Entrevistas

Scrigna y Garchitorena (VU): Mujica con sus dichos "minó" el acuerdo de participación de la oposición en organismos públicos

Scrigna y Garchitorena (VU): Mujica con sus dichos "minó" el acuerdo de participación de la oposición en organismos públicos

La semana pasada el sector colorado Vamos Uruguay (VU) resolvió que sus representantes en directorios de organismos públicos dejaran los cargos, luego de declaraciones del presidente José Mujica que VU consideró agraviantes. Este lunes, los jerarcas en cuestión presentaron sus renuncias. En Perspectiva entrevistó hoy a dos de ellos, Fernando Scrigna, exintegrante del directorio del Banco República (BROU), y José Garchitorena, exintegrante del directorio de UTE. Ambos valoraron de forma positiva su participación en las respectivas empresas y coincidieron en que Mujica cometió, en palabras de Scrigna, una "profunda equivocación" con sus dichos. Según aseguró el exdirector del BROU, la decisión de VU tiene un contenido político, pero también uno "moral" relacionado con "la dignidad y el honor de las personas". Por su parte, Garchitorena afirmó que con sus declaraciones Mujica puso en cuestionamiento la presencia de la oposición en los organismos públicos y, de esa forma, "minó" el acuerdo alcanzado junto a la oposición al comenzar su mandato, en 2010.


(emitido a las 8.54 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El detonante fue una frase que utilizó el presidente de la República para referirse a ellos:

(Audio José Mujica.)

"—¡Qué van a dejar!, ¿sos loco?
—¿Usted qué opina presidente?, ¿tienen que dejar los cargos?
—No, ¿por qué van a dejar los cargos? Los vamos a condenar a la desocupación".

(Fin.)

EC - El sector colorado Vamos Uruguay (VU) se consideró agraviado por esos dichos y dispuso que sus representantes en directorios de organismos públicos dejaran esos cargos, rompiendo el acuerdo multipartidario que se había alcanzado al comienzo de este período de Gobierno.

La medida comprendía a Fernando Scrigna en el Banco República, Carlos Guariglia en Antel, José Garchitorena en UTE, Beatriz Castillo en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, Luis Anastasía en la Comisión Administradora del Río de la Plata, Max Sapolinski en la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua, Modesto Llantada en la Comisión Administradora de la Represa de Salto Grande y Gonzalo Texeira en la Comisión Administradora del Río Cuareim.

La decisión se ejecutó este lunes cuando estos jerarcas concurrieron a la Torre Ejecutiva y entregaron sus renuncias.

¿Cómo fue su experiencia en estos dos años? ¿Qué pudieron aportar? ¿Qué consecuencias tendrá su alejamiento?

Les proponemos profundizar en estas preguntas que han quedado flotando en el ambiente. Para eso hemos invitado a dos de ellos, están con nosotros el doctor Fernando Scrigna, que integró el directorio del Banco República (BROU), y a quien además conocemos de tertulias anteriores, y el doctor José Garchitorena, que integró el directorio de UTE.

En primer lugar, una respuesta rápida para ir más a fondo luego: ¿qué evaluación primaria hacen de lo que fue su participación en estos dos directorios, dos de las principales empresas del país?

FERNANDO SCRIGNA:
Positiva. En el caso del BROU –lo he dicho incluso públicamente– se trabajó en un clima de armonía y pudimos aportar a la gestión y a lo que hoy para muchos parece que es el motivo principal de esta participación, el control.

JOSÉ GARCHITORENA:
También, yo hago una valoración sumamente positiva de estos dos años transcurridos en el directorio de UTE. Creo que en ese sentido influyeron positivamente dos aspectos: el hecho de haber contado con el acuerdo multipartidario en materia de energía del año 2010 y, muy importante, la voluntad de los cinco integrantes del directorio de buscar acuerdos, construir políticas de largo alcance, algo que en el sector eléctrico es fundamental.

EC - En estos días, cuando el tema estuvo en el tapete, en La Tertulia discutíamos cuál es la importancia de la presencia de la oposición en directorios de organismos públicos. Algunos argumentaban que lo fundamental era el contralor. Eso lo han dicho también dirigentes políticos por ejemplo del Partido Nacional (PN). Otros enfatizaban en que se trata de participar efectivamente en la conducción. ¿Ustedes tienen una opinión global sobre este debate?

FS - Yo creo que se participa en la gestión.

EC - ¿Por más que se esté en la oposición? ¿Se puede?

FS - Sin duda, porque se trata de empresas. En el caso particular del BROU, es la principal institución del sistema financiero nacional. Eso implica una enorme responsabilidad para todos los que integramos el directorio, y además una forma de gestionar en un régimen de dura competencia con la banca privada. A veces se pretende dar la impresión de que el contralor es lo que sobresale, pero inexorablemente, si se asume con responsabilidad y hay un equipo que trabaja para la institución, es inevitable participar y comprometerse en la gestión. Y poner nuestra firma, estampar la firma, dibuja mucho más que nuestro nombre, dibuja nuestra voluntad, nuestra convicción, nuestra responsabilidad. Se lleva como una pesada carga, que uno por una situación de lealtad hacia la institución comparte también con los directores del oficialismo, al menos en este caso.

JG - Comparto también. Aparte desde el momento en que teníamos el acuerdo multipartidario de energía era necesario involucrarse en la gestión para llevarlo adelante.

EC - En ese caso tal vez era más fácil o más obvio que hubiera participación en la gestión.

JG - Pero comparto lo que dice Fernando en el sentido de que estas empresas, muchas de ellas en competencia, requieren un involucramiento que va más allá de los aspectos de contralor. Creo aparte que la presencia de la oposición en los directorios es bien importante para un funcionamiento más institucional de esas empresas. La experiencia de 2005-2010, cuando hubo un solo partido en los directorios, muchas veces llevó a confusión de roles. No olvidemos que estas empresas en general tienen una muy fuerte burocracia interna; burocracia en el buen sentido del término: estructuras, funcionarios permanentes, conocedores del negocio, que han hecho una carrera en esas empresas, que de alguna manera son los que dan continuidad a las empresas. Los directores vienen a imprimirles un rumbo determinado. Depende del liderazgo que logren imprimir esos directores que esas políticas que quieren llevar los gobiernos de turno logren el consenso, logren el apoyo, convencido, más allá de lo funcional.

EC - Pero el contralor también formaba parte de sus preocupaciones.

FS - Por supuesto, es un contralor en función de los intereses del organismo y que nace de la responsabilidad de las votaciones que uno tiene que efectuar. El contralor es el propio de quien analiza la finalidad de la resolución que se adopta, y si ella está tomada en función de los intereses del organismo. No es una tarea de detective privado, es una tarea en la que uno evalúa si el fundamento de las resoluciones que se toman responde al interés general y al interés del organismo.

EC - ¿Es además una forma de conectar esas empresas públicas con los partidos políticos a los que ustedes pertenecen?

JG - Sí. Por ejemplo en el caso de UTE el hecho de que yo estuviera en el directorio hizo que nuestros legisladores en vez de hacer un pedido de informe, que es la forma natural, obvia y constitucional que tienen para ejercer control, llamaran al despacho y consultaran a propósito de tal o cual cuestión. Me imagino que eso pasó también con el representante del PN. El control se daba en lo cotidiano de la gestión.

EC - Está claro que hubo algunas excepciones a este ambiente armonioso y de facilidades para trabajar en conjunto que ustedes describen. Está el caso de Antel, allí el único representante de la oposición, Carlos Guariglia, que casualmente también pertenece a VU, ha denunciado que los dos miembros de la mayoría –y en particular la presidenta, Carolina Cosse– lo relegaban y hasta le retaceaban información. Lo entrevistamos aquí y contó en detalle esa experiencia. ¿Qué impresión tienen ustedes? ¿Fue la única situación de ese tipo que se dio en este período?

JG - De esa manera no conozco otra.

FS - No, de esa magnitud no conozco ninguna otra.

JG - En lo personal en todo momento la buena relación se dio no solo con el resto de los directores, sino también con los funcionarios de la empresa, de la Gerencia General para abajo. En todo momento tuve acceso a la información que solicité, de hecho no tengo más que palabras de reconocimiento para los funcionarios de UTE, porque no solamente me permitieron ejercer adecuadamente mi gestión, sino que me permitieron conocer de un negocio. Yo vengo de la administración pública, conozco la administración pública, pero no específicamente el negocio eléctrico, y en estos dos años me permitieron acceder a información y a conocimientos producto de ese fluido intercambio con ellos.

FS - Los seres humanos naturalmente tenemos diferencias políticas y muchas veces filosóficas, hasta religiosas, pero hay un corte horizontal que está vinculado a los valores que se comulgan. Sería muy triste para la sociedad en general y para la uruguaya en particular pensar que los buenos están de un lado y los malos del otro. En ese marco de relación de respeto y profesional uno siempre tiene que tratar de no ingresar en aquellos que son ajenos al organismo y que no hacen a la gestión.

EC - Concretamente, ¿a qué está aludiendo?

FS – A que concretamente no hay un debate de bancada sobre los problemas nacionales o los programas de gobierno, etcétera. En los organismos la tarea cotidiana es resolver los problemas y además adoptar resoluciones que requieren un estudio, que requieren incluso consultas recíprocas. No hay una bancada que se encierra en un despacho para resolver qué va a votar después en el directorio. Muchas veces las dudas que surgen en las resoluciones se van zanjando naturalmente con el apoyo de los servicios que, como decía Garchitorena, son fundamentales para cualquier institución.

EC - Pero ¿se apoyan también en sus respectivos partidos, por ejemplo?

FS - En mi caso, por ejemplo, cuando las decisiones pueden tener consecuencias políticas, sí.

EC - ¿Garchitorena?

JG - Naturalmente, los partidos políticos comparecen a las elecciones con programas de gobierno, de donde surgen lineamientos de política para las empresas públicas también. Uno intenta plasmar esas ideas en su gestión. El camino pasa por plantearlo, conversarlo y convencer a los demás de la conveniencia de esas ideas para el negocio.

EC - Vayamos a algunos aspectos en concreto. En el caso de las experiencias de ustedes dos, ¿las propuestas que presentaban en los respectivos directorios eran tenidas en cuenta, tenían cabida?

JG - Voy a contar mi experiencia personal. En UTE la práctica de trabajo seguida por el presidente y consensuada con todos nosotros era que antes de que los temas llegaran al directorio los tratábamos en reuniones informales los directores, a veces con los funcionarios involucrados, en presentaciones donde todos hacíamos sugerencias, entonces cuando llegaban al directorio ya tenían el consenso suficiente para que fueran aprobados por unanimidad.

EC - En el debate previo el asunto ya había sido enriquecido con todos los puntos de vista.

JG - Claro, e incluso nos dábamos tiempo para llegar a esos consensos. No había una urgencia para aprobar esto en la próxima sesión, si no alcanzábamos el consenso lo seguíamos buscando. Naturalmente, en algunas ocasiones esos consensos no fueron posibles, la mayoría sintió que tenía la responsabilidad o la necesidad de llevar adelante determinado punto de vista, pero también fue con el acuerdo nuestro que dijimos: "Hasta aquí podemos llegar, sabemos que no vamos a llegar a otro tipo de entendimiento, procedamos a votar". Pero la intención de todos era la búsqueda del acuerdo.

EC - Quizás podríamos agregar una situación más. Según leí en Búsqueda hace pocos días, en UTE –lo contaba un director de la oposición, Enrique Antía, blanco– en una oportunidad el directorio llegó a sesionar con los dos representantes de la oposición y solo uno del oficialismo. ¿Cómo fue? ¿Qué pasó ese día?

JG - Fue así, el director había renunciado a solicitud del presidente de la República, el vicepresidente estaba en misión de servicio en el exterior, y tuvimos que hacer una sesión con el presidente, Enrique Antía y yo. Y la verdad es que fue una sesión como todas las demás, justamente porque ya la habíamos preparado de la forma que expliqué, y los temas que se plantearon estaban ya consensuados entre todos y eran apoyados por todos. Transcurrió normalmente.

EC - Las resoluciones, por lo visto, se tomaron por unanimidad ese día.

JG - Por unanimidad, exactamente.

EC - ¿En el caso del BROU?

FS - El BROU es una institución financiera, lo cual le da características especiales. Pero por ejemplo, cuando tuvimos diferencias muy profundas en algunos aspectos del proyecto de Carta Orgánica, que se modificó durante este Gobierno, comparecimos en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, en la Comisión de Hacienda, dimos nuestro parecer en forma absolutamente independiente. Todas aquellas propuestas están vinculadas a un concepto general de lo que es la actividad financiera. Cuando uno desempeña un cargo también tiene que ser muy consciente de los puntos que plantea desde el punto de vista político, porque la responsabilidad es de quien está en el cargo. Hay algunos aspectos que uno tiene que resolver.

EC - ¿Cómo es esto?

FS - Me refiero al caso de una institución financiera. No ampararse en el "hice la consulta" y entonces diluir la responsabilidad de alguna forma. Hay decisiones que se toman en el cargo porque es la responsabilidad de uno, porque para eso está. Y hay otras que pueden tener proyección política. Por ejemplo, la situación de Paylana indudablemente tiene una proyección de carácter político, la propia reforma de la Carta Orgánica tiene aspectos políticos, toda la situación Pluna tiene aspectos políticos. Pero uno no puede, no debe estar llamando por teléfono. Por dos motivos, porque la responsabilidad es personal, y para no dar una imagen de falta de conciencia de la función que se cumple y que allí se desarrolla. Eso para mí es importante.

Y quiero subrayar otro elemento al que hacía mención Garchitorena respecto a las estructuras burocráticas. En buena parte estos dos años de gestión se desarrollaron con un conflicto bancario muy importante. Nosotros tuvimos algunas diferencias, algunas las hicimos públicas cuando no existió más alternativa. Básicamente era una crítica al Poder Ejecutivo, fundamentalmente al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), que había sido el gran ausente, a mi juicio, en todo este proceso.

Pues bien, previo a eso tuvimos diferencias de enfoque, de estilo, pero siempre tratamos de zanjarlas en el ámbito reservado, porque lo peor que le puede pasar a una empresa en general, privada –yo vengo de la empresa privada– y particularmente a una pública, es exponer a los funcionarios a los vaivenes y al humor de los directores e involucrarlos en las diferencias personales. Cuando tuvimos alguna propuesta para hacer en torno al conflicto de AEBU, la hicimos, y se la hicimos a los directores, no a AEBU, no fuimos a visitar a AEBU, porque la empresa tiene un mando, y debe ser así. Para nosotros, en ese respeto –lo dijimos cuando asumimos, y el Poder Ejecutivo debió haber tenido muy en cuenta todo esto–, la palabra es un sacramento de difícil administración, y en boca de hombres públicos es muy delicada. En boca de alguien que está en un banco, en una institución financiera, es mucho más delicada todavía.

EC - De todos modos, como usted mismo recordaba, llegó un momento en que salió a los medios y dio a conocer un punto de vista que era diferente del de la mayoría del directorio.

FS - Exacto. Lo hice para reclamarle al MTSS que asumiera la responsabilidad que a mi juicio estaba delegando en el Ministerio de Economía y en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Porque no se sale a la prensa solo a dar buenas noticias, también se sale cuando hay que decirles a los funcionarios que hay determinados beneficios que cumplieron una etapa y deben ser modificados. No solo hay que dar las buenas noticias.

JG - Ese aspecto que señala Fernando fue justamente uno de los temas en que existieron ciertas diferencias. Porque hasta ahora veníamos hablando de las coincidencias, pero también hubo diferencias en la gestión. Una de las principales es la forma de relacionarnos con el sindicato de la empresa. Hablo del caso de la UTE, pero es un problema más de fondo, un problema no resuelto entre el Frente Amplio (FA) y el PIT-CNT, que tienen, como todos sabemos, una confluencia de intereses político-electorales que no han resuelto una vez alcanzado el gobierno. Me parece que hay cierta vocación no digo del sindicalismo en general, pero al menos de algunos dirigentes, de cogestionar las empresas, y hay cierta resistencia del sector político, obviamente, a aceptar esa situación. Esa diferencia no resuelta en general condiciona la gestión, explica buena parte de los problemas de gestión que vemos hoy en todos los ámbitos del Estado. Lo señalo como un aspecto que durante estos dos años mereció miradas diferentes de los diferentes directores.

***

EC - Scrigna quería agregar algo.

FS - Como yo decía, la palabra es un sacramento de delicada administración que el presidente desconoce. El presidente de la República se dio el lujo de mantener en vilo al directorio del principal banco del país durante tres o cuatro semanas cuando sostuvo que aquellos directores que tenían más de siete años en el cargo debían retirarse. Pues bien, los tres directores del oficialismo tienen más de siete años en el cargo. Ese tipo de afirmaciones lanzadas de esa forma pueden tener dos impactos. Si quien las dice es una persona responsable, que siempre sostiene su forma de expresarse y sostiene las convicciones que trasmite, genera inestabilidad propia a tres funcionarios que saben que sus cargos genéricamente, sin ningún tipo de aviso previo, están en vilo. Cosa que por otra parte sucede, porque las destituciones se pueden realizar. Y también es muy grave que estén boca y se diga: "Acá no va a pasar nada", porque después estas cosas no se cumplen.

El Uruguay vivió una crisis muy intensa desde el punto de vista financiero en el 2002. Yo decía en una carta que escribí a los directores al retirarme –independientemente de la carta de renuncia al presidente de la República– que la industria bancaria es una actividad muy profesional que se pone a prueba en los períodos de crisis, porque es en los períodos de crisis que van a ser juzgadas las decisiones que se tomaron en el momento de expansión del crédito, que es el período que ha tocado vivir al menos en estos últimos dos años. La enorme responsabilidad de manejar los dineros públicos requiere que el Poder Ejecutivo tenga un ámbito en el cual esos reductos, que la Constitución sabiamente indica que deben estar alejados de la política partidaria, lo estén. Por eso los directores de los entes autónomos no podemos intervenir en política, eso no tiene una explicación cualquiera, es para dejar aislado ese punto. Lo quería subrayar.

EC - En general ustedes hablan de un buen funcionamiento, expresan que participaron en un buen funcionamiento en los directorios que integraban. Supongo que entonces varios oyentes deben estar preguntándose: ¿No fue excesiva la reacción que tuvieron ante los dichos del presidente Mujica de hace pocas semanas? ¿No fue excesiva la decisión de renunciar? ¿No es más lo que se perdió al dejar de participar?

JG - Quería referirme a algo que no quería dejar pasar por alto. Nosotros entendemos que no fue VU el que resquebrajó el acuerdo. La primera responsabilidad en el manejo institucional del país la tiene el presidente de la República. Los dichos del presidente no fueron aislados, fueron la culminación de una escalada de otras personas de su entorno –la senadora Topolansky, algunos ministros, algunos legisladores también– pero fundamentalmente él minó esos acuerdos alcanzados en el 2010. Nosotros interpretamos que el presidente de alguna manera, al poner en cuestionamiento nuestra presencia en los directorios de las empresas públicas, estaba dando por terminado ese acuerdo y esta experiencia que nosotros valoramos muy positivamente. Creo que si no hubiésemos tomado esta determinación, hoy todavía seguiríamos enfrascados en la discusión, seguiríamos siendo cuestionados en nuestra actuación, la motivación, lo que nos llevó a esos lugares.

EC - Pero no toda la oposición reaccionó igual. Los otros sectores del Partido Colorado (PC) se mantienen en los cargos en directorios de organismos públicos y también todos los sectores del PN.

JG - El otro día escuchaba el senador Heber decir: "Nos dejaron solos". Creo que la decisión de VU de contestarle tan firmemente al presidente de esta manera les va a facilitar la permanencia en sus cargos por el resto de su gestión a los directores que permanecen, porque zanjó la discusión, de ese tema no se habla más.

FS - Además esta actitud tiene un contenido sin duda político, pero lo tiene también desde el punto de vista –sin querer con esto magnificar las cosas– moral. Es un mensaje moral, un mensaje ético. De la misma forma que lo político no está sobre lo jurídico, tampoco está sobre la dignidad y el honor de las personas. La tolerancia tiene un límite, y cuando se lo traspasa deja de ser una virtud y pasa a ser virtud lo otro.

Además la primera senadora de la República dice: "Están agarrados a los sueldos, están atornillados a los cargos", y eso es avalado por el presidente de la República con esta ironía que vimos, totalmente desajustada. Entonces también es un mensaje para valorar la función pública, porque a lo largo de la historia del país hubo hombres que dedicaron su vida entera al servicio público, este país no se construyó por casualidad, se construyó con ese esfuerzo.

En estos casos uno se refugia en los valores que tiene y en las cosas en las que intentó formarse. Y yo estaba releyendo, y la quiero leer acá, fundamentalmente pensando en los jóvenes y en los jóvenes políticos, una reflexión que hace Vaz Ferreira en su libro "Moral para intelectuales" cuando se refiere a la moral del político. Dice: "Constituye la forma más inferior y temible de todas aquella que consiste en vivir materialmente de la política. Todo es preferible a eso. Si en un curso de moral política hubiera que escribir y repetir un solo consejo, seguramente sería este: procurar arreglar nuestra vida no importa de qué forma, de manera tal que nuestra independencia pueda conservarse siempre, que nuestra vida material no dependa de la política. Cualquier cosa, un empleo, aun inferior, un trabajo manual cualquiera de los más penosos vale más que una situación semejante".

El presidente nos tomó por personas prácticamente inútiles. Y ese es un insulto no solo para quienes lo recibimos, también para los directores del oficialismo, porque llevado a sus últimas consecuencias el razonamiento del presidente es un agravio según el cual lo único que importa de la política son los cargos. Y yo pienso en los jóvenes, en los jóvenes políticos y en los jóvenes que no están en política y que ven en boca del presidente de la República semejante afirmación.

EC - El propio Mujica, cuando los hechos ya se habían desencadenado, dijo en su audición de M24: "El Gobierno tuvo la intención y pensó que el país estaba lo suficientemente adulto como para que teniendo presencia del conjunto de la oposición se diera una imagen de madurez política al mundo".

FS - También dijo que lo dijo en broma, también dijeron que nos faltaba sentido del humor. Dijeron cualquier cosa.

EC - Mi pregunta es: ¿ustedes creen que el sistema político uruguayo no está suficientemente maduro para este tipo de participación de la oposición en los directorios?

JG - Creo que sí, y aparte creo que es necesaria esa madurez, porque nuestro sistema constitucional exige mayorías para designar a los directores. En la próxima elección puede darse el caso de que tengamos un Poder Ejecutivo sin mayorías parlamentarias, y eso va a requerir el acuerdo de todos los partidos, o al menos de dos o tres de ellos, para llenar los cargos en la administración pública. El acuerdo está impuesto en la letra de la Constitución. En este período, en la medida en que tiene mayoría propia, el FA puede prescindir de ese acuerdo, pero creo que estamos viviendo un período que termina y vamos a volver a etapas en que los partidos en el gobierno, en el Poder Ejecutivo, no tenían automáticamente esas mayorías. Si eso es así, el acuerdo va a ser una necesidad institucional. Esta experiencia ha sido bien importante en ese sentido. Lamentamos que el presidente de la República no la haya valorado así, si no, no hubiese hecho las declaraciones que hizo.

Aparte, reafirmando lo que decía Fernando, la sociedad uruguaya cada vez reclama con mayor intensidad, quiero creer, cambios. Tenemos que reafirmar ciertos valores, tratar de combatir esa crispación, esa intolerancia que vivimos hasta en el tránsito, violencia física y verbal en todos los ámbitos, y creo que aquellos que hemos optado por el ejercicio de la actividad política somos los primeros llamados a dar el ejemplo. Entonces frente a las manifestaciones del presidente de la República teníamos que dar una respuesta contundente en el sentido de reafirmar esos valores de convivencia, de respeto, de responsabilidad en lo que se hace y en lo que se dice.

EC - Claro, pero VU ahora queda en una situación problemática.

JG - VU tiene una bancada de legisladores.

EC - ¿Cómo va a controlar, por ejemplo?

JG - A través de sus legisladores, pidiendo informes.

EC - Esas vías de control existen –son más lejanas, más largas, más complejas–, pero no va a poder intervenir en la gestión.

JG - En el caso de la UTE en particular, en la medida en que ya está planteado lo que se pactó en el año 2010, las políticas energéticas son de largo plazo, están todas planteadas, lo que queda es desarrollarlas. Por ese lado no va a haber problema.

EC - ¿Y en el caso del BROU?

FS - Lo dije cuando asumí hace dos años: este directorio viene trabajando desde hace más de siete años. Los resultados están a la vista y el monitoreo del BROU a través del Banco Central y de todos los datos y los resultados positivos que se han tenido es una forma de seguir analizando lo que sucede en el organismo.

EC - Entonces, ¿qué? ¿No importaba la presencia de Scrigna en ese directorio?

FS - No voy a juzgar la presencia de Scrigna, digo que es importante la presencia de la oposición porque distiende tensiones que pueden suceder a nivel político. Lo decía recién José con muy buen criterio. Hay un diálogo permanente de información que muchas veces evita llamados a sala, llamados a comisión, en el que se puede explicar con una óptica más profunda algunos temas y pasar a analizar con una palabra de confianza algunos puntos.

EC - Garchitorena decía: "Entendíamos que teníamos que reaccionar, no podíamos quedarnos cruzados de brazos, y hasta pensamos que nuestro gesto les va a facilitar las cosas a los directores de la oposición que se quedan". Pero los agujeros quedan, ¿qué hay que hacer con esos lugares? El presidente Mujica ha dicho que no va a llenar esos cargos. El doctor Lacalle, por ejemplo, sostiene que sí, que hay que cubrirlos. Es más, entiende que debería cubrirlos con representantes del propio PC. ¿Qué posición tienen ustedes?

JG - Desde el punto de vista institucional hay que llenar esos cargos, porque por ejemplo en el caso de la UTE se requieren cinco votos para determinadas decisiones –nombrar personal jerárquico, destituir funcionarios–, entonces la ausencia de uno solo de esos directores puede trabar la gestión de la empresa.

Yo he escuchado al presidente de la República decir que no los va a llenar para ahorrar. Si él entiende que corresponde ahorrar, se debería dar la discusión en el Parlamento de reducir la integración de los directorios a tres miembros, por ejemplo.

EC - Pero ¿cómo se arregla esta situación?

FS - Creo que deben proveerse los cargos, y el responsable de hacerlo es el presidente de la República. Para eso está el presidente de la República, la oposición no le tiene que decir lo que tiene que hacer. Yo personalmente si fuera presidente proveería los cargos.

EC - Pero ¿con quién los proveería?, ¿con representantes del FA?

FS - Es una decisión política. Si va a proveerlos para tratar a los representantes de la oposición de esta forma, que los provea con los del FA, por supuesto.

EC - Pero ¿podría haber representantes colorados que sí aceptaran incorporarse, aunque no institucionalmente?

JG - En las actuales circunstancias políticas no están dadas esas condiciones. Para bailar se requieren dos. El Poder Ejecutivo no ha dado señales de querer bailar con la oposición.

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EC - ¿Ahora qué hacen? ¿Vuelven a la actividad privada? ¿O estaban al mismo tiempo en la actividad privada?

FS - En mi caso yo estaba en la actividad privada al mismo tiempo, la mantuve parcialmente, un poco para que las enseñanzas de Vaz Ferreira pudieran cumplirse.

EC - ¿Y en el caso de Garchitorena?

FS - Yo soy funcionario público con casi 25 años en la administración, tengo mi cargo en la Administración Pública.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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