Jorge Gandini (PN): alianza blanqui-colorada persigue un objetivo "puntual" y se puede concretar sin renunciar a ideologías
El senador Jorge Larrañaga anunció hace una semana que cambiaba su postura original y pasaba a apoyar el acuerdo electoral entre el Partido Nacional (PN) y el Partido Colorado para las elecciones departamentales de Montevideo. ¿Cómo observa este proceso el único dirigente de esas fuerzas políticas que ya ha iniciado su trabajo como candidato a intendente, el diputado de Alianza Nacional Jorge Gandini? En diálogo con En Perspectiva, Gandini aseguró que el movimiento Montevideo Se Puede, que había lanzado en setiembre del año pasado como plataforma para su candidatura, puede "perfectamente" inscribirse en la eventual alianza. Reconoció las dificultades que conlleva la creación de un nuevo lema pero expresó su confianza en el "enorme olfato político" de Larrañaga, a quien definió como alguien "capaz de abrir puertas que están cerradas". Destacó además que este acuerdo tiene un objetivo "pragmático y puntual" y que para concretarlo "no hay que renunciar ni a principios ni a tradiciones".
(emitido a las 8.57 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Los partidos tradicionales están cada vez más cerca de un acuerdo para votar juntos y enfrentar en mejores condiciones al Frente Amplio (FA) en las elecciones de 2015 por la Intendencia de Montevideo (IMM).
La semana pasada, el senador del Partido Nacional (PN) Jorge Larrañaga anunció que cambiaba su oposición original y se sumaba a esta iniciativa, lo que dio un nuevo vigor a la negociaciones que ya contaban con el apoyo de todo el Partido Colorado (PC) y, entre los blancos, de Unidad Nacional. Por estas horas, la alternativa que aparece con mayores posibilidades es la de crear un nuevo lema, especial para esos comicios departamentales, un camino que no está exento de complicaciones para quienes lo impulsan.
El diputado Jorge Gandini, que fue proclamado en setiembre del año pasado candidato a la IMM, dijo el jueves pasado en el semanario Búsqueda que explora experiencias similares en otros países, en particular la Concertación de Partidos por la Democracia, de Chile.
Para conocer cuáles serán los pasos que vienen, conversamos con el diputado Jorge Gandini.
En setiembre del año pasado usted lanzó el movimiento Montevideo Se Puede, al frente del cual tiene resuelto que va a ser candidato a la IMM. A raíz de ese lanzamiento lo entrevistamos aquí en En Perspectiva, y en ese momento cuando le preguntamos usted era muy escéptico respecto a la idea de un acuerdo PC-PN para disputarle la IMM al FA. En otras declaraciones que hizo después lisa y llanamente apareció como opuesto. ¿Cómo vio entonces este pronunciamiento de Larrañaga?
JORGE GANDINI:
Yo siempre fui partidario de construir una gran alianza. Quizás el mejor camino fue el que se hizo en varios departamentos del interior del país, donde intendentes frenteamplistas que iban a la reelección en departamentos donde en octubre había ganado el FA perdieron ante candidaturas del PC en el caso de Salto y del PN en varios otros departamentos. Ese era el camino más directo, más sencillo desde el punto de vista formal, pero más difícil desde el punto de vista político en Montevideo.
Siempre vi dificultades para construir la única opción que hay si queremos formalizar ese acuerdo, que es hacer un partido. No solo es hacer un partido, es hacer un partido cumpliendo con los requisitos de la Constitución, lo que obliga a una ingeniería compleja de compromisos de largo plazo. Los partidos tienen que ir a la abstención, tienen que garantizar que no van a presentar sus candidatos luego de las nuevas convenciones, que aún no fueron elegidas es decir, hay que comprometerse por otros que todavía no integran las autoridades partidarias, y además hay que reservar un importante elenco de ciudadanos que van a ir a las elecciones municipales, porque no pueden figurar en las internas. En fin, tiene una serie de complejidades. Esas cosas fueron quizás los obstáculos más importantes sobre los que reflexionamos en los últimos días con Larrañaga.
EC - Usted cuando conformó Montevideo Se Puede estaba pensando en otra forma de acumular.
JG - Yo estaba pensando en tratar de construir una opción para un importante número de montevideanos, porque muchos más de la mitad de los montevideanos quieren otra gestión en el departamento. Por eso se llama Montevideo Se Puede, por eso no tiene referencias estéticas o gráficas de ningún tipo a la historia de ningún partido político, sino que está referido a Montevideo, convocando más allá de los partidos.
