La opinión pública

La competencia entre partidos a la segunda semana de octubre

La última encuesta de Factum, cerrada el domingo 10, no revela mayores cambios en la intención de voto por los partidos que se ubican en los primeros lugares. El Encuentro Progresista sigue en el 52% y el Partido Nacional en 31%. Se destaca, sin embargo, otra caída del Partido Colorado al 8%. Factum también consultó sobre la percepción de la ciudadanía sobre la importancia del debate. Y las respuestas no fueron "inocentes". Mientras la mayoría de los encuentristas lo consideró poco importante, la mayor parte de los blancos opinó que era muy importante.

(Emitido a las 08.33)

EMILIANO COTELO:
Cuando quedan 17 días para las elecciones nacionales Factum presenta la segunda encuesta del mes de octubre realizada este fin de semana que pasó. El politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum, analiza cómo continúa este último mes de campaña electoral rumbo a las elecciones nacionales.

Empezamos con una aclaración.

OSCAR A. BOTTINELLI:
Hay que hacer una aclaración que tiene que ver con el semanario Búsqueda de ayer. Como en esta época los días importan mucho, de otro modo tardaría una semana entera hacerla. Hay un error en los números referidos a Factum. La confusión es muy lógica porque manejamos muchísimas cifras ya que hacemos muchos cortes que van desde los completamente decididos en un extremo hasta una proyección de votos en otro, según los distintos análisis en distintos medios. En lugar de tomar la intención de voto actual, que es de 52, 31, 9, tomaron las cifras de los completamente decididos, que son mucho menores para los tres partidos. En la serie de intención de voto de setiembre y para comienzos de octubre publican sólo los completamente decididos, lo que aparece como una caída de todos los partidos.

Ese error se debe seguramente a una confusión que se produjo al manejar el cúmulo de cifras distintas que damos. Hacemos la aclaración no porque no la vaya a hacer el semanario Búsqueda, sino porque de otro modo habría que esperar una semana entera para hacerla y si no se hace ahora la gente podría confundirse.

EC - Hecha la aclaración, pasemos a los números de la nueva encuesta.

OAB - La ficha técnica es más o menos la estándar: se relevaron 896 casos, el grueso de la encuesta se cerró el domingo 10 y se continuó hasta el miércoles haciendo las últimas entrevistas que habían ido quedando colgadas; es representativa del 100 por ciento del país. La ficha técnica completa está en el sitio de Factum. Es importante marcar que las cifras de intención de voto a las que llegamos y lo que nos permite proyectarlas un poquito más hacia adelante es producto de 25 preguntas dirigidas a explorar desde distintos ángulos de enfoque cómo ve la gente la opción electoral actual, la historia electoral de los votantes, simpatías y antipatías por los distintos dirigentes, opiniones sobre ellos, opciones en distintos escenarios.

EC - Las cifras al 10 de octubre son las siguientes:

- Encuentro Progresista - Frente Amplio: 52%
- Partido Nacional: 31%
- Partido Colorado: 8%
- Partido Independiente, redondea: 1%
- En blanco, anulado, otros partidos: 3%
- Sin definición: 5%

OAB - Como podemos ver, ha habido una escasísima variación, estamos hablando de una semana comparada con otra, aunque es una semana muy cercana a la elección. La única variación ha sido un punto que pierde el Partido Colorado (PC) que pasa a incrementar el conjunto que hemos formado de votos en blanco, anulados y a los otros cuatro partidos (Partido Intransigente, Unión Cívica, Partido Liberal y Partido de los Trabajadores).

Podemos descomponer estas cifras (y acá es donde puede venir la confusión) entre las personas completamente decididas y aquellas que hoy votarían a determinado partido pero todavía no han terminado de afirmar su voto, están en duda.

