Entrevistas

Leonel Briozzo (MSP): cifras sobre aborto revelan el "triunfo" de una estrategia sanitaria que es "un ejemplo" para el mundo

Leonel Briozzo (MSP): cifras sobre aborto revelan el "triunfo" de una estrategia sanitaria que es "un ejemplo" para el mundo

El Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó ayer las primeras cifras oficiales de abortos desde que se aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Según ese informe, entre diciembre de 2012 y mayo de 2013 se realizaron 2.550 abortos legales en Uruguay, 426 por mes. En diálogo con En Perspectiva, el subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, aclaró que si bien el MSP considera que hay "un subregistro notorio" y que es esperable que esos números aumenten en lo próximos meses, las cifras primarias ubican a Uruguay "en los guarismos más bajos a nivel mundial", ya que de 1.000 mujeres de entre 15 y 45 años solo 10 se habrían practicado abortos. Briozzo aseguró que esta "situación de privilegio" en la comparación internacional es un "orgullo para el desarrollo de las políticas públicas del país" y "un ejemplo" a nivel mundial. "Si algo arroja esta primera aproximación a las cifras oficiales es el triunfo de una estrategia sanitaria, social y política", concluyó.


(emitido a las 7.49 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó ayer las primeras cifras oficiales sobre abortos desde que se aprobó la ley que despenalizó estas intervenciones hace seis meses. Según lo consignado, en ese período se llevan realizados 2.550 abortos legales en todo el país.

En este período no se registraron muertes maternas ni se denunciaron complicaciones derivadas de las prácticas abortivas. El 60% de las interrupciones voluntarias del embarazo se llevó a cabo en instituciones privadas y el 40% en públicas. Por otro lado, de las mujeres que se realizaron un aborto, 82% tenía 20 años o más.

Pero son nada más que algunos números y vale la pena examinarlos con un poco más de profundidad. Por eso vamos a darle los buenos días a partir de este momento al doctor Lionel Briozzo, subsecretario de Salud Pública.

¿Una consideración general a propósito de estos números?

LIONEL BRIOZZO:
Realmente la consideración que tenemos fue la que dimos ayer, nos parece un número muy bajo, creemos que hay un subregistro notorio, como hay generalmente cuando empieza una nueva prestación de salud. Pero aún así nos ubicamos en los guarismos más bajos a nivel mundial: de 1.000 mujeres entre 15 y 45 años, practicarían abortos en el Uruguay solamente 10.

EC – ¿Cómo es eso, cuál es la comparación que ustedes hacen que lleva incluso a que usted haya dicho que se sentía "orgulloso"?

LB – La comparación que se hace a nivel internacional es la tasa de abortos: el número de mujeres que abortan dividido entre la cantidad de las mujeres entre 15 y 44 años.

EC – En el caso de Uruguay, tomando el mes de este medio año en que se dio la mayor cantidad de abortos y proyectando esta cifra a todo el año, se saca la cuenta esa que usted manejaba, que daría una tasa de diez abortos por cada 1.000 mujeres en esa franja etaria. ¿Y eso cómo es en la comparación internacional, cómo son los números de otros países?

LB – Somos el país más bajo reportando datos a ese nivel. Porque la subregión más baja es Europa Occidental, que tiene una tasa de 17.

EC – De todos modos estas son consideraciones provisorias, porque los números corresponden a seis meses nada más y porque además usted destacaba que puede haber subdeclaración, ¿cómo es eso?

LB – Absolutamente provisorias. Es dable esperar, como ha pasado en los países que despenalizaron y que comienzan a registrar, que esta cifra aumente porque aumentan a registrarse casos que antes no se registraban.

EC – De todos modos hay oyentes que preguntan "pero, ¿se puede sentir orgullo a propósito de cualquier cifra de abortos?".

LB – Bueno, yo sí lo siento, efectivamente, porque cuando empezamos a trabajar en este tema con un grupo de colegas el aborto era la primera causa de muerte materna en Uruguay. Se llevaba el 30% de las muertes maternas; en el Pereira Rossell, donde estoy ahora como todos los días de mi vida, se moría una de cada dos mujeres por aborto. Y yo le devuelvo la pregunta al oyente si no es un orgullo para un país haber eliminado una causa tan infame de muerte materia como el aborto inseguro. Para mí sí es un orgullo, lo digo enfática y hasta emocionadamente, porque no ver eso es tapar el sol con un dedo.

Es un orgullo para el desarrollo de las políticas públicas del país, no solo para este gobierno frenteamplista, sino por todo lo que han hecho un conjunto de organizaciones sociales, profesionales y de mujeres en todo este tiempo, haber logrado esta situación de privilegio no solo a nivel de América Latina y el Caribe, sino a nivel mundial. Somos un ejemplo en el cual se está fijando todo el mundo para ver cómo pueden desarrollar políticas públicas que han sido tan exitosas en nuestro país.

ROMINA ANDRIOLI:
Doctor Briozzo, para ilustrar de alguna forma distinta esta cifra de los 2.500 abortos que se llevan realizados en estos seis meses, ¿desde el ministerio se tienen cifras de cuántos embarazos efectivamente se llevaron a término, cuántos nacimientos se registraron en este período? Usted recién comparaba en esta evaluación global que se hace con otros países, con lo que tiene que ver con mujeres en edad de quedar embarazadas, ¿pero cuántos embarazos se concretaron efectivamente en este período?

LB – Sí, es importante la pregunta. Para compararnos a nivel internacional las tasas que se comparan son cada 1.000 mujeres, como dijimos, no por cantidad de embarazos. Porque los embarazos que comienzan no siempre finalizan, no solo por abortos, puede haber complicaciones de otro tipo, hay una cantidad de causas que pueden hacer que un embarazo que se inicia no finalice y no sea por aborto. Dicha esta salvedad, la tasa de natalidad en nuestro país ha aumentado, es una buena noticia también y echa por tierra una de las cosas que se planteaban, de que si se despenalizaba el aborto iba a ser como un control de la natalidad. No, no es así, aumentó la tasa de nacimientos en Uruguay, luego de un descenso paulatino andamos en unos 48.000, 47.500, por año. Por tanto en medio año tendríamos que ir a la mitad, unos 23.000, 24.000, no se puede plantear porque no tenemos los datos online de los nacimientos, podemos tenerlo con un retraso de unos tres o cuatro meses.

RA – Usted decía que normalmente en un país cuando se despenaliza el aborto inicialmente se tiende a incrementar el número de casos porque comienzan a notificarse. ¿Qué ocurre después, qué es lo que debemos esperar para los próximos meses, cuál es la proyección que tienen ustedes?

LB – Lo que debemos esperar es lo que ha ocurrido en estos países a los cuales tanto nos parecemos, los países de Europa occidental, como Francia o Italia, en los cuales durante algunos años se incrementa el número de registros, luego se estabiliza ese número y luego desciende, en general unos dos tercios de lo que se había comenzado. Esa es una situación que ya está bastante demostrada luego de casi 30 años de políticas públicas en este sentido en esos países y que a las claras nos muestran, y una vez más lo reiteramos, que si queremos estar en contra del aborto la mejor política es educación para ejercer la sexualidad de manera libre y responsable, anticoncepción para evitar un embarazo no deseado, que es la causa del aborto inseguro, y servicios seguro de aborto para que las mujeres puedan recurrir a ellos, como recurren, y vemos ahora en las mujeres uruguayas, como última instancia.

RA – ¿Qué análisis hacen por otro lado cuando se miran las cifras desglosadas? Estoy pensando en uno de los datos que repasábamos, el 40% de los abortos se realiza en el sector público y el 60% en instituciones privadas. ¿Eso les llama la atención a ustedes?

LB – No, para nada, no es ninguna cifra que llame la atención. Es la distribución que hay más o menos de la población dentro de las instituciones de asistencia del Sistema Nacional Integrado de Salud, y nosotros sabemos desde tiempos inmemoriales que la interrupción del embarazo no respeta clases sociales, religiones, razas o edades. El embarazo puede ser la mejor o la peor noticia a la que una mujer y una familia se pueden enfrentar y frente a eso la posibilidad de que la mujer tenga el derecho a decidir qué hacer en función de esa situación y asegurando su salud creemos que es un avance innegable en los derechos humanos para nuestro país.

EC – También hay preguntas a propósito de las cifras oficiales en comparación con lo que podría ser la realidad, ¿qué certeza hay de que no siguen ocurriendo abortos clandestinos?

LB – Eso es una pregunta muy importante y forma parte de lo que hablamos del subregistro. No solamente hablamos de subregistro por los abortos que se pueden dar dentro del sistema sino que siempre, en todas las civilizaciones, hay más o menos abortos fuera del sistema por una innumerable cantidad de causas...

EC – ¿Sabe por qué se lo pregunto? Porque en todo el debate previo a la ley de despenalización del aborto se manejaban cifras tremendas de 30.000 abortos por año, ¿puede haber caído tanto con la ley ese registro, de 30.000 a 7.000 que daría en la peor hipótesis a partir de los datos de este primer semestre?

LB – Las cifras esas de 30.000 son las que se manejaban en el único estudio que se dispone sobre estimación de aborto que es de la década del 90, la década infame del neoliberalismo, antes del advenimiento del aborto con medicamentos había clínicas clandestinas y en este estudio –que lo dirigió Rafael Sansiviero y un equipo muy importante de antropólogos y cientistas sociales– lo que plantearon fueron encuestas en esas clínicas y llegaron a esta conclusión. Pero estoy hablando de hace más de diez años, en estos diez años hubo una política inédita en Uruguay que se llamó "Iniciativa sanitaria contra el aborto provocado en condiciones de riesgo", que fue un modelo que se originó en Uruguay, que lo creamos acá, en el cual lo que hicimos fue abrir el sistema asistencial a las mujeres que planteaban la posibilidad de interrumpir un embarazo y no cerrarlo, y atenderlas de manera humana y confidencial. Con esa política, más el mejoramiento notorio de la anticoncepción –que hoy es universal y gratuita en todo el sistema– y con políticas educativas, junto con la movilización social que ha tenido el tema, que ha salido de la crónica roja y es un tema de salud, creo que han sido las condiciones para que el número de abortos haya bajado de manera sustantiva.

Yo creo que si algo arroja esta primera aproximación a las cifras oficiales es el triunfo de una estrategia sanitaria, social y política que incluyó el modelo de reducción de riesgo y daño y que fue la más importante para que se defendiera de esta manera tan importante el número de abortos. Y lo otro de lo que no hemos hablado todavía en la nota es la mortalidad materna por esta causa: hemos descendido a tal nivel que somos el único país de América Latina y el Caribe que logra cumplir la meta de desarrollo del milenio y estamos terceros en el mundo en mortalidad materna luego de Canadá y Estados Unidos.

RA – Por otro lado, yendo a otras de las cifras que se conocieron ayer, ustedes indicaron que entre el 6% y el 10% de las mujeres que consultan decide proseguir con el embarazo. ¿Esas cifras estaban dentro de lo que esperaban?

LB – Más o menos sí, teníamos el estudio previo en el momento que el aborto era penalizado pero estábamos desarrollando el trabajo con iniciativas sanitarias, y ahí la cifra era mayor, era un 20%, veintipico por ciento y eso era porque muchas mujeres no tenían la información adecuada antes de la primera consulta. Ahora lo que vemos es que hay un nivel de información mucho mayor y que las mujeres que consultan ya tienen muchas veces un período de reflexión previo y van con una posición mucho más definida que hace que el número de mujeres que en el período de reflexión y luego del asesoramiento, que es la primera consulta que se hace con el equipo multidisciplinario, sean menos las que cambien de opinión y continúen con el embarazo...

RA – ¿Pero qué quiere decir con esto?, ¿a mayor información mayor es la determinación de concretar el aborto?

LB – Porque cuando van a consultar ya tienen una definición tomada porque ya tienen información previa. Por ejemplo, uno de los motivos principales para el cambio de opinión con respecto a continuar el embarazo es el tema de la mayor edad, mayores de 40 años y malformaciones congénitas. Estaba el mito de que luego de los 40 años la mayoría de las mujeres podía tener malformaciones congénitas y eso era un motivo para que muchas mujeres se angustiaran y plantearan interrumpir el embarazo. Hoy se sabe que eso no es así, que hay métodos para diagnosticarlo, y no es un motivo por los cuales las mujeres consulten a los servicios de interrupción voluntaria del embarazo, sino que eso es una cosa que ya previamente lo piensan. En ese grupo, por ejemplo, quienes consultan ya la que tienen la definición de interrumpir.

RA – Por otro lado, 30% de los médicos, según las cifras de ustedes, presentaron objeción de conciencia para no practicar abortos. En una primera etapa se dieron varias dificultades en torno a este tema, ¿qué ha pasado luego con el paso de los meses?

LB – En realidad dificultades no ha habido, la continuidad asistencial se ha asegurado en todas las instituciones.

RA – Pero por ejemplo había departamentos como en el caso de Salto donde todos los ginecólogos que se niegan a...

LB – Sí, pero eso no ha repercutido en la continuidad asistencial de las pacientes que consultan en los servicios de Salto, son las instituciones tanto de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) como de la Federación Médica del Interior (FEMI) las que tienen que responsabilizarse de que la atención de salud de esas mujeres se siga dando de manera adecuada. O sea, dificultades que puedan ir en contra de la continuidad asistencial no se han dado, son las que a nosotros nos importan como rectoría de la salud y como aseguradores de este derecho generado por la ley de la interrupción voluntaria del embarazo se cumpla.

Sí nos llamó poderosamente la atención en noviembre, diciembre, la ignorancia generalizada con respecto a qué es la objeción de conciencia y en ese sentido quizás recuerden que en el mes de enero planteamos como propuesta que hubiera un procedimiento para hacer la objeción de conciencia en el cual el profesional expresara que es objetor de conciencia pero a sabiendas de lo que eso significa. Porque había una gran confusión, quizás todavía la hay, sobre qué es objeción de conciencia, que es negarse a cumplir una ley, como en este caso, nada más ni nada menos, es un privilegio muy importante que tienen en este caso los profesionales de la salud, negarse a cumplirse una ley. Pero debe ser por motivos religiosos, filosóficos o morales muy profundos, uno no se puede negar a cumplir la ley porque no está de acuerdo en cómo está reglamentada, o con el texto, o con la cara de la persona que informó cómo tiene que ser implementada. Eso no son causas. Entonces, informar qué es bien la objeción de conciencia, los alcances y los límites de la misma y que el profesional suscribiera esa nota de carácter confidencial que estuviera a resguardo de la institución.

Aquello que planteamos en el mes de enero, que desató una gran polémica y polvareda en aquel momento, de la cual se hizo eco mucha gente que no tengo ya ni siquiera interés en acordarme, hoy lo que sí se logró fue que el Colegio Médico de Uruguay, la máxima autoridad ética para todos los médicos del país, y la Universidad de la República, fundamentalmente la Facultad de Medicina –formadora de los profesionales y los posgrados– y la Facultad de Derecho, aprobaran y consensuaran con el MSP un procedimiento que va a estar disponible para todas las direcciones técnicas y los jefes de servicio de ginecología para que todos los ginecólogos los llenen en las instituciones donde explica el contenido que yo le planteaba.

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Foto: archivo

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