EC - ¿Cuál era su expectativa? ¿Que existiendo ese movimiento dentro del PN confluyeran a votarlo desde distintas tiendas partidarias?
JG - Eso fue lo que pasó en algunos departamentos. Y esa era la única expectativa posible, salvo esta, que es la otra, que tiene sus complejidades también.
EC - Usted discutió el tema con Larrañaga.
JG - Sí, claro. Larrañaga convocó a los más importantes dirigentes de Montevideo y reflexionamos en un par de jornadas sobre este tema.
EC - ¿De quién fue la iniciativa?, ¿quién propuso terminar apoyando las negociaciones con el PC?
JG - Larrañaga, primero las reflexiones y la segunda ya con la carta. Como hacen los líderes, porque es un tema que si lo pone en estado de asamblea se podía complicar muchísimo.
EC - ¿Cómo le cayó a usted?
JG - Viniendo de Larrañaga, bien, porque Larrañaga tiene mucho peso y liderazgo y es capaz de abrir puertas que están cerradas. Además tiene un enorme olfato político, y las razones que daba son muy valederas, las da en la carta. Es muy sincera la carta, va muy claramente adelante, dice "cambié de opinión", no le anda con vueltas al tema, dice "cambié de opinión porque le queremos ganar al Frente, hay que ganarle al Frente, es nuestra obligación". Como la historia de la política es la historia de las alianzas, Larrañaga abre un camino a un posible acuerdo. No hay ningún acuerdo de hecho, pero se viabiliza la voluntad política. Antes de acuerdo hay que tener voluntad, la voluntad está marcada, y creo que eso fue muy importante.
EC - ¿Un camino como ese es compatible con la estructura y el trabajo que usted venía realizando en particular?
JG - Montevideo Se Puede podrá estar dentro de eso perfectamente, y creo que tiene una muy eficaz inserción, porque Montevideo Se Puede es capaz de convocar dentro de eso a ciudadanos de todos lados.
EC - Cuando discutíamos este tema en la Tertulia la semana pasada, en la audiencia y en algunos de los integrantes de la mesa surgía este planteo: el FA lleva 25 años en el gobierno de la IMM, ya por eso nomás cabe esperar que haya algún tipo de desgaste en la población, pero además las encuestas muestran que hay un deterioro de la opinión favorable a propósito de cómo se viene desarrollando la administración. En ese contexto y con esos antecedentes, ¿por qué la oposición tiene que recurrir a un acuerdo como este para desplazar al oficialismo actual?
JG - Para emparejar las oportunidades. Creo que hay una gran oportunidad, nada más que eso, pero eso es muy importante. Si hay un 70% de montevideanos que no aprueban la gestión, si hay un 40% de frenteamplistas que no aprueban la gestión, en un FA que logró sacar en Montevideo el 61% en una ocasión y que en la última tuvo su peor desempeño, pero con ciudadanos que votaron al FA, que no cruzaron la vereda, quizás porque no había del otro lado una opción de poder. Construir una opción de poder con un programa serio sobre la mesa y sobre todo con un liderazgo capaz de llevarlo adelante empareja la lucha.
EC - ¿No se puede sin eso?
JG - Es mucho más difícil. Yo iba por el otro camino, pero las cuentas lo hacen más difícil. En el interior se ha podido, pero en el interior el Frente es el tercio mayor, entonces son posibles acuerdos de ese tipo, aun dejando un porcentaje en el PC o en el PN intendentes blancos o colorados lograron construir un tercio mayor. Aquí el Frente ha sido la mitad más uno, entonces habilitar ese camino es fundamental.
EC - Desde la izquierda se contesta que esa unión de todos contra el FA va a terminar favoreciendo sus intereses, que la presencia de un enemigo común va a reunificar a los simpatizantes y a los votantes del FA, e incluso a los que están desencantados con la gestión en la IM. Que el terror a esa chance de un gobierno "rosado" va a levantar la votación del FA. ¿Qué dice usted?
JG - Uno siempre puede hacer argumentos para conformarse, pero la realidad nos dice que no necesariamente va a ser así. Es un riesgo, esta opción está repleta de riesgos, y quizás lo más atractivo que tiene es eso, que tiene riesgo pero tiene una oportunidad. Yo vengo del wilsonismo y de un wilsonismo muy activo y militante de lucha contra la dictadura que había puesto al partido en las cuchillas de verdad. Cuando viene Wilson al país empieza a confrontar con nosotros la militancia joven para tomar algunas decisiones que no queríamos tomar, nosotros éramos todo "no", incluso dijimos "nada, nada, si no es con Wilson no queremos nada", la militancia de mi generación decía "a la abstención". Recuerdo siempre que Wilson nos decía: "Miren, muchachos, desde la oposición se puede impedir, se puede proponer, se puede influir, pero para cambiar hay que ganar".
Creo que ese es el tema, cómo construimos una opción de poder valedera que pueda llevar adelante un cambio en Montevideo. El Frente a mi juicio se ha quedado sin ideas, el modelo ha fracasado, pasan 25 años de su gobierno, va a pedir un vale por cinco años más, pero si no hay algo serio a cambio la competencia no se va a dar. Más cuando el Frente va a ir con más de un candidato. Si el Frente va con dos o tres candidatos y los partidos vamos divididos y no tenemos una opción de poder real, al final incluso la gente que pertenece a nuestros partidos termina participando en una interna del FA para impedir que gane uno votando al otro.
EC - ¿Usted está convencido de que esta vez el FA va a recurrir a la opción que tiene y que hasta ahora no había usado de presentar más de un candidato en Montevideo?
JG - No la había usado en Montevideo, la usó en muchos departamentos. Yo estoy absolutamente convencido de que va por dos o por tres abriendo el abanico y usando la vieja ley de lemas para usar el doble voto simultáneo como permiten las elecciones municipales. No tengo ninguna duda.
EC - Volviendo a la pregunta anterior, ¿cómo piensan enfrentar eso que se va a instalar desde el FA de que del lado de ustedes está el "Partido Rosado"? "¿Vieron? Existía el Partido Rosado."
JG - Creo que ya nos dicen el Partido Rosado. Con el PC ya habíamos hecho un par de alianzas puntuales en dos balotajes, en una se ganó y en otra se perdió, y ya nos dijeron Partido Rosado. Creo que no hay que tenerles temor a esas cosas. Nos juntamos, ¿y qué?, ¿cuál es el problema? El Frente es una coalición de partidos políticos de extremos, de cristianos a marxistas, de comunistas a socialdemócratas, que tienen enormes dificultades para convivir. Es una distancia mucho más larga que la que tenemos que recorrer nosotros, porque nosotros tenemos que ponernos de acuerdo en algo muy pragmático y puntual: es un acuerdo político con una circunscripción territorial, Montevideo, una circunscripción temporal, la próxima elección, y un objetivo: limpiar la ciudad, tapar los pozos, iluminarla, hacerla más segura.
Es muy concreto, no hay que renunciar ni a principios ni a ideas ni a tradiciones ni a nada, nos ponemos de acuerdo para mejorar la convivencia en una ciudad que tiene muchas oportunidades. Lo discutiremos, a ver si somos un Partido Rosado. Por eso hablaba de la Concertación chilena, el modelo tiene que permitir que los partidos mantengan claramente su identidad y coincidan en un espacio temporal. [Michelle] Bachelet fue presidenta por la Concertación en Chile, pero los partidos participaban de un modo independiente en otras elecciones regionales, y tienen su vida propia. Hay que pensar en esas cosas que son parte de este tiempo, hay que abrir la cabeza.
EC - ¿Usted dice que el modelo debería ser la Concertación chilena, no la estructura que se dio el FA acá?
JG - El Frente es una coalición permanente que no participa con independencia en las elecciones y que ha dejado de lado ideologías para concentrarse en una sola, más allá de que puedan mantener las diferencias. Creo que nosotros tenemos que mantener las ideologías, mantener la separación, la identidad, pero ponernos de acuerdo en algo muy concreto y práctico que es gobernar el departamento de Montevideo.
EC - ¿Qué importancia le asigna al pronunciamiento, que vino muy rápido la semana pasada, del Partido Independiente (PI), por intermedio de su presidente, Pablo Mieres? La respuesta es "no", el PI no se suma a un acuerdo de este tipo, no quiere sacrificar su posicionamiento político "por un objetivo que hasta ahora se ha formulado solo por la negativa", dijo Mieres. Dijo que no se siente parte de la coalición blanquicolorada.
JG - Ya lo sabíamos, habíamos conversado con el PI, porque una de las posibilidades era comparecer bajo el lema Partido Independiente.
EC - Se había manejado esa alternativa.
JG - Había algunas dificultades como que las que tiene este posible partido nuevo, pero otras no, y podía liderar este espacio el PI. Ya teníamos la respuesta negativa y presumíamos esta. De todos modos, creo que esa visión de que es algo por la negativa la vamos a ir levantando con el tiempo, veremos cómo ponemos sobre la mesa ideas comunes para cambiar el departamento y será por la positiva.
EC - La semana pasada en su análisis de los miércoles en el diario El Observador el politólogo Adolfo Garcé examinó qué implicaba, qué consecuencias tiene el pronunciamiento de Larrañaga. Manejó varios puntos, pero uno de ellos decía: "En la medida en que la anunciada coalición de partidos tradicionales tiene posibilidades de triunfar, asume automáticamente la obligación de elaborar un programa de gobierno que sea al mismo tiempo innovador y factible. ¿Cuáles son las ideas para Montevideo que menciona Larrañaga en su carta del domingo? ¿Cuáles serían las prioridades de blancos y colorados en la Intendencia? ¿Qué alternativas concretas están en condiciones de ofrecer en temas que son críticos?". Efectivamente, allí hay un desafío fundamental.
JG - Claro, un desafío en construcción. Tenemos que rápidamente ponernos a conversar sobre grandes lineamientos y luego generar el espacio necesario para construir un programa e imaginarnos cómo vamos a gobernar. Van a pasar cosas extrañas en cualquier caso, la primera es que ningún partido va a tener ediles, los ediles van a ser de ese nuevo partido, y ese va a ser el sustento mayoritario en el órgano deliberativo de la Intendencia. Hay que tener entonces muy claro hacia dónde vamos.
También es cierto que quien gane dentro de ese lema y sea el intendente eventualmente va a tener que compartir el gobierno con quienes le dieron la victoria, como sucede en un partido cualquiera. Así que es bueno que nos pongamos de acuerdo en esas ideas fuerza fundamentales primero y luego en un programa mucho más elaborado. Tendremos que irlo conversando. Yo tengo obviamente mucho camino recorrido en esto y muchas propuestas sobre la mesa, pero creo que tenemos que compartirlas con los demás.
EC - ¿En qué plazo? ¿Cuándo tiene que estar pronto ese programa básico? Porque este acuerdo tiene la obligación de mostrar que no es solo "contra" el FA, sino que ofrece una alternativa. Eso es lo que reclamaba Garcé.
JG - Sí. Yo hablé con el senador Gustavo Penadés la semana pasada, que es quien tiene la responsabilidad en el PN de conversar con Ope Pasquet, y la idea es que esta semana estaríamos reuniéndonos dentro del partido para ir dándoles un poco de forma a estas ideas, auscultando la opinión de todos también, y empezar la otra semana, si se puede, a conversar más formal y oficialmente con el PC en dos caminos paralelos, uno, la ingeniería, que no es menor, y dos, los lineamientos. Si esas cosas caminan adecuadamente, habrá acuerdo, por ahora lo que hay es una voluntad política.
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EC - Con el diputado Jorge Gandini continuamos analizando cómo se negociará este acuerdo PC-PN para enfrentar juntos al FA por la IMM. Por ejemplo, cómo se resuelven algunos detalles de la ingeniería electoral; también interesa ver qué dicen los oyentes, qué preguntas tiene la audiencia para formularle.
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EC - Jorge Gandini tiene 55 años, es diputado desde el año 2005, lidera la Agrupación Héctor Gutiérrez Ruiz dentro de Alianza Nacional, Lista 250. Fue senador en el período 1995-2000, antes fue director del INJU (Instituto Nacional de la Juventud), en el período 1991-1995. Desde setiembre del año pasado encabeza el movimiento Montevideo Se Puede, y desde esa plataforma aspira a ser candidato a la Intendencia de Montevideo.
Con él estamos conversando a propósito del escenario nuevo que abre Jorge Larrañaga cuando decide apoyar las negociaciones para un acuerdo electoral PC-PN en el año 2015 en la elección departamental acá en la capital.
Romina, ¿preguntas de los oyentes?
ROMINA ANDRIOLI:
Ana, por ejemplo, pregunta: "¿Cómo piensa convivir con Adeom un gobierno no frentista? ¿Estaremos en conflicto permanente?".
