Entrevistas

Adolfo Garcé: "El liderazgo de Mujica, que pudo haber muerto hoy, tiene una gran oportunidad"

Adolfo Garcé: "El liderazgo de Mujica, que pudo haber muerto hoy, tiene una gran oportunidad"

Anoche, durante la votación del proyecto interpretativo que pretendía dejar sin efecto la ley de caducidad, el diputado oficialista Víctor Semproni se retiró de sala, con lo cual la iniciativa no logró los votos necesarios y no se aprobó. Consultado por En Perspectiva, el politólogo Adolfo Garcé sostuvo que "Semproni le hizo un enorme favor" al presidente José Mujica, ya que si el Parlamento hubiera aprobado el proyecto su liderazgo "habría estado herido de muerte". En ese sentido, dijo que el primer mandatario tiene "la gran oportunidad de tender puentes a la oposición para tratar de recorrer el camino de la derogación de la ley de caducidad", alternativa que calificó de "políticamente ideal y posible". Con respecto a la relación entre el Gobierno y el Frente Amplio de cara al futuro, manifestó: "Hay sectores que están molestos, lo han declarado públicamente. Sin duda la gobernabilidad está bajo tensión".


(emitido a las 10.18 Hs.)

EMILIANO COTELO:
La Cámara de Representantes rechazó esta madrugada el proyecto del Frente Amplio (FA) que procuraba dejar sin efecto la ley de caducidad y que ya había sido aprobado en el Senado el mes pasado.

El resultado fue un empate, 49 a 49, que se desencadenó debido a la salida de sala del diputado del Espacio 609 Víctor Semproni, quien mantuvo la postura que había anunciado en los días previos: iba a argumentar en contra del proyecto y en el momento de la votación se retiraría. Semproni desoyó, entonces, el mandato que había emanado del Plenario Nacional del FA, que había sido confirmado el fin de semana anterior.

¿Qué pasa ahora? ¿Qué pasa con la discusión sobre la ley de caducidad? Pero ¿qué pasa en general en el tablero político? ¿Qué pasa con el Gobierno? ¿Qué pasa con la relación Gobierno-oposición? ¿Qué pasa con el FA por dentro?

De estas cosas vamos a conversar en los próximos minutos con Adolfo Garcé, magíster en ciencia política, investigador de la Universidad de la República.

Estaba mirando la columna que escribiste para el diario La Nación. Se titula "La última fuga de Mujica", y te centrás en el presidente José Mujica. ¿De algún modo se puede entender que Mujica ganó, que Mujica consiguió lo que quería, aunque por un camino largo, sinuoso y desgastante?

ADOLFO GARCÉ:
En cierto modo, sí. Mujica desde que asumió la Presidencia viene impulsando una política de reconciliación nacional. Recordemos el discurso frente a los militares en Durazno al principio de su Gobierno, recordemos cuando dijo que él no quería ver viejitos presos. Mujica no estaba de acuerdo con esta ley, aunque permitió, por esas cosas un poco misteriosas y difíciles de interpretar que tiene el liderazgo de Mujica, que su canciller impulsara la ley interpretativa el año pasado. Mujica no esta de acuerdo con esta ley, y quedó clarísimo que esto era así, sobre todo en los últimos 15 días, en las últimas tres semanas, cuando muy activamente intentó impedir que se votara en Diputados.

En ese sentido es un triunfo, porque su política de reconciliación nacional se habría hecho añicos si el Parlamento esta madrugada hubiera votado la anulación de la ley. Su política de reconciliación nacional no está muerta, habría estado muerta si se hubiera votado la ley.

EC - ¿Por qué, entonces, tú utilizas el término "fuga"?

AG - Porque estaba en un callejón sin salida y se escapó. Mujica se escapó dos veces entre el 71 y 72 de la misma cárcel, de Punta Carretas, primero en "El Abuso", el 6 de setiembre del 71, y después en el año 72. Yo digo que con este tema de la ley de caducidad también se escapó dos veces, se escapó el año pasado cuando parecía que la ley se iba a aprobar, había sido votada en Diputados y no se votó en el Senado, y se escapó ahora, hoy de madrugada, cuando Semproni les hizo un enorme favor a Mujica, al mujiquismo y probablemente al FA. En ese sentido, Mujica no sé si ganó, pero al menos estoy convencido de que habría perdido mucho, mucho, mucho si se hubiera votado la ley hoy de mañana.

EC - En esa nota, también jugando con aquellos paralelismos, tú te detenés en los amigos que le facilitaron esas fugas a Mujica, de la cárcel en aquel momento y estas dos fugas en el Senado y en la Cámara de Representantes. ¿Puedes desarrollar esa otra idea?

AG - No conozco los detalles de la segunda fuga de Mujica, pero en la primera es clarísimo que los tupas que estaban afuera en "El Abuso" fueron fundamentales para permitir que se concretara ese escape cinematográfico. El año pasado [Eleuterio] Fernández Huidobro y [Jorge] Saravia, dos senadores electos por el mujiquismo, fueron fundamentales, los amigos lo salvaron, los amigos en aquel momento en el Senado evitaron que la política de reconciliación nacional de Mujica muriera. Y hoy de mañana un amigo, Semproni, un extupa, también alguien de la familia, hizo lo mismo, le tendió la mano.

En el fondo lo que quiero decir entrelíneas es que probablemente lo hacen con el okay de Mujica, están el amigo que te tiende la mano y vos que tomás esa mano.

EC - ¿Pese a que Mujica decía, como dijo ayer y varias veces esta semana, que prefería, aunque estaba en desacuerdo con este proyecto, que se cumpliera con el mandato de la disciplina partidaria y que Semproni votara?

AG - Sí, es muy difícil de interpretar. Mujica hoy debe de estar contento, pienso que debe de estar contento, porque no murió su política, y no desapareció lo poco que quedaba y lo poco que queda del capital de liderazgo presidencial. El liderazgo presidencial de Mujica habría estado herido de muerte si el Parlamento hubiera votado esta madrugada la ley anulatoria. Entonces Mujica debe de estar contento.

EC - Una interpretación posible es que esos amigos a los que tú aludes, Jorge Saravia en el Senado, y también Fernández Huidobro, pese a que votó y luego renunció, en un gesto simbólicamente muy fuerte, y ahora Semproni en Diputados retirándose de sala en el momento de la votación, sustituyeron el veto presidencial que Mujica quizás habría querido interponer pero que como está comprometido a no usar esa herramienta no iba a usar. De hecho terminó teniendo una forma de veto a mano.

AG - Por eso la votación de hoy de madrugada, lo que pasó, no sé si es un triunfo, pero al menos no coloca a Mujica en el peor de los escenarios.

EC - De todos modos, Mujica sale herido, maltrecho, con su imagen alterada, deteriorada, porque para muchos acá hubo una señal de desgobierno.

AG - Por supuesto. Desde mayo del año pasado hasta ahora, en el último año, no hemos visto otra cosa que el desgaste, la erosión del liderazgo presidencial y de la imagen de Mujica. Las encuestas lo revelan bastante sistemáticamente, es así. Pero sería todo un poco peor si hoy de madrugada el FA hubiera votado la anulación de la ley de caducidad. Por eso digo, salvaron lo poco de plata que le quedaba en el banco, se la salvó Semproni. Si no lo hubiera hecho Semproni –no me importa decirlo–, quizás lo tendría que haber hecho otro diputado, no me imagino al MPP dejando a Mujica solo, solito y desautorizado por toda la bancada. Lo hizo Semproni, pero si no lo hacía Semproni lo tendría que haber hecho algún diputado o algunos diputados del Movimiento de Participación Popular (MPP), para salvar a Mujica, salvar el Gobierno de Mujica y salvar el mujiquismo.

EC - Lo terminó haciendo un diputado que no pertenece al MPP, que sí está en el Espacio 609, pero con su agrupación propia, el Congreso Frenteamplista, que casualmente no ha sido admitido de manera formal en el FA. Un diputado que con esta actitud sin duda corrió un riesgo enorme, fue sometido a unas presiones brutales...

AG - ...Se inmoló.

EC - Se inmoló, pero que tal vez tenía menos costos a pagar que otros, o que el propio MPP, si era el MPP el que jugaba este partido.

