En Primera Persona

FA: El final del suspenso

Por Emiliano Cotelo.


(emitido a las 09.10 Hs.)

Al final fue en agosto. Dos meses antes del Plenario Nacional y tres meses antes del Congreso del Frente Amplio (FA) que deben definir la o las candidaturas presidenciales, Tabaré Vázquez anunció ayer que sí, que está dispuesto a postularse nuevamente en el año 2014 si los órganos de dirección de su fuerza política lo habilitan.

Totalmente consciente de su valor (o sea, de que es la mejor opción que tiene el FA para competir con los partidos tradicionales; "la sellada", como dicen incluso quienes discrepan con él), Vázquez mantuvo el suspenso durante más de cuatro años. Fue en febrero de 2009, cuando aún era presidente, que dijo aquella frase célebre que todos repiten de memoria, como si formara parte de los Evangelios. Aquello de que su decisión sobre una nueva candidatura presidencial la tomaría más cerca de las elecciones y dependería de dos factores: "la biología y las circunstancias políticas".  Dos años después, en febrero de 2011, cuando lo entrevisté aquí En Perspectiva, agregó alguna otra consideración, que tiene mucho que ver con lo que acaba de ocurrir ayer:

"En aquel momento dije que eso lo va a definir la biología y las circunstancias políticas. Hoy vuelvo a poner esos dos elementos sobre la mesa. La biología sin duda; uno llega a determinada edad, donde está en el límite de su vida, y no sabe cómo van a ser los próximos años en cuanto a calidad física, calidad mental e incluso sobrevivencia. Así que ese elemento sigue en pie.

Ahora voy a especificar un poco más sobre las circunstancias políticas. Para ser candidato a la Presidencia de la República nuevamente tengo que ser candidato por el FA. El FA como fuerza política tiene estatutos, reglamentos y mecanismos para definir quién va a ser el candidato. No depende solo de la voluntad del candidato sino que depende, mayormente y felizmente, de la voluntad de los frenteamplistas. Este elemento es sustancial para considerar las circunstancias políticas, porque más allá de las circunstancias que viva el país, la región o el mundo, más allá de la situación intelectual o física que yo pueda vivir, todo va a depender de lo que los frenteamplistas resuelvan".

Desde entonces pasaron otros dos años y medio plagados de especulaciones y discusiones. Y durante ese lapso una de las cosas que quedó clara es que al FA le costaría mucho ponerse de acuerdo en un candidato alternativo. Hubo varios nombres en danza, pero ninguno cuajó. Por eso mismo, en realidad, las cartas estaban echadas a favor de Vázquez hace varios meses. Pero faltaba que él diera formalmente el sí. Y, si bien él  iba, de a poco, apareciendo en actos políticos, incluso de apoyo al gobierno, la respuesta no se concretaba. Ya se sabe: en los momentos críticos Tabaré es un maestro del auto-control pero además resulta muy frío y cerebral poniendo condiciones.

Su manejo de los tiempos, la demora que se prolongaba, ponía nerviosos a muchos. ¿Y si finalmente contestaba que no? ¿Cómo se haría en ese caso, a menos de un año de las internas, para encontrar otra figura con poder de convocatoria similar?

Entre julio y este mes de agosto los acontecimientos se precipitaron. Los grupos más fuertes del oficialismo fueron decantándose a favor de que Vázquez fuera el candidato presidencial. No sorprendió demasiado la resolución del Frente Líber Seregni (FLS); tampoco la del Partido Socialista (PS). Pero sí tuvo un peso impactante la decisión del Movimiento de Participación Popular (el MPP, la minoría mayor , "la fuerza que Pepe construyó", como decía el slogan), una resolución que se conoció hace diez días. Dio la impresión de que en ese momento el asunto quedaba laudado.

Casualmente, fue después de ese pronunciamiento que la casa de Vázquez en el Prado se convirtió en centro de peregrinación. Varios sectores del FA –algunos más pequeños, otros más grandes– iban llegando hasta allí para manifestarle su respaldo y para escuchar al caudillo en busca de señales. Tabaré los recibía a todos y a todos les prometía participar de sus actos. Es más: en alguna de esas reuniones adelantó que su decisión final estaba cerca.

Ayer de mañana dio un paso más en la generación de expectativas. En unas breves declaraciones a El Observador, Vázquez bendijo el proyecto de ley sobre la marihuana, impulsado por el presidente Mujica, con respecto al cual antes había realizado comentarios ambiguos que muchos interpretaron como discrepancias. El sábado pasado, el diario El País, citando a fuentes del FA, había informado que el expresidente estaba molesto con el proyecto aprobado en Diputados y las complicaciones que le generaría a un eventual segundo gobierno suyo. Que pocos días después de aquella versión, él mismo, con  nombre y apellido, apareciera dando el visto bueno explícito (eso sí, insistiendo en la necesidad de políticas educativas sobre los riesgos que esa droga implica), fue una salida importante, un respiro de alivio para el gobierno (que está sacando este proyecto con una mayoría muy ajustada)... pero también para el FA. Ya bastante complicado había sido que Vázquez firmara a favor del referéndum contra la ley de despenalización del aborto y, de hecho, interviniera en la campaña de los detractores de la ley. Vázquez no podía –no debía– seguir alimentando resistencias internas como las que han ido movilizándose desde las bases y que tienen a la senadora Constanza Moreira como su vocera más conocida. "Fue una decisión demorada, sí, pero que hay que ver como estrategia pura, meditada muy concienzudamente", como me decía ayer un allegado al exmandatario.

Pero Vázquez no se limitó a dar ese paso simbólicamente muy relevante. Por lo visto, el día de ayer estaba predestinado a ser el día clave. En el correr de la mañana se confirmó que al caer la tarde Vázquez recibiría a una delegación muy significativa: los tres sectores más pesados del FA –el FLS, el MPP y el PS– irían juntos a visitarlo para comunicarle su apoyo. Era difícil imaginar que semejante encuentro fuera uno más. Ya al mediodía el ambiente político se llenó de trascendidos y rumores sobre lo que podría comunicarse a la salida de esa audiencia. La curiosidad periodística fue aumentando hora tras hora. Los móviles de la radio y de la televisión se apostaron en la calle Buschental a la espera de un hecho político muy relevante.

El terreno había sido bien preparado. Y al anochecer la noticia tan esperada finalmente apareció. El diputado socialista Julio Bango, que estaba en la reunión, lo filtró vía Twitter: "Aviso: Tabaré va!", escribió (rematando su frase con un signo de admiración).  

Eran muchos los que comparaban el suspenso reinante con lo que ocurre en Roma durante el cónclave en el que se elige al nuevo Papa. Por eso no faltaron los twitteros como Gonzalo Frasca, menos políticos que Bango, que, al enterarse de la novedad, proclamaron, simplemente: "Habemus Tabaré".

Hoy, la sección de Humor del matutino La Diaria da un paso más y titula: "Habemus pope", una frase llena de doble y hasta triple sentido.

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