Entrevistas

Enrique Rubio (FA): "Hay que atacar" la incapacidad de ejecución que tiene el Frente Amplio

Enrique Rubio (FA): "Hay que atacar" la incapacidad de ejecución que tiene el Frente Amplio

Algunas de las ideas del senador Enrique Rubio, candidato a la Presidencia del Frente Amplio (FA), son crear centros de formación de dirigentes frenteamplistas y sumar estructuras a la orgánica del partido que estén basadas en las tecnologías de la información. Para averiguar más sobre cómo piensa afrontar un eventual mandato dentro de la fuerza política, En Perspectiva entrevistó a Rubio, quien dijo que el presidente del FA "no es solamente una figura", sino que articula y además decide. "Ha decidido en su historia, fundamentalmente en el período en el cual Seregni tuvo una enorme gravitación", agregó. Opinó que "el FA padece de marginalidad política, de atonía ideológica, de escasa participación, de mucha negociación y deliberación interna sobre hechos que ya sucedieron y de mucha incapacidad de ejecución", y sentenció: "Hay que atacar esto".


(emitido a las 8.52 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Crear centros de formación de dirigentes frenteamplistas. Agregarle a la orgánica del Frente Amplio (FA) estructuras basadas en la sociedad virtual utilizando las tecnologías de la información.

Con esos planteos, entre otros, el senador Enrique Rubio busca llegar a presidente del FA en las elecciones internas que tendrán lugar el domingo 27 de mayo. Rubio, que es dirigente de la Vertiente Artiguista, cuenta también con el respaldo de las listas 711 de Raúl Sendic, la 5005 de Diego Cánepa, del grupo MAS y de Claveles Rojos.

En los próximos minutos vamos a conversar con él, en esta serie que estamos realizando con los cuatro candidatos que se han presentado a estos comicios. Por qué quiere ser candidato, qué cualidades entiende que tiene.

En marzo leí una nota que escribió el politólogo Adolfo Garcé en el diario El Observador, la columna que publica semanalmente, y en ese artículo decía: "El presidente del FA, aunque no lo parezca, está llamado a jugar un papel relevante en la vida interna de esta organización. Es cierto, no decide. De hecho, en el FA, ningún cargo es decisivo porque, desde el comienzo, la regla de decisión fundamental de la organización es el consenso. Pero, aunque no pueda decidir por sí mismo e imponer su voluntad, es un actor clave en la articulación de las posiciones internas, en la construcción de mayorías y, por ende, en la adopción de decisiones".

Lo cito para preguntarle: ¿de qué forma entiende usted que podría incidir en esa articulación en la búsqueda de consensos?

ENRIQUE RUBIO:
La presidencia del FA es una institución desde la fundación del Frente, no es solamente una figura, y que articula está bien, pero también decide, no es cierto que no decide.

EC - Cuéntenos.

ER - Tiene que decidir, ha decidido en su historia, fundamentalmente en el período en el cual Seregni tuvo una enorme gravitación, que es en la salida democrática hasta los años finales, en los años finales sí se debilitó, y en la época de Tabaré fue muy potente. Creo que primero hay que tener un diagnóstico, y el diagnóstico dice que el FA padece de marginalidad política, de atonía ideológica, de escasa participación y de mucha negociación y deliberación interna pero sobre hechos que ya sucedieron. Y de mucha incapacidad de ejecución. Entonces hay que atacar esto.

EC - Pero, por ejemplo, para empezar, ¿usted cómo puede incidir, cómo se ve a sí mismo, qué cualidades, qué características tiene que lo hacen apto para jugar ese papel?

ER - Eso lo tiene que evaluar la gente. Yo siempre he procurado articular cosas dentro del sistema político y dentro del FA y hacer mucho énfasis en la unidad interna, pero en el marco de una gran diversidad. Entonces hay que modernizar muy fuertemente esto, pero la gran equivocación que han tenido todos los esfuerzos de modernización y de renovación del FA es que se han presentado como contrapuestos a la identidad y los valores históricos. Y la gente ha tenido una actitud reactiva. Yo tengo una propensión a trabajar en equipo, lo hice en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), lo hice en todas partes, lo voy a hacer en la presidencia del FA, y le digo lo voy a hacer porque estoy encontrando mucho respaldo en el país, cosa que me sorprende en una medida bastante importante.

