Constanza Moreira (FA): "Hay que colocar el debate de las Fuerzas Armadas en la ciudadanía y no adoptar una actitud reticente"
El comienzo de la campaña electoral está marcado por algunos debates en cada interna. Dentro del Frente Amplio, la senadora y precandidata Constanza Moreira planteó el debate sobre el rol de las Fuerzas Armadas (FFAA) en nuestro país. La propuesta de reducir su presupuesto generó rechazo en integrantes del propio oficialismo, como el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro. La senadora Moreira dijo a En Perspectiva que "las declaraciones en ese tono agraviante y con el desconocimiento sobre lo que efectivamente se plantea no ayudan al debate público". Con respecto a las FFAA, Moreira considera que están "sobredimensionadas" debido a la "historia reciente de Uruguay" y que su planteo refiere a tener unas FFAA reducidas al tamaño del país. También sentenció que "Uruguay no tiene entre sus prioridades unas Fuerzas Armadas poderosas".
(emitido a las 7.49 hs.)
ALEJANDRO ACLE:
La importancia y la necesidad de que Uruguay cuente con Fuerzas Armadas, qué papel deben tener y qué recursos debe destinárseles, es un viejo debate en la izquierda. Esta discusión cobró fuerza en los últimos días, en pleno comienzo de campaña de las elecciones internas.
La propuesta de la senadora Constanza Moreira de reducir el presupuesto de las Fuerzas Armadas generó el rechazo inmediato de algunos grupos del oficialismo. En una columna publicada en su sitio web la precandidata afirmó que los gastos en defensa no deben tener la prioridad que sí deben tener la educación, la salud, la vivienda o la seguridad pública. Su posición fue calificada como un insulto y de una ignorancia supina por parte del ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, uno de los líderes históricos del MLN [Movimiento de Liberación Nacional].
Para hablar de este tema estamos en comunicación con la senadora Constanza Moreira.
¿Cómo evalúa la respuesta del ministro de Defensa este fin de semana a su propuesta?
CONSTANZA MOREIRA:
Las declaraciones en ese tono agraviante y con el desconocimiento sobre lo que efectivamente se plantea no ayudan al debate público, sin duda, pero me voy a obviar de calificar al ministro para clarificarle a la audiencia algunas cosas que me parece que son lo que la ciudadanía debe saber. La primera es que nuestra propuesta de reducir el presupuesto de las Fuerzas Armadas no es ajena a la izquierda, ni siquiera a los Gobiernos blancos y colorados. Ya que desde el 85 para acá, como el país heredó unas Fuerzas Armadas muy numerosas y que desempeñaban muchas funciones que antes estaban en manos de civiles como resultado de que gobernaron Uruguay durante más de una década, todos los Gobiernos trataron de reducir el presupuesto de las Fuerzas Armadas. Si uno mira desde el 85 para acá las Fuerzas Armadas han ido reduciendo su presupuesto y su número de efectivos: tenían algo así como 40.000 efectivos a la salida de la dictadura, este Gobierno empieza con 26.000 efectivos. Este mismo Gobierno, primero con el ministro [de Defensa, Luis] Rosadilla, luego con Fernández Huidobro, como no podemos echar a funcionarios públicos, lo que empieza a hacer es no llenar las vacantes que se van generando como resultado de que los militares se jubilan muy temprano para lo que es el resto de las jubilaciones en Uruguay. Esa es otra de las cosas que queremos reformar, y sobre las cuales yo creo que el ministro ignora que existe un cierto consenso.
Entonces, todos los Gobiernos intentaron, y lograron de distinta manera, reducir el número de efectivos y el presupuesto.
Yo siempre pongo como ejemplo que si uno suma todo el presupuesto del Poder Legislativo, todo el del Poder Judicial y todo el de la Cancillería -embajadas, consultados, toda la representación de Uruguay en el exterior-, no llegaría a pagar lo que gastan las Fuerzas Armadas. Tenemos unas Fuerzas Armadas sobredimensionadas como resultado de la historia reciente de Uruguay. ¿Qué han hecho los Gobiernos?, tratar de no llenar las vacantes que se producen. Pero en este período cuando no se llenaron las vacantes el dinero que sobró, en vez de ir para el resto del Estado y ser distribuido en otras políticas sociales, se lo quedó el Ministerio de Defensa. Entonces el primer año se mejoró el sueldo de los soldados -lo cual era muy importante porque era muy bajo y el propio presidente [José Mujica] se había comprometido a eso- pero en los períodos siguientes se siguió mejorando el sueldo de los oficiales superiores.
