Según Zuaznábar, la opinión pública sobre el desempeño del presidente Mujica y del Gobierno en su conjunto en estos primeros años marcan "cierta ambivalencia" aunque tienen "niveles de apoyo relativamente importantes".

El punto más bajo que marcó el gobierno fue 42 % a mediados del año pasado –época en la que se discutía a la anulación parlamentaria de la ley de Caducidad-. En ese entonces los niveles desaprobación llegaron al 30%.

Hacia diciembre de 2011 –mes en el que Equipos Mori realizó su última encuesta de opinión pública- la aprobación se ubicaba entre el 48 y 49% y la desaprobación apenas por encima del 20 %.

"Por ahora el apoyo es en términos numéricos es bastante similar al recibido en las urnas", dijo.

"Lo que es interesante", agregó, "es que hay algunas diferencias sobre las visiones que las élites tienen sobre el Gobierno y las mediciones de la opinión publica. El sector empresarial, el académico y el político –incluso dentro de la propia izquierda-  tienden a tener juicios críticos o moderados, viendo un Gobierno con problemas de ejecución. Sin embargo, en la opinión pública los niveles de desaprobación son más bajos. Hay más visiones positivas que negativas, a diferencia de las élites".

Si se comparara la aprobación de Mujica en 2012 con la que tuvo Tabaré Vázquez en su segundo año de mandato, el apoyo en términos numéricos es similar. Aunque la comparación podría ser engañosa ya que no son comparables los contextos que rodearon a ambas administraciones, enfatizó el politólogo.
El punto más crítico de la gestión de Mujica es la inseguridad.

"La fuente principal de insatisfacción de la ciudadanía es la inseguridad. Sobre esto hay que hacer un matiz importante, si bien esto es cierto también es cierto que la mayoría de los uruguayos piensa que el Gobierno no está cruzado de brazos frente a este problema. Sin embargo, algunas políticas como los megaoperativos tienen mucha aprobación aunque se reconoce que no es suficiente".
 
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