Entrevistas

Javier García (PN): "El niño no es libre frente a la promoción" de hábitos alimentarios poco saludables

Javier García (PN): "El niño no es libre frente a la promoción" de hábitos alimentarios poco saludables

La obesidad infantil es una enfermedad que cada vez se extiende más en nuestro país. Ante esta patología, algunos especialistas señalan que los centros educativos no contribuyen a erradicarla, sino todo lo contrario, porque los productos que se ofrecen en las cantinas de las instituciones de enseñanza son poco beneficiosos para una dieta adecuada. Para enfrentar este problema, el diputado del Partido Nacional Javier García presentó el año pasado un proyecto de ley que busca proteger la salud de la población infantil y adolescente mediante la promoción de una alimentación saludable en el ámbito educativo y la prevención del sobrepeso y la obesidad. En conversación con En Perspectiva, García enfatizó que se debe trabajar para cancelar la venta en escuelas y liceos de aquellos productos que hacen "mal". "Lo primero que hay que" prohibir "es que se promocionen [productos poco beneficiosos]" ya que "el niño no es un ser libre frente a esta promoción". Además, dijo que "la participación de los maestros y maestras, de los docentes en general, de los niños, que son actores fundamentales, y de los padres, es capital para lograr esa cultura de alimentación saludable".


(emitido a las 10.08 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Nuestra entrevista central hoy es con el doctor Javier García sobre la alimentación de los niños.

"Es cuestión de organizarse", dice alguien que tiene tres trabajos pero cocina los fines de semana. "Guardo en el freezer, ningún snack para alimentar a los hijos, sino tortas caseras". ¿Esto es algo puntual, concreto, o se da en forma generalizada?

La obesidad infantil dejó hace mucho tiempo de ser una rareza para convertirse cada vez más en un problema que se extiende en nuestro país. Y a la hora de buscar culpables, muchos especialistas ponen el acento en lo que comen los niños en los centros de enseñanza a los que acuden diariamente. Tanto en instituciones públicas como privadas, las cantinas de las escuelas y liceos de todo el país están llenas de productos que difícilmente sean beneficiosos desde el punto de vista alimenticio, y en cambio es bastante más difícil encontrar por ejemplo frutas, jugos naturales, comidas caseras.

Para enfrentar este problema, el diputado blanco Javier García presentó el año pasado un proyecto de ley que busca proteger la salud de la población infantil y adolescente mediante la promoción de una alimentación saludable en el ámbito educativo como forma de contribuir, actuando sobre este factor de riesgo, a la prevención del sobrepeso y la obesidad.

Esta semana el doctor García se reunió con el presidente del Consejo de Educación Primaria, Óscar Gómez, quien apoyó la iniciativa.

(Audio Óscar Gómez.)

"Estuvimos trabajando en un proyecto de ley que ha elaborado el diputado García, del cual teníamos conocimiento, y un informe previo del Programa de Nutrición Escolar de Primaria diciendo que coincidíamos con lo que veníamos trabajando y que por lo tanto podíamos potenciar desde el ámbito legislativo y administrativo de Primaria estos avances que hacen a la educación para una alimentación saludable y para crear hábitos positivos en lo que tiene que ver con su vinculación con el mundo del consumo."

(Fin.)

JAE - ¿Cuál es el contenido de esta iniciativa? Vamos a conversarlo con el doctor Javier García, diputado de Alianza Nacional, Partido Nacional, y médico pediatra.

¿Cuánto pesó esto de ser pediatra en la propuesta?

JAVIER GARCÍA:
Creo que en estas cosas pesa más ser padre que la profesión, y estar preocupado por las cosas que están sucediendo en Uruguay que pasan silenciosamente. Los uruguayos estamos haciendo –algunos dicen que la terminamos– la transición epidemiológica. Esto es, que cambiamos la forma de vivir, de enfermarnos y de morir. Hasta hace unos años nos enfermábamos de enfermedades trasmisibles, contagiosas; el mundo desarrollado empezó a cambiar, por los hábitos de vida, la forma de enfermarse y morir. Y nosotros en esto somos un país desarrollado, empezamos a adquirir ese tipo de enfermedades y por lo tanto llevamos esa transición de enfermedades que se adquirían por contagio a enfermedades crónicas no trasmisibles: las enfermedades del corazón, las cardiovasculares; las enfermedades cerebrovasculares; la diabetes; la hipertensión; los neoplasmas, el cáncer. El 70% (una cifra para nada menor) de las muertes que se producen hoy en Uruguay es producido por las enfermedades crónicas no trasmisibles que acabo de mencionar, 7 de cada 10 uruguayos morimos de eso.