En el EP-FA el 52% se descompone en:
- Completamente decididos: 49%
- Dudosos (que hoy lo votarían pero todavía les falta de afirmar el voto): 3%

En el PN el 31% se descompone en:
- Completamente decididos: 26%
- Dudosos: 5%

En el PC el 8% se descompone en:
- Completamente decididos: 7%
- Dudosos: 1%

EC - ¿Cómo han sido las variaciones si consideramos un período un poco más largo, por ejemplo desde las internas de junio?
 
OAB - Desde las internas tenemos lo siguiente: el EP-FA ha estado 49-50 por ciento, saltó en octubre a 52 y se mantiene por segunda semana consecutiva en ese nivel, lo cual es un dato, no fue uno de esos picos que cada tanto se presentan.

El PN está en una banda de 30-32, que esté en 31 ahora no es demasiado preocupante.

El PC ha venido teniendo 13, 12, 11, 10, 9 y ahora 8, lo cual está marcando un nivel de caída preocupante. Es probable que vote por encima de esto de acuerdo a quienes tienen simpatía por este partido, pero es un nivel inimaginado a comienzos de este año.

También es importante ver para atrás en dos períodos. Por un lado ver el quinquenio, es decir desde la última elección nacional a hoy.

EC - ¿Qué se nota en ese período?

OAB - En ese período se notan tres fenómenos distintos según los partidos, con un eje central ubicado a mediados de 2002 que va desde la devaluación hasta la crisis bancaria.

En el EP-FA tenemos un primer período durante el cual se mantuvo el nivel de la votación de 1999, 44 por ciento -suma del EP-FA más el Nuevo Espacio-, moviéndose entre el 44 y el 46 por ciento. Recordemos que la izquierda siempre se movió por encima del resultado de la última elección; ha sido así desde 1971. Pero luego de la crisis saltó y pasó a estabilizarse entre 49-50, por lo tanto el 49-50 con que llegó hasta fines de setiembre no viene de los últimos tres meses; salvo pequeñísimos movimientos lleva dos años de estabilidad en esa franja. Este dato es muy importante para ver la perspectiva electoral.

El PN, como hemos visto muchas veces, estuvo planchado en alrededor del 15 por ciento hasta casi fines del año pasado, cuando se produjo el vertiginoso ascenso que posiblemente lo lleve a tener el mejor resultado de las tres últimas elecciones.

El PC empezó a caer enseguida de las elecciones, o inmediatamente después del comienzo del gobierno. Cayó del 32 que tuvo en las elecciones a 21 a principios de 2002, ahí se produjo una segunda caída al 15; estuvo estable en ese nivel hasta abril-mayo y luego se produjo una nueva caída que arrancó en el 15, pasó al 14, al 13 y hoy llega al 8 por ciento.

Pero también es importante ver 40 años para atrás.

EC - ¿Por qué nos vamos tan lejos?

OAB - Bueno, de repente porque uno no es tan chiquilín... Lo que ocurre es que a veces hay una tendencia a sobreestimar los hechos puntuales en una campaña electoral, a veces uno escucha análisis de coyuntura que dicen: "Fulano perdió porque estornudó cuando iba a hablar en la cadena de televisión", pero resulta que cuando uno mira líneas de larga duración llega a la conclusión de que estornudar o no, no cambiaba el resultado.

Entre 1942 y 1996 los partidos tradicionales sumados estaban cerca del 90 por ciento y los partidos no tradicionales, de centro a centroizquierda e izquierda, estaban en el 10. Desde 1966 a aquí se produce este fenómeno: en todas las elecciones que hubo desde entonces, incluyendo el pequeño espacio de 28 días entre octubre y noviembre de 1999, los partidos tradicionales siempre perdieron porcentualmente votos y la izquierda siempre creció porcentualmente, sin una sola excepción, y terminaron en el balotaje en 53 por ciento los partidos tradicionales y 45 por ciento la izquierda, contra 54 a 44 de octubre.

