(emitido a las 8.37 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Semanas atrás varios legisladores visitaron el Comando General de la Armada. Allí recibieron de las autoridades un informe sobre el estado de la Flota de Mar que, según concluyeron, muestra carencias preocupantes.

A partir de ese panorama, la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados convocó al ministro, Eleuterio Fernández Huidobro. El jerarca concurrió en el día de ayer y durante el debate compartió la inquietud por el estado de buques y aeronaves y la falta de presupuesto para el mantenimiento necesario en un país en el que, destacó, hay más mar que tierra para vigilar.

En línea está el diputado Javier García, del Espacio 40, Partido Nacional, presidente de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara Baja y responsable de la convocatoria al ministro a comisión del Parlamento.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Cuál fue la situación que les relató el ministro Fernández Huidobro a propósito del estado de la Flota de la Armada?

JAVIER GARCÍA:
Yo creo que está en situación absolutamente crítica, en algunas unidades ya lindante con la chatarra. Le doy alguna cifra para graficar lo que estoy diciendo y después el razonamiento de por qué es preocupante es lineal: los barcos de la Armada tienen un promedio de antigüedad de 45 años, diez años por encima de la vida útil de cada uno, hay barcos de cincuenta y pico de años de antigüedad. El 90% de esos barcos que conforman la Armada Nacional tiene un alistamiento marginal, es decir que cuentan con alguna capacidad mínima para navegar, algunos ni navegan, y un retraso tecnológico absolutamente dramático, en una situación donde están en juego diferentes circunstancias, incluso la vida humana, lo más importante de todo esto.

¿Para qué tarea?, para cuidar algo que es de lo más cercano que tiene cualquier persona, que es su trabajo y la riqueza del país. Por nuestro mar pasan unos tres mil millones de dólares, el 6% del Producto Bruto Interno de Uruguay se produce en el mar. Como país tenemos que tener la posibilidad de cuidar esa riqueza y los puestos de trabajo que salen de allí: la pesca, el turismo, las importaciones o las exportaciones. La institución que tiene el Estado para cuidar esas riquezas, que son trabajo de los uruguayos, es la Armada Nacional.

RA – ¿Qué riesgos entiende que se están corriendo hoy en día al no tener la flota en óptimas condiciones?

JG – Algunos que son directos por esto que le decía: cuando usted no puede controlar la soberanía en el mar está expuesto a la piratería de los recursos naturales de nuestra pesca, al robo, al contrabando, al narcotráfico. Acá hay un problema de custodia de nuestra producción y de nuestro trabajo, y de seguridad, porque desgraciadamente entre otras cosas el crimen organizado termina teniendo más recursos desde el punto de vista tecnológico que los que tiene el Estado para repelerlo. Eso es dramático. Entonces creo que hay que afrontar esta realidad, que puede no ser de las cosas más directas que uno pueda tener arriba de la mesa, pero que sin duda uno tiene que mirar con una visión de país estratégica. No podemos estar –como estamos, y lo vamos a lograr– peleando por la proyección de nuestra plataforma a las 350 millas, lo que nos va a dar enormes posibilidades de riqueza y de prospección entre otras cosas de hidrocarburos para Uruguay, y no tener los instrumentos para cuidarlo.

EC – Estamos hablando de un problema de presupuesto, ¿no?

JG – De presupuesto y una cuestión de presupuesto no para una corporación, sino para cuidar nuestro trabajo, riqueza y pesca.

EC – ¿Cómo son los números?, ¿cuánto hay disponible hoy el Ministerio de Defensa para mantenimiento de la flota?

JG – Le agradezco la pregunta porque le voy a dar un dato que lo grafica bien claro. Por año, para mantenimiento de la flota, hay en el entorno de un millón de dólares.

EC – ¿Y eso qué significa? El oyente no necesariamente sabe si eso es poco o mucho.

JG – Por eso le iba a poner un ejemplo. Hay un helicóptero que va embarcado, ahora está en la puesta a punto, lo está haciendo Brasil a costo de Brasil. Para poner a punto ese helicóptero, que es el único que hay que se embarca, el costo son tres millones de dólares. Es decir, arreglar un helicóptero cuesta tres veces más que todo el presupuesto que tiene por año para todos los barcos de la Armada, para que tenga una idea. Estamos hablando de que los barcos por algo se convierten en chatarra, aparte de su edad. Es imposible así. Lo peor de todo es que nosotros tenemos misiones que hay que cumplir porque de lo contrario nos exponemos a situaciones de inseguridad, de contrabando, de robo de nuestras riquezas, de crimen organizado y de tareas que son fundamentales como el rescate en tareas marítimas.

EC – Lo otro que quería preguntarle: en ese intercambio con las autoridades de la Armada y con el propio ministro, ¿apareció la pregunta sobre si la flota que hoy tiene la Armada Nacional es suficiente?, porque supongamos que existe el presupuesto conveniente y necesario para el mantenimiento, que toda esa flota está en condiciones, ¿alcanza esa flota?

