Entrevistas

Eduardo Brenta: si en Uruguay no se genera más mano de obra, no puede haber desarrollo

Eduardo Brenta: si en Uruguay no se genera más mano de obra, no puede haber desarrollo

En un contexto de desempleo históricamente bajo, en los últimos tiempos la mano de obra es uno de los mayores desafíos para acompañar el crecimiento que viene teniendo el país. ¿Cómo puede hacer Uruguay para contar con más trabajadores disponibles? Entre otras medidas, el Gobierno propone que los jubilados puedan retomar parcialmente la actividad, alienta la inmigración "selectiva" de extranjeros y aspira a que menores de edad trabajen en sectores como la construcción. Para conversar sobre este asunto, En Perspectiva entrevistó al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta, quien explicó que "lo que más sucede es que la gente opta por mantener el cobro de su jubilación y trabajar en la informalidad". "Esta es una situación que queremos terminar para formalizar este trabajo, que después redundaría en una mejora en el recálculo de la jubilación de quien así lo hace", señaló. Por otro lado, en referencia al trabajo de menores bajo determinados controles, el jerarca expresó que combinar "educación y trabajo puede ser algo muy exitoso, porque el trabajo no puede contribuir a la desafiliación del joven de la educación", sino que, por el contrario "debe ser compatible". En este sentido, añadió que para que los jóvenes se incorporen "hay que pensar en regímenes de medio horario, en flexibilidades".


(emitido a las 8.41 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"Los profesionales uruguayos están en todo el mundo, destacándose en todos los ámbitos. Este es un excelente momento para que aquellos que lo deseen puedan volver a su tierra y desarrollarse laboralmente cerca de sus seres queridos, sus costumbres y sus familias."

Ustedes quizás lo leyeron. Con este mensaje, una empresa del rubro de la construcción ha estado publicando avisos para conseguir mano de obra entre los uruguayos que hoy viven afuera.

El Gobierno comparte ese camino y trata de apoyarlo, pero también maneja otras fórmulas para incrementar la mano de obra disponible. Por ejemplo, que los jubilados puedan retomar parcialmente la actividad, alentar la inmigración "selectiva" de extranjeros, e incluso que menores de edad puedan trabajar en sectores como la construcción, en tareas no riesgosas.

Sucede que la mano de obra en los últimos tiempos, en un contexto de desempleo históricamente bajo, es uno de los mayores desafíos para acompañar el crecimiento que viene teniendo el país.

Para conversar sobre esta situación y estas posibilidades, estamos con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta.

Usted ha planteado que con el crecimiento de la economía uruguaya, que se estima para este año en el orden del 4%, se van a crear 25.000 puestos de trabajo. Eso es todo un desafío porque, al mismo tiempo, la desocupación está en niveles históricamente bajos, en el promedio de 2011 fue de apenas 6%.

Empecemos por una pregunta general y después vamos a un poco más de detalle: ¿qué grado de prioridad tiene para el Gobierno incrementar la disponibilidad de trabajadores?

EDUARDO BRENTA:
Tiene un grado de importancia muy significativo, ha sido motivo de análisis en el Consejo de Ministros en forma reiterada, y ha sido una preocupación del presidente creo que desde mucho antes de asumir. El presidente ha planteado de diversas formas este problema vinculándolo a la mano de obra calificada, la no calificada, partiendo de la base de una realidad que es regional, por otra parte, no solo nos compete a los uruguayos. Por ejemplo, la Argentina depende en buena medida de la mano de obra boliviana y paraguaya para la cosecha de buena parte de su producción agrícola, y en este sentido las medidas necesarias tienen una prioridad fundamental.

