Una visita de médico, la presentación mediática del Dr. Tabaré Vázquez en las internas
Análisis semiótico de la comunicación política. Con el semiólogo Fernando Andacht.
(emitido a las 10.43 hs.)
EMILIANO COTELO:
El título que propones para hoy es "Una visita de médico".
FERNANDO ANDACHT:
Ahí está. Estoy de nuevo jugando y siendo lo más serio posible –porque el tema lo exige– con esa frase, "hizo una visita de médico", que refiere al galeno tradicional, histórico, médico de cabecera. "Clínica" viene de una palabra griega que significa 'estar al lado del lecho', porque allí era donde se observaba al paciente.
La visita de médico se refiere a la entrevista en el programa Código País* (miércoles 23 de abril de 2014) que le hacen tres periodistas casi simultáneamente al precandidato Tabaré Vázquez. Quiero mostrar las instrucciones de uso, para qué sirve todo esto.
Primero, va a ser una nueva incursión en un territorio misterioso, algo enigmático, el carisma, qué es el carisma, cómo se come eso desde la semiótica. Y segundo, cómo en la Tertulia -la que antecede y las de los otros días- se manejan temas que repercuten, de los que el programa En Perspectiva, como no podía ser de otro modo, se hace eco.
La teoría que manejo, la semiótica, se diferencia de otras teorías sobre la cocina del sentido en que dice que el significado de algo no está en ese algo sino en lo que ese algo produce, en las repercusiones inmediatas. Por ejemplo, la mención de que el Partido Independiente sería de la misma ideología que los otros; inmediatamente el periodista anticipa la furia, la reacción del responsable de ese partido, que efectivamente ocurre, de manera previsible y obvia. Pero lo interesante es que el significado de una palabra, de una imagen no está en esa imagen o en esa palabra, dentro, como el diccionario haría creer, sino en las cosas que ocurren a partir de ella, en otros signos.
De eso vamos a hablar hoy en la incursión por esa entrevista.
(Audio entrevista a Tabaré Vázquez en Código País.)
"Tabaré Vázquez - Somos la única fuerza política que tenemos un único programa. Hay dos precandidatos, pero hay un solo programa. Y es lo que estamos poniendo a la población: un programa que ataca, atiende y tiene propuestas serias para todos estos problemas.
Periodista - Son tres temas que marcó. Si le parece, más adelante vamos a…
P - Sí, más adelante vamos a profundizar en educación, en seguridad, en algunos otros temas. Y en si hay un programa, porque a veces la otra candidata marca diferencias importantes en algunos temas.
TV - Si me permite, hay quizás matices de enfoque o de encare o de preeminencia de algún tema para uno u otro candidato, pero programa hay uno solo, aprobado por…"
(Fin.)
FA - Ahí tenemos el primer análisis que les propongo hoy, que se instala en la prevalencia. No es que Vázquez no hable de cosas, acá mismo y en otros sitios escuché los temas, la agenda que establece; vamos a ver la mención nada menos que a quién le gustaría que sea su vicepresidente.
Pero mi análisis no es politológico, ni de marketing político, ni sociológico, sino que va a ir sobre todo a qué signos pone en movimiento este médico. Esa es la primera tesis fundamental: quien está en ese estudio, que de aséptico estudio televisivo se va a convertir en un aséptico anfiteatro quirúrgico, es un médico. Esa es mi propuesta. Hay algo en la modalidad, en el tono, en la mirada, en la sonrisa, sobre todo en las manos. (Vean los videos.)
Los invito a mirar cómo responde a la primera objeción, que le hace Alfonso Lessa: "No, momentito, no tan primer programa". No voy a entrar a ese contenido, sino a ver que hay un tono muy semejante al de lo que se llamó contrato fiduciario médico-paciente, que es lo que cura. Hoy se está volviendo, a pesar de la enorme tecnología, de la invisibilización del médico a raíz de las máquinas que penetran en ese cuerpo enfermo, a la importancia del toque, el contacto, la voz que envuelve al otro y lo empieza a curar porque alguien lo está atendiendo, alguien con mucha calma.