JG – Lo que pasa es que es una flota que está pensada para una realidad que no es la nuestra, una Armada de guerra no es la misión que tenemos por delante, no le vamos a hacer la guerra a nadie. Lo que tenemos que pensar es en una Armada que tenga la oportunidad de ejercer una función de patrullaje, rápida, con tecnología, con desplazamiento. Esto significa entre otras cosas, sin duda, otro tipo de buque, no estos que se han comprado de a retazos, en ofertas en diferentes países, que son de distintos tipos según quién ponía en oferta un barco, porque así se compró. Ahora me parece que tenemos que tener una visión estratégica diferente. ¿Qué es lo que necesitamos?, vamos a tener plataformas, estamos en una proyección de la posibilidad de prospección de hidrocarburos. Las plataformas son pueblos flotantes, el país tiene que ejercer control ahí. Entre otras cosas lo que necesitamos son patrulleros que puedan ir y ejercer soberanía, impedir que se nos robe la pesca que está en nuestro mar, que tenga la posibilidad de ejercer el control de nuestro mar con vuelos. Una cosa más moderna, más chica, con más tecnología, la posibilidad de tener instalados los radares.

Cambiar la visión, eso significa agregar seguridad a nuestro país, defender nuestras riquezas y el trabajo de miles de uruguayos. Sin duda no son quizás los temas que están arriba de la mesa habitualmente por otras urgencias, pero también pensemos que lo que tenemos arriba de la mesa es cuidar hoy tres mil millones de dólares que son de todos los uruguayos.

RA – ¿Y qué le dijo el ministro Fernández Huidobro a propósito de esta situación?, ¿coincide en general con este diagnóstico?

JG – Obviamente que tiene que coincidir porque esto que le estoy diciendo es absolutamente objetivo, coincide Huidobro y cualquiera que pase por el puerto y vea el montón de hierro color gris que hay ahí amontonado.

RA – Pero... ¿cuál es el grado de preocupación que percibió en el Gobierno por este tema?

JG – Él dice que habló con el Ministerio de Economía pero que no lo entienden. Yo le planteé: "Mire, ministro, no sé si lo entienden o no, pero me parece que es bastante obvio lo que estamos diciendo. No se puede por un lado tomar decisiones para mejorar la competitividad del país, para cuidar el empleo, y por otro lado no tomar las decisiones para que no nos roben el empleo y las riquezas que tenemos en el mar".

EC – Estamos hablado de dos problemas de presupuesto, uno con el rubro disponible para mantenimiento y otro con la necesidad de invertir en la renovación de esa flota de la que usted hablaba.

JG – Es de presupuesto, pero antes es de visión estratégica. Primero hay que decir "¿para dónde va el país?". Estamos peleando la proyección de nuestra plataforma a 350 millas, ¿cómo vamos a cuidar ese mar? No podemos tener una extensión que después no podemos cuidar, es un mar libre para que venga cualquiera a hacer lo que quiera.

EC – Ahora, en la Rendición de Cuentas esto no está previsto, no hay cambios en esta materia.

JG – No, en absoluto. Yo le planteé al ministro que en la Ley de Defensa, que se discutió tanto, para la que el Gobierno también trabajó tanto, se creó un organismo que es el Consejo de Defensa Nacional, que integran el presidente de la República, el ministro de Defensa, de Interior, de Relaciones Exteriores, de Economía –esto fue un agregado que se hizo en la discusión parlamentaria– y los mandos. Ese organismo está hecho no para situaciones de emergencia sino para pensar estratégicamente el país en forma moderna. Le dije: "Escúcheme una cosa, creamos un organismo, se llenaron la boca con ese organismo de que es una cosa moderna, estratégica, etcétera, y en lo que va de los tres o cuatro años se reunió dos veces por 15 minutos". Estos son organismos que hay que citar al presidente y los ministros, no son para reuniones de un pasillo, para que se reúnan lo que tienen que decidir y con visión de Estado y digan "este es un problema que tenemos que resolver".

EC – ¿Ese es el próximo paso entonces?

JG – Yo no tengo duda ninguna, yo creo que el ministro debe pedir la convocatoria del Consejo de Defensa Nacional porque lo que está en juego, reitero, no es un problema corporativo, sino estratégico del país, de cuidar riqueza y trabajo uruguayo. La Armada es un instrumento para cuidar la seguridad, la riqueza y la producción de los uruguayos como puede ser la policía en una ciudad para cuidar la seguridad de los habitantes. En la tierra es la Policía o el Ejército en materia de soberanía y en el mar es la Armada, porque a nadie se le podría ocurrir privatizar la custodia de nuestra soberanía y de nuestra riqueza.

EC – ¿El ministro estuvo de acuerdo con esa idea?

JG – Sí, pero lo vi un poco desbordado.

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Foto: archivo