(emitido a las 7.42 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Las restricciones que aplica Argentina para la entrada de productos uruguayos a ese mercado motivaron ayer un nuevo encuentro bilateral. Esta vez estuvo encabezado por los propios presidentes, José Mujica y Cristina Fernández, y tuvo lugar en Buenos Aires, en la residencia de Olivos.

Desde Uruguay Mujica viajó acompañado por el subsecretario de Economía, Luis Porto. En el encuentro también participó el embajador uruguayo en la República Argentina, Guillermo Pomi.

Según lo que declararon algunos de los participantes de esta audiencia, la delegación uruguaya hizo hincapié en que se revea la política proteccionista que dificulta el flujo comercial para varios productos de fabricación nacional.

De eso es que vamos a conversar a partir de este momento con el subsecretario de Economía, Luis Porto.

¿Cómo ubica esta reunión en el contexto de otro diálogos con Argentina por estos problemas que ya tienen meses?

LUIS PORTO:
La reunión transcurrió en forma muy amena. Se tocaron diferentes temas puntuales, se hizo un mayor hincapié en los temas comerciales pero también se trató el tema de la próxima cumbre de presidentes en Cartagena, por ejemplo. Pero en general se centró en los temas comerciales que hemos venido trabajando efectivamente en los últimos meses con el embajador Pomi en Buenos Aires.

En primer término, estamos frente a un problema que desde nuestro punto de vista no se origina en Argentina ni en Brasil, sino que es el producto de la situación internacional que se está viviendo. Cuando se habla de proteccionismo hay que hablar de proteccionismo en el sentido más riguroso del término. Esto implica no hablar solamente de aranceles de un producto sino también de barreras no arancelarias, en toda la cadena que hace al producto pero también en relación al valor de la moneda. Y de eso prácticamente no se habla en nuestro país, pero es un elemento central de lo que nos está ocurriendo...

EC - ...Usted dice que hay que tener en cuenta que también hay otro tipo de prácticas proteccionistas originadas, por ejemplo, en Estados Unidos con el valor de su divisa.

LP – Exacto. No hay mayor proteccionismo que la desvalorización espuria de la moneda. Entonces cuando uno inyecta –como se hizo en los últimos años– tantos dólares y euros para salir de la recesión se desvaloriza el dólar, se desvaloriza el euro. Eso es una barrera a las importaciones de esos países, países que, por otra parte, hace cincuenta años que aplican medidas proteccionistas para los países de la periferia y de América Latina en particular.

EC – Hay otro problema similar con la moneda china que favorece notoriamente las exportaciones de ese país.

LP – Efectivamente. Con una diferencia, y es que la moneda china está en un proceso de apreciación desde hace ya unos siete u ocho años mientras que el dólar y el euro están en un proceso de desvalorización, desde la crisis hasta ahora y quizás por los próximos meses. Es cierto en términos de valores, hay diferencias en materia de tendencias de los últimos años y para los próximos años.

EC – ¿Lo que usted dice es "no nos enojemos sólo con Argentina por estas trabas, los problemas vienen de otros lados también"?

LP – En realidad lo que estoy diciendo es que las medidas de Argentina y Brasil, e incluso las que está aplicando Uruguay para defender a su industria, son una reacción ante ese "tsunami monetario" –como lo definió Dilma en su reunión con Obama– que ha habido en el norte, provocado por la crisis.

Razonémoslo de esta manera: este tipo de medidas de Estados Unidos y de Europa de alguna manera ponen freno a las importaciones, pero al mismo tiempo abaratan sus productos hacia el resto del mundo. De la misma manera, esa recesión hace que los productos de Asia, de China, de India, no encuentren en Estados Unidos o en Europa mercado y hay una sobreabundancia de productos industriales en el mundo provocados por la caída de la demanda en Europa y Estados Unidos. Entonces nuestros países hoy se enfrentan a un problema ajeno por el tema de la moneda, más una sobreabundancia de productos industriales.

Si esto perdurara en el tiempo, se tendría que hacer un cambio estructural en nuestros países. Pero si, por el contrario, esto es producto de una crisis que va a durar un par de años más y después va a haber algún tipo de vuelta a una situación diferente, dentro de dos años no tendremos sistemas productivos por culpa de este tipo de medidas. Entonces lo que están haciendo Argentina y Brasil, y lo que hizo Uruguay hace un mes con las medidas que tomó, es defender sus capacidades productivas ante una situación totalmente espuria de las monedas a nivel internacional.

EC – Lo cierto es, de todos modos, que esas medidas que toma Argentina afectan a la exportación de determinados productos y hasta servicios uruguayos.
 
LP – Ese es el segundo punto de la letra del problema. Me gustaría hacer el símil con la escuela o con el liceo: para solucionar un problema primero hay leer bien y entender bien la letra. El primer punto es el que señalábamos antes: este no es un problema de Argentina, es un problema que están viviendo todas nuestras economías en este contexto internacional. El segundo dato del problema es que este tipo de medidas que toman Argentina o Brasil no están destinadas a Uruguay, están destinadas a enfrentar el contexto internacional, pero de todas formas afectan a Uruguay. Tiene que buscarse una solución de manera que el resto de los países no cuestione dicha solución, porque discriminan a un país en forma positiva frente a los demás.

EC – Además en particular en el caso de la relación Uruguay-Argentina estamos hablando de dos países que integran un tratado como el del Mercosur, países entre los cuales el comercio teóricamente debería ser libre.

LP – Y por allí por lo tanto debería venir la solución. Eso es un poco lo que estuvimos dialogando. No fue una reunión para llegar a un acuerdo ni para firmar nada sino que fue una reunión para de alguna manera validar o encaminar los trabajos que hemos venido realizando desde hace meses en la búsqueda de una solución. ¿Tenemos algún mecanismo que permita que este tipo de medidas que legítimamente toman los países para defender sus capacidades productivas y sus fuentes de trabajo no dañen las capacidades productivas y las fuentes de trabajo del Uruguay? Lo que estuvimos dialogando es que puede haber en el marco del Mercosur, y en el marco del tratamiento de asimetrías dentro del Mercosur, algún tipo de mecanismo que asegure una circulación más fluida para los bienes que se intercambian entre las economías más grandes y las economías pequeñas. El Tratado de Asunción lo prevé.

EC – ¿Pero por qué hay que buscar algo tan complicado, repito, si todos nosotros –Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay– integramos el Mercosur?

LP – Acá una cosa son los Gobiernos, otra cosa son las empresas. Las empresas buscan colocar sus productos en cualquier parte. No es lo mismo las exportaciones de Uruguay hacia Argentina o de Uruguay hacia Brasil, que las exportaciones o el comercio entre Argentina y Brasil. Hay que buscar que el tipo de medidas dentro del Mercosur no provoque una guerra entre los grandes que termine dañando o desprestigiando totalmente esta herramienta que ya es bastante imperfecta. La mejor fórmula es aquella que haga que quien no daña no sea dañado, y quien no daña son las economías pequeñas.

EC - De todos modos, esto último, según recuerdo, se ha hablado desde hace meses. ¿Qué fue lo nuevo en esta reunión del día de ayer?

LP – Lo nuevo es que los presidentes de alguna manera ratifican el camino en el que hemos venido trabajando en estos meses para profundizar, desde el punto de vista técnico, en ese tipo de salida o en ese tipo de instrumento.

EC – No es una promesa más.

LP – No, ni siquiera es una promesa. Como decía hoy, fue un diálogo en el cual hablamos diferentes temas, profundizamos en los temas comerciales y en que la solución para el comercio dentro de la región no afectara a las economías pequeñas.

EC - ¿Usted puede profundizar en ese instrumento? ¿Cómo sería, cómo operaría?

LP – Eso es lo que vamos a trabajar en los próximos días. Lo que se acordó ayer es profundizar y trabajar en ese mecanismo.

EC – Ahora, las trabas en el intercambio con Argentina no se están limitando solamente a el intercambio de bienes, también están abarcando a los servicios. Por un lado están las licencias no automáticas de importación y por otro están en juego declaraciones juradas. Ahora, desde abril también en la venta de servicios a Argentina hay que ir por el camino de las declaraciones juradas con el riesgo de enlentecimientos o, directamente, bloqueos. Por otro lado también han estado las medidas que el gobierno argentino implementó y que restringen el intercambio de monedas, un tipo de medidas que han afectado al turismo en Uruguay proveniente de la República Argentina. Hoy acaba de conocerse un dato: 24% más de turistas argentinos habrían arribado a Uruguay si no hubiese sido por los controles cambiarios del gobierno de Cristina Fernández, dice un estudio de CINVE. Entonces, sobre esas vertientes del intercambio, los servicios, estas otras trabas al turismo, ¿también se habló?

LP – Hablamos en general de los mecanismos. Cuando hablamos de Mercosur, hablamos de libre circulación y libre intercambio de bienes y servicios. Si la solución por la que se opte se implemente en el marco de Mercosur se va a discutir tanto bienes como de servicios, porque el tema de los impactos y de las asimetrías va a estar definido por los sectores o rubros en los cuales puede haber impacto sobre las economías pequeñas.

EC – ¿Y las otras medidas, la de control cambiario?

LP – Esas son medidas como las que se aplicaron en China. Allí durante años hubo una política de control de cambio. En todo el sudeste asiático hubo políticas de control cambio que generan problemas, pero que no hacen específicamente al comercio sino que también afectan indirectamente a la relación entre los países. No está directamente vinculado, pero sí afecta indirectamente la relación de bienes y servicios.

Hace tres meses que Argentina es titular de los diarios en el Uruguay y sin embargo la política monetaria de Estados Unidos y el costo que le lleva a día a día Uruguay esa política no está en los titulares, y lo mismo con la crisis europea. Es muy difícil atribuir impacto directo a medidas que afectan en forma indirecta. Lo mismo pasa con las políticas cambiarias.

EC – Entonces de esos controles cambiarios no se está hablando en estos contactos bilaterales.

LP – No, no se está hablando y no creemos que corresponda que se hable tampoco. No creemos que corresponda que ningún país venga a hablar de la política monetaria y cambiaria de Uruguay.

EC – Lo último, sí parece que se habló nuevamente, porque ese tema también tiene su antigüedad, de la implementación de un mecanismo para poder comerciar entre los dos países en monedas locales como ya han negociado Argentina y Brasil. ¿En qué está esto otro?

LP – Como han negociado Uruguay y Brasil, estamos a la espera de la aprobación en el Parlamento de Brasil para su implementación.

Precisamente, como señalaba, esta fue una reunión de diálogo, de ratificación de las líneas de trabajo que se han venido siguiendo. Hace un par de semanas el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU) se reunió con la presidente del Banco Central de Argentina a instancias de una propuesta que en el marco de estos diálogos que hemos venido trabajando con el embajador Pomi. Realizamos la propuesta hace ya como tres meses y se comenzó a trabajar en ese tema. Ayer se ratificó también como otra posible vía de profundización del intercambio en el marco del Mercosur la promoción del intercambio en monedas locales.

EC - ¿Para cuándo, con qué fechas?

LP – Es que ayer no fue una reunión de compromisos o de acuerdos o de firmas de algo con un cronograma...

EC - Está bien, pero usted puede tener estimaciones.

LP – No, en realidad sobre este tema las estimaciones las puede tener el BCU más que nosotros.

***

Foto: archivo