JG - Creo que nos va a resultar mucho más sencillo que al FA. Nosotros no pertenecemos al partido de Adeom, no tenemos compromisos. Creo que una de las cosas principales para gestionar Montevideo es restablecer la autoridad y el liderazgo, y la autoridad reposa en quien la gente elige, no puede haber confusiones de roles ni entreveros. El movimiento sindical representando los intereses de los trabajadores y la autoridad representando los intereses de los ciudadanos que la pusieron allí, y desde allí mucho diálogo, mucha conversación, pero cada cosa en su lugar. Una buena relación va a dignificar el trabajo y la consideración pública de los trabajadores municipales. Adeom no tiene buena prensa y yo creo que hay que restablecer esa buena relación del servidor público con la ciudad.
EC - Hay una cantidad de preguntas sobre la legislación electoral y cómo se construye, cómo se hace, cómo opera un partido nuevo como este que se armaría para participar exclusivamente en la elección departamental de Montevideo. Efectivamente, usted hablaba de ingeniería electoral, ya hace meses decía que en este caso es algo muy complejo.
Le propongo que veamos algunas de las dificultades que están en el camino. Por ejemplo, el inciso g) de la disposición transitoria W de la última reforma constitucional, la del año 1996. Allí se dice que quien es candidato por un cierto lema, el lema A, en las elecciones internas, no puede ser candidato por el lema B ni en las elecciones nacionales ni en las departamentales. Pongámosle nombre a ese lema A, el que ustedes empiezan a construir, Alternativa Montevideo. Tiene ese problema, tiene que participar en las elecciones internas, tiene que presentar candidatos a la Convención Nacional, por lo menos a la Convención Departamental de Montevideo; ¿tiene que presentar candidato a la Presidencia de la República también?
JG - Sí, tiene que recorrer todos los caminos que recorre un partido político cualquiera. Primero hay que recordar, porque se habló mucho erróneamente, que no existe más el lema accidental, eso fue derogado o sustituido en esa reforma del 96. Por lo tanto para constituir un partido político en Uruguay hay que presentarse ante la Corte Electoral con el 0,5 por mil, o sea 1.300 firmas de ciudadanos, declaración de principios y carta orgánica y comparecer a las elecciones internas como cualquiera. Aunque tenga un solo candidato a presidente, como sucede con algunos partidos chicos, tiene que comparecer a las elecciones, presentar su hoja al órgano deliberativo nacional lo que los blancos llamamos convención, identificada con el candidato a presidente. Es decir, la lista lleva el candidato a presidente, dice: "Voto para presidente de la República por el Partido Equis a Fulano de Tal y a la siguiente lista de candidatos al órgano deliberativo". Eso tiene que hacerlo, por lo tanto este partido tiene que presentar, aunque sea de modo instrumental, un candidato a presidente con una convención nacional y tiene que presentarse a la convención departamental de Montevideo.
EC - No tiene por qué presentar candidatos a las elecciones departamentales de los 19 departamentos.
JG - No necesariamente.
EC - Puede elegir presentarse solo en Montevideo.
JG - Solo en Montevideo. Sí tiene que constituir su órgano nacional.
EC - Hay que elegir una convención nacional y una convención departamental. ¿Cuántos candidatos implica eso?
JG - La convención nacional creo que son 500 convencionales y la departamental 250, en Montevideo. Eso implica un elenco importante de personas que si van en ese partido no podrán ir en la elección nacional y subsiguiente a ningún cargo. Podrán ir a los cargos que vayan a la elección departamental por ese partido, pero no en la nacional.
EC - Pongamos su caso concreto. Usted, además de aspirar a la IMM, probablemente también quiera presentarse en octubre de 2014 como candidato al Parlamento.
JG - Sí.
EC - Pero para el Parlamento se va a presentar por el PN, por Alianza Nacional, la Lista 250, etcétera. ¿Cómo hace?
JG - Queda salvada la situación aplicando la letra W de la disposición, lo que hay que hacer es no participar en la interna.
EC - Usted no sería candidato a la convención nacional ni a la convención departamental de este nuevo partido.
JG - Ni del mío, ni del PN. No voy a las elecciones internas, por lo tanto no tengo esa inhibición o limitante que pone la Constitución.
EC - Con eso le alcanza para poder ser candidato a diputado por el PN en octubre y además ser candidato a intendente por el nuevo lema en el año 2015.
