"No podemos captar la confianza de los de afuera si los de adentro nos peleamos", dijo el precandidato, Jorge Larrañaga.

Larrañaga: "Hay que abonar la tierra para el día después de las elecciones"

Para el precandidato nacionalista, la polémica con Lacalle "poco aportaría al crecimiento electoral". "No podemos captar la confianza de los de afuera si los de adentro nos peleamos, o no entendimos nada de 1999". Lo que hay es pirotecnia político - electoral. Hay diferencias respecto a política tributaria, inserción internacional, papel del Estado, pero hay que buscar acuerdo con todos los partidos para impulsar cuatro o cinco temas fundamentales.

(Emitido a las 09.09)

EMILIANO COTELO:
A menos de tres semanas de las internas el Partido Nacional (PN) continúa creciendo en las encuestas, como veíamos más temprano en el informe de Oscar Bottinelli: ya está arañando el 30 por ciento de intención de voto.

Dentro del partido el tono del debate sigue controlado, tal como estaba previsto, pero han aparecido en estas horas algunos episodios que despiertan dudas. Durante este fin de semana, Larrañaga adelantó que no compartirá el estrado con Lacalle en actos de conmemoración de los 20 años del regreso de Wilson a Uruguay, y por otro lado se había producido entre Larrañaga y Lacalle hace muy pocos días una polémica bastante fuerte sobre la propuesta herrerista de importar gasoil para bajar el precio de ese combustible.

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¿Aumentará más la temperatura interna del PN en las tres semanas que faltan? De ese y otros temas vamos a dialogar con el doctor Jorge Larrañaga. ¿Qué dice a propósito de estos números más recientes de las encuestas, sobre todo en cuanto al crecimiento del PN?

JORGE LARRAÑAGA:
No hace más que confirmar que hay un despertar muy importantes del nacionalismo en todo el país, nosotros lo estamos viendo en nuestras recorridas permanentes por el Uruguay entero. Entre el viernes y el domingo hicimos 2.000 quilómetros en todo el país, estuvimos en Caraguatá, Ansina, Tacuarembó, Rivera, Artigas y Bella Unión con actos en todos los casos en el entorno de 1.000, más de 1.000 y 1.500 personas.

EC - ¿El interés de los blancos por la interna del PN es justamente porque se está dando esta competencia entre usted y Lacalle, por cómo se ha pautado esa pulseada?

JL - En parte es por supuesto por esa interna dentro del PN, es el único partido que tiene interna y que la ha tramitado en un marco de respeto, más allá de las diferencias que existen; esto está alimentando precisamente un PN que nosotros decimos que es más nacional que partido porque está convocando no solamente a los nacionalistas sino también a compatriotas de otras colectividades políticas que están regresando a la nuestra. En el caso de nacionalistas que se habían ido para el Frente y están volviendo, colorados que están acompañando, frenteamplistas, independientes... Por eso el partido hoy incluso en alguna otra encuesta está en un mejor nivel que en la de Factum, superando el 30 por ciento, en el 31 por ciento; hay una encuesta flamante del día de ayer que no expreso porque en definitiva...

EC - Usted se refiere a la encuesta de Cifra.

JL - La encuesta de Cifra, de Luis Eduardo González, también marca un nivel superior al 30 por ciento.

EC - ¿Qué piensa del voto extrapartidario? Porque usted recién hablaba de blancos que pueden estar volviendo al PN después de haberse ido desencantados al Encuentro Progresista (EP) en las últimas elecciones. ¿Qué piensa del hecho de que frenteamplistas decidan ir a definir esta competencia entre usted y Lacalle?

JL - Lo he expresado claramente, el voto no está marcado en la paleta, no creo en el voto vericueto para intentar incidir en una interna partidaria; la elección interna no es obligatoria y yo creo -porque además lo analizan de esa forma los especialistas- en el voto positivo.

EC - Porque está la otra posibilidad, que frenteamplistas convencidos de que para Tabaré Vázquez el mejor escenario es una competencia con Lacalle vayan a la interna del PN a votar a Lacalle.

JL - Es posible. También hay nacionalistas que se habían ido para el Frente y están dispuestos a regresar al PN porque ven en él un camino de renovación, de cambio, de esperanza; están viendo también colorados que el camino es el PN y este proyecto político que estamos llevando adelante porque es el que puede dirimir con el Frente Amplio (FA) y el doctor Vázquez la Presidencia de la República en octubre y noviembre.