El político va a aparecer varias veces, por ejemplo cuando le preguntan: "¿Usted no se burló del doctor Larrañaga?", "No, yo no lo mencioné". Incluso en Bendita TV ayer se mostró que son cinco palabras las que repite, no cuatro: "En la educación está todo mal". Ahí es el político, un político cualquiera; y no lo digo denostativamente, sino descriptivamente.
Pero cuando asume el tono de ahora, después de haber hecho una afirmación categórica, "Tenemos el único partido con un programa", a la que Lessa sale al encuentro, "Bueno, si escucha a su rival, no tanto", él responde con una calma infinita, que va a crecer a lo largo y va a ser cada vez más un médico que hace de político.
EC - Es curioso, porque "Vázquez = médico" era algo de lo que se hablaba mucho en sus comienzos, cuando inició su carrera política. Con los años, y sobre todo después de haber sido presidente de la República, ya se trata de un político con todas las letras.
FA - Exacto, no se puede hablar más de un recién llegado, de alguien que es foráneo en la política. Fue intendente, tuvo los cargos más importantes políticos de Uruguay. Pero voy a otra cosa, ¿cómo definiríamos lo icónico? Hay una idea que dice que el carisma político tiende a identificar el poder hacer con el ser del sujeto. Me refiero a que no es la promesa, como va a decir en un instante, "Nosotros no hacemos promesas, son compromisos" –eso es típico del discurso político cualquiera–, sino a que hay algo en su propio cuerpo, en su tono, en su voz, en el ritmo de la enunciación que lo vuelve de alguna forma insustituible. No porque sea el mejor candidato ni nada de eso, sino porque nadie más puede reproducir ese decir, que se basa no solo en que es médico, es además oncólogo, y cirujano y oncólogo deben de estar en lo top en cuanto a la cercanía de la muerte, de lo trascendente.
Escuchemos otro tramo.
(Audio entrevista a Tabaré Vázquez en Código País.)
"TV - La reforma fiscal que llevó adelante el gobierno del Frente Amplio ha favorecido a la clase trabajadora y a la clase media.
P - Un apunte pequeño con respecto al IRPF: si usted gana la elección, la interna y la elección, ¿esa medida la implementaría al comienzo de su gobierno?
TV - Sí.
P - Al comienzo sería…
TV - Sí.
P - … de inmediato.
TV - Sí.
P - O sea, no esperaría tres o cuatro años.
TV - Sí, sí. Ya hemos hecho los estudios correspondientes, sabemos los montos que implica…
P - Lo haría de inmediato, entonces.
TV - … y el monto que implica realmente no afecta la recaudación de la DGI.
P - Muy bien.
TV - … No es una promesa, es un compromiso. Y cuando adquirimos un compromiso, lo adquirimos para cumplirlo."
(Fin.)
FA - Es muy fácil sustituir las palabras IRPF y todo eso por "yo le digo que usted lo que tiene que hacer ahora como tratamiento, basado en mi experiencia". Lo interesante es que no dice en ningún momento "me baso en mi autoridad de médico", esa es la clave, él "hace" de médico.
Hay un trozo muy famoso nada menos que de Jean-Paul Sartre en "El ser y la nada" en el que describe de manera muy graciosa a un ser que se apura mucho, que parece que se le va a caer la bandeja, que se acerca con un nerviosismo exagerado, se inclina demasiado sobre una mesa. Es el mozo. Dice: "¿A qué está jugando?", y Sartre dice: "Juega a ser mozo". Así como el niño juega con su cuerpo para aprender, en todo oficio o profesión, un médico que cura con su presencia también tiene que encarnar esas virtudes. En esa voz, en esa manera prima mucho más, icónicamente, la cualidad de lo que llamé el pacto fiduciario, la confianza. Un médico que no genera confianza no puede ejercer de médico, no le creés, vas a escuchar a otro y a otro.
Y ahora llega el momento climático, ahora sí va a aparecer el ícono por excelencia, la metáfora. Una metáfora es una comparación fulgurante en la que desaparece un término que es sustituido por otro más ilustrativo, más persuasivo. Y es tan poderosa que persuade a los periodistas (que no se la hacen fácil, lo interrumpen, lo contradicen, le dicen "no, pero tal cosa, tal otra", como en el caso de Larrañaga, "usted sí lo imitó", etcétera). Vean cómo quedan seducidos por ese carisma icónico. Escuchemos.
(Audio entrevista a Tabaré Vázquez en Código País.)
"TV - Realmente mi deseo sería que él fuera, como usted me lo preguntó, Antonio (Ladra), ministro de Economía.
P - Y ya que estamos con el gabinete, ¿a alguna otra persona le ha manifestado? Por ejemplo, Bonomi en seguridad.
TV - Vamos por partes. Supongamos que estamos en una sala de operaciones y que vamos a hacer una operación.
P - Sí, claro, está bien.
TV - … Vamos a empezar por el principio. Primero, sería irrespetuoso de mi parte…".
(Fin.)
EC - Ahora ya es explícita la cosa.
FA - No solo explícita. Miren el video, observen las manos de Tabaré Vázquez, que en ese momento no es nada político. Estoy diciendo una atrocidad, ¡¿cómo no, si es el precandidato?! Pero en mi análisis, en ese instante, por magia icónica, ese estudio de tevé se convirtió en una sala de operaciones. Van a ver que tiene un efecto impresionante, en el próximo y último fragmento vamos a ver cómo convence a uno que está allí de que efectivamente está frente a un médico haciendo un diagnóstico, que es una de las tareas claves y tradicionales de la medicina. (De vuelta el "ojo clínico", "yo te miro". Sherlock Holmes es producto de un médico, Conan Doyle, que tenía un buen ojo para esas cosas.)
¿Y qué hace cuando dice "vamos por partes"? Hay un disfrute inmenso de él, la sonrisa es enorme, y las manos cubren un espacio que deja de ser la interna, que deja de ser esa dificilísima tarea de quien va a hacer… ¿qué cosa? Ya habló de Astori, que es la bomba para los periodistas, los politólogos. Para mí no, no reparo en ese aspecto del contenido, sí me interesa cómo todo lo que dice se vuelve enormemente atractivo en cuanto cualidad, en cuanto iconicidad, lo que permite que la imaginación vuele rápidamente y lo vea haciendo esa operación de la que habla, esa intervención quirúrgica, y deja de preocuparse tanto por la interna.
Escuchemos el próximo tramo.
(Entrevista a Tabaré Vázquez en Código País.)
"P - Si usted gana la interna, que es lo que dicen todas las encuestas, usted elige vice.
TV - El tema de la vicepresidencia es bien interesante. También me gustaría ir por partes.
P - No, está bien, está bien.
TV - Creo que vale la pena…
P - Pero estamos en plena mesa de operaciones.
TV - Sí, sí, vale la pena analizarlo. Yo creo que…".
(Fin.)
FA - ¿Ven qué lindo? Eso en semiótica se llama el significado de un signo. ¿Vieron lo que dijo el periodista? Es brutal, eso no lo pagás con nada, no es una coima, no podés decirle al otro "ahora vos decime…", ahí se caería todo el sistema periodístico. En esa frase, yo diría espontánea porque le hizo gracia, ves lo que es lo icónico.
EC - Le hizo gracia al periodista.
FA - Al periodista, le hizo gracia en un sentido no de que se mata de risa, de que tiene cierta liviandad. Ese es el ícono, es una imagen tan persuasiva que lo convence de que está frente al médico, como ese mozo que exagera al correr, que exagera en el servilismo, en el llevar esa bandeja como en una especie de cuerda floja, todo lo que describe Jean-Paul Sartre. ¿A qué juega este mozo? A ser mozo. ¿A qué juega Tabaré Vázquez ese día? A ser un oncólogo que está apoyando todo lo que dice mucho más que en la gestión –que es lo que está en juego, todo ese desafío al eslogan "vamos bien", etcétera, que para algunos es un punto débil– en el ser, con una habilidad carismática. Repito, el poder hacer se basa en el ser, que lo mires, mirame, y cada cosa que dice o muchas de ellas entran en ese cielo selecto de lo memorable, de lo que va a ser citado, de lo que va a venir, este otro del Partido Independiente que va a decir "yo le voy a decir que no insulte más, que no me diga que soy de derecha", etcétera. Todo eso lo logra por la iconicidad.
Para entender esto mejor los invito a escuchar, del mismo día, el programa Primera Vuelta, en Tevé Ciudad, en el que un joven periodista, Ricardo Scagliola, entrevista al senador nacionalista Luis Alberto Heber. Escuchen los momentos similares, cómo responde, sobre todo cuando se defiende de ciertas preguntas punzantes sobre las reyertas que hay en el Partido Nacionalista, los intendentes, el de Paysandú, el de Cerro Largo, Saravia, etcétera. No para comparar y ver cuál es mejor, sino porque ahí tenemos la imagen de un político tradicional. Hay sarcasmo, hay ironía, hay una cantidad de cosas, que también aparecen en ciertos momentos en la entrevista con Tabaré Vázquez, por ejemplo cuando dice: "¿Por qué me preguntan siempre sobre el vice y a los otros no?". Ahí sale el político defendiéndose como político. Pero miren en Primera Vuelta cómo se defiende Luis Alberto Heber de ciertas situaciones difíciles, sobre todo cuando le dicen: "¿Usted qué va a hacer con este lío de Cerro Largo?", y no contesta, dice: "Cuando llegue a la mesa del directorio, veremos", de un modo radicalmente diferente, en cuanto imagen, de esta mesa de operaciones.
EC - ¿Tú decís que Vázquez tiene una ventaja sobre otros candidatos, sobre otros dirigentes políticos, en el debate de esta campaña electoral: tiene dos sombreros que puede utilizar, cuando le conviene usa el de político y cuando le conviene usa el de médico?
FA - No podría encontrar una síntesis mejor, es exactamente eso. Es una diferencia comparativa. ¿A quién va todo eso, hoy y en octubre? Al indeciso, sobre todo. El que es fanático de Tabaré o de Constanza o de Lacalle Pou o de Larrañaga no va a cambiar por esta entrevista, es obvio. Pero el indeciso dice "este tipo me da confianza", y no se da cuenta –esa es la virtud de este análisis, tratar de arrimar conocimiento al debate– de que quien lo está convenciendo no es el político, que obviamente lo es, Tabaré Vázquez, sino el oncólogo que se ubica en esa cualidad, muy poderosa todavía en nuestra sociedad y en muchas. Hoy con la telemedicina no se ha perdido el encanto de ese contacto casi chamánico, que te cura solo por hablarte con esa voz, diciendo "vamos por partes, vamos a la mesa de operaciones".
Escuchen esa imagen desarrollada de "El castillo de la suerte", que es impresionante, es un regreso del médico, que se va y vuelve. Si escuchan van a seguir el análisis, entra y sale, no está todo el tiempo el médico. Los dos sombreros que mencionó Emiliano son perfectos, en "El castillo de la suerte" es un médico explicando algo complejísimo, como las mejoras económicas, el empleo, el desempleo, etcétera, con una figura popular, ese gran animador, Cacho de la Cruz, y las tres puertitas, etcétera. Todo eso es icónico, todo eso está invitando, como pasó en la Tertulia de hoy, a la rememoración. La iconicidad tiene esa ventaja impresionante de que hace imagen, que te queda mucho más en la memoria, entonces no solo es didáctico para sus fines, sino que se inscribe otra vez en esa charla médica benévola que te explica algo complicadísimo no en la jerga, tan difícil de leer como la receta del médico, sino en un lenguaje bueno, paternalista. Esos son los sombreros, y el sombrero icónico del médico es bastante poderoso.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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*Entrevista al precandidato Tabaré Vázquez parte 1 y parte 2