JG - Exacto. Le hago una brevísima historia. Yo era senador y estaba en la elaboración de la reforma en una comisión en el Senado en la que algunos senadores, en aquel momento Michelini, que no estaba en el FA, y Santoro, elaboraron esto. Esa norma lo que quiere impedir y de hecho impide es que alguien que se presentó a la Presidencia por un partido y perdió migre hacia otro partido en la elección nacional inmediata. No se pensó en otra cosa que esa, entonces pone ese requisito que impide que eso suceda. Esto aplicado a esta construcción que estamos haciendo se salva por el lado de reservar todo el elenco que va a ir a la elección departamental y municipal, reservarlo en las elecciones internas de cada uno de los partidos. Esa es una de las cosas que más pensamos con Larrañaga, hay que reservar no a Gandini, hay que reservar a todos los que van a ir en la lista de ediles como titulares o suplentes y a todos los que van a ir en las listas a concejales municipales o alcaldes, porque no pueden participar, si participan no pueden ir a la municipal.
EC - Los que van a ser candidatos a ediles en Montevideo, etcétera, no pueden ser candidatos en las internas a nada.
JG - A nada, no pueden figurar en las listas. Podrán trabajar y demás, podrán poner su foto en las listas, si quieren, como distintivo, pero no pueden formar parte de esas listas, ni siquiera en el último lugar para rellenarlas. No pueden hacerlo.
EC - Salvo que lo hicieran en el partido nuevo, en el hipotético Alternativa Montevideo.
JG - En el partido nuevo pueden hacerlo, y van a quedar inhibidos de participar en las elecciones nacionales en cualquier cargo electivo.
EC - Pero, mirando del otro lado la prohibición, para ser candidato a intendente por un partido no se requiere haber sido candidato en las internas de ese partido.
JG - No es un requisito haber sido candidato ni para diputado ni para intendente. Eso lo eligen los partidos soberanamente. Hay que ser ciudadano, cumplir los requisitos de la Constitución.
EC - Otro detalle técnico: ¿cuántos votos tiene que alcanzar ese partido nuevo en las elecciones internas? Tiene que tener un mínimo.
JG - Con 500 votos pasa a la elección nacional o departamental. Si tiene menos de eso la Corte no lo habilita.
EC - Esos son votos que "sacrifican" en las elecciones internas el PC y el PN.
JG - Exactamente, por eso es un personaje clave el que firme la autorización para imprimir las listas, habrá que hacer 1.000 y no más, no sea cosa que alguien se entusiasme, porque esos son votos que no participan en la interna del partido, que siempre son muy atractivas, porque en la vida interna de los partidos se está jugando la candidatura presidencial, y quien vaya a una no puede resolver la otra.
EC - Otro detalle. Este partido nuevo, llamémosle Alternativa Montevideo, ¿está obligado a presentarse a la elección nacional?
JG - En la elección nacional simplemente puede convocar a la abstención, como cualquier partido, es un derecho del partido, o sencillamente no cumplir el requisito formal de tiempo, temporal, que la Corte Electoral exige. No hay que olvidar que después esa convención nacional tiene que reunirse, aprobar el programa único, elegir el compañero de fórmula del candidato presidencial, todo esto dentro de un plazo, con la presencia de la Corte Electoral en esa instancia. Si ese requisito no se cumple el partido no se puede presentar. O sea que simplemente utilizando los mecanismos que nos ofrece la legislación el partido no se presenta.
EC - Y si no se presenta a la elección nacional, ¿puede presentarse sí después a la departamental?
JG - Está habilitado, sí. También es cierto que parte de la ingeniería y los compromisos requiere que al mismo tiempo las convenciones nuevas departamentales elegidas por el PN y por el PC proclamen la abstención en la departamental, no van a presentar un candidato para competirse a sí mismos. Por eso es un acuerdo a largo plazo.
EC - Y allí aparecen algunas de las dificultades. Por ejemplo, el diputado Fernando Amado, de Vamos Uruguay, PC, que es además secretario general de la departamental Montevideo, ha dicho que quiere ser candidato a la IMM, pero solo por el PC, que no sería candidato por una fórmula como esta de un partido nuevo. ¿Se corre el riesgo de que aparezcan candidatos "descolgados" a la Intendencia por el PC o por el PN?
JG - Sí, claro, nadie le puede impedir a una convención departamental a hacer uso del derecho a proclamar un candidato, creo que con un 30% la convención puede hacerlo. Por eso un partido puede tener tres candidatos, porque le basta con un 30% para proclamar a uno, da para tres. Esos son los acuerdos que hay que hacer, cada uno tendrá que ver cómo viabiliza el acuerdo, y si se compromete a eso se compromete, cada uno tendrá que ver adentro. El PN todavía no formalizó nada, estamos en la etapa de manifestación de voluntades políticas de los grandes sectores del partido. Más allá de eso todavía no hay nada, se empieza a jugar en este terreno, y obviamente algunas resistencias va a haber, los partidos tienen que procesar esa discusión.
EC - Hay un último aspecto que se me ocurre que tiene como complejo desde el punto de vista ingeniería electoral un camino como este. Ya lo hemos mencionado, según la Constitución cada lema, cada partido puede presentar hasta tres candidatos a intendente. Eso en principio es una ventaja, porque bajo el lema Alternativa Montevideo puede haber un candidato del PN, un candidato del PC, en algún momento se pensó en un candidato del PI. Estarían los tres partidos con una figura cada uno y todos sumando. Pero el PI ya se sabe que no va, y por ejemplo en el caso del PN, usted, que pretende ser candidato a la Intendencia, ¿cómo arregla con otros que pueden tener esa misma aspiración dentro del partido?
JG - Si yo supiera... Es uno de los problemas que los partidos tienen que enfrentar. No hay elecciones internas propias para definirlo, por lo tanto debe surgir de un ámbito que los partidos decidan. Por eso no entramos a considerar estas cosas. Yo aspiro a ser el candidato por el PN, pero eso no impide que aparezcan otros aspirantes antes de las elecciones y que de algún modo compitan por ese lugar conmigo. Esto le da un enorme dinamismo, porque antes nadie quería, si ahora empiezan a querer es porque hay una posibilidad, una oportunidad, empieza a ser tentador participar por esto. A mí eso me entusiasma mucho.
EC - ¿Eso cómo se resuelve entonces? ¿Se resuelve en la convención departamental del nuevo partido?
JG - Ese es un camino, quizás el último, quizás el menos recomendable a los efectos de que hay que esperar mucho para empezar a caminar.
EC - Otro tanto podría ocurrir en el PC, que también hubiera dos o tres aspirantes y se presentaran para resolver el tema siempre dentro de la convención departamental del partido nuevo.
JG - Exactamente. O la convención departamental del PN definirá, podrá definir "solo vamos a proponer a Fulano". Esa es la manera de ratificarlo. Resuelve ir a la abstención y proponer a una determinada persona para ese partido nuevo. Ese es el camino para el que hay que esperar más, pero el más limpio de todos, en el sentido de que es la formalidad más soberana la que resuelve. Y el PC puede hacer lo mismo. O sea que caminos hay.
EC - ¿Y cómo se usa el tercer cupo posible? Porque puede haber tres candidatos por partido.
JG - Si nos va bien, va a haber alguien interesado. Probablemente no del PI, pero sí algún independiente que entienda que su aporte le suma a ese partido. Y si no, iremos con dos, nada nos obliga a ir con tres.
EC - ¿Se va a tratar de que haya un tercer candidato que no venga ni del PC ni del PN?
JG - Creo que no se va a impedir que haya un tercer candidato. Ojalá tengamos la oportunidad de que haya un tercer actor que le sume a eso y que nos desafíe, porque nos va a ir bien si a su vez nos desafiamos entre nosotros, si el partido tiene oportunidad y entre nosotros tenemos aspiraciones parejas. Si eso sucede, y tenemos un buen programa y le agregamos legitimidad y credibilidad con la gente, creo que tenemos oportunidad de ganar, porque hay una masa muy grande en el medio desencantada que no tiene por qué dejar de ser frenteamplista para venir a votar. Va a votar en las elecciones nacionales probablemente por su partido, pero si quiere una ciudad más limpia, más ordenada, etcétera, a lo mejor encuentra en nosotros una alternativa, hasta para decirle al FA "no se crean que están para siempre ahí".
EC - ¿A esos efectos es que sería importante un tercer nombre que no fuera ni blanco ni colorado, para ir en busca de ese votante frenteamplista desencantado? ¿Esa sería la idea?
JG - Para mí sería muy importante si lo encontráramos de esa procedencia, sería realmente muy atractivo.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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