Informes

Después de la subasta de los siete Bombardier

Análisis de Emiliano Cotelo

 
(emitido a las 8.50 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Cosmo, una empresa de capitales españoles que tiene menos de un año de vida, se quedó con los siete aviones Bombardier CRJ 900 que habían pertenecido a Pluna SA y que se ofrecían ayer en remate en un solo lote.

Esta aerolínea, desconocida para casi todos en Uruguay y que se dedica a los vuelos chárter en Europa, fue el único postor y lo hizo en el comienzo mismo del acto, cuando se desarrollaba la subasta al alza: Ofertó US$ 137 millones, apenas por encima de la base.

¿Había algún otro inversor esperando que fracasara la subasta al alza para pujar en la subasta a la baja? No lo sabemos. Hay versiones que dicen que sí, pero no ha habido forma de confirmarlo a nivel del gobierno.

Ahora, por el hecho de haber comprado en la subasta al alza, se deduce que Cosmo precisaba los aviones, que no quiso correr el riesgo de perderlos en la subasta a la baja y que tampoco quiso asumir las obligaciones que implicaba la participación en esa segunda modalidad, o sea: dedicar los aviones a una aerolínea de bandera y negociar con el Estado uruguayo las frecuencias y la incorporación de personal.

Obviamente, a partir de este momento Cosmo tiene dos posibilidades, tal cual lo preveía la ley que creó el fideicomiso: a) Retirar los aviones de nuestro país para destinarlos a su propio negocio; b) Si quiere, negociar con el Estado para operar en Uruguay utilizando las frecuencias que dejó libres Pluna SA e incorporando parte del personal de la empresa. El Poder Ejecutivo está a la espera de la comunicación que Cosmo haga en un sentido o en el otro.

Lo cierto es que con el resultado de la subasta, en teoría el Estado se saca un peso de encima: con el dinero obtenido se puede pagar al ScotiaBank lo que Pluna SA adeudaba por la compra de estos siete aviones. Siempre que finalmente Cosmo termine de abonar los aviones (para intervenir en la subasta presentó un aval bancario por US$ 13.688.516, el 10% de la base, y tiene 30 días para completar el saldo),  todos los uruguayos nos  habremos salvado de quedarnos con ese clavo. Vale la pena remarcarlo: Pudo haber pasado que la subasta fracasara y que el Estado uruguayo tuviese entonces que pagar los US$ 136:885.160, al tiempo que nos quedaban estos siete aviones con los cuales había que inventar qué hacer.

Así que, entonces, tenemos un problema menos.

Pero ahora quedan varios puntos por resolver:

  1. Cómo se cubren las rutas aéreas que dejó el cierre de Pluna SA y que no fueron cubiertas todavía por otras empresas (varias frecuencias del puente aéreo Montevideo–Buenos Aires más las conexiones con otros destinos en Argentina, Brasil, Chile y Paraguay), algo fundamental para el funcionamiento del turismo (receptor y emisor), pero también para la actividad en general: comercio exterior, captación de inversiones, cultura, deportes, etc.
  2. Qué hacemos con otros seis aviones Bombardier que Pluna SA tenía bajo el sistema de leasing y que son más nuevos que los rematados ayer (se compraron en 2010).
  3.  Qué solución se encuentra para los más de 900 empleados de Pluna SA que han quedado sin trabajo.
  4. Cómo se le paga a los acreedores de Pluna SA. (*)

En su presentación ante la prensa, ayer a las siete de la tarde, el ministro de Transporte, Enrique Pintado, enumeró todos estos desafíos pero no dio ninguna pista sobre cómo piensan encararlos las autoridades. Es más: no aceptó preguntas de los periodistas al respecto.

Con respecto a los primeros tres puntos es que se empieza a trabajar ahora a todo vapor, sobre todo teniendo en cuenta que la temporada alta de verano está cada vez más cerca.

Supongamos que, efectivamente, Cosmo Líneas Aéreas no tiene interés en conformar una empresa de bandera y operar en la región (**).

En esa hipótesis se abren varias posibilidades.

Por ejemplo, no es descabellado pensar que una empresa como BQB -que está creciendo con pasos de plomo, que manifestó interés en la primera tanda de siete aviones pero no estaba dispuesta a pujar en la subasta porque consideraba excesivo el precio base- ahora pueda ingresar en una negociación con el gobierno para quedarse con el leasing de algunos de los aviones de la segunda tanda (no todos ellos, sino los que realmente precise en esta etapa), solicite algunas de las frecuencias que pertenecían a Pluna SA y tome una parte de los funcionarios desocupados. Teóricamente, por esta vía se podría tener una solución bastante rápida a buena parte de los problemas de conectividad. Es toda una ventaja que, a partir de la plantilla de Pluna SA, haya disponibles pilotos ya capacitados y habilitados para volar los aviones Bombardier, y también personal de cabina, más técnicos y otros empleados con gran experiencia en este negocio en las áreas administrativas, comercial, etc.

En el otro extremo, también existe la eventualidad de que el propio Estado dé ese paso. Después de todo, Pluna Ente Autónomo (PEA) sigue existiendo, así que, si las necesidades de conectividad son muy acuciantes, ese organismo podría quedarse con una parte de los aviones del leasing, tomar de la ex Pluna SA los pilotos y los funcionarios necesarios y salir a la cancha. Esta es una alternativa que en los últimos meses ha ido ganando adherentes -y no sólo dentro de la izquierda, sino incluso en personalidades y sectores de los partidos tradicionales- luego de que, con la desaparición de Pluna SA, se fuera tomando conciencia de la importancia que tenía el poder contar con una empresa de ese tipo a los efectos del funcionamiento del país, y vistas las dificultades para encontrar un socio privado confiable, tal vez por el propio tamaño del negocio.

Y en el medio, entre esos dos extremos, se dibujan varios caminos: desde la distribución de estos seis aviones entre varias compañías, pasando por alguna forma de subsidio del Estado para que la o las aerolíneas privadas que operan en la región tomen a su cargo aquellas líneas que Pluna SA operaba y que no sean rentables.


(*) Sobre este punto, ver la entrevista realizada hoy al Dr. Fernando Cabrera, de la Liga de Defensa Comercial

(**) Este escenario se confirmó con el comunicado emitido por la empresa española, del que dio cuenta la agencia EFE a media mañana de este martes.