Subasta de aviones de Pluna cargada de incertidumbre
El Gobierno uruguayo realizará este lunes la subasta de siete aviones Bombardier CRJ 900 de la aerolínea Pluna, liquidada el pasado mes de julio, y que fue postergada el pasado 12 de septiembre
Cuando se decidió postergar el acto, cuatro horas antes de la fijada para su inicio, el vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, dijo que fue para "buscar mejores condiciones".
El Gobierno de José Mujica "tiene la convicción" de que el retraso por algunos días servirá "para que haya mejor competencia" y un "eventual mejor resultado", afirmó Astori.
En los últimos días las autoridades uruguayas se llamaron a silencio sobre el tema.
El ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, se limitó a expresar que el Gobierno tiene "tranquilidad" sobre el desarrollo de la subasta, y el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, prefirió no referirse al tema.
Cuando se decidió postergar la subasta, Pintado afirmó que había "cuatro oferentes" interesados en los aviones y estimó que ese número "es poco" para garantizar el éxito.
Las condiciones fijadas por el Gobierno para la subasta, con una base de 136.885.156 dólares por el paquete de los siete aviones, "se mantienen en todos sus términos", afirmó Astori.
Sin embargo, se modificó el lugar para el acto que se realizará en el Prado de Montevideo, sede habitual de la mayor exposición ganadera del país, y no en el Aeropuerto de Carrasco, como estaba fijado originalmente.
Entre las compañías aéreas que habían manifestado su interés de participar en la subasta figuran la venezolana Conviasa, la argentina Sol y BQB, propiedad del empresario argentino Juan Carlos López Mena.
Aunque en los últimos días se especuló con que Conviasa desistió porque sus autoridades entienden que la participación podría influir en las elecciones presidenciales de Venezuela previstas para el próximo 7 de octubre.
Para el caso de que la subasta fracase, el Gobierno uruguayo maneja la opción de mantener los aviones y encarar una posible asociación con alguna empresa interesada en explotar las líneas que cubría Pluna y que también son parte del negocio.
Al momento del anuncio de su quiebra, el pasado 9 de julio, Pluna operaba unos 250 vuelos semanales desde y hacia Argentina, Brasil, Chile y Paraguay lo que suponía cerca del 80 por ciento del total de vuelos en Uruguay.
Algunas de sus frecuencias le fueron otorgadas temporalmente a otras compañías.
El pasado 15 de junio, el Gobierno uruguayo anunció un acuerdo para una "salida ordenada" con el Grupo argentino Leadgate, que tenía el 75 % de las acciones de Pluna, mientras que el Estado poseía el 25 % restante.
Tras la intervención, el Gobierno se dio un plazo de un mes para recibir inversionistas interesados en adquirir la empresa, pero éstos nunca aparecieron, lo que detonó la decisión de suspender sus actividades y proceder a la disolución.
De fracasar la subasta, una vez más, se generará un debate político en donde la oposición buscará responsables antes esta gestión y la decisión de cerrar Pluna.