Entonces, hay de un lado y del otro, de todo como en botica, pero yo creo en la fuerza, como decía Wilson Ferreira, en la fuerza de la gente junta participando. Además estamos estimulando la participación. Es importante que la gente participe, más allá del desengaño, de la frustración. Las elecciones internas de los partidos en la reforma constitucional de 1996 se hicieron para fortalecer los partidos, que es una forma de fortalecer la democracia. Que la gente no se quede masticando el enojo en un rincón de su casa ese día, que vote por nuestro proyecto si está convencida, que vote por los proyectos de los compañeros si cree en esos proyectos dentro del partido, o que vote por los otros partidos, pero que participe. En democracia solamente se cambia participando, no hay otra forma de participar. Este 27 de junio se conmemora también aniversario de aquel 27 de junio de 1973, donde perdimos la libertad, entonces creo que es trascendente la participación.

EC - Usted hablaba de las elecciones internas como herramienta para fortalecer a los partidos políticos. En el caso particular de su partido, el PN, una preocupación que ustedes tienen desde antes de que empezara la campaña es cómo acotar las estridencias del debate, sobre todo de la polémica interna entre los distintos candidatos y ahora entre usted y Lacalle, que son quienes han terminado resumiendo esa competencia interna. La venían llevando bien, controlada, pero en estos días aparecieron algunos episodios.

JL - La seguimos llevando controlada.

EC - Por ejemplo, vamos por partes, ¿por qué usted no quiere ir al acto de conmemoración de los 20 años del regreso de Wilson Ferreira a nuestro país?

JL - Yo creo que es trascendente el homenaje a Wilson, estoy de acuerdo con ese homenaje y todo el Directorio en el día de ayer votó la realización del mismo, siendo el único orador su presidente. Esto es así, está bien. No estamos de acuerdo en utilizar el homenaje a Wilson Ferreira para hacer una especie de confrontación de discursos entre los candidatos a la Presidencia de la República, donde teníamos que estar los tres candidatos porque yo no soy quien para excluir, por ejemplo, a la otra compañera que integra también el trío de precandidatos a la Presidencia de la República del PN, ...

EC - La doctora Cristina Maeso.

JL - ...entonces, utilizar un acto de homenaje a Wilson para confrontar discursos... Yo no estoy para un cambio chico, esto no es una carrera de petisos en una kermesse de alguna escuela de campaña, con todo respeto y cariño por la escuela de campaña. Se trata de algo serio. ¿Para qué se quiere ese tipo de confrontación? El mejor homenaje a Wilson es lograr que el partido siga creciendo y que el 27 de noche (para lo cual estamos convocando a todos los nacionalistas), conformemos la fórmula presidencial, para que el partido tenga esa misma noche su candidato a la Presidencia elegido por la gente y su candidato a la Vicepresidencia en el acuerdo entre todos los sectores del PN. Ése es el mejor homenaje.

EC - El doctor Lacalle decía que quería que se participara, que participaran ambos porque él en particular tenía historias para recordar de aquel episodio porque él estuvo, él vino en el barco de Buenos Aires. Y apuntó al pasar: "Larrañaga no estaba, quizás porque era muy joven y seguramente estaba estudiando". Tuvo su filo esto.

JL - Por supuesto, yo tenía 26 años en ese momento, era un dirigente juvenil dentro del PN, integraba la Comisión Departamental Nacionalista y además estaba por caer preso, porque esa noche la Policía me apresó en Paysandú porque andábamos tirando precisamente aquellos folletines que se tiraban con el barquito de la venida de Wilson Ferreira, y porque además -vamos a ser sinceros- venían muchos dirigentes políticos dentro de aquel barco que acompañaban a Wilson, pero venía también mucho pelucón y no había espacio para un dirigente de la juventud del interior del país.

EC - ¿A quién alude con "pelucones"?

JL - Siempre hay muchos en el encaje político que estaban desesperados por venir seguramente en ese barco. No quiere decir nada.

EC - Usted, que se autoproclama como el más cercano a los valores wilsonistas, ¿no le teme a las consecuencias de su ausencia en ese acto, a que se malinterprete su ausencia?

JL - Como le he expresado al propio presidente del Directorio del PN, nuestro compañero el ingeniero Cat, hace bastante tiempo, yo tengo planificada momento a momento toda la gira final de la campaña electoral para la cual quedan 16-17 días efectivos; tengo que cerrar en Treinta y Tres ese día, tengo que estar con los compañeros de Treinta y Tres. No se puede inventar un acto a último momento con presencia obligatoria de todos los precandidatos para hablar, para cotejar. ¿Para qué, cuál es el objetivo? Yo quiero homenajear a Wilson Ferreira haciendo que sus ideas puedan ir al gobierno de la República. Terminemos con esto de buscar diferencias; además esto no empaña la campaña, en los últimos días hemos dicho claramente que no podíamos participar en los actos conmemorativos de los 100 años de la revolución de 1904, no lo hemos hecho los candidatos porque no hemos podido, y eso no significa nada.