EC - Vayamos a uno de los tantos capítulos que tiene como desafíos el Frente por delante: la estructura. ¿Qué hay que hacer con la estructura del FA? Hoy tiene la Mesa Política, el Secretariado Ejecutivo, el Plenario, el Congreso, las bases... ¿Cómo plantea modificar esa estructura que hoy luce como un problema, como algo muy pesado?

ER - En primer lugar, las reglas de juego que vamos a practicar ahora el 27 son el inicio del proceso de cambio, cosa en la cual hemos invertido gran parte de la prédica junto con el resto de los candidatos, estas nuevas reglas de juego van a renovar mucho el staff en los distintos niveles de conducción del FA. Y van a crear, por ejemplo, por un lado –no en la elección, pero está habilitado por el nuevo estatuto– vicepresidencias, que van a ser un punto de apoyo clave para la inclusión en la dirección de las sensibilidades del Frente, de gente del interior, de gente más joven, de mujeres, etcétera. Segundo, va a haber referentes departamentales ciertos, presidentes de los departamentos, cosa que no existía, entonces uno no sabía con quién hablaba. Se va a poder regionalizar el país, se va a poder apelar a otros organismos, aparte de los ya existentes, para generar una ingeniería de conducción que debe estar centrada en la iniciativa política. El Frente no ha tenido iniciativa política, ni frente al gobierno, ni frente a la sociedad, ni frente al resto del sistema de partidos. Esto genera estructuras nuevas y pesos relativos nuevos. Claro, en todo caso genera resistencias porque hay cambios.

En segundo lugar, en el programa de cambios que propongo no solo cambia la conducción, cambia la comunicación interna y con la sociedad.

EC - Ese es otro frente en el que todos en el FA coinciden en que hay déficit, la forma de comunicación, al punto de que cada tanto aparece alguna iniciativa a favor de fundar un diario que responda estrictamente al FA y no sea simplemente simpatizante o alineado. Hay otros que dicen ya está, la era del papel como vía preponderante de comunicación ya pasó, quizás sí un diario, pero se necesitan otros mecanismos más actualizados. ¿Qué propone usted?

ER - En primer lugar hay un problema conceptual, el FA es un espacio de todos, y las bases frenteamplistas son todos los frenteamplistas. Entonces lo que hay que establecer es la comunicación entre todos los frenteamplistas, porque si no, no se impacta en la sociedad ni esta se apropia del proceso de cambios que están haciendo las políticas públicas del gobierno. Un gobierno que hace buenas políticas públicas y una mala política partidaria, eso no cierra en el mediano plazo y pone en riesgo el proyecto progresista. Lo que hay que hacer es una cosa muy sencilla: una plataforma virtual, vía internet, que ligue cara a cara a todos los frenteamplistas entre sí cada vez que se toma una decisión relevante, buscar el actor relevante y ver cuál es la opinión de la gente, si coincide o no coincide, de los frenteamplistas y de los que no son frenteamplistas. Es una bobada hacerlo, hay que hacer una inversión, hay que tener en cada lugar una pantalla, un cañón, una computadora, un programa. Esto se puede hacer, es una especie de videoconferencia que liga a todos los frenteamplistas entre sí.

Entonces hay un problema de política pública o se quiere anunciar que se va a liquidar el IVA para 200.000 hogares de un saque, lo que cuesta 50 millones de dólares, eso tiene que ser anticipado. El proceso para la toma de decisión sobre eso, sobre el impuesto a la tierra o sobre cualquier cosa no tiene que ser un trabajoso espectáculo público de discusiones y demás, que termina en que después el resultado no existe, se produce pero la gente no lo registra. Esto solo se arregla con comunicación, apelando a las tecnologías de la comunicación con las que contamos en este momento. Esa es una segunda medida que creo que es absolutamente clave.

Y otra medida que me parece que hay que tomar es que no se puede apuntalar al gobierno sin ser al mismo tiempo el acicate del gobierno.

EC - Ese es otro punto sobre el que pensaba preguntarle. ¿Cómo concibe que debe funcionar la relación entre gobierno y partido de gobierno?

ER - El partido de gobierno tiene que hacer un monitoreo preciso de la marcha del gobierno y saber las cosas ex ante, antes de que se produzcan; eso lo hacían en parte algunos líderes de los partidos tradicionales o parlamentarios muy brillantes. Permite conocer un proyecto en el proceso de elaboración e intervenir políticamente en eso. Y si hay áreas en las que está marchando muy bien el gobierno hay que reforzarlas frente a la sociedad, y si no, hay que operar como correctivo señalando que hay una demanda insatisfecha de la sociedad. Esto se puede hacer, se debe hacer y creo que va a fortalecer al gobierno.

EC - Pero, por ejemplo, ¿el FA en este caso, como partido de gobierno, tiene un papel a jugar como difusor, defensor en la sociedad de las políticas que lleva adelante el gobierno? Se lo pregunto porque es un reclamo que cada tanto llega del propio gobierno.
    
ER - Tiene que operar en ese sentido y en el inverso, tiene que operar en el sentido de difundir, más bien explicar, los logros más importantes, e incluso el proceso por el cual a veces se debate, y a veces largamente y con intensidad, con argumentos de peso de varios lados sobre una decisión de política, porque gobernar es difícil, hay muchos factores que juegan. Hay que explicarle a la gente por qué se llega a una conclusión determinada, y una vez que se llegó, explicar su contenido. Eso es hacia la sociedad.

Pero hay el segundo movimiento, que es desde la sociedad. Porque hay una gran parte de la agenda de la sociedad que el gobierno debe tomar y si se produce un malestar o una insatisfacción importante en sectores de la sociedad respecto a políticas públicas, la función del partido político es señalarlo al Poder Ejecutivo y al gobierno, porque si no, no opera de puente bidireccional, que es lo que tiene que hacer.

EC - Yo veía unas declaraciones que usted hizo en el diario La República en las que señalaba: "No veo a la fuerza política como un reproductor propagandístico y acrítico de la acción del gobierno. Debe aportar pensamiento estratégico capaz de dar rumbo político a la gestión gubernamental, pero que no se quede en ese marco acotado de tiempo y de espacio institucional". Y agrega: "Nuestro objetivo es cambiar la sociedad, no gestionar mejor o peor un gobierno o muchos gobiernos".

ER - Sí, el objetivo es cambiar la sociedad, pero la fuerza política tiene que mirar lejos, es la que acuna los sueños y la que mira y desarrolla las nuevas fronteras. Por eso tiene que hacer ahora el programa 2015-2020. El gobierno opera sobre la coyuntura, pero el puente entre el gobierno y la sociedad es la fuerza política. El problema es que la fuerza política si no hace de puente y además no mira el futuro y además no capacita, no ejerce su función. Ya deberíamos estar formando los equipos de trabajo que nos permitan el reposicionamiento del Uruguay en el próximo período, si es que hay un tercer gobierno progresista en el Uruguay, como yo pienso que va a haber. Y determinar cuáles son los frentes principales, cuáles son las cosas nuevas, porque lo que ya está, ya está, podemos y debemos explicar los logros, pero eso es la introducción que da credibilidad para hacer nuevos planteos, porque la gente dice "eso ya está".

EC - En resumen, usted recién detallaba tres grandes niveles de participación del FA en la relación con el gobierno: por un lado, que la gente pueda intervenir en la discusión previa de algunas medidas, de algunos proyectos de ley, de algunas políticas.

ER - Por ejemplo, si un ministro está elaborando un proyecto y entiende que tiene que haber una consulta a la sociedad, lo puede hacer perfectamente.

EC - Pero para eso se necesita tiempo, hay que organizar las cosas con tiempo.

ER - Se necesita más que nada voluntad política.

