La Subsecretaría de Transporte Marítimo de la República Argentina prohíbe desde el pasado 7 de noviembre que las cargas de exportación toquen puertos uruguayos. Semanas después, otro decreto bajó de 16 a 8 las barcazas que pueden integrar los convoys que operan en la Hidrovía, aguas abajo del puerto de Campana, con lo que el impacto es directo sobre Nueva Palmira.

En las últimas horas desde la vecina orilla se habla de un recrudecimiento de esta política. Los diarios Clarín y La Nación, fuertemente enfrentados con el Gobierno de Cristina Fernández, afirmaron en la tarde de este sábado que la prohibición de tocar puertos uruguayos es además para los que barcos que ingresen a Argentina. Es decir que, además de prohibir que las cargas de exportación transborden en terminales nacionales, se impide que las importaciones con destino a Argentina pasen por nuestras costas.

Operadores portuarios consultados por El Espectador dijeron desconocer si esta nueva medida ya se está aplicando. Cancillería argentina salió al cruce de esta información. El ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, desmintió a Clarín y a La Nación a través de la agencia oficial Télam. En breves declaraciones, Timerman afirmó que la prohibición de que barcos toquen puertos uruguayos antes de ingresar a Argentina es "falsa";.

Agregó por otra parte que "ninguna resolución argentina impide la libre circulación de buques por el puerto de Montevideo";.

Con respecto a la medida que rige desde noviembre relativa a las exportaciones, Timerman afirmó que "está circunscripta exclusiva y excluyentemente a procurar que la producción que se origina en la economía argentina sea exportada desde Argentina, generando más fuentes de trabajo y el desarrollo de los puertos nacionales";.

Esta disposición provocó una baja del 43% en la mercadería en tránsito por Montevideo, según cifras oficiales. A esto se suma una reducción de puestos de trabajo anunciada por operadores portuarios.  Es la más reciente de las medidas de la política económica del gobierno argentino que impactan negativamente en Uruguay, y que el Gobierno uruguayo procura destrabar.

Su implementación se conoció días después que el presidente José Mujica decidiera autorizar a la planta de celulosa UPM a incrementar el tope de su producción anual, lo que generó el frontal rechazo de la administración Fernández, y desde varios sectores se trazó un vínculo entre ambos temas.

El gobierno uruguayo quiere entablar un contacto directo con la vecina orilla por este asunto. Suspendida por tercera vez la cumbre del Mercosur prevista para el pasado viernes en Caracas, ahora los esfuerzos están enfocados en intentar una cumbre entre ambos presidentes en la reunión de la CELAC en La Habana el próximo 30, según afirmó a El Observador el canciller Luis Almagro.