ROSARIO CASTELLANOS:
Podríamos pensar que estas son enfermedades de viejos, la hipertensión, la diabetes adquirida. Podría pensarse que se adquieren con la vida, con los años, sin embargo a usted le preocupa como pediatra que esto está sucediendo ahora con los niños.

JG - Desgraciadamente, eran enfermedades de los adultos y pasaron a ser enfermedades de los niños. Pero aparte, para que sean enfermedades de los mayores debieron iniciarse en la infancia. Una de las características principales de las enfermedades crónicas que acabo de mencionar, que producen 7 de cada 10 muertes en Uruguay, es que se adquieren como factores de riesgo por hábitos no saludables: el sedentarismo, el sobrepeso, la obesidad, la mala alimentación, la falta de ejercicio. Son todos hábitos que junto con una predisposición genética terminan concluyendo en este tipo de enfermedades. Por eso ahora vemos lo que vemos: niños hipertensos y jóvenes que infartan.

RC - Por otro lado, la alimentación en los primeros años, en la niñez y la adolescencia, ¿puede estar determinando cosas que no aparecen en su momento? Por ejemplo, hoy vemos niños obesos, pero vemos otros que no lo son y de cualquier forma su mala alimentación, por más que su metabolismo esté resolviendo que no engorden, puede estar determinando que en un futuro van a padecer estas cosas.

JG - Exactamente, porque estos factores de riesgo no actúan solos, sino que se potencian, son sinérgicos, uno se suma al otro. Y todos aparte son modificables. Los principales factores de riesgo, como la mala alimentación o el sedentarismo –ya ni menciono el tabaco, que se suma a esto también–, se adquieren en la infancia: la mala alimentación, el sedentarismo, la falta de ejercicio. Eso termina siendo factor de riesgo fundamental en la adquisición de estas enfermedades.

Pero todos ellos son modificables, porque la mala alimentación es modificable, el sedentarismo es modificable. Es decir, se puede actuar sobre ellos, y por eso en este proyecto de ley lo que buscamos, el objetivo es actuar desde un ángulo –hay muchos más–, abarcar el trabajo sobre uno de los principales factores de riesgo que produce esta enfermedad. El otro día salió un estudio muy interesante hecho por el doctor Pisabarro: en Uruguay, uno de cada tres adultos tiene sobrepeso y uno de cada cinco es obeso.

RC - Pero volvamos a los niños –pueden estar escuchándonos muchos padres preocupados por el tema–, ¿cuáles son las enfermedades que a partir de una mala alimentación, que es lo que usted está procurando resolver –porque con el tabaco hemos avanzado bastante más–, y qué es una mala alimentación? Porque muchas veces hablamos de "comida chatarra" sin saber exactamente lo que es.

JG - A tu primera pregunta, cuáles son las enfermedades, son todas las que mencioné, todas las enfermedades cardiovasculares, las cerebrovasculares, las enfermedades pulmonares, el cáncer, la diabetes. Este paquete de enfermedades mata en Uruguay a 7 de cada 10 personas. Y estas son las que tienen como factores de riesgo fundamentales hábitos no saludables, y entre los principales en Uruguay está la alimentación. Por eso con este proyecto de ley atacamos uno de los factores de riesgo fundamentales.

Segunda pregunta, ¿cuáles son los alimentos que están en la base de esa mala alimentación? Los alimentos que están cargados habitualmente de las grasas trans, los azúcares simples, la sal. Las grasas trans son ácidos grasos que se industrializan, que pasan por un proceso industrial y se utilizan para la alimentación industrializada, como los famosos snacks, las golosinas, los alfajores, todo lo que se encuentra en muchos lados y es tan barato y viene en bolsas tan llamativas. O de lo contrario los azúcares simples, que se llaman así porque están formados químicamente por un solo azúcar.

RC - Los caramelos, por ejemplo.