EC - Un segundo plano, decía usted, es difundir las políticas del gobierno incluso con las dificultades que hubo detrás de cada una de las resoluciones, por qué se llegó a un determinado formato, etcétera. Y tercero, agregaba, pensar el futuro del FA y de sus programas de gobierno en adelante. Son tres misiones muy ambiciosas.

ER - Sí, son muy ambiciosas, y a mi juicio hay que ser muy ambicioso en esto. Y agrego una cuarta que es estimular dinámicas de participación diversas.

EC - Por ahí venía lo próximo que quería consultarle: para lograr todo eso usted necesita que la gente participe, y que participe en cantidades significativas, no como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos cuando la militancia ha aflojado. ¿Qué propone para eso?

ER - Cuando la cultura se va modificando, las tecnologías se van modificando y las agendas se van modificando no debemos imponer un formato único porque eso después no se corresponde con la realidad. Si uno hace que la gente discuta sobre el pasado, le propone al comité de base que discuta lo que pasó hace 15 días y que ya prácticamente no tiene ninguna posibilidad de incidencia, eso no motiva. Pero si hay gente que no quiere organizarse en comités de base y que quiere hacer redes, que haga redes, si quiere hacer grupos temáticos, que haga grupos temáticos, si quiere hacer otras cosas, que haga otras cosas. Eso sí, van a tener que tener algún punto de encuentro en algún momento para verse las caras, intercambiar ideas y fijar la postura que hay que llevar al máximo organismo de decisión, que es el Plenario Nacional; esto a veces se olvida, pero desde la fundación del FA el máximo organismo es el Plenario Nacional.

Esto permite que se desarrollen puentes con la academia, con actores de la sociedad, con los jóvenes, con militancia social que tiene identidad política pero no tiene ámbitos de reflexión. O sea, diversifica, da aire y abre puertas y ventanas, entonces se cambia el estilo de la fuerza política. Me parece que ahí está la cosa, más allá del diseño del horizonte. Uruguay debería estar discutiendo no si Argentina cumple en el dragado del canal Martín García, no solo eso, si la negociación es buena o es mala y todo lo demás, sino si hace el puerto de aguas profundas que va a destrabar todos los dragados de todos los canales que hay en la vuelta porque esa es la clave de poder de la geopolítica del Río de la Plata, por ejemplo.

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EC - El senador Enrique Rubio es docente de historia; fue dirigente estudiantil y sindical; fue destituido por la dictadura, fue preso político; fue productor agropecuario y dirigente de cooperativas agropecuarias. Nació en Florida en 1943. Fue fundador de los Grupos de Acción Unificadora (GAU), la Izquierda Independiente (IDI), la Vertiente Artiguista (VA), y además participó en la fundación del propio FA.

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EC - Hablemos de los jóvenes, usted dijo en declaraciones a La República: "La suerte del FA depende de su relación con la juventud, por su pujanza y dinamismo dentro de la sociedad. Una organización que no entusiasma, rechaza o expulsa a los jóvenes, se reseca y pierde capacidad de renovación". ¿Hoy el FA está rechazando o expulsando a los jóvenes?

ER - Creo que no los está incorporando, y eso es más o menos equivalente. En primer lugar, me parece que hay una cultura juvenil que hay que identificar, no creo que haya que imponerles a los jóvenes una agenda, la agenda la tienen que hacer los jóvenes y las formas de organización también. No es la sumatoria de las juventudes de organizaciones políticas, los jóvenes están mostrando, no solo en el Uruguay sino en el mundo, que son capaces de movilizarse muy rápidamente por causas nítidas y de generar grandes impactos. Lo tuvimos nosotros mismos en nuestra última campaña electoral con el banderazo, con ese estilo. Lo que hay que darle es ámbitos, medios, algún orden de participación en la conducción de la fuerza política y trasmitir una cultura intergeneracional con una serie de institutos de capacitación y de formación que les van a resultar útiles.

EC - ¿Cuáles serían esos canales de participación?

