Carmelo Vidalín (PN): proyecto de ley que pena "picadas" clandestinas responde a la pérdida del "valor de la vida"
El diputado del Partido Nacional (PN) Carmelo Vidalín presentó un proyecto de ley que establece una pena de entre 3 y 12 meses de prisión para las personas que generen "una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas" al participar de "picadas" de vehículos. A principios de semana, dos jóvenes murieron en Durazno a raíz de la práctica de esta actividad. Para conocer más sobre esta propuesta, En Perspectiva entrevistó a su autor, quien explicó que decidió presentar este proyecto porque "una parte de la juventud ha perdido una serie de valores, fundamentalmente el valor de la vida". El legislador auguró que esta iniciativa va a abrir "una puerta para estimular a los padres al diálogo y para que los chicos sean conscientes de que la vida hay que cuidarla". Consultado sobre si la pena de prisión era la mejor opción para castigar a quienes participen de "picadas", Vidalín respondió que hay que tener en cuenta que "este tipo de maniobras se transforman en un delito porque no ponen en riesgo solamente la vida de los participantes", sino también de otras personas que nada tienen que ver.
(emitido a las 8.47 Hs.)
EMILIANO COTELO:
A comienzos de esta semana, en menos de 24 horas dos jóvenes perdieron la vida en Durazno a raíz de siniestros que ocurrieron en las famosas "picadas" de motos. Pero este es nada más que un ejemplo. Todos los días recibimos noticias, especialmente del interior, sobre tragedias de este tipo que se saldan con muertos o heridos gravísimos que arrastrarán discapacidades para el resto de sus vidas.
Desde hace meses se discute cómo enfrentar esta verdadera locura. ¿Puede ser una solución el endurecimiento de las penas, creando un delito y castigándolo con prisión?
A fines de abril, el diputado del Partido Nacional Carmelo Vidalín presentó un proyecto de ley que establece que quien cree "una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas" al participar en una picada de vehículos o motos realizada sin permiso de la autoridad competente será penado con entre 3 y 12 meses de prisión. Y además quedará inhabilitado para conducir por 12 meses. Según el proyecto, la misma pena se aplicará para quienes organicen o promocionen este tipo de actividades.
Para conocer más a propósito de esta iniciativa, estamos conversando justamente con el diputado Carmelo Vidalín, exintendente del departamento de Durazno.
¿Está aquí en Montevideo o está en Durazno?
CARMELO VIDALÍN:
Estoy en Montevideo, porque después de viejito, fuera de mis tareas parlamentarias también estoy terminando una carrera universitaria, y por la tarde tengo clase. Este niño adolescente también estudia.
EC - ¿Qué carrera es esa?
CV - Estoy finalizando una Licenciatura en Relaciones Laborales. Yo hice la carrera, la finalicé allá por el 99, y este año se inició la licenciatura, y creo que todos los días cuando tenemos la oportunidad de crecer y de mejorar debemos hacerlo. Además nos abre la cabecita, nos saca del ambiente y nos permite estar en contacto con gente joven y de la otra que siempre aporta cosas.
EC - ¿Por qué decidió presentar un proyecto de ley sobre las "picadas"? ¿Qué diagnóstico tiene usted, qué impresión tiene sobre el tema?
CV - Porque vemos que una parte de la juventud gracias a Dios es una parte pequeña ha perdido una serie de valores, y fundamentalmente ha perdido el valor de la vida. Y porque he visto que tanto las autoridades nacionales mediante la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), un organismo que funciona de una manera tremendamente responsable, como los gobiernos departamentales y el propio Ministerio del Interior aportan mucho, lo veo en mi departamento, en Durazno, ya que en las rutas encuentro policías en moto previendo este tipo de situaciones, porque escucho en los medios de comunicación las campañas educativas, porque se han formado escuelas de tránsito en muchos lados. Pero lamentablemente no han dado resultado, primero que nada porque los padres muchas veces no tenemos el diálogo necesario con nuestros hijos, no derribamos las barreras generacionales, nos olvidamos de que fuimos adolescentes y jóvenes, y desde el momento en que no tenemos un diálogo muy simple, a veces con decirles "te quiero", "te amo", "te quiero sano" y escucharlos por qué actúan de esa manera, con este mecanismo de sanción vamos a abrir una puerta para estimular a los padres al diálogo y también para que los chicos sean conscientes de que la vida hay que cuidarla, porque el que no valora la vida no merece vivirla.
EC - Usted propone que la participación en picadas o su organización pase a ser un delito que se castigue con penas de prisión de 3 a 12 meses. ¿Por qué elige este camino?