EC - Le preguntaba si estaban logrando controlar el tono del debate entre los precandidatos, también a propósito de lo que dijo este fin de semana, el sábado, el diputado Álvaro Alonso en el acto de la 903, cuando al pasar señaló: "Dimos con bravura una lucha contra la corrupción que se había instalado en el PN, por eso estamos dando una lucha hoy contra la injusticia que está instalada en el país". Este tipo de frases cayó mal en el Herrerismo.

JL - Será un problema del Herrerismo; yo creo que esto no puede ser un episodio que marque una confrontación, nosotros no la abonamos ni la alentamos, estamos convencidos de que el PN ha marcado una pauta de construir la unidad sobre la base de la diversidad, y esto se ha llevado con respeto. Nosotros, estando en la plaza de Solís de Mataojo con el senador Gallinal, saludamos muy fugazmente al doctor Lacalle cuando ellos habían salido de Montevideo en la caravana presidencial; hemos compartido actos en el Directorio del PN organizados por el Directorio... Creo que no se puede interpretar como que esta campaña entra por un carril que nadie desea.

EC - Pero usted, como precandidato que es, representando entre otras a la lista 903 de Álvaro Alonso y Juan Andrés Ramírez, cuando supo lo que habían sido estos discursos del sábado, ¿dio alguna instrucción para que esos temas dejen de tratarse en los discursos?

JL - No, nosotros conversamos ayer con todos los compañeros en una reunión muy amplia, donde participaron senadores, diputados, intendentes, los líderes sectoriales de la Correntada Wilsonista, Reconstrucción Nacional, Desafío Nacional, del Movimiento con Todos; allí estaban el senador Gallinal, Juan Andrés Ramírez, Ruperto Long, Sergio Abreu... Conversamos con todos los compañeros sobre cómo terminar haciendo el cierre de la campaña política electoral.

EC - ¿Y este tema estuvo presente?

JL - Muy tangencialmente, expresamos que teníamos que seguir conduciendo la interna y todo lo que significaba la situación del partido en un clima de serenidad. Y creo que eso es entendido por todos.

Tampoco vale magnificar los acontecimientos como una mera estrategia electoral; si se quiere incursionar en esa estrategia para intentar reeditar o agitar fantasmas de lo que fue la contienda electoral de 1999, paso el aviso: no es el mejor camino, que no se recorra ese camino porque nosotros estamos para otra cosa.

EC - ¿Para quién es ese aviso, para el Herrerismo, que no exagere en el análisis de palabras como las del fin de semana pasada del contador Alonso?

JL - A quien le quepa el sayo que se lo ponga, si el poncho le queda bien que lo ponga. No entremos a magnificar situaciones que terminan perjudicando a una colectividad política como la que integramos, que está creciendo y que en definitiva debe convocar, como hemos expresado, a un gobierno de compromiso nacional, donde hemos hablado de convocar a compatriotas de todos los partidos para empujar el carro del país a partir del próximo gobierno, y esto nos parece medular, central, fundamental. No nos quedemos en lo accesorio, no nos quedemos en un homenaje, por trascendente que fuere, a la memoria de Wilson Ferreira, a la cual nos adherimos. Porque además yo siempre estuve con Wilson, ahora resulta que todos se rasgan las vestiduras para invocar homenajes a Wilson y nunca estuvieron con él, vamos a ser claritos. Pero no es tampoco para la polémica.

Yo puedo andar jugando en alpargatas, puedo jugar al fútbol, he jugado descalzo en los campitos de mi Paysandú querido, he jugado con zapatos de fútbol con tapones, de alpargatas y he jugado de bota y bombacha, puedo jugar en cualquier cancha, pero me parece que no corresponde entrar en una situación a la cual no se le puede sacar punta porque es inútil, es como cenicero de moto, realmente, no sirve para nada.

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EC - Mientras se dilucida la competencia interna del PN, mientras usted y Lacalle corren la carrera por la candidatura presidencial del PN...

JL - Y qué bueno que es eso, porque además qué bueno es que un partido pueda tener dos importantes candidaturas con un importante respaldo partidario y el problema mayor sea si comparecemos o no y quién habla en un acto político partidario.

EC - Pero mientras esa carrera se da, paralelamente está dándose la otra carrera, la carrera entre los partidos con vistas a octubre. Desde tiendas del EP-FA, en estas últimas semanas se ha ido endureciendo el discurso en relación a usted, al precandidato Jorge Larrañaga.

JL - Antes éramos progresistas, ahora somos culpables de todos los males de la sociedad uruguaya.

