De lleno en la campaña, el ex presidente cuestionó el contenido del debate electoral.

Sanguinetti: "Reclamar reflexión, pedirle a la ciudadanía que piense"

Para el ex presidente, no se está debatiendo los temas de fondo sino la anécdota del día. Pero el país se juega mucho: ratifica el rumbo de los partidos tradicionales y gana el candidato colorado o el blanco, o el país iniciaría un ciclo histórico muy diferente.

(Emitido a las 08.51)

EMILIANO COTELO:
El doctor Julio María Sanguinetti volvió de lleno a la arena política. Desde hace algunas semanas se lo puede ver en primer plano, con la campaña del Foro Batllista (FB) prácticamente "al hombro". Inauguró un espacio editorial en una radio, hace giras por el interior del país, participó en no sé cuántos actos...

Al mismo tiempo, ayer trascendió que aceptaría su postulación al cargo de secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del partido. Además, sus apariciones públicas siguen marcadas por sus declaraciones punzantes contra a izquierda y también alguna polémica con los blancos.

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Vamos a ver cómo está viviendo esta campaña, cuál es la estrategia electoral del FB. Vamos a conversarlo justamente con el doctor Julio María Sanguinetti. Desde la perspectiva que puede tener un periodista se aprecia que en las últimas semanas usted ha cobrado otro protagonismo, otra presencia en la campaña, haciendo una defensa cerrada y mucho más personal de los intereses del Partido Colorado (PC). ¿A qué se debe ese cambio?

JULIO MARÍA SANGUINETTI:
Yo diría que lo asombroso sería que no lo hiciera, ¿no? Si un dirigente colorado no pone todo su empeño en defender su partido, sus ideas, sus convicciones en este momento de la vida del país, sería realmente asombroso. Eso es lo normal y lo natural. Lo hice también con mucha dedicación y mucho entusiasmo cuando la elección interna, donde el FB mostró una mayoría muy fuerte dentro del PC, y lo vengo haciendo hoy. De modo que no obedece sino a los naturales deberes que tenemos todos los ciudadanos dentro de una colectividad, precisamente en una elección en la que uno siente que realmente el país se juega mucho...

EC - Lo que pasa es que el relanzamiento de su actividad, esta participación más activa, se dio justo después de aquellas declaraciones del doctor Jorge Batlle en República Dominicana en las que predijo un resultado muy magro para su partido en las próximas elecciones. ¿Tuvo algo que ver una cosa con la otra?

JMS - No. Son situaciones que se dan; es inevitable que a 60 días de la elección tengamos todos una participación activa. Diría que una cosa no tiene por qué tener relación con la otra. Y también sacaría la palabra "relanzamiento"; yo no he dejado de estar muy activo en el último año y medio. Después de que salí de la Presidencia estuve tres años casi en silencio, como usted bien sabe, poco me veían por acá; después sí lo hice, lo hice con mucha convicción también cuando el referéndum de Ancap; luego lo hicimos en la interna. Hay momentos en los cuales uno está más presente en los medios y otros en los que está menos, pero por el calendario natural. Hoy lo estamos, fundamentalmente porque estamos muy cerca de la elección y, como le decía, siento que el país se juega mucho en el rumbo, en la orientación, sobre todo en eso.

Veo además una campaña en la cual no se está debatiendo los temas de fondo del país realmente, se discute mucho la anécdota del día, nada más; tampoco hubo debates que marcaran esos grandes temas, desgraciadamente. La campaña va transcurriendo en una serie de monólogos dispersos, con una intermediación que hacen los periodistas, justamente, preguntándole a uno sobre lo que dice el otro y así sucesivamente.

EC - En su caso, líder del FB, sector que fue mayoritario en las elecciones internas dentro del PC, ¿cuáles son los argumentos? Su partido tiene hoy una situación complicada en las encuestas, la intención de voto está muy baja, 10-11 por ciento. Entonces, ¿con qué apelaciones está usted trabajando para que la performance del 31 de octubre sea mejor?

JMS - Las apelaciones son muy claras y refieren a la visión del país, a cómo estamos imaginando su futuro. Este país entre 1985 y 1999 creció, y creció sustancialmente: su actividad económica creció 60-70 por ciento y todos los indicadores sociales mejoraron: la pobreza cayó del 46 al 15 por ciento de la población, la mortalidad infantil bajó, la alfabetización creció, etcétera, etcétera; podemos indicar todo eso. Luego el país entró en una situación de estancamiento regional que comenzó con la devaluación brasileña de 1999 y culminó con la catastrófica situación de la crisis financiera, bancaria y política argentina, que se trasladó a Uruguay por la vía de los bancos vinculados a ese país, cuyas situaciones y maniobras condujeron a un fenómeno brusco de caída. Ahí tuvimos realmente lo que se llama una crisis, porque puede haber ciclos expansivos y ciclos más recesivos, pero esto fue una crisis brutal, en ese momento al país prácticamente le cayó 18 por ciento la actividad económica, lo cual es una dosis pocas veces vista.

El hecho es que, sin embargo, desde el segundo semestre de 2003 el país empezó a recuperarse y hoy no hay ninguna duda de que está en curso un muy vigoroso proceso de reactivación, como lo señalan y en lo que coinciden hoy todos los economistas, con apreciaciones y grados diversos, pero todo el mundo reconoce que el país está hoy en un fuerte clima de reactivación.

El tema es: ¿consolidamos esta reactivación o la frustramos? En el momento en que este avión comienza a despegar el vuelo, ¿le torcemos el rumbo o, por el contrario, se lo acentuamos? Nuestra apelación es esa, creemos que el país tiene un gran futuro, que tiene enormes posibilidades en la medida que se defina bien en los temas clave, en esos temas que se discuten poco.

¿De qué depende el país hoy y en los próximos años? Depende en primer lugar de  una inserción internacional adecuada. Esto suele no verse, pero el país vive de la exportación, vive fundamentalmente del mundo exterior. Ahí tenemos el Mercosur, los acuerdos con otras áreas, los convenios de seguridad de inversiones. ¿Acentuamos el Mercosur? ¿Qué hacemos con el Alca? Me parece muy importante mantener un país abierto y un regionalismo abierto, que no nos quedemos encerrados en el Mercosur, sin desconocer la importancia que tiene.

Está dependiendo también del rol de la actividad privada. Creemos que, junto al Estado, la actividad privada es fundamental y tiene que ampliar aún más su espacio. Usted me dirá que eso lo dicen todos; no es verdad que lo dicen todos; o lo dicen y no lo hacen. Con las inversiones pasa lo mismo, el país necesita crecer inevitablemente, y para crecer precisa inversión.

La pobreza, hay que distinguir entre pobreza y marginación o exclusión. La pobreza es un fenómeno eminentemente económico que depende sustantivamente del empleo, y el empleo depende del crecimiento y de la inversión. Nosotros lo vivimos claramente entre 1985 y 1999, por eso mismo la pobreza bajó tan sustancialmente. Usted me dirá que todo el mundo es proclive a la inversión, que todo el mundo habla a favor de la inversión; yo le digo: nosotros hablamos con certeza y con el aval de hechos de la historia reciente que demuestran que lo hicimos. Desgraciadamente la oposición frentista -yo no le llamo de izquierda, porque no creo que lo sea...

EC - ¿Cómo es eso de que no es de izquierda?

JMS - Porque hoy no se puede reducir el mundo a izquierda - derecha en el sentido tradicional. Fíjese que si aplicáramos el sentido tradicional de izquierda, el de Lula sería un gobierno de ultraderecha, si miramos lo económico: tiene un plan más ortodoxo aún que el de Fernando Henrique Cardoso y sin embargo funge como un partido de izquierda porque la historia del PT es la de un partido de izquierda. Pero el gobierno de coalición que encabeza Lula hoy, si lo miramos desde el punto de vista económico, es de ultraderecha, y sin embargo se dice que eso es izquierda. Bueno...

En Uruguay tampoco es posible aplicar fácilmente esas categorizaciones, porque la característica de la izquierda es ser revolucionaria, ser un agente de cambio, y se ha demostrado que el Frente es un sector que no quiere el cambio, que se ha opuesto a todos los cambios.

Ahí estamos en el tema sustancial: cuál es la dirección de los cambios. ese es el punto, no se trata de cambiar por cambiar, ¿cuál es la dirección del cambio? Vuelvo al tema que estaba planteando, la inversión. Nosotros decimos que el país va a depender de las inversiones; del otro lado se dice "Sí, sí, por supuesto, las inversiones"; pero en ese mismo instante se está propiciando una norma constitucional que expropie a las empresas que hoy son concesionarias del servicio de agua potable, caso de Maldonado, o que no son concesionarias, que simplemente actúan; en El Pinar hace 30 o 40 años que hay una empresa de agua porque OSE no tiene monopolio (la gente cree que hay un monopolio pero no lo hay.) Que sean expropiadas, en consecuencia, inversiones extranjeras y nacionales de muchos años. Al mismo tiempo que se han opuesto radicalmente, yo diría desmesuradamente, por ejemplo, a la adjudicación del aeropuerto, a tal punto que los senadores terminaron haciendo recursos ante la Justicia -cosa bastante insólita-. O cuando se planteó la posibilidad de una nueva empresa de celulares, también estuvieron en contra, yo diría extraordinariamente en contra.

Quiere decir que tenemos dos visiones, la de los que realmente creemos que es imprescindible la inversión nacional y extranjera, y la de quienes en teoría dicen que sí, que es importante, pero están pensando sólo en inversiones del Estado, sólo en inversiones de ahorro nacional, que son notoriamente insuficientes. Sólo alguien que crea que el país está altamente capitalizado, que tiene riquezas extraordinarias por algún lado, puede pensar así.

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EC - Entendiendo cuál es el eje de su planteo y su apelación, me gustaría ver por qué cree usted que la gente no está compartiendo este camino, por qué hoy la posibilidad de continuar con la recuperación económica por la vía del PC sólo recoge un 10-11 por ciento...

JMS - Vamos a ver eso de los por ciento, vamos a terminar con esa sacralización de los porcentajes, porque...

EC - ...por qué el Encuentro Progresista está en el orden del 50%...

JMS - ...la elección interna liquidó todo eso. Hay casos clamorosos, la empresa Radar es un caso monumental: nos dio 9 por ciento y sacamos 15, o sea que le erró nada más que por 50 por ciento; dijo que iba a votar el 55 por ciento y votó el 50; a los blancos les dio 31 por ciento y sacaron 41. Y luego salen y cantan victoria, dicen "Acertamos". Erran de un modo espectacular.

EC - ¿Ustedes tienen números que indiquen al PC más del 11-12 por ciento?

JMS - Sí, por supuesto que sí, y hay gente que también los ha dado. Además hay cosas que en las encuestas nadie analiza. ¿Sabe por qué le erran? Por muchas causas. Lo aprendí hace tiempo y se lo explico.

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EC - Yo le preguntaba con qué argumentos hace usted campaña hoy, con qué argumentos reclama el voto para el PC. Usted, en síntesis, sostenía que el país ha iniciado una recuperación económica y que lo que hay que hacer para que se consolide, es mantener el rumbo...

JMS - Y además retomar el impulso que entre 1985 y 1999 le permitió al país crecer.

EC - Ahora: ¿por qué...?

JMS - No es simplemente decir que vamos a seguir tal cual estamos. Sí; en algunas cosas sí, porque sería muy malo torcer el rumbo, por ejemplo de la deuda externa, cuando eso ha estado, a nuestro juicio, muy bien arreglado y le ha permitido al país tener una recuperación del crédito externo que está en la base de ese crecimiento.

Lo que decimos es que hay que retomar aquel impulso, adaptar las políticas a este mundo que ha cambiado y sigue cambiando tanto, y asumir una actitud que lleve realmente al país a recuperar empleo, a poner de nuevo en funcionamiento los programas sociales adecuados, a combatir la pobreza de verdad y a no deslizarnos hacia explicaciones facilistas, oportunistas, que terminan configurando no una orientación de cambio real o de buen cambio y nos desplazan hacia ese mundo vago, populista, que tantas veces en América Latina nos ha condenado. Ese es el punto.

EC - Usted hablaba de las incertidumbres que hay detrás de planteos como los que hace el Encuentro Progresista. ¿Pero qué pasa que hoy la población -lo muestran las encuestas, números más, números menos- se vuelca tan fuertemente hacia la candidatura del doctor Vázquez y al PC lo tiene con una intención de voto tan baja? ¿Cómo examina usted lo que parecería bastante claro que está ocurriendo, que es un descrédito en el PC, una falta de confianza? Para una parte de la población el PC no es tan confiable como ustedes están procurando enfatizar.

JMS - Nosotros estamos defendiendo convicciones y mostrando hechos.

EC - Este período de gobierno mostró zigzagueos, decisiones equivocadas que parecen haber producido sus efectos en la gente.

JMS - Hago dos apreciaciones, ambas a mi juicio significativas. La primera es que, efectivamente, la combinación de la crisis con la percepción que la gente tuvo del gobierno, del presidente o como quiera decirlo, generó naturalmente un debilitamiento del partido de gobierno. Yo no diría descrédito; si usted quiere es el desgaste que se produce ante un fenómeno como ese.

Le pongo en la otra mano esto: en cualquier país del mundo donde haya una caída de 18 por ciento del PBI, o sea del conjunto de la actividad económica, la oposición, sea de derecha, izquierda, centro o de lo que usted quiera, tiene el 60-70 por ciento y no habría dudas de que gana. Sin embargo en Uruguay eso todavía no ha ocurrido y todavía, pese a su favoritismo, hay muchas dudas de que el Frente pueda ganar. Es más: es bastante generalizada la idea, incluso entre gente del propio Frente, de que si no gana en la primera vuelta no ganará en la segunda. ¿Eso por qué? Porque tampoco termina de generar confianza. Si usted quiere, esto significaría que al país le está faltando confianza realmente, credibilidad. Y ese es el problema.

EC - Pero con respecto al factor confianza: por ejemplo, ¿cómo manejan ustedes este argumento que permanentemente se esgrime en contra del PC e incluso del Partido Nacional (PN), desde la izquierda en esta campaña: "En el 99 prometieron que no iban a devaluar y sin embargo el gobierno devaluó" o, mejor dicho, modificó la política cambiaria, soltó el tipo de cambio y lo que ocurrió fue la devaluación que terminó pasando?

JMS - Es un planteo absolutamente parcial, que no tiene ningún valor. No conozco ningún gobierno en la historia de la Humanidad que haya dicho: "Miren, dentro de un año voy a devaluar". Eso no existe.

EC - Pero en la campaña anterior se aseguraba que no habría devaluación.

JMS - Eso no existe, creo que el tema es otro.

EC - Se trataba de llevar tranquilidad a quienes tenían deudas en dólares, por ejemplo.

JMS - Sí, bueno; lo que pasa es que también hay reclamos contradictorios de la sociedad, por un lado hay gente que dice: "No vayan a devaluar porque debo en dólares", y por otro otros dicen: "Hay atraso cambiario, devalúe ya". Si uno oye las voces de las sociedad, puede oír las dos voces contradictorias. En lo que más insiste la oposición es: ¿qué han hecho en estos 20 años de gobierno colorados y blanco? Yo diría que generaron una de las etapas de mayor expansión de la vida del país entre 1985 y 1999; luego sí, tuvimos este período, yo diría este paréntesis. A este gobierno lo ubico como una suerte de paréntesis porque sólo ha debido atender la urgencia, a veces bien, a veces mal, la gente lo puede percibir mal porque es difícil entender ciertas cosas o porque también se ha cometido errores, no digo que no. Yo no he coincidido con muchas cosas de este gobierno pero, como he dicho más de una vez acá mismo, he apoyado claramente aquello en lo que estaba a favor y en lo que he discrepado me he callado porque lo único que le faltaba al país era, además, tener una crisis política de estas características dentro del gobierno.

EC - ¿Qué diferencias implica la propuesta del FB con respecto a lo que se ha visto en este gobierno?

JMS - Este gobierno atendió sólo temas de urgencia, producto de una crisis. No es extrapolable nada, este gobierno no ha podido o, como usted quiera llamarle, afrontar nada que no fuera la emergencia, porque arrancó un día con la aftosa, que fue una emergencia, y terminó con la brutal crisis de 2002, con la caída de los bancos y la quiebra de todo. Esto es un período de emergencia que podemos sacar de la secuencia histórica. Entre 1985 y 2000 tuvimos un período de gran crecimiento y mejoría económica y social del país, de mejoría y bienestar del país; y luego, ahora, un período de recuperación que se insinúa claramente y que nos invita, nos obliga, nos exige tomar un camino hacia el futuro. Ese es el punto, es en ese aspecto que la ciudadanía tiene que orientarse.

El tema no es juzgar a un gobierno que pasó, fue un gobierno de crisis; manejó mejor, manejó peor, déjelo, pero este gobierno se va, no tiene ningún sentido juzgar a un gobierno de crisis después de que pasó la crisis. El tema ahora es elegir el mejor gobierno.

¿Qué ofrecemos nosotros? Ofrecemos la credibilidad de quienes bajamos efectivamente la pobreza a lo largo de 15 años, de quienes efectivamente recogimos inversión, expandimos la exportación del país, abrimos caminos de modernización en la República, caminos de bienestar. En 1985 había 270 mil teléfonos y para conseguir uno había que hablar con tres senadores y esperar dos años; hoy hay 900 a 950 mil teléfonos en las casas y 600 mil celulares. El país creció. Luego nos hundimos en esta situación, que fue básicamente la crisis regional -nadie puede ignorar ese hecho-, y ahora estamos en cuál es el camino que vamos a tomar. Ahí se abren dos visiones distintas.

EC - En el caso del PC, ¿ese camino es una cosa si el Foro tiene el control del partido, y otra si la 15 tiene la mayoría? Quiero decir: esto que va a ocurrir el 31 de octubre es también una elección interna. Hubo una elección interna el 27 de junio, que ya colocó al Foro en una proporción de dos a uno sobre la Lista 15, pero también va a haber una elección interna a los efectos de conformar el Parlamento, qué sector, cuál de ellos pesa más.

JMS - Eso ocurre, pero no es lo sustantivo. Está claro que sí, somos dos tendencias distintas, y está claro dónde han estado los acentos, las diferenciaciones. Nos integramos todos dentro de la misma filosofía, de la misma filosofía liberal, de una filosofía humanista histórica del PC y del batllismo, estamos aprobando el mismo programa que se llama "La revolución del centro", y luego tenemos claramente matices. Primero, de eso que los españoles llaman genéricamente "talantes", que podemos llamar estilos; hay dos gobiernos de Sanguinetti y uno de Batlle, son modos de conducción diferentes. Si usted quiere son opciones personales, pero también son opciones de estilo o modos de conducción.

En segundo lugar también hay acentos en las prioridades. Las prioridades del Foro son conocidas...

EC - ¿Cuáles son?

JMS - En resumen son: retomar vigorosamente el impulso de la reforma educativa que impulsamos en nuestro último período, que para nosotros sigue siendo la clave a mediano plazo del desarrollo del país: si el país no se prepara no tiene futuro en lo que viene. Hoy mismo estábamos leyendo en los diarios -ustedes lo decían- que hay una convocatoria de una empresa india de informática, Tata, a jóvenes capacitados. Ese es el tema, hay grandes oportunidades para el país y para nuestra juventud, en la medida que la formemos para este mundo. Porque si seguimos con la cantinela de que la Universidad no puede fabricar profesionales para el mercado, si seguimos con el alejamiento de la educación de la realidad, no estamos fabricando profesionales para el mercado, desgraciadamente estamos generando profesionales para la frustración y el desempleo.

EC - La reforma educativa es una de las prioridades.

JMS - La reforma educativa, la retomada de los programas de seguridad social, los programas que ahora producirían sin ninguna duda la caída de la pobreza y la exclusión. Esto me parece muy sustancial porque siempre se confunde una cosa con la otra: la pobreza es un fenómeno económico vinculado al crecimiento y el empleo. En la medida que el país recoja inversiones, crezca y genere empleo, el fenómeno pobreza tiende a bajar, como seguramente ya está bajando, lo vamos a ver en las próximas mediciones. El fenómeno de exclusión es mucho más profundo, más que económico es cultural, y por eso para nosotros también es una prioridad, por eso estamos proponiendo que las escuelas de tiempo completo, que hoy son 99 en el país, pasen a 318. Es decir, tripliquemos eso para que en las zonas de hogares carenciados, que es donde están instaladas estas escuelas, podamos realmente desarrollar una transmisión de conocimientos y de hábitos de comportamiento que rompa ese círculo vicioso de la marginación. Lo mismo que el desarrollo de las preescolares, de toda la actividad infantil.

Lo mismo los programas de salud. Nosotros tuvimos una prioridad... cuando todo es prioridad nada es prioridad... En materia de salud tuvimos prioridades claras, fue el tema mortalidad infantil con los programas materno infantiles que dieron espectaculares resultados. Ahora el país ha tenido un pequeño retroceso, no muy grande pero retroceso, entonces hay que retomar y actualizar esos programas porque las situaciones van cambiando.

Nuestra visión está vinculada a una economía cada día más moderna para poder seguir ambientando las políticas sociales que hagan de este país lo que siempre fue. Es la visión batllista del mundo, lo que desde hace en estos días 100 años se está cumpliendo, es lo que caracterizó al batllismo dentro del PC, y para nosotros sigue siendo nuestra identificación y nuestro sello distintivo.

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EC - Hay una reivindicación del batllismo que caracteriza al Foro, eso es lo que usted estaba subrayando.

JMS - Exactamente, por eso se llama "Foro Batllista". Colorados somos todos, por la tradición liberal del partido, por la tradición humanista, por la tradición de legalidad, por la garantía que ha representado siempre el PC, y que sigue representando. Con el PC todo el mundo ha dormido tranquilo, nadie puede pensar que hay inseguridad o que habrá piqueteros o cosas como las que se discuten estos días.

Por otro lado, en la visión económico-social el batllismo significó una configuración de país que sigue siendo válida en la medida que la adaptemos. Y allí viene una de las paradojas del tema que usted planteaba hace un rato. Los viejos partidos, Socialista, Comunista, impugnaron toda la vida al Estado batllista porque lo consideraban liberal burgués, reformista, que realmente no generaba esa sociedad socialista con la cual soñaban o creían que había que desarrollar, aún por la vía revolucionaria en algunos casos. Sin embargo luego, en los últimos años, se han transformado en defensores del statu quo, de que no se cambie nada del Estado batllista, cuando justamente o se lo cambia o desaparece, como todas las instituciones. Es el caso de las empresas del Estado, nosotros defendimos, defendemos las asociaciones, creemos que las empresas del Estado que creó el batllismo siguen teniendo un rol en el país, pero asociadas y en competencia. No creemos en el mundo de los monopolios que terminan castigando a la producción, generando costos elevados que dificultan la exportación y en definitiva dañan la capacidad de empleo que precisamos.

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EC - Quiero consultarlo sobre dos o tres cosas a propósito de su futuro personal y político. En primer lugar, usted está encabezando la lista al Senado del FB ...

JMS - Efectivamente.

EC - Y ¿va a ser senador, se dispone a asumir como senador?

JMS - Me dispongo, me dispongo a ello.

EC - Digo, porque cuando un dirigente ha tenido la trayectoria que usted ya tiene, y llega a determinada edad, más bien uno piensa que... no digo que se va a retirar, pero que va a manejar la política con un poco más de distancia. Involucrarse directamente en la actividad parlamentaria, estar en los debates... Parece difícil imaginárselo ahí.

JMS - Vamos a ver, vamos a ver. Es más por la trayectoria que por la edad, porque acá parece que los únicos viejos somos los ex presidentes. Fíjese que el doctor Lacalle, por ejemplo, es menor que el doctor Vázquez. Yo tengo 68, Lacalle tiene 63 y Vázquez tiene 64, o sea que somos exactamente de la misma generación, si hablamos de edad. Si hablamos de trayectoria, bueno... la vida a mí me ha deparado el honor y la responsabilidad de ser dos veces presidente a una edad relativamente joven.

EC - Justamente, después de dos presidencias, ¿el Parlamento le entusiasma?

JMS - No es que me entusiasme el Parlamento en sí, me obligan la convicción, el deber que siento para con mi partido y para con el país porque, como decíamos hace un rato, Uruguay puede tomar un rumbo equivocado. Todos los días hablamos de cambio, cambio, cambio... ¿pero cambio hacia dónde? Estamos en Montevideo, ¿agarramos para Colonia o para el Chuy? Ese es el punto, ¿nos vamos derecho...?

EC - Supongamos que gana el Encuentro Progresista - Frente Amplio, que el presidente es el doctor Vázquez; ¿qué papel juega usted en el Senado?

JMS - No, yo no me ubico en esas hipótesis, cada cosa estará en su tiempo y en su debido momento. Yo trato de difundir ideas, reclamar reflexión, pedirle a la ciudadanía que piense. Hoy les estamos pidiendo a los colorados que voten colorado y no se enreden con ese tema del balotaje, que si hay balotaje, como esperamos, será en noviembre. Trato de hacer reflexionar, de hacer pensar porque, como digo, podemos tomar un rumbo equivocado; estamos en Montevideo, podemos agarrar para Colonia o para el Chuy. ¿Agarramos para la América Latina profunda, populista, contra el Fondo Monetario (FMI), contra la globalización, contra las concesiones, contra esto, contra lo otro? ¿O agarramos el camino de Chile, que es el único al que le va más o menos bien en América Latina? Ese es el punto, cuál es el rumbo.

EC - Y a propósito, ¿a quiénes se dirige usted especialmente? Recién dijo al pasar: "Les estamos pidiendo a los colorados que voten colorado"; ahí está una parte...

JMS - En primer lugar, naturalmente, nos estamos dirigiendo a los colorados y a los batllistas porque, es natural, después de un proceso como el que comentábamos hace un rato... El PC sacó 32 por ciento en la última elección; pueden no ser todos colorados, pero la gran mayoría lo es; algunos pueden estar, como decimos, decepcionados, confundidos o desinformados, porque en el país desgraciadamente hay una catarata de datos o noticias y a veces una subinformación real y efectiva, y no por culpa de los periodistas sino por una responsabilidad colectiva de la cual todos debemos tener algo.

EC - Entonces por un lado a los colorados que puedan estar tentados de votar ahora a Larrañaga para laudar el pleito con Vázquez...

JMS - Porque a veces hay esa confusión...

EC - ¿A quién más le está hablando?

JMS - Le estamos hablando a la ciudadanía en general. Yo no estoy hablando en términos de marketing, de target, como dicen los publicitarios. Uno expone una idea, una concepción del país, del mundo. Yo digo que Uruguay no puede perderse en este comienzo de siglo: así como hace un siglo tomó un camino, hace hoy 100 años tomó un camino que le significó 50 años brillantes, de crecimiento y prosperidad, luego se produjo un cierto agotamiento y entramos en aquella crisis del 60 al 80 que nos hundió, luego salimos hacia la democracia en el 85 y salimos bien, salimos en paz, comenzamos a crecer de nuevo del 85 al 99, luego vino esta crisis y ahora retomamos aquel impulso, nos adaptamos al tiempo que hoy está. Mire qué distinto es hoy el mundo de lo que era hasta hace muy poco tiempo. O nos adaptamos a ese mundo o simplemente vamos a retroceder y nos pasará como en el fútbol, en que cada vez estamos más lejos de los grandes.

EC - Yo decía que quería preguntarle sobre su futuro político y personal; además de si va a ser parlamentario o no, está la otra pregunta: ¿qué rol va a jugar en el partido? Porque en estos días se ha confirmado que usted efectivamente acepta ser el secretario general del CEN.

JMS - Yo no hago futurología, no me gusta hacerla en política; siempre he tenido esa característica. Además creo que la vida es cambiante, es dinámica, la política es dinámica y la vida también.

EC - Pero usted no ocupaba ningún cargo en la dirección del partido desde 1984, a la salida de la dictadura.

JMS - Fui secretario general del partido cuando la elección interna de 1982, cuando se produjo un cambio sustancial en la dirección; en aquellos años la mayoría, hasta ese momento, había sido el pachequismo, y ahí el sector batllista retomó la mayoría del partido. Incluso en estos años yo salí electo senador y no ocupé ningún cargo, estuve simplemente en mi rol de ciudadano, sin embargo activo siempre dentro de la vida del partido, cumpliendo un rol. Ahora las situaciones, algunas queridas, otras no, porque uno en la vida política no siempre está aceptando las soluciones que le gusten. Por ejemplo, es notorio que yo no era partidario de ir a la interna con una fórmula única, quería competencia, pero las cosas se dieron de otra manera y hay que asumirlas como son. Del mismo modo, ahí quedé comprometido con mis compañeros y mi grupo a encabezar la lista parlamentaria, y lo estoy haciendo con toda convicción y responsabilidad. Y del mismo modo estoy dispuesto a jugar un rol dentro del partido. ¿Cuál es ese rol? Tratar de conducir al partido hacia una nueva etapa. Estamos en un nuevo siglo, en un nuevo tiempo y habrá una nueva realidad política, es evidente que habrá una nueva realidad política.

EC - ¿Qué diferencias imagina en un PC que lo tenga a usted como secretario general?

JMS - ¿Cómo qué diferencias?

EC - Con respecto al PC que ha venido operando en estos años...

JMS - Yo diría que no es el tema del PC, es el tema del país y del mundo. Acá habrá un ciclo inevitablemente distinto. Imagínese que si el país hoy ratifica el rumbo de los partidos tradicionales y gana el candidato colorado o el blanco; eso produce un cambio cualitativo pues, a mi juicio, alejará la expectativa o las posibilidades de una oposición desafiante que ha estado muy cerca en los últimos años. Como pasó en Italia, que durante muchos años el comunismo estuvo muy cerca pero nunca terminó de llegar. A la inversa, si ocurriera lo opuesto, creo que el país iniciaría una experiencia muy distinta, un ciclo histórico muy diferente. Quiere decir que lo que cambia es la realidad, y en función de esa realidad uno, político, tiene que adaptarse para defender la imagen del país. Estoy convencido de eso, de que este país tiene para seguir siendo el Uruguay que fue para seguir teniendo su tejido social, para seguir siendo un país de clases medias, como fue siempre, porque acá nos hemos olvidado de hablar de las clases medias, que han sido, son y siguen siendo la base de este país. Porque por más que la pobreza ha crecido, en esa pobreza hay gente que es mental, culturalmente de clase media, lo que le falta hoy son medios para poder tener los consumos históricos de las clases medias, y eso es alcanzable a poco de que al país lo pongamos a trabajar en este mundo. No imaginarnos que el mundo es distinto, pelearnos con la globalización, un día decirle que sí al FMI y al otro día que no, hablar bien de las concesiones o hablar mal, pensar que es una buena solución legal expropiar empresas que están trabajando... Ese tipo de cosas.

EC - Nos queda para otro día profundizar en eso, en el sello que puede llegar a tener su gestión como secretario general del partido, qué partido distinto puede haber, desde el momento...

JMS - Un partido con la visión de este tiempo que nos ha tocado vivir. Y le digo: soy bastante modesto en relación al futuro. El siglo XX nos ha enseñado, sobre todo el final del siglo XX, que hay que ser modesto en pronósticos. El tema es que hoy ya hay un mundo caracterizado por la sociedad de la información, por la biotecnología, por la Internet, por todo esto que es el mundo de hoy. El de mañana vaya a saber cuál es. Ya hoy estamos asistiendo a un cambio muy fuerte en un mundo armado sobre la base del petróleo, y toda esta crisis también está vinculada a un petróleo al cual se le ve más o menos el fin. En Uruguay no hemos discutido cómo viene este futuro. Mire qué temas sustantivos tenemos allí.

Ese es el tema, un partido al servicio de la idea de un país moderno, de un país actualizado, que precisa una economía insertada en el mundo para poder tener una red de protección social que ampare, desarrolle y garantice a las vastas clases medias que fuimos siempre y que tenemos que seguir siendo.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
Fotos: Caterina Notargiovanni