Jorge Rucks (Dinama): los contaminantes de UPM que van al río "están dentro de los parámetros establecidos por las normas uruguayas"
Luego del cruce de comunicados entre las cancillerías de Uruguay y Argentina sobre el monitoreo de la planta de celulosa de UPM, algunos de los principales representantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú deslizaron este fin de semana que, si no se toman medidas, podrían volver a cortar los puentes del Río Uruguay. Para conocer más acerca de cómo se están haciendo los controles de la planta, En Perspectiva entrevistó al titular de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), Jorge Rucks, quien aseguró que desde el organismo se sienten "tranquilos" de saber que el monitoreo se está haciendo "en el marco de los acuerdos" planteados con Argentina. Según dio a entender, muchas de las acusaciones del país vecino sobre la presunta contaminación de UPM al Río Uruguay se basan en parámetros distintos a los inicialmente aprobados por la Dinama para la operación de la planta. Rucks aseguró, además, que para deshacerse definitivamente de la contaminación en el Río Uruguay sería necesario "eliminar las poblaciones de ambas márgenes", dado que son estas, y no la operativa de UPM, las que representan el principal agente contaminante.
(emitido a las 8.47 Hs.)
EMILIANO COTELO:
"Espero no tener una temporada con los puentes cortados."
La planta de celulosa de UPM ha vuelto a ser motivo de disputas entre Uruguay y Argentina. Tanto que el presidente de la República, José Mujica, con esa frase que citaba recién, mostró su preocupación ante la posibilidad ya manejada por representantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú de que vuelva a ser cortado el puente Fray Bentos-Puerto Unzué, justo cuando se acerca el verano.
Como trasfondo de esta nueva escalada están los comunicados que la semana pasada intercambiaron las cancillerías de los dos países, el de Uruguay insistiendo en el reclamo para que se divulguen los resultados del monitoreo ambiental conjunto del Río Uruguay, y el de Argentina que explica por qué se niega a aprobar la difusión pese a que el comité científico binacional viene trabajando en ello desde octubre del año 2010.
Este texto recoge un informe de la delegación argentina en la CARU que denuncia una serie acciones de UPM que, a su entender, contaminan el río Uruguay. Además sostiene que las autoridades uruguayas ejercen una "permanente obstrucción" de los controles a la planta, descalifica la labor que lleva adelante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y, en general, acusa a Uruguay de incumplir el Estatuto del Río Uruguay, el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya y los acuerdos firmados por los presidentes Mujica y Cristina Fernández para el monitoreo conjunto.
Independientemente de las discusiones políticas que este nuevo capítulo del conflicto está generando, nos pareció aquí en En Perspectiva que era una buena ocasión para averiguar de primera mano qué hay en estas acusaciones que ha lanzado la Cancillería argentina. También vale la pena, de paso, saber cómo se está haciendo el monitoreo, qué resultados viene arrojando hasta el momento.
De eso vamos a conversar con el arquitecto Jorge Rucks, director nacional de Medio Ambiente en el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA).
¿Cómo se siente en medio de este tironeo?
JORGE RUCKS:
Nos sentimos tranquilos, con la tranquilidad que da saber que estamos haciendo las cosas bien y seguir trabajando en el marco de los acuerdos que se nos han planteado sobre la base de las relaciones que maneja la Cancillería, y particularmente por medio de la CARU en relación con Argentina.
EC - ¿Lo sorprendieron el tono y el contenido de este comunicado?
JR - Sí nos sorprendieron, le diría que hasta nos dolieron, porque hemos tenido un buen relacionamiento en todo nuestro trabajo con la parte del Comité Científico argentina que entra con nosotros a la planta de UPM. Al final de cada una de las visitas se hace un acta en la que se deja planteado se hay conformidad o disconformidad. Y en la totalidad de los resultados de las actas que se han firmado ha habido siempre una conformidad de la delegación argentina, con la que hemos trabajado en perfecto entendimiento. Es decir, entendíamos que habíamos llegado a formas de trabajo con protocolos establecidos que definían las formas de hacer las cosas. Y no entendemos que en ningún caso hayamos trabado ningún tipo de acceso a la información que está protocolizada.
EC - Le propongo que vayamos por partes, que vayamos recorriendo el comunicado, porque creo que a mucha gente le dejó dudas. Por más que se confíe en la forma como están actuando nuestro país y los organismos de nuestro país involucrados, el comunicado es tan fuerte que hace pensar a cualquiera. Veamos algunos de los asuntos.
El primer cuestionamiento que detalla el comunicado de la delegación argentina en la CARU tiene que ver con la temperatura a la que se vierten los efluentes de UPM al río. Según se denuncia, en abril de 2010 la Dinama autorizó un aumento de esa temperatura a 37º, una medida que se tomó sin consultar a la CARU y, por supuesto, sin el acuerdo de la parte argentina. Voy a leer los puntos 3, 4, 5 y 6.
"En ocasión de la primera visita de reconocimiento del Comité Científico a la planta de UPM en octubre de 2010, se constató la dilución de los efluentes con aguas del río Uruguay antes del vertido. La dilución se encuentra terminantemente prohibida por la propia normativa uruguaya en el artículo 11 del decreto 253/79, no se encuentra contemplada en la autorización ambiental previa otorgada por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente a dicho emprendimiento industrial y no responde a las reglas del arte en la materia.
Esta irregularidad fue objetada de inmediato por la Argentina, que requirió al Uruguay tomar medidas para que cesaran sin demora las actividades de dilución. Como consecuencia del reclamo argentino, la empresa UPM, ex-Botnia, interrumpió la dilución cuestionada, sin embargo el 29 de abril de 2011, dos días antes de la segunda visita del Comité Científico a la planta, el Uruguay comunicó a la CARU que había dictado la resolución número 370/11, de esa misma fecha, a través del ministerio, por la que se modificaba la normativa aplicable a UPM, al permitirle aumentar a 37º la temperatura de vuelco de sus efluentes al río Uruguay. La Argentina cuestionó la validez de la citada resolución por ser contraria al Estatuto del Río Uruguay, al Digesto sobre el Uso y Aprovechamiento del Río Uruguay, a la normativa interna uruguaya, a lo ordenado por la Corte Internacional de Justicia en su sentencia de abril de 2010, así como también a lo acordado por ambos países en los acuerdos presidenciales y de cancilleres ya mencionados en ejecución de dicha sentencia."
JR - Esta historia justamente se debe a esa primera visita del Comité Científico, en la que la delegación argentina plantea que existe una dilución de los efluentes. Nosotros queremos dejar claro, lo hemos planteado desde el inicio, que nunca existió tal dilución. Lo que sucede básicamente es que todos los parámetros de control de efluentes de la planta, es decir, todos aquellos contaminantes que van al río, todos aquellos efluentes que van al río, tienen que cumplir con las normas nacionales que están establecidas en el decreto 253. Y hay estándares para eso.
En ese sentido, los vertimientos se miden, y se midieron siempre, en la boca de salida de los efluentes de la planta, antes de hacer el enfriamiento que supone la incorporación de aguas del río Uruguay. Por lo tanto los contaminantes que van al río están dentro de los parámetros establecidos por las normas uruguayas, cumplen con los parámetros establecidos y son medidos y se midieron siempre antes del vertimiento al río Uruguay, antes de mezclarse con las aguas para el enfriamiento del vertimiento al río Uruguay.
EC - Pero ¿había dilución? Por más que usted está puntualizando que el efluente tal cual sale de la planta se controla y está cumpliendo con los estándares que se exigen, después ¿se hace efectivamente dilución?
JR - No había dilución, había enfriamiento. El enfriamiento implicaba cumplir con el decreto 253, el cual requiere, en forma general para todo el país y en cualquier condición, un vertimiento con un máximo de 30º. Lo que se hacía entonces era un enfriamiento, y por lo tanto ese enfriamiento tomaba aguas del río Uruguay que se mezclaba con los efluentes que salían. Pero lo que interesa es el nivel de vertimiento de elementos químicos y orgánicos al río, porque eso es lo que contamina. Lo que tenemos que asegurar y la norma uruguaya nos exige es controlar que los estándares de salida de vertimientos al río tengan determinados estándares y se cumplan. Eso siempre se cumplió, siempre se controló.
EC - De todos modos, Argentina objetó que se hiciera el enfriamiento de esa manera, agregando agua del propio río, y entonces el procedimiento se modificó.
JR - Exactamente. Al plantear Argentina que es una dilución, por buena voluntad del Gobierno uruguayo la Cancillería nos planteó la posibilidad de modificar el vertimiento al río y no utilizar las aguas del río Uruguay para el enfriamiento. Por lo tanto lo que se hizo fue manejar esa información. Pero para hacer eso se requiere justificar científicamente que la temperatura a que se vierte al río Uruguay no afecta las condiciones del río. Se le pidió y se le exigió entonces a la planta un estudio específico que se hizo con la Facultad de Ingeniería, es decir, con las mejores capacidades que tenemos en el país de un modelo que planteaba qué pasaba si se vertían las aguas de la planta a la temperatura a que salía normalmente del tratamiento. Esa temperatura no llega a los 37º, siempre es menor, pero se puso un modelo trabajando a 37º para ver cuál era el nivel de impacto que tenía el vertimiento sobre el río Uruguay a esa temperatura.
Se hace el modelo, y el modelo demuestra que prácticamente no existe incidencia, no hay cambios en la temperatura por el vertimiento, y a los 10 metros de diámetro del punto donde se hace el vertimiento la diferencia medida de temperatura de acuerdo con el modelo es de 0,4 ºC, es mínima. Por lo tanto no hay un impacto sustantivo, no hay una modificación de las condiciones del río, y eso implica que de acuerdo con nuestra legislación y con el propio decreto 253, artículo 15, tenemos la posibilidad de modificar la temperatura de vertidos en forma específica para esas condiciones.
EC - De todos modos, Argentina sostiene que una decisión como esa, teniendo en cuenta el caso del que estamos hablando, el de la planta de UPM, con todos los antecedentes y el propio Estatuto del Río Uruguay, no puede ser tomada unilateralmente por nuestro país.
JR - En ningún caso en el Estatuto del Río Uruguay se habla de temperaturas de vertido, las temperaturas de vertido las establece cada país de acuerdo con su norma y su legislación. La norma uruguaya establece las posibilidades de ajustar la temperatura de vertido según las condiciones del cuerpo receptor. En ese sentido estamos dentro de la norma uruguaya, no estamos transgrediendo el Estatuto del Río Uruguay, no estamos haciendo una modificación de la norma. La norma sigue siendo la misma y se está aplicando de acuerdo con las condiciones específicas, tal cual lo establece el decreto 253.
EC - Argentina dice que la temperatura de vuelco de los efluentes de la planta de UPM "no debe superar las condiciones naturales del río Uruguay", según está estipulado en el digesto aprobado por los dos países y que como acuerdo internacional obliga a las dos partes. "Teniendo presente que en los últimos años la temperatura promedio del citado curso fluvial en la zona de influencia de la planta no ha excedido los 20 grados, esa temperatura es el máximo al que pueden llegar los efluentes de la planta UPM."
JR - El punto de vista nuestro es que si no hay modificaciones a las condiciones naturales del río, los vertimientos se pueden hacer de acuerdo con las normas. Para eso, cuando se hace la aprobación de las condiciones de la autorización ambiental previa se establecen las temperaturas de vertimiento.
EC - Ustedes toman esa expresión "no se deben superar las condiciones naturales del río Uruguay" no yendo literalmente a la temperatura, sino a si el efluente emitido a 30 o 32 grados altera o no las condiciones naturales del río, y eso, sostienen, está verificado por los estudios que se hicieron con la Facultad de Ingeniería.
JR - ¿Por qué entonces no se observa la temperatura anterior máxima de vertido, que era 30 grados, si la temperatura del río es 20? Acá estamos interpretando lo que naturalmente siempre se interpretó, es decir que no debe haber modificaciones en las condiciones del río. Antes el máximo era de 30 grados. Si la temperatura promedio del río es 20, ya habríamos estado infringiendo el Estatuto de CARU antes. Entonces ese no es un argumento. Cuando vamos a buscar las condiciones de vertimiento de la parte argentina, tampoco encontramos que existan normativas, porque entendemos que cada provincia tiene su propia normativa sobre vertimiento y temperatura.
EC - De todos modos, ¿no debió haberse consensuado esta medida, la resolución de abril de 2011?
JR - En la medida en que estamos en el marco de nuestra legislación y que no estamos modificando una legislación, no estamos modificando una norma, Uruguay tiene la posibilidad y la soberanía para ajustar esa normativa en condiciones específicas, de acuerdo con su propia legislación.
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EC - Otro cuestionamiento de Argentina se centra en la cantidad de fósforo que vuelca UPM al río. Dice en el punto 11: "En uno de los ingresos de control del Comité Científico, agosto 2011, se verificó que la cantidad de fósforo que vuelca UPM, ex-Botnia, superó el valor máximo permitido por la normativa uruguaya. Dicho vuelco excesivo sucede desde el inicio mismo de las operaciones de la planta, y es reconocido tanto por la empresa UPM como por la Dinama, organismo que no ha adoptado aún medidas correctivas al respecto".
JR - Esto merece una explicación también. El río Uruguay tiene ya naturalmente un altísimo contenido de fósforo, ese es un problema que tiene el río, es uno de los temas que conocemos y que hemos monitoreado desde hace muchos años. Asimismo la madera en el caso de Uruguay tiene un altísimo contenido de fósforo. El tema del fósforo es difícil de manejar, es un tema complejo, nosotros tenemos una normativa muy exigente con relación al fósforo, pero tenemos que tener claro que tenemos una norma respecto al fósforo que establece la forma de medición y que está establecida en parámetros de vertimientos por litro de efluente vertido. En ningún caso la planta de UPM superó el límite que está establecido en la normativa.
EC - ¿Por qué Argentina dice que sí?
JR - Porque a la vez la Dinama tiene dos parámetros más sobre el fósforo que le exige a la planta, es decir, tiene tres formas de exigir el comportamiento respecto al fósforo, justamente por el problema que tiene el río Uruguay. El segundo es la medición mensual, no puede pasar de determinados kilos por mes de vertidos de fósforo, y además se mide el vertimiento anual, no puede superar tantos kilos por año de vertimiento de fósforo. En tres oportunidades desde 2007 a la fecha la planta superó el vertido por mes, repito: en tres oportunidades a partir de 2007. Detectado el problema, detectado que en esos casos hubo una trasgresión de la norma explícitamente aprobada para UPM, se trabajó con la empresa para resolverlo. En cada caso se encontraron los problemas y se tomaron las medidas pertinentes para la corrección, y fue corregido. De manera que es normal que una planta tenga ciertos problemas, pero es responsabilidad del organismo ambiental controlar y asegurar que se encuentren las soluciones para que eso se arregle. Eso se hizo, en todos los casos fue manejada la solución y actualmente los tres parámetros de fósforo, como normalmente pasa, se mantienen dentro de las normas establecidas.
EC - Entonces usted dice que no es correcto lo que se señala acá, que dice que "la Dinama no ha adoptado aún medidas correctivas al respecto".
JR - Por favor, si esos eventos no se volvieron a repetir fue porque se tomaron las medidas correctivas. Se dio la vista a la planta del problema, la planta lo corrigió y se controlaron permanentemente los vertimientos. De manera que eso no obedece a la realidad de lo que hemos estado haciendo con relación al manejo del fósforo, que es uno de los temas que nos preocupan.
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EC - Otro de los puntos de ese informe de la delegación argentina en la CARU se refiere a un aspecto que en principio resulta inquietante: en la planta de UPM estarían produciéndose vertidos directos de efluentes al río sin pasar por los filtros correspondientes. Leo el punto 14:
"En la visita de control efectuada a la planta el 28 de noviembre de 2011 los miembros del Comité Científico de la CARU y el personal de la Dinama constataron que en la pileta de pluviales número 4 del predio de UPM se estaba volcando una gran cantidad de líquido directamente a la costa del río Uruguay sin ningún tipo de tratamiento previo. Confirmando la gravedad de esta constatación, la medición de algunos parámetros dio por resultado que se trató de una evacuación de líquido con altos índices de pH, muy por encima del estándar exigido por el Digesto sobre el Uso y Aprovechamiento del río Uruguay y por la propia legislación uruguaya.
No quedaron dudas de que el líquido en cuestión correspondía al efluente industrial de la planta de UPM, que estaba siendo derivado a la red de pluviales. Todo ello quedó reflejado por la misma Dinama en su informe, donde expresa que se relevó la pileta de pluviales de la planta de tratamiento de efluentes número 4 constatando vertido, se midió pH y conductividad con la sonda multiparamétrica obteniendo un resultado de pH 10,7. Asimismo, el comité científico y la Dinama verificaron que en la canaleta Parshall había material retenido, esto es, que se estaban volcando al río Uruguay sólidos o elementos de dimensiones mayores a las permitidas por el Digesto y la propia legislación uruguaya".
¿Efectivamente existió o existe ese vertido directo de efluentes al río a través de canaletas previstas para aguas de lluvia?
JR - Sí, existe el vertimiento directo al río de los pluviales. Los pluviales no requieren tratamiento, son aguas limpias que escurren por la planta y van a la pileta de pluviales, y ahí no hay tratamiento, son aguas limpias. Pero sí se controla, por eso se hizo el control.
EC - Pero en este caso lo que se señala es que por esos canales iban efluentes de la propia planta, no agua de lluvia.
JR - No, es agua de lluvia, eso fue estudiado y consta en el informe de la Dinama que tomó las medidas correspondientes e identificó el origen de ese pH alto en la pileta número 4 proveniente de un depósito de cal en el que había habido un derrame en el piso y por lo tanto al escurrir los pluviales había habido un arrastre de esa cal hacia la pileta de pluviales. Eso fue identificado, medido en la pileta de pluviales. Se constató el problema, el problema existió realmente, por lo tanto la Dinama como corresponde dio vista a la empresa, que estaba pasible de sanción, y le requirió la inmediata solución al problema. Se hizo además inspección inmediatamente de la Dinama para trabajar e identificar claramente dónde estaba el problema, se tomaron las medidas pertinentes y ese problema desapareció y no se volvió a repetir en las siguientes mediciones de calidad de agua de las piletas de pluviales.
EC - Argentina dice que en enero de 2012 se constató una irregularidad parecida, eso está dicho al menos en el punto 15. "Más recientemente el Comité Científico informó a la CARU que en el ingreso de control realizado el 30 de enero de 2012 se observó un ingreso de líquido con alta turbidez a la pileta de pluviales número, lo que vulnera el artículo 23 del decreto 253/79 y lo exigido por el mismo decreto", etcétera.
JR - Se miden las condiciones de la pileta de pluviales. El problema de turbidez no es un elemento que esté definido en su mecanismo de control. Si no aparecen síntomas o trazas de elementos contaminantes no se identifica un problema.
EC - Usted está aclarando que esos vertidos que a primera vista se constató eran irregulares en todo caso no correspondían a efluentes del propio proceso de fabricación de la celulosa.
JR - No, claramente a la pileta de pluviales no van aguas provenientes del proceso de producción. La pileta de pluviales estrictamente recoge las aguas de lluvia, las aguas de escurrimiento de la superficie de la planta. Puede haber turbidez, arrastra tierras, pero eso no hace que dejen de tener las características de aguas naturales.
EC - Y esa situación está completamente solucionada.
JR - Absolutamente.
EC - Una pregunta antes de continuar. Ante este tipo de episodios, ¿la Dinama multa a la planta de UPM, más allá de que después se corrija lo que ocurrió? ¿Por la situación que se dio por fuera de los parámetros utilizados se adoptó algún tipo de sanción?
JR - Obvio, cuando se identifican problemas de incumplimiento con los estándares que corresponden o faltas en los procedimientos, la Dinama primero da vista de que está pasible de multas, la empresa hace su descargo si corresponde, y si la Dinama entiende que esos descargos no tienen lugar se cobra la multa correspondiente. Eso ha pasado en situaciones como la del pH, se le dio vista a la planta de que correspondía, la planta explicó, tomó las medidas correctivas correspondientes y fue pasible de multa. Este es el procedimiento normal con cualquier planta que comete infracciones a la normativa y a las autorizaciones que se le ha otorgado la Dinama.
EC - Uno de los detalles que llaman la atención de este comunicado de la Cancillería argentina que recoge un informe de la delegación argentina en la CARU es cuán severamente se critica a la Dinama. Impresiona leer algunos calificativos que se utilizan. Voy al punto 13 del comunicado:
"El viernes 18 de noviembre de 2011 se produjo un accidente en las instalaciones de la planta de UPM que afectó algunos barrios de la localidad vecina uruguaya de Fray Bentos. El accidente se habría debido al funcionamiento defectuoso de las calderas de recuperación y de gases GOD (gases olorosos diluidos). La caldera de recuperación además dejó de operar algunas horas en la fecha indicada. El citado accidente produjo un importante exceso en los efluentes de la planta, en dióxido de azufre, TRS y material particulado, con el consiguiente incremento de la contaminación, elevando la temperatura de vuelco del efluente líquido al río Uruguay a 35 grados.
El informe elaborado por la Dinama con relación al citado episodio careció de rigor científico y técnico, no disipó la preocupación que el accidente produjo en las localidades de ambos países que se encuentran en las inmediaciones de la planta ni respondió a la solicitud de explicaciones efectuada por la delegación argentina. Tampoco aportó datos de las estaciones de monitoreo de calidad del aire meteorológico ubicadas en el lugar ni informó si la planta de UPM aplicó algún plan de contingencias ante el accidente".
¿Qué responde? ¿Cómo observa este análisis que se hace del otro lado sobre cómo trabaja la Dinama, cómo trabajó en este caso particular?
JR - Nosotros no acostumbramos a calificar sino a trabajar sobre datos y sobre información. Ese es el procedimiento de un organismo técnico y científico. La caldera de recuperación de gases tuvo problemas en ese momento, hubo una rotura de una cadena que hizo que la caldera no funcionara durante unas horas, lo que generó una nube en la medida en que se pudo retener el material particulado. Esa nube, como el viento ese día soplaba de oeste a este, se dirigió hacia territorio uruguayo. En las inmediaciones de la población de Fray Bentos, que además hubiera sido afectado no en el centro de la ciudad sino en áreas de la periferia, no se detectaron problemas, la población no detectó problemas, vio pasar la nube.
Por otro lado, hicimos los informes correspondientes a la CARU. No es que no haya habido informes, esos informes claramente determinaban cuáles habían sido las causas, mostraban cuáles eran las cualidades del material particulado y las condiciones de olores que se habían producido, cosa que es absolutamente normal frente a una situación de accidente. Esas emisiones al aire no eran tóxicas, esto claramente fue determinado. Por otro lado, cuando se habla de seriedad científica y técnica, yo diría cómo sobre el trabajo de una caldera de retención de emisiones al aire que van a la atmósfera, se detecta según lo que se dice en ese informe que hubo modificaciones en los vertimientos líquidos, cuando no hay ningún indicio en el funcionamiento de la planta de que hubiera habido alteraciones en los efluentes líquidos, que no tienen nada que ver con la caldera de recuperación de gases. Es decir, ahí hay una mezcla de temas que justamente no hace a una claridad científica del tema. Nosotros hicimos nuestra explicación y estamos dispuestos a aclarar en la medida en que se considere necesario.
EC - Dice el informe que la delegación argentina en la CARU formuló un enérgico reclamo al Gobierno uruguayo para que proporcione a la comisión y a su Comité Científico "una información completa sobre lo ocurrido, requerimiento que el Uruguay no ha respondido aún".
JR - No es así, nosotros respondimos a ese requerimiento, la delegación argentina no lo entendió y pidió información adicional, la cual está preparada. Nosotros no actuamos directamente, nos corresponde informar a la Cancillería, que a su vez le informa a la delegación uruguaya en CARU y esta le trasmite esa información a la CARU. Nosotros preparamos la segunda respuesta a las dudas que planteaba Argentina, están en curso. Pero en ningún momento evitamos dar información y explicaciones, lo hicimos en esta oportunidad y lo seguiremos haciendo siempre que se pida.
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EC - Según Argentina, la planta de UPM ha venido superando el límite máximo de producción autorizado en el permiso original. Se dan números de los registros aduaneros de Uruguay:
"La planta de UPM aumentó su nivel de producción anual superando el millón de toneladas oportunamente autorizado en el período noviembre 2008-noviembre 2009 en 50.597 toneladas, en el período noviembre 2009-octubre 2010 en 97.407 toneladas y en el período noviembre 2010-5 de octubre 2011 en 98.855 toneladas".
De esa manera se están violando la habilitación concedida y la normativa interna de nuestro país, además de que se está desobedeciendo la sentencia de la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya.
JR - Ahí hay varias cosas. En primer lugar, en la autorización ambiental previa se aprueba una planta de "aproximadamente un millón de toneladas". Las plantas industriales se diseñan para determinado volumen de producción, pero tienen siempre un rango de más/menos, eso es absolutamente lógico en cualquier planta industrial. Cuando se aprueba un proyecto no se conoce exactamente cuál son la capacidad y la eficiencia de la planta. En la medida en que la planta está bien instalada, que tiene todas las condiciones de operación, puede operar con una eficiencia mayor de aquella para la cual fue diseñada. Por lo tanto la aprobación se hace claramente a un volumen de aproximadamente un millón de toneladas. Eso es lo que dice la aprobación de la Dinama original.
EC - Pero estas variaciones que ha tenido, estas cifras por la cuales ha superado el millón de toneladas, que en un año según estos registros fue 98.855 toneladas demás, ¿están dentro de ese margen tolerable?
JR - Esto es un tema absolutamente de procedimiento de la Dinama. Cuando se hace la autorización ambiental de operación se define cuáles son, para los cálculos que corresponde hacer, los volúmenes máximos permitidos o los volúmenes de operación normal. La planta evidentemente ha operado con una mayor eficiencia de la originalmente planteada, por lo tanto puede superar el volumen de un millón de toneladas. Frente a eso nosotros definimos cuál podía ser el volumen de autorización de operación de producción, y ese fue establecido en 1.111.000 toneladas anuales de pulpa seca. Eso es medido por nuestros propios controles a la planta, y en los últimos años, en que la planta ha operado con una eficiencia importante, hemos tenido que tomar medidas para parar la operación de la planta. Se le ha comunicado a la planta que está llegando a sus máximos topes de producción, y la planta ha parado en los dos últimos años en situaciones en que se estaba extralimitando en los volúmenes de producción.
Quiere decir que hemos controlado el volumen máximo de producción que hemos definido como lo autorizado a la planta. Esto es parte de un procedimiento, lo hemos hecho y consta. Las medidas que maneja Argentina están tomadas del volumen de transportado y comercializado, que no tiene por qué coincidir con los períodos y las condiciones de cálculo. Cuando la planta ha llegado a niveles de producción que se acercan a las 1.111.000 toneladas se le ha comunicado a la planta, que ha parado cuando llega a estos niveles. Muchas veces ha hecho coincidir esta parada con el plan de mantenimiento, pero ha extendido, como en el último año, el plan de mantenimiento para cumplir con esta norma.
EC - Está claro que Argentina se aferra a la cifra de un millón de toneladas de producción. ¿Cómo se va a dilucidar esta controversia que ha quedado planteada?
JR - No podemos aferrarnos a un millón cuando la aprobación es de aproximadamente un millón en términos promedio y cuando nosotros hemos definido, para asegurar los controles, 1.111.000 como el volumen autorizado. Pero ¿qué es lo que importa acá? Vamos a la sustancia del problema. El volumen de producción no es un tema ambiental, es un tema que indirectamente puede llegar a influir sobre los parámetros de vertimientos al agua o al aire de la planta, pero en ningún caso hemos constatado que se hayan producido trasgresiones a los estándares aprobados. Por lo tanto eso es lo importante para el río, eso es lo importante para asegurar la calidad de esos vertimientos tanto al aire como al agua.
EC - ¿No hay acá una temática que requiere acuerdo entre las dos partes?
JR - Nosotros entendemos que no estamos modificando la autorización ambiental inicialmente aprobada, que fue al juicio de La Haya, que se conoce por parte de Argentina. Esto ha sido parte de los procedimientos con que se ha trabajado durante todos los años a partir de la aprobación de la autorización ambiental. Entendemos que Argentina está al tanto y está enterada de toda esta situación, porque toda esa documentación fue avalada a partir del juicio de La Haya. No estamos hablando acá de una trasgresión o una modificación a la autorización ambiental que dio la Dinama en su momento para la operación de la planta.
EC - A partir de este informe, la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú entiende que se confirman sus alertas sobre la contaminación que la planta de UPM está produciendo en la zona, al punto que le reclama, y lo hace de manera muy insistente, al Gobierno de Cristina Fernández acciones más enérgicas en la relación con Uruguay. Pero también incluso de acá, del lado uruguayo, el comunicado dejó sembradas dudas sobre lo que está pasando con el impacto ambiental de UPM. ¿Cuál es el balance que la Dinama hace de la actividad de esta planta?
JR - Esto fue manejado en al juicio de La Haya y hubo un fallo claramente definitorio con relación a cómo ha operado la planta, demostró que la planta no contamina. A partir de 2007 hemos continuado en forma permanente el control de la planta, seguimos demostrando que no se trasgredieron los parámetros por los cuales se ha autorizado, por lo tanto estamos dentro de los márgenes de aprobación que correspondieron.
Si tuviéramos que cerrar los vertimientos contaminantes al río Uruguay, tendrían que desaparecer las ciudades que están en los límites. Nosotros hacemos las comisiones de seguimiento en forma permanente en la ciudad de Fray Bentos, donde mostramos los resultados del monitoreo del río y los controles de la planta. Cuando mostramos los 14 puntos que se monitorean en el río Uruguay, la principal fuente de contaminación en ese tramo, claramente, es la ciudad de Fray Bentos con su falta de tratamiento de saneamiento.
EC - El principal problema, dice usted, es la ciudad de Fray Bentos, no la planta de celulosa de UPM.
JR - La ciudad de Fray Bentos, que sale con un emisor separado de la planta de UPM. Si usted mira las gráficas, en la planta de UPM no hay ninguna modificación de las condiciones del río Uruguay, pero si mira donde salen los efluentes de la planta de saneamiento de Fray Bentos, hay modificaciones sustantivas. Uruguay se ha preocupado por eso. Hoy tenemos proyectos de OSE para todas las ciudades del río Uruguay, para evitar los vertimientos de mayor contaminación, preocupados por la calidad de las aguas del río Uruguay. Es un esfuerzo enorme que el país está haciendo, esfuerzo que va a atender las reales fuentes de contaminación. La planta de UPM no incide en los problemas de calidad de agua del río Uruguay, es fundamental tener esto claro para todos los casos. Si vamos a eliminar las causas de polución del río Uruguay, tenemos que eliminar las poblaciones de ambas márgenes.
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EC - De la cantidad de preguntas y comentarios de los oyentes elegimos un mensaje para el final, Romina.
ROMINA:
Julio nos planteaba: "La Dinama debería responder con un escrito a las inaceptables consideraciones argentinas". ¿Qué dice usted al respecto? ¿Tienen algo previsto en ese sentido?
JR - No quisiéramos entrar, como claramente lo ha dicho el presidente, en una situación de un diálogo que no es constructivo. Queremos informar a nuestra población, queremos que la información sea transparente y esté a disposición de toda la población nacional, y por lo tanto también accesible a la población argentina, porque esa es nuestra preocupación fundamental: la calidad del río y la situación de salud de las poblaciones que están alrededor de este tipo de plantas.
EC - El oyente alude a que usted en esta entrevista ha ido respondiendo a varios de los puntos del comunicado argentino. ¿No sería mejor tener un comunicado de la Dinama organizado, detallado, argumentado, con todos los números y los antecedentes para que quedara plasmado por escrito de manera accesible a todo el mundo?
JR - Entendemos que acá el tema que está en juego es conocer los resultados reales del monitoreo que hace el Comité Científico Binacional de la CARU. Ese es el tema central. Conocidos esos resultados vamos a tener en claro cuál es la situación en el río Uruguay tanto en la planta de UPM como en las bocas de Gualeguaychú.
EC - ¿No está previsto entonces un comunicado de respuesta de la Dinama?
JR - Por el momento no lo hemos previsto, lo estamos considerando. Me parece interesante la propuesta que nos hace el escucha, porque es una preocupación de la población, y si es preocupación de la población vamos a buscar la forma de dejar en claro cuál ha sido la actuación de la Dinama en este tema.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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Video de la entrevista
Documento: Comunicado de la delegación argentina ante la CARU sobre el monitoreo de la planta de UPM (05/09/2012)
Comunicado de la delegación uruguaya ante la CARU insistiendo en el reclamo para que se divulguen los resultados del monitoreo ambiental conjunto del Río Uruguay (04/09/2012)