EC - Por ejemplo, la semana pasada entrevistábamos aquí al doctor Manuel Laguarda, ex secretario general del Partido Socialista, tercer candidato al Senado por la lista 90, quien dijo que "el discurso de Larrañaga se quiere disfrazar de progresista, pero es solamente el discurso, nada más". ¿Usted se autodefine como progresista?

JL - Yo me autodefino como nacionalista, porque en definitiva es mi condición política que integro con orgullo, nunca he necesitado volear la pata para irme de mi partido para intentar hacer en otra colectividad política lo que puedo hacer en la mía. Yo estoy orgulloso de mi pertenencia al PN.

EC - Pero usted ha utilizado el término progresista.

JL - No sé si lo he utilizado, quizás sí, pero además, ¿qué es progresismo, qué es neoliberalismo?

EC - Justamente esa podría ser la pregunta, ¿cómo se autodefine usted en ese sentido?

JL - Los problemas de los uruguayos no tienen color político ni partidario, lo hemos dicho mil veces. Nosotros tenemos una propuesta nacional, auténticamente nacionalista, hemos venido expresando estas ideas desde siempre, desde que salimos intendente municipal por primera vez en 1989, peleando contra un centralismo que le hace mal al país, buscando el desarrollo productivo nacional con políticas activas que alienten el desarrollo y el crecimiento del país, buscando el desarrollo nacional integral. Lo hemos escrito, fuimos el primer sector y la primera colectividad política que tiene un programa escrito, hemos venido defendiendo estas ideas durante estos cuatro años. No es de ahora, en las actas del Parlamento, del Senado de la República, está asentado nuestro pensamiento, la defensa de un discurso que tiene su raíz en un pensamiento wilsonista, moderno del Uruguay entero, en una visión nacional que hemos defendido.

EC - Pero el doctor Laguarda dice cosas como ésta: "Larrañaga ha sido parte de la coalición blanqui-colorada que apoyó la candidatura de Batlle en el balotaje de noviembre de 1999 y gobernó el país estos años. De manera que es Larrañaga quien asume un discurso progresista que no se compadece con su realidad". Y no es el único que lo ha dicho desde el EP-FA, yo he escuchado esto varias veces estos días.

JL - Yo no me hago el distraído, yo no he integrado un gobierno de coalición; fuimos el único sector que votó en contra de la participación de ministros blancos en el gabinete. El país entero sabe que fuimos quienes juntamos firmas para terminar con el gobierno de coalición, que no votamos la ley de ajuste fiscal del mes de mayo. Si tenemos responsabilidad... seguramente la tenemos.

EC - Tienen representantes en organismos como los entes autónomos, por ejemplo.

JL - Como los tuvo el FA en el primer gobierno del doctor Sanguinetti, que tuvo representantes en los entes autónomos y servicios descentralizados. Si tenemos responsabilidad, que no le sacamos la pata del lazo a la responsabilidad, porque siempre hemos enfrentado las responsabilidades, aún para admitir que somos seres humanos con luces y sombras, vamos a preguntarnos cuánta responsabilidad también puede tener una colectividad política que tiene 13 senadores y 40 diputados para intentar cambios en el país. Yo creo que en mayor o menor medida todos tenemos responsabilidad, porque cuando hubo que votar la ley de reprogramación de los depósitos del Banco República y del Banco Hipotecario del Uruguay, en aquel fin de semana durísimo de la vida del país después de la crisis del sistema financiero, ahí estuvimos unos pocos para apuntalar un sistema financiero que implosionaba en mil pedazos. Esa es la realidad, y sin embargo desde filas de la izquierda se pronosticaba, en una especie de augurio, que se iban a llevar todos los depósitos, todos los recursos y que iba a ser un desastre, y porque después se terminó el gobierno de coalición y no había mayorías pudo sacarse la ley del Nuevo Banco Comercial con votos de todos los partidos. Yo creo que hay que practicar, hay que conjugar otros verbos en el país.

EC - La otra acusación o crítica que se le hace a usted desde la izquierda viene por el lado de... supongamos que usted gana, que es el candidato presidencial del PN...

JL - ¿Me permite una interrupción pequeña, estimado amigo? Resulta que hace un par de meses o hace tres o cuatro meses éramos progresistas, parecíamos buenos dentro del sistema político nacional desde la izquierda. Ahora que el PN está creciendo, ahora que todos están advirtiendo que podemos ser el candidato único a la Presidencia de todos los blancos y que podemos ser un duro contendor para la izquierda para octubre y para noviembre, ahí resulta que se acude a las etiquetas intentarnos meter en la bolsa de todas las responsabilidades.

EC - ¿Qué es lo que está sugiriendo?