Estamos hablando de 1966 a 1999, y vimos que el fenómeno continúa, hoy ya se cruzaron las líneas y la izquierda es más que los partidos tradicionales. En estos 40 años hubo gobiernos de todo tipo, de todo color, hubo períodos de crecimiento económico y períodos de caída económica... Si viene un extranjero que no tiene idea de Uruguay dice: en este país todos los hechos ocurren en una sola dirección, como si fuera lineal lo que pasa en la economía. Es un fenómeno que hay que atender.

Queda claro que la crisis de 2002 no es el desencadenante del crecimiento de la izquierda, sino en todo caso como un acelerador de un proceso que viene desde el año 1966. Tampoco es un creador de la caída de los partidos tradicionales, sino en todo caso un acelerador de una caída que también viene desde 1966. No hay que perder de vista estas perspectivas porque las explicaciones coyunturales siempre son válidas pero sólo para explicar que en medio de una tendencia un partido esté un par de puntos más arriba o más abajo, no para explicar todo el fenómeno.

***

EC - Además de la encuesta de intención de voto como tal, que acabamos de repasar ahora, ¿ustedes van midiendo cómo ve la gente, cómo reacciona ante hechos fuertes que se dan en el devenir de la campaña?

OAB - Sí, vamos observando distintas cosas. Una de ellas, por ejemplo -polémica que ya terminó-, fue el tema de los debates. Hemos medido varias cosas, de las cuales vamos a presentar rápidamente tres: qué importancia tienen, por qué quiere debatir Larrañaga, por qué no quiere debatir Vázquez.

EC - ¿Tenemos números a propósito de esas preguntas?

OAB - A propósito de las tres.

Qué importancia tiene para la gente el debate:

- Considera que es muy / bastante importante: 34%
- Que es poco o nada importante: 48%
- Más o menos: 10%
- No opina: 8%

Es decir, triunfa la posición de que es poco importante el debate. Claro, uno se pregunta si esto no tendrá algo que ver con lo que vota cada uno.

EC - Sí, los números se parecen bastante a los de los tres principales partidos.

OAB - Más o menos. No hay que explorar demasiado para decir que no es un mero parecido. Entre los frenteamplistas los que consideran que el debate es poco importante son el 69 por ciento y sólo el 17 considera que es importante. Y entre los blancos el 57 considera que es muy importante, aunque realmente llama la atención que el 32 lo considere poco o nada importante. Es decir, parece más sólidamente alineada la posición de los votantes frenteamplistas que la de los blancos. Aquí uno nota que no hay posturas abstractas sobre qué bueno o qué malo es el debate, sino que están muy correlacionadas con lo que se vota: primero decido el voto y después veo si el debate es importante según lo que haga mi candidato.

EC - Pero tú decías que habían hecho un par de preguntas más.

OAB - Sí. La segunda pregunta era por qué Larrañaga quiere debatir y la tercera por qué Vázquez no quiere debatir. Se le dio cuatro opciones a cada uno que tenían que ver con los perfiles de cada uno. La gente consideró lo siguiente:

Larrañaga quiere debatir:

- Porque está perdiendo, es un manotón de ahogado para salvarse: 36%
- Porque cree sinceramente que el debate ayuda a la democracia: 25%
- Porque cree que así se asegura ganar: 13%
- Dice que quiere debatir pero en realidad no quiere: 6%
- No opina: 20%

Vázquez no quiere debatir:

- Porque está ganando y no quiere arriesgarse: 28%
- Porque cree sinceramente que el debate no contribuye a nada: 24%
- Porque tiene miedo de perder: 15%
- Le da lo mismo debatir o no, pero busca enojar a Larrañaga: 13%
- No opina: 20%

En general en los dos casos predomina la posición de verlo desde el punto de vista de los resultados electorales, uno quiere debatir porque está perdiendo y el otro no quiere porque está ganando. El otro ángulo tiene que ver con atribuirle sinceridad desde el punto de vista de los principios: uno cree que ayuda a la democracia y el otro que no contribuye a nada. Las opiniones se dividen por mitades entre atribuirlo a un cálculo electoral o a una postura sobre el valor que esto le da a la campaña electoral.

