Washington Abdala: "Me hace mal ver al batllismo como algo testimonial cuando ha sido poco menos que la esencia de la República"
La política uruguaya tiene un nuevo -y no tanto- integrante. Washington Abdala, el viejo "soldado del Foro Batllista", incursiona nuevamente en la política, adhiriéndose a la candidatura de José Amorín. En su alejamiento de la vida política, Abdala incursionó en el mundo del stand up, adquirió un protagonismo importante en las redes sociales y es panelista en programas de TV. Con motivo de su vuelta a la política En Perspectiva conversó con él. Abdala -también conocido como el "Turco"- dijo que su alejamiento se debió a que en ese entonces sentía que "ya no representaba nada". Con respecto a sus últimas apariciones públicas, más que nada vinculadas a lo humorístico, Abdala asegura que "el umbral de utilizar el humor en algún territorio te aumenta la libertad". En cuanto a su retorno y su afiliación política señaló: "yo no me siento muy colorado, me siento más bien batllista. A mí el Partido Colorado me pesa mucho".
(emitido a las 9.00 hs.)
EMILIANO COTELO:
Hace pocos días Washington Abdala sorprendió a todos cuando anunció su regreso a la actividad política y este lunes confirmó que lo hará apoyando la precandidatura de José Amorín en la interna colorada.
El hombre que llegó a definirse a sí mismo como "el soldado del Foro Batllista" estaba ausente de la vida partidaria desde 2010, cuando terminó muy desencantado en lo que fue su último período como legislador.
Pero no desapareció del todo. Al poco tiempo comenzó a mostrarse en una nueva faceta que para muchos resultó desconcertante. Se zambulló en las redes sociales, produjo videos caseros que dieron mucho que hablar, saltó a la televisión integrando el panel del programa "Esta Boca Es Mía" en Teledoce, publicó un libro y hasta decidió incursionar en el stand up.
Después de toda esa peripecia, ¿por qué regresa a su viejo amor? Vamos a charlarlo con él en los próximos minutos.
Doctor Washington Abdala, buen día.
WASHINGTON ABDALA:
Buen día, Emiliano, ¿cómo andamos?
EC – Doctor, ¡qué formal eso! o "Turco", porque Washington Abdala nunca le ha rehuido al apodo, al revés, Abdala es el "Turco", el "Turquito" en una época.
WA – Sí, todavía me siguen diciendo "Turquito" los veteranos.
EC – ¿Por qué te alejaste de la política en el año 2010?
WA – En aquella época me parece que yo ya no representaba más nada. Te puedo hacer la teoría del conflicto de las posiciones, pero mirado en perspectiva me parece que cuando uno ya no representa nada tiene que correrse de escena.
EC – En el período anterior (el que terminó en 2010) todavía había sido legislador, el único del Foro. Y a las elecciones no te presentaste.
WA – No, para nada, porque como allá por 2009 hice ese crack entre político, emocional y alguna cosa más, de última lo que hice fue correrme a un costado y punto. Yo no soy de esos tipos, creo que tú me conocés esa faceta, creo que uno tiene que ser lo más auténtico en la vida, y si vos no estás convencido de algo no vas a andar. Entonces, seguir por inercia en política por una posición no me iba a salir bien.
EC – Había de por medio un distanciamiento con el ex presidente Julio María Sanguinetti también.
WA – Sí, había un conflicto con Sanguinetti, con la organización del sector… Pero tiendo a creer que más bien fui yo el que ya no sintonizaba la frecuencia en la que estaban los demás. A esta altura no creo que importe mucho quién tenía razón, creo que tenía razón yo (risas) en lo que argumentaba en esa época, pero no importa. En realidad era un tema más bien emocional, yo no estaba con más ganas de seguir.
EC – ¿Habrá jugado de alguna forma aquello de haber sido "el soldado del Foro Batllista", ese disciplinamiento fuera lo que fuere?
WA – No sé, creo que no, también a esta altura ya me doy el lujo de tener dudas, porque hay una etapa de la vida en la que tenés dudas. Yo no sé exactamente lo que sucedió, sé que ya no estaba con ganas, no tenía la fuerza emocional.
EC – Porque una interpretación que se hizo en su momento fue: Abdala se jugó 100%, hizo el papel más duro, hizo todos los deberes que tenía que hacer y después sintió como que no le estaban reconociendo ese merito a la hora de asignar responsabilidades.
WA – Yo no… no quiero ir mucho hacia ese lugar, no por negarte ninguna respuesta, pero hay veinte lecturas que uno puede hacer. Esa puede hacer una, otra puede ser que no tenía fuerza anímica, otra que estaba decepcionado un poco con todo, yo qué sé… Igual, no lo digo para que pases a otro tema, pero viste que cuesta interpretarse a uno mismo, es medio narcisista, y a mí en realidad mucho ya no me preocupa porque ya está, ya no lo puedo arreglar.
EC – No me interesaba tampoco profundizar demasiado en eso, simplemente que el oyente recordara por lo menos el ambiente en el que tomaste aquella decisión.
Dejaste la política pero no desapareciste de la vida pública. Te fuiste ingeniando para tener presencia de otra manera, empezaste a construir otro espacio para interactuar con la sociedad. Desde tu casa te subiste a Facebook, a You Tube, a Twitter, pero además lo hiciste de una manera irreverente y hasta insolente, mezclando crítica y humor. Cambiaste incluso tu apariencia: archivaste el traje y la corbata y pasaste a vestirse más informal, casi adolescente -desubicada podía decir alguno-. Te metiste en televisión, mencioné recién lo de panelista en "Esta Boca es mía", te animaste con el stand up. ¿Qué fue todo eso? ¿Qué estabas buscando?
WA – Creo que es un viaje en el que me parece que uno va encontrándose a sí mismo. Todos los que estamos en la comunicación, el periodismo, la política, de una forma u otra hay algún pistón mental que establece: "yo puedo hacer algo por la sociedad desde un lugar en donde engancho y comunico con los demás". No porque seas narcisista sino porque creés que lo que vos leés, el cómo mirás la sociedad, capaz que le sirve a otros. Desde esas plataformas empezás a producir cosas.
Yo soy docente de Ciencia Política de toda la vida, necesito el contacto con la gente. He sido político durante muchos años, me gusta la comunicación, no publiqué uno sino dos libros en ese interregno, uno aún más irreverente que el otro. Uno se llamaba "YouTurk, delirios bipolares" y el segundo, "El botox", que va más en una línea irónica pero de interpretación de lo que la sociedad está viviendo. Tipos como yo -que hay montones- en realidad lo que quieren es en alguna medida agitar la sociedad, tratar de cambiarla desde el lugar en el que están.
A mí me parece que es eso, a mi me pasó que me encontré con una libertad que yo no tenía. Cuando vos sos un hombre -o una mujer- integrante de un partido sos una polea de transmisión. Yo me encontré de un día para el otro en un territorio muy solo, porque cuando te pasan las cosas que me pasaron a mí los partidos te dejan muy solo. Además nunca dejé de ser batllista pero me salí de todo lo partidario electoral, no pisé nunca más la Casa del Partido Colorado (PC), antes de ayer fue la primera vez que la pisé después de cinco años, lo hice con tranquilidad, pero no te creas que no fue una bocanada complicada.
Además, los cincuenta y pico son otra etapa de la vida en la que, por lo menos a los hombres, nos pasan muchas cosas por la cabeza y uno empieza a pensar: "si no soy yo mismo, ¿cuándo es que soy yo mismo?".
EC – Llegaste a calificar esa experiencia como algo "psicodélica".
WA – Sí, esa es una expresión "muy beatle". Creo que alguno la puede entender como un viaje -sin drogas porque nunca hubo-, pero psicodélica en el sentido de mucho color, mucha naturalidad, sin medir consecuencias. Muchos de los videos que hice en su momento eran juguetones, divertidos, pero yo siempre busqué un mensaje, no hago videos del Payaso Plin Plin, eran todos videos que en definitiva tenían siempre un mensaje desde un lugar de la sociedad, si querés crítico, irónico, mordaz, juguetón, pero siempre tratando de decir cosas.
EC – En esos videos apareciste disfrazado de Batman, de Papá Noel, de Napoleón, de turco, imitaste al ministro Daniel Olesker, inventaste conversaciones con el presidente Mujica, videos como este, por ejemplo:
(inicio audio video)
Washington Abdala imitando a Mujica: Muy bien, vamos a dar por iniciado el remate de los aviones bombardier de la República Oriental del Uruguay.
¿Quién da más, señores?, ¿quién da más? He oído ofertas, por allí. Chaucha y palitos (sonido de alarma).
Vamos, muchachos, vamos, muchachos, que esto así no está andando. Se están rematando unos bombardier de primer nivel en la región.
A ver la oferta del señor (sonido de burbujas de agua). Una bicoca, dos bicocas, nada más (sonido de un golpe en una mesa).
Señores, señores, se está rematando la soberanía nacional. Vamos a ver si ponemos un poquito de lo que hay que poner. A ver si ponemos un poquito de lo que hay que poner. A ver, el señor del… miren que si no Cristina [en referencia a la presidenta argentina] se lleva todo. A ver el señor de allí, ¿cuánta?, ¿cuánta?
Voz del señor, con acento británico: 300 dólares (y cambia el acento) con 100 pesos argentinos, papá.
(fin)
EC – ¿Es posible volver a la política después de esto?
WA – Claro que es posible, si tenía razón yo. Lo que estaba mostrando ese video, mucho antes de que sucediera todo, era lo que todos veíamos, el desorden, la brutal inmoralidad con la que se actuó en el tema de Pluna. No hay otra, por algo sucedió lo que sucedió y por algo terminaron procesados el exministro de Economía, Fernando Lorenzo, y el presidente del Banco República Fernando Calloia (quien presentó su renuncia la semana pasada). Uno puede hacer humor con estas cosas porque te permite ampliar el margen de libertad para chichonear con la realidad, pero la realidad fue mucho peor, fue todo un gran montaje que ellos hicieron para nada, para en definitiva a ver si a Juan Carlos López Mena le sale la gran gauchada.
EC – Sin duda que la crítica es perfectamente válida. Mi consulta sobre si después de esto se puede volver a la política es a propósito del lenguaje, el estilo, la forma en la que estaba planteada esa crítica.
WA – Y yo creo que sí, porque…
EC – No son los códigos de la política.
WA – No lo son, tenés razón. Y probable sea un viaje bastante particular, también Mujica nos aleccionó en su momento que podía utilizar expresiones procaces o soeces, grandes ordinarieces dichas con una frontalidad muy grande, y terminó siendo presidente de la República. Yo no aspiro a ser presidente…
EC – ¿Mujica fue una fuente de inspiración para el "Turco" Abdala en este viaje?
WA – No necesariamente, me parece que la sociedad uruguaya está más permeable a que se le hable de forma más llana. Estos videos tienen 300.000 y pico de visitas en total, no es tanto, pero no es poco. Me da la impresión de que muchas veces en la sociedad uruguaya no terminamos por decir las cosas de manera frontal. Ese es quizás uno de los hallazgos que yo hice en estos años, encontré que se puede ser muy franco y no tener temor a las palabras. Quizás porque he aprendido a jugar con el humor, porque lo he estudiado, porque he estudiado guión televisivo con Fernando Schmidt, porque luego lo aplico al stand up -una cosa es el personaje del stand up y otra la persona de verdad que dice cosas que piensa sobre la política-. Pero he aprendido que el umbral de utilizar el humor en algún territorio te aumenta la libertad, jugando con el humor uno puede decir cosas fortísimas que de repente en una entrevista a gente de la política sin aplicar el humor hay un protocolo de lo políticamente correcto que los limita.
EC – Teniendo en cuenta ese diagnóstico y esa fundamentación para aquellos contenidos que fueron característicos del "Turco" Abdala en estos años, ¿por qué ahora aparece la decisión de volver a la política?, con todos los condicionamientos, con toda la falta de libertad…
WA – Pero yo no pienso respetar ninguno de esos condicionamientos, porque ya llegué a este lugar de libertad emocional, psicológica, individual, donde sin necesidad de ofender a nadie uno puede decir las cosas muy frontalmente. Tampoco siendo demasiado agresivo, creo que tuve una época en la que tenía un temperamento muy pasional, no siempre se necesita eso. Me parece que entendí, quizás con el recorrido de los libros, del humor, que se puede ser mucho más frontal y de repente hasta con más contradicciones.
EC – ¿Esta decisión no será otra de las humoradas del "Turco" Abdala?
WA – No creo porque estuve 30 años haciendo política y en realidad la política siempre fue una cosa muy seria para mí. Lo que pasa es que aplicarle humor, ironía o mordacidad en estos años no es una cosa muy uruguaya. El uruguayo es muy cínico, muy hipócrita, muy de hablar las cosas en un determinado territorio formal y cuando se abren las puertas en el boliche de la esquina dice expresiones que son las que verdaderamente siente.
EC – Justamente por eso, ¿el "Turco" Abdala de los videos no se habría mofado del "Turco" Abdala que vuelve a la política?
WA – Quizás sí, y capaz que lo hace (risas), capaz que se ríe de sí mismo.
Hoy miraba la encuesta del director de Equipos Mori, Ignacio Zuasnábar, en El País y el PC sigue estando tercero. Yo soy un batllista, y encima de que el PC está tercero el batllismo todavía tiene más dificultades de recuperación. Eso te mueve un poco las tripas, sobre todo a un tipo que tiene una filosofía batllista, un republicano, un humanista. Y además no tengo por qué negar que voy a votar a "Pepe" Amorín. En un momento, amigos me preguntaron: "¿Por qué no lo decís?", te empiezan a dar manija, "¿Por qué no lo ayudás?", y me pareció que quizás había que correrse un poquito de ese perfil, por lo menos un tiempo, no ofender a nadie con un humor exagerado. Me parecía que era muy lindo aportar en este momento, sobre todo porque yo le debo mucho al PC.
EC – ¿En este viaje nunca te soltaste del PC?
WA – Tuve momentos de mucha independencia, pero siempre batllista. Creo que alguna vez te lo conté: yo no me siento muy colorado, me siento más bien batllista. A mí el PC me pesa mucho.
EC – Pero, ¿tuviste ofrecimientos de otros partidos?
WA – Sí, de todo tipo y calibre.
EC – ¿Y alguno te hizo pensar?
WA – No, ni siquiera en la otra elección, que hubo ofrecimientos más intensos. Lo único que hacía era llenarme de orgullo la vanidad quebrada, el ego hecho añicos, eso sí me hacía bien, decía "se ve que alguna gente piensa que puedo ser medianamente útil en esta peripecia". Pero nunca se me pasó por la cabeza, porque yo sentí que el territorio era el llano. Es más, yo escribí en el último libro que no quería volver a la actividad partidaria, y es del año pasado -es éxito de ventas, va para la cuarta edición-. Es más, no tengo número de lista, a ver si te explico el grado de improvisación en el que estoy con los muchachos que nos están dando una mano. Todo el mundo tiene número de lista y yo no, es una cosa totalmente espontánea, genuina, acá no hubo… ayer me dijo uno: "Vos esto lo armaste todo, fue una cosa que armaste para ver si aparecés en el último minuto", no, esto es con el corazón, es un gesto de generosidad y de agradecimiento al PC.
EC – ¿Es una contradicción totalmente genuina?
WA – Es que las contradicciones son genuinas, lo decía hace muchos años el gran pensador alemán, así que sí.
EC – ¿Para jugar qué papel en la campaña rumbo a las internas? Vamos a averiguarlo en seguida, en la segunda parte de la entrevista.
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EC – Washington Abdala tiene 54 años, le dicen el "Turco". Es abogado y doctor en Diplomacia, tiene un posgrado en Marketing en la Universidad Católica. Fue diputado por Montevideo por el Foro Batllista del PC entre 1995 y 2010, llegó a presidir la Cámara de Representantes en el año 97. Antes había sido director de la Corporación Nacional para el Desarrollo entre 1991 y 1994, subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) entre el 90 y el 91, con Conrado Hughes como director. Y en sus comienzos en cuanto a cargos en órganos de Gobierno fueron en la Junta Departamental, fue edil de Montevideo por el Batllismo Unido del PC entre 1985 y 1990.
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EC – Los oyentes hacen sus aportes, hay una cantidad de mensajes. Por ejemplo, Pablo dice: "Preguntale, si no es problema, con qué pagó las cuentas todos estos años".
WA – Trabajando, seguramente igual que él, en la profesión, como docente, haciendo consultorías. Somos gente de trabajo. Es más, ayer publicaba en Facebook algo que no sé si es muy usual que es pedir colaboración a la gente para que nos ayude en la actividad política. Yo no tengo la plata que veo que se está desplegando por allí en esta campaña electoral; miro eso y es apabullante de dónde salen los recursos. Ayer decía que si hay algún empresario que quiere colaborar conmigo me avisa, lo voy a ver y le explico cómo es el mecanismo de cooperación. Durante todos estos años he trabajado como debe trabajar cualquier ciudadano.
Además cuando era parlamentario yo no hacía otro tipo de actividades, porque me parece que ese parlamentario que está además de la actividad parlamentaria con el negocio, el emprendimiento, el estudio, le está birlando el dinero al pueblo. Si le pagan un sueldo medianamente digno el señor se tiene que aplicar las 24 horas del día a esa tarea.
EC – ¿Por qué, cuando decidiste volver a la política y meterte en la elección interna, la opción fue José Amorín Batlle y no Pedro Bordaberry?
WA – Yo con "Pepe" Amorín tengo una amistad de muchos años, es un tipo con el que por el 80 cuando la redemocratización y el tema del plebiscito siempre estuvimos en la misma vereda. Un tipo muy bien, al que conozco, al que le tengo aprecio, es un humanista que en las épocas más difíciles del PC en el Parlamento tuvo mucha dignidad republicana, y no tuve dudas. Me parece que esa es la biblioteca que al PC le falta para tener volumen.
EC – ¿Cuál es la biblioteca?
WA – Esa, la del batllismo.
EC – Pero hay muchos ex Foro Batllista también en Vamos Uruguay.
WA – Sí, es cierto, y yo respeto, pero tengo la impresión de que batllismo de verdad es el que se está tratando de hacer con "Pepe" Amorín, lo otro es cómo ellos pueden autodefinirse. Yo no los voy a juzgar, no quiero tener el más mínimo dolor cabeza de entrar y ya tener problemas con esta gente. Le decía a "Pepe" Amorín: te pido por favor que esta amistad que estamos llevando desde lo humano a lo político me permita tener matices; y me dice: "¡Por Dios!, tenelos". Yo en materia de matrimonio igualitario tengo una postura coincidente con el Gobierno, en materia de aborto la misma, he sido muy abierto a un territorio de cosas en donde en algunos asuntos estoy de acuerdo con el Gobierno. En otros estoy en una diáspora enojada, por ejemplio en materia de seguridad, miraba en El País de hoy las cifras de rapiña, no sé si es cierto el dato, pero si cada 37 minutos hay una rapiña en Uruguay es demencial. Ayer me robaron el auto en la puerta de la Casa del PC, hubo un debate en la tele de tarde y se enojaban mis compañeros porque no fui a hacer la denuncia. ¿Para qué voy a hacer la denuncia si nadie me va a regalar nada?
EC – La pregunta era a propósito de por qué esa ubicación concreta dentro del partido y de qué manera vas a actuar en política. Por lo que estabas diciendo no vas a ser el "soldado" de Amorín Batlle.
WA – No, no, yo no debo ser el soldado de nadie.
EC – Te lo pregunto porque hay consultas de algunos oyentes en ese sentido.
WA – Está bien. El soldado se murió, se enterró y hay ahora un veterano con la cabeza más horizontal que puede aportar desde otro lugar, de más enriquecimiento, que puede tratar de meter generaciones. Se me está acercando gente muy joven, no me preguntes por qué, pero hay un montón de chiquilinada allí, no voy a dar nombres pero a algunos los conocés muy bien, vienen por acá de vez en cuanto. Gente muy inteligente y me hace mucho bien que esa gente luminosa vea algo, eso a mí me estimula.
EC – Además de abrir listas para la convención del PC…
WA –…Solo una listita, no tengo espalda para más.
EC – En otras épocas habías abierto decenas de listas…
WA – (risas) Tenés razón.
EC – Pero después de las internas del 1° de junio, ¿también vas a postularte al Parlamento?
WA – No tengo ni idea, y no esquivo la respuesta. Yo no tengo en este momento la necesidad emocional, fui parlamentario 15 años, llegué a la Presidencia de la Cámara, fui el suplente de Sanguinetti en el Senado… No tengo esa necesidad que puede tener alguna gente de llegar al Parlamento, no tengo eso.
Tampoco soy tonto, si lográramos un resultado hermoso, lindo, intenso y significara algo, me gustaría que la gente que está próxima a mí tuviera una incidencia. Y si mañana me decís: "Bueno, Turco, pará, tu aporte puede ser relevante", tampoco soy un negado a algo desafiante. Pero no tengo la cabeza encerrada en "ahora votamos bien y después votamos tanto…" yo estoy más que nada con una actitud de generosidad, de devolver, y sobre todo de que el batllismo no quede siendo una cosa testimonial.
A mí me hace mucho mal ver al batllismo como algo testimonial cuando ha sido poco menos que la esencia de la República. Hay batllistas en el Frente Amplio, en las calles, por tordos lados, menos en el PC, que tenemos que hacerlo engrosar, y me parece que ese es el desafío.
EC – Casi al mismo tiempo que anunciabas tu decisión de volver a la política en la campaña, apoyando a José Amorín Batlle, el doctor Jorge Batlle anunciaba lo mismo. ¿Qué te pareció semejante coincidencia?, ¿la programaron entre los dos?
WA – No, si yo al doctor Batlle hace años que no lo veo. A mí me parece bien porque Batlle es otro agitador permanente.
EC – ¿Podrían hacer un espectáculo de stand up juntos?
WA – Siempre he dicho que Jorge podría llegar a hacer el mejor standupero uruguayo. Cuando habla tiene un grado del histrionismo y un sentido del humor muy fuerte. Lo que sí tiene, como todo ex presidente, es una voz potente. Hoy miraba la crónica de El País que focalizaba sobre los ex presidentes Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Batlle y sus protagonismos en el territorio de la próxima elección. Y en eso uno tiene que tener sentido de ubicación, mi voz no tiene la dimensión que puede tener la de Batlle en términos de una representatividad histórica.
EC – ¿Cómo te resulta la coincidencia? Los dos convergen en José Amorín, cuando tú supiste tener diferencias con Jorge, ¿no?
WA – Sí, tuve, pero nunca demasiado relevantes, en la filosófica no, en la gestión quizás en algunos momentos sí. No sé, la situación me pareció pintoresca e interesante.
Que un hombre de 86 años que podría estar en una poltrona mirando por televisión la elección salga a ayudar a su partido me parece muy meritorio, porque eso es lo que deben hacer los tipos que sienten que el batllismo de verdad está con "Pepe" Amorín y en Batllistas de Ley. Lo que tienen que hacer es ubicarse en ese territorio y salir a ayudar. Me parece muy lindo, me parece un gesto muy valiente.
Insisto, hace años que no lo veo, y como tú dices he tenido algún matiz, pero me parece una buena cosa.
EC – ¿Qué diferencias vez entre la política hoy, 2014, y la de 2010, 2009?
WA – Creo que se ha judicializado más, me parece que el Estado de derecho está más fragilizado en algún sentido. Me parece que hay cosas que uno nunca hubiera imaginado. El mito moral de esa cosa que el Frente Amplio tenía que era poco menos que el adalid de la moral de la República uno los ve ahora tratando de ver si pueden eliminar el abuso de funciones para que aplique la retroactividad de la ley más benigna y liberar a esta gente. Me da la impresión de que es todo muy loco lo que ha sucedido y de que el Gobierno tiene una cierta postura de soberbia.
A veces las encuestas revelan muy bien esto. No es que la oposición esté haciendo las cosas tan bien, es que cuando las encuestas revelan que el Gobierno no está lo suficientemente sólido es porque la gente está disconforme con el Gobierno. Nunca gana la oposición, siempre pierden los Gobiernos; las oposiciones nunca tienen la potencia de llegar.
No es el presidente venezolano, Nicolás Maduro, hoy el que hace con generosidad la negociación con la oposición, es que es Maduro el que se cae y le da fuerza a la oposición para sentarse junto a él.
Te quiero decir que es un país distinto, donde el Frente Amplio me parece que ya no es lo que era, y en el que hay una cultura de mayor entendimiento entre blancos y colorados, mas madurez en los partidos históricos también, me parece, tú ves que los precandidatos blancos Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga ya no tienen el contencioso que podrían haber tenido en otra época, que Bordaberry y Amorín también cuidan eso. Empieza a haber conciencia de que la oposición no es solo estar del otro lado y tirar piedras, me parece que en ese territorio hay algún cambio.
EC – ¿Tendrían que juntarse colorados y blancos?
WA – De hecho lo están haciendo.
EC – Lo van a intentar en Montevideo, pero, ¿habría que hacerlo a escala nacional también?
WA – Creo que se perdería identidad, creo que los partidos tienen que tener su propia identidad. Además, de hecho, el balotaje construye eso, para lo municipal no me parece mal porque las reglas son distintas.
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EC – Sigo mirando los mensajes de la audiencia y llega uno de Hugo desde Carmelo que dice: "Qué raro Emiliano estar tuteando a un entrevistado. ¿Será que es de tu riñón? Malo, malo". Es divertido, ¿no?
WA – Pero qué prejuicio el de los uruguayos.
EC – Entre los oyentes los prejuicios aparecen a menudo y a mí me encanta, un mensaje como este me parece fascinante.
WA – Pero perdón, le digo al oyente, lo que pasa es que con Emiliano estamos haciendo entrevistas hace veintipico de años.
EC – Primero está eso, pero además yo pensé antes de este reportaje: ¿mantengo el trato de usted, que es lo habitual? Difícil con el "Turco" Abdala, con alguien que en estos últimos cuatro años se armó el personaje que se armó y utilizó el lenguaje que utilizó, y se presentó como se presentó. La verdad es que iba a sonar muy raro el trato de usted. Pero bueno, si las especulaciones son esas cada uno tiene derecho a hacerlas.
Para terminar, ¿el personaje de estos últimos cuatro años quedó atrás? ¿O de ahora en adelante van a convivir los dos Washington Abdala?
WA – Lo que pasa es que el personaje es uno mismo, cuando yo estoy en la tarde en "Esta boca es mía" no estoy actuando, estoy liberando amarras de mi pensamiento, y como hay tiempo para que uno pueda construir un relato lo más autentico posible ese tipo soy yo. En el stand up, hoy de noche tengo, está invitado…
EC – ¿Estás pasando el aviso?
WA – A las 21 y a las 23 en el UnderMovie, pueden ir, me encantaría. En el stand up, y acá involucro a dos profesionales de tu actividad, el "Nano" Folle, Gerardo Sotelo y Sergio Gorzy en su momento también, son ellos mismos actuando, claro, con un guión. Me parece que al uruguayo a veces le cuesta entender la versatilidad: uno puede ser la misma persona en los distintos planos. Cuando escribo en las redes sociales soy el mismo tipo, no estoy faltando a la verdad, lo que pasa es que se puede tener plataformas distintas. Más en este Uruguay multiempleo, uno preguntaba con qué se vive, y se vive con todo, juntando los pesos en todos los lugares en los que estás, ese es el Uruguay de hoy, ojalá yo pudiera trabajar solo en la IBM cuatro horas diarias, pero no… Además uno se siente muy feliz haciendo este tipo de cosas.
Tengo un entrañable amigo que me decía que la pregunta más importante que tenía que evacuarme a mí mismo y a quien pregunte es esta que vos me estás haciendo, si el que está hablando ahora en política es el personaje, ¡soy yo!, soy el mismo tipo, lo que pasa es que a veces le puedo aplicar humor y a veces no. Creo que la política es cosa seria y que uno no puede juguetear cuando está en el territorio político formal, en una instancia electoral. Pero en el interregno electoral, cuando no tenés responsabilidad, ni partido político, me parece muy lindo jugar con la política en términos de mordacidad y de ironía, sobre todo de construcción de un relato.
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