JL - Estoy sugiriendo que la gente que escucha, que la gente que es más sabia que todos los dirigentes políticos juntos, la gente después elige y puede discernir con inteligencia cuál es la postura de los actores políticos posicionándose en función de los acontecimientos y de quiénes pueden ser más adversarios para una contienda electoral.

EC - Pero es un dato de la realidad, están existiendo estas declaraciones, estos planteos, y uno de ellos es: Larrañaga tiene el discurso, la propuesta y el programa que anuncia, pero si es el candidato del PN va a tener que pactar con el derrotado, con el doctor Lacalle, entonces ¿cuál terminará siendo el programa, el progresista o el neoliberal, dicen desde la izquierda?

JL - Yo pregunto lo siguiente: ¿el FA del doctor Vázquez es igual al FA de Mujica o del contador Astori?, el Partido Justicialista argentino, ¿es igual el de Menem al del actual presidente argentino?, el Partido Colorado uruguayo, ¿es igual conducido por el doctor Sanguinetti al que pueda conducir el escribano Stirling? Aquí no se trata de que el derrotado pueda condicionar al que gane, ni cosa por el estilo.

Además yo puedo formular otra pregunta: si fuera válido ese razonamiento de que en la conducción del PN vamos a tener que pactar con los sectores de la derecha, como dicen -que no creo que el partido tenga sectores de derecha y defiendo a todo mi partido y a los sectores de mi partido porque en definitiva ha sido responsable de grandes cambios en la vida del país y de grandes aportes a la vida nacional-, ¿qué significa: que el FA, si gana Larrañaga la Presidencia de la República, ya de antemano no está dispuesto a ayudar, aun cuando advierta que Larrañaga tiene un discurso progresista? ¿Ya significa que de vuelta va a estar en la vereda de enfrente a cascotazo limpio? Creo que no es el tiempo que los uruguayos están reclamándoles a los actores políticos, el país hoy necesita vencer una retórica izquierda - derecha, vencer el enfrentamiento y la ceguera de los políticos para intentar juntos construir el destino nacional.

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EC - Continuamos dialogando con el senador Jorge Larrañaga, ahora en régimen de tertulia, con José Manuel Quijano, Adolfo Garcé, Daniel Bouquet y Fernando Scrigna.

Preguntas, una de cada uno. ¿Quién empieza?

JOSÉ MANUEL QUIJANO:
Sé que ya han estado hablando de que venían llevando bien la cosa entre los blancos hasta ahora, hasta hace muy poquito tiempo, porque no se peleaban, no tenían diferencias como había pasado en las elecciones anteriores. Tengo la impresión de que en los últimos días ha habido cierto encrespamiento de las olas en el PN y que empiezan a manifestarse ciertas diferencias entre dirigentes del partido, particularmente entre Lacalle y el doctor Larrañaga. Mi pregunta va por este lado, ¿esas diferencias están meramente vinculadas al homenaje a Wilson, a algunas frases que se han dicho de un lado y otro, por ejemplo esa famosa frase de que usted estaba estudiando en la época en que Wilson venía en el barco y cosas por el estilo, o están expresando -me da la impresión de que debería ser así- temas más de fondo con respecto a cómo encarar los últimos días de la campaña electoral hacia las internas?

JL - Es un poco de pirotecnia político - electoral; diferencias las hay de proyecto y de estilo, de personas, ninguna persona es igual a otra. Ya hablé con respecto a por qué yo no había venido en el barco, tenía 25-26 años, ese barco venía atestado de muchos y muy importantes dirigentes políticos, pero también de algunos que simplemente venían por estar en los entornos; en ese momento nosotros estábamos preso en una dependencia de la Policía, si la memoria no me falla en función de repartir de noche volantes con aquel barquito chiquito que hacía alusión al 16 de junio. No importa, yo creo que esto son meros fuegos de artificio cuando se acerca la campaña electoral. Hay diferencias, por supuesto, pero creo que la gran convocatoria va a ser para que el 27 de noche tengamos la fórmula presidencial junta del partido.

EC - ¿Y el debate que se dio estos días a propósito de si importar o no gasoil para bajar el precio del combustible?

JL - Ese debate no...

EC - ¿Ese debate no es pirotecnia, es un debate válido, que trasunta las visiones distintas de los dos sectores?

JL - Pero el problema es que no dan los números. El doctor Lacalle insiste en que la importación de gasoil va a abaratar el precio al consumidor final, al empresario, al productor, y no es así, el precio internacional del petróleo lo indica claramente; están las cuentas hechas, es un problema matemático. Se sigue insistiendo... Creo que la diferencia está en el instrumento, yo tampoco quiero apagar la llama de la chimenea de Ancap, porque además, ¿qué vamos a hacer con una inversión de 150 millones de dólares?

