Tras la reunión con el representante de Estados Unidos, el dirigente del Pit-Cnt dijo que se le explicó que "si no comprende nuestros sentimientos a partir del pasado reciente, no puede comprender nue

Castillo reiteró críticas a EE.UU

Castillo reiteró críticas a EE.UU

Coordinador de la central sindical, Juan Castillo: Le explicamos que, si no comprende cuáles son nuestros sentimientos a partir de nuestro pasado reciente, no puede comprender nuestras actitudes. Le dimos por escrito nuestra opinión sobre el pasado y el presente, en Uruguay y en lo internacional. Es lo mismo que habíamos dicho en abril.

(Emitido a las 07.35)

EMILIANO COTELO:
Tuvo lugar ayer la reunión entre el agregado político de la embajada de Estados Unidos, David Foran, y la dirección del PIT-CNT, un encuentro que había generado expectativa en los días previos.

A diferencia de la reunión anterior, que se había efectuado en el restaurante del Hotel Radisson, que provocó gran polémica en el movimiento sindical cuando fue conocida días después, ayer el intercambio fue en la propia sede del PIT-CNT.

Según las crónicas, Foran se vio sorprendido por el tenor de la reunión dado que, según dijo, venía a intercambiar información sobre los derechos humanos en Uruguay, y no a recibir la andanada de enjuiciamientos que terminó escuchando de parte de los representantes de los trabajadores a propósito de la conducta de los Estados Unidos en el plano internacional.

***

Estamos en comunicación con el coordinador general del PIT-CNT, Juan Castillo. Usted estuvo en la primera y también en esta segunda reunión con representantes de la embajada de EEUU.

JUAN CASTILLO:
Es cierto.

EC - ¿El interlocutor fue el mismo las dos veces?

JC - No; en la primera reunión fue otra persona. También se presentó como encargado político, pero era otra persona.

EC - ¿Qué historia tiene esta audiencia de ayer, fue solicitada por la embajada?

JC - Sí; las dos fueron solicitadas. En la primera oportunidad ocurrió lo mismo. En este caso, este señor Foran se había comunicado hace tres semanas con uno de los integrantes del Secretariado Ejecutivo solicitando una entrevista para discutir el tema de los derechos humanos, invitándolo a participar en la embajada; el compañero...

EC - ¿El tema era derechos humanos en Uruguay?

JC - Sí, sí: derechos humanos en Uruguay.

EC - Lo hacía a solicitud del Congreso de su país. Foran explicó que anualmente las embajadas estadounidenses envían un informe al Congreso sobre la situación de los derechos humanos en cada país del mundo, y era a los efectos de elaborar ese reporte que quería tener este intercambio de la víspera.

JC - Es cierto; así lo dijo recién ayer durante la entrevista. Pero, para nosotros, derechos humanos son una sola cosa que abarca temas que involucran al conjunto de la sociedad, y es imposible despegarla en el tiempo de ninguna cuestión, y es imposible también aislarla de lo que está pasando en el resto de la región. Esa es la tesitura de la central sindical, y por eso la elaboración de ese documento que le entregamos y, después, de las intervenciones que hicimos sobre la política exterior de los EEUU.

EC - En síntesis, ¿qué fue lo que expusieron los dirigentes sindicales?

JC - Fue de todo: arrancamos desde lo que ha pasado en materia de derechos humanos cuando la dictadura en nuestro país y la injerencia directa que tuvo en ella el gobierno de EEUU. A partir de allí hicimos un largo relato de lo que significó la desaparición de personas, la tortura, la muerte, las cárceles, el exilio, y cuestiones aún no resueltas.

Ahí fue donde colocamos la solicitud concreta de que su gobierno desclasificara documentos que tiene archivados, como lo habían hecho gobiernos anteriores a Bush, de manera que facilitara para nosotros conocer la verdad y poder hacer justicia en nuestro país.

EC - El funcionario ¿dio alguna respuesta sobre ese planteo?

JC - No. En la mayoría de los casos se limitó a escuchar y a excusarse diciendo que es un funcionario más, que escuchaba, que tomaba nota, pero que... En realidad, luego puso énfasis en que nos radicáramos en la actualidad; él quería hablar de la actualidad.

