Entrevistas

Jorge Saravia (PN): Al no debatir nuevas doctrinas de seguridad, "no se comprende la importancia de la presencia de las Fuerzas Armadas ante las nuevas amenazas"

Jorge Saravia (PN): Al no debatir nuevas doctrinas de seguridad, "no se comprende la importancia de la presencia de las Fuerzas Armadas ante las nuevas amenazas"

Los ministros del Interior y de Defensa, Eduardo Bonomi y Eleuterio Fernández Huidobro, fueron convocados al Senado para ser interpelados por el tema seguridad, y se planteó la posibilidad de que las Fuerzas Armadas y la Policía actuaran de manera conjunta para que ambas fuerzas cooperen en sus tareas. El miembro interpelante fue el senador Jorge Saravia, del Partido Nacional, quien dialogó con En Perspectiva al respecto. El senador aseguró que el ministro Bonomi no se hizo cargo de la situación que aconteció en Santa Catalina, y que "cuando hay sistemas de saturación en barrios que hoy están liberados por el crimen organizado, la presencia del Estado se hace necesaria para que entren los servicios" es por ello que "estamos planteando apoyo de las Fuerzas Armadas con zonas de pacificación", declaró. Además, sostuvo que el Gobierno "está tratando de hacer una Policía partidaria y no una Policía Nacional", y que intentó "desvirtuar" la propuesta en la interpelación.


(emitido a las 7.48 Hs.)

EMILIANO COTELO:
¿Es posible que las Fuerzas Armadas y la Policía actúen en conjunto y que se establezca una única política en la que se unan la seguridad interna y la defensa nacional?

Vino el planteo que le hizo ayer el senador Jorge Saravia a los ministros Eduardo Bonomi, del Interior, y Eleuterio Fernández Huidobro, de Defensa Nacional, a quienes convocó al Senado para interpelarlos. Saravia consideró que actualmente no hay una definición clara del gobierno para que ambas fuerzas cooperen en sus tareas, lo que ha llevado a inacciones o a políticas erráticas.

Los ministros rechazaron el planteo del senador nacionalista y la discusión derivó de a poco a los temas de seguridad pública, en especial el reciente caso del barrio Santa Catalina.

Finalmente desde el oficialismo se aprobó una moción donde se manifiesta que las respuestas dadas por los jerarcas son satisfactorias, y se da el respaldo a las políticas desarrolladas en las dos carteras de Estado. Mientras tanto, la oposición optó por promover la censura al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, en base al artículo 147 de la Constitución. Por lo tanto la cámara alta deberá volver a reunirse el próximo jueves 21, para analizar la posibilidad de dar curso a esa moción, aunque desde ya se da por descontado que no alcanzará los votos dado que requiere una mayoría que el Frente Amplio puede bloquear.

Vamos a profundizar en lo que dejó este debate del día de ayer, conversamos con el senador Jorge Saravia, líder de Concertación Republicana en el Partido Nacional.

ROMINA ANDRIOLI:
¿En qué consiste su planteo, que defendió ayer durante la interpelación, de que las Fuerzas Armadas se involucren en la seguridad interna?

JORGE SARAVIA:
En vista a un trabajo que realizamos visualizando la discusión que se viene dando en América Latina fijando determinadas amenazas para los países del Cono Sur, sobre todo los países que no tienen amenazas externas, como Uruguay, que las amenazas son internas y refieren a las bandas de delincuentes, al crimen organizado, principalmente la internacionalización del delito que trajo un panorama de delincuencia en América Latina, del que Uruguay no terminó escapando. Hace más de cuatro o cinco años veníamos planteando la necesidad de discutir internamente una nueva estrategia de seguridad en Uruguay que no estuviera atada a las viejas doctrinas, donde se planteaba la seguridad de defensa para las Fuerzas Armadas y la seguridad ciudadana para la Policía. Los países de América Latina que han avanzado en este tema y que tienen una estructura de seguridad que está marcada en los libros blancos de la defensa o en la doctrina de seguridad interna han obtenido determinados resultados. Como Chile, Ecuador, que últimamente ha discutido este tema y ha encaminado la discusión hacia la participación conjunta de todos los poderes del Estado, incluidas las Fuerzas Armadas; el presidente [boliviano] Evo Morales, con la Ciudad Segura; Colombia, pero es una situación más compleja porque hay terrorismo, en lo que tiene que ver con la organización de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia], el crimen organizado y el narcotráfico; Brasil lo está aplicando con la pacificación de las favelas de Río. Ese es el planteo que nosotros le habíamos hecho al presidente.

RA – Pero en concreto, ¿cuáles son las tareas que usted entiende que los militares podrían desarrollar dentro de lo que hoy es la tarea de los policías o de la seguridad interna?

JS – Hay tareas en la doctrina moderna que ya se pueden estar aplicando porque la Ley de Defensa Nacional abre el espacio y la Constitución también. Primero: el espacio territorial de frontera que le corresponde a las Fuerzas Armadas no está custodiado, y ahí hay incluso denuncias internacionales del tráfico de armas, de droga y de todo tipo. No precisa demostrar claramente que está abierto porque un periodista argentino entró con una valija y ahí nadie lo controló. Esto quiere decir que tenemos vulnerable nuestra frontera. El espacio aéreo de Uruguay tiene algunos radares que lo controlan pero no tiene interceptores supersónicos para aeronaves, por lo tanto el espacio aéreo está totalmente descubierto, tener radares y no tener interceptores no sirve de nada. En las zonas rurales ha avanzado la delincuencia, el copamiento de establecimientos con muerte de peón. La Policía no existe, puede recorrer el territorio nacional como lo recorro yo, en las comisarías de campaña en las zonas rurales hay muy pocos efectivos y además muy mal armados y sin ningún vehículo como para acudir a grandes extensiones donde se está robando ganado o hay un copamiento. Hay unidades militares por todo el territorio nacional y lógicamente la doctrina marca claramente la posibilidad de las Fuerzas Armadas de hacer patrullaje de reconocimiento con presencia del Estado en apoyo a las fuerzas policiales. Y en las zonas urbanas y suburbanas existe la necesidad de un apoyo mucho más fuerte que el de helicópteros de la Fuerza Aérea en los operativos que realiza la Policía Nacional, lógicamente cuando hay sistemas de saturación en barrios que hoy están liberados por el crimen organizado la presencia del Estado se hace necesaria para que entren los servicios, nosotros estamos planteando apoyo de las Fuerzas Armadas con zonas de pacificación. Sobre todo en cuatro o cinco zonas que el propio inspector [Julio] Guarteche el día 29 desarrolló en una conferencia que dio, diciendo que las bandas tenían cuatro o cinco zonas libradas, sobre todo en Montevideo, son zonas que se pueden declarar extraordinarias o de emergencia y se puede aplicar este tipo de doctrina. Nuestra propuesta no es la salida del Ejército a la calle, como el gobierno trató de desvirtuar en la interpelación.

RA – Ayer el ministro Bonomi decía que su propuesta: "implica militarizar el Uruguay, cosa que no comparto", y esa propuesta de militarización, añadió, es "sin plazos y sin mecanismos de evaluación". "La presencia del Estado se quiere asegurar con campamentos militares. Discrepamos totalmente", señalaba Bonomi.

JS – No es así, eso demuestra que trataron de desvirtuar nuestra propuesta. Acá hay un tema de fondo que creo que pasa porque el gobierno está tratando de hacer una Policía partidaria y no una Policía Nacional, porque -en línea con lo que ha dicho púbicamente la senadora [Lucía] Topolansky- quiere un Ejército partidario. Entonces tratan de mantenerlos cerrados en compartimentos estancos para dominar determinados sectores de las Fuerzas Armadas y las policiales, ideológica y políticamente, y no permitir una nueva doctrina que transformaría a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas en fuerzas del Estado, y que eso tendría un control distinto, cruzado entre ellas pero además parlamentario y de regularización. No es cierto que no tenga control ni monitoreo, al contrario, está planteado que es gradual y se retira en el momento en que las fuerzas puedan controlar el territorio y a partir de ahí la policía militarizada, que está previsto en el presupuesto y es la Republicana, tenga mayor cantidad de efectivos para hacerse cargo de determinadas tareas que hoy no las está haciendo. Ese es el planteo y se trata de desvirtuar, porque los ministros no quisieron reconocer los errores. Además las debilidades internas que tiene el Ministerio de Defensa son realmente brutales en temas presupuestales y de diseño. Lo mismo le pasa al Ministerio del Interior.

EC – ¿Quiénes lo respaldaron con ese planteo? Me llama la atención por ejemplo que desde el Partido Colorado se lo rechazó

JS – En el Partido Nacional están de acuerdo e incluso hay propuestas de crear una policía militarizada a nivel nacional con la Republicana, la Policía Aeronáutica y la Prefectura Nacional Naval por parte del senador [Jorge] Larrañaga. Por lo tanto, estamos en la misma línea y además los senadores que opinaron del Partido Nacional dijeron que acá nadie está planteando militarizar, estamos planteando usar el poder del Estado en una situación de emergencia en la que están matando a ciudadanos en la calle todos los días. El Partido Colorado tiene nuestra propuesta, [Pedro] Bordaberry pidió dijo no a usar a las Fuerzas Armadas en plenas tareas policiales. Nosotros lo dijimos: no estamos planteando usar a las Fuerzas Armadas en plenas tareas policiales y mantener...

EC – Él dijo, textualmente: "Las fuerzas militares tienen que estar en cumplimiento de sus funciones especificas y no trasladarlas a tareas que son propias de la Policía. Unos y otros son distintos. Hay que ser cuidadosos con eso".

JS – Sí, nuestro planteo está en ese diseño. Como en Uruguay no se debate una doctrina de seguridad distinta a la que se está aplicando -que ya fue laudada en otras partes del mundo pero que América Latina se está rediscutiendo-, no se comprende la importancia de la presencia de las Fuerzas Armadas en la seguridad ante las nuevas amenazas. Creo que es ahí donde está el tema de fondo, y con eso no hemos logrado encontrar recepción en el gobierno porque va caminando por otros parámetros que a la sociedad le está costando muchísimo.

RA – ¿Usted entiende que la preparación actual de los militares es adecuada para desempeñar estas tareas que usted considera de seguridad interna?

JS – Hay más de la mitad de las Fuerzas Armadas que tiene una alta preparación, basta con ver los informes de Naciones Unidas felicitando a nuestras tropas, en el caso de Haití, donde cumplen tareas policiales con resultados extraordinarios. Por lo tanto hay una alta preparación, la que no está preparada en tareas de seguridad nacional, que hay que prepararla porque también tiene que actuar en la seguridad nacional de defensa y tiene que estar preparada para actuar en conjunto con la otra, es la Policía Nacional; pero eso necesita una formación de los cuadros nuevos. Esto es un tránsito a una política de seguridad distinta a la que se está aplicando en Uruguay, y necesita cuadros nuevos preparados en la Policía y también en las Fuerzas Armadas, que por lo menos tienen una alta preparación en el exterior.

No es cierto tampoco, yo se lo dije al ministro, lo que se ha dicho públicamente de que las armas que usan las Fuerzas Armadas son armas de guerra que no están para las zonas urbanas y suburbanas. Eso es contradictorio, porque el Ministerio del Interior compró armas de guerra rusas y un fusil que se usó únicamente por Estados Unidos en Afganistán. Por ejemplo el peregrino .50, que si se tira a dos o tres mil metros, donde dé en el blanco desintegra a una persona. No sé para qué tiene esos fusiles la Policía Nacional, si las armas es la excusa que da el ministro para que no se utilice a las Fuerzas Armadas en colaboración con las fuerzas policiales. Entonces es un apoyo a las fuerzas policiales que están perdiendo en el territorio nacional la presencia permanente del Estado.

RA – Yendo a otro de los puntos que estuvo presente en la interpelación, usted en un momento pidió la renuncia del ministro Bonomi. ¿En qué se basó para hacer un nuevo pedido en este caso?

JS – El responsable de la situación que vive el país y de las muertes que hay en la calle es el ministro Bonomi. En la semana en que sucedió el episodio de Santa Catalina dijo que el muchacho que había sido asesinado por la policía había tirado antes; luego dijo que no tenía un arma, que no había tirado; y al poco tiempo termina diciendo que la policía le había plantado un arma. Después asume públicamente un pedido de disculpas a Santa Catalina relacionándolo a la institución policial y sacándose de encima la responsabilidad, él es el responsable de la institución Policía. Si pide perdón, y si tiene ética de la responsabilidad política como debe tener cada uno que tiene un cargo, pide perdón y renuncia, porque el principal responsable de la institución y de la Policía Nacional es él. En otros tiempos, cuando los ministros tenían ética en la responsabilidad política de la gestión que estaban desempeñando, pedían perdón y renunciaban. Ahí nos hubiéramos sacado el sombrero con el ministro Bonomi, como dijo el senador [Francisco] Gallinal, pero no, hizo responsable a la Policía y él quedó en el cargo, o sea que se lavó las manos, la muerte se la tiró a la Policía inculpándola, porque además habla de tráfico de armas de la policía en sus declaraciones públicas, entonces yo digo: ¿hay tráfico de armas?, ¿hay armas que la policía captura y no las lleva al servicio material de armamento para su registro y posterior destrucción?, ¿quiere decir que le borran los números, las usan para implantarlas? Son responsabilidades del ministro y por eso pedimos la renuncia y planteamos la moción de censura al ministro para que caiga. Lógicamente, ustedes lo han dicho en la radio, los votos del Frente Amplio permanentemente están justificando a los ministros. Lo de Pluna es injustificable y siguen justificando a los ministros.

EC – Ustedes de todos modos siguen adelante con el procedimiento de la moción de censura, ¿por qué? ¿Cuál es la jugada, sabiendo que el resultado no va a salir?

JS – No es un tema de jugada, es un tema de marcar nuestra posición. Nosotros planteamos una moción de censura y lo que marca el reglamento y la Constitución es que luego de 48 horas, que es el tiempo para la reflexión del ministro y del presidente de la República para retirarlo; esa es la realidad, por eso está pensada la censura de esa manera. A partir de ahí se fija una sesión y se vota. No tendremos los votos, pero lo que marcan la Constitución y el reglamento es eso y nosotros lo planteamos en esa dirección. Yo creo que es marcar la posición del partido con el ministro del Interior, el gran responsable de la situación que vive el país de inseguridad general. No es solo Montevideo, mire que en los pueblos del interior la gente ya no puede ni dormir de tarde en la casa, que antes se dormía en cualquier pueblito chico de ventana y puertas abiertas, porque lo asaltan, lo copan, están matando a productores rurales, han asesinado peones, hay asaltos a los establecimientos, bandas que operan en la frontera, el territorio nacional es tierra de nadie, ¿quién es el responsable de todo esto? El ministro del Interior, por lo tanto se merece la censura. Ahora, en otros tiempos los ministros tenían jerarquía, cuando pasaba una situación como lo de Santa Catalina y un ministro pedía perdón, al momento se iba.

EC – En la sesión del Senado en la que se va a tratar la moción de censura, ¿usted espera que ocurra algo más? El Partido Nacional en particular ¿qué novedades va a aportar ese día?, ¿o simplemente se va a votar y no va a salir?

JS – No creo que haya novedades en la censura, porque necesitamos un voto más en la oposición para censurar al ministro y no lo tenemos y el Frente va a venir a votar, por más que se argumente en contra del ministro como lo hemos hecho, lógicamente la oposición no tiene los votos. Ese es el escenario planteado, pero así marcan el reglamento y la Constitución y hay que cumplir con los planteos constitucionales que hemos hecho.

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Foto: Archivo