Desde el punto de vista cultural los uruguayos comprendemos claramente que si no hay carreteras para sacar la producción no hay desarrollo, si no hay energía para prender las máquinas no hay desarrollo, pero todavía no tenemos muy incorporado que si no hay gente tampoco hay desarrollo. Y las cifras que ha mostrado el censo indican un estancamiento desde el punto de vista demográfico, algo que intuíamos. Uruguay tiene un comportamiento demográfico muy similar al de los países desarrollados, y por tanto una población envejecida y que apenas se repone a lo largo destiempo, razón por la cual, cuando ha crecido a tasas como las que se han registrado en los últimos siete u ocho años, el tema de los recursos humanos se convierte en un asunto crítico.

EC - Una de las ideas que ustedes han manejado es permitirles a los jubilados reinsertarse en el mercado laboral. En el caso de la construcción, hoy algunos pasivos ya lo hacen, se desempeñan como docentes, dando cursos. Pero ahora la idea que se maneja es algo más amplio: un sistema de jubilación parcial.

EB - Hay dos cosas diferentes y que creo que se han confundido en los últimos días. Por un lado, está la posibilidad de que jubilados se reintegren; en Uruguay hay una posibilidad desde siempre, que es la suspensión del cobro de la pasividad para trabajar, cosa que sucede, pero lo que más sucede es que la gente opta por trabajar en la informalidad, mantener el cobro de su jubilación y trabajar en la informalidad. Esta es una situación que queremos terminar para formalizar este trabajo, que después redundaría en una mejora en el recálculo de la jubilación de quien así lo hace.

Creemos que fue adecuado dar un primer paso, en un sector muy dinámico como es la construcción hoy, de habilitar a jubilados a trabajar. Decimos "en carácter docente" porque implica acompañar a jóvenes –que ya tienen una calificación previa– en la propia obra, al pie de la obra, calificándolos por la vía de la práctica, por medio de los Fondos de Capacitación de la propia construcción, que se financian con los aportes de trabajadores, empresarios y algo que aporta el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop). Esta experiencia fue muy buena, también participó la UTU, y nuestra idea es extenderla a otros sectores de la actividad tratando de asociar siempre la vuelta de jubilados, que francamente no esperamos sea masiva, no esperamos que haya una avalancha de jubilados en ese sentido, sino una cantidad suficiente para acompañar a jóvenes que están haciendo cursos de capacitación para que puedan simultáneamente hacer su primera experiencia laboral o pasantías. Estos trabajadores trabajarán unos pocos años –porque tampoco van a trabajar hasta el fin de sus días– y podrán compatibilizar el cobro de su jubilación con esta tarea, porque son cajas diferentes, esa es la incompatibilidad en Uruguay.

EC - Estos jubilados que regresarían a trabajar, que experimentarían un estado de jubilación parcial, ¿deberían abocarse a eso, a la docencia, o lisa y llanamente a trabajar?

EB - En muchos sectores dedicarse a la docencia implica participar en el proceso productivo, pero con una mirada distinta. De otra manera estaríamos resolviendo un problema inmediato y dejando para adelante la dificultad más importante, que es la reposición de mano de obra calificada. Estamos pensando en un modelo muy similar al alemán, en el que el trabajador que se retira hace un proceso de acompañamiento del trabajador que lo va a sustituir. Y allí viene la experiencia de la jubilación parcial, que también está muy extendida en Europa, en muchos países, en la que la persona opta por jubilarse, por ejemplo, por el 50%. Esto significa que cobra una pasividad como si se jubilara por la mitad de su salario, por el resto continúa trabajando, y lo hace gradualmente hasta que se retira definitivamente.

EC - ¿Este sistema sería para los trabajadores que se jubilen de ahora en adelante, o para que pudieran reinsertarse los que ya están jubilados?

EB - Los que ya están jubilados tendrían la posibilidad de reinsertarse mediante este mecanismo de capacitación y formación combinado con trabajo, y para los que se jubilen de aquí en adelante –todo esto implica modificaciones legales– la idea es instrumentar una jubilación gradual en que el trabajador vaya optando por porcentajes de jubilación. Son dos mecanismos diferentes.

EC - Ahora entendí, son dos cosas distintas.

EB - Distintas, pero se combinan para no generar una situación de caos desde el punto de vista de los pagos que el Banco de Previsión Social (BPS) debe realizar en esta materia.

