemos un estadio de fútbol, que por supuesto no construimos nosotros, es de la década de los cincuenta; cuando llegamos lo empezamos a transformar, y hoy tiene piso, instalaciones con riego, asesorado por el ingeniero Invernizzi, está a la altura de las mejores canchas de Montevideo. Construimos una cancha de fútbol playa que tiene una estructura de hormigón muy linda, para la que tuvimos que ir a buscar la arena a 60 kilómetros de Trinidad. Porque yo sostenía que más de la mitad de los chiquilines de Flores no conocía la arena, en Flores el arroyo más cerca está a 10 kilómetros, Durazno está a 40 kilómetros. Hicimos un estadio de babyfútbol, hace cuatro años que las finales de fútbol infantil se desarrollan en Flores y este año también se van a desarrollar en Flores. Hicimos una política de mejorar las instalaciones deportivas de las diferentes instituciones, tenemos definido empezar a llegar a los barrios, vamos a hacer pequeños centros deportivos en cada uno de los barrios, con una cancha de básquetbol, con asistencia de profesores. Es una inversión que comenzó y que no termina. En el departamento hay lugares mucho más ricos que Flores y tal vez con infraestructura más numerosa, pero aquí lo importante no fue solo la construcción de la infraestructura sino la gestión.

EC - Esa era la pregunta que le iba a hacer, porque usted insistió mucho en que el tema no era solo construir, solo poner a disposición una piscina, un piso, una cancha de básquetbol, etcétera; había que agregar el componente de la gestión. ¿A qué se refiere con eso?

AC - De nada nos serviría gastar un millón de dólares en una piscina y un centro de rehabilitación si luego de terminados no se usan o se usan mal y al cabo del tiempo el balance no nos permite demostrar que eso realmente valía la pena.

EC - La gestión, si entiendo bien, tiene dos partes: ser capaces de convocar a Flores y a Trinidad campeonatos, partidos, torneos, como ha venido ocurriendo, y convocar a la gente del propio departamento a que use esas instalaciones.

AC - Exactamente, y no van separadas en el tiempo, son complementarias, y una es tan importante como la otra. Nos pasó con la piscina, cuando terminamos de construirla era un orgullo, y aparte era una cosa que estaba en todos los presupuestos municipales de todos los intendentes de la dictadura para acá, porque en Flores no hay arroyo, la gran mayoría de la población no sabe nadar, hay piscinas públicas al aire libre pero funcionan de noviembre de marzo y luego se termina. Para nosotros el tema natación no era solamente aprender a nadar, sino también recuperación de enfermedades, enfermedades respiratorias y todo el impacto social. Cuando estuvo terminada nos encontramos con un poquito de chucho, ¿vamos a lograr que la gente venga? Pasamos unos meses en que la ansiedad nos llevó a transcurrir con miedo, ¿un mes y no está llena? Ahí empezamos a hacer convenios con Primaria, empezamos a comprar toallas, gorras de baño, chancletas, a traer las escuelas rurales, y hoy, poco tiempo después, nos damos cuenta de que la piscina nos quedó chica, afortunadamente.
 



EC - Quedó chica.

AC - Quedó chica, está llena desde las siete de la mañana hasta las once de la noche, en modalidades en que la gente que puede pagar, paga y al que no puede pagar se le da una beca mediante un informe de asistencia social. Van 1.800 chiquilines de Primaria en forma gratuita, todas las escuelas rurales van por lo menos una vez a la semana, hay convenios con los clubes de tercera edad, hay un espacio específico para personas con capacidades diferentes. Hoy el centro de rehabilitación tiene cosas que creo que se ven solo en Montevideo, por ejemplo ascensores para sillas de ruedas, consultorios equipados con aparatos de última tecnología mediante un convenio con la embajada de Japón, a la que nuevamente queremos agradecer –el centro de rehabilitación se llama Sakura–. Buscamos primero llenar espacios que el interior necesita, y luego tener un distintivo y posicionar al departamento como referencia, porque el deporte es muy abarcativo, porque como deporte entendemos quién ganó, si logramos tener un campeonato internacional, pero el deporte abarca mucho más que lo que se ve y se escucha.

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EC - ¿Cómo se logró que vinieran a Flores actividades, campeonatos, partidos?

AC - Probablemente una de las cosas más llamativas de que hoy estemos aquí hablando de deportes es que pertenecemos a una estructura del Estado, y aquí tenemos la concepción –no solo aquí, prácticamente en todo el mundo– de que el deporte está alejado de las estructuras del Estado, salvo en aquellas situaciones en que el Estado se quiere aprovechar o quiere sacar un rédito político de determinado evento, como fue el Mundial del 78, el Mundialito de Uruguay del 80, las olimpíadas de Berlín (1936). No es común que el Estado esté tan asociado al tema deportes. El gran secreto es que consideramos que todo lo que se destina a deportes no es gasto sino inversión.