EC - ¿Alguna conclusión final?

OAB - Desde el punto de vista de la elección presidencial vemos que lo único que está en juego en este momento, con estas cifras, con el 52 por ciento para Vázquez, para el EP-FA, que se mantiene dos semanas consecutivas después de haber estado dos años estable en 49-50, es que se derrumbe por algún hecho ese 3 por ciento de personas que hoy votarían al EP-FA pero están dudosas. Lo normal, vistas elecciones anteriores, es que los dudosos terminan votando para el lado que van si no hay algún gran acontecimiento que los impacte y los haga correrse. Ahí está la clave de la elección: en si los opositores a Vázquez lograrán algo, no para convencer a su propia gente ni a los que no tienen definición partidaria; con eso no cambian al resultado, el resultado sólo puede cambiar si logran que los que están ya votando a la izquierda pero con dudas afirmen esas dudas y cambien el voto. En eso está exclusivamente la posibilidad de un cambio del resultado de la elección de aquí al 31, en estos 14 días que quedan de campaña electoral, ya que la misma termina el jueves 28.

EC - Estos días hemos recibido la consulta a propósito de qué manera puede incidir el voto de quienes vienen desde el exterior a sufragar ese día, ese tipo de categorías especiales de votantes.

OAB - Se puede decir que hay tres elementos que las encuestas no toman en cuenta. Uno es una proporción muy baja de la población, de alrededor del 1 por ciento, que en las encuestas llamamos "hogares colectivos", que no se cuentan: hospitales, conventos, cuarteles, es decir los lugares donde la gente vive colectivamente. Como nunca se encuestó esa población, en principio se presume que su comportamiento no es demasiado diferente del conjunto de la población porque de otro modo hubiera provocado cambios que no se han visto.

En segundo lugar, dos categorías: el voto oculto y el voto silencioso. El voto oculto es el "no contesta", que hemos procesado siempre y está contemplado, hay una serie de elementos de la propia encuesta que permite ver para dónde va el que no contesta.

El silencioso es el que rechaza la encuesta. Es el que se produce cuando a una persona le golpean la puerta, abre y dice: "No, gracias, no tengo tiempo, no me interesa contestar encuestas". En estos días hubo una ofensiva diciendo que el voto escondido va a cambiar el resultado. La realidad es que el nivel de rechazo que se tiene en las encuestas, que estamos siguiendo muy atentamente, se sigue siempre, es exactamente el mismo que hubo en 2003 y en 1999, es una cosa constante. En 2003 el voto escondido no cambió lo que venían dando las encuestas en relación al Sí y el No de Ancap, y lo mismo podemos decir de la elección de 1999.

Lo que podemos decir es que quizás toda la suma del voto oculto y el silencioso en 1999 le dio un par de puntos al PC cuando estaba en 32; es probable que en un PC que está en el 8 todo ese voto oculto y silencioso lleve a que en lugar de 8 sea 9, por ejemplo, pero no hay que esperar más allá de esos cambios.

Sobre el voto del exterior, seguramente viene mucho más masivamente hacia la izquierda que hacia otros partidos, puede tener una incidencia de algún punto a favor de la izquierda. Pero uno tiene la sensación de que salvo que la elección venga en niveles muy reñidos, como fue el principio de 1996 o la elección de 1999, en la que un decimal era un mundo, todos el juego del voto del exterior y el voto silencioso, en los grandes números terminan compensándose unos con otros y no varía demasiado lo que estamos viendo. Lo decimos con prudencia, no decimos que el impacto es absolutamente cero, pero más o menos se compensan el uno con el otro.

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EC - Nos reencontramos el próximo martes.

OAB - El próximo martes, con nuevos datos de esta misma encuesta.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón