Entrevistas

Masivo respaldo a iniciativa para combatir el hambre

Comentario de Mauricio Rabuffetti

(Emitido a las 08.15)

EMILIANO COTELO:
El lunes de esta semana, un día antes de que se inaugurara una nueva Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, una iniciativa brasileña para impulsar el combate el hambre en el mundo recibió el respaldo de 113 países. Al término del "Encuentro de Líderes Mundiales para la Lucha contra el Hambre y la Pobreza" -así, con todo ese título- la idea lanzada por Brasil comenzó a tomar forma y a delinear los mecanismos con los cuales se espera terminar con el hambre en el planeta.

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De esta ambiciosa propuesta conversamos esta mañana con Mauricio Rabuffetti. Yo adelantaba algo rápidamente recién, pero me gustaría que tú profundizaras un poco más en los detalles de esta iniciativa brasileña.

MAURICIO RABUFFETTI:
La propuesta del presidente Luis Inácio Lula da Silva, que dio origen a la declaración que fue aprobada el lunes, se basa en una observación muy sencilla: la mayor parte del dinero que se mueve en el mundo lo hace a través del sistema financiero, y existe además un sector industrial que mueve millones y millones de dólares año tras año, que es la producción y comercialización de armas. El planteo apunta a que gravando estos sectores se puede obtener dinero para el combate de la pobreza. Ésa es la base de una idea que en definitiva trata de generar un esquema lo más global posible, lo más abarcativo posible, para obtener dinero para el desarrollo. Pero por ahora lo que se aprobó, dejemos eso claro, es una declaración que plantea ésta y otras posibilidades para obtener dinero, incluso donaciones voluntarias de países.

EC - ¿Se maneja alguna cifra que dé una idea del impacto que puede tener esta propuesta si en definitiva se implementa ahora que fue aprobada esta declaración?

MR - Pensé que íbamos a demorar menos en llegar a los "peros" de este proyecto...

EC - ¿Por qué dices eso?

MR - Y... porque como se imaginarán, entre esta idea y sus efectos hay muchos, pero muchos obstáculos, sobre todo en materia de implementación. De todos modos, digamos que empezamos por el lado lleno del vaso, que es lo que importa en este caso y es muy bueno que 113 países comiencen a caminar hacia algún mecanismo para combatir la pobreza. Pero -primer gran "pero"- los montos que se manejan en un principio, sobre los que tú me preguntabas recién, si bien son importantes, son pequeños en términos comparativos, si los comparamos con otras cifras económicas que circulan en el mundo. Se habla de un objetivo de reunir unos 50.000 millones de dólares al año.

EC - Una meta, entonces, de 50.000 millones de dólares al año...

MR - Sí, una cifra que realmente aparece como pequeña si se considera que, según datos de la ONU, hay "más de mil millones de personas" en el mundo que "viven en condiciones de pobreza extrema" -estoy leyendo un comunicado de esa organización-. Esto quiere decir personas que viven con menos de un dólar por día. A esa cifra se agrega otra igualmente dura: 840 millones de personas pasan hambre o desnutrición, siempre según las Naciones Unidas. Creo que coincidirás conmigo en que la cifra, al lado de estas otras, es pequeña.

EC - Sí, sin duda.

MR - Y es mucho más pequeña si la comparamos con los montos que se destinan, por poner un solo ejemplo y no me extiendo más en esto, a subsidios y ayudas explícitas y no tanto para, por ejemplo, los productores agropecuarios en Europa y Estados Unidos. Estoy seguro de que muchos de nuestros oyentes que sabemos que nos escuchan desde el interior del país conocen en carne propia de qué hablamos. ¿Cuántas veces hemos escuchado a los presidentes, líderes sectoriales de los países en desarrollo y analistas de todas las orientaciones decir que para combatir la pobreza en los países menos pudientes lo que hay que hacer es dejarlos comerciar? En definitiva, si bien hablamos de una iniciativa interesante porque amalgama a buena parte de la comunidad internacional detrás de un proyecto concreto para luchar contra la pobreza, la ambición de esta cifra -dicho esto, por supuesto, no desde la perspectiva de un especialista sino del simple razonamiento- parece algo acotada o "modesta", para utilizar un término que hace no mucho usó el promotor de esta idea, el propio presidente Lula.

EC - Vayamos ahora al plano político. ¿Cómo se llega a este apoyo a una idea de Brasil, a un apoyo tan sólido? Porque hablamos, repito, de 113 países que la respaldaron y quizá algunos más que se sumen en el futuro.

MR - Primero que nada -quizá debí decirlo al principio- digamos que no es una idea nueva. En primer término existe un compromiso de la comunidad internacional asumido durante la Cumbre del Milenio de la ONU, celebrada en el año 2000, que estableció un plazo de 15 años, o sea hasta el año 2015, para terminar con la pobreza extrema. Eso sería sacar de la pobreza extrema a 1.000 millones de personas de acuerdo a las cifras de hoy, además de bajar en dos tercios la mortalidad infantil, llegar a la escolarización universal de los seres humanos y frenar el avance del sida.

EC - Los conocidos como Objetivos del Milenio.

MR - Exactamente. Estos Objetivos del Milenio, como tú bien señalás, están bastante lejos de alcanzarse. Tan lejos están y tan poco optimismo hay de alcanzarlos -hay que ser realista, con las cifras que se manejan hoy se está lejos-, que la idea de Lula da una pequeña esperanza de que se pueda al menos avanzar en ese sentido y ésa es una de las explicaciones de este apoyo, aunque por supuesto no la única.

EC - Pero tú decías que no es nueva esta idea.

MR - No. Lula ya había propuesto en el Foro Económico Mundial de Davos en el año 2003 -en uno de sus primeros discursos planetarios vale decir- la creación de un fondo mundial contra el hambre, después de proponer en su país el famoso plan "Hambre cero", que todavía no ha dado los resultados esperados, por cierto. Desde entonces el presidente brasileño aprovechó cada oportunidad que tuvo para reiterar este planteo. La última vez que yo recuerdo, en reuniones multilaterales, fue en San Pablo en el mes de junio pasado durante la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo que tuve oportunidad de cubrir para la Agencia France Presse. Recuerdo en esa ocasión un apoyo muy claro por parte del secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, a este llamado que Lula hacía para generar fuentes de recursos para combatir la pobreza en el mundo. Un apoyo que se multiplicó y que representa un éxito diplomático mayor para Brasil.

Fijate qué interesante, en qué momento se da esto que sin duda es un logro para la diplomacia brasileña, un logro que posiciona a Brasil como un país capaz de plantear iniciativas de dimensión planetaria y de recabar apoyos para llevarlas adelante. Se produce justo cuando se vislumbra una discusión histórica que tiene que ver con una eventual reforma de las Naciones Unidas que quizá podría llevar a aumentar el número de miembros permanentes -también los rotativos, pero lo importante es el número de miembros permanentes- del Consejo de Seguridad.

EC - Recordemos que actualmente son cinco: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China.

MR - En este contexto, con Brasil y la India perfilándose como dos de los países que con más fuerza buscan incluirse en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, este espaldarazo de la comunidad internacional es un nuevo gran paso hacia la consolidación de Brasil como un líder del mundo en desarrollo, algo que la diplomacia brasileña busca desde hace mucho tiempo y que se observa también en las negociaciones de integración comercial regional, en las negociaciones para el Área de Libre Comercio de las Américas, por ejemplo, en las que Brasil encabeza el grupo opuesto a Estados Unidos. Es decir que esto que ocurrió el lunes no sólo se trata entonces de un avance en la lucha contra la pobreza, algo de por sí positivo, también de un avance importante para Brasil que puede estar dando una pista del Brasil que vamos a ver a futuro en el terreno de las relaciones internacionales.

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Edición: Jorge García Ramón