AG - Por supuesto. Imaginate que el MPP hubiera decidido desobedecer al Plenario del FA para salvar a Mujica, salvar el Gobierno de Mujica, salvar el mujiquismo... La crisis de gobernabilidad estaba a la vuelta de la esquina, era un hecho. ¿Con qué autoridad podían después el MPP y el presidente de la República reclamarle disciplina y solidaridad al resto de las fracciones? Hoy el MPP puede decir "nosotros no desobedecimos al plenario del FA", así como Mujica dijo "se nos escapó el canciller" la 609 puede decir "se nos escapó Semproni".

EC - De todos modos, el MPP, junto con Asamblea Uruguay (AU) y la Alianza Progresista (AP), el sábado pasado en el Plenario exigió que antes de que se votara la moción que terminó saliendo, se votara una que proponía un camino alternativo a este proyecto que dejaba sin efecto la ley de caducidad, que era el camino de Mujica, el que el presidente había estado impulsando en los últimos días. La senadora Topolansky lo decía cuando la entrevistamos el lunes aquí En Perspectiva: "Lo hicimos porque queríamos marcar votos, queríamos que quedara claro quiénes estaban en ese momento respaldando al presidente".

AG - Exacto. Una de las preguntas que quedan abiertas es qué va a pasar con ese camino alternativo ahora que el camino preferido por la mayoría del plenario del FA está muerto.

***

EC - Los oyentes preguntan. Dice Fernando: "Yo estoy muy desconcertado. ¿A cuál Mujica se refieren? ¿Cuál dice Garcé que ganó? ¿El que fue a firmar hace dos años porque estaba podrido de que lo citaran a los juzgados?, ¿el que dijo que no le iba a enmendar la plana al pueblo?, ¿el que le ordenó al canciller que redactara el proyecto de ley?, ¿el que dijo que el canciller se le había escapado?, ¿el que pidió a los diputados que no votaran el proyecto?, ¿el que pidió a los diputados que lo votaran?".

AG - Es complicado, seguirle los amagues al Pepe Mujica es muy complicado, lo admito. En mi opinión, más allá de los amagues, de las guiñadas, de los gestos político-electorales –porque mucho de esto que menciona inteligentemente el oyente son señales político-electorales y no mucho más que eso–, hay un Mujica más esencial, más de largo plazo, más estructural, que es el Mujica que desde hace años trabaja por tender puentes hacia los militares, por la reconciliación nacional. Es un Mujica que pública y notoriamente, como otros dirigentes del viejo MLN, no quiere, nunca quiso anular la ley de caducidad. Ese es el verdadero Mujica, en mi opinión.

EC - ¿Qué consecuencias tiene lo que acaba de ocurrir? Por ejemplo, vayamos a lo directamente en el tapete, la ley de caducidad y su futuro.

AG - Se abre una oportunidad, el liderazgo de Mujica, que viene erosionado, desgastado, que pudo haber muerto hoy de madrugada, tiene una oportunidad, el liderazgo presidencial de Mujica tiene una gran oportunidad. La gran oportunidad es, después de esta fuga cinematográfica de hoy de madrugada, tender puentes a la oposición para tratar de recorrer el camino de la derogación de la ley de caducidad, camino que hasta ahora el FA se ha negado a recorrer. Esa es la gran oportunidad que tiene Mujica.

EC - La derogación, no la anulación.

AG - La derogación, por medio de un pacto multipartidario, que tiene problemas, obviamente.

EC - ¿A la derogación no se le puede oponer el mismo argumento que se ha manejado con la anulación, que hay un pronunciamiento popular, el del año 1989, el del referendo que fue contra la derogación? Porque ahora en el 2009 lo que se rechazó, lo que no tuvo andamiento fue la anulación, pero en el 89 lo que estaba en juego era la derogación.

AG - Es muy bueno que hagas esa precisión. Efectivamente va a ser así, si Mujica intentara recorrer este camino de conseguir un pacto multipartidario para la derogación, uno de los problemas es que seguramente chocaría contra este obstáculo, que hay muchos discursos hechos, muchas argumentaciones hechas, las que escuchamos ayer y las que venían de antes, en el sentido de que no se viola solo el pronunciamiento popular de octubre de 2009, sino también el del 16 de abril del 89.

EC - ¿Cómo se arregla eso?

AG - Quizás se pueda arreglar. Antes de ir a cómo se puede arreglar, hay que tener presente que el país sigue teniendo un problema.

EC - Estás aludiendo a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el caso Gelman.

AG - Exactamente, el tema de la ley de caducidad no es un problema del FA, es un problema del país. El FA ha intentado solucionarlo de un modo acaso excesivamente radical, no lo pudo solucionar, pero el problema subsiste. ¿La oposición se va a hacer la desentendida, va a hacer como que el pronunciamiento de la CIDH no existe?

EC - Hay una tesis que incluso maneja el MPP, esta fórmula alternativa que va a presentar cuando empiece a reunirse la comisión que nombró el Plenario, la del doctor Alberto Pérez Pérez, que sostiene que la propia Suprema Corte de Justicia (SCJ), el Poder Judicial puede hacerse cargo por sí solo de aplicar en los hechos el mandato de la CIDH. Esa es una fórmula. El propio Pérez Pérez es un frenteamplista y la ha esgrimido. Supongo que tiene como inconveniente para quienes han estado embanderados en contra de la ley que no suena a algo satisfactorio el hecho de que la ley quede, que ni siquiera se la derogue supongo que no es fácil de aceptar. Supongo que para los sectores más identificados con estos temas que quede todo librado al Poder Judicial no debe de ser una salida aceptable.

AG - Sería un poco absurdo –yo le escuchaba este argumento al doctor [Julio María] Sanguinetti y me parece muy claro– que algo que no decidió la ciudadanía en octubre de 2009, que no pudo resolver el Parlamento en la madrugada de hoy, termine siendo resuelto por el Poder Judicial o el presidente por actos administrativos. No se pueden anular los efectos de la caducidad tan alegremente por el lado del Poder Judicial o por el lado del Poder Ejecutivo cuando ni el Legislativo ni el pueblo convocado en su oportunidad para pronunciarse sobre el asunto lo hicieron. Es asunto complicado. El camino políticamente ideal y posible es la derogación de la ley de caducidad por medio de un pacto multipartidario que solo sería posible si los líderes partidarios además se pusieran de acuerdo en someter nuevamente a la opinión pública, a consideración de la ciudadanía, esta cuestión.

EC - Hoy más temprano, el senador Pedro Bordaberry hacía un llamado al presidente José Mujica para que realizara una convocatoria a todos los partidos políticos a efectos de manejar este asunto de ahora en adelante. Tomaba como base lo que fueron en su momento el Gobierno de Sanguinetti, el Gobierno de [Jorge] Batlle y el gobierno de Vázquez, en la medida que se plantearon consignas que unían: el "cambio en paz" de Sanguinetti, la Comisión para la Paz de Jorge Batlle y el "nunca más" de Tabaré Vázquez. Decía "sobre esas bases podemos conversar". Y hasta habló de una Comisión para la Paz II.

AG - Sí, el presidente Mujica debería recoger esas señales que están llegando desde el Partido Colorado (PC), probablemente haya señales similares en el Partido Nacional (PN). Y probablemente la opinión pública, que no acompañó la idea de la anulación, acompañe el camino de la derogación de la ley de caducidad, creo que existe cierto acuerdo en la opinión pública en que el tiempo de la ley de caducidad ya pasó.

EC - Tiene que liderar el presidente, que hasta ahora estuvo en la otra posición: que ese era un tema del Parlamento.

AG - Sí, estuvo en la otra posición hasta que la sangre llegó al río y se vio obligado a actuar, como vimos en las últimas dos o tres semanas. El presidente está obligado a liderar en este tema. Suscribo lo que ha dicho en estos días mi maestro querido Jorge Lanzaro: el presidente tiene una oportunidad de ejercer, de reconstruir su liderazgo presidencial y de convocar a un pacto multipartidario. Cuando fracasó la papeleta rosada, después de la elección yo me pasé un mes diciendo que el próximo Parlamento tenía una gran oportunidad de llegar a un acuerdo y derogar –no anular– por un pacto multipartidario la ley de caducidad. No se hizo en aquel momento, cuando habría sido más fácil, ni bien instalado el Gobierno, cuando el presidente tenía 70, 72 % de popularidad. De todas maneras, esa oportunidad reaparece ahora. Y además de una oportunidad es una necesidad para el país, porque la ley de caducidad sigue siendo un problema, sigue siendo una piedra en el zapato de todo el sistema político.

EC - El problema es que la derogación solamente actúa de ahora en adelante. ¿Qué pasa con los efectos de la ley hacia atrás?

AG - Que lo discutan los juristas, no me pronuncio sobre el asunto. Desde el punto de vista político el mejor camino posible para dar vuelta la página es la derogación mediante un pacto, pero no podrá ser sin consulta popular, y ahí también los juristas de todos los partidos tendrán en el mejor de los casos mucho para opinar.

***

EC - ¿Y qué pasa con la gobernabilidad más en general? De hecho, el presidente Mujica logró ganar la pulseada, por lo tanto frustró con sus jugadas de los últimos días el proyecto que iba a dejar sin efecto la ley de caducidad que impulsaban sectores como el Partido Comunista (PCU) y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP). ¿Qué va a pasar ahora cuando Mujica y sus proyectos de ley requieran los votos de esos grupos de su partido?

AG - Es todo un problema.

EC - ¿Se la van a cobrar?

AG - Y sí, hay sectores del FA que están molestos, lo han declarado públicamente. Sin duda la gobernabilidad está bajo tensión, ya sabemos que la gobernabilidad en este segundo Gobierno del FA es más complicada que en el primero, porque el presidente –los politólogos estamos cansado de decirlo– no es el líder del partido, fue su candidato, lo que no es poca cosa, pero es menos que ser el líder. Entonces la gobernabilidad está bajo tensión. De todas maneras, la gobernabilidad habría muerto si hubiera sido el MPP el que por salvar al presidente, por salvar el Gobierno, por salvar el proyecto mujiquista, no hubiera acompañado el mandato del Plenario. Por eso digo, el escenario es complicado, pero pudo ser bastante peor.

EC - ¿Y la relación con el PIT-CNT, por ejemplo?

AG - Otra que está bajo tensión. Además, y un poco acarreando agua para tu molino, tu argumento respecto a las tensiones a las que quedaría sometida la gobernabilidad, aparte de la ley de caducidad hay otros temas en la agenda. Está el tema tributario, a principios de año se abrió un debate que parecía estar cerrado pero que parece que ahora se reabre acerca de hacia dónde va la política tributaria. Los sectores que se han sentido agraviados por las decisiones de Mujica en el tema derechos humanos, como el PCU o el PVP, pueden aumentar la presión en otros escenarios, tras cosechar una derrota en unos asuntos, pueden ir por una victoria en otros.

EC - Dos palabras sobre el futuro del FA.

AG - Se refuerza la discusión sobre la reestructura. Ahí mi pronóstico es bastante pesimista, es muy difícil que el FA pueda cambiar su estructura, porque los sectores beneficiados por la actual estructura no van a querer apoyar cambios que los perjudican. Y respecto al futuro electoral del FA, concuerdo con lo que han dicho muchos colegas en estos días, es muy prematuro para hacer pronósticos definitivos, pero yo sigo pensando que el FA, a pesar de todos los problemas, a pesar de la muy mala imagen que ha dado durante el último año en particular en este tema, imagen de partido dividido, contradictorio, que va y que viene y que no tiene ideas claras, sigue siendo el favorito para la próxima elección, porque tiene potencialmente el mejor candidato posible, que es Tabaré Vázquez –con eso no invento nada, no hay dos opiniones sobre este tema, y digo potencialmente porque no es seguro que lo sea–, la economía vuela, el FA sigue gobernando para los pobres y los votos que pueda perder en unos sectores de la población los puede recuperar en otros, y además está el capítulo de la estrategia de la oposición. Yo sigo pensando que la oposición no teje una estrategia para construir un proyecto alternativo, colorados y blancos están muy entretenidos en disputarse el segundo lugar y hacen poco por generar una alternativa al Gobierno del FA.

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Transcripción: María Lila Ltaif