JG - Claro, y aparte están cargados de calorías pero vacíos de nutrientes; es decir, no sirven para nada.

JAE - ¿Cuál es el punto de partida? ¿Por qué un proyecto de este tipo? Se lo pregunto porque hay un montón de mensajes –voy a leer algunos– que hacen referencia a experiencias que van en esta dirección.

Alguien dice que en la escuela pública la comida está controlada por nutricionistas y hay listas de alimentos prohibidos.

Otro mensaje dice que en Nueva Helvecia en la escuela no permiten vender alfajores caseros porque no hay boleta. Esto lo dice la directora: "Habrá que solucionar los reglamentos". En este caso más bien lo plantea como preocupación.

Rosa dice que "en San José, en el Jardín 93, mis nietos tenían que llevar una fruta tres veces a la semana. Buenísimo es el tema".

"En Sarandí Grande las escuelas trabajan junto a padres para promover meriendas saludables. Hay un quiosco que vende productos sanos y fruta, de acuerdo a la decisión de los maestros."

La lista es muy larga.

JG - Y son excelentes los testimonios. Pero como vemos, son testimonios, tenemos que darle institucionalidad a esto. No nos referimos a los comedores, porque los comedores, como bien decía el oyente, están trabajados y asistidos por un equipo de nutricionistas del Programa de Alimentación Escolar que desde hace mucho tiempo trabaja en eso. Me refiero a las cantinas.

RC - La venta libre, el chico con su dinero va y elige.

JG - Exactamente. Me decía el director de Primaria (director de Primaria hasta hoy; viceministro de Educación en pocas horas, según se anuncia) que es un problema serio. Lo sabemos como padres, la bolsita de snack cuesta 10 pesos. Y no solo las cantinas, sino las promociones, porque muchas veces no hay cantina, pero los chiquilines compran a través de la reja. O los que promocionan productos están esperando en la puerta de la escuela. Es paradójico, hay que resolver esta paradoja: sabemos que hay alimentos que hacen mal y sin embargo se promocionan y se permite que se promocionen en las escuelas, donde justamente se debe enseñar e informar sobre las cosas que hacen bien para desarrollarse en la vida. Hay que resolver la paradoja, si hacen mal no se puede permitir que se promocionen.

En esto es fundamental, como se ve en muchos de los mensajes, la participación comunitaria. Estas cosas no se arreglan solo por la vía de la norma. Voy a poner el ejemplo del tabaco. Creo que fue muy positivo el trabajo que se hizo en el período pasado con respecto a la legislación y a las normas para restringir el consumo de tabaco, de cigarros. Pero antes que eso hubo un trabajo muy silencioso que abonó el terreno, que fue el que llevaron adelante en los centros educativos las maestras y los maestros y los niños. ¿Cuántos papás y mamás fumadores se encontraban ante el dedo acusador del hijo que les decía "¿qué estás haciendo, papá?", "¿qué estás haciendo mamá?"? ¿Por qué era eso? ¿Porque se lo enseñaban los padres? No, porque se lo enseñaban en la escuela. Entonces, en este tipo de iniciativas, la participación de la comunidad, en este caso la comunidad educativa formada por maestros y maestras, docentes en general, por los niños, que son actores fundamentales en esto, y por los padres, es capital para lograr esa cultura de alimentación saludable.

JAE - Hay muchos mensajes de maestras que apuntan a las familias. Dicen: "Acá el problema son las familias, no es la oferta sino la facilidad que los padres les dan, por un tema práctico, para que compren lo que hay".

RC - Su propuesta no va, como aclaró, a la comida que brindan los comedores en las escuelas, pero va sí a la cantina. Cantina que en algunos casos es un emprendimiento de la propia escuela o el propio colegio, que pone una cantina sin pretender ganar con ella, en todo caso pagar lo que compra, y en otros casos es un concesionario, un individuo que viene a ganar dinero. Y el argumento que puede hacer esa persona es: "Muy bien, ¿usted me va a prohibir vender ciertas cosas, o simplemente va a convencerme de que yo ofrezca algo mejor, aunque siga teniendo la posibilidad de la bolsita de papas chips?". Porque el comerciante, si no, me va a decir: "No lo compra acá, cruza la calle y lo tiene en el quiosco de enfrente". ¿Cuál es su idea respecto a cómo manejar esta situación?