Lo que tenemos que hacer para que el precio del gasoil y de las naftas baje es disminuir la presión tributaria en cada litro de gasoil y de nafta, es un cálculo que los uruguayos por sentido común ya hemos experimentado el año pasado, cuando tuvimos una leve baja en un momento coyuntural el mayor consumo mantuvo el nivel de recaudación, no hay nada más reactivador. Pero los precios internacionales del gasoil y la nafta, más los costos de ingreso al país, no dan hoy para hacer una disminución al consumidor final, están todos los estudios hechos.

JMQ - Una pequeña pregunta adicional: si usted tuviera que decir las tres o cuatro diferencias principales programáticas entre el doctor Lacalle y el doctor Larrañaga, ¿cuáles señalaría?

JL - Una primera diferencia es desde el punto de vista de las herramientas de política tributaria y tarifaria para no tener un gobierno prescindente del desarrollo económico que el país precisa.

Segunda, en materia de política internacional, nosotros decimos Mercosur primero, como un Mercosur político - comercial; me parece fundamental esto de los círculos concéntricos de que hablaba Herrera y que enseña nuestro amigo y compañero Héctor Gros Espiel, quien habla prioritariamente de un esquema de integración mercosuriano primero.

También el rol del Estado y de las empresas públicas puede ser diferenciador de las propuestas de los dos proyectos políticos dentro del PN. En nuestra visión nacional de desarrollo integral está el esquema de las agencias de desarrollo regional, creo personalmente que hay que impulsar una estrategia de desarrollo nacional que sea abarcativa de las sumatorias de estrategias de desarrollo local para corregir las asimetrías que Uruguay está teniendo, cuyos movimientos espaciales de la población en el territorio, como lo ha denunciado el licenciado Calvo, hoy están siendo responsables, junto con las condicionantes económicas de Uruguay, de los nuevos rostros de la pobreza constituidos por los asentamientos marginales que se están dando en el país. Hay un problema estructural de Uruguay también.

Estas serían las diferencias importantes. También hemos tenido con el doctor Lacalle diferencias en cuanto a cómo posicionarnos con el actual gobierno. Yo desde el arranque, una semana antes expresé a los compañeros en el Directorio que no participábamos de un gobierno de coalición, que era necesario darle gobernabilidad, ayuda parlamentaria, pero con la libertad suficiente como para poder tener una correlación diferente.

EC - ¿No debería haber un debate entre usted y el doctor Lacalle en torno a estas diferencias, para que los ciudadanos dispuestos a votar por el PN el 27 de junio pudieran comparar y sacar conclusiones?

JL - No, porque entraríamos en una especie de circo. Con los compañeros tenemos que discutir en el Directorio del partido, yo con los blancos discuto en el Directorio, en la Convención, pero no en forma pública.

EC - En una elección nacional se reclama que existan debates.

JL - Correcto, ahí sí me parece importante entre actores de diversos partidos. Pero hacer una suerte de streap-tease dentro del PN para que se solacen los de afuera... Poco le aportaría a la unidad que tenemos que recrear imprescindiblemente dentro de una colectividad política para seguir aportando al crecimiento de la misma. Si no aprendemos que no podemos captar la confianza de los de afuera si los de adentro nos peleamos, no entendimos nada la lección del 99.

DANIEL BOUQUET:
Sobre la última diferencia que usted marcó con respecto al doctor Lacalle en cuanto al manejo de la coalición; yo quiero que usted se imagine presidente de la República -supongo que lo habrá hecho y lo habrá pensado- en un escenario donde seguramente el EP-FA, si no ganó la elección, tendrá de todos modos una bancada que estará muy próxima al 50 por ciento; para gobernar son necesarias mayorías parlamentarias y usted manifestó una actitud disidente en cuanto a la formación de una coalición entre blancos y colorados y creo que en su propia campaña ha mantenido cierta distancia al respecto. Entonces la idea es: ¿cómo piensa lograr esas mayorías parlamentarias en un eventual gobierno del doctor Larrañaga: reflotando una coalición blanqui-colorada o en algún otro esquema de alianzas políticas?

JL - Un esquema diferente a alianzas políticas, lo que nosotros hemos llamado un gobierno de compromiso nacional. Yo he expresado que primero apuntamos a integrar los entes autónomos y servicios descentralizados con representación de todos los partidos; vamos a procurar los acuerdos para renovar la integración del Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral en los primeros 100 días, y no descartamos, que podamos tener algún ministro colorado o incluso del FA, aun a título individual, y aquí también hay una diferencia porque algún vocero del sector herrerista me calificó de temerario por haber hecho este pronunciamiento. Ese nuevo esquema de relacionamiento político necesariamente va a apuntar a lo que nosotros queremos impulsar, que es la construcción de mayorías parlamentarias para cuatro o cinco políticas que el país necesita impostergablemente. Pensamos recrear a partir de este nuevo relacionamiento, con distintos actores políticos, un esquema de entendimiento que el país necesita imprescindiblemente.

FERNANDO SCRIGNA:
Los candidatos en general se han mantenido con cierta vaguedad en sus propuestas de gobierno (las explicaciones que han dado son de diversa naturaleza); pero hay un elemento que en esa generalidad se reitera: por un lado la necesidad de reducir el gasto público, es decir el peso del Estado; pero por otro se apela a la satisfacción de demandas en la sociedad que implican necesariamente erogaciones del Estado. ¿Cómo conciliar por un lado reducir el gasto público y por otro dar cabida a la satisfacción de todas esas demandas?

JL - Si no hay crecimiento va a ser muy difícil prometer aumentos de salario, creación de puestos de trabajo y mejores jubilaciones y pensiones. Nosotros hablamos de reforma de la eficacia del Estado para superar una suerte de antagonismo entre la privatización y la estatización. Cuando hablamos de reforma del Estado, un Estado más eficaz y eficiente, estamos hablando de una disminución del peso del Estado en la producción y el trabajo de los uruguayos que se puede hacer por vía del crecimiento, porque entonces el peso del Estado va a tener menor incidencia en ese Producto Bruto Interno, y también por la vía de la participación de todos los partidos en el próximo gobierno. Creo que el control recíproco, multipartidario en los entes autónomos, en el Tribunal de Cuentas, en la Corte Electoral, hasta en la participación ministerial, la transparencia en el nuevo relacionamiento político, van a hacer a esa disminución de la burocracia política que alienta el clientelismo y nos va a permitir reducir seguramente una burocracia de la cual no podemos culpar a los funcionarios públicos, como decimos en campaña, la culpa no la tiene el chancho sino quien le rasca el lomo. Ese control, esa participación de todos los partidos... Ya lo probó en alguna medida nuestro amigo el senador Atchugarry cuando fue ministro de Economía; no tengo ningún empacho en ponderar su espíritu positivo, su construcción y su aporte trascendente a la vida del país. Lo destaco, lo subrayo, porque me parece que no podemos andar con cambio chico ni con mezquindades; como también pondero a otros actores políticos, porque me parece que está bien, eso hace a un nuevo esquema de civilización política... Ese control va a ser la mejor reforma de la eficacia del Estado, transparencia y control multipartidario.

FS - Si hubiera que elegir para bajar la presión fiscal sobre el trabajo y la producción nacionales, entre los diversos impuestos que hoy pesan sobre esa población -estamos hablando de los combustibles, del impuesto a los sueldos, del IVA, etcétera-, ¿cuál de estos tributos le parece que debería atacarse primero?

JL - Lo primero es la administración del sistema tributario nacional. Un tercio se evade en este país, acá no hay pactos con los grandes evasores, lo que hay es palo para los grandes evasores y cárcel si correspondiere.

Yo creo que el IVA es el impuesto más injusto porque castiga a los sectores más humildes de la población. Por supuesto, en el mismo sentido de tu pregunta, el impuesto al trabajo constituido por el impuesto a las retribuciones personales también termina siendo injusto.

Con respecto a los impuestos decimos: pocos y justos, seis impuestos son responsables del 96 por ciento del total de la recaudación, lo he escuchado en la propia tertulia, de ustedes mismos que aportan tanto al conocimiento de todos los uruguayos en estos debates que me parecen trascendentes, importantes, porque hacen al reflejo del pensamiento del vecino trasladado a un pensamiento más técnico, pero con inteligencia y capacidad. Entonces creo que tenemos un problema de administración del sistema tributario y tenemos un sistema tributario (Pepe [Quijano] conoce mucho más que yo por su condición técnico profesional) de parches: acá precisamos tributos e inmediatamente inventamos, con esa agudeza y ese talento de los uruguayos, un impuesto.

DANIEL BUQUET:
Hoy se conmemora el nacimiento de un nuevo impuesto.

JL - Al cine.

DB - Con la mejor intención, pero cuando uno va a comprar algo, cuando paga el precio de un producto, paga más parte de impuesto, y además no es uno, son decenas de impuestos. Me gustaría saber si algún gobierno va a encarar en serio una reforma fiscal de envergadura.

JL - Para esto precisamos un entendimiento, porque si hay un 50 por ciento contra otro 50 por ciento siempre terminamos en un lío tremendo, complicando las cosas los políticos; el Fito está pidiendo cancha, y yo tengo una ponderación especial hacia él.