ER - Así como tiene que haber una secretaría concentrada en el tema de la formación y la capacitación, tiene que haber una secretaría concentrada en la cuestión de la juventud, que le abra ahí un espacio, que le dé infraestructura, recursos y que permita que los jóvenes se movilicen, porque en los jóvenes el tema de la unión entre la acción y la reflexión es una cosa inmediata, instantánea, la política deliberativa y cansadora no es la que puede enamorarlos, entonces hay que tomar otros caminos. De que eso tiene que ir a parar a la estructura de conducción no tengo la menor duda, pero no tengo una idea acabada del punto de inserción. Sé que tiene que haber un punto de inserción de la juventud en la conducción, pero cómo lo vamos a hacer lo tenemos que reflexionar con ellos y con otros sectores, porque esto lleva a movimientos profundos en la interna de la organización política.

EC - Tengo acá un mensaje que llega de la audiencia, uno de varios. Gonzalo de la Unión señala: "La gente quiere, queremos ser protagonistas. ¿Lo hacemos virtualmente? Porque en ese ámbito no hay chacritas". ¿Qué le dice esta observación?

ER - Me parece nítido que quieren participar, he estado con jóvenes en varios lugares del país, no solo en Montevideo sino también en el interior, y me he encontrado con sorpresas muy interesantes, por las profundidades temáticas, por adónde están llegando en varios lugares; por ejemplo en San José el que va a ser presidente, porque hay un candidato único, tiene 27 años, en Canelones tiene 30 años (en otros lugares eso no es muy joven, pero acá es muy joven), y en otros lugares hay realidades de ese tipo, de modo que se está dando el relevo se quiera o no se quiera. La forma de participación puede ser virtual en parte y puede ser directa y presencial en otra parte, y yo prefiero que se junten las dos cosas en algún momento.

EC - Una pregunta de los oyentes que se reitera a propósito de este capítulo en especial es: si es una señal adecuada, en búsqueda de la participación de los jóvenes, el perfil que tienen los candidatos que están compitiendo por la presidencia del FA, las edades de los candidatos. Héctor, por ejemplo, pregunta: "¿Cómo se condice el reclamo de participación de los jóvenes con el hecho de que se trancó la candidatura de Zavala y que de los que quedaron dos tienen 69 años y los candidatos más jóvenes son de más de 50?".

ER - El tema es tener ideas permanentemente innovadoras, ese es el problema, porque hay jóvenes muy viejos y hay viejos muy jóvenes, hay de todo desde ese punto de vista. El tema es si se tiene una cultura de la innovación permanente con capacidad para incorporar los elementos nuevos de la agenda de la sociedad y del mundo, que ha cambiado notablemente, es verdaderamente notable. Una de las cosas que lamento más es haber dejado por el camino un libro que tenía casi terminado pero que la campaña electoral me exterminó, que es sobre estas temáticas. Lo que voy a hacer, porque estoy convencido de que me va a ir muy bien en esta interna, es abrirles caminos a otros, y eso se puede hacer con distintos instrumentos, de algunos de los cuales ya hemos hablado; pero que se va a hacer, se va a hacer.

EC - Una de las propuestas que ha manejado es la de crear talleres en los que participen las izquierdas latinoamericanas que usted ha definido como "más avanzadas", y ha planteado incluso escuelas de formación, partiendo por ejemplo de la Fundación Líber Seregni; e incluso planteó crear el Instituto Maestro Julio Castro. ¿Qué es esto, por qué insiste con este tipo de espacios de formación?

ER - Porque, primero, hay temas de frontera que hay que tener dónde discutir, que no son normalmente las comisiones de programa de los partidos. Son lugares más descontraídos, donde hay una participación mucho más abierta, y no se proponen resolver como tales un punto específico, son lugares fermentales –yo impulsé la Fundación Líber Seregni con ese propósito–. Ahí tiene que haber una participación muy abierta, porque la riqueza de capacidad de aporte está en parte en el FA, pero no está solo en la estructura orgánica del FA, yo diría que está minoritariamente en la estructura orgánica del FA, está dispersa en la sociedad uruguaya. Esa fue mi experiencia como director de la OPP, había gente por todos lados con una enorme potencia, formación, capacidad de iniciativa, propuestas, otras miradas sobre la realidad.

En segundo lugar, me parece que tiene que haber institutos de formación. ¿Cuántos años estuvo Seregni y cuántos años estuvo después Tabaré pidiendo una escuela de gobierno, de formación para el gobierno, de formación en capacidad de gestión? No se hizo, y ¿qué mostró la realidad? Que de repente se selecciona al mejor compañero en cuanto a conocimiento del tema, adhesión al proyecto, etcétera, pero no tiene capacidad de gestión, no conoce las reglas elementales del funcionamiento del Estado. Por eso ha habido áreas de retraso relativo con relación al resto del proyecto. Eso hay que hacerlo desde el arranque con los jóvenes. Los jóvenes en muchas áreas, por las nuevas tecnologías o por la formación que reciben o por la sensibilidad que tienen, van más adelante que el resto de la sociedad; por ejemplo, en temas ambientales van mucho más adelante, en temas de defensa de derechos y demás van mucho más adelante. Quiere decir que acá hay un problema, que no es solamente un problema uruguayo, hay que entender lo que se ha dado en otros países; hay otras izquierdas que están más avanzadas, por ejemplo la izquierda brasileña está mucho más abierta a la participación de los sectores sociales.

EC - ¿Cuán viables son todas esas propuestas? Se lo consulto junto con varios oyentes que hacen la misma pregunta. Tengo aquí el mensaje de Álvaro del Cordón que destaca: "En los estatutos la presidencia del FA no es un organismo, no tiene definidas las competencias del presidente, por lo tanto el presidente que se elija no tiene facultades, competencias, instrumentos ni posibilidades para plasmar las propuestas o las políticas que se están prometiendo. Cuidado".

ER - Me parece que es un cuidado excesivo, porque es desconocer la historia del peso de la institución; es una institución dentro del FA, no es una figura. Y en segundo lugar, el tema es si sabe trabajar con otros y buscar determinados acuerdos para poder impulsar con vigor en todo el país este tipo de dinamismo. Que esto va a encontrar resistencias, las va a encontrar, sí, pero va a haber una poderosa corriente a favor del cambio, es algo que se está dando, y creo que eso va a primar sobre la inercia de las organizaciones políticas –porque no es solamente del FA– y sobre sus procesos de burocratización y de ensamble con el Estado, que terminan en un conservadurismo que yo no comparto.

EC - ¿Cuánta gente aspira a que participe? ¿Cuántos votos entiende que va a tener el FA el otro domingo?

ER - Esto es una percepción...

EC - Viene un poco fría la campaña, por eso se lo pregunto.

ER - La campaña viene a dos velocidades, tiene una velocidad en el interior fuera de Canelones, tiene una velocidad intermedia en Canelones y tiene otra velocidad en Montevideo.

EC - Pero ¿se alcanzan esta vez los 220.000 votos de las últimas elecciones internas?

ER - Hay encuestas buenas, de rigor científico, y van a aparecer un montón de encuestas de las otras, como pasó en las últimas elecciones, que hubo alguna que anunciaba que ganaba el Partido Nacional por no sé cuántos miles de votos. Eso va a aparecer mucho, pero eso es parte de operativos políticos. Creo que las encuestas muchas veces proyectan la realidad, proyectan el presente hacia el futuro, pero –y esto les pasa a los politólogos y a los economistas– no perciben el punto de inflexión, el punto de cambio.

EC - ¿Usted qué dice?

ER - Yo creo que va a haber una participación del orden del orden de la que hubo en el 2006, o sea, del orden de las 200.000 personas en todo el país. Es un objetivo muy ambicioso pero que me parece lograble en la medida en que se va entendiendo que acá se juega todo. Cuando el frenteamplista se encuentra con que alguien le dice con claridad, en esta recorrida que ya lleva cuatro quintos del país, "mire que acá se juega todo entre el 2012 y el 2016-2017", todo, que significa el respaldo al gobierno de Mujica, el próximo programa, la campaña electoral del 14, las municipales, etcétera, la transformación del FA como objetivo central, entonces entiende que ahí hay algo que es muy importante y no quiere ser ajeno a la definición de lo muy importante, así ponga solo una lista de las seis en el sobre.

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Transcripción: María Lila Ltaif