JG - Fuimos por el camino, en este primer paso, de prohibir la publicidad y la promoción de este tipo de alimentos.

RC - No la venta.

JG - Pero adelanto que tenemos que enfrentar una disyuntiva: si sabemos que hace mal, no se puede vender. Habrá que trabajar en los centros educativos, porque uno no puede ni debe determinar lo que se hace en una casa, en la vida privada, pero sí en los centros educativos.

JAE - ¿Se refiere a públicos y privados?

JG - Sí, todos los centros educativos. Le cuento una anécdota personal. Una vez hablando con una muy buena directora de escuela, me decía: "En el centro educativo promocionamos las meriendas saludables, las frutas, las cosas caseras, etcétera. Permitimos una o dos veces a la semana que los niños traigan esas cosas que a ellos les gustan". Y le pregunté qué eran esas cosas que les gustan. "Usted sabe bien, las papas, los chisitos..." "Dígame, directora, ¿qué día pueden fumar los niños en el colegio?" "¿Cómo me está diciendo eso?" "Porque, como usted bien sabe, esto que usted dice que se permite porque a los niños les gusta hace mal." "Sí, por supuesto." "Fumar también hace mucho mal." Y me dice: "¿Usted no vendría a dar una charla sobre el tema, porque nos interesa muchísimo?". Ahora esas cosas no se autorizan más, pero es lo que hay que transitar. Lo primero que hay que no autorizar es que se promocione para que el niño caiga en eso, porque el niño no es un ser libre frente a la promoción. Primero, a los adultos nos facilita muchísimo.

JAE - Es una definición muy fuerte esa: los niños no son libres ante una promoción.

JG - No, ante una carga de publicidad, de marketing, los niños no son libres.

JAE - Pero si el niño está bien formado y tiene criterios... Dependerá de la edad.

JG - Pero no es fácil optar entre una bolsa multicolor a 10 pesos, una cosa que es hasta fácil de manejar, y una fruta; la opción está bastante conducida. Pero si yo le digo "opte entre esto" –que es lo que establece el proyecto de ley– y todo esto es saludable... No es un tema de un día para el otro, hay que trabajar en la formación de estos valores.

RC - A un niño hoy no se le pueden vender alcohol ni cigarros.

JG - Al menos en teoría.

RC - Existe el reglamento; aunque cruzara enfrente no podría obtener ni alcohol ni cigarros. Pero sí puede obtener otras cosas en un quiosco. ¿Usted llega a la conclusión de que en los alrededores de un establecimiento de educación también debería prohibirse la venta de esos productos? ¿Y además que no deberían tomar una gota de nada? ¿Hasta dónde llega la prohibición de estos alimentos?

JG - Yo soy muy hincha de trabajar por la positiva y la promoción, pero llega un momento en que hay contradicciones que no pueden salvarse. El proyecto se refiere al interior de los centros educativos, a las promociones que se hacen en el entorno, en las puertas. Todos lo vemos en las escuelas, en los colegios, en los liceos, se paran allí para promover algunas cosas. Porque es una vía de entrada para el producto, no es una vía de entrada para el niño solo, es una vía de entrada para el núcleo familiar. Por eso esto tiene un efecto muy positivo, que es desde el niño irradiar al núcleo familiar, con el ejemplo de lo que pasó con el tabaco.

Con respecto a tu pregunta, yo soy de los que creen en la participación de la gente y en el compromiso comunitario. Me parece que el primer paso para ir generando esa cultura, esa formación, es este tipo de medidas. Porque a los uruguayos no nos gusta que nos digan por ley lo que podemos y lo que no podemos hacer. Entonces me parece que el efecto puede ser teóricamente muy racional, pero prácticamente va a ser inviable. Yo creo más en este tipo de instrumentos que estamos llevando.

***

JAE - Marcela pregunta: "Si sabemos que hace mal, como dice el diputado, ¿por qué permitimos su fabricación?".

Otros cuestionan: ¿esto podrá con las grandes corporaciones? Si se prohíbe la venta en cantinas, ¿empresas que tienen mucho poder económico dejarán que esto ocurra?

Otro hace referencia a los salones que se alquilan para cumpleaños, que también allí hay una alimentación deplorable –agrego yo– con el tema de los snacks, los chisitos y demás.

Mónica aporta otro ángulo totalmente distinto pero que hace a la cuestión: pide por favor complejizar el tema, "porque con lo que se saca de la cantina en muchas escuelas se paga el teléfono".

***

RC - Voy por el lado de una pregunta que tiene que ver con algunas de las objeciones o de las dudas que se plantean los oyentes: ¿cómo se confecciona la lista? Porque la lista va a tener que ser confeccionada con un respaldo de determinada autoridad, que creo que en este caso es el Ministerio de Salud Pública (MSP), pero además tendrá que referirse muy concretamente a marcas o a detalles de alimentos cuya venta debe estar expresamente prohibida en las cantinas.

JG - El proyecto de ley establece que, como toda ley, debe ser abarcativa y no muy particular, porque si no, debería hacerse una ley para integrar cada cosa que quede afuera. En el artículo 3 de este proyecto ordenamos que el MSP sea quien elabore la lista detallada –que existe en varios lados– con los alimentos que son recomendables, saludables, y aquellos que no son recomendables ni saludables. La lista deberá estar publicada en forma bien práctica en los centros de educación, para que tenga esa tarea docente. Y al mismo tiempo, que se diga los que hacen mal y los saludables, y que los centros expendedores de cualquier forma de alimentos en los centros educativos estén obligados a tener los saludables, si no todos al menos algunos.

En esto hay un trabajo muy importante de la comunidad organizada. Yo hace uno o dos meses atrás estuve reunido con las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) en una actividad que hicieron de promoción del consumo de frutas y verduras. Y tiempo antes había estado reunido por este mismo tema y por otros con las autoridades del Mercado Modelo; ellos notoriamente vinculados a su aspecto laboral, productivo, los problemas de la producción hortifrutícola en el Uruguay, pero también buscando la manera –a mí me interesaba ese aspecto y este también– de que se pudieran juntar sinérgicamente dos puntas, la del productor y la de fomentar este tipo de consumo. Y las dificultades que muchas veces existen para acceder, porque a este tipo de alimentos envasados e industrializados de los que hablamos es muy fácil acceder.

RC - Y a veces a precios más baratos que la fruta fresca.

JG - Más baratos, sin embargo a los saludables muchas veces es más difícil acceder, son más difíciles de conservar y más difíciles de elaborar, nos complican la vida. Lo digo como padre de tres niños. Hay que buscar formas de que este tipo de alimentos sea más accesible en precio y en elaboración. Se hizo alguna experiencia, por ejemplo en el caso de las frutas, hace dos o tres años, de merienda saludable, se envasaba en una bolsa linda alguna fruta, pero no funcionó. Porque no es fácil que un chiquilín pele una fruta. Sin embargo se han hecho otras experiencias en otros países que han caminado, como la de tener la fruta ya seccionada, bien presentada y seccionada, para que el chiquilín la pueda comer de a trozos, sin mucha complejidad.

RC - Y ahí empieza la conservación.

JG - Claro, esto requiere un proceso. Pero no tiene los perjuicios que tienen estas situaciones que estamos planteando, ni las grasas, ni las sales, ni los azúcares agregados. Estamos hablando de conservar un producto natural. Me parece que tenemos que trabajar en ese sentido, esta lista ya se empezó a elaborar.

Quiero hacer algún reconocimiento, primero trasmitir cómo se puede trabajar muy bien, y no son incompatibles, entre la academia y la política. Este proyecto tuvo su origen en el Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Montevideo, la doctora Alicia Fernández se comunicó conmigo porque habían trabajado en este tema. Después participó la Sociedad Uruguaya de Pediatría, integrante de la Academia Nacional de Medicina. Cada uno agregó desde su óptica. Por ejemplo, el tema de los saleros, del que no hemos hablado pero está incluido acá, la prohibición de que haya saleros para esa costumbre que tenemos los uruguayos, si están el salero y la mayonesa, los manoteamos y le ponemos hasta a la sopa.

RC - Eso parecería facilísimo, sacar los saleros de circulación.

JG - Ese fue un aporte del profesor Peña, sugirió colocar este artículo. Estos fueron los aportes de la academia, que con el sistema político elabora un instrumento para combatir un factor de riesgo. Es muy importante esto, pero también es muy importante que los políticos, yendo a la otra rama, entendamos con facilidad que hay temas que no pasan por el color de la bandera ni de la lista que se vote. Invertir en salud y hacer que nuestros niños coman hoy más sano para que sean jóvenes, adolescentes y adultos con menos enfermedades y menos problemas de salud es un tema que nos interesa a todos los padres, independientemente del color de la lista que vote cada uno.

RC - No solo desde el punto de vista humano, desde el punto de vista económico también hay un argumento poderoso. Yo sé que duele decirlo.

JG - No quise entrar en ese tema porque quiero volcarme a la salud. El otro también es importante, pero de los dos me quedo con este primero. No desconozco lo que son los gastos agregados en materia de conservación de la salud, cuidado de la salud.

Cuando hicimos el proyecto de ley lo remití a todos aquellos que consideré –y seguramente me quedé muy corto– que podía interesarles y que podían hacer aportes. Me reuní con la Sociedad de Nutricionistas del Uruguay, una excelente reunión en su sede social. Y recibí –y quiero destacarlo, porque pertenezco a la oposición política– aportes desde el oficialismo, que reconozco. Como decía, el maestro Óscar Gómez, presidente de Primaria, no solo apoyó sino que avanzó un poco más en pedirle al Programa de Alimentación Escolar de Primaria un estudio sobre el proyecto de ley que concluyó que era un aporte muy valioso, y nos reunimos hace 48 horas y puso sus equipos técnicos a disposición, que ya están elaborando un listado, me mostraron el borrador.

RC - Volvamos al listado, porque es clarísimo que frutas y verduras lo van a integrar. Pero solo con frutas y verduras no vamos a convencer.

JG - Es difícil integrar las verduras a las cantinas, eso es más para los comedores. Pero los cereales, los lácteos, hay una cantidad de elementos naturales, aunque tienen algunos procesos.

RC - ¿Qué pasa con los carbohidratos?

JG - Todo depende del grado de industrialización. Porque cuando hablamos de las grasas trans, estamos hablando de ácidos grasos a los que se les hace una industrialización determinada para utilizarlos en procesos industriales, no estoy hablando de comida casera. Le agregan diferentes componentes al producto final.

RC - El pan fresco para hacerse un refuerzo.

JG - Vamos a ser claros, es mucho mejor un refuerzo. La publicidad decía "cómase un refuerzo y deje la papita". Hablemos con una maestra rural y nos va a decir cómo hay que hacer la comida para los gurises, para que se alimenten bien. Nos va a hablar de ensopado y de guiso y vamos a ver cómo esos gurises crecen fuertes y sin los problemas que muchas veces podemos tener.

RC - Sí, yo he ido a muchos comedores en los que el desayuno es pan con mermelada.

JG - Un buen eslogan sería ese: cómase un refuerzo y deje el alfajor.

RC - Por ejemplo. Entonces también los carbohidratos entran.

JG - Por supuesto.

RC - ¿Y qué grado de posibilidades hay de que esto se transforme cuanto antes en una lista y comience a procurarse su implantación? Por lo pronto es un proyecto de ley.

JG - Yo tengo esperanza –no esperaza basada en una fe etérea– real, política, de que esto tenga un rápido tratamiento. Es muy importante que hayamos recibido el apoyo de instituciones como Primaria, y el consejero Guasco del Consejo de Educación Secundaria nos mandó un correo electrónico en el que resaltaba la idea y los antecedentes que tenía ese trabajo. Eso es muy importante porque son aspectos institucionales, aunque todos sabemos que tienen un correlato en las acciones que se llevan adelante también desde el oficialismo. Creo que vamos a poder encontrarnos, porque, reitero, estamos hablando de cosas que hacen a valores de la sociedad y a inversiones en salud que cuestan muy poco, que lo que requieren es voluntad política.

Obviamente, va a haber gente desconforme con esto, me consta que hay gente desconforme con este tipo de cosas. Estoy hablando del lado de la industria. Pero –lo digo con sinceridad–, lo lamento, porque los responsables políticos, si somos responsables y no solo políticos, tenemos que tomar decisiones que afectan intereses, o pueden afectar intereses. En todo caso me parece que cuando hablamos de preservar y promocionar la salud de nuestros niños, en cualquier circunstancia, no debe haber muchos intereses que se opongan, o no debería haberlos.

RC - La implementación además depende mucho, como usted decía al principio, del compromiso que los docentes y los directores asuman.

JG - Sin duda alguna, y es en quienes más confío, porque han dado pruebas fehacientes de ser pioneros en el trabajo en este tipo de circunstancias. Como vimos recién los testimonios que llegaban por correo electrónico, muchas veces en forma aislada, ahora lo podrán hacer con el soporte de la ley, si esto se concreta, que los autoriza a promover y proteger la salud prohibiendo por ejemplo la publicidad o la promoción de ciertos alimentos. Confío también, le diría que en igual rango, en los chiquilines. Reitero, me parece que son protagonistas esenciales. Cuando se habla de la participación hay que hablar de la participación en serio, y la participación en serio en esto es el compromiso también de los chiquilines, y directamente también de los padres.

RC - Compromiso que me animo a respaldar en los escolares; no estoy tan segura de los liceales, si usted pretende que se aplique en los dos niveles.

JG - Claro, pero, como todo movimiento social, es evolutivo, para ser liceal antes hay que ser escolar. Quizás sea más difícil en los que ya son liceales, pero si logramos la participación y el compromiso de los escolares de hoy cuando sean liceales vamos a haber ganado mucho terreno.

***

JAE - Dice Roberto: "Tenemos una hija celíaca. ¿Podrían preguntarle al diputado si hay alguna previsión de informar si los alimentos tienen gluten, como existe en Brasil, por ejemplo?".

JG - Con respecto a este tema, que me es muy cercano porque trabajé mucho en el tema de los celíacos, en esta ley, artículo 2, literal D, dice: "Incorporar alimentos aptos para celíacos como forma de promover la equidad también a este nivel". A texto expreso lo colocamos, porque es increíble, son personas, en este caso chiquilines, adolescentes, que tienen muy limitada la variedad de alimentos dentro de un centro educativo, porque afuera pueden encontrar, y se encuentran, aunque a qué precios.

RC - Y hay que salir a buscarlos, no están en todos lados.

JG - Sin embargo, adentro, donde todos meriendan, prácticamente no pueden acceder a ninguno.

JAE - Y es difícil identificarlos.

JG - Es muy difícil identificarlos.

JAE - Varios preguntan si está previsto algo que obligue a informar en los paquetes.

JG - Hay, pero como todo, el control es muy laxo. Esto está muy vinculado a las áreas metropolitanas, a las urbes, el acceso al alimento para celíacos se complica mucho en los lugares que no son ciudades grandes. El otro día me decía una mamá de una niña celíaca, trabajadora rural, una cosa muy dura pero muy gráfica y que nos alerta: "Mi nena nunca tuvo una torta de cumpleaños, nunca pudo festejar su cumpleaños con una torta, porque nosotros vivimos en el medio rural, campo adentro, y no puedo conseguir los elementos para hacer una torta". Fue una niña que tuvo cumpleaños pero nunca torta. Uno dice qué banal, pero no, qué profundo, porque tenemos la obligación, cuando hablamos de equidad, como dice el proyecto, de garantizar esa equidad. No puede ser que haya gente que accede a tener una capacidad de alimentos que le son saludables y otros que por diferentes razones, las que sean, no pueden acceder a esos alimentos que les hacen bien y les son saludables.

RC - Leyendo esta nota, alguno me planteó el tema de los diabéticos. Porque más allá de que las medidas están previstas para evitar la diabetes adquirida, cuando la diabetes está declarada a los diabéticos también se les impone un régimen duro. Entre otras cosas se tienen que evitar una cantidad de dulces y tentaciones. ¿No sería bueno incluir que exista el tipo de alimentación que está especialmente pensada para que el diabético no se prive de algo rico?

JG - Comparto totalmente. Se da la paradoja también de que muchos alimentos que son aptos para diabéticos por no tener azúcares, que son los light, son más caros, porque están vistos desde la perspectiva estética y no desde la perspectiva terapéutica, de la persona que tiene que tomar alimentos carentes de azúcar porque los necesita para su salud.

RC - No porque no quiere engordar.

JG - Exactamente.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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