"No existe en la opinión una sensación de que el Gobierno no concreta las cosas, al contrario, los que piensan eso son las elites sociales. De todas formas con respecto al tono de la negociación que tiene Mujica, en general creemos que esa posición la ve bien la gente, la mayoría, hay una saturación respecto a la confrontación política por parte de la población. La posición dialoguista extrema de Mujica en realidad le genera más costos dentro de la propia izquierda que de cara a la opinión pública que mayoritariamente lo aprueba", señaló Zuasnábar.

El politólogo manifestó que el tercer año, en todos los casos de todos los gobiernos, "suele ser un punto de quiebre importante en la capacidad de concreción. Deteniéndonos un poco en estos dos primeros años, podemos decir que parece haber cierta disociación en la forma en que ven al Gobierno las elites y la opinión publica en general. Las elites empresariales o políticas tienen visiones que pasan de las moderadas a las criticas, señalando niveles de poca concreción y marcando retrocesos".

Al analizar la opinión de la gente "de a pie", se puede apreciar "que no predominan las visiones críticas con un balance favorable. Eso abre interrogantes que aun no tienen respuestas pero si hipótesis explicativas. Algunos sectores de la opinión publica no necesariamente realizan un balance racional en términos de logros y concreciones sino que tienen hacia el presidente Mujica un tipo de fidelidad que tiene mucho de irracional, de un componente de identidad con él como líder", indicó Zuasnábar.

El director de Equipos Mori señaló que esta identificación "es parte de la historia de la llegada del presidente Mujica al Gobierno, esa base se mantiene con cierta independencia de un balance mas racional, que si tienen las elites".

Zuasnábar agregó que "la ultima encuesta disponible que tenemos de diciembre marcaba una aprobación del 49% para el presidente y su gestión, casi igual a la que voto a Mujica en 2009", o sea que "la base política de apoyo esta incambiada pero cuando uno mira la mitad que no aprueba al presidente, no tenemos en esa mitad juicios críticos abrumadores. Hay un cuarto con juicios críticos (un 25%) y otra cuarto que tiene juicios intermedios".

Para Zuasnábar, parte del secreto esta en el correcto manejo de la economía. "Para una parte importante la realidad económica funcione bien con empleos razonables, con salarios que se reajusten cada seis meses, etc, todo esto marca un impulso muy fuerte y una base para que no se amplifique un discurso critico. En un razonamiento simple, el ciudadano común entiende que tan mal las cosas no se hacen porque sino el país no estaría andando bien", conlcuyó.