En Primera Persona

Todo un avance y, ojalá, un nuevo estado del alma

Por Emiliano Cotelo.


El jueves pasado se firmó el acuerdo multipartidario para una reforma educativa.

Y desde ese día se ha discutido mucho si estamos ante un hecho importante o un mero saludo a la bandera.

Yo creo que se trata de una muy buena nueva, que merece destacarse.

Durante varios meses de discusiones hemos tratado este tema En Perspectiva desde diversos ángulos: hemos informado, por supuesto; pero además hemos realizado entrevistas a los diferentes sectores partidarios, hemos organizado debates, hemos dado paso al análisis de expertos y, por supuesto, hemos incluido el tema en una cantidad de tertulias. Hoy, cuando finalmente hay un pacto avalado por todos los partidos, siento, como director de este programa, que no podemos pasar por esta noticia como una más. Por eso, retomo la vieja costumbre de los editoriales para contarles lo que yo pienso.

Significativo y alentador

Yo creo que lo que ocurrió el jueves pasado en casa de gobierno fue un episodio político significativo y alentador.

En primer lugar, porque siempre he creído necesario que, en asuntos clave para el país, el Uruguay pueda contar con acuerdos nacionales. ¡Y vaya si la crisis que enfrentamos en materia de educación es uno de esos asuntos fundamentales en los que los uruguayos tenemos que ser capaces de dejar a un lado la tentación del "perfilismo" y negociar en procura de entendimientos! Entonces, la sola foto de la mesa en la que se ve al presidente José Mujica y los líderes del Frente Amplio, el Partido Nacional, el Partido Colorado y el Partido Independiente firmando el documento ya merece mi aplauso y me hace respirar aliviado.

Después, claro, hay que examinar el contenido de ese papel y sus documentos anexos.

Hay quienes sostienen que la sustancia es escasa.

Veamos.

El doble voto

En cuanto a otorgarle doble voto al presidente del Codicen, yo creo que el paso es relevante. Sobre todo porque consolida la autoridad de las autoridades políticas en las decisiones fundamentales.

Yo no niego que pueda haber representantes de los docentes en los organismos de la enseñanza; por ejemplo, 2 en 5 en el Codicen, como se dispuso en la ley de educación en la administración de Tabaré Vázquez. Pero la conducción debe responder a los lineamientos del partido electo por la gente en las urnas para que dirija el país (por ese partido y, en la medida de lo posible, en acuerdo con los partidos de la oposición).  

Obviamente, para lograr eso esta fórmula que ahora se introduce tampoco alcanza por sí sola. Ahora todo dependerá de la habilidad del gobierno para elegir a las personas que ocupan los cargos de presidente y vicepresidente del Codicen. Esas personas deberán contar con credenciales académicas, deberán tener dotes ejecutivas, pero además deberán responder, ambas, a la línea del gobierno.  Todo lo que pasó en  torno al Plan Pro-Mejora demostró que varios de los nombres "de confianza" seleccionados en 2010 por el nuevo gobierno no reunían todos estos requisitos. El caso más flagrante se dio en el Consejo de Secundaria, donde la presidenta Pilar Ubilla y el vicepresidente Fernando Tomeo se plantaron de punta contra una experiencia que Mujica promovía. Mujica aprendió la lección y gestionó sus alejamientos. Pero ojo que dentro del propio Codicen también ha habido cortocircuitos entre José Seoane y Nora Castro; así que ese es otro frente a observar con cuidado.

Evaluación

Por otro lado, el acuerdo respalda la instalación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa. Acá hay poco de novedoso porque este instituto ya estaba muy cerca de ponerse en marcha (después de varias demoras, porque fue creado por ley en el año 2008 y más tarde, en 2011, ya en este período, se acordó otra ley que modifica la composición de su comisión directiva). Afortunadamente, por lo visto, ahora se han despejado los obstáculos. Y eso tendrá consecuencias muy importantes. La evaluación de la calidad de la enseñanza marcará un antes y un después en nuestro país y permitirá que el diseño de las políticas a seguir en esta materia se apoye sobre bases más sólidas.

Fortalecimiento de los centros

Paso a otro de los capítulos del acuerdo: un plan para el "Fortalecimiento de los centros educativos" (es decir, las escuelas, los liceos y las escuelas de UTU), dotándolos de un mayor grado de autonomía pedagógica y de gestión, habilitando que se desarrollen proyectos pedagógicos con perfiles propios.  

Esto, que algunos ven como la generalización del Pro-Mejora, resulta, para mí, muy saludable.

Hace años que estamos empantanados tratando de encontrar un nuevo modelo educativo que mejore los resultados que hoy muestra el sistema, que se adapte a las transformaciones que ha tenido la sociedad y que resulte atractivo para los alumnos. La controversia es enorme y el Frente Amplio en particular no es capaz de llegar a un acuerdo interno. Mientras tanto seguimos perdiendo tiempo y, sobre todo, los jóvenes siguen perdiendo el tiempo metidos en una maquinaria ineficiente. ¿Por qué, entonces, no abrimos algún margen de libertad académica para que diferentes institutos de enseñanza hagan  sus propias experiencias y después las evaluemos y podamos sacar conclusiones sobre sus fortalezas y sus debilidades?

Yo creo que esa es la gran ventaja de este capítulo del acuerdo firmado la semana pasada: permite, igual que con el Pro-Mejora, que entre aire fresco al sistema.  

Pero el capítulo no se queda allí, sino que además otorga una serie de herramientas para apoyar esas experiencias. Por ejemplo, introduce mejoras absolutamente imprescindibles, como la permanencia de los directores en sus centros por, por lo menos, tres años; avanza con el concepto de profesor-cargo, afincándolo en su centro también por tres años y acorralando la patología de los "profesores taxis"; en fin: es el impulso a la conformación de verdaderas comunidades educativas, que le den estabilidad a los planes de una escuela, un liceo o una escuela de UTU, y que además les permitan a sus cuerpos docentes conocer mejor a sus alumnos y sus familias, y adaptar algunos temas y algunos recursos pedagógicos a la realidad social y económica de la localidad donde están inmersos, para lo cual también se irá a la instalación de los Consejos de Participación, otra asignatura pendiente.

Podría seguir con otros puntos, pero destaco uno más: también se aclara que la infraestructura ha de estar proporcionada a las dimensiones deseables del centro educativo, con las dotaciones básicas aseguradas y mantenidas, para lo cual se otorgarán partidas presupuestales a cada uno para que puedan ejecutar en el transcurso del año.

En suma: todo en este capítulo suena muy positivo. Se podrá especular con que es todo teoría y ahora hay que ver cómo se lleva a la práctica. Lo admito. Pero la hoja de ruta abre posibilidades muy interesantes.

Enseñanza técnica y tecnológica

Por último, el presidente Mujica y todos los partidos políticos se comprometieron a respaldar la creación de una universidad tecnológica a ubicarse en el interior del país, en el marco de un plan para fortalecer la enseñanza técnico-tecnológica.
 
Este es el capítulo que yo, por ahora, veo más borroso. No tengo dudas de que la evolución económica del país requiere poner un mayor énfasis en la educación técnico-tecnológica.

Pero...¿la solución apropiada es la creación de una universidad especializada en el interior? Puede ser. De todos modos, el texto del documento anexo no me resulta del todo claro y deja, a mi gusto, demasiadas opciones abiertas. Tendremos que profundizar en él en los próximos días, entrevistando a sus redactores y a los expertos en estos temas. De todos modos, lo que es cierto es que estamos ante otro bloqueo que el sistema político se propone derrumbar, y eso ya es, para mí, motivo de alivio.

Que se repita

Para terminar, y volviendo sobre el conjunto de acuerdo, ahora viene la etapa de aterrizaje de estos documentos para implementar los planes concretos, los instrumentos, las metas y los plazos. O sea: falta mucho. Eso es obvio. Pero lo valioso es el "blindaje político" que rodea a estas ideas y que les permitirá enfrentar mejor las resistencias que puedan plantearse. Lo valioso es el hecho de que estén todos los partidos empujándolas y que, al mismo tiempo, todos los líderes proclamen que están listos para seguir reuniéndose y cooperando en estos asuntos, incluso anticipando que tienen otros proyectos para aportar a la mesa común.

Ese impulso y ese "estado del alma" hablan de un ambiente nuevo al que vale la pena apostar con esperanza.  

En estos días, cuando tanto se debate a propósito de cuál es el balance de los dos años de esta administración, hay que reconocerle al presidente Mujica el empeño con el cual encaró este desafío y la forma cómo batalló para acercar posiciones. Y hay que reconocerle a la oposición, (y en especial al senador Jorge Larrañaga), el talante constructivo, la apertura y la paciencia con los cuales sus dirigentes encararon estas conversaciones.

Que se repita.

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