Entrevistas

Javier García: "El Gobierno tiene la oportunidad de restablecer la relación con las FF. AA."

Javier García: "El Gobierno tiene la oportunidad de restablecer la relación con las FF. AA."

El presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes, Javier García, dijo a En Perspectiva que "es una designación natural" la de Fernández Huidobro como nuevo ministro de Defensa. El diputado señaló que "era de las cartas que Mujica tenía en la baraja para solucionar rápidamente el tema" y que "la designación es una oportunidad que el Gobierno puede tomarla o dejarla". El legislador explicó que no se agrega nada con "recordar el pasado de Huidobro" y afirmó que "estas Fuerzas Armadas de hoy no tienen nada que ver con el golpe de Estado". Y agregó: "La sociedad civil y los militares están integrados desde hace mucho tiempo".


(emitido a las 10.10 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"El problema (de la relación Fuerzas Armadas-sociedad) no es con toda la sociedad, que recompone en silencio los vínculos rotos por los años de dictadura, el problema está con sectores políticos del Frente Amplio que han hecho del enfrentamiento con los militares su programa político. (Fernández) Huidobro también participó de esta línea, aunque ahora viró, pero su desafío está en hacerles entender a sus compañeros que eso no le sirve a nadie".

La frase forma parte de un artículo que publicó el sábado en el diario El País el diputado del Partido Nacional (PN) Javier García.

¿Cómo ve la designación del nuevo ministro de Defensa? ¿Cuáles entiende son sus principales desafíos? ¿Qué experiencias recogió ayer al visitar unidades militares? ¿Qué diagnóstico hace de la situación del Hospital Militar, ahora que se resolvió una partida de recursos especial?

Vamos a conversar con el diputado Javier García, de Alianza Nacional (AN), PN, que es el presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes.

Desde comienzos de este año, cuando usted asumió como presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara, le dio a esa comisión un movimiento, un protagonismo que no tenía. Por ejemplo, la semana pasada les entregó un reconocimiento a los pilotos de la Fuerza Aérea que rescataron a un grupo de acampantes que habían quedado aislados en el campo, en Río Negro, debido a la creciente, en medio de aquellas lluvias tan intensas que se dieron el otro fin de semana. Ayer, la comisión inició una serie de recorridas por unidades militares. Estuvieron en el Regimiento Atanasildo Suárez de Caballería Mecanizado n.º 6, en San Ramón, Canelones, y en el Batallón Sarandí de Ingenieros de Combate n.º 2, en Florida.

¿Qué significa este giro en la forma de trabajo de esa comisión?

JAVIER GARCÍA:
Creo que en general, si uno ejerce bien el cargo de representante nacional, tiene que hacerlo en el lugar donde se generan las cosas, donde vive el uruguayo todos los días. Pero los parlamentarios tenemos un volumen de trabajo que muchas veces nos encierra entre cuatro paredes, y muchas veces también nos encierra la posibilidad de conocer la realidad.

Yo pondero mucho el trabajo de los diputados del interior. Porque el diputado del interior es un representante que está aquí en Montevideo los días de sesión y después se va corriendo el miércoles de noche o el jueves a su lugar, porque tiene que estar en contacto con su gente, con la gente que lo designó, que lo votó para representar. Los de Montevideo como que estamos en otros temas, y hasta por una cuestión demográfica, si se quiere, estamos más alejados del representado. Me parece que las comisiones del Parlamento tienen que tomar ese ejemplo.

EC - Por ejemplo, usted integra esta comisión desde hace ocho años. En los años en los que no la preside, ¿también organiza visitas, recorridas?

JG - Voy a hablar de lo que intento hacer cuando presido. Yo estuve en el período pasado y en este, y la idea es sacar a la comisión del Palacio Legislativo y estar en una realidad sobre la que es muy difícil legislar si no se la conoce de cerca, si no se la recorre, no se habla de ella. La profesión militar –no todo el tema defensa, ahora que está de moda, se resume en lo militar, pero buena parte del tema defensa es el tema militar– es de por sí muy encerrada, tiene códigos propios, dinámicas propias, necesita ser conocida por el mundo político, porque no hay como el militar, que es el primero que reclama que el sistema político lo mande.

Y para poder mandar hay que conocer. Usted recién decía todo el nombre del regimiento de caballería mecanizado de San Ramón, pero para la gente es el cuartel de San Ramón.

EC - ¿Qué le dejó esa visita en particular?

JG - Cuando uno empieza a recorrer encuentra cosas notables. Yo digo: tanto que discutimos sobre la relación de las Fuerzas Armadas con la sociedad civil, ¿es verdad que existe esa distancia? No es verdad. Hay un tejido social, hay una relación muy profunda y muy íntima de la sociedad con las Fuerzas Armadas, que transcurre todos los días. En este mismo momento en que usted y yo estamos hablando, en algún cuartel o unidad militar en el interior hay clases de equinoterapia, hay niños con problemas de conducta o con capacidades diferentes que están haciendo tratamiento de equinoterapia en un cuartel, con un soldado que les lleva el caballo, los asiste, los ayuda. Y la madre de ese niño es una señora que trabaja en una mercería, en una panadería o es una trabajadora rural, y está con el soldado al lado haciendo algo que es muy importante.

EC - Ese quizás es de los ejemplos que más se conocen.

JG - Le doy otro ejemplo que vi ayer que me pareció notable. En San Ramón, más o menos a 90 kilómetros de aquí, hay una experiencia que yo decía –si vale el término, que no es muy ortodoxo– que habría exportarla dentro del Uruguay, porque vale la pena que se conozca. Allí estábamos, la Comisión de Defensa anunció que iba, y logramos reunirnos la alcaldesa del lugar, el director general de la UTU, la directora de la UTU que está muy cerca de la unidad y el encargado de la ANEP para el tema de la enseñanza para adultos.

Quiero contar la experiencia de la UTU. Había una foto –había algunos colegas suyos, ojalá salga en algún lado– de un camión del ejército, esos camiones rusos grandes, y metidos en el medio del motor, metiendo mano para arreglarlo, había un mecánico soldado, un profesor de la UTU y un estudiante de la UTU. Para graficarlo: el estudiante de la UTU era lo más parecido a Neymar que he visto en los últimos tiempos, con el pelo teñido, un piercing, al lado del soldado, seguramente hablando de los mismos temas que usted habla con sus hijos o habla cualquiera por allí.

Esa experiencia se generó porque había necesidades que no se podían resolver en forma independiente pero sí en conjunto. La UTU no tenía el curso de mecánica, porque no tenía materiales para reparar, necesitaba camiones, camionetas, para meter mano en los fierros. El cuartel tenía fierros, pero no tenía mecánicos. Entonces dijeron: ¿por qué no hacemos el curso de Mecánica en el cuartel, y hacemos ganar-ganar? Podemos hacer el curso, que muchachos de San Ramón como este que estaba allí, de 18 años, aprendan mecánica, en el cuartel se arreglan los camiones, tienen la flota entera funcionando, y todos pudieron lograr algo.

Y se logró algo mucho más intangible, que quizás no estaba en la cabeza de quienes diseñaron el curso, pero que se logra un ejemplo de interacción social entre Fuerzas Armadas y sociedad civil que hay que replicar. Allí seguramente no estaban hablando de la derogación de la Ley de Caducidad ni de los temas que nos enfrentan a los políticos, allí estaba un muchacho queriendo aprender mecánica para poder conseguir un empleo después y ganarse dignamente la vida, había soldados que estaban aprendiendo del docente de la UTU, y un cuartel que mejoraba sus unidades, que son las mismas –esos camiones– que cuando hay una inundación –esas son zonas muy complicadas en materia de inundaciones– dan una mano para ayudar a la población. O las escuelas para que los adultos que no terminaron la primaria puedan hacerlo.

Hay una integración todos los días que nos pasa por arriba a los políticos cuando discutimos y nos peleamos por la integración entre la sociedad civil y los militares. La sociedad civil y los militares están integrados desde hace mucho tiempo, porque, entre otras cosas, ni estos muchachos, ni estos docentes, ni el soldado que estaba allí tienen nada que ver con el golpe de Estado. Estas Fuerzas Armadas de hoy no tienen nada que ver con el golpe de Estado. Tenemos que mirar un poco para adelante y darnos cuenta de que hay cosas en que la gente ya nos pasó por arriba, por suerte.

EC - El nuevo ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, ha dicho que esa integración, la mejora de la relación entre la sociedad y sus Fuerzas Armadas, es uno de sus objetivos, una de sus prioridades. Es obvio que usted lo comparte.

JG - Claro.

EC - ¿Cómo lo ve a Fernández Huidobro para encabezar un proceso de ese tipo?

JG - A mí no me sorprendió la designación, es una designación natural, era de las cartas que Mujica tenía en la baraja para solucionar rápidamente el tema. De paso digo que le deseo prontísima recuperación al exministro Rosadilla, porque soy compañero de comisión de él, nos respetamos mutuamente a pesar de las distancias políticas. Su alejamiento es por ese motivo y merece un rápido restablecimiento.

EC - Usted dice que era un nombramiento natural.

JG - Natural.

EC - Esperable, sí, claro, pertenece al mismo sector político que Rosadilla, la CAP-L, es más, es el líder del sector, y es, en el entorno de confianza de Mujica, de los hombres que más conocen la interna de las Fuerzas Armadas. Pero además de esperable, para usted, ¿era un nombramiento deseable?

JG - Tengo dos formas de responderle la pregunta: una, recordando el pasado de Fernández Huidobro...

EC - ...Ahí iba, un hombre que en los años setenta era guerrillero tupamaro y estaba enfrentado a los tiros con las Fuerzas Armadas, que habían sido designadas por el poder político de la época para enfrentar ese movimiento subversivo. ¿Entonces?

JG - Tengo dos formas de responderle. Una es recordando ese pasado. Entonces me hago una pregunta: ¿agrego algo con eso? Cuarenta años después, si me dedico a recordar el pasado de Huidobro –que no voy a ser muy novedoso, porque hay ríos de tinta escritos sobre esto–, me parece que no agrego nada. Tengo otra forma, decir: muy bien, así como creo que no se agrega nada recordando el pasado de Huidobro, creo que tampoco se agrega nada si los compañeros de Fernández Huidobro se pasan recordando el pasado de algunos integrantes de las Fuerzas Armadas. Ya está. Ni yo agregaría algo ni los compañeros de Huidobro agregarían nada si en el Uruguay de 2011 hacemos esto. Creo que la designación es una oportunidad, el Gobierno tiene una oportunidad, y como toda oportunidad puede tomarla o dejarla pasar, aprovecharla o no. Yo espero que la aproveche, porque le haría muy bien al país.

El Gobierno tiene la oportunidad de restablecer una relación entre el Frente Amplio (FA), la enorme mayoría del FA, el Gobierno específicamente, y las Fuerzas Armadas, que en los últimos seis o siete meses se deterioró profundamente por promesas y compromisos públicos incumplidos a partir del 1º de marzo. El 1º de marzo, cuando asumió Mujica, sobre el final del excelente discurso –vale la pena leerlo– en la Asamblea General, habló de "los soldados de mi patria" –lo cual dicho por Mujica tenía un contexto muy particular– y de la pobreza de estos soldados. Los soldados son los pobres del Estado, de los funcionarios públicos los más pobres son los soldados, 7.000 pesos, 6.000 y pico. Y cuando van al sueldo, la mitad está endeudado, o más, a veces está todo endeudado.

Y también habló de la unidad nacional. Lo recordó en marzo en Durazno. Se comprometió a la recuperación salarial, pero meses después ese discurso se fue deteriorando: no se cumplió el compromiso de jerarquizar salarialmente la recuperación de esta gente que con 6.000 pesos tiene que dar un techo a sus gurises, educarlos, alimentarlos, tan uruguayos como usted y yo. Después se abandonó el Hospital Militar, que en los hechos y simbólicamente es algo muy particular de las Fuerzas Armadas: atiende a 160.000 uruguayos de los más pobres, el 70 % son carentes. Y lo tercero fue el intento de derogación de la Ley de Caducidad pasando por arriba de los plebiscitos. Ese trípode logró un deterioro por iniciativa del Gobierno. Creo que ahora el Gobierno tiene la oportunidad de restablecer esa relación. Recordemos que Fernández Huidobro votó la ley pero renunció al Senado por ese tema.

EC - Lo presupuestal –lo decía el propio Fernández Huidobro la semana pasada cuando lo entrevistamos– está encaminado dentro de lo posible. Por ejemplo, en el rubro sueldos del personal de las Fuerzas Armadas se han dispuesto aumentos, y además se ha previsto que lo que quede libre por las vacantes se redistribuya para continuar aumentando los sueldos. Y eso va a ocurrir, porque paralelamente está previsto este mecanismo para que algunos soldados pasen a ser policías, por lo tanto dejen puestos dentro del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada. ¿Qué dice de ese mecanismo?

JG - Que llega un momento en que tienen que definir qué Fuerzas Armadas quieren, es un desafío que tienen por delante el ministro y el Gobierno, porque usted no puede reducir si no fijó antes los objetivos. Tiene tantos efectivos para algo, tiene que decir para ese algo cuánto necesita, no puede hacer al revés, no puede reducir y después fijar los objetivos. Primero fija los objetivos y después establece los elementos.

Fernández Huidobro el otro día decía –creo que aquí en la entrevista– que en un mundo tan tecnificado se puede suplir, uno tecnifica y reduce efectivos, en pos de una mayor técnica, de agregar elementos tecnológicos. Pero si usted reduce efectivos y al mismo tiempo recorta inversiones en tecnología, ¿hacia dónde va?, porque en el mensaje de Rendición de Cuentas de ahora hay una disminución en inversiones, es decir, entre otros, en tecnología. Entonces, ¿cómo es la cosa? ¿Reduce efectivos y tecnología? ¿Hacia dónde va?

Pregunto: ¿qué vamos a hacer con las misiones de paz? Ahora tenemos un problema serio: esta reducción de efectivos debe cuestionarse –en el sentido de contestarse– cómo vamos a hacer para mantener los efectivos en misiones de paz y al mismo tiempo cubrir las misiones del país. Porque no podemos transformarnos en unas Fuerzas Armadas de exportación, tenemos que tener Fuerzas Armadas en virtud de necesidades nacionales y, como otra misión agregada en virtud de la política exterior, las misiones de paz. Pero hoy con las reducciones que hay en todas las unidades que estamos visitando las vacantes son muy considerables. El tema es que el gobierno todavía no definió qué Fuerzas Armadas necesita el país y cuál quiere.

EC - ¿Pudo haberse hecho eso ya?

JG - Ya lo debería haber hecho.

EC - El propio Fernández Huidobro dijo: "La hoja de ruta de mi gestión será la Ley Marco de Defensa Nacional", aprobada durante el gobierno anterior, que él destacaba que surgió de la más amplia participación de la sociedad, partidos políticos, militares, expertos internacionales. Esa ley mandata a tomar ese tipo de decisiones.

JG - Yo desearía que fuera la hoja de ruta de ahora en adelante, porque hasta el momento no lo ha sido.

EC - ¿Por qué no lo fue? ¿No lo fue por decisión política? Por ejemplo, ¿fue algo que el ministro Rosadilla haya decidido?

JG - Preferiría no hablar del ministro Rosadilla, por razones obvias, porque no me gusta hablar de una persona que abandonó recién el ministerio por las razones que hablábamos recién.

EC - También es cierto que a Rosadilla le estallaron una serie de asuntos que no figuraban en su agenda, las denuncias de casos de corrupción en la Armada, por mencionar un ejemplo.

JG - Pero si la hoja de ruta es la Ley de Defensa, ¿por qué hasta el momento no se ha convocado, salvo una vez –y creo que fueron 10 minutos–, al Consejo de Defensa Nacional (Codena), un instituto que funciona como asesor de la Presidencia de la República, para delinear estas cosas que estamos hablando? Es un excelente instrumento para hacer de la política de defensa una política nacional en la que todos los partidos estemos concordantes. Porque en ese Codena, que integran el presidente, los ministros de Relaciones Exteriores, de Defensa, del Interior y de Economía, también pueden ser convocados los legisladores, los mandos militares, es decir, establecer un ámbito en el cual plantear: ¿cuáles son los conflictos que puede tener el Uruguay en el siglo XXI? No estamos hablando de guerras convencionales, sería de una pobreza intelectual, algo para reírse; estamos hablando de los desafíos que tiene un mundo que ha cambiado. Por ejemplo, el del narcotráfico. En Uruguay tenemos más de 200 pistas de aterrizaje absolutamente irregulares.

***

EC - Usted decía que es una asignatura pendiente de este gobierno, a partir de la Ley Marco de Defensa, definir el papel de las Fuerzas Armadas uruguayas. Usted en particular, ¿dónde pone la atención, dónde concentra el foco? ¿Cuál es para ustedes ese papel?

JG - No se puede descuidar en primera instancia que cumplan las funciones básicas de acuerdo a lo que manda la ley. Tenemos tres fuerzas, la de tierra –el Ejército–, la de aire y la de mar. Hoy tienen problemas para cumplir sus funciones básicas. Yo le hablaba de la Fuerza Aérea, en Uruguay debe de haber más de 200 pistas no identificadas que no se sabe qué función cumplen. Cuando digo pistas, no estamos hablando de pistas de aeropuerto, estamos hablando de huellas donde bajan avionetas y aviones chicos con el peligro de que sean utilizadas para delitos y para crimen organizado, para el narcotráfico. Y también tenemos radares, si vemos un avión o una avioneta que circulan por ejemplo de Brasil hacia Argentina, podemos visualizarlos, pero no podemos hacer nada más, los podemos corretear un rato.

EC - Eso puede sorprender a los oyentes, ¿cómo que no podemos hacer nada?

JG - Nada. No tenemos con qué, primero. Porque usted los identifica para un fin, para ejercer de policía, ve un vuelo, no lo tiene identificado –entre otras cosas puede estar traficando droga–, y ¿qué hace a partir de allí? Saca un avión, y si llega lo único que puede hacer es acompañarlo, y el que está dentro del avión me saluda y sigue de largo. Nos están faltando medios para poder interceptar ese avión, no se tienen en Uruguay. Uno puede hablar de las funciones subsidiarias que pueden cumplir las Fuerzas Armadas, pero también tiene que hablar de las funciones básicas que hacen a la defensa de la soberanía. Evitar que el cielo uruguayo sea un festín para el narcotráfico y el delito organizado es una tarea primordial para la cual hay que brindar medios, y es una decisión política. Porque seguramente brindar recursos para esto es sacarlos de otros lados, y lo que está a la orden es decir: ¿por qué no invertimos en un hospital o en una escuela? Pero las sociedades necesitan hospitales, escuelas y también que se ejerza el derecho y que se cuide de que el delito organizado no se apropie de nuestro cielo.

EC - Supongo que una preocupación similar tiene usted a propósito de la Armada y el mar territorial uruguayo.

JG - Es que son nuestras riquezas, la suya, la de todos los oyentes y de las que estamos hablando. En este momento debe de haber algún barco brasileño sacando nuestras riquezas, que son centenas de millones de dólares de nuestro mar. No podemos ejercer la policía marítima porque nos faltan medios, nos faltan embarcaciones, nos falta combustible para las embarcaciones. Hasta hace un tiempo el barco de la Armada que estaba en La Paloma estaba 15 días allí, salía una vez por semana y cuando venía el que lo reponía le pasaba el combustible al que quedaba, hacía trasiego de combustible, se quedaba con lo necesario para volver a Montevideo. Eso son riquezas, eso es trabajo de los uruguayos, es plata que nos corresponde que se nos va, y con la cual se puede edificar escuelas, edificar hospitales, invertir en educación, pero hay que cuidar esa riqueza. Para cuidarla tenemos que tener los medios. Uno puede pensar en tareas como las que planteaba el ministro Huidobro el otro día –los recursos naturales, los desastres–, que hay que hacer sin abandonar las funciones básicas.

EC - En la entrevista de la semana pasada el ministro –cuando todavía no era ministro– manejaba un concepto de defensa nacional muy amplio. ¿Cómo lo ve usted?