CV - También se agrega que esta pena de prisión podrá sustituirse por penas alternativas relacionadas con la seguridad vial a criterio del juez. Es decir que nosotros no hablamos solamente de encarcelar a los autores de estas picadas o los colaboradores, sino que también pretendemos que haya un proceso de rehabilitación para ellos.
EC - Está bien, esa alternativa existe, pero en principio usted propone y quizás eso sea lo más llamativo prisión, de 3 a 12 meses de prisión. ¿Entiende que ahí hay una solución, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades por las que pasa el sistema carcelario, la cantidad de presos que ya hay por otras razones en Uruguay?
CV - Es una muy buena pregunta la suya, es una pregunta que tiene que hacernos pensar a todos los uruguayos, pero ahí estamos entrando quizás en uno de los temas en los cuales todos los integrantes del sistema político sin colores y sin sacar partido político de ello debemos realizar aportes. Pero sí, lamentablemente apuesto a esto, y por eso dejé entreabierta la puerta para que el juez pueda utilizar medidas sustitutivas. Tenemos que tener en cuenta que este tipo de maniobras se transforman en un delito, porque no ponen en riesgo solamente la vida de los participantes; usted mismo dijo recién que dos jóvenes en pocas horas, uno en el interior profundo de mi departamento y otro en la ciudad misma, perdieron la vida, pero acá no solamente se pone en riesgo la vida de los participantes, sino también la de personas ajenas a esta competencia que casualmente puedan estar pasando por esos lugares.
Estas picadas generalmente se realizan por la noche, luz apagada, con modalidades inconcebibles para quien tiene un instante de razón y para meditar. Los chicos van acostados sobre la moto, el pecho sobre el tanque, las piernas hacia atrás, conducen con la mano derecha, con la mano izquierda hacen el cambio, compiten generalmente de a dos. Esa es la más común en las rutas nacionales, que hoy tienen un tránsito tremendo, gracias a Dios, por el crecimiento económico que ha tenido nuestro país, y más en los departamentos del interior. Y también está la otra modalidad de cruzar los semáforos con los ojos vendados. Aquí estamos atentando no solamente contra nuestra vida, estamos atentando contra la vida de los demás, y cuando atentamos no solamente contra nuestra vida sino también contra la de los demás, eso es delito.
EC - Le insistía con la pregunta a propósito de la posibilidad de penar con prisión, de 3 a 12 meses, porque recordando y repasando antecedentes veía que la Unasev presentó en el año 2010 un anteproyecto que introduce los delitos contra la seguridad vial, uno de los cuales sería la participación en picadas, pero lo que prevé como sanción es la realización de trabajos comunitarios vinculados con la seguridad vial y la asistencia a centros de rehabilitación. No estaba prevista la prisión.
CV - Es cierto, en los informes de la Unasev sobre siniestralidad vial tanto del 2010 como del 2011 consta lo que usted dice. Y también hay un informe de Radar, que se llama "Barómetro de la seguridad vial", con importantes datos en este sentido. Y la propia Unasev mencionó todos estos temas en la Comisión de Transporte, Comunicaciones y Obras Públicas el 16 de marzo de 2011.
EC - El anteproyecto de la Unasev apostaba básicamente a la rehabilitación.
CV - Sí, lo comparto totalmente, por eso dejo la puerta entreabierta en este proyecto de articulado único. Pero a veces no hay más remedio que endurecer la mano para tomar conciencia. Voy a decir algo que quizás no nos caiga bien, pero forma parte de lo que era la educación de otros tiempos, que se nos repetía siempre, y conste que puede no caer bien: la letra con sangre entra. Yo soy de los que apuestan a la educación, siempre aposté a la educación, soy docente, he mantenido una relación excelente con los jóvenes, creo que he apostado a ello, tengo credenciales para decirlo, fui cocreador de lo que se denominó el Pilsen Rock, la fiesta más grande de los jóvenes en nuestro país y una de las más grandes de América, cuando nadie apostaba a ellos nosotros apostamos. Amo a los jóvenes, soy padre de tres hijos de entre 19 y 23 años con los cuales tengo un diálogo permanente, por lo tanto en ese sentido me creo con autoridad moral suficiente para decir que no estoy yendo contra los jóvenes. Al contrario, apuesto a ellos, creo que ellos forman parte de la fuerza avasallante más importante que tiene nuestra sociedad, pero nosotros los grandes tenemos que ser quienes pongamos el punto, la coma, seamos la flecha que indica el camino por el cual deben transcurrir.
