Javier García (PN): "La unidad partidaria es un valor estratégico, nadie confía un gobierno a un partido dividido"
El diputado Javier García, que el año pasado dejó Alianza Nacional (AN) y se alineó con Luis Lacalle Pou, participará a fines de junio en la presentación del movimiento "Todos", que aglutina a los sectores herreristas y no herreristas que respaldan la candidatura de Lacalle Pou a las próximas elecciones. En diálogo con En Perspectiva, García indicó que dejó AN "para impulsar un fortísimo proceso de renovación" en el Partido Nacional (PN), en lo generacional pero también en los "estilos de acción política". Según adelantó, la agrupación Todos tendrá una estructura "muy horizontal" en virtud de que "no es un tiempo de caudillismos, sino de trabajo en equipo". Señaló que de cara a las próximas elecciones el PN necesita "la más férrea de las unidades" porque "nadie confía un gobierno a un partido que está dividido". Para alcanzarla, aseguró que es necesario valerse de aportes de las dos "grandes columnas" que "sirvieron de frontera en el pasado", el wilsonismo y el herrerismo.
(emitido a las 8.49 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Fue el primero de una serie de "pases" fuertes que se han dado en la interna del Partido Nacional (PN) en los últimos meses. Javier García, uno de los diputados blancos más conocidos, anunció a fines de 2012 que se desvinculaba de Jorge Larrañaga. Y dos meses después se alineó con Luis Lacalle Pou, que luego terminaría siendo el precandidato presidencial del herrerismo.
García había tenido diferencias importantes con el líder de Alianza Nacional (AN), por ejemplo con respecto a la propuesta de bajar la edad de imputabilidad. El acuerdo con Lacalle Pou y Aire Fresco se basó en la necesidad de "renovación" del partido y de "mirar hacia delante".
¿Qué pasó? ¿Cuáles son los motivos detrás de este nuevo posicionamiento político?
Vamos a conversarlo con el diputado Javier García.
Usted dejó AN hace ya seis meses. Sin embargo, todavía no dio mayores explicaciones sobre las razones de esa decisión. ¿Ahora sí puede hablar? ¿Qué pasó?
JAVIER GARCÍA:
A mí más que los porqués, que en buena medida son hablar del pasado, me interesan los para qué, que son hablar del futuro, de mirar hacia delante.
EC - Está bien, pero la pregunta quedó picando: ¿por qué usted, que llevaba dos legislaturas con AN, dejó ese movimiento?
JG - Primero le contesto los para qué. No voy a rehuir la pregunta, pero lo que más me interesa es la mirada hacia delante. ¿Para qué? Para impulsar un fortísimo proceso de renovación política en el PN, del cual estoy convencido. Yo me formé en la vida política al lado de quien es y será mi maestro político de por vida, que fue Wilson Ferreira, y si algo aprendí, de las cosas que pude aprender o que tuve la capacidad de aprender, es que en la vida política no se debe andar especulando, que uno tiene que jugarse por sus ideas y por sus convicciones. Y mis ideas y mis convicciones, las ideas de mis compañeros de la Lista 40, del Espacio 40 a nivel nacional, nuestras convicciones son que es absolutamente imprescindible impulsar un proceso de renovación generacional, de renovación de estilos de acción política, de liderazgos colectivos, de liderazgos en equipo.
Creo que se acabó, a nivel general de la sociedad, el tiempo de los liderazgos individuales, porque la sociedad es muy compleja, el mundo es muy complejo. Solo un dato: en cinco años, en el período que dura un gobierno, el conocimiento en el mundo se duplica. Cuando empieza un gobierno se sabe equis, cuando termina ese gobierno se sabe el doble de lo que se sabía cuando comenzó, en el mundo entero. Entonces es imposible que un dirigente político tenga la respuesta para todos los desafíos que enfrente, y por lo tanto en la actividad política deben empezar a surgir los liderazgos inclusivos, los liderazgos en equipo.
Y también por una fuerte renovación política y generacional. En los discursos de campaña es habitual hablar de la renovación, pero la renovación no se hace sola. En los años 85, 86 yo tenía menos años y mucho más pelo, recuerdo que en un día de mucho calor en Ansina va Wilson, estábamos todos los integrantes de la Juventud de Por la Patria y hacíamos lo que los jóvenes políticos tienen que hacer, que es criticar a los dirigentes ojalá que siempre sea así. Decíamos "los dirigentes nos taponean, no nos dejan crecer", y Wilson usó una figura notable, dijo: "Yo voy a aflojar el pestillo de la puerta, pero la puerta la patean ustedes". Es decir, si la revolución no se empuja no viene sola, porque es muy difícil que los estamentos cedan lugares.