JG - Veo que hay que ampliarlo en la medida en que se puedan cumplir las funciones básicas. Usted tiene que cumplir las funciones básicas de nuestras fuerzas, que son la defensa de la soberanía, de nuestros recursos naturales, de nuestras riquezas. Se han agregado elementos, por ejemplo el narcotráfico, la defensa de los recursos naturales. Pero no puede abandonar las funciones básicas.

EC - ¿Hay una estimación de cuánto cuesta eso, de cuánto implica de refuerzo presupuestal?

JG - Lo primero es tomar la decisión. Actualmente el presupuesto de las Fuerzas Armadas, o de todo el Ministerio de Defensa Nacional (MDN), ronda los 160, 180 millones de dólares. Sin duda ninguna que hay que redimensionar los gastos burocráticos, el peso de la burocracia es muy importante, como en el resto del Estado, va en detrimento de las funciones básicas de la tarea de línea. Por ponerle un ejemplo práctico, ayer estábamos en la unidad de Florida y en los uniformes de los muchachos ya no queda lugar donde pasar una aguja con un hilo para refaccionarlos y que sigan de largo. Hay botas del año 2002, tienen nueve años. Es el zapato que tienen estos muchachos que llamamos para que den una mano cuando hay algún fenómeno natural. El país tiene que discutir todo.

EC - ¿Se arregla recortando gastos burocráticos?

JG - En buena medida sí, buena parte del presupuesto que se está no digo malgastando, pero que se dedica, se puede dedicar a otras cosas. El globo que es la Secretaría del MDN es muy importante, y mire que ahora es un globo político, porque antes se podía decir "son muchos militares", pero en la Secretaría del MDN lo que hay son cargos políticos, se ha cambiado toda la estructura de la administración del MDN, son todos cargos políticos que se pusieron en esta última administración y en la anterior.

EC - Hablando de presupuesto, al pasar mencionó el problema del Hospital Militar. Usted ha sido muy insistente, muy crítico con la situación del Hospital Militar en materia de recursos. ¿Cuál es su evaluación ahora que en la Rendición de Cuentas habrá una partida especial con ese fin?

JG - Primero nosotros pedimos que se reconociera la situación crítica, porque se negaba, hasta hace dos meses el gobierno desconocía la situación crítica del Hospital Militar y la negaba, decía "no existe, no es verdad". ¿Cómo que no es verdad, si, entre otras cosas, están cerrados los cuidados intermedios? "No hay nada cerrado", decían. Cuando fuimos, hubo que abrir un candado para entrar.

EC - Cuidados intermedios estaba cerrado.

JG - El cuidado intermedio es parte del CTI, es un ala del CTI. Una sala entera. Hoy estaba vichando las quejas del ministro de Salud Pública con respecto a la falta de camas de CTI en el Estado, en Salud Pública, y hay una sala entera cerrada en el Hospital Militar, que es parte del Estado. ¿Por qué no la abren y le dan instrumentos para que pueda funcionar, para que pueda brindar asistencia a sus beneficiarios y también para que estén a disposición de otros pacientes del sector público? Salud Pública sale a contratar camas en el mutualismo, en los seguros privados, teniendo la posibilidad de gastar menos y de hacer funcionar nuevamente un área del Estado que por un tema burocrático está cerrada. Pero hace dos meses se desconocía esto, el gobierno lo negaba. Lo reconoció, dijo: "Es verdad lo que dice la oposición, está en crisis". Hay 200 o 300 vacantes de médicos que no se pueden llenar por una decisión política del gobierno del período pasado, nosotros lo advertimos en el año 2008, se tomó una decisión que trajo estos problemas.

EC - ¿Cuál?

JG - Se quitó el sistema de equiparados que tenía el Hospital Militar, que en términos civiles permitía compensar salarialmente, al sueldo por un cargo de ingreso se le agregaba un grado militar superior y usted tenía un sueldo mayor. Entonces en vez de irse a trabajar al mutualismo o a Salud Pública...

EC - O a la propia ASSE, porque ASSE, con sus mejores sueldos de los últimos años, se ha convertido en un imán para profesionales del Hospital Militar.

JG - Exactamente, antes en vez de ir a ASSE o al mutualismo se quedaban a trabajar en el Hospital Militar. Hoy, si usted necesita, por decir algo, en el Hospital Militar un cirujano vascular, que es un especialista importante, lo tiene que llamar, y cuando viene dice: "¿Cuánto me va a pagar?", y mi respuesta va a ser "7.000 pesos". ¿Cree que vamos a conseguir algún cirujano vascular por 7.000 pesos? ¿Qué va a hacer un cirujano? Lo mismo que va a hacer usted, que hago yo o que hace cualquier uruguayo: va a trabajar donde le pagan mejor. Es lo que corresponde, lo que hace cualquiera.

EC - ¿Qué se logra con esta partida especial?

JG - Con el mismo tono que le contesté la pregunta sobre la asunción de Huidobro, le digo que soy de los que creen que hay que mirar el medio camino transcurrido como positivo. Hace dos meses se decía: "No está en crisis, no necesita nada". Ahora se reconoció que está en crisis y se le otorga una partida de 154 millones de pesos. Pero hay un problema: esa partida sale del mismo MDN de inversiones y de gastos, de la misma tecnificación que pedía Fernández Huidobro. Le informo al ministro Fernández Huidobro que él mismo está planteando recortes de esas inversiones.

EC - Estamos corriendo la frazada chica de un lado para el otro.

JG - Claro. Aparte yo le pregunté a Menéndez, el ministro interino, la semana pasada en la Comisión de Presupuesto: "Dígame cuáles son las inversiones que se van a recortar". Y me dijo: "No sabemos". No se le puede pedir al Parlamento que recorte inversiones que no conoce, porque se hace socio de un recorte desconocido. Entonces, 154 millones de pesos es la mitad de lo que se necesitaría para normalizar, para que el Banco de Tumores funcione normalmente, para que el sistema de transplantes funcione bien, para que se repongan las vacantes y se paguen los sueldos. Usted necesita dinero y recursos jurídicos. Entre otros recursos jurídicos, el gobierno debería pensar que sería buena cosa reimplantar el sistema de equiparados que se derogó en su momento. Es un instrumento jurídico que hoy es imprescindible para poder competir en la salud.

EC - ¿Qué les dice a los oyentes que cuando ha aparecido este tema hoy mismo preguntan si se justifica la existencia de un Hospital Militar exclusivo para ese colectivo de funcionarios?

JG - Hay dos cosas, en el Hospital Militar no solo se atiende a los militares, se atiende a 170.000 uruguayos que tienen el derecho por la pertenencia de algún integrante de la familia a las Fuerzas Armadas. Ese Hospital Militar que atiende a 160.000 uruguayos brindó una atención de calidad que le hizo muy bien al sistema público de salud, porque descongestionó la atención en Salud Pública funcionando con prestaciones muy buenas.

EC - En teoría un hospital militar es un hospital para heridos de guerra, ese tipo de situaciones. Acá de hecho es como la mutualista de las Fuerzas Armadas.

JG - Es el hospital de todos aquellos que tienen alguna vinculación con las Fuerzas Armadas. Pero si abre los diarios de hoy se va a encontrar con falta de camas de CTI en ASSE, esperas de cinco o seis horas de los pacientes en las puertas de los hospitales. Entonces uno se pregunta: si a esto que no han podido resolver Salud Pública y ASSE se le agregan 160.000 usuarios que vienen de otro sistema de salud, ¿cuál es el resultado? Empeora. Vamos a agarrar los sistemas que están funcionando, vamos a gestionar mejor ASSE, vamos a terminar con ese club político que termina siendo, y vamos a darle los instrumentos legales para que Sanidad Militar pueda brindar los servicios que está brindando en coordinación con otras áreas del Estado, porque el sistema de transplantes que tiene Sanidad Militar es con el Hospital de Clínicas. Este transplante de hígado y riñón que fue pionero fue en coordinación y trabajando conjuntamente con el Hospital de Clínicas. Uno podría hacer la misma pregunta: ¿corresponde que exista un hospital universitario? Yo digo que sí, corresponde. Estos son subsistemas que han funcionado bien y ahora están en problemas, pero no creamos que eliminando esos sistemas e integrándolos a otro que no funciona bien van a mejorar las cosas. Van a empeorar.

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Transcripción: María Lila Ltaif