Declaraciones de Batlle en República Dominicana
(Versión tomada del sitio oficial en Internet de la Presidencia, de donde luego fue retirada por la Secretaría de Prensa y Difusión, Sepredi)
PERIODISTA: Presidente, muchas gracias por concedernos nuevamente otra entrevista para nuestro programa.
PRESIDENTE BATLLE: Pero, Peggy, te podrás imaginar que para mí no solamente es un gusto venir a la República Dominicana, sino además un enorme placer encontrarme contigo; recordar las muchas cosas que hemos tenido en común, desde el punto de vista de la amistad con Peña, y la amistad entre los dos países. Y, bueno, es hoy de nuevo en una circunstancia tan importante, estar en la República Dominicana ha sido para nosotros no aceptar una obligación, sino aceptar participar de un hecho democrático central en la vida de estos países, como un deseo fundamental de todos de ayudarnos entre todos. Sobre todo los países pequeños, ¿no es verdad? El Uruguay, República Dominicana, Paraguay, Bolivia, los países centroamericanos, el Ecuador, somos países pequeños y vamos a tener que hacer una liga de los países pequeños, ¿no?
PERIODISTA: Sí.
PRESIDENTE BATLLE: Para ayudarnos, y sobre todo en este mundo de hoy donde está todo interconectado y es tan fácil hacerlo, vamos a estar en condiciones de volver siempre por la República Dominicana.
PERIODISTA: Presidente, como usted lo dijo, nuestros países sufren cosas similares. Ustedes tuvieron una de las crisis mayores que fue el corralito de los bancos, cuatro meses de angustia.
PRESIDENTE BATLLE: Terribles, terribles, terribles.
PERIODISTA: Cuatro meses de hasta pérdida, posible pérdida de institucionalidad. ¿Cómo usted logró superar esa crisis tan parecida como la nuestra?
PRESIDENTE BATLLE: Bueno, ayer cuando lo escuchaba al Presidente Leonel Fernández, nos decíamos entre nosotros "pero está describiendo la situación del Uruguay". Bueno, nosotros tuvimos algo que fue muy claro. Cuando nació el MERCOSUR nuestro país tuvo una desviación de comercio muy fuerte hacia los países limítrofes del MERCOSUR, Brasil y Argentina preponderantemente; llegamos a tener más del 54% de las exportaciones hacia Brasil y hacia la Argentina. En el año de 1999, el año electoral en el Uruguay, Brasil hizo una devaluación del 100% en su moneda; por tanto, de un viernes a un lunes perdimos el 50% de las exportaciones, pasamos de mil millones de dólares de bienes que exportábamos al Brasil a 450. Luego comenzó en el 2001 un proceso terrible, que llegó de la Argentina, que fue la aftosa. Nosotros éramos un país libre de aftosa sin vacunación, por tanto, entrábamos a los mercados más selectos vendiendo la carne a los precios más altos. Y la carne es, y sigue siendo hoy, el principal producto de exportación del Uruguay. Vino la aftosa desde la Argentina, donde estuvieron un año negando que la tuvieran pero que la tenían, lamentablemente, pese a que tantas veces se lo dijéramos. Y el Uruguay de un día para otro perdió, durante dos años consecutivos, la posibilidad de exportar carne a los mercados de precios significativos. Nosotros el 24 de abril de 2001 tuvimos la crisis de la aftosa y volvimos al mercado americano en el mes de julio de 2003. Quiere decir que durante dos años los frigoríficos parados, los precios deprimidos, los transportes de los ganados detenidos. No te olvides que en el Uruguay hay 12 millones de cabezas de ganado y 3 millones de habitantes, ¿no? Quiere decir que esa es la riqueza más importante, tanto lanares como vacunos. Y luego en el 2001, en el último trimestre del 2001, comenzó Cavallo con el corralito. Anteriormente yo recuerdo, la gente de Buenos Aires cruzaba en Ferryboat a la ciudad de Colonia, enfrente a Buenos Aires, y depositaba su dinero en el Banco de la República para tener algún dinerillo afuera para
poder acudir a él si tuviera una necesidad. La necesidad llegó, Cavallo hizo un corralito, o sea, nadie podía ir al banco, Peggy; ni tú ni yo ni nadie podíamos ir al banco a sacar dinero para pagar el alquiler, para cubrir las obligaciones mínimas. ¿Y qué hacían? Y venían al Uruguay en avión, o en Ferryboat, y sacaban el dinero del banco. Los dos bancos más grandes del Uruguay eran bancos argentinos, el banco argentino que más importancia tenía era el Banco de Galicia, con 1500 millones de dólares de depósitos; lo fue pagando, lo fue pagando, lo fue pagando, hasta que no pudo más y dio quiebra. Y luego el Banco Comercial, que estaba ligado al Banco General de Negocios en la Argentina, de propiedad de tres bancos extranjeros y dos directores argentinos, que también -ya con otro tipo de medidas no tan claras- cayó dentro del sistema de las dificultades generadas a ambos lados del Río de la Plata por estas medidas y dio quiebra, y arrastró a todo el sistema.
PERIODISTA: Sacaron todos los fondos.
PRESIDENTE BATLLE: Ah, pero no quedó nada vivo. Arrastró al sistema y los que permanecieron libres de esas dificultades fueron los bancos extranjeros, porque lógicamente los bancos extranjeros recibieron la asistencia de sus casas matrices. O sea, el City Bank, el Banco de Boston, el Lloyds, el banco, los bancos holandeses, los bancos españoles -el Santander, el BBVA- todos ellos permanecieron sin problemas. El banco, una corporación financiera ligada al Crédit Agricole francés, todos ellos sobrevivieron porque estaban ligados hacia sus casas centrales. Pero los dos bancos nacionales que dependían de los capitales locales, esos los arrastró la inundación general. Y, por tanto, tuvimos una situación que llegó a tal extremo que tuvimos que cerrar los bancos en el año 2002, promediando el año 2002 cerramos los bancos, nos salvamos de una crisis institucional profunda, gracias a la ayuda del gobierno del Presidente Bush. El gobierno del Presidente Bush puso 1500 millones de dólares arriba de la mesa, por 15 días.
PERIODISTA: Eso se dice que es gracias a las relaciones de usted, porque en
la Argentina no pudieron...
PRESIDENTE BATLLE: Bueno, yo lo que creo que la Argentina fue una situación completamente difícil porque era completamente distinta. Nosotros no habíamos hecho absolutamente nada para pasar lo que estábamos pasando. Lo que resultó allí fue la consecuencia de lo que pasaba en otros mercados, en otras situaciones. Nosotros no pudimos resolver nuestra primera dificultad con el Fondo, el Fondo en ese momento había llegado recién el señor Köhler a la Dirección General del Fondo, y existía en el Fondo una situación no fácil entre la Dirección General y los funcionarios que habían estado encargados del control de las actividades financieras y bancarias en el Cono Sur, y particularmente en la República Argentina. Y entonces eso hizo que ellos en un principio, para salvar responsabilidades, estuvieran muy exigentes al punto que durante ese tiempo, en el 2002, el anterior Ministro de Economía o de Hacienda chileno, el señor Aninat, que fuera el representante del Fondo, representante del Fondo para tratar con nuestros países, me llamó por teléfono, me conocía de toda la vida, me llamó por teléfono desde su oficina para decirme que nosotros teníamos que hacer lo mismo que la Argentina; o sea, declarar défault. Yo le dije que jamás, que yo me hundía con el barco pero que yo eso no lo iba hacer jamás.
PERIODISTA: ¿No le invitó a que usted hiciera sus maletas también?
PRESIDENTE BATLLE: Tanto como la maleta no, tanto como la maleta no. Eso no es cierto; no, no me lo dijo jamás. No, Aninat me dijo que para él no teníamos condiciones ni posibilidades de superar la situación. Él me dijo eso, y yo le dije que no; le dije que le íbamos a dar una solución diferente, una propuesta diferente, cosa que le hice al día siguiente. Él me dijo que iba a ver los números, pero creía que los números no cerraban. Al día siguiente nosotros mandamos una misión, y cuando mandamos la misión nos encontramos con que la respuesta de los técnicos del Fondo se mantenía igual, y me dijeron desde Washington, bueno, regresamos al Uruguay y yo les dije "no, de ninguna manera, consigan una entrevista con el señor O¹Neill". Eso fue por la mañana de un viernes, y por la noche estábamos en casa cenando con Mercedes y con un amigo, con una tensión enorme esperando a ver qué pasaba, sonó el teléfono y me dice el Embajador uruguayo en Washington, el señor Fernández Faingold, que yo creo que estaba llorando del otro lado, yo me parece, no sé; nunca se lo he preguntado porque me va a decir que no, naturalmente, pero es mentira yo estoy absolutamente seguro que del otro lado sollozaba. Me dijo se ha producido un milagro, el gobierno de los Estados Unidos nos facilitó un bridge loan de mil quinientos millones de dólares, se lo pagamos en quince días con intereses. Y eso abrió la puerta al diálogo del Fondo Monetario. Con el Fondo Monetario estuvimos analizando nuestras propuestas desde agosto del 2002 hasta mayo del 2003. Nos estuvo penando durante prácticamente casi
un año, sobrevivimos porque Dios es grande y no se olvidó de nosotros. Y porque nosotros apretamos los dientes y sacamos dinero de abajo de los colchones y de abajo de las alfombras y de abajo de todos lados. O sea, llegamos inclusive en algún momento a usar recursos, todos legales y legítimos, pero extremos para cumplir siempre; nunca dejamos de pagar, jamás dejamos de pagar, ni los intereses ni las amortizaciones. Y, entonces, inventamos un sistema absolutamente distinto al que el Fondo aconsejaba y practicaba. A esa altura del partido el señor Köhler, con quien yo me entendí siempre muy bien porque el señor Köhler es alemán, de Baviera, entonces cuando lo fui a visitar por primera vez, no por los problemas de Uruguay, sino para dar una ayuda a Argentina -me lo pidió Fernando de la Rúa que fuera hablar con Köhler y fui hablar con Köhler- y llegué y entonces cuando lo encontré en la planta baja le dije "Aber Herr Köhler, was machen sie hier?" Y entonces quedó encantado, porque creo que ahí en Washington no le hablaba nadie alemán. Y entonces, bueno, establecemos una relación que mantenemos hasta el día de hoy, por suerte; fue muy agradable, él ya había sustituido, ya estaba el señor Zing de la India, era otro equipo. Un equipo que no tenía nada que ver con nosotros, ni con América, muy profesional, y los persuadimos de que nuestra economía andaba bien, con el mecanismo que nosotros proponíamos; lo planteamos y lo hicimos.
PERIODISTA: Resultó.
PRESIDENTE BATLLE: Y resultó. Y es el mismo mecanismo que yo le decía al Presidente Leonel Fernández, y se lo dije en la salida de la ceremonia, tan linda, al presidente del Banco Central, que se puede pensar en hacerlo acá. Nosotros mantuvimos los contratos, los mantuvimos en la moneda que fueron fijados, mantuvimos la tasa de interés; o sea, no violamos absolutamente nada. La única cosa que le dijimos es: nosotros empezamos a pagar en vez de repagar hoy, empezamos a repagar unos años después.
PERIODISTA: O sea, en el tiempo.
PRESIDENTE BATLLE: En el tiempo, nada más, pero pagando los intereses; pagamos todos los intereses puntualmente. ¿Y eso qué transformó? ¿Qué trajo como consecuencia? El día que firmamos el acuerdo cambió la tasa de riesgo a la cual estábamos nosotros sometidos, mejoramos sensiblemente, volvió la inversión. Se estabilizó nuestra presencia en los mercados internacionales, a los cuatro o cinco meses ya estábamos colocando deuda, pudimos empezar a pagar la deuda de corto plazo para extenderla, y hoy tenemos un record de todo. El país recuperó en el segundo semestre del 2003 once puntos perdidos del Producto, los recuperó todos. Este año estamos creciendo a diez puntos del Producto, tenemos un record de exportaciones. Cambiamos totalmente el sistema de exportación, ya no dependemos más del MERCOSUR, hoy el primer socio comercial del Uruguay son los Estados Unidos.
O sea, tenemos el 25% en el NAFTA, el 25% entre Brasil y Argentina, el 25% Europa y en el otro Asia, China, Irán, India que tenemos contactos comerciales muy importantes; y firmamos un acuerdo comercial con México, y tenemos prácticamente ad portas un acuerdo de inversiones con los Estados Unidos. Estados Unidos nos compra el 73% de toda la carne que exporta el Uruguay; o sea, que la carne la lleva Estados Unidos, la leche la lleva México, los cueros los lleva Alemania, los textiles finos Italia y los textiles de micronaje mediano China. Así que esos son las cuatro áreas fundamentales. Y después exportamos mucho arroz a Brasil, puesto que tiene un faltante grande y nosotros somos un productor muy importante de arroz, somos el quinto exportador de arroz del mundo. Irán es otro gran cliente, nosotros le suministramos a Irán arroz en tiempo de la guerra con Irak; cuando no llegaba nadie, nosotros llegábamos con el arroz; lo vendemos en bolsita de a kilo en todo Irán y todo el mundo conoce el arroz del Uruguay, que es un buen arroz, te lo recomiendo. Y ahí estamos. Llegamos a tener de una media histórica, Peggy, que teníamos entre nueve y
diez por ciento de desempleo como media histórica, en mayo de 2003 tuvimos 22% promedio.
PERIODISTA: Más del doble.
PRESIDENTE BATLLE: ¡Pero horrible! Pero nunca en la historia de la vida del Uruguay. Hoy estamos en doce y poco, creo que promediando el próximo trimestre móvil vamos a estar abajo en once y pico, quiere decir que vamos a volver a la media histórica en prácticamente en un año y medio. O sea, el gobierno desde el punto de vista macroeconómico termina muy bien. Hay una inversión muy fuerte, muy fuerte en el Uruguay, inclusive hay una inversión finlandesa en una planta de pulpa de papel de no menos de mil doscientos, mil trescientos millones de dólares; una segunda planta de pulpa de papel, con una inversión española, con una planta un poco más reducida de Quinientos, seiscientos millones de dólares. El país está bien orientado para crecer.
PERIODISTA: ¿Y cómo está la situación electoral, por ejemplo su partido?
PRESIDENTE BATLLE: La situación electoral es una situación.... El partido de gobierno no va a votar, no va a volver a tener una gran elección, no la va a tener. Básicamente, me parece por dos cosas sustantivas: los dos años promediando el gobierno, esos dos primeros años fueron años muy duros y la gente lo sintió muchísimo, y por tanto esa inercia espiritual queda en la gente. En segundo lugar, a nosotros nos pasó una cosa como trágica, o trágica directamente, nosotros tuvimos un Ministro de Economía que fue el operador político adentro del país para la salida de la crisis, un senador de nuestro sector, el doctor Alejandro Atchugarry, que era nuestro candidato a Presidente de la República natural. En el mes de agosto de 2003, en acuerdo con él, él salió del Ministerio y lo sustituyó el operador exterior, o sea, un joven llamado Alfie que era el que había hecho la operación acá con el Fondo pasó a ser el titular del Ministerio. Porque Alejandro era nuestro candidato a Presidente, Alejandro es como un hijo para mi, lo conozco desde muy niño; era un senador, un diputado, Ministro de Obras Pública, luego Ministro de Economía en la crisis, salía con toda la gloria. Y así todos salimos atrás de él, y era una persona que todo el mundo lo iba a votar; todo el mundo, tirios y troyanos, lo iban a votar todos. Y en enero de 2004, nos comunicó que no quería ser candidato, por tanto si no querés ser candidato tú, Peggy, porque no tenemos candidato. Así que llegar a una... yo, tú sabés que soy muy aficionado a las carreras de caballos, llegamos al gran premio Breeder´s Cup, teníamos el caballo mejor con el gran jockey y cuando iba a salir la carrera el jockey se bajó del caballo; escúchame, ¡una tragedia! Y, bueno, una tragedia política sí, exacto. Y eso nos ha debilitado. Yo creo que el partido va a tener sus senadores, tenemos un grupo de Ministros jóvenes.
PERIODISTA: Hay coalición, ¿verdad?
PRESIDENTE BATLLE: Siempre hay coalición en el Uruguay, no hay en el Uruguay mayorías absolutas. Creo que es bueno que no haya mayorías absolutas.
PERIODISTA: Es muy importante.
PRESIDENTE BATLLE: Es bueno, sí, porque cuando alguien tiene una mayoría absoluta cree que es el campeón mundial, ¿no es verdad? Y eso es horrible. Y en un país chico donde tenemos las virtudes y los defectos de los países chicos; o sea, todos nos conocemos y, por tanto, soldado que suda no sangra; está cada uno metido en su trinchera ahí hasta el fondo, con un agujero terrible, y ahí estoy y ahí no me muevo y no me saca nadie. Y todo eso hace que si hay alguien que tiene mayoría absoluta...
PERIODISTA: Sí, no funciona....
PRESIDENTE BATLLE: Escúchame, pega con el horcón del medio. Y no, no sirve, no sirve. Yo veo que es necesario en este mundo de tanta comunicación, hasta a veces hasta excesiva, hasta excesiva comunicación, ¿no es verdad? Porque hay una especie de fagocitación cotidiana de las noticias. O sea, a la noticia la televisión la trae hoy y la tiene que matar antes de que caiga el día, para que al día siguiente haya una noticia nueva, ¿no es verdad? Entonces, no hay tiempo ni para la reflexión. Se despierta de mañana, a las seis de la mañana, para salir al trabajo; prende la televisión y le tiran un cañonazo al plexo solar, porque algo espantoso pasó en algún lugar del universo, ¿no? Y al día siguiente es otro lugar del universo con otra cosa espantosa; o sea, acabo de prender la televisión y vi que se había inundado un pueblo en Inglaterra y que habían desaparecido no sé cuántos automóviles y casas rodantes, y personas y gente, y los helicópteros los sacaban del techo. Y ya y salí mirando alrededor haber si había pasado algo parecido por acá. Y, mañana de mañana es en Turquía, porque siempre hay algún lugar del mundo donde algo pasa. Entonces, uno no tiene tiempo de decir "pero, caramba, hay seis mil millones de habitantes, ¿pasa nada más que esto? Pero, qué bien que está el mundo, ¿no es verdad?" Nadie dice "qué bien está el mundo", porque si uno dice en la primera página de un diario "qué bien que está el mundo" no vende nada. Entonces, no hay más remedio que decir que está mal; así para poder vender. Bueno, eso hace también que a veces las cosas de los países los ciudadanos no las puedan mirar en perspectivas, la miran con el horizonte del día de
hoy, ¿no es verdad? Pero lo países no andan tan mal. Yo, es claro, yo soy como el nogal casi centenario, ¿no? Tengo 76 para 96, que es la aspiración que tengo porque si
mi madre y mis tíos y todos han vivido cien años.
PERIODISTA: Por ahí es que va.
PRESIDENTE BATLLE: Por ahí es que voy, porque la genética al fin y al cabo me tiene que beneficiar en algo, ¿no? Y yo soy de la época de la radio de galena, cuando era chiquitito se escuchaba la radio a galena; ahora, yo qué sé, hay unas cosas tan exóticas en el mundo que uno no sabe... Por suerte tengo una nieta que maneja los aparatos.
PERIODISTA: Y ella le informa. PRESIDENTE BATLLE: Tiene tres años, tiene tres años, entonces se pone ahí y me dice "avo" haceme tal cosa y si no me apaga el aparato. Pero pienso que esto se va a tener que tranquilizar un poco, ¿no? O sea, hay algo que está visto, está visto. En la época de Roma todos llegaban, las tribus bárbaras llegaban a Roma, para ser ciudadanos romanos, para ser de primera categoría y no ser de segunda. Se paseaban por Roma en carros tirados por caballos; hoy van a Washington y se pasean en limousine.
PERIODISTA: No hay diferencia.
PRESIDENTE BATLLE: No hay diferencia. La diferencia es que Roma había organizado el mundo así y Washington nunca quiso ser así, los americanos nunca quisieron ser así. Los americanos llegaron en el Mayflower, con la vaca, con las semillas, con la Biblia, con la familia, y se encontraron un país enorme; y entonces dijeron "bueno, para qué vamos a interesarnos por el resto del universo". Y ahora resulta que se encontraron con que están solos en el universo y tienen que manejar todo esto. Y se les está pidiendo una cosa para la cual nunca estuvieron deseosos y nunca estuvieron preparados. Los europeos se dedicaron a hacer esto durante siglos, los europeos desde
Roma en adelante no hacían otra cosa que organizar imperios, pero los de éste lado de acá, nosotros, no somos así. Y, por tanto, le estamos pidiendo a los americanos que se ocupen del mundo, para lo que no tienen ni ganas ni están todavía debidamente preparados, ni además tampoco tienen mucha gente que colabore porque los que eran imperios ayer y hoy no son, están así; y los otros que éramos colonias de otros y ahora no queremos ser colonias de nadie, estamos así. Entonces, la cosa no se ha acomodado todavía, pero va a tener que acomodarse para terminar con estas cosas que nos impiden crecer. A medida que nosotros abrimos nuestras fronteras al comercio, crecemos. La democracia y el comercio andan de la mano. Si no hay comercio no hay crecimiento poblacional, de calidad de vida, y si no hay crecimiento de calidad de vida la democracia se debilita y si la democracia se debilita, los regímenes que pretenden sustituirla no dan pie con bola, ¿no es verdad? Terminan, como decimos nosotros, con los burros en el agua. Hay que abrirse, Peggy, hay que abrirse, hay que abrirse. Nosotros, y la República Dominicana y los países del Caribe, tenemos que abrirnos entre nosotros para crecer entre nosotros. Al principio es difícil,
Peggy, porque cada país cuando nace intenta producir todo lo que precisa. Entonces, protege acá, protege allá, protege allá, protege allá, y lo que pierde en esa protección dicen "¡Ay, no, nos vamos a quedar sin trabajo!". No, se quedan sin la ganancia del monopolio, porque los obreros, los empleados, los técnicos, los administrativos, se adaptan a otras actividades que crecen. Porque yo, por ejemplo, pienso que el Uruguay no puede plantar cañas de azúcar porque no tiene para eso clima. Entonces, en el Norte hay un poquitito, dos mil hectáreas de caña de azúcar, y para hacer un poquitito así, ¿cómo completamos eso? Importamos el azúcar. Entonces, tenemos que ir a países de clima tropical que lo producen mejor que nosotros. Bueno, si ustedes se ponen a producir trigo...
PERIODISTA: Tampoco.
PRESIDENTE BATLLE: Ustedes no pueden tampoco. Entonces, ¿qué quiere decir? Que la división del trabajo no es más regional dentro de cada país, sino es global. El día que nosotros podamos exportar a Europa toda la carne que hoy subsidian, van a comer mejor carne y a mejor precio. Ahora, claro, si ellos quieren que la gente tenga una vaca, que hagan como los suizos que le pagan para que tenga una vaca aunque la vaca no haga otra cosa que pasear por el campo, entonces tienen la ecología completa. Pero nosotros si queremos un mundo integrado, que es un invento de Bill Gates, ¿no es verdad?
PERIODISTA: Por lo menos una América unida.
PRESIDENTE BATLLE: Tenemos que abrir las fronteras, todas las fronteras.
PERIODISTA: Presidente, ustedes han mandado tropas a Haití.
PRESIDENTE BATLLE: Sí, 600.
PERIODISTA: ¿Qué función tienen? ¿Qué están haciendo?
PRESIDENTE BATLLE: Bueno, ahí tenemos un asunto bien interesante. Yo se lo he planteado a Kofi Annan, al señor Secretario de Naciones Unidas; se lo dije además al Presidente Lula en oportunidad de la reunión de UNCTAD; lo hablé con el señor Lagos, y se lo transmití a las autoridades argentinas. No tiene ningún sentido que nosotros, que por primera vez en la historia tenemos un encargo de Naciones Unidas dirigido únicamente a los países del MERCOSUR; o sea, somos partícipes de esta misión en el orden de la cantidad de tropas, la más numerosa es Brasil, la segunda Uruguay, la tercera Argentina y Chile más o menos; no vamos a ir allí como tropas de ocupación, no vamos a ir allí como tropas para asegurar la paz. Yo creo que tenemos que estar allí para darle a Haití un destino de reconstitución de su institucionalidad, de reconstitución de su estructura social, de sus centros naturales de comunicaciones, de educación, de salud, sus centros administrativos. Me parece que la razón de ser de nuestra presencia en Haití, por lo menos así lo entiende el Uruguay, es para ayudar a Haití a salir de los problemas que por si solo no lo ha podido hacer. O sea, no es una cuestión de ir y llevar dinero y repartir dinero, eso no sirve para nada. Buena parte de ese dinero queda en manos de las consultorías, que nos hacen unos estudios sesudos de lo que sabemos que hay que hacer. O sea, hay que hacer lo que cualquier persona piensa que hay que hacer cuando uno llega a una pequeña ciudad, o a un pequeño villorrio, ¿no es verdad? Hay que hacer los caminos, hay que hacer la sanidad, hay que
hacer las comunicaciones, hay que hacer los teléfonos, hay que hacer la institución normal del correo, de la administración, de la policía; lo que tiene que tener un cuerpo humano, o sea, un cuerpo social como elemento de sostén, de comunicación, de transmisión de energía, para ayudarlos a empezar a producir y para ver cómo pueden ubicarse en el mundo civilizado del cual por equis razones han sido como marginados. Bueno, esa es la tarea para la cual vamos, esa tarea requiere apoyo de los países en recursos. Es lo mismo que nos pasa en el Congo; en el Congo somos la fuerza militar más importante, los uruguayos somos los más importantes, tenemos casi dos mil personas. Ahora si nos vamos del Congo y todo sigue como está, no sirve para nada. O sea, no es una cuestión de hacer elecciones y decir "mañana vamos a hacer elecciones en el Congo", en un lugar donde no hay caminos, donde la única comunicación es por un río, el Río Congo, y la Armada uruguaya ha sido la encargada de abrirlo al tránsito. O sea, no es una cuestión de hacer elecciones. Es una cuestión de organizar al país, de
volverlo a poner en pie, de volverlo a ayudar a que pueda vivir desde si mismo, porque si no el día que se retiren estas tropas o cualquier otras, las cosas no van a cambiar. Por tanto, es una tarea particularmente importante, y yo tengo la impresión de que es una enorme responsabilidad para nuestros países, una enorme responsabilidad.
PERIODISTA: Presidente, la posición de ustedes en la presencia de las tropas uruguayas en Haití, ¿son para ayudar a reconstruir Haití?
PRESIDENTE BATLLE: Es la única razón de ser de nuestra presencia en Haití. Se lo dije muy claramente a Kofi Annan, lo voy a decir en Naciones Unidas el día 23 de noviembre. Creo que las misiones de paz de Naciones Unidas si no se completan con misiones que colaboren en la reestructura de los países que son objeto de esas misiones, no tienen mucho sentido. En el caso de Haití, además, tenemos una responsabilidad extra. Es un país de nuestro continente que va a ser asistido por primera vez por personas que llegan desde nuestro continente, con un mandato de Naciones Unidas; con una dirección colectiva civil en manos de Gabriel Valdéz, anterior Ministro de Relaciones Exteriores de Chile y recientemente y hasta ahora Embajador de
Chile ante la República Argentina; con un general brasilero al mando de la tropa, es decir que toda la responsabilidad está en manos de países de América del Sur. Y no podemos fracasar, no tenemos derecho a fracasar. Estuve conversando con el señor Miguel Ángel Rodríguez, el futuro Secretario de la OEA, sobre este tema; y también lo estuve con el Presidente Leonel Fernández cuando él estuvo en Montevideo. El tema de Haití, por lo tanto, no es un tema de ocupación militar ni de asegurar la paz. Es un tema de asegurar el porvenir, y para asegurar el porvenir se precisa algo mucho más importante que las Fuerzas Armadas, se precisa el despliegue de las energías financieras, de las voluntades políticas y de la infraestructura mínima necesaria para que funcione una nación.
Una nación no existe como tal porque tenga una Constitución y tenga elecciones, existe si junto a ello hay un funcionamiento, existe un funcionamiento regular y normal de todo lo que supone la existencia cotidiana de un ser humano que vive en sociedad. Para la República Dominicana, además, éste es un asunto central. La República Dominicana, que convive con Haití en la isla, tiene además una participación muy importante de haitianos en el trabajo en la construcción, en el trabajo en las zafras agrícolas; hay una relación muy profunda desde el punto de vista económico, porque los haitianos que están acá trabajan, tienen sus ingresos y con ello ayudan a sus familias, y también lo tienen los americanos porque hay un conjunto muy numeroso de haitianos en los Estados Unidos. Lo que significa que no podemos dejar de reconocer, ni de establecer, que no nos podemos dar el lujo los integrantes de este continente de que uno de los integrantes de este continente, un país de este continente, viva las penurias que vive Haití sin que tomemos una acción para ayudarlo a salir de estas dificultades. Esa es la razón de ser por la que nosotros aceptamos la misión de Naciones Unidas, como lo hemos hecho en todo el resto del mundo, porque creemos que es nuestra obligación como país pequeño de ayudar a que otros países resuelvan los problemas que en su momento -hace muchos, muchos años- también tuvo el Uruguay. En el caso de Haití existe una obligación, además, extra que se agrega a las
normales por el hecho de ser un país de nuestro continente. Yo voy esta tarde para Haití, después de la reunión que tenemos ahora por la mañana con el Presidente Fernández y con otros presidentes, vamos a Haití. Yo he ido también al Congo; he estado en todas las ciudades del Congo. Soy el primer Presidente de nuestro país por lo menos que visita a sus tropas, porque me parece que el Ejército uruguayo está haciendo una tarea muy buena en ese sentido, porque a donde vamos no solamente asistimos a la función específica. Nosotros, por ejemplo, tenemos desarrollados -como tú sabes, Peggy- esos sistemas de agua potable y de saneamiento que son portátiles. En el Congo los hemos puesto en muchísimos lugares, con lo que hemos ayudado a las escuelas, a los hospitales, a las poblaciones a que puedan tener agua potable, a que puedan tener sistemas de saneamiento. Yo creo que eso también lo tenemos que hacer en Haití.
PERIODISTA: Lo van a hacer en Haití.
PRESIDENTE BATLLE: Ya mandamos varias unidades de agua potable para darle en Haití a la gente. Estamos vendiendo esas unidades en Centroamérica, en la India, en muchos lugares del mundo; inclusive hasta en Europa, en Albania. Pero me parece que es lo fundamental; si la gente siente que esos núcleos que llegan van a contribuir a mejorarles la vida, lo van a aceptar de buen grado y van a ayudar. Ahora si la gente nos ve simplemente como una tropa ahí, con el fusil en la mano para que nadie se pegue con el otro, un día se van a cansar de nosotros y nos vamos a ir sin haber cumplido cabalmente con nuestras obligaciones.
PERIODISTA: ¿En total cuántos militares hay?
PRESIDENTE BATLLE: Ah, yo creo que han de haber tres mil; y, sí, porque Brasil ha de tener el doble de nosotros; nosotros tenemos seiscientos, Brasil tendrá mil quinientos, son dos mil, y habrá mil más entre Chile y la Argentina y España va a mandar alguna fuerza de policía. Y después vamos a empezar a tener que llegar con ingenieros, maestros; ingenieros eléctricos, ingenieros mecánicos, constructores de infraestructura mínima necesaria, médicos, hacer escuelas, hacer lo que haya que hacer.
PERIODISTA: Eso es muy importante y ojalá que esta misión se cumpla.
PRESIDENTE BATLLE: Plantar árboles.
PERIODISTA: Plantar árboles, y eso es muy simpático.
PRESIDENTE BATLLE: ¡Ay, Dios mío!
PERIODISTA: Presidente, ¿qué recomendaciones daría para nuestro país, digamos, que está todavía en una crisis económica tan fuerte?
PRESIDENTE BATLLE: Bueno, yo diría que -repito- cuando lo escuché al Presidente Fernández en un discurso que considero que fue un excelente discurso, fue muy claro, muy claro; muy claro en la descripción de la situación financiera y económica. Alguna gente que habla de la cuestión social critica a los políticos que, como el caso del señor Fernández y como el caso de algunos otros que conozco, hablamos mucho de las cuestiones económicas. Es que no nos damos cuenta que si las cuestiones económicas no caminan, la cuestión social en vez de mejorar empeora. O sea, si en nuestras casas no existe un ingreso adecuado de los padres o jefes de hogar o jefas de hogar, entonces la familia decae, las familias se debilitan, los niños no reciben buena educación, no reciben buena salud; se crea un sentimiento de confrontación interno. O sea, que la situación económica y financiera es la primera que hay que resolver. Creo que el camino señalado por el Presidente Fernández es el correcto. Nosotros hicimos un esfuerzo muy grande en ese sentido, y creo que la palabra confianza resume el total. Si hay confianza hay mecanismos fáciles, si no hay confianza en que uno va hacer lo que se propone hacer, lo que anuncia hacer, no hay forma de resolver. O sea, en este mundo la confianza se pierde así: ping; y se gana con dificultad. Por tanto, todos los días hay que cumplir cabalmente con las obligaciones que uno asume públicamente. O sea, decir la verdad, consolidar esa verdad, actuar en función de esa verdad, es la mitad del camino conseguido. La operación de ingeniería financiera ya resulta entonces más accesible. No creo que sea una situación difícil de resolver la situación financiera, creo que es más difícil resolver la situación energética. Pienso que la situación energética es más difícil de resolver, porque aquí hay una costumbre de considerar que la energía eléctrica no hay que pagarla, y eso no puede ser, no puede ser, nadie puede pretender que el Estado subsidie porque el subsidio ese del Estado sale de la misma gente. Y, por tanto, no me parece mal que al principio cuando una familia consume muy poco se le haga una tarifa por un tiempo, pero por un tiempo, porque si no hecha esas cosas empiezan las desviaciones inadecuadas y entonces cuando uno habla de portarse bien, o de portarse mal, no solamente hay que pensar que el gobierno tiene que portarse bien, todos nos tenemos que portar bien.
PERIODISTA: Todos los ciudadanos.
PRESIDENTE BATLLE: Todos nos tenemos que portar bien. Que el gobierno tiene que dar el ejemplo, ah, por supuesto. Como en la casa, el ejemplo lo tiene que dar el padre y la madre, pero los niños también tienen que portarse bien. Por tanto, nosotros teníamos un sistema de peaje, ¿no es verdad? Entonces, organizado por el Estado, y recaudaba muy poco, y había alguna gente que se quejaba de que los empleados de los peajes no cobraban debidamente y no generaban los recursos para el Estado. Y la pregunta que alguien se hacía, ¿y los que iban en el auto? ¿Qué hacían los que iban en el auto cuando incitaban a que cobraran menos y pagaban menos? ¿Eran menos culpables o más culpables? Yo pienso, entonces, que la cosa eléctrica acá hay que resolverla muy rápidamente. El petróleo está carísimo, la receta petrolera es muy cara, muy alta, pero pienso que todos tenemos que contribuir a que eso funcione. Porque si la mitad no paga es muy difícil que algún día funcione. Pienso, por lo tanto, de que la cosa financiera la va a poder solucionar la República Dominicana más rápidamente que la cosa energética. Porque la energía en la República Dominicana siempre, siempre fue un problema. Desde la primera vez que yo vine acá a la República Dominicana siempre hubo problemas energéticos. Y, por lo tanto, por ese camino tenemos que empezar a disciplinarnos todos. A veces los gobernantes tenemos dificultades en explicarles a la ciudadanía que si la base impositiva es muy amplia, es mucho menos lo que hay que pagar y, por tanto, cuantos más de nosotros paguemos menos vamos a pagar cada uno y va a ser más segura la recaudación final y va a haber más dinero para que se le devuelva a la ciudadanía en lo que la ciudadanía tiene derecho a recibir de la sociedad. Pero eso es lo primero que tenemos que tener en la cabeza, todos tenemos que aportar; un espectro muy amplio, una base muy ancha y, por tanto, una tasa baja; es el ideal, tampoco nosotros tenemos el ideal. La economía es un movimiento, lo que importa es que sea en buena dirección; hacia allá vamos, Peggy, hacia allá vamos.
PERIODISTA: Ha sido muy interesante, Presidente, esta conversación. Yo sé que nuestros televidentes la van a disfrutar. Se lo agradecemos nuevamente.
PRESIDENTE BATLLE: Al contrario, Peggy, es un gusto siempre conversar y como decía aquel célebre director de tango argentino, Troilo, "siempre estoy volviendo" a la República Dominicana.
PERIODISTA: Muchas gracias.
PRESIDENTE BATLLE: Es para mí un país y una gente a la que quiero mucho, en donde me siento muy bien, donde tengo tantos amigos; así que siempre, Mercedes y yo, estamos deseosos de volver.
PERIODISTA: Nos seguiremos viendo.
PRESIDENTE BATLLE: Cómo no, Peggy, hasta muy pronto.
PERIODISTA: Gracias, Presidente.