ADOLFO GARCÉ:
Una pregunta respecto de este asunto de los entendimientos que usted mencionaba recién, un poco siguiendo la línea de Daniel Buquet, imaginándonos un escenario del PN en el gobierno presidido por usted. Precisamente, en agosto se cumplen los 20 años de la Conapro (Concertación Nacional Programática), un gran esfuerzo de convergencia entre los partidos políticos, de búsqueda de políticas de Estado, de acuerdos...

JL - Yo también era un estudiante en ese momento. [Risas] No: ya era abogado. De cuarta, pero abogado [Risas].

AG - Yo no había nacido, pero me contaron que existió algo llamado Conapro y mi abuelo me contó que existía una cosa que se llamaba Cide. La cuestión es: hace 20 años se forjó, se armó la Conapro, hubo importantes acuerdos políticos y técnicos en torno a políticas y después vivimos 20 años sin acuerdo, 20 años de oposición, partido contra partido, bloque contra bloque. En el año 2002 vivimos la peor crisis en 70 años y no hubo acuerdos; ni siquiera tregua política, nada que se pareciera a un entendimiento entre los tres principales partidos políticos de este país. ¿Por qué la ciudadanía debería creer que esto es viable?

JL - Porque esto funciona por la confianza, acá el problema es de confianza entre los que nos escuchan y los que nos postulamos como candidatos. Yo coincido integralmente con tu lectura: en el peor momento de la crisis de 2002 reclamábamos algunos actores políticos -creo que el contador Astori también lo hacía, lo tengo que reconocer-, lanzamos la idea de un entendimiento nacional que el país precisaba, y los principales líderes políticos de este país no se pudieron sentar en torno a una mesa a buscar trasladar confianza. ¿Por qué la gente tiene que creer ahora en que se puede llevar una política de entendimiento? Yo por lo pronto no voy a entrar, ni en la interna ni después de la interna, cuando sea el candidato único de todo el PN hacia octubre y noviembre, en un esquema de enfrentamiento, porque creo que hay que abonar la tierra para el día después de la instancia electoral. Creo que van a cambiar algunos actores políticos, ya no va a estar esa especie de duelo virtual entre Vázquez, Lacalle, Batlle, Sanguinetti; lo digo con todo respeto, pero esta es la realidad: no es un invento mío para medrar políticamente ni para sacar ventajas a mi favor, esto es una realidad, se ha construido una oposición, un diálogo virtual que no se ha podido superar, que hace más a la ceguera, a la retórica del enfrentamiento de los políticos arriba, mientras la gente sufre y espera abajo, eso que yo digo en todos los discursos y en todos arranco un aplauso de la gente porque la gente lo percibe, lo siente, está cansada de los enfrentamientos y de no construir.

EC - Usted estaba diciendo que después de las elecciones internas, cuando supone que va a ser el candidato del PN y cuando se definan los otros candidatos, ¿van a desaparecer de escena dirigentes políticos que han sido obstáculos para el diálogo, para los acuerdos? ¿Eso es lo que estaba diciendo?

JL - Eso emerge de lo que expresé y de lo que ha sucedido en la vida del país.

EC - ¿Interpreto bien la respuesta anterior?

JL - Interpreta bien; una propaganda mía dice "Ni de doble, ni de triple: frontal", así soy en el esquema de la vida política del país.

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EC - Una pregunta que llega de la audiencia: ¿qué va a votar, qué posición va a llevar en la campaña electoral rumbo a octubre a propósito del plebiscito del agua que, ahora se sabe, va a tener lugar simultáneamente con las elecciones nacionales?

JL - Yo firmé, apoyo la consulta popular y voy a apoyarla.

EC - ¿Eso quiere decir que va a ensobrar la papeleta por el Sí en los votos por la candidatura de Larrañaga en octubre?

JL - Quiere decir que mi situación personal política tendrá que reflejarse a la luz de la nueva realidad después de la instancia electoral interna para determinar mi condición de candidato único a la Presidencia de la República. En principio le expreso que firmé y respaldo, aun cuando considero que la interpretación que se hace con respecto al eventual perjuicio de las empresas privadas es algo que debe interpretarse a la luz de los artículos 7, 32 y 72 de la Constitución en forma amplia. Si la norma no estuviere demasiado clara estamos dispuestos a ayudar en términos políticos parlamentarios para aclarar la interpretación de lo que pueda ser esa realidad.

EC - ¿Pero usted va a votar el Sí y los sectores que directamente lo están respaldado van a impulsar el voto por el Sí?

JL - Yo hablo por Jorge Larrañaga en este caso, eso lo determinaremos en el contexto general de toda la posición del partido, seguramente con la responsabilidad de ser el candidato único del todo el PN, más allá de mi posición personal.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón