Entrevistas

Pablo Abdala (PN): jornada de adhesión al referéndum de aborto impulsará la reapertura de un debate "sano y saludable"

Pablo Abdala (PN): jornada de adhesión al referéndum de aborto impulsará la reapertura de un debate "sano y saludable"

Luego de que la Corte Electoral validara a fines de abril unas 52.000 firmas para derogar la ley de despenalización del aborto, se habilitó el segundo paso previsto en la normativa: el 23 de junio la Corte convocará a una "jornada de adhesión" en la cual se deberá alcanzar el voto del 25% del padrón electoral para habilitar el referéndum. El diputado nacionalista Pablo Abdala, principal impulsor de esta campaña, expresó a En Perspectiva su aspiración de que esta segunda etapa genere un clima que promueva el debate y determine a la ciudadanía y a los partidos políticos a tomar una posición, sea cual sea. Abdala repasó los argumentos en contra de la ley que manejan los impulsores de la consulta, entre ellos la consideración de que "resuelve mal" la "tensión que se da entre el derecho a la vida y el derecho de la mujer". Sostienen también que la norma no logrará combatir la clandestinidad y que incluso "puede convertirse en un instrumento que contribuya al agravamiento de la situación".


(emitido a las 9.00 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Los promotores de la derogación de la ley que despenalizó el aborto lograron a fines de abril su primer objetivo. La Corte Electoral comprobó que habían presentado, por lo menos, 52.000 firmas válidas, o sea, 0,5% del padrón electoral. Ahora, según la reglamentación del instituto del referéndum, viene la segunda instancia. La Corte fijó para el 23 de junio la primera jornada de ratificación. Ese día deberán votar por lo menos 655.000 personas, 25% de los habilitados, para que, efectivamente, se convoque a una consulta popular sobre la ley.

El desafío parece complicado. Por lo menos se necesitaría un involucramiento de los sectores políticos que se opusieron a la despenalización, o un mensaje explícito de sus líderes exhortando a sus seguidores a concurrir a las urnas el 23 de junio.

Pero por ahora el ambiente que se percibe es muy frío. El Frente Amplio (FA), naturalmente, permanece en silencio. Pero lo llamativo es la apatía que muestran la mayoría de los líderes y sectores de los partidos tradicionales. A esto se suma la campaña que desde la semana pasada realizan grupos opositores a la ley de la aborto, pero que no quieren que la norma se someta a referéndum. Solo la Iglesia Católica, por medio de un comunicado, está llamando a sus fieles a ir a las urnas en la fecha del 23.

¿Cómo van a trabajar los promotores de esta consulta popular?

De esto vamos a conversar con la "cara visible" de esta campaña, el diputado nacionalista Pablo Abdala.

Una primera pregunta es a propósito de lo que pasó hasta ahora. ¿Quiénes trabajaron con usted en esta campaña?

PABLO ABDALA:
En esta campaña trabajamos dirigentes de distintas procedencias partidarias y al mismo tiempo militantes sociales, que no necesariamente están partidizados o pertenecen a un sector político específico. Me refiero a legisladores como el diputado [Jorge] Gandini, el diputado [Alberto] Casas, el diputado Mario García, varios diputados del Partido Nacional (PN), no quiero nombrarlos todos y me estoy olvidando de muchos. También legisladores del Partido Colorado (PC) que hicieron su aporte, como el diputado Richard Sander, de Rivera, o la diputada Alma Mallo, de Montevideo, la diputada Graciela Matiaude o el diputado Walter Verri, que con distintos grados y niveles de compromiso y de participación colaboraron.

EC - A eso iba con mi pregunta, porque se lo vio a usted solo, o al menos casi solo encabezando esta campaña.

PA - Capaz que esa fue la apariencia pública que tuvo este proceso de recolección de firmas, pero de hecho colaboraron y participaron dirigentes de distintas colectividades.

EC - No hubo apoyos sectoriales.

PA - No hubo apoyos institucionales de partido o sector alguno. En mi propio partido político, el PN, la enorme mayoría de los dirigentes adhirieron mediante la firma de la papeleta correspondiente. Los cuatro precandidatos presidenciales lo hicieron, incluso representando posiciones diferentes, porque es notorio que el senador [Jorge] Saravia tiene una posición distinta sobre el fondo del asunto de la que tenemos el resto de los dirigentes del PN o quienes tenemos responsabilidad. Pero la enorme mayoría de los nacionalistas firmaron. Sin embargo no hubo una adhesión institucional del partido, y me parece bien.

EC - ¿Por qué le parece bien?

PA - Porque, entre otras cosas, el fundamento de este proceso estriba en que estamos frente a un asunto respecto del cual no se pueden establecer disciplinamientos políticos, porque es un tema que corta transversalmente a la sociedad y al propio sistema político, y seguramente la resolución del asunto es de carácter individual. Esto hace a la conciencia individual de cada ciudadano o de cada intérprete de la realidad.

EC - Ahora viene esta jornada de adhesión, que hemos conocido en otras oportunidades. ¿Ese es el nombre técnico, "jornada de adhesión", "jornada de ratificación"?

PA - Es una jornada de adhesión al recurso de referéndum, que en los hechos es una consulta popular porque hay una convocatoria general y pública de la Corte Electoral.

EC - Es una consulta con voto no obligatorio en la que solamente comparecen los que quieren que haya un referéndum.

PA - Exacto, esto forma parte de lo que se conoce como la "vía rápida" que estableció la ley a los efectos de llegar a la consecuencia que prevé el artículo 79 de la Constitución cuando consagra el recurso de referéndum. La exigencia constitucional es una adhesión del 25% del padrón; para eso se pueden recorrer dos caminos, el tradicional, el que se siguió siempre antes de que se reglamentara el recurso, que es la recolección de firmas en una cantidad equivalente a esa durante el plazo de un año, o bien la vía rápida, que supone tres etapas diferentes. La primera la hemos cumplido con éxito y la segunda es la que se inicia ahora, que es bien distinta de la anterior por muchos aspectos, no solo por la cantidad de adhesiones, sino por sus características.

EC - No parece tarea sencilla conseguir que vayan a votar 655.000 personas.

PA - Si abordamos el tema desde el punto de vista de la militancia, desde el punto de vista del esfuerzo individual, de quienes por ejemplo en la primera etapa recogimos las firmas, sin ninguna duda estaríamos frente a un desafío muy ambicioso. Pero tenemos que partir de un punto de vista diferente –esa es la diferencia que yo insinuaba antes–, me parece que esta etapa ya no debe inscribirse en la iniciativa personal o individual de quienes trabajamos en la recolección de firmas. Ahora estamos frente a un hecho público, a un hecho político, en el buen sentido del término, a una convocatoria general que hace la Corte Electoral respecto de la cual entiendo yo que los partidos políticos no pueden permanecer indiferentes, y estoy seguro de que no van a permanecer indiferentes.

EC - ¿Por qué dice que es diferente? En definitiva es la segunda parte del primer esfuerzo. Estaríamos, en teoría, en todo el proceso que la Constitución exige de llegar a las 655.000 firmas, lo que pasa es que se hace por este otro camino. Con la presentación de las 52.000 primeras firmas ustedes todavía no consiguieron el referéndum, entonces en definitiva estamos en lo mismo. ¿Por qué dice usted que en esta etapa, en la que hay que votar, ahí sí tendrían que involucrarse los sectores, los dirigentes?

PA - Desde el punto de vista jurídico y constitucional estamos en una etapa que podría considerarse similar en la medida en que estamos camino al referéndum o eventualmente en la etapa de recolección de adhesiones.

EC - Sí, a eso iba.

PA - Sin embargo yo entiendo que desde el punto de vista político es distinto, porque en esta etapa hay una convocatoria de la Corte, estamos hablando de una jornada que tiene visos de jornada electoral, que es convocada por la Corte Electoral, con locales de votación, con circuitos, con una organización electoral tal que a mi juicio por sí misma ambienta –estoy seguro de que va a ambientar– que el debate sobre este tema se reabra y que los partidos por lo tanto, en el sentido que sea, asuman una posición. No estoy diciendo que todos salgan a convocar, desde luego que no, pero seguramente algunos convocarán a concurrir a las urnas, otros eventualmente dejarán en libertad de acción, y yo advierto que ya empiezan a darse pronunciamientos de los partidos.

EC - ¿A qué alude?

PA - Aludo, por ejemplo, a las manifestaciones en el día de ayer de dos dirigentes de primer orden en el sistema político uruguayo, el senador Jorge Larrañaga, quien enfáticamente dijo que iba a concurrir el 23 de junio y además iba a hacer campaña, y la senadora Lucía Topolansky, quien dijo lo contrario.

EC - El senador Jorge Larrañaga hizo este pronunciamiento ayer en el acto en el que se presentó la incorporación del diputado Pablo Abdala y su sector, Corriente de Acción Renovadora, a los grupos que apoyan la precandidatura de Larrañaga a la Presidencia de la República. Esos grupos ahora van a trabajar con un sublema nuevo que se va a llamar Camino Uruguay. Usted ayer se incorporaba a Camino Uruguay, pasaba a respaldar a Larrañaga, y en ese acto Larrañaga dijo: "Yo voy a ir a votar el 23 de junio, yo quiero que haya referéndum". Pero fue un pronunciamiento personal.

PA - Sí, pero todos sabemos que los pronunciamientos personales de determinadas figuras políticas van bastante más allá de su impronta personal, generan consecuencias políticas y generan, desde ese punto de vista, a mi juicio, posicionamientos que involucran no solo su posición personal, sino seguramente también la de muchos de quienes los acompañan. Me parece que en el caso de Larrañaga esto es así.

EC - Está bien, pero me llama la atención la cautela con la que todo el mundo se va moviendo.

PA - Es un poco prematuro, estamos a una semana de que la Corte terminó de verificar las firmas, y apenas el viernes pasado la Corte definió que el 23 de junio será la jornada de adhesión. Tenemos que dejar decantar un poco. Nosotros vamos a empezar ahora una ronda de contactos con todos los partidos políticos.

EC - ¿Tuvo alguna respuesta ya?

PA - Con la exsenadora [Mónica] Xavier, la presidenta del FA, coincidimos en el acto del Primero de Mayo, le adelantamos que queremos ir a hablar con ella, y muy generosa y receptivamente nos dijo que estaba dispuesta a conversar. Lo mismo vamos a hacer con todos los partidos políticos, sin ninguna duda. Yo aspiro por lo tanto a que en función de eso se generen un clima y un escenario que no determinen a la gente a actuar de tal o cual manera, sino que en todo caso determinen a la gente a tomar una posición y sea ella quien en última instancia resuelva.

EC - Lo que usted está procurando es que se genere un ambiente en torno al tema, que se mueva el tema, por sí o por no, pero que exista el asunto en la agenda pública.

PA - Eso sería sano y saludable, sería muy importante, un tema de esta envergadura justifica plenamente que recorramos el camino de la democracia directa. Ahí ya entramos en consideraciones que hacen al fondo del tema.

EC - Vayamos al fondo del tema.

PA - La legalización del aborto tiene que ver con cuestiones que hacen a temas profundos, tiene que ver con los derechos humanos, tiene que ver con el derecho a la vida, tiene que ver con el derecho de la mujer, tiene que ver con la respuesta que el Estado da a una realidad incontrastable, que sin ninguna duda todos advertimos como tal, que es la de los embarazos no deseados, la de la clandestinidad con relación a la interrupción de los embarazos. Es decir, aspectos que hacen a cuestiones muy sensibles a la condición humana, muy profundas desde el punto de vista de la conciencia individual, entonces creo que desde el punto de vista institucional y desde el punto de vista de lo que más le sirve a la sociedad en términos de resolver y procesar estos temas adecuadamente. Es bueno que logremos o alcancemos un escenario en el que sea la gente la que se pronuncie y resuelva. Esta no es una ley más, no es una ley que pone o saca un impuesto, no es una ley que cambia la carta orgánica de una empresa pública, con todo lo importante que eso puede ser. Estas decisiones, una vez que la sociedad las adopta, en el sentido que sea, vienen para quedarse, no para ser cambiadas cada cinco años.

EC - Usted pretende que haya debate, busca que haya debate. ¿Y el debate va a ser sobre la ley de despenalización del aborto o sobre la conveniencia de que haya un referéndum sobre la ley?

PA - Creo que debe ser sobre todo. Ya en la primera etapa, la etapa de recolección de firmas, más allá de que estábamos aún en el plano del esfuerzo militante de todos los que coincidimos en eso, sabíamos que estábamos frente a un asunto que es razonable se someta al veredicto popular. Y fuimos muchos los que estuvimos en ese esfuerzo, incluso firmaron legisladores del Frente con el argumento republicano, el diputado Víctor Semproni dijo de antemano que cuando llegara la instancia del referéndum iba a defender acérrimamente la ley –ese fue el término que utilizó–, sin embargo firmó. Hay que hablar de las dos cosas. Cuando le pedíamos la firma a la gente fundamentábamos nuestra posición, primero en la necesidad de llevar esto al terreno de la decisión de todos los ciudadanos, y en segundo lugar, por supuesto, adelantábamos nuestra posición contraria a la ley.

EC - En síntesis, ¿cuál es esa posición contraria? ¿Qué es lo que ustedes objetan en esta ley que se ha aprobado y que ya está vigente?

PA - En los dos ejes que acabo de mencionar, el de los derechos humanos y el de las respuestas que el Estado debe dar frente a un problema que nadie niega, creo que la ley resuelve mal o directamente no resuelve el problema, y eventualmente puede convertirse en un instrumento que contribuya al agravamiento de la situación.

EC - ¿Por qué?

PA - Desde el punto de vista de los derechos creo que está mal resuelta la tensión que se da entre el derecho a la vida y el derecho de la mujer. Creo que hay un derecho superior, que es el derecho a la vida, el derecho del no nacido, que es bastante más que una vida. En nuestra perspectiva filosófica allí hay una persona que dentro de las 12 de semanas de gestación –que es el plazo que prevé la ley para la interrupción del embarazo– ya tiene características individuales que la definen como una persona distinta de quienes la concibieron. Entonces hay un primer debate que tenemos que dar y tenemos que laudar, y desde mi punto de vista, en mi perspectiva y en la de muchos que acompañamos este camino, eso se resuelve mal.

En el otro aspecto, el aspecto si se quiere "más utilitario", cómo hacemos para combatir la clandestinidad, cómo hacemos para prevenir los embarazos no deseados o para dar una respuesta a la mujer que se ve enfrentada involuntariamente a esa situación, la ley es muy mala y creo que no va a lograr –como ha ocurrido en muchos países que han seguido este camino– que haya menos abortos legales y tampoco haya menos abortos clandestinos. Los países que han recorrido el camino de la legalización, que básicamente son Estados Unidos y varios países europeos –en América Latina apenas si Uruguay y Cuba tienen legalizado el aborto–, son malos ejemplos, o en todo caso buenos ejemplos de que ese es un camino que no se debe recorrer.

EC - ¿Usted dice que va a haber más abortos clandestinos?

PA - En los países que han legalizado el aborto no se ha eliminado la clandestinidad. Podemos ver el ejemplo de España, el ejemplo de Estados Unidos. En Estados Unidos, donde se legalizó hace 40 años, en el año 73, se practicaban medio millón de abortos por año en los primeros años de la legalización, y en estos momentos se ha superado ya el millón de abortos por año. Después de pasar por un pico de un millón y medio de abortos anuales, esa cifra se redujo y se "meseteó", como se dice vulgarmente.

España es un ejemplo claro de lo que no se debe hacer. Desde el año 2011 para acá la práctica del aborto ha aumentado a razón de un 10, 12% anual. Se practicaron 70.000 abortos en el año 2001, de acuerdo a las estadísticas, y en el 2011 se practicaron más de 120.000. Esa es la demostración de que es un mito o por lo menos merece ser debatido el argumento de que con esto vamos a contener el número de abortos, que eventualmente no los vamos a fomentar y que vamos a combatir la clandestinidad.

EC - ¿Y cuál es la alternativa?

PA - Nosotros vamos por un camino más largo, no estamos de acuerdo con la legalización del aborto, de la interrupción del embarazo. Creemos que hay que ir por un camino que apunte a que los mismos recursos y el mismo esfuerzo material, económico y de asistencia profesional que el Estado teóricamente realiza para facilitarle el supuesto derecho a la mujer a que interrumpa su embarazo debería volcarse a apoyar la maternidad, a contener a la mujer que se encuentra en una situación angustiosa, y en todo caso a buscar mecanismos para facilitar por ejemplo las adopciones, como se pretendió hacer el año pasado cuando se modificó la ley de adopciones y sin embargo no hubo votos. Me parece que esos son los mecanismos más complejos que hay que tratar de recorrer. Pero no creer que porque vamos a legalizar esta práctica la vamos a combatir. Nadie la quiere, todos estamos de acuerdo, el aborto no lo quieren ni los promotores de la ley ni los detractores de la ley, pero además está claro que con esta práctica estamos muy lejos de que quede demostrado que esta es la verdadera solución.

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EC - ¿Cómo juega el factor Tabaré Vázquez en esta campaña que el diputado Pablo Abdala y otros dirigentes encabezan rumbo al 23 de junio, buscando que haya un referéndum sobre la Ley de Despenalización del Aborto? ¿Qué preguntas, qué comentarios tienen los oyentes? Volvemos en la segunda parte de esta entrevista.

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EC - A fines de abril, la Corte Electoral validó poco más de 52.000 firmas de las que se habían recabado procurando la derogación de la ley que despenalizó el aborto en las 12 primeras semanas. De esta manera quedó habilitado el segundo paso previsto en la reglamentación del referéndum. La Corte Electoral acaba de fijar fecha, será el 23 de junio cuando tendrá lugar la jornada de adhesión en la que los promotores de la consulta deben lograr el voto del 25% del padrón electoral.

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EC - ¿Cómo trabajarán los impulsores de esta campaña? Estamos conversando del tema con el diputado Pablo Abdala, líder de Corriente de Acción Renovadora, en el Partido Nacional.

¿Algunos comentarios de los oyentes, Romina?

ROMINA ANDRIOLI:
Gaby de Palermo dice: "¿No debería hablarse de tasas para saber si realmente el aborto creció? ¿No estaría subnotificado en España, por ejemplo? Es obvio que al ser ilegal solo se capta la punta del iceberg".

EC - Esto viene a cuento de los números que usted daba de cómo ha ido creciendo la cantidad de abortos, por ejemplo en España, o en Estados Unidos antes, desde el momento en que se legalizó, cómo ha ido creciendo la cantidad de abortos legales.

PA - Son los números que están disponibles. En España, por ejemplo, yo mencionaba el punto de partida, que fue el año 2001, y lo comparaba con la cifra de 2011, pero si uno advierte la secuencia, advertirá también que el crecimiento es progresivo, pueden sacarse tasas o valores porcentuales, pero año tras año hay un crecimiento en números absolutos.

EC - Algunos dicen: "¿Y no será que los números de abortos legales que ahora se conocen en realidad implican una mejora? Porque antes, ¿cuál era la cifra de abortos clandestinos?".

PA - Eso es de difícil –por no decir de imposible– comprobación. El tema es que la clandestinidad ha seguido existiendo. Nuestra solución en particular –porque ahí hay que ir a la ley uruguaya– implica el establecimiento de equipos multidisciplinarios ante los cuales debe comparecer la mujer para entrevistarse con un sociólogo, con un asistente social, con un psicólogo, después una etapa de reflexión de cinco días y después una segunda entrevista. Es decir, prácticamente la mujer hace público su propósito de interrumpir su embarazo, que queda registrado, lo cual en muchos ejemplos del derecho comparado, como Francia, determina que haya una mayor clandestinidad. Lejos está ese instrumento de servir para combatir la clandestinidad, porque seguramente la mujer va a procurar el atajo, va a procurar una salida más rápida y más discreta, que sería simplemente la que se ha seguido hasta ahora en el Uruguay.

EC - Casualmente hoy, en el Radisson Victoria Plaza Hotel, el expresidente Tabaré Vázquez será el expositor principal en un acto en el que se va a presentar un libro a propósito del veto que él interpuso durante su período de gobierno a la primera ley de despenalización del aborto. El libro, que se titula "Veto al aborto. Estudios interdisciplinarios sobre las 15 tesis del presidente Tabaré Vázquez", fue escrito por investigadores y académicos de la Universidad de Montevideo. ¿Usted va a estar en el acto?

PA - Voy a ir, fui invitado y voy a ir porque por supuesto el tema me interesa, por razones obvias.

EC - Vázquez firmó para que haya referéndum.

PA - Efectivamente, firmó él y firmó su señora.

EC - ¿Usted ha hablado con él a propósito de cómo juega esta actividad de hoy en esta campaña que ahora se inicia rumbo al 23 de junio?

PA - No he hablado con él. Es más, con relación a la actitud que adoptó el doctor Vázquez, nosotros en su momento evaluamos cuál era la actitud que de nuestra parte correspondía, con los compañeros y con los colegas que hemos impulsado esta primera etapa, y entendimos que debíamos asumir una actitud de enorme cautela, de enorme respeto. El doctor Vázquez ha tenido un comportamiento absolutamente coherente en este asunto, es tal vez objetivamente el adversario más importante que tiene el PN, pero esto demuestra que aquí no hay cuestión de partidos y no pretendemos, ni nosotros ni nadie, politizar esta discusión. Esto demuestra que estamos ante un asunto que corta transversalmente a la sociedad y al sistema político, y el doctor Vázquez tomó esa actitud, que por cierto valoramos mucho, siempre la juzgamos como muy relevante, por tratarse de una figura representativa y sobre todo representativa de un sector muy importante de la opinión uruguaya, pero hasta allí llega la participación que nos corresponde.

EC - ¿Ustedes van a procurar que el doctor Vázquez se involucre más activamente en la campaña a favor de un referéndum?

PA - No lo vamos a hacer porque nos parece que no corresponde, lo cual no quiere decir que no miremos con mucha expectativa lo que el doctor Vázquez haga con relación a esto, desde luego, en esto no podemos ser hipócritas. La opinión, la actitud y el comportamiento de los principales dirigentes, lo que hizo ayer el doctor Larrañaga, lo que haga hoy o el día que sea el doctor Vázquez o cualquier otro de los líderes partidarios es muy importante. Lo que haga el doctor [Pedro] Bordaberry sin duda también. Tenemos que ir por el camino institucional, creo que no vale pedirle una entrevista a la Mesa Política del FA y después por otro lado intentar determinados efectos o determinadas consecuencias políticas hablando o haciéndole llegar mensajes al doctor Vázquez.

EC - Hay una tensión delicada allí entre Tabaré Vázquez y el FA, porque el programa de gobierno del FA del año 2009 incluye expresamente la postura a favor de la despenalización del aborto, y Tabaré Vázquez es el nombre que probablemente elija el FA como su candidato presidencial para las próximas elecciones.

PA - Eso confirma lo que decíamos antes, que aquí no hay verdades únicas. Nosotros no partimos del supuesto de que quienes estamos en contra de la legalización somos los dueños de la verdad y quienes están a favor están profundamente equivocados. Creemos que están equivocados, pero advertimos que hay argumentos poderosos de los dos lados de la fundamentación, y eso es lo que debe pacificarse y dirimirse –ese es el valor que tiene el referéndum– por este camino que estamos recorriendo.

EC - Usted había requerido una expresión pública del presidente Mujica sobre el tema.

PA - En realidad no habíamos requerido una expresión pública, simplemente nos habíamos notificado de ella, porque en dos oportunidades el presidente Mujica –por no decir en tres– dijo que era partidario de una solución de estas características, de un pronunciamiento de la gente, de una consulta popular, de que esto lo dirimiera la gente votando. Y en una tercera ocasión incluso dijo, casualmente cuando se conoció que el que doctor Vázquez había firmado, algo así como: "Por ahí capaz que yo también firmo". A raíz de eso tomamos la iniciativa de ir a hablar con él, intentamos un contacto por las vías formales de la gente de su entorno, hablamos con el doctor Diego Cánepa [prosecretario de Presidencia], pero nunca se concretó esa reunión. Llegamos a solicitar por escrito una entrevista con el presidente, pero nunca nos contestó. Está en su derecho, vamos a ver qué actitud adopta; ahora tiene la oportunidad de ser coherente con aquellas expresiones que todos compartimos.

EC - Otro protagonista de este debate y de estas campañas de los últimos meses: hay organizaciones que rechazan la despenalización del aborto pero hacen campaña para que no haya referéndum. El argumento central es que el derecho a la vida no puede someterse a consulta popular, para empezar, y que, además, si se hace una consulta popular se corre el riesgo de que la ley quede confirmada y eso vuelva casi imposible en el futuro pensar, por ejemplo, en una derogación o en la impugnación por otras vías, por ejemplo, en un cambio de gobierno. ¿Cómo maneja ese otro rival que se le ha presentado?

PA - En primer lugar, no lo considero un rival. Y en segundo lugar, con toda serenidad y franqueza, no comparto esa posición y esos razonamientos referidos al asunto. Con relación al primer aspecto, se ha dicho normalmente "la vida no se plebiscita", pero es bueno señalar –lo señaló la Iglesia Católica en su comunicado del viernes pasado– que no estamos en el plano de los plebiscitos. Y la disquisición no es menor, en todo caso aquí no estamos introduciendo en la Constitución algún aspecto que roce o afecte en algún sentido el derecho a la vida. Estamos en el plano recursivo, en el plano del recurso que prevé la Constitución, que es el recurso supremo contra las leyes, contra las malas leyes del Poder Legislativo, un recurso del que disponen los ciudadanos. Este argumento fue recogido por la Conferencia Episcopal en su comunicado del viernes pasado y yo lo comparto. Desde ese punto de vista me parece que es una interpretación que no es correcta.

Desde el punto de vista estratégico, ese camino no va a conducir a ningún resultado efectivo. En esto tenemos que aplicar el sentido común, si lo que está en la Constitución para recurrir y para interponer un recurso o para oponernos a una ley que no nos gusta es el referéndum, yo no me amputo esa posibilidad, creo que es el camino que hay que recorrer. Lo otro es especulación: dejemos pasar el referéndum, que venza el plazo para la interposición del recurso y vayamos por una vía que sería esperar que en el próximo período se dieran las mayorías en términos de poder derogar lo que ahora no nos gusta.

EC - Es un hecho que si hay referéndum y la ley queda firme, no la mueve nadie, ya hemos tenido experiencias en esa materia: la Ley de Caducidad. El Frente intentó derogarla en distintas ocasiones y se produjo una gran reacción en contra argumentando que existían pronunciamientos populares que habían confirmado esa norma.

PA - En primer lugar, quienes tenemos concepciones democráticas y republicanas no le tememos a la decisión de las mayorías en ninguna circunstancia. Yo estoy en contra de la legalización del aborto, pero si se agotan todas estas etapas, se desemboca en la realización de una consulta y las mayorías democráticas determinan una cosa que no me gusta, la voy a aceptar pacíficamente. Esa es mi posición.

En segundo lugar, una votación, aunque se trate de un pronunciamiento popular, no es el fin de los tiempos, y si bien, por supuesto, una mayoría que se exprese en determinado sentido desde mi punto de vista no puede ser contradicha por el legislador mediante una eventual derogación legislativa en la próxima legislatura –eso puedo llegar a compartirlo–, tampoco quiere decir esto que no seamos capaces, con el tiempo, de construir un nuevo consenso. Estos temas vinculados con el derecho a la vida o con los derechos humanos y con la legalización del aborto requieren consensos en un sentido o en otro, y un pronunciamiento popular que ahora se exprese en un sentido hipotéticamente puede ser sustituido por un nuevo pronunciamiento popular que pueda llegar a darse en el futuro.

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EC - ¿Algunas de las preguntas de la audiencia para terminar?

RA - Eduardo plantea: "¿Qué posición toma sobre el tema en caso de malformaciones, por ejemplo?".

EC - La pregunta es si la oposición a la despenalización del aborto es algo radical.

PA - No, por supuesto que no. Yo no soy radical en ningún aspecto de mi vida, por lo menos en lo que tiene que ver con definiciones sobre temas que son complejos y admiten y admitirán prueba en contrario. En principio somos contrarios a la legalización del aborto, pero eso no quiere decir que en determinadas situaciones, cuando desde el punto de vista de la proporcionalidad y de la razonabilidad de la solución deba procederse a la interrupción del embarazo, no estemos dispuestos, como todos los que estamos en esta posición, a aceptar excepciones. La legislación hoy ya las prevé, la denostada ley del año 1934 admite la interrupción del embarazo en caso de riesgo de vida para la mujer, en caso de violación y aun en caso de penuria económica; muchas veces lo olvidamos, pero en caso de penuria económica puede llegar a justificarse la despenalización del aborto.

Yo no estoy de acuerdo con la penalización, eso es una opinión personal, separo despenalización de legalización, estoy dispuesto a votar mañana la despenalización del aborto, porque no se trata de que las mujeres vayan presas; y de hecho no van, todos lo sabemos. Pero de ahí a la legalización, aunque no tenga consecuencias penales, en este tema hay un paso muy grande, porque legalizar termina convirtiéndose en la posibilidad de fomentar la práctica. El hacerla legal, desde nuestro punto de vista, genera un efecto multiplicador. Pero establecer excepciones y discutirlas, sí. Creo que hay que reabrir el debate en la medida en que lleguemos al escenario de la derogación de lo que se ha aprobado y a nuestro juicio está dando tan mal resultado.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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