EC - Eso parecía evidente por las puntualizaciones que hizo en el breve diálogo que tuvo con los periodistas, en el que no quiso formular declaraciones. ¿Ustedes no respondieron a esa exhortación del funcionario, continuaron con el documento que tenían previsto?

JC - El documento le fue entregado de arranque. Después, todos los que estábamos allí teníamos algún aporte para hacer además del escrito. A mí me tocó resumir prácticamente al final, y le dije (estoy absolutamente convencido): le explicamos cortésmente que no se puede despegar la actualidad de nuestro pasado más inmediato; si no, no conoce nada. Si él no entiende el porqué de los sentimientos... los bustos que presidían la reunión, los de nuestros compañeros dirigentes Gerardo Cuesta, asesinado en dictadura, y León Duarte, desaparecido en dictadura, eran un símbolo concreto de por qué nosotros tenemos determinados sentimientos. Si él no conoce esa situación, difícilmente pueda comprender nuestras actitudes. Y a partir de allí sí, conversar sobre derechos humanos ahora.

EC - Sobre los derechos humanos hoy en Uruguay, ¿qué dijo el PIT-CNT?

JC - Hablamos también del hoy, del hoy nacional y del hoy internacional. Del hoy internacional criticando lo que hizo en Irak con la invasión y lo que está haciendo actualmente, que todos los días sorprende al mundo; el bloqueo a Cuba; la injerencia directa en Venezuela, no desmentida; el proyecto del Alca; lo que está haciendo con el Plan Colombia, lo que está ocurriendo en ese país donde todos los días nos matan u torturan a dirigentes sindicales y aparece gente destrozada por todos lados... Todas estas cosas están denunciadas internacionalmente y él lo sabe, no han podido negar que los EEUU tienen directa implicancia.

Y del Uruguay hoy dijimos que hay necesidad de soluciones urgentes de todo tipo: la desnutrición infantil, la extrema pobreza que están viviendo particularmente los niños y jóvenes de nuestro país pero también los ancianos, el problema de que pueda parecer noticias de violencia para páginas policiales pero que termina siendo un problema de toda la sociedad, que cada vez construyen menos escuelas y agrandan más las cárceles... Es decir que, en materia de derechos humanos, arrancamos en que el fundamental es el derecho al trabajo y a la vida, y estas cosas que también están ocurriendo en nuestro país y que están bastante lejos de respetarlos en total.

EC - Toda esa enumeración que ustedes hicieron sobre el comportamiento de EEUU en materia internacional ("la violación de derechos humanos permanente en Irak, el bloqueo a Cuba, la injerencia en Venezuela, la situación de terrorismo que se vive en Colombia", en palabras de otro dirigente que participó en la reunión, Luis Puig), esta forma de encarar la reunión con el funcionario de la embajada, esta forma tan cortante, tan dura, ¿tiene algo que ver con lo que fue la reunión anterior, de la cual aparentemente la dirección del PIT-CNT no informó en principio de manera suficiente hacia abajo, y que cuando se conoció a través de la prensa despertó las reacciones que despertó, con un cuestionamiento sobre qué tenía que hacer el PIT-CNT conversando con la embajada de EEUU, si había allí un ablandamiento de posiciones? ¿Pudo haber, por aquellos cuestionamientos, la necesidad de mostrarse ahora más "firmes", más "duros"?

JC - No... Dos o tres apreciaciones, porque también en la introducción de la nota se habló de polémicas internas en el movimiento sindical, cuando eso no ocurrió nunca, ni en la primera ni en la segunda reuniones. Tal vez "el debate público" haga referencia a una polémica generada con alguna fuerza política de izquierda y algún medio de comunicación de su propiedad, pero eso no fue así dentro del movimiento sindical.

EC - La alusión es al Movimiento 26 de Marzo, al diario La Juventud y a la radio Centenario.

JC - Eso es público.

EC - Pero ¿fueron esas las únicas críticas a la primera reunión? ¿No hubo otro tipo de objeciones dentro de la central?