¿Cuál es la propuesta que yo planteo como precandidata a la Presidencia de la República?, continuar con el esfuerzo de reducir el presupuesto y el número de efectivos en las Fuerzas Armadas que es algo que, insisto, vienen haciendo todos los Gobiernos del 85 para acá. Para finalmente darle a las Fuerzas Armadas el tamaño que deben tener en relación a las hipótesis de conflicto sobre la defensa nacional, la principal hipótesis de conflicto que existía en el pasado era un conflicto bélico entre Argentina y Brasil, esa hipótesis está descartada desde que Brasil elije a Argentina como su socio estratégico en América Latina. Al mismo tiempo modificar el sistema de retiros y pensiones militares que hace que los militares se jubilen antes de los 50 años con el 100% de la jubilación cuando en este país nadie se puede jubilar antes de los 60. Esta ley del retiro tan temprano de los militares es una ley que viene de la guerra, entonces si uno está en guerra es lógico que se jubile a los 50 años, pero yo insisto en que en este país tienen mucho más estrés los trabajadores de la salud, los de la educación o los policías, que las Fuerzas Armadas que no están en ninguna situación de guerra real ni virtual.
ROMINA ANDRIOLI:
Respecto a su planteo, está claro que no es una eliminación de las Fuerzas Armadas sino una reducción en la cantidad de efectivos…
CM – La trivialización que hace el ministro es francamente incomprensible, porque nadie plantea la disolución de las Fuerzas Armadas, incluso cuando recién comenzó este período de Gobierno algún diario sacó "senadora Constanza Moreira planea disolver a las Fuerzas Armadas" y el propio ministro me llamó para decirme: "Yo no creo que vos estés planteando eso". Por supuesto que ese planteo se podría hacer, pero nadie lo está haciendo ni fue ese el planteo que se llevó al Congreso del Frente Amplio [FA].
RA – ¿Y cuáles son a su entender las funciones que deberían tener las Fuerzas Armadas, acorde con esta reducción que usted está planteando?
CM – En primer lugar, todas las funciones que corresponden al Ministerio del Interior las tiene que tener dicho Ministerio y no las Fuerzas Armadas. ¿A qué me refiero con esto?, todo lo que es la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, todas estas son funciones que los propios documentos del Congreso del FA han definido como propias del Ministerio del Interior. A pesar de ello todavía subsisten dentro de las Fuerzas Armadas comandos anti terroristas, el comando Escorpión de rescate de rehenes, o los perros con explosivos, etcétera, diversos programas que a mi juicio tienen que estar dentro del Ministerio del Interior y no dentro de las Fuerzas Armadas.
En este período conseguimos que Meteorología saliera de Defensa y volviera a manos civiles, el sistema de cuidados de parques nacionales, la aviación civil, sobre esto hay estudios que ha hecho el propio FA, me parece que el ministro desconoce el recorrido que el FA ha tenido en esta materia. Me parece que lo que se está planteando está en línea con los viejos documentos del Congreso de 2008, cuando todavía el general [Víctor] Licandro estaba vivo y daba algunas lecciones en estos temas, y con lo que ha sido la línea de tener unas Fuerzas Armadas reducidas al tamaño país, que ha sido la tradición histórica de Uruguay hasta fines de los 60.
AA – Usted habla de la tradición que ha tenido este planteo en la izquierda y en el propio FA, pero el ministro de Defensa decía el sábado que la posición que usted está sosteniendo en este momento ya fue derrotada en el último Congreso del FA.
CM – Yo creo que el ministro plantea mal las cosas. No es que fue derrotada en el FA, el FA evitó tomar un posicionamiento explícito respecto a cuánto había que reducir a las Fuerzas Armadas en número de efectivos, si se iba a modificar o no la ley orgánica de las Fuerzas Armadas, que es la que permite este retiro a edades tempranas con el 100% de la jubilación. Al Congreso no le dio la energía, de la misma manera que no le dio para el 6% de la educación, se quedó unos pasos antes de asumir compromisos tan efectivos. Luego los propios candidatos, tanto el doctor Tabaré Vázquez como yo, estamos yendo un poco más allá de lo que el Congreso comprometió. El doctor Vázquez acaba de decir que está de acuerdo con llevar la educación al 6% y yo estoy diciendo que hay que continuar con la reducción del presupuesto y el número de efectivos de las Fuerzas Armadas, continuar con la política de no llenar de vacantes que ya se inició en este período. Con la diferencia de que los ingresos que se generen en vez de quedar dentro del Ministerio de Defensa pasen a Rentas Generales para que, entre otras cosas, podamos asignar recursos para la educación. Es lo que plantea el Ir, y de alguna manera el doctor Vázquez cuando plantea lo del 6% para la educación sabe que para llegar a ese presupuesto se necesita modificar la política tributaria o hacer redistribuciones dentro del mismo presupuesto, porque no es tan fácil conseguir plata extra para estas cosas.
RA – ¿Usted le reconoce a las Fuerzas Armadas algo que tanto Mujica como Fernández Huidobro destacan muchas veces al hablar de este tema, que es el papel que tienen en cuanto a rol social con su actuación en eventuales catástrofes? Hoy leíamos declaraciones de Mujica hablando de que las Fuerzas Armadas son las únicas que llegan ante eventuales situaciones de riesgo, ¿usted comparte esa visión?
CM – Yo creo que las Fuerzas Armadas desempeñan ese rol porque están desplegadas, tienen infraestructura y tienen personal en todo el territorio nacional, pero estas funciones deberían ser civiles, no deberían estar en manos de las Fuerzas Armadas. De hecho el Sistema Nacional de Emergencia que se ha orquestado durante este Gobierno, cuenta con varias instituciones, una de las cuales es la Fuerzas Armadas por el hecho de que tienen esa infraestructura en el territorio, por lo que es importante usarla. Eso está muy bien, pero no es misión de las Fuerzas Armadas socorrer inundados, nadie, ni siquiera el propio ministro Fernández Huidobro sostendría que la defensa nacional es ayudar al país en situaciones de catástrofe. No encuentro ninguna razón, salvo la lógica de los hechos, y es que las Fuerzas Armadas están allí en el territorio, para que esas funciones no puedan ser de la inteligencia civil. Me parece que eso son desplazamientos de las funciones de las Fuerzas Armadas que se hacen porque están allí, entonces que colaboren en esto, que presten parte de su infraestructura para usarla en nuevos locales de la UTU, vamos a usar sus helicópteros. Pero es por la lógica de los hechos que se aprovecha esta infraestructura y estos recursos humanos en estas tareas, y no porque esas sean las tareas asignadas a la defensa nacional.
AA – ¿Le parece que este tema va a tener alguna incidencia en la campaña electoral que está empezando? ¿Queda más tirante la relación entre algunos de los grupos?
CM – A mí me parece que la campaña electoral es un buen momento para poner los puntos sobre las íes, para hablar de temas que importan, que no se hablan, que se transforman por la propia opacidad de las Fuerzas Armadas en temas que a la población le parecen muy complejos. Cuando un ministro habla sobre la ignorancia y descalifica permanentemente al que quiera hablar de las Fuerzas Armadas creo que en vez de estar haciendo lo que debería hacer, poner la política pública que se desarrolla a consideración de la ciudadanía -porque esa es nuestra vocación profunda y esa es nuestra perspectiva política, nosotros discutimos el programa y las políticas por la ciudadanía-, lo que hace es retacear la información y transformar la discusión de las Fuerzas Armadas en algo que solo pueden hacer las armas. Cuando, en realidad, la ley de defensa que hoy existe es porque un día se juntó la Universidad, Naciones Unidas, la sociedad civil, las Fuerzas Armadas, y dijeron: "Bueno, vamos a tener una ley de defensa nacional, vamos a reformar la ley orgánica de las Fuerzas Armadas del año 1974". En realidad la transformación se hace con la sociedad, con los partidos, con la academia.
Entonces me parece que nosotros en este período que viene, en el caso de que yo fuera la presidenta, pero si no fuera lucharé por estas cosas igual, lo primero que tenemos que tener es un poquito más de información sobre las Fuerzas Armadas, colocar el debate sobre las Fuerzas Armadas en la ciudadanía y no adoptar una actitud defensiva y reticente de cualquier debate, que es la que adopta mucha gente y muchas de las autoridades relacionadas al tema, no me refiero solamente al ministro. Estoy firmemente convencida de que Uruguay no tiene entre sus prioridades unas Fuerzas Armadas poderosas, en cambio sí es prioridad una buena educación, una buena salud, un plan de vivienda que acabe con la emergencia habitacional, la violencia, la seguridad pública, el Sistema Nacional de Cuidados. Creo que esas son las prioridades del país, no unas Fuerzas Armadas poderosas.
Con respecto a la campaña, está muy bien que estemos empezando dando este debate y diciendo qué queremos al respecto. Lo que yo quiero está expresado en negro sobre blanco en varios documentos que he publicado y que hice llegar a la Mesa Política: la reducción del presupuesto y del número de efectivos, la modificación del sistema de retiros y pensiones militares, no solamente porque es deficitario y lo paga toda la población sino porque es injusto y un sistema de privilegios, y por supuesto la retirada y salida definitiva de Haití. Estas son las ideas que yo traigo a la campaña electoral y estoy para someterlas a un debate dentro de la izquierda, nosotros hace mucho tiempo que lo venimos dando, pero también con el resto del sistema político. Pero un debate por lo alto, porque decir "esto es de ignorante", confundir las cosas, decir que uno quiere disolver a las Fuerzas Armadas simplemente porque tiene un plan más o menos racional de reestructuración de las Fuerzas Armadas para la escala país que tenemos, no ayuda al debate que está empezando. Yo voy a poner todas mis ideas con toda la fuerza y la convicción que me asisten, pero las voy a poner en el marco de un debate ciudadano de buen nivel, para empezar esta campaña de guante blanco, no vamos a empezar peleándonos entre la izquierda.
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