Bacteria resistente. Carta del director de Epidemiolgía al ministro Bonilla
El suspendido director de Epidemiología, doctor Sergio Curto, refuta la acusación de haber retenido información sobre la bacteria resistente a los antibióticos. Tomado de La República, 04.08.2004
Montevideo, 31 de julio de 2004.
Sr. Ministro de Salud Pública
Dr. Conrado Bonilla
Presente
El motivo de la presente es hacerle conocer mi más profunda indignación y sorprendida desilusión con motivo de la situación creada por su decisión de separarme del cargo e iniciar una investigación sobre mi desempeño en la función de Director del Departamento de Epidemiología.
Las razones expresadas a la prensa sobre los motivos de la investigación no explican el agravio del que soy objeto. El daño moral, profesional y familiar que esta decisión me ha causado es enorme e injustificado y difícilmente podrá ser reparado.
Tengo una Maestría en Epidemiología y soy funcionario del MSP desde hace 29 años, todos ellos en lo que es hoy el Departamento de Epidemiología. En ese período he desarrollado una carrera profesional y técnica que me llevó a ocupar la mayoría de los cargos de responsabilidad dentro del área epidemiológica del MSP y a realizar todas las actividades vinculadas con la vigilancia, investigación y control epidemiológico, desde la planificación a las acciones en terreno.
Es así que, habiendo comenzado como vacunador, llegué a desempeñar la Dirección del Programa Ampliado de Vacunaciones (PAI) durante 15 años y de la Sección Inmunizaciones del MSP. En esta función participé en el Grupo Técnico Asesor del PAI de la Organización Panamericana de la Salud y en numerosas actividades internacionales representando a mi país y al Ministerio. Fui en ese período el responsable de las acciones de vigilancia y control para la Erradicación de la Poliomielitis, meta alcanzada en 1994, y de su seguimiento posterior.
También desempeñé funciones como director de la sección Control de Enfermedades Transmisibles, como director de Vigilancia Epidemiológica, director del Departamento de Protección de Salud (que agrupaba lo que es hoy Salud Ocupacional, Salud Ambiental, Nutrición e Inocuidad de Alimentos), fui subdirector de la entonces denominada División Epidemiología y finalmente, en el año 2000, director de la misma División, hoy transformada en Departamento.
En todos estos años he logrado cimentar, exclusivamente en base a dedicación técnica y esfuerzo personal -sin prebendas ni atajos políticos-, un reconocimiento profesional que hasta la fecha jamás había sido cuestionado por ninguno de los múltiples secretarios de estado para quienes he trabajado con lealtad profesional y honestidad intelectual durante más de un cuarto de siglo. A esto debo agregar, con íntima satisfacción, el afecto y la solidaridad que compañeros, colegas y funcionarios del MSP, así como ex jerarcas del más alto nivel de este Ministerio, me han hecho llegar por encima de banderías políticas y otras diferencias.
Mi trayectoria, mi reputación profesional, mi conducta moral y mis principios éticos han sido indefectiblemente afrentados por esta presunción difamatoria, que se ha difundido por los medios habiendo quedado yo, por razones obvias, imposibilitado de dar mi versión de los hechos. La afrenta moral ocasionada por la investigación dispuesta por las autoridades del MSP se agrava con la decisión innecesaria de separarme del cargo, lo cual trasunta la sospecha de que mi permanencia pudiera significar riegos o perjuicios que no han sido explicados. Seguramente porque no existen.
Hoy las autoridades del MSP me acusan en los medios de prensa de no haber comunicado información sobre hechos y circunstancias concretas, una información de la que tengo, no sólo la más absoluta certeza de haberla puesto en conocimiento de la directora de la División Salud de la Población y del director general de la Salud, sino que, además la documentación existente habrá de demostrar fehacientemente que fue así. Porque más allá de este episodio puntual, tanto el director general de la Salud como la directora de la División Salud de la Población, saben perfectamente que el cien por ciento de los asuntos entrados en el Departamento de Epidemiología, hasta los más nimios, han sido elevados siempre y bajo cualquier circunstancia para conocimiento de la superioridad jerárquica como práctica de rutina.
En consecuencia, ambos jerarcas estaban en pleno conocimiento de la información que la Dirección Nacional de Cárceles del Ministerio del Interior envió al MSP acerca de un brote de forunculosis ocurrido en el año 2003, en varios establecimientos de reclusión, y que fue controlado con absoluto éxito por parte del Servicio Médico Penitenciario. La documentación enviada a título informativo detalla que, además de controlar el brote, se estudió la cepa, enviándola al exterior y culmina anunciando la publicación académica del trabajo realizado, y que abarca en total cinco casos detectados del Staphylococcus aureus meticilino resistente. Este informe fue recibido en el mes de noviembre de 2003 por la Dirección General de la Salud y fue enviado a la División Salud de la Población, y de ésta al Departamento de Epidemiología. El Departamento dirigió este expediente a la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y, una vez retornado, lo elevó nuevamente a la División Salud de la Población.
Con relación a mi participación en algunas de las visitas a establecimientos de reclusión en el marco de las acciones de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, también mencionada a los medios de prensa como elemento justificatorio de este agravio, me corresponde señalar que la misma ocurrió en el período de gestión de las anteriores autoridades del MSP y que dio lugar a un informe sobre las condiciones higiénico-sanitarias y riesgos ambientales de los establecimientos visitados. Luego de lo cual no intervine más en esta actividad. Dicho informe, elevado oportunamente por el grupo de técnicos participantes, con el visto bueno de las autoridades del momento y la firma de los técnicos intervinientes, se presentó a la citada Comisión parlamentaria.
En consecuencia se me está acusando públicamente de haber retenido información acerca de hechos que estaban en conocimiento de todos los niveles jerárquicos correspondientes del MSP y sólo se me destituye a mí, acusándome en solitario de ocultar algo que todos sabían.
¿Qué garantías puedo tener en el procedimiento iniciado, si el jerarca que determinó la investigación es parte involucrada, y además me consta que estaba en conocimiento de la información de la cual -me enteré por la prensa- me acusa de retener? No hay que ser perspicaz para darse cuenta que aquellas garantías son casi nulas.
Sr. Ministro: esta no sólo es una decisión equivocada, es también una grave injusticia, que se pudo haber evitado. Lamento no haber tenido la mínima oportunidad de darle mi versión de los hechos, que seguramente es bastante diferente de la que otros le deben haber proporcionado. Lamento no haber tenido ese elemental derecho a defender mi actuación profesional de tantos años, que ha sido irremediablemente salpicada frente a la opinión pública y académica del país.
Ud. es consciente que desde el inicio mismo de su gestión le hice saber que contaba con mi incondicional y expresa colaboración técnica y humana, porque concurrí personalmente a expresarle mi disposición de estar de pie y a la orden para apoyar su tarea sin pedir nada a cambio y sin más interés que cumplir con mi trabajo contribuyendo así a la salud de los uruguayos.
Saluda a Ud. atentamente
Dr. Sergio Curto
Con Copia:
- Dirección General de la Salud
- División Salud de la Población
- Mesa de Entrada: Para adjuntar a la investigación dispuesta en Ref. 2415/2004 de fecha 28/7/2004.