EC - Está claro que es una inversión desde el punto de vista social, pero también es inversión en otros sentidos, desde el punto de vista de la dinamización de la economía del departamento.

AC - Yo estoy convencido y completamente seguro de que esto tiene un retorno económico mucho más importante que la inversión que se hace. Tan es así que la semana pasada, en ocasión del Prado, el MTD gentilmente nos cedió un día y Flores presentó lo que se llama turismo deportivo, el turismo asociado a eventos deportivos. Nos reunimos con Audoca, luego de escucharlos una mañana acá me fui a hablar con ellos, les encantó la idea y estamos trabajando en todo lo relacionado con turismo deportivo. Es el retorno económico que tú decís, cómo se logra no solo tener retorno social sino el posicionamiento del departamento y el retorno económico. Organizar un campeonato sudamericano de básquetbol anduvo en el entorno de los 30.000, 40.000 dólares, pero estoy seguro de que esa plata se triplicó o cuadriplicó, cuando hay un evento en Flores no hay capacidad locativa, no hay lugar donde almorzar, más allá de que Flores tiene bastante más capacidad locativa que la que necesitaría. Tan es así que se está construyendo y está pronto para terminar un hotel cuatro estrellas, ahí hay un terreno sumamente interesante para explorar.

EC - Si entiendo bien, a estos efectos, para ser centro de desarrollo de eventos deportivos, esa condición de la que usted hablaba al principio que es un lastre en Trinidad, la de ser lugar de paso, es una ventaja, está ubicado en un lugar que le permite tener distancias razonables con distintos puntos del territorio.

AC - El gran secreto cuando uno encara desafíos y agarra el viejo FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) no es insistir sobre las fortalezas sino tratar de transformar las debilidades en fortalezas. Lo que históricamente fue visto como una debilidad de Flores, que por estar cerca de Montevideo y a mitad de camino entre Montevideo y Paysandú y Salto era de paso, tenemos que transformarlo en una fortaleza. Uruguay es un país centralizado que va a seguir siendo centralizado, porque por más que hagamos leyes de descentralización y creemos alcaldías Uruguay va a estar cada vez más centralizado, y estamos al lado de donde sucede o comienza la mayor cantidad de cosas en el país. Trasladarse a Flores no es una limitante, lo hablamos con la gente de Audoca, tú no vas a llevar a quien viene por un día, pero hay turismo específico o eventos específicos que perfectamente se pueden trasladar a nuestro departamento.

En esa línea estamos trabajando con el tema deportes, que tiene muchas aristas. A mí me gustaría insistir con el tema social, porque el país ahí tiene un debe muy grande. Hoy te escuchaba hablar de lo que cuestan los chiquilines infractores, esos 2.500 dólares que cuesta mantenerlos; ¿qué pasaría si esa plata la destináramos a tratar esos jóvenes cuando están en edad escolar para que tengan menos reprobaciones escolares? Volver al país de antes, donde buen día, buenas tardes, permiso, dejar pasar a una mujer sean cosas normales y no cosas raras y de historia como son en el país.

EC - Usted está muy convencido de que el deporte es una de las claves de esa situación que se está dando en Flores, que usted decía que es un departamento donde no hay rapiñas, donde la deserción escolar es de las más bajas, no hay asentamientos, no hay niños pidiendo en las esquinas y no hay gente en situación de calle. ¿Es el deporte o es una combinación? Porque también es cierto que la actividad agropecuaria se ha intensificado y ha pegado un impulso muy fuerte en el entorno del departamento de Flores. Por decir algo, Flores no era un departamento caracterizado por la agricultura y hoy tiene en ese sector nada más un movimiento inusitado. Eso, la reactivación de lo agropecuario, ¿no está también detrás de esos buenos resultados sociales, de ese nivel de vida que usted menciona?

AC - Sí; vamos por partes. Ojo con hacer afirmaciones absolutas, como que en Flores no hay rapiñas, no hay gente en situación de calle; de repente llego hoy de tarde y alguien de paso hizo una rapiña y se me cayó el argumento. Queremos llegar al concepto de que estamos realmente convencidos que el deporte tiene que ver. De la misma forma que no hay una sola causa por la cual Uruguay sufrió una fractura social y esa clase media de la que nos jactábamos hoy está disminuida y en algunos lugares no existe, tampoco hay una sola causa para llegar a esos indicadores. Por supuesto, nuestro departamento cinco años atrás estaba en el eje del 16% de desocupación y hoy andamos en el eje del 6%, y ahí, si bien algunas cosas que hizo el Gobierno departamental, como fomentar la instalación de algunas industrias, ayudó, el gran factor dinamizador estuvo por el lado de la agropecuaria, eso es innegable.

Pero hay que tratar de capitalizar de buena forma lo que está sucediendo en la agropecuaria, porque si esto pasara solo por temas económicos ni que hablar que en Punta del Este no sucederían estos problemas, en Punta del Este no tendría que haber asentamientos, no tendría que haber rapiñas, no tendría que haber gente en situación de calle. Por eso creo que el deporte actúa. Y no solo el deporte, porque para lograr ese efecto social necesitamos dos patas bien importantes que son el deporte y la educación, bien pegadas, porque con una pero sin la otra no se lograría eso.

Creo en el deporte no solo como un factor de inclusión social sino como un factor de contención, digo que ocupa el lugar de la escuela pública porque pretendemos que los profesores ocupen el lugar de los maestros, que enseñen valores, principios, códigos de convivencia que antes eran normales. A nosotros no se nos ocurría subir a un ómnibus, ver una señora embarazada parada y no darle el asiento, y hoy eso es una cosa que tenemos que buscar en un libro de historia. Escuchar decir "buenos días", "buenas tardes"; pobres de nosotros si a nuestros padres o abuelos no los saludábamos con un buen día, buenas tardes, y un beso encima en el interior. Hoy nos hemos vuelto besuqueros pero por otras costumbres, eso era parte de un Uruguay que añoramos. Yo ayer te escuchaba cuando hablabas de Canterbury, la ciudad de Nueva Zelanda, y cuando la uruguaya que vivía allá describía, yo sentía una envidia...

EC - ...La cónsul honoraria de Uruguay en Christchurch, Nueva Zelanda.

AC - No hace 100 años, hace 30 años ese era Uruguay, ese era Carrasco, ese era Pocitos, ese era todo el país. Y eso lo hemos perdido. No nos podemos resignar a decir que estamos mejor que el resto de América, no puede ser, tenemos que volver a lo que éramos, no es difícil, no es imposible. Por supuesto que yo me voy a ir de acá y van a decir "eso se puede en Flores porque es pequeño, tiene nada más que 25.000 habitantes". Pero los problemas y las soluciones son a escala.

EC - Si esa fuera la causa, tampoco sería para no intentar este camino, cuántas veces se ha dicho que el Plan Ceibal puede ser una realidad en Uruguay porque es un país pequeño donde se puede probar un sistema. Quizás ese sea el caso de Flores a estos efectos.

AC - Esta discusión que no es para hoy, la llevé al terreno político, mi partido tiene que ver qué cosas se hacen bien en algunos lugares para tratar de aplicarlas en Montevideo y Canelones. De la misma forma, estas pequeñas soluciones que se logran no tienen una sola causa, seríamos sumamente arrogantes si dijéramos que esto se debe solo a lo que hace la Intendencia. Aquí hay una conjunción y comunión de intereses del MTD, de la Dirección de Deportes, de la sociedad entera, hay una sociedad entera que actúa y se rebela, porque tenemos que volver, no podemos resignarnos a asumir como normal esa pérdida de valores.

EC - La actividad deportiva que ha puesto en marcha la Intendencia de Flores no beneficia solo a Flores, tengo dos mensajes de oyentes de Cardona. Dice Omar: "De Cardona van más de 30 escolares a la piscina. Vivo en Cardona, Soriano, y mi hijo va en ómnibus todos los sábados a la piscina de Trinidad". ¿Es así? ¿Cómo es?

AC - Es así, de la misma forma que gente con discapacidad en Flores iba a Durazno. Ayer decíamos que somos 19 intendentes en el país y los 19 estamos luchando por tener cada uno una universidad, aun cuando sabemos que eso es imposible. Tal vez no haya que construir una piscina igual en todos los centros poblados del país, pero con estas experiencias cinco años después hay resultados para mostrar, hay cosas para mostrar, que no se deben a un solo factor.

EC - Parece que le va bien con la gente, aquí tengo más de un mensaje como este de Laura, que dice que es "una florecina frenteamplista orgullosa de la obra social de este intendente".

AC - Es que cuando uno habla de temas sociales y de darle al que menos tiene o al que más necesita, tenemos asumido que son discursos políticos y que corresponden a una fuerza política, pero en las elecciones departamentales quedó demostrado que no es así, la gente votó proyectos, programas, personas. Eso está en el ABC de cualquier político, cualquiera que hoy quiera gobernar cualquier alcaldía o el departamento más grande sabe que por la problemática social que hay en Uruguay hay que tratar de buscar los mecanismos para que quienes más tienen colaboren con los que menos tienen. Y no estamos hablando de dinero, estamos hablando de estas cosas y otro montón de cosas. Esto de Flores es un puntapié para ver qué se puede extrapolar o aplicar en algunos otros lugares.

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EC - Entre los oyentes hay mucho entusiasmo por lo que usted describe. Por ejemplo, Celina de Minas dice: "Es admirable para tomar ejemplo. Yo tengo un hijo estudiando educación física y está muy feliz por lo saludable que es esa carrera y lo que a partir de ella puede brindar al prójimo". Hay varios que insisten en las virtudes del deporte: "Es así, el deporte no solo dignifica, fortalece emocional, física, moral, espiritual y socialmente".

AC - Más allá de que los uruguayos somos de memoria corta, tenemos que capitalizar lo que sucedió en el Mundial, lo que hizo el Maestro Tabárez nos enseñó a festejar no resultados; yo siempre digo que en Flores fue más grande la caravana el día que perdimos con Holanda que el día que le ganamos a Ghana, festejos en los que prácticamente no se veían banderas partidarias, se veían muy pocas de Peñarol y Nacional y muchas celestes. Los uruguayos salimos a festejar la humildad, la rebeldía, la dedicación, el saber que somos capaces, porque que seamos chicos no quiere decir que no seamos capaces de muchas cosas, y creo que esto que sucedió en el Mundial nos volvió a un Uruguay de antes donde esas cosas eran normales. Cuando asociamos el deporte solo a éxitos deportivos lo encaramos mal. Por eso con lo de Tabárez creo que tenemos un tiempo, lamentablemente acotado porque los uruguayos somos de memoria corta, en el que tenemos que tratar de aplicar de la mejor forma eso que sucedió en el Mundial.

EC - Hablando de Tabárez, ¿es posible que Trinidad se convierta en la ciudad del interior donde el Maestro concentre la actividad de las selecciones juveniles?

AC - Eso tiene que ir mucho más allá. Yo con Tabárez tengo una relación previa, cuando el ejecutivo de Figueredo, Pastorini, Almada, Magurno designó a Tabárez como técnico, yo estaba encargado de la selección juvenil y en esos años ya hablábamos de cómo queríamos trabajar en juveniles a largo plazo. Después la vida a mí me llevó a la Intendencia de Flores y él siguió siendo el técnico, pero por supuesto que esa relación ha posibilitado que ya estemos conversando. Aunque de nada serviría que se hiciera solo en Flores, Flores hoy tiene una infraestructura y cosas diferentes que no hay en otros lugares del país. Afortunadamente el Gobierno ha tomado esto de Tabárez, se dio cuenta de que mediante el proyecto Tabárez podemos nuevamente inculcar valores, códigos que estaban perdidos. Ver a los jugadores de fútbol nos daba gusto, escuchar las conferencias de Tabárez, ver el comportamiento. Y esas cosas las puede lograr el entrenador físico de Illescas, de Cardona, de Flores con su grupo de hándbol, de básquetbol o de vóleibol. Por ahí creo que hay terreno interesantísimo para recorrer.

EC - ¿Qué es lo próximo? ¿Cuál es el paso siguiente?

AC - En primer lugar, departamentalmente tenemos el gran desafío de consolidar esto, porque lamentablemente en política la historia dice que cuando llega un político trata de hacer algo diferente de lo que hizo el anterior, porque hay que cambiar. Tenemos que convencernos de que el tema deportes no solamente es bueno, sino que le hace bien a Flores y que por medio de Flores podemos colaborar con este querido país. Por ahí tenemos el desafío de institucionalizar y que políticamente todos estén de acuerdo en este desafío.

Por supuesto, aprovechar estas cosas que nos están pasando para seguir posicionándonos en diferentes áreas, como recién hablábamos, turismo deportivo, impacto social, seguir aplicando estas cosas. En la vida en todos los ámbitos lo más difícil no es llegar a algunos objetivos, es mucho más difícil mantenerse y muchísimo más difícil superarlos. Sabemos que es dificilísimo mantener estos índices que hoy manejamos, que tenemos un gran desafío que no pasa solo por el deporte, pero que hay una sociedad compenetrada para conservarlo. Y ver si a partir de esto podemos colaborar con un pequeño granito de arena para recuperar este país. Yo no me resigno a que no podamos volver al Uruguay del buenos días, buenas tardes, muchas gracias y permiso.

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Transcripción: María Lila Ltaif