Con estas medidas vamos a lograr fundamentalmente que los padres que hoy no tienen un diálogo adecuado con los hijos busquen evitar que estos pasen por este tipo de situaciones que ninguno de nosotros desea para ellos. Como decía al principio, la comunicación es todo, vaya si sabremos que es todo, a cuál de nosotros no nos gusta escuchar vuestros programas para informarnos, para estar al día, y es la primera de las funciones que cumple el ser humano cuando viene a la vida a través del llanto diciéndole a su madre "tengo vida". Los padres tenemos que comunicarles a nuestros hijos el valor de la vida, que nuestros derechos van hasta donde empiezan los derechos de los demás y que cuando realizamos este tipo de cosas estamos atentando contra nuestro propio derecho a la vida pero también contra el derecho a la vida de los demás.
EC - Desde temprano cuando anunciamos esta entrevista hemos estado recibiendo una cantidad enorme de mensajes de los oyentes. Evidentemente, el tema resulta de interés, es un tema actual, candente. Hay varios que están de acuerdo con usted y hay varios que optan por otros caminos. Por ejemplo, están los partidarios de legalizar las picadas, generar espacios regulados, controlados incluso por el Estado para que se desarrollen este tipo de prácticas asimilándolas a deportes. ¿Cómo ve esa posibilidad?
CV - Con mucho gusto tengo respuesta a esa pregunta. Algunos gobiernos departamentales han creado estos espacios para que se practiquen este tipo de actividades tratando de evitar accidentes. A esos lugares los jóvenes concurren por la tarde, como quien dice a realizar sus entrenamientos o su preparación, porque aquí no se trata de tener el lugar adecuado, lo que busca esta pequeña parte de la juventud de nuestro tiempo es disfrutar de la adrenalina y el peligro, para ellos la vida y la muerte son lo mismo, y aunque los gobernantes pongamos lo mejor de nosotros creando estos espacios con la protección adecuada, con ambulancia, con médicos, con la utilización de cascos y ropa adecuada, por mejor voluntad que tengamos, quizás podamos combatir parte de ello, bienvenido sea, pero la adrenalina, el peligro, se busca de otra manera, en lo prohibido, y lo prohibido no se va a poder realizar ahí, se va a realizar en otro lado. Fíjese que en mi pequeña ciudad de Durazno se organizan cuatro o cinco picadas por noche; sabemos de la preocupación de las autoridades, la Intendencia ha realizado una gran campaña educativa y vemos a una Policía realmente comprometida, pero no se han logrado los resultados que todos esperábamos. La adrenalina es la adrenalina.
EC - La adrenalina y otras cosas. Hay oyentes que dicen que los espacios legales para desarrollar picadas no son suficientes, no van a liquidar este fenómeno, porque un ingrediente importante de esta práctica es el consumo de droga o alcohol, cosa que seguramente no se podría hacer en un "picódromo" organizado por el Estado.
CV - Sin lugar a dudas. Ese es otro tema que tenemos pendiente de discusión, la liberación del consumo de marihuana, que va a requerir un debate en profundidad, serio, y un análisis que tiene que ser retrospectivo para ver por qué se prohibió en su momento el tabaco, por qué en su momento también se prohibió el alcohol, o por qué después se habilitó uno u otro.
***
EC - En su proyecto también propone que, además de las sanciones que mencioné, se inhabilite a la persona para conducir por 12 meses. ¿Por qué esa medida? Hoy, de hecho, cuando se realiza un procedimiento y se verifica que alguien participa en una picada se le incauta el vehículo y se le retira la libreta, termina habiendo una inhabilitación. Esto no cambia mucho con lo que usted propone, ¿o sí?
CV - Sí, primero que nada, se reglamenta, se escribe y se le dan a la Justicia determinadas pautas para que se actúe en todos lados de la misma manera. Generalmente las penas son menores. Por ejemplo, cuando una persona que conduce en estado de ebriedad es detenida se le saca la libreta y a veces la inhabilitación es solo de tres meses o de seis meses. Con estas medidas aumentamos la pena, y se retira el vehículo, lo cual es otro elemento más para pensar antes de llevar adelante este tipo de práctica.
EC - Una pregunta que viene de la audiencia es si una inhabilitación por 12 meses, ya que se va por el camino de sanciones duras, no es algo escaso, por lo menos habría que verificar que efectivamente en esos 12 meses ese conductor de motos maduró, se rehabilitó, porque cuando llega a los extremos a los que llega de esas prácticas de la gallinita ciega o la ruleta rusa, ¿a los 12 meses se le puede devolver a alguien la libreta?
CV - Comparto totalmente la inquietud del oyente. Lo hemos planteado de esta manera luego de asesorarnos con autoridades actuales y anteriores de Unasev, pero compartimos totalmente lo que dice el señor oyente. Seguramente, cuando las respectivas comisiones que trabajen en el tema lo estudien podrán recibir este tipo de aporte para mejorar el proyecto. Todas las cosas pueden mejorarse cuando somos más los que opinamos con responsabilidad. Comparto en un todo lo que manifiesta el oyente.
EC - Otros oyentes preguntan si no hay una contradicción entre este proyecto que usted ahora propone, con medidas severas para quienes practican picadas, y lo que fue su actitud cuando era jefe comunal en cuanto al uso del casco. ¿Qué contesta sobre este punto?
CV - Yo soy motociclista por naturaleza, ahora hace un tiempo que no puedo disfrutar mucho de la moto porque tuve una fractura de hombro, pero lo hago cada vez que tengo oportunidad. En aquel tiempo no existía aún la ley que obligaba al uso del casco.
EC - Sí, pero usted podía exigir el uso del casco y no lo hacía.
CV - Porque en aquel momento y lo digo sin ningún tipo de temor, hace cinco o seis años, no había el parque automotor que hay ni había los miles y miles de motos que hoy hay, y tenía el convencimiento de que en las ciudades pequeñas el casco no era tan necesario como lo es hoy, porque quitaba visibilidad y audición. Pero creo que deben haber escuchado que desde hace un buen tiempo me he transformado en uno de los principales comunicadores de la necesidad de la obligatoriedad aunque más que nada por convencimiento de usar el casco. Los hombres muchas veces nos basamos en la experiencia, y esa experiencia, con el correr de la vida, también va enseñando que tú no siempre eres poseedor de la verdad y que la verdad puede enmendarse, ser dinámica, porque los golpes te van enseñando a crecer, a ver, a madurar.
EC - Con respecto a su proyecto, ¿qué contactos ha hecho antes de presentarlo?, ¿le parece que es viable? ¿Qué ambiente encuentra en otros partidos, especialmente en el oficialismo?
CV - Primero que nada he tenido el apoyo prácticamente unánime del sistema político de mi departamento, en los últimos días el presidente de la Junta y otros actores políticos han manifestado estar de acuerdo con él. A nivel nacional he recibido el apoyo de algunos legisladores del Frente Amplio y del Partido Colorado. Esperemos que se le dé la celeridad en el tratamiento que amerita.
EC - ¿Por qué lo presenta por su lado y no coordinando con la Unasev, que ha estado trabajando en una ley que establezca delitos contra la seguridad vial? ¿No hay allí el riesgo de un cortocircuito?
CV - No, cuando se presente este proyecto este es el mecanismo que se sigue en el Parlamento seguramente se va a invitar a la Unasev para que realice aportes y el proyecto podrá ser mejorado en aquellos puntos que se entienda que debe serlo.
Una palabrita más, para que la gente tenga idea de lo que estamos hablando. El año pasado fueron 27.827 las personas que sufrieron heridas por accidentes de tránsito, casi 28.000 personas, de las cuales murieron 572. También debemos saber que el porcentaje mayor de accidentados se da en las motos, los accidentados en motos fueron casi el 44%. Y en cuanto a las edades, los jóvenes de entre 20 y 24 años constituían el 16% de los accidentados. Creo que es una medida que tiene un fundamento y que tiene un estudio muy profundo, indudablemente cuando uno realiza este tipo de cosas pretende que aquellos que tengan aportes los realicen para enmendar, mejorar y tratar de que lo que salga del Parlamento salga de la mejor manera para de esa forma incidir, mejorar en la búsqueda de una sociedad que disfrute plenamente de los derechos, de la libertad y de la felicidad.
Y un tema que está fuera de esto pero que está en la discusión de todos los días y aquí me voy a ganar el tirón de orejas de muchos integrantes del sistema político. Se cuestiona la seguridad de mi país, y es cierto, los ciudadanos vivimos temblando en estos momentos. Pero no es solo un tema del Ministerio del Interior, es un tema de responsabilidad de todos, y ahí sí que falta educación, falta mucha educación. Digo esto porque me gusta recorrer las calles de mi Montevideo, como las calles de mi Durazno, y nunca he visto en la calle tantos vehículos policiales recorriendo los barrios de Montevideo y de Durazno. O sea, la Policía está, lo que sucede es que se está haciendo difícil controlar a determinados ciudadanos ante esa pérdida de valores tremenda que hay, ya sea por la droga o por otro tipo de situaciones, por ese afán materialista que nos ha invadido. Pero yo quiero manifestar esto que estoy diciendo: veo a una Policía honesta, comprometida con la sociedad, pero que lamentablemente sola, por más voluntad que tenga, no alcanza.
***
Transcripción: María Lila Ltaif
Foto: Presidencia (archivo)