EC - ¿De qué forma se garantiza que un instrumento como este no termine entorpeciendo el acceso al empleo de los jóvenes? Este es un detalle importante, el mercado laboral muestra algunas contradicciones: entre los jóvenes, concretamente, el desempleo triplica el desempleo general.

EB - A principios de año recibimos una propuesta de la Cámara de Industrias que básicamente consistía en la incorporación de jubilados asociada a una especie de cláusula gatillo: si la desocupación supera determinado nivel los jubilados saldrían del mercado, con una renovación semestral de los contratos. Este mecanismo no nos pareció suficiente por la razón que usted menciona, porque podría constituirse no solo en un obstáculo para el ingreso de jóvenes, sino eventualmente en un mecanismo de desplazamiento de trabajadores que ya están trabajando.

Tenemos que ser muy cuidadosos en esto. Se nos ha dicho que podíamos haber instrumentado un sistema muy rápido, pero no es así. Además estamos en medio del Diálogo Nacional por la Seguridad Social, que en el período anterior fue muy exitoso, de él surgieron las modificaciones al régimen de seguro de desempleo, la jubilación anticipada, el año de jubilación a las mujeres por cada hijo, en forma bastante consensual entre empresarios y trabajadores y partidos políticos. Aspiramos a que las soluciones en esta materia también alcancen niveles de consenso importantes, y creo que este primer paso que es la incorporación de jubilados –yo digo en carácter docente porque me parece que es una forma de que se comprenda claramente– va a tener un alto nivel de consenso. Luego pasaríamos eventualmente a considerar –ya se comienza a considerar– la jubilación parcial e iríamos por otras medidas en el marco de la seguridad social. Pero estas no son las únicas medidas, claramente esto tiene que ir acompañado de otras.

EC - Por ejemplo, las cámaras de la construcción pidieron que se habilite el trabajo de menores de 18 años en ese sector para contemplar la falta de mano de obra que se viene notando y también para lo que se prevé que va a faltar ahora, ya mismo, este año, el año que viene, con obras muy grandes, con emprendimientos muy grandes, por mencionar uno nada más, el de Montes del Plata.

EB - Exacto. La Cámara de la Construcción además es consciente –porque mantenemos una relación extremadamente fluida con su sindicato– de que cada trabajador que va a la construcción es un trabajador menos en el medio rural, este sector funciona como una aspiradora de otros sectores. Hay que saber cuál es la legislación vigente, en Uruguay en el trabajo rural se puede trabajar desde los 14 años y en el resto desde los 15 años. Pero esto implica una autorización del INAU que es imprescindible para que el joven pueda acceder al trabajo. Hay una serie de limitaciones, que están establecidas por normas legales vigentes en el Uruguay y por convenios internacionales que el país tiene en la materia. Yo empecé a los 14 años, tengo claro que combinando educación y trabajo esto puede ser muy exitoso, porque en nuestra opinión el trabajo no puede contribuir a la desafiliación del joven de la educación. Por el contrario, debe ser compatible, por tanto ahí hay que pensar en regímenes de medio horario, en flexibilidades, para que los jóvenes se incorporen.

Y deben contemplarse los aspectos de seguridad. No puede haber un niño de 14 años en un andamio en la construcción, pero sí en una serie de tareas que es posible encontrar, donde los riesgos no existan o sean muy bajos. Porque quienes hoy alientan, a veces quizás con un poco de ligereza, la posibilidad de incorporación de jóvenes no van a estar el día que suceda un accidente. Tenemos que tener la responsabilidad de hacerlo dentro de las normas, quizás eliminando algunas rigideces propias de quienes toman una actitud de defensa de una posición.

EC - ¿Qué rigidez, por ejemplo, habría que eliminar?

EB - Es una cuestión básicamente de gestión. Hay una tendencia en general a no aceptar que los jóvenes trabajen, y me parece que en esto hay que evaluar con más precisión. Esa es una tarea que le corresponde al INAU, y yo sé que las autoridades del INAU están trabajando en esto, de hecho estamos trabajando en conjuntamente, pero no debemos por esto violar ni normas legales vigentes en el Uruguay ni mucho menos convenios internacionales en esta materia.

EC - Otra cantera donde se supone que se puede obtener mano de obra en estas circunstancias es el sector de las mujeres. La tasa de desempleo entre las mujeres es muy superior a la de los hombres, 7,8 en las mujeres, 4,8 en los hombres en el promedio enero-setiembre de 2011. ¿Allí también está previsto implementar medidas?

EB - Sí. La tasa de actividad masculina en Uruguay está en su techo. Para ser gráficos: no hay más hombres en el Uruguay en términos generales; obviamente siempre hay excepciones, situaciones, pero si uno mira una secuencia histórica, desde el año 86 ha tenido vaivenes, pero en términos generales la tasa masculina está en el techo. Lo que ha crecido es la tasa de actividad de las mujeres, como consecuencia de lo anterior. Si uno analiza la población económicamente activa en Uruguay hoy, hay 200.000 mujeres que no trabajan en forma remunerada, que trabajan en el hogar cumpliendo fundamentalmente tareas que tienen que ver con el cuidado de niños, adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad.

La idea es instrumentar un Sistema Nacional de Cuidados. En esto ya estamos trabajando con otros ministerios en el marco del Gabinete Social, buscando ofrecer un sistema de cuidados de calidad tal que la mujer opte, con confianza, por que sus niños queden bajo ese cuidado mientras desarrolla tareas laborales. El ejemplo más contundente de esto es que solo un 40% de las mujeres que tienen hijos de entre cero y tres años trabaja a tiempo completo. Los hombres trabajan el 90%, está claro que en la sociedad uruguaya los roles están muy definidos: las mujeres cuidan a los hijos y los hombres trabajan. Entonces este cambio cultural muy importante, que tiene que ver con temas de género, que va mucho más allá del mundo del trabajo, es parte de la instrumentación de medidas. Y como el Sistema Nacional de Cuidados va a ser un proceso gradual, podemos ir avanzando, porque allí hay 200.000 mujeres que podrían ser una solución rápida, razonable. Deberían ir acompañadas además por procesos de formación y calificación, básicos por lo menos, que les permitan ingresar. Ojo: 2% de ellas son universitarias, por ejemplo, un 30% tiene educación secundaria parcial; quiere decir que hay allí además recursos humanos con ciertos niveles de calificación importantes.

***

EC - Para atenuar la falta de mano de obra usted también ha anunciado la inmigración selectiva de extranjeros. ¿De qué perfil de inmigrantes estaríamos hablando?

EB - En ese caso hablamos exclusivamente de inmigrantes de alto nivel de capacitación o calificación, básicamente profesionales. Usted leía al inicio de la nota un aviso de una empresa de la construcción que busca eso.

EC - Sí, es una empresa que se ha puesto por sí misma a buscar ese tipo de empleados afuera, con avisos en prensa, con un sitio en internet, con distintos mecanismos.

EB - Exacto. En la construcción –una rama que conozco bastante– está surgiendo el fenómeno de que las empresas, por ejemplo españolas, que tienen filiales en Uruguay están trayendo por sí mismas trabajadores uruguayos o no, fundamentalmente ingenieros, arquitectos y demás. Quiere decir que el fenómeno ya empezó, el asunto es cómo logramos que el Gobierno juegue un papel proactivo en ese sentido. Una de las apuestas más importantes ha sido la creación, en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en la Rendición de Cuentas, de una unidad para darles atención especial a los uruguayos. Esta unidad se está conformando todavía, pero va a tener una página web y un mecanismo telefónico para comunicarse a fin de que los uruguayos puedan evacuar sus dudas respecto de sus posibilidades laborales en Uruguay.

Para un uruguayo en el exterior conseguir trabajo resuelve muchos problemas. Por ejemplo, permite el acceso a la salud de él y su familia, y permite también obtener una garantía para alquilar. Lo que queda pendiente, y es un problema sobre el que hay que trabajar, es la inserción de los niños, en caso de haberlos, en el sistema educativo cuando se regresa a mitad de año. Esto es una dificultad real. Sobre fines de marzo estaríamos poniendo en marcha una página web denominada "Vía trabajo" a la cual se va a poder acceder desde todo el mundo, pero nuestro interés específico es el uruguayo. Allí va a estar disponible toda la oferta  de trabajo del sector público y aspiramos a que esté toda la del sector privado también, de forma que nuestros Centros Públicos de Empleo, que están en todo el país, logren –mediante el llenado de un formulario, una especie de currículo de la persona– hacer la intermediación laboral que el MTSS tiene como rol realizar para que ese trabajador que busca una oportunidad laboral en el Uruguay para definir su regreso –y el trabajo es decisivo para definir el regreso– logre un contrato de trabajo quizás antes de volver.

EC - ¿El Estado pondrá algo para empujar ese regreso?

EB - En principio no está definido y no está descartado. Estas políticas son relativamente nuevas, Uruguay en términos generales ha tenido un comportamiento exactamente inverso, durante décadas ha expulsado a buena parte de su población, la más calificada, y en 2001 y 2002 expulsó la más calificada y la menos calificada, toda. Buena parte de la gente que se fue en esos años fue a trabajar al bum de la construcción en España, razón por la cual seguramente ha adquirido una calificación. Esa persona va a poder llenar un currículo en esa página web, enviárnoslo y nosotros trataremos de empatar esta demanda con la oferta, haciendo lo que ya hacemos a nivel nacional en los Centros Públicos de Empleo en todo el territorio nacional donde en muchos casos se ayuda a la gente a hacer un currículo –hay gente que no sabe hacerlo– y se le busca una oportunidad laboral de características similares a sus posibilidades. Esta es una apuesta importante. No descartamos otros incentivos, ya los hay en la Ley de Migraciones, los que permiten a los uruguayos traer sin costo por ejemplo un taller, un emprendimiento propio que pueda ser traído al país, mucha gente lo ha hecho, los trámites por suerte se han agilitado y esta es una ayuda muy importante. Si hablamos de incentivo económico, creo que todavía no estamos en el momento, aunque no se descarta.

EC - Y en el caso de inmigrantes extranjeros, ¿Uruguay puede competir en esto de atraer extranjeros calificados? Se lo pregunto porque no somos los únicos.

EB - No, no somos los únicos.

EC - Brasil, por ejemplo, anunció a mediados de enero que prepara un paquete de medidas para facilitar la inmigración de 400.000 profesionales y trabajadores especializados.

EB - Esto nos preocupa mucho. El año pasado Brasil atrajo un 57% más –1,5 millones en diciembre– de trabajadores fundamentalmente de origen boliviano y paraguayo, mano de obra de escasa calificación cuyo destino son básicamente tareas agrícolas y demás. Brasil está prendiendo una aspiradora, y creemos que es imprescindible acordar en el Mercosur. Ayer nos preguntaban en una radio argentina si nosotros queríamos traer argentinos; nosotros queremos primero darles una oportunidad a los uruguayos que están en Argentina. Además no queremos –ni podemos– competir con Argentina y con Brasil en esta materia, pero sí podemos asociarnos a algunos de los programas que estos países están desarrollando o van a desarrollar. Lo de Brasil está todavía en proceso de elaboración.

EC - Hay un equipo formado por economistas, juristas, demógrafos, sociólogos...

EB - A nivel de la Presidencia, además.

EC - La fórmula final va a estar pronta dentro de un par de meses. Da la impresión de que se pusieron esta asignatura entre manos de una forma muy profesional, muy fuerte. ¿Uruguay está igualmente preparado?

EB - Creo que Uruguay está en condiciones, por medio de la Junta de las Migraciones, de poner un equipo de nivel técnico similar o de características similares, o al menos de darle una jerarquía política similar al tema a los efectos de poder aspirar a esto. He escuchado comentarios como: "¿Y qué pasa con los uruguayos?". Estamos pensando en trabajadores calificados en áreas de la actividad económica en que la demanda de trabajadores supera a la oferta, no estamos pensando en sacarle el trabajo a ningún uruguayo. Al contrario, estamos pensando en traer trabajadores de alta calificación no solo para que aporten donde no hay, sino para que al mismo tiempo colaboren en la formación de otros por la propia vía del desarrollo del trabajo.

EC - ¿Y los salarios en Uruguay?

EB - Aquí está el problema.

EC - ¿Para un trabajador extranjero pueden resultar atractivos?

EB - En algunos sectores es posible que el Uruguay compita con algunos países. Estamos pensando fundamentalmente en España en algunos sectores en los que los niveles de desempleo son muy altos. Ahí ya no estamos compitiendo en salario, porque ahí no hay empleo, entonces es posible que los niveles salariales de Uruguay –que aún continúan siendo bajos, con relación a países europeos ni que hablar, pero también con relación a algunos de la región– logren constituirse en un elemento atractivo. El país podría complementar esto con otras cualidades, que son sus características propias de país pequeño, con dimensiones humanas, etcétera. Eso es un atractivo, de hecho lo es, hay una corriente de argentinos que se está instalando a vivir en Uruguay, es una especie de goteo permanente que las autoridades de la Embajada Argentina nos hacen saber dos por tres, y es gente que no viene por razones por razones económicas, opta por vivir en Uruguay y eventualmente trabajar en Argentina. Uruguay tiene que ofrecer un paquete global, en el cual el trabajo sea una parte, pero en el que haya otros elementos que permitan atraerlos. De hecho, nuestra fuente tienen que ser aquellos países con altos niveles de desempleo. Y me parece que lo que debemos hacer –y de hecho lo vamos a hacer– es impulsar una política de coordinación a nivel del Mercosur. No vamos a disputar, no podemos disputar con Brasil y Argentina las potencialidades de los mercados de trabajo.

EC - No entiendo cómo sería la coordinación en esta materia.

EB - Existe un nivel de coordinación muy importante por ejemplo entre los ministerios de Trabajo de la región, que han acordado múltiples aspectos.

EC - Pero en esto, ¿cómo se haría?

EB - La posibilidad sería establecer mecanismos que regulen la llegada de inmigrantes comunes que reciban una oferta Mercosur.

EC - Que no haya condiciones desparejas.

EB - Que no haya competencia. Le comentaba esta nota: "¿Quieren ustedes llevar argentinos?". Nosotros no queremos traer argentinos, fundamentalmente nos interesa traer personas de países donde hoy los niveles de desempleo superan el 20%. Si todos vamos al mismo nicho tendríamos que tratar de coordinar políticas. Esto es la voluntad política del Gobierno uruguayo, porque la otra posibilidad, que es pelear con Brasil o con Argentina en este aspecto, o pelear con Chile, que también está llevando políticas de ese tipo, parece una cuestión bastante difícil de realizar para un país de las dimensiones de Uruguay. Creo que hay condiciones para esto en el Mercosur, que hay posibilidades de avanzar en ese sentido y encontrar una alternativa distinta, impensable años atrás, que lleve mucha gente.

Yo escuchaba un medio de comunicación decir "¿y los uruguayos que estamos acá?". Pero Uruguay ha hecho alguna experiencia, como el Instituto Pasteur, por ejemplo, que ha permitido regresar a técnicos de altísimo nivel con la posibilidad de desarrollarse en su propio país y de crecer desde el punto de vista profesional. Hay que complementar estos aspectos con una diferencia desde el punto de vista salarial que todavía persiste. A pesar de que hace ocho años que los salarios en Uruguay han crecido, que son los más altos en materia de crecimiento real en el último año según la OIT de los 17 países de América Latina y el Caribe, aún son bajos y debemos continuar en este proceso.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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