Pero al mismo tiempo hay que llevar una fuerte renovación a los discursos y las ideas políticas, hay que recobrar la centralidad de las ideas. Esta no va a ser una elección interna de caudillos, va a ser una elección interna de ideas; esperemos tener las mejores, las más comprendidas o las más adecuadas, pero queremos centrarnos allí.
EC - ¿Por qué esas inquietudes no tenían espacio en AN? Ahí llegamos al punto.
JG - Dije que iba a decir los para qué y no iba a rehuir los porqués, porque aparte no son fruto de un espasmo mañanero, son fruto de un proceso, que fue público, usted acaba de recobrar algunos de ellos de la prensa, seguramente de sus archivos. El 20 de octubre del año pasado la Lista 40 sacó una declaración en la que planteaba dos puntos. Por un lado, la necesidad de un acuerdo en Montevideo para mejorar Montevideo, con la posibilidad de crear un lema que cobijara a todos aquellos que quieren un mejor Montevideo. En ese momento recibimos fuertes críticas, pero tengo una gran alegría: aquella idea que fue criticada el 20 de octubre del año pasado hace un mes fue aceptada, quiere decir que tan mala no era. Y el otro punto fue el que usted señalaba, la imputabilidad, nosotros creemos que es adecuado, que está bien que se recobre una discusión acerca de los derechos y las responsabilidades a partir de los 16 años, entre otras cosas bajar la edad de imputabilidad.
EC - Esos fueron los dos grandes puntos de discrepancia con el liderazgo de Jorge Larrañaga en el final de su convivencia en AN.
JG - Claro, pero aquí no hay cuestiones de señalamientos personales, tengo el mayor de los afectos personales y de los respetos por Jorge, entre las cosas que me parece que hay que transitar en la vida política es tener una relación política en la que uno pueda tener un debate de ideas y eso no afecte las relaciones personales. Tengo un reconocimiento muy particular, pero me parece que también tenemos el derecho de jugarnos por nuestras convicciones y decir: en estos momentos, mirando hacia delante, lo que hace falta es la renovación política en el PN. Estoy convencido.
EC - ¿Entonces Larrañaga no asegura renovación?
JG - Déjeme hablar en positivo, de lo que yo creo y no en virtud de los demás. Me gusta hacer actividad política en virtud de mis ideas y no de golpear las ideas de los demás, no me siento cómodo en eso, me siento cómodo hablando de las propias. Y creo que en el camino de esta suma de esfuerzos que hicimos con Luis se va a consolidar un proceso interesantísimo de renovación política. En definitiva, si todo transcurre como yo creo, a partir del año que viene, después de las internas ,vamos a tener un debate generacional muy importante en el país, que otros países del mundo desarrollado han resuelto en forma casi silenciosa. Ese debate será sobre si el Uruguay necesita un liderazgo político de una generación que hasta ahora no ha hecho irrupción, la generación de los 40, o si va a tener un liderazgo político de 75 años. Esto no quiere decir que se hable solo de cédulas de identidad...
EC - Usted está aludiendo a un escenario en el que Luis Lacalle Pou gana la interna del PN y es el candidato del PN a la Presidencia y compite con Tabaré Vázquez, que se perfila como el candidato del Frente Amplio (FA).
JG - Exactamente, interpretó bien, es lo que quería decir.
EC - De eso estaba hablando, de un escenario en el que compite un candidato de 40 con uno de 75.
JG - Exactamente. Pero usted me sabrá disculpar, no me siento cómodo hablando en virtud de los demás, nunca lo hice en la vida del partido y no lo pienso hacer, prefiero hacerlo en virtud de lo que creemos positivo. En ese proceso de renovación generacional también viene un proceso de renovación y una discusión de ideas en el país.
EC - ¿Cómo es esto de las ideas? Su carrera, como usted mismo recordaba recién, ha estado siempre identificada con el wilsonismo.
JG - Y está identificada, absolutamente.