JC - No hubo ningún sindicato... Cuando presentamos el informe después de realizada la reunión fue aprobado con solamente un voto en contra. Polémica, que hayan salido sindicatos, gremios, dirigentes sindicales, no. Pasó que hubo algunas minorías, sí, que para no ser tan unánimes ni para un lado ni para el otro...

EC - Por eso: algunas minorías sí lo cuestionaron.

JC - Sí, que también expresaron antes que no debía hacerse la de ahora, pero no fue ni siquiera una reunión de dirección de un sindicato: simplemente una expresión de algunos dirigentes.

EC - Dirigentes de Adeom, en este caso.

JC - En este caso, sí. Pero polémica en la interna, no. Lo que hacemos es cumplir con las gestiones a los que nuestros organismos nos mandatan, y eso es lo que tenemos que hacer como cualquier hijo de vecino o como cualquier organización que se precie de tal. Se nos había encargado que cualquier acción política en este sentido se hiciera en nuestra sede central, y en segundo lugar que fuera pública. Perfecto: se cumplió con las dos cosas decididas por unanimidad, y se hizo.

EC - Estamos ahí ante un cambio de criterios, porque la primera vez se aceptó una reunión en el restaurante del Radisson, etcétera. O sea que, repercusiones de aquel encuentro, hubo.

JC - Sí, pero cuando invita la otra parte... Cuando tenemos que invitar nosotros, nosotros no estamos en condiciones económicas ni queríamos invitar a comer, ni invitar a gastar. Son cuestiones distintas: si te invito a mi cumpleaños tendrás que venir a mi casa o donde yo lo festeje; en este caso, invitándome a una entrevista, tal vez sea a tu casa. Estas son cosas muy distintas.

EC - En los dos casos fueron solicitudes de la embajada.

JC - Sí, en los dos casos, también ayer. Leía en algún medio de prensa que decía "en este caso, la reunión..." No, no: en este caso y en el anterior; las dos fueron solicitudes de la embajada de los EEUU.

La segunda cuestión es que se habla de "dureza" en la reunión de ayer. Ni el funcionario ni nosotros hemos calificado a la reunión como de "dureza". Por decir la verdad, "dureza", no, no. Nosotros decimos la verdad, en esta ni en la anterior oportunidad. Acabamos de repetir, ahora con un documento entregado en sus manos todo lo que dijimos en la primera reunión; todo, exactamente todo. No podemos reunirnos en ningún ámbito con representantes del gobierno de los EEUU de Norteamérica sin hacer precisiones sobre las posiciones que tiene nuestra central sindical, y toda nuestra visión sobre cuestiones que no compartimos. Eso se hizo en la primera reunión y también ahora en la segunda. No hubo "dureza"; es más, la persona que fue ayer lo manejó en ese sentido. Sí es cierto que me pareció notarlo nervioso; yo no lo conozco si normalmente es siempre así, pero se le notaba nervioso, ...

EC - Las crónicas dicen que hubo momentos de tensión.

JC - Las crónicas, pero ¿de qué van a hablar las crónicas si adentro no estaba ningún periodista?

EC - Bueno, pero citan testimonios de quienes sí estaban.

JC - Está bien, pero de parte nuestra habló el compañero Puig, que es el secretario de Derechos Humanos, responsable de esa reunión para la que todo el Secretariado Ejecutivo laudó la documentación y nuestras intervenciones. Pero a mí, al menos, me parece que no fue una reunión... Tampoco podemos traerlo a nuestra casa y mostrarle los dientes; uno puede ser amable pero firme, y esa es la cuestión para la central.

EC - ¿Qué dejó, entonces, la reunión? ¿Cómo sigue esto, cómo sigue la relación: habrá otros encuentros?

JC - Nosotros no hemos tenido iniciativa en ninguna de ellas. Si otra vez lo solicitan, otra vez lo pondremos a consideración de los organismos. De nuestra parte no tendría por qué haber ninguna otra pero cada vez que una embajada o representantes de un gobierno solicitan una entrevista, eso se debate, se discute, se resuelve, se designa a la delegación y se concreta. Me parece que es la actitud que debe tener el movimiento sindical.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón