Estimado Emiliano,

El pasado viernes se alborotó el avispero de esta previsible campaña electoral que estamos viviendo, por la revelación en el semanario Brecha del subsidio al cual se acogió el candidato presidencial del Partido Nacional, como forma de costear la manutención de su familia mientras transcurre la campaña electoral.

Más allá de la legalidad del recurso, más allá incluso de los eventuales beneficiarios de esta ocasión, o de quienes hayan sido beneficiados en otras oportunidades, creo importante detenerse en la cuestión  ética que implica que determinados servidores públicos tengan "coronita". La pregunta es, ¿por qué?

Cuando la empresa privada en la cual trabajaba decidió prescindir de mis servicios como empleado, obtuve el despido que por ley me correspondía y un subsidio llamado "seguro de paro" durante 6 meses por un monto máximo de 6.000 y pocos pesos que apenas sobrepasaban el 15% de la remuneración que había dejado de percibir.

Ese privilegio del cual gocé, ¿no es suficiente para un legislador o para un intendente? ¿Es que acaso estos funcionarios públicos no aportan a DISSE igual que cualquier otro uruguayo, afortunadamente empleado y en regla?

Si resultan no reelectos, ¿no sería suficiente con pagarles un "despido" correspondiente y permitirles que disfruten del seguro de paro como cualquier otro mortal que pasados los 40 le toca "reinsertarse"  en el mundo laboral?

Creo que estas actitudes de la "corporación política" sólo consiguen aumentar las distancias con los ciudadanos que dicen representar. ¿No te parece?

Cordiales saludos,
Marcelo Ornstein