EC - Entonces, ¿cómo juega ese factor cuando usted resuelve apoyar a Lacalle Pou, que viene del herrerismo y que poco después de que usted lo apoyara y consolidara la alianza con él termina siendo elegido como el precandidato presidencial del herrerismo?
JG - Pero mire si nuestra decisión estará basada en convicciones que cuando tomamos la decisión con nuestros compañeros Luis no era ni precandidato, había alguna encuesta que lo marcaba con el 3%. Fíjese si lo nuestro no será por cálculo. Hoy supera el 30%, en la última encuesta de que disponemos está en el 32%. Con eso quería demostrarle que ha sido una cosa por convicciones.
EC - Pero lo cierto es que usted tiene esa matriz wilsonista totalmente nítida, y Lacalle Pou viene de la matriz herrerista.
JG - Esa es la clave de esta suma de esfuerzos. Primero, porque no creo en las etiquetas, usted cree en lo que cree, yo creo en lo que creo, Romina cree en lo que ella cree, y no por eso nos vamos a poner una caravana como si fuéramos ganado, a la gente no se la caravanea. El bagaje intelectual, las ideas de cada uno son parte de cada uno, mi ADN es el de toda la vida, el wilsonismo. Si transcurriéramos en la vida política en virtud de marcar a la gente con una etiqueta nos equivocaríamos muchísimo, en buena medida estos bagajes tienen que ser parte de una suma de esfuerzos. En el PN hay dos grandes columnas, históricamente las hubo, la columna wilsonista y la herrerista. Esas columnas en buena medida sirvieron de frontera en el pasado, dividieron, con sus luces y sus sombras cada una, pero nos dividían, nos separaban. Creemos que hay que utilizar esas columnas, esos aportes diferentes de cada uno para unir el partido. Luis tiene su obvio origen herrerista, yo tengo mi notorio origen wilsonista: tomemos lo mejor de los dos aportes para proyectarnos hacia delante.
Pero aparte tenemos que hay más de una generación que no había nacido en vida de Herrera y una generación entera que no había nacido cuando murió Wilson. ¿Qué agregaríamos nosotros si transcurriéramos en nuestro discurso en virtud de consignas que una generación entera no conoce? Hay un mundo de blancos y de blancas que no conocieron a Wilson ni a Herrera que nos están pidiendo "dennos respuestas, no me vengan con una consigna, con una etiqueta". No es revoleando el poncho de Aparicio Saravia que se va a conquistar o ilusionar en la vida política.
EC - Usted hablaba recién de las dos grandes corrientes en las que ha estado dividido el PN en los últimos años. También es cierto que esas dos grandes corrientes se comunican, que tienen movimientos en un sentido y en el otro. Los estamos viendo ahora, pero los ha habido en el pasado, si miro cinco años para atrás recuerdo la conformación de Unidad Nacional (UNA), en ese caso el candidato presidencial que se perfilaba era Luis Alberto Lacalle, que hace un acuerdo con la Correntada Wilsonista, de Francisco Gallinal, y señala: "Este movimiento que estamos armando es más que el herrerismo, es otra cosa, es Unidad Nacional, y también vendrán desde otros sectores, de otros grupos, otras tonalidades". Entonces, ¿qué diferencia hay entre aquello, la UNA de hace cinco años, y esto que se está conformando ahora, que se va a llamar Todos?
JG - Le doy una primicia: el próximo martes 25 de junio presentaremos públicamente a la militancia, a los ciudadanos y a los medios de comunicación el nuevo grupo Todos.
EC - ¿Y qué es?, porque no es herrerismo ni wilsonismo. Pero además, ¿cómo se diferencia del antecedente de cinco años atrás de UNA?
JG - Entre otras cosas, muchos de los protagonistas son absolutamente diferentes, eso es algo que nos diferencia, los protagonistas somos diferentes, quienes estamos en esta tarea somos diferentes. Y seguramente en los próximos días, semanas, va a haber más protagonistas que tampoco estaban en aquel proyecto. Porque son diferentes las circunstancias, porque en este proceso de renovación, si somos coherentes con lo que decíamos hace unos minutos, también tenemos que impulsar la nueva dinámica política en este nuevo grupo político. Las personas que usted mencionó no están en el protagonismo. Entonces vamos a tomar lo mejor de los aportes de cada uno.
EC - Allí alude a Gallinal, todo indica que el senador Francisco Gallinal esta vez estaría del lado de Jorge Larrañaga, es una posibilidad.
JG - Somos diferentes y así nos vamos a presentar. Repito, va a haber dirigentes políticos, mujeres y hombres, que no estaban en aquel proyecto, en las próximas semanas se va a conocer eso. Y le decía que también habrá una nueva agenda política. Estos días quiero usarlos para graficar claramente cómo hay un nuevo concepto político, una nueva agenda política que es necesario debatir; y debatir no quiere decir agredirse, sino simplemente poner arriba de la mesa para analizar.
En esta suma de esfuerzos que hicimos con Luis y que creo que Luis interpreta muy bien, aparte de los estilos, hay una centralidad de las ideas. Por ejemplo, el redescubrir la centralidad del ser humano, de la persona, por encima de lo que significa el Estado. Días atrás hubo un discurso que fue muy comentado, pero que tiene mucho de concepto ideológico de fondo. Me refiero a la crítica que hizo un dirigente del PIT-CNT a Techo (Un techo para mi país). ¿La crítica es fruto de un malestar momentáneo? No, revela un concepto ideológico, revela que hay gente que piensa que lo único que tiene importancia, que vale, es aquello que surge del Estado, y niega la creatividad individual, niega incluso a la sociedad organizada en forma de organizaciones de la sociedad civil o en forma individual. Nosotros creemos muy fuertemente en la centralidad del individuo.
Agrego un segundo tema. Hay que poner arriba de la mesa el tema de los derechos y los deberes que tenemos los dirigentes políticos. No puede ser que los dirigentes políticos, sobre todo quienes tienen más responsabilidad, transcurran por la vida política pensando que solo tienen derechos y que no tienen responsabilidades. Voy a usar un ejemplo de pocos días atrás que revela claramente que hay dirigentes políticos que creen que pueden transcurrir solo con derechos y que no ponen en juego sus responsabilidades: lo que está pasando con el Ministerio del Interior.
EC - ¿A qué dirigente está aludiendo?
JG - Al ministro del Interior [Eduardo Bonomi]. Lo voy a usar como ejemplo porque habla a las claras de lo que son los derechos y las responsabilidades. Hubo un episodio en la seccional 14 en el que un vecino llama, pide un móvil, se le dice que no hay móvil, y todo eso termina en que el ministro del Interior destituye al comisario de la 14, y después vienen otra serie de cambios. El ministro del Interior destituye al comisario de la 14, sin embargo durante su mandato el Uruguay tiene el récord histórico de rapiñas y de homicidios y él sigue atornillado al cargo. O sea, tiene autoridad para destituir a un subalterno, pero no asume la responsabilidad de no saber conducir el Ministerio del Interior. Es decir, ejerce sus derechos pero no asume sus responsabilidades. Nos parece que en esta nueva forma de ejercicio político, de renovación de la actividad política, hay que poner en juego la centralidad del individuo, los derechos y las responsabilidades de los dirigentes políticos, hay que tener un cambio en la mirada que se tiene sobre la actividad política, que antes que nada es una actividad de servicio.
EC - Por ejemplo, en el caso de la responsabilidad del ministro o de los dirigentes políticos y los gobernantes, un valor que usted enfatizaba recién, ¿cuáles serían las consecuencias prácticas? Supongamos que Luis Lacalle Pou es presidente de la República, ¿qué va a implicar esa filosofía a la hora de su relación con los jerarcas?
JG - Los dirigentes políticos y quienes ejercemos cargos de responsabilidad antes que nada ejercemos una actividad de servicio que está sujeta a rendición de cuentas. Y como yo aprendí del doctor José Claudio Williman cuando trabajé con él en la Facultad de Ciencias Sociales, se delega el mando pero nunca la responsabilidad. Los dirigentes políticos deben evaluarse permanentemente. En la vida del Uruguay, en la vida social, permanentemente en la actividad privada hay evaluaciones de gestión, sin embargo en la actividad pública no se evalúa la gestión. A los ministros, a los responsables políticos no se los debe evaluar por su discurso ni por sus explicaciones, sino por sus resultados. Y aquel que no tiene resultados acordes con las capacidades y los insumos que tiene para trabajar tiene que dar un paso al costado.
EC - ¿Usted dice que esto ocurriría durante un gobierno encabezado por Lacalle Pou con frecuencia, cada un año, cada dos años?
JG - No, digo que los dirigentes políticos tenemos que estar sujetos a nuestros resultados, así como en la vida privada, en la vida en comunidad, en sociedad, se evalúa el trabajo de las personas y cuando no dan la talla tienen que dejarle el lugar a otro, en la actividad política, en la actividad institucional también. No debería correr más aquello de los dirigentes políticos que delegan su responsabilidad, que nunca la asumen y que viven atornillados a sus cargos. Debe transitarse por una actividad de evaluación permanente de gestión, de eficacia y de eficiencia en la gestión pública. Si no, transformamos y deterioramos la actividad política.
***
EC - Fue un sacudón fuerte en la interna del PN: a fines del año pasado el diputado Javier García dejó AN y poco después se alineó con Luis Lacalle Pou.
Con él estamos conversando esta mañana. Tiene 49 años, es médico pediatra, lidera el Espacio 40 del PN, fue diputado por Montevideo en distintas ocasiones, en 1995 elegido por Propuesta Nacional, que encabezaba Álvaro Ramos, y en 2004 y en 2009 con AN, junto con Larrañaga; también fue el candidato único del PN a la Intendencia de Montevideo en mayo de 2005.
***
EC - ¿Preguntas de los oyentes, Romina?
ROMINA ANDRIOLI:
A propósito de lo que decía en el bloque anterior del ministro Bonomi, dice Roberto: "García no sabe la mafia que hay en la Policía, es muy difícil cambiar cualquier cosa".
EC - La pregunta sería si efectivamente tiene que caer el ministro o si hay que dejarlo para que continúe limpiando y ordenando la Policía.
JG - Como decía hace unos minutos, los jerarcas, cualquiera sea, deben evaluarse por los resultados y no por las explicaciones que dan. Cuando un gobierno tiene, como tiene este gobierno, dos instrumentos que son claves en la gestión política, como son la mayoría parlamentaria en las dos cámaras el FA tiene lo que cualquier gobierno quisiera tener: la capacidad de tener el instrumento legal que quiera cuando quiera y el volumen de recursos íntegro que solicitó, uno a los jerarcas debe pedirles resultados. Porque no es lo mismo la gestión de cualquier jerarca en un país en crisis, donde no están los recursos, o de un jerarca que tiene que pelear con la oposición para conseguir una ley, que la de un ministro que tiene mayorías parlamentarias que lo respaldan y todos los recursos que solicitó.
Uno debe evaluar en virtud de eso, y en verdad lo que uno ve del ministro Bonomi es que se pasa dando explicaciones pero los resultados no aparecen. Reitero: no me sirven las explicaciones. En el caso de Montevideo he visto no sé cuántas reformas de la Policía, entonces uno se debe preguntar: ¿quiénes fallan?
EC - A propósito, ¿cómo va a ser, en usted o en los integrantes de este movimiento formado en torno Luis Lacalle Pou, la actitud en la oposición? Se lo pregunto porque hace pocos días la diputada Ana Lía Piñeyrúa, de origen wilsonista como usted, decidió salir de UNA, pero además le retiró el apoyo a la precandidatura de Luis Lacalle Pou. Y cuando explicó su decisión, dijo:
"Los que votaron al PN no tienen perfil para votar al FA, por lo tanto nosotros tenemos que representar a esa gente, que nos votó con la esperanza de ganar, y de no ganar, armar una fuerte oposición marcando las acciones y las omisiones del gobierno, que cada día son más, sin cortar el diálogo. Esa no es la estrategia que ha resuelto el candidato [Lacalle Pou] de cara a las elecciones, entonces yo tengo esa diferencia, que en mi caso me ha llevado a adoptar esta decisión".
¿Qué dice usted?
JG - Primera cosa, usted decía cuál va a ser la actitud en la oposición, yo esperaba que me preguntara cuál va a ser la actitud en el gobierno.
EC - Pero de aquí a las elecciones o a marzo de 2015 todavía hay tiempo, ¿no?
JG - Ah, yo pensaba que era del 2015 en adelante. Si me pregunta cuál es la actitud de aquí a la asunción del próximo gobierno, la que hemos tenido siempre. Está claro que soy una persona frontal en la actividad política y que he ejercido el papel que creo que es fundamental ejercer en la oposición, porque la calidad institucional de una democracia no pasa solo por un gobierno, pasa por un buen gobierno y una buena oposición. Esto no es una frase propia, lo decía Felipe González en España.
EC - Justamente, usted en distintos momentos y lo acaba de demostrar en el análisis de la gestión del Ministerio del Interior ha tenido una actitud de criticar de manera dura determinadas decisiones, determinadas políticas del gobierno. ¿Eso estará matizado de ahora en adelante por algún tipo de directrices de Luis Lacalle Pou? ¿Por qué Ana Lía Piñeyrúa dice eso?
JG - En todo caso, las decisiones que tomé en el pasado fueron también por una relación que no consideraba buena del PN con el presidente Mujica.
EC - Por ejemplo, en el tema seguridad pública para usted AN no tenía la dureza que entendía que tenía que tener.
JG - No es un tema de dureza, es un tema de ejercicio de la responsabilidad que dio la gente. Cuando la gente vota, vota dos cosas en un solo voto: vota quién quiere que sea gobierno, y si ese voto no logra que alguien sea gobierno va a ser oposición, está votando a la oposición. En Uruguay hay un gobierno que tiene un poco más de 50% y hay una mitad un poquitito más chica que no comparte el gobierno del FA. A nosotros nos votaron para ser oposición, ¿eso qué quiere decir? ¿Quiere decir andar con un palo en la rueda todos los días? Quiere decir que hay que representar ideas diferentes, con el mismo tono de voz, sin agravio alguno. Habrá visto que nosotros transcurrimos por la vida política sin utilizar agravios, porque el agravio es de los débiles, no del que tiene conceptos. Nosotros queremos conceptos. Transcurrir en la vida política en la oposición quiere decir defender ideas que son diferentes. Nuestra opinión con respecto a cómo debe conducirse el PN en la oposición es que debe representar a la mitad del país que no votó al gobierno.
Si me pregunta en lo personal, habrá visto que hemos nutrido la actividad política de proyectos de ley. La vacuna del HVP, fíjese si habrá sido una actitud de oposición; no, fue una actitud de contribución al país, no al gobierno, al país, para que haya un mejor instrumento para combatir un mal. O el tema de los alimentos saludables, por mencionar solo los dos últimos. ¿Eso me hace oficialista? No, me hace ejercer la oposición con una actitud diferente. ¿Cuál es la diferencia? Ser crítico de aquellas cosas que la mitad del país no comparte, pero al mismo tiempo contribuir para que se hagan cosas.
EC - ¿Y de dónde viene esta visión que tiene Ana Lía Piñeyrúa de cómo va a ser la actitud de la gente de Lacalle Pou frente al Gobierno?
JG - Yo me corro de la silla, usted invita a la doctora Piñeyrúa y le contesta ella.
EC - Pero ¿a qué decisiones o a qué toma de posición puede estar aludiendo? ¿Qué es lo que ustedes han discutido?
JG - Sinceramente, no sé a qué responde esa afirmación. Déjelo por ahí, si algo me interesa es el período hasta el 1º de junio, pero mucho más nos interesa el 2 de junio de 2014, que es el día de la interna. Porque si sabemos cuidar el período que transcurre de aquí al 1º de junio de 2014 para tener la más importante, la más férrea de las unidades, el 2 de junio todo el PN va a estar encolumnado detrás del candidato que haya sido elegido. Entonces es muy importante cuidar este trecho.
EC - Cuidar la interna, cuidar el clima interno.
JG - La unidad partidaria es un valor estratégico, nadie confía un gobierno a un partido que está dividido.
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EC - ¿Algunas preguntas más para el diputado Javier García?
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RA - Cecilia del Cordón pregunta: "¿Cuál es el papel y la función de la juventud dentro del Espacio 40? Creo que también por ahí va la renovación".
JG - El otro día, hace dos sábados, me junté a tomar unos mates con los muchachos en un capítulo muy lindo de nuestra actividad política que está conduciendo Rodrigo Goñi que se llama "Lo que hace falta". Es un período de trabajo de aquí a fin de año durante el cual vamos a hacer 10.000 entrevistas a nivel de juventud, a nivel de Montevideo, a nivel del interior, para nutrir los seis meses que van del 1º de junio hasta la elección interna, para tener un discurso muy agarrado de la realidad.
Hace 15 días hacíamos una rueda de mate para organizar lo que hace falta a nivel juvenil, y yo decía: en la 40 ningún compañero ni ninguna compañera de la Juventud va a ocupar un lugar principal en la lista por el hecho de ser joven, pero tampoco va a dejar de ocupar un lugar principal en la lista por ser joven. Me parece que cada uno, como en la vida en sociedad, debe conquistar los lugares con el esfuerzo, con el estudio, con el trabajo. La forma de clasificar a la gente, de cuotificar la participación política no me parece la mejor, me parece mejor la del esfuerzo, el trabajo, el sacrificio.
EC - Usted hablaba de Todos, este movimiento que se va a lanzar dentro de pocas semanas en torno a la figura de Luis Lacalle Pou, y decía que se van a conocer más nombres. ¿De qué estamos hablando? ¿Qué tipo de estructura va a tener? ¿Qué tipo de confluencia se va a dar en ese movimiento?
JG - Primero, una estructura muy horizontal, que es coherente con lo que decía al principio del programa, en virtud de que no es un tiempo de caudillismos, sino de trabajo en equipo, de trabajo colectivo. Por lo tanto, si algo tiene Luis en esa concepción moderna del trabajo político, es el trabajo colectivo. En ese sentido usted me pedía alguna noticia, y se la voy a dar vamos a presentar un trabajo programático que va a ser bastante novedoso en el sentido de los contenidos. ¿Qué es lo habitual en la actividad política cuando vienen las elecciones? Que vienen unos brutales programas de gobierno, hermoso papel satinado a todo color, bien encuadernado, y usted agarra los programas de todos los partidos, los pone uno arriba del otro a trasluz y, salvo alguna coma o algún tilde, todos dicen lo mismo. Todos dicen que quieren más educación, más salud, más trabajo; ningún programa de gobierno va a decir que quiere peor salud, peor educación y peor trabajo. Nosotros vamos a trabajar con agendas públicas, con agendas de gobierno que van a tener diferentes capítulos. Por supuesto, van a estar las respuestas en materia económica, de educación, capítulo clave si los hay, de seguridad, pero también va a haber algunos capítulos que generalmente no tienen la jerarquía de tales pero que para nosotros en el siglo XXI, en el Uruguay de hoy, son de una prioridad absoluta.
EC - ¿Por ejemplo?
JG - Tres ejemplos. Capítulo seguridad vial, agenda de seguridad vial, porque esto es una epidemia que pasa delante de nuestros ojos todos los días y que creo que las políticas públicas no han abordado, hay intentos, pero no se ha abordado con la eficacia que se requiere para frenar un tema que es dramático en Uruguay. En Uruguay hay una epidemia que mata 600 uruguayos por año, en términos humanos es incalculable lo que eso significa. Desde el punto de vista económico dejando bien claro que lo que me importa primero es el capital humano, incalculable se destinan entre 500 y 600 millones de dólares por año a la atención de la accidentabilidad en el tránsito. Entonces el capítulo de seguridad vial en nuestra concepción, en nuestra agenda política va a tener una prioridad principal.
EC - ¿Otro ejemplo?
JG - El tema de las discapacidades o las capacidades diferentes. Una política mirada a partir de la inclusión debe entender que así como abordamos el tema de la discriminación, en el capítulo de la integración, de la inclusión, también tenemos que tener en cuenta que hay otro tipo de inclusión que es imprescindible, que es la de aquellos compatriotas, mujeres y hombres, que no tienen la posibilidad de incluirse activamente por alguna diferencia en sus capacidades. En Uruguay estamos hablando de incluir en el entorno de un 10% de uruguayos, 300.000 uruguayos, a la equidad, a querernos más como comunidad espiritual, retrotrayéndonos a aquella preciosa imagen de Wilson. Son 300.000 y pico de uruguayos que tienen algún tipo de imposibilidad de acceso a la vida integrada. Entonces el capítulo de capacidades diferentes va a tener prioridad en el programa que van a presentar Luis y Todos, el grupo que respalde su candidatura.
Y el capítulo adicciones, que vamos a abordar desde el punto de vista académico, técnico, sin radicalismos, sin cosas que nos hagan perder la perspectiva, asumiéndolo como un problema que tenemos todos y que hay que asumir desde el punto de vista de la agenda pública. Seguridad por supuesto, educación por supuesto, salud, etcétera, pero no nos olvidemos de cosas que son tan importantes como esas.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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