¿Por qué López Mena decide pagar la multa de Cosmo?
Informe de Romina Andrioli y Felipe Llambías. Edición: Emiliano Cotelo
(emitido a las 7.46 Hs.)
Ayer se confirmó que es Juan Carlos López Mena quien se hace cargo de pagarle al Banco República (BROU) los 13.6 millones de dólares del aval que la empresa Cosmo había gestionado para presentarse en octubre pasado a la subasta de siete aviones Bombardier pertenecientes a Pluna SA.
Fue una muy buena noticia para el BROU, que se saca de encima la espada de Damocles de una pérdida muy significativa, pese a que en su momento aprobó el aval a las apuradas y sin cumplir con todos los procedimientos que son de estilo.
Es también una muy buena noticia para el Estado, que logra cobrar la multa que Cosmo debía por haber sido la ganadora del remate y luego desistir del negocio en el que se había comprometido a abonar 137 millones de dólares; de paso, el Gobierno limpia en algo la gran desprolijidad de aquella operación protagonizada por el famoso "caballero de la derecha".
Y es un suspiro de alivio para el fideicomiso de los aviones, que había jugado con fuego al aceptar el aval de Cosmo pese a que ese papel no lo tenía como beneficiario a él, que era el organizador de la subasta, sino al Ministerio de Economía (MEF). A pesar de aquel descuido propio, el fideicomiso consigue una montaña de plata que le permite enjugar por lo menos una parte de los gastos a los que está obligado desde que se cerró Pluna SA en julio del año pasado.
Pero apenas se conoció esta novedad se dispararon una cantidad de preguntas que reavivan un caso que ha tenido muchos aspectos oscuros, desde la identidad del representante de Cosmo y sus vínculos con López Mena, que días después del remate develábamos aquí En Perspectiva, hasta cuál fue la forma en que el Gobierno participó en las negociaciones con el empresario argentino.
Y una de las preguntas más interesantes qué quedó planteada es qué fue lo que llevó al dueño de Buquebus a asumir este gasto: ¿por qué termina oficiando como garantía última de Cosmo, cuando él mismo supo declarar que su papel en este asunto se había limitado a facilitar la llegada de la empresa española para que pujara en el remate?
La producción de En Perspectiva realizó ayer varias averiguaciones con distintas fuentes que participaron de la negociación y que han manejado el tema. En ese trabajo procuramos también la versión del propio López Mena pero la respuesta que obtuvimos de sus colaboradores es que no hará declaraciones por el momento.
- Veamos primero cómo fue que se llegó a este acuerdo: ¿qué tipo de conversaciones se desarrollaron?
En primer lugar, las fuentes destacaron que las negociaciones fueron largas y difíciles; incluso nos decían que hasta cinco minutos antes de la firma del acuerdo había dudas sobre si se concretaría.
Según varios informantes, en estas tratativas sólo participó el BROU; es decir que no intervinieron ni el MEF ni el fideicomiso.
Hace poco más de una semana, el 11 de marzo, el BROU le comunicó por escrito al MEF que López Mena estaba dispuesto a asumir la deuda, pero que para ello exigía que se extendiera una carta de pago y que quedara documentado por escrito que ni el Estado ni el fideicomiso tenían nada más para reclamarle ni a él, ni a Cosmo ni a Boston Seguros.
Los servicios jurídicos del MEF analizaron el planteo y, verbalmente, le respondieron al BROU que era posible avanzar en esta transacción.
Finalmente López Mena remitió una carta al BROU en la que se hace cargo de la deuda y comunica el acuerdo. Ese texto, que el presidente Fernando Calloia leyó en la reunión de directorio de este martes, tiene unas quince carillas, según nos comentaba una de las fuentes.
- Volvamos ahora a la pregunta principal: ¿Cuál puede ser el motivo que llevó a López Mena a pagar?
Por supuesto, una explicación posible es que López Mena haya sido el verdadero postor en la subasta y que Cosmo solamente fuese una pantalla, que es la conclusión que, según la oposición, se ha confirmado con la noticia de esta semana.
De todos modos, incluso si esa hipótesis fuera en el fondo cierta, hasta ahora no está comprobada y, por lo tanto, no existía ninguna obligación formal para López Mena terminara pagando los 13,6 millones de dólares.
-¿Entonces?
Según las fuentes, no parece haber un único elemento que haya incidido, sino más bien un conjunto de razones que llevaron al empresario a acordar con el BROU.
Un aspecto que nos mencionaba uno de los informantes, y que no parece menor es, que quien condujo, por el lado del BROU, estas negociaciones fue un abogado penalista en lugar de un especialista en derecho comercial; eso daría la pauta del tipo de consecuencias que estaban en juego.
Concretamente, la tarea recayó en el doctor Gonzalo Fernández, que inicialmente había sido contratado por el BROU para asesorar a los jerarcas del banco que debieran declarar ante la Justicia.
- ¿Qué otro factor puede haber incidido?
Se ha especulado mucho con que López Mena estaba "presionado" porque debía preservar su relación con el Gobierno en la medida que varios de sus negocios dependen de decisiones de las autoridades. Pero, según nos hacían notar las fuentes, hay otra "presión" que, de hecho, pesaba sobre él. Si López Mena no se hacía cargo, su situación iba a quedar comprometida con el sistema financiero uruguayo y en especial con el BROU, puesto que es público que el empresario argentino fue quien gestionó en su momento el aval que luego utilizaría Cosmo para la subasta.
- ¿Tenemos información de cómo es la relación de López Mena con el sistema financiero uruguayo?
Sí. Principalmente son dos empresas de su propiedad las que tienen créditos vigentes con bancos de la plaza local, además de él mismo como persona física.
Los Cipreses S.A., nombre legal de la empresa Buquebus, tenía al cierre del mes de enero una deuda con el sistema financiero uruguayo de 42,1 millones de dólares. De esa deuda, 14,3 millones corresponden a un crédito con el BROU, 22 millones a un préstamo del Santander, 3 millones con el HSBC y 2,8 millones con el Banco Comercial.
La firma Farolur SA, también propiedad de López Mena, que comercializa productos lácteos bajo la marca Talar, tenía a esa fecha, que es el último dato disponible, un crédito del BROU por 16,2 millones de dólares.
Además, López Mena como persona física mantenía a fines de enero un crédito con el Santander por 19,1 millones de dólares.
- ¿Algún otro factor que pueda haber pesado?
Algunos de los informantes hacían notar que luego de la intimación de pago que el BROU le había hecho a la Boston Seguros, esta compañía argentina problemente tuviera todo un desafío para reflejar esa intimación por 13.6 millones de dólares en sus balances... porque o debía pasarlo a pérdidas o contar con una garantía que le asegurara el repago.
Y por eso, una de las hipótesis que manejaban las fuentes es que esa garantía de pago ante la aseguradora la hubiera puesto el propio López Mena.
- Es decir que las cosas habrían sido así: Cosmo solicitó el aval al BROU; el BROU le dio el aval porque Cosmo tenía el respaldo de Boston Seguros y a su vez Boston Seguros se había garantizado el pago a través de López Mena.
Esa es la hipótesis que manejan varios jerarcas dentro el Gobierno.
- Y agregamos un último aspecto a este análisis...
Otro factor que, según las fuentes, puede haber incidido es el testimonio que López Mena brindó el año pasado cuando le tocó declarar en la Justicia. Allí sostuvo que su vinculación con todo este asunto ocurrió porque el Gobierno le pidió que acercara alguna empresa que pudiera interesarse en los aviones, a partir de lo cual él lo único que hizo fue contactarse con Hernán Antonio Calvo Sánchez, a quien conocía como ex empleado y también por razones familiares, para sugerirle que interviniera en la subasta. Y respecto al aval que otorgó el BROU a la empresa española, López Mena declaró que no había tenido participación en el trámite y que éste había sido realizado por la propia Cosmo.
Sin embargo, recordemos lo que nosotros revelamos aquí mismo En Perspectiva: Calloia declaró ante la Justicia que fue directamente López Mena quien tramitó el aval e hizo las gestiones. Y lo mismo declaró el funcionario del BROU que se encargó de emitir el aval.
Lo que nos daban a entender las fuentes es que esas contradicciones que surgieron en la Justicia también podían haber influido en la decisión final del empresario.
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