El aumento de producción en la planta de celulosa UPM en Fray Bentos y el proyecto de la regasificadora de Puntas de Sayago, iniciativas que han generado reacciones adversas durante las últimas semanas, ¿forman parte de un plan de desarrollo para el país, o son inversiones aisladas? Son preguntas a las que Natalia Uval buscó darles respuesta en su columna Viru viru. La socióloga María Selva Ortiz, quien es coordinadora de la Asociación Redes Amigos de la Tierra, manifestó "preocupación" frente a lo que califica como un modelo económico meramente extractivista y exportador de materias primas, alegando que "no agrega valor ni deja valor en el país". "Hay claramente una política de atracción de inversiones y después tenemos conflictos como el que tenemos hoy con el tema de UPM (...) Creemos que no es hacia ese lugar que debe ir el país productivo", explicó Ortiz. En contraposición a la opinión de Ortiz, el doctor en Ciencias Sociales, Reto Bertoni, aseguró que en Uruguay no hay un plan estratégico de desarrollo explícito. "En realidad lo que hay son algunos esfuerzos en algunos sectores, en la industria por ejemplo, pero no hay una definición clara de las metas y objetivos desde el punto de vista de desarrollo", argumentó el especialista. Al ser consultado sobre cuál es el impacto que tiene la inversión extranjera en el país en términos de desarrollo, el director nacional de Industrias, Sebastián Torres, dijo que ésta ha tenido un impacto en la reducción de la pobreza, la indigencia y la desigualdad en los últimos años. "La inversión extranjera directa ha llegado al agro, a la industria y a los servicios", agregó Torres.