Crónica de la detención de Castro
El maestro y periodista Julio Gerardo Castro Pérez, tenía 68 años de edad cuando fue secuestrado en la vía pública, el 1° de agosto de 1977, cuando salía de la casa de su amigo Efraín Quesada, periodista que vivía en Francisco Llambí casi Avenida Rivera.
Castro estaba jubilado como docente y había sido redactor responsable del semanario "Marcha". Esa mañana se dirigía a conversar con el capitán de navío Oscar Lebel pero nunca llegó a su casa.
El Espectador se comunicó con uno de los agentes presentes aquel día, Julio César Barboza, quien tenia entonces 19 años y era agente del Servicio de Información y Defensa (SID). Hoy trabaja en el Banco República como agente de recuperación de crédito. En su oficina, atendió a El Espectador pero dijo que no quería que su voz saliera en público, que ya había hablado donde tenía que hacerlo.
Pero dijo: "pueden decir que cuando mi esposa me llamó para decir que era Julio Castro ... sentí una emoción muy importante Pensé en la familia que ahora podrá cerrar esto ...".
Barboza contó a El Espectador cómo fue aquella detención. Aquel día, cuando salía de las oficinas de la sede del SID, en Luis Alberto de Herrera y Monte Caseros, el oficial principal Juan Ricardo Zabala le ordenó acompañarlo en un operativo y fueron en un auto hasta Rivera y Soca donde esperaron para secuestrar a Julio Castro.
Castro se dirigía a la casa de Lebel ya que ambos militaban en la izquierda y tenían un vínculo en la embajada de México, con el que hacían gestiones para sacar del país a gente que estuviera en riesgo de ir a prisión durante la dictadura
Luego de su desaparición, se buscó fijar una versión sobre lo sucedido. El 27 de setiembre de 1977 se emitió un comunicado en el que se afirmaba que Julio Castro había abandonado Uruguay el 22 de setiembre en el vuelo 159 de Pluna a Buenos Aires. Agregaba que no había datos de la camioneta Indio que desapareció con él.
En aquel vuelo de Pluna viajaba el periodista Ruben Cotelo, quien cuenta que hasta hicieron llamar por los altavoces del aeropuerto a Julio Castro. Cotelo recorrió el avión y constató que su colega y amigo no estaba a bordo. En aquella aeronave viajaban otras dos personas también llamadas Julio Castro.