Entrevistas

Ramón Méndez (MIEM): frente a las dificultades energéticas "tenemos todavía una cantidad de posibilidades"

Ramón Méndez (MIEM): frente a las dificultades energéticas "tenemos todavía una cantidad de posibilidades"

Frente a las restricciones de generación energética que enfrenta UTE, el presidente del ente, Gonzalo Casaravilla, y el director nacional de Energía, Ramón Méndez, viajaron a Brasil para negociar un mayor cupo de compra de energía a ese país. Entrevistado por En Perspectiva, Méndez describió la situación como una "tormenta perfecta" en la que se conjugaron una serie de factores negativos. Entre ellos mencionó la baja en la producción hidráulica (principalmente en Salto Grande), las dificultades energéticas en la región, que hacen que a Argentina se les dificulte el respaldo a Uruguay en materia de suministro, y un crecimiento de la demanda "muy importante". Pese a esa situación, el director nacional de Energía afirmó que "tenemos todavía una cantidad de posibilidades", como el arrendamiento de equipos generadores, las gestiones ante Brasil y el plan de incentivo de ahorro que impulsa UTE. Méndez agregó que de momento no se prevé la necesidad de aumentar las tarifas.


(emitido a las 7.46 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El director nacional de Energía, Ramón Méndez, y el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, han viajado a Brasil para negociar un mayor cupo de compra de energía a ese país, debido a las restricciones de generación que la empresa estatal está enfrentando. Esto se da debido a una serie de factores, entre ellos, la baja en la producción de la central de Salto Grande.

UTE cuenta actualmente con un acuerdo que le permite acceder a 70 megavatios/hora procedentes de Brasil, pero las autoridades van a intentar acceder a un mayor cupo de importación, sobre todo para las horas pico, en los próximos meses.

El director nacional de Energía, Ramón Méndez, está en línea telefónica.

¿Dónde lo hemos ubicado, ya en Brasil?

RAMÓN MÉNDEZ:
Sí, en Brasilia, efectivamente.

EC - Cuéntenos a grandes rasgos cuál es la situación, por dónde están los problemas. Da la impresión de que se han juntado una serie de factores para configurar este escenario complicado.

RM - Sí, estamos como en una especie de "tormenta perfecta", porque se sumaron cinco o seis factores, todos juntos y todos negativos, que hacen que la situación sea compleja. Por un lado, los ríos y los aportes hídricos están en mínimos muy importantes, Salto Grande en particular. En los últimos 45 días hemos vivido la peor situación hidrológica de Salto Grande en toda su historia. También en el Río Negro hay dificultades importantes. En otros momentos, eso llevado a que hubiera cortes directamente, porque la situación es muy compleja. Pero hoy en día tenemos muchas otras oportunidades, recordemos que en el período anterior se instalaron 510 megavatios, entonces estamos en un sistema mucho más fuerte que el que hubo tradicionalmente en el Uruguay.

Se sumaron otras cosas. Por un lado, el resto del parque térmico es muy vetusto. Uruguay durante muchísimos años prácticamente no hizo inversiones en generación térmica, la última había sido del año 90, 91; algunas otras son de la década del 50, 60. Por lo tanto, hubo una parada imprevista de una máquina muy importante de 100 megavatios, lo cual complicó las cosas.

Por otro lado, a Argentina en este momento le está siendo muy difícil poder respaldar. Con Argentina normalmente hay una ida y vuelta permanente de electricidad, por ejemplo, en el año 2011 ellos nos vendieron 500 millones de kilovatios/hora, pero en el año anterior, en 2010, nosotros le vendimos a ellos 700 millones kilovatios/hora. Pero en este momento se le está haciendo difícil porque ellos también están sufriendo serias dificultades. Lo mismo sucede en la región sur de Brasil, donde debido a la situación climática están también con serias dificultades para cumplir con la demanda.

Y a eso se sumó también otro hecho absolutamente inédito, que es que tuvimos un aumento en el pico de consumo de potencia eléctrica como nunca lo habíamos tenido. Lo que es usual es que si el Producto Bruto crece un 5, 6, 7, 8%, la demanda eléctrica crezca un poquito por debajo. Este año sucedió que el pico de demanda del verano subió un 11,4% en relación al mismo período del año anterior. O sea, en este complejo de baja hidraulicidad, de una máquina que se cayó por su vetustez y de las dificultades de la región, tanto de Brasil como de Argentina, encima lo tenemos que vivir con un crecimiento de la demanda muy importante. Todo eso hace que esto sea como una tormenta perfecta. Esperemos que no nos pase como a George Clooney, que se muere al final de la película... Es un chiste de mal gusto, porque realmente tenemos todavía una cantidad de posibilidades.

EC - ¿Por dónde están las salidas? Por un lado, UTE ha lanzado un plan con el cual incentiva el ahorro de los clientes; por otro, se ha abierto una licitación para arrendar equipos generadores portátiles, que se pondrían en funcionamiento en las coyunturas críticas; y por último, están estas gestiones ante Brasil, que justamente son las que usted va a emprender hoy. ¿Hay algo más?

RM - Básicamente esos son los caminos. Estamos ante una coyuntura, porque, como usted sabe, hay un plan energético nacional acordado por todos los partidos políticos y estamos en un momento de transición. En este período se van a incorporar en total 1.500 megavatios más al sistema, alrededor de 1.000 entre eólico y biomasa y 500 y pico del ciclo combinado. Todo esto va a estar pronto con la regasificadora, hacia el 2014, 2015. Pero para la coyuntura las opciones existen todavía y son las que estamos trabajando. Una de ellas efectivamente es arrendar motores. Los primeros van a estar prontos en 30 días, luego van a haber en 45 días otros motores más.

En el tránsito hasta ese momento, naturalmente por un lado está la responsabilidad de la gente. Por eso se ofrece este plan, en que a aquellos que ahorren se les paga doble el ahorro. Esa es la propuesta comercial que está lanzando la UTE para fomentar el ahorro: al que quiera ahorrar, ese ahorro se le paga doble.

Y por último, la opción con Brasil. Brasil es un país con el cual los vínculos del Gobierno son cada vez más inmejorables. En la última reunión entre el presidente Mujica y la presidenta Rousseff, hace unas tres semanas aquí en Brasilia, el tema energético ha estado otra vez presente. Brasil en todos los casos ha planteado que está a las órdenes para tratar de contribuir en el desarrollo productivo, hasta en eventuales coyunturas energéticas complejas como esta...

EC - ...Pero resulta que Brasil también está afectado por un déficit hídrico que incide en la generación de sus represas. ¿Entonces?

RM - Sí, está afectado por un déficit hídrico, pero Brasil -al igual que Uruguay- tiene criterios muy estrictos de cómo se usa el agua para prevenir casos complejos. Y con un criterio de uso del agua ligeramente diferente al que tiene establecido, Brasil podría tener una cierta holgura como para poder asistirnos a nosotros.

EC - O sea que Uruguay está dependiendo de que Brasil flexibilice ese criterio, ¿y eso es posible efectivamente?

RM - Sí, es posible. Hay una serie de temas y naturalmente es de buen administrador tratar de analizar todos los caminos posibles. O sea, en plena dificultad uno analiza cuáles son las posibles soluciones y trata de buscarlas todas para tratar de estar seguros de que no van a haber problemas, una de ellas es esta. No dependemos exclusivamente de esto, pero si queremos que Brasil nos envíe electricidad debería haber una pequeña flexibilización de esas condiciones, que es una decisión política en definitiva, no técnica. Y por eso estamos aquí, por eso ayer hablé con el secretario ejecutivo, que es quien está al frente. Él, que es el viceministro de Energía en Brasil, digamos, es con quien trabajamos permanentemente, y me dijo "venite y analizamos la situación". Es una decisión política que hay que tomar y entendemos que el Gobierno brasileño ha dado una cantidad de señales de que está dispuesto a dar señales políticas de asistir a Uruguay o de trabajar conjuntamente con Uruguay en ese tipo de desarrollo.

EC - Supongo que estos días que hemos tenido últimamente, de temperaturas inusualmente altas para la época, han ayudado a que la presión por el lado de la demanda no fuera tan alta. ¿Cuándo estima usted que se van a dar los problemas más serios? Veía un informe de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME) que estima que en julio de este año, y luego entre octubre y abril del próximo, habrá faltante de energía debido a las tareas de mantenimiento que deberán realizarse en unidades térmicas programadas para esas fechas. ¿Esos son los períodos críticos?

RM - Sí, pero el mismo informe dice más adelante que alcanza con reprogramar las paradas previstas de esas máquinas como para que no aparezcan los problemas. O sea, nuevamente son temas delicados y que admiten diferentes caminos, uno tiene que encontrar en cada caso cuales son los caminos. Estamos trabajando para que no haya ningún problema ni en julio de este año, ni abril, ni en setiembre del año que viene. Para eso son todos estos caminos de búsqueda del plan A, B, C y D. Hoy en día en la situación en la que estamos no prevemos que vaya a haber dificultad en ningún mes.

EC - ¿No hay en el horizonte un plan de restricciones, por ejemplo?

RM - No, no. En todo caso lo que estamos planteando siempre es alrededor del Estado. En este tipo de casos, cuando hay un estrés importante sobre algo tan importante como es el sector energético y en particular el sector eléctrico, el Estado tiene que dar el ejemplo. Como máximo lo que estamos pensando es en medidas que al Estado le terminan sirviendo, porque estas situaciones de dificultad sirven para reflexionar, para hacer cosas diferentes, en este caso, para poder reducir el consumo eléctrico.
 
EC - Dos preguntas finales. Suponiendo que efectivamente se logre sortear las dificultades y no haya carencias en el suministro de energía eléctrica, ¿qué pasará con los precios? ¿Las tarifas tendrán que aumentar? Porque usted ha mencionado una batería de alternativas, no precisamente las más baratas. En la medida de que no hay disponibilidad, o no hay la disponibilidad deseada de la energía proveniente de las represas hidroeléctricas, desaparece el recurso más conveniente desde el punto de vista económico.

RM - Sí, es lo que usted dice. No hay magia. Lo más barato es el agua, cualquier cosa que no sea el agua es más caro, es así. Y cuando se abre el presupuesto del sector energético cada año, se tiene en cuenta que va a ser un año de hidraulicidad media, es decir que se prevén las lluvias medias. Uno no puede saber de antemano si va a llover o no, apenas se puede hablar de probabilidades. Las tarifas están hechas suponiendo un año de lluvias medias. Si se dan durante mucho tiempo años con poca lluvia, el costos para garantizar el abastecimiento de la empresa eléctrica estatal es mayor que el previsto. Eso es así y no hay nada con que darle, eso depende de que llueva o que no llueva.

Ahora, efectivamente, cuando uno recurre a estas estrategias el costo total aumenta. Recuerden los oyentes que para prever este tipo de situaciones más complejas se creó un fondo de estabilización de los costos. Es un fondo por el cual el usuario no se entera absolutamente de nada, el fondo al que recurre la UTE -pidiéndole permiso al Ministerio de Economía, que es quien lo maneja- en circunstancias en que haya poca agua y por lo tanto se encarezca el abastecimiento. Se recurre a este fondo de forma de no tocar las tarifas. Nosotros no estamos previendo por ahora ni siquiera que haya que tocar tarifas. Entendemos que el sistema eléctrico uruguayo es suficientemente robusto, no solamente del el punto de vista de las opciones de generación o de oferta energética, sino también desde el punto de vista tarifario. Por lo tanto, en principio en el horizonte no está previsto ningún tipo de aumento tarifario.

EC - Y la última, que daría para toda una mañana de conversación pero se la planteo para una respuesta sintética: esta coyuntura que se está dando -que usted definía como "tormenta perfecta", porque se han juntado una cantidad de factores críticos y negativos a los efectos de la disponibilidad de energía eléctrica-, unida a esa evolución que viene teniendo la demanda de consumo de energía eléctrica en Uruguay, ¿no ponen en tela de juicio los planes en cuanto a capacidad de generación de Uruguay? ¿No está haciendo falta alguna medida de fondo de mayor aliento? Por supuesto que aquí aparece de vuelta el debate a propósito de centrales de energía atómica, pero no digo necesariamente esa tecnología. ¿Qué dice usted sobre ese punto, relacionado a medidas de largo plazo, más profundas?

RM - De eso se trata la política energética. Después de un profundo análisis técnico, económico, ambiental, cultural de todo tipo, hemos definido cómo se va a expandir la oferta energética para los próximos veinte años. O sea, no se trata de prever de un invierno al otro, o de un período de gobierno a otro. Hemos acordado entre todos los partidos políticos para tener la garantía de que ese es el camino que se va a seguir.

Es un camino que se basa fuertemente en la incorporación de energías renovables, complementados por máquinas térmicas de las más baratas de todas, que son los ciclos combinados que funcionan a gas natural. A su vez, son los que tienen menor impacto ambiental, porque emiten menores gases de efectos invernadero. Entonces, el mecanismo es efectivamente terminar la transformación de la matriz energética que estamos haciendo desde hace unos años, pasar por 1.000 megavatios que se incorporan de energía eólica en este período de Gobierno, el ciclo combinado funcionando a gas natural, que son 580 megavatios. Va a haber de respaldo térmico nuevo, lo cual va a permitir apagar muchas máquinas vetustas que tenemos en nuestro sistema. La planta regasificadora va a permitir tener gas natural licuado y de esa forma garantizar suministro de gas permanente pero sin costo...

EC - ¿Pero la planta regasificadora se hace de todos modos, con Argentina o sin Argentina? Porque si se sigue demorando por Argentina ahí se nos complica.

RM - Ya estamos lanzando el primer paso, que es una etapa de dragado. La planta regasificadora es un hecho absoluto, forma parte central de todo el esquema de transformación energética del país y en los próximos dos meses comienza todo el proceso de licitaciones, etcétera, todo el camino para que se empiece a construir. La planta regasificadora forma parte de todo esto, de la incorporación de la energía eólica, la incorporación de la biomasa y todas las medidas energéticas que están del otro lado del mostrador, no solamente para ofrecer energía sino para utilizarla de una manera responsable, eficiente y al menor costo posible. Estos son los caminos, naturalmente son coyunturas, pero el camino a largo plazo está trazado y no prevemos ninguna dificultad para el futuro.

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