Declaró ante la Justicia Antonio Calvo Sánchez

En el juzgado de Crimen Organizado declaró esta mañana Antonio Calvo Sánchez, el legendario "caballero de la derecha", quien se quedó con la subasta de los siete aviones que pertenecían a Pluna, y que luego fue declarada nula. Sánchez sostuvo que él no operó para Juan Carlos López Mena.
Calvo Sánchez fue interrogado por la jueza Adriana de los Santos y el fiscal Juan Gómez, quienes intentaban saber a quién representó cuando pujó en el remate. El empresario argentino asistió con el abogado penal Jorge Pereira Shurmann, quien también representa a la empresa Buquebus y fue quien acompañó al empresario López Mena el pasado año cuando compareció como testigo ante el juzgado por la misma causa, informó El País.
"No opero para López Mena", dijo Calvo Sánchez al ingresar y salir del juzgado.
Calvo Sánchez, de nacionalidad argentina y que en su momento trabajó para López Mena en algunos de sus negocios en España, ofertó 137 millones de dólares por los aviones de la exPluna.
En otro escenario, los extrabajadores de Pluna mantuvieron dos reuniones con los fabricantes de los aviones Q 400 pero no tomaron ninguna decisión de compra, dijeron a El Espectador fuentes del sindicato.
Una versión publicada esta mañana apuntaba a que ya se había decidido la incorporación de tres o cuatro aviones Q 400. "No lo descartamos, pero estamos ponderando propuestas y distintos escenarios", indicaron los informantes.
Un elemento clave en el futuro de la aerolínea es su flota de aviones y particularmente las dudas que existen con los siete Bombardier que pueden ser embargados si pisan territorio brasileño.
En ese sentido las fuentes consultadas precisaron que las deudas que generó la exPluna Varig en Brasil no están vinculadas a reclamos de exfuncionarios sino a deudas de tasas y otros servicios en aeropuertos.
"Pero si hay algo para hablar con los trabajadores brasileños vamos y hablamos, no hay ningún problema", dijo a El Espectador uno de los sindicalistas consultados sobre una propuesta que hizo el presidente José Mujica esta mañana.
"Que los trabajadores uruguayos hablen con los trabajadores brasileños" para evitar problemas con la Justicia de ese país, expresó el mandatario en Radio Sarandí.
Los posibles embargos son, para Mujica, pruebas de que el Gobierno tuvo razón al cerrar Pluna:
"La gente no creía que estábamos en esa contradicción que establece de que no conviene difundir algo que no está absolutamente claro. Nosotros podríamos haber actuado de aprendiz de brujo, teníamos informes reservados de que la cosa venía así, ni nosotros queríamos creer, quedan recursos aún. Uno de los mas interesantes es que los trabajadores deben hablar con sus pares brasileros, veremos que resultado da".
También aseguró que a los trabajadores "no los vamos a dejar desamparados":
"No tengo duda de que van a tener algunas dificultades. Estamos comprometidos, no se si será lo que se pensó porque las circunstancias pueden tener variables, pero no los vamos a dejar desamparados".
Otro capítulo de esta secuencia fue el cruce entre Matías Campiani, quien estuvo al frente del consorcio Pluna Leadgate, y el presidente de Ancap, Raúl Sendic, sobre el tema del pago del combustible que consumía la aerolínea.
Sendic explicó por qué no va a discutir con Campiani:
"Está comprobado que en la última etapa, cuando libraron cheques para Ancap, ya tenían preparado en la empresa que él dirigía, un balance dando quiebra. Por lo tanto, los cheques que él libro fue consciente que no los iba a poder cubrir, o sea que en forma exprofesa libró cheques sabiendo que no los podía cubrir. De eso se va a ocupar la Justicia, que ahora tendrá que hacer un requerimiento internacional, porque me enteré que de la entrevista que está fuera del país".
En la entrevista con El País, Campiani había dicho que "quizá también Raúl haya quedado dolido conmigo, por temas personales ocurridos durante nuestro viaje a Venezuela en el año 2009, pero de los que no corresponde hablar públicamente".
Este lunes, Sendic explicó en qué consistió ese incidente:
"El único problema que tuvimos con Campiani fue que al regreso, cuando fuimos a subir al avión no tenía combustible, y tuvimos varias horas esperando, hasta que Pepe Mujica tuvo que pedirle a Chávez directamente que abasteciera, porque el señor Campiani no había cargado con combustible el avión. Ese fue el único problema que tuvimos con Campiani. Por suerte estaba Pepe y lo